Capitulo Veintidós

NOTICIAS DOLOROSAS.

La noticia de que el partido de quidditch debía repetirse corrió como pólvora el lunes durante el desayuno. Los de Slytherin estaban sumamente molestos, y al llevar su queja ante Snape, jefe de su casa, este respondió que eran ordenes del director. Nadie sabia porque esa decisión de Dumbledore, así que ni Harry ni Ron dijeron nada sobre la trampa de Malfoy, no porque no lo desearan, sino porque Lupin les había aconsejado no hacerlo.

Ginny también había tratado de hablar con Ron, pero este al igual que Harry no había aceptado sus explicaciones, quizás porque estaba muy molesto y no quería pelearse con su hermana. Ella se sentía muy triste, ya que la gran mayoría de los de Griffindors no la trataban, algunos la tildaban de traidora y otros decían que desde la fundación del colegio no conocían de un Griffindors que hubiese perdido su dignidad al entablar relación con un Slytherin. A Malfoy tampoco le había ido muy bien con los de Slytherin. Ginny se sentía confiada ante la actitud amorosa de el, aunque su sentido común le decía que tal vez estaba cometiendo un error.

Durante la clase de Transformaciones del lunes, la profesora McGonagall le había recordado a Harry que debía de acudir a su despacho a las 6 de la tarde de ese día. Y a un cuarto para las seis Harry, luego del entrenamiento de quidditch, los cuales iban a ser diarios, ya que el partido se repetiría luego de las vacaciones de navidad, camino por el corredor del segundo piso, con destino a su cita con la profesora McGonagall. Ya en su despacho, ella dijo

-Potter me temo que después de todo lo ocurrido, tengo que tomar medidas con respecto a su conducta...dijo la profesora McGonagall con una mirada severa.

Harry no respondió, ya se imaginaba que eso pasaría.

-Por dos semanas consecutivas, usted va junto al señor Mafoy, a limpiar el aula de Posiciones, luego de los entrenamientos de quidditch.

-Que...con Malfoy...con Snape?...usted no puede hacerme esto...dijo Harry horrorizado y molesto ante la idea de compartir una actividad, con las dos personas del colegio, que más detectaba.

-Se que esto va a resultar muy difícil, pero es que no he conseguido que usted asuma una actitud seria y responsable. ¿Como va usted a vagar en la noche por el bosque prohibido, ¿cómo va atacar al señor Malfoy estando indefenso sin su varita?. Créame Potter esta decisión me duele mucho, pero usted no me ha dejado más remedio...dijo la profesora McGonagall suavizando un poco su rostro.

-Usted no sabe...no sabe...Snape favorecerá a Malfoy...dijo Harry sin poder dejar se sentir angustia ante el castigo que McGonagall le estaba imponiendo.

-El profesor Snape, no estará presente durante el castigo, y no favorecerá al señor Malfoy, se lo garantizo, no se preocupe. El castigo comenzara esta noche. Puede retirarse.

-Pero yo no le garantizo que no vuelva a atacar a Malfoy...dijo Harry muy molesto saliendo del despacho tras azotar la puerta.

Caminaba rápido, un sentimiento de rabia recorría su cuerpo. Sabia que había actuado de forma poco educada, por cerrar de esa forma la puerta del despacho de McGonagall, pero de alguna manera debía manifestar su inconformidad con el castigo. Apretó sus manos una contra la otra. Se dirigió a las mazmorras, donde estaba el aula de Posiciones. Si Malfoy le hacia lo más mínimo, sabia que no podría contenerse. Muy a su pesar llego hasta la puerta del aula. Malfoy también llegaba en ese momento. Sus miradas se encontraron. Una lucha de poder se estableció silenciosamente entre los dos. Ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Desde el interior del aula se escucho una voz ronca y gruñona.

-Caballeros, pasen por favor.

Para alivio de Harry, Moody estaba sentado en la silla del escritorio de Snape. El era quien supervisaría el castigo.

-Buenas tardes. Como ya les habrán explicado, su castigo consistirá, en limpiar todos los implementos que normalmente se utilizan durante sus clases de pociones, y yo solo estoy aquí, para vigilar que no se maten. Así que por mi pueden comenzar cuando quieran y por donde quieran...dijo Moody levantando su pata de palo y dejándola descansar sobre una silla.

Harry miro a su alrededor y cerca de la pila de agua, habían un montón de calderos apilados, decidió comenzar por allí. Miro de reojo a Moody, quien con su ojo normal miraba hacia una serie de rollos de pergaminos que estaban sobre la mesa, mientras su ojo mágico vigilaba celosamente a Malfoy y a el.
La hora transcurrió sin ningún contratiempo, ni altercado. Moody se levanto y dio por terminado el castigo. Se dirigió a la puerta y la abrió. En ese momento llegaba Ginny

-Buenas noches profesor Moody, Draco ya termino su...quedo muda al ver que Harry también estaba allí.

Se miraron por un momento. Harry experimento dos sentimientos: Dolor por ver como Ginny estaba tan ciega con respecto a Malfoy y celos por no ser a él, a quien ella venia a buscar. Paso por su lado sin mirarla. Ella lo vio alegarse, sin poder evitar sentirse muy triste.

Al cuarto día del castigo. Harry estaba limpiando una estantería, donde descansaban, extrañas criaturas en grandes frascos de vidrio. Le parecían repugnantes. Malfoy se había colocado del otro lado y arrastrando las palabras le dijo

-Me has decepcionado Potter, yo pensaba que serias un rival digno. Pero que fácil me resulto ganarte...ganarte el partido...ganarte el corazón de Ginny.

-Con trampa es muy fácil ganar...dijo Harry sin perder la atención en lo que estaba haciendo.

-Trampa, yo jamás he hecho trampa...dijo Malfoy ofendido

-Ja, sabes que me hechizaste para poder arrebatarme la snitch y has hechizado a Ginny para que pudiera fijarse en ti...dijo Harry burlonamente.

-Yo no he hecho nada de eso. Lo que pasa es que te duele aceptar que me ha preferido a mi…dijo Malfoy temblándole la voz

-Ginny jamás se fijaría en un gusano como tu, a menos que sea bajo el uso de artes oscuras y tu lo sabes. Nunca antes se había volteado ni siquiera a verte. Pero no importa ella es una gran bruja, pronto se dará cuenta y se liberara de tus maleficios. Y yo estaré esperándola.

Malfoy volcó un recipiente de vidrio con una sustancia pegostosa en su interior, cuando se abalanzo sobre Harry.

-Ginny es mía, entiendes, mía...dijo Malfoy con voz baja, apretando los dientes y sacando su varita, pero Harry ya tenia la suya preparada.

Sin embargo ambas varitas fueron arrebatadas de sus dueños y llegaron suavemente a las manos de Moody.

-Caballeros, aun faltan veinte minutos de castigo, no se distraigan. REPARO...dijo Moody apuntando con su varita al recipiente roto que volvió intacto a la estantería.

De regreso a la sala común Harry no pudo evitar contarle lo sucedido a sus dos amigos. Ron guardo silencio, pero Hermione dijo muy segura

-Debes tener calma, solo te queda una semana de castigo. No dejes que Malfoy te provoque. Además actúa así porque sabe que no ha actuado limpiamente. Lo que todavía no logro precisar como lo hace. ¿Será que le esta aplicando la maldición Imperius?.

-Por qué estamos dando por hecho que el ha usado Artes Oscuras con Ginny? Y si ella esta actuado por su propia voluntad?...pregunto Harry molesto. Recordaba como ella lo había ido a buscar el primer día de castigo.

-Yo también he pensado en eso...dijo Ron tristemente, ya que esa duda también lo invadía desde hacia tiempo.

-Como se nota que ninguno de los dos conoce a Ginny realmente?...dijo Hermione molesta y levantándose de su asiento se dirigió al dormitorio.

Harry y Ron se miraron, realmente no querían dar crédito a sus suposiciones..

-Yo no quisiera pensar que eso sea verdad, Ginny no puede sentir algo por ese cretino de Malfoy...dijo Ron dejando a un lado la pluma y el pergamino donde había estado redactando un ensayo para la clase de encantamientos.

-Quizás no actué bien cuando ella me manifestó sus sentimientos, tal vez la empuje a los brazos de Malfoy...dijo Harry mirando fijamente hacia el fuego que ardía en la chimenea.

-Que?...mi hermana hablo contigo sobre sus sentimientos hacia ti?...y que hiciste, la rechazaste?...dijo Ron levantándose de su asiento y su rostro comenzó a adquirir un color rojo intenso.

Harry comprendió que había sus pensamientos en voz alta, habia cometido un error.

-No, yo no la rechace, bueno...yo...solamente le dije lo que sentía...dijo Harry levantándose también y colocándose frente a Ron.

-Y que se supone que le dijiste?...dijo Ron subiendo el tono de su voz.

-La verdad, que yo la aprecio mucho, pero entiéndeme Ron, yo...dijo Harry con tono pausado tratando de apaciguar el carácter de Ron. Pero este no lo dejo terminar de hablar.

-Y que fue lo que ella exactamente te dijo?

Harry se sintió acorralado por Ron quien era unos cuantos centímetros más alto y quien tenia las manos apretadas en sendos puños. Harry guardo silencio, no sabia si seria apropiado decirle como habían ido las cosas.
Ron sentía que la cara le ardía. Un sentimiento de rabia inundo su corazón. Ginny por fin había sincerado sus sentimientos con respecto a Harry y este al parecer, no le había dado la importancia que merecía.

-Ella me dijo...bueno...que creía que me amaba...dijo Harry hablando casi en susurros.

Ron brinco sobre Harry y lo tomo por el cuello de la túnica. Harry sentía que se comenzaba a ahogar, pero decidió no mover un músculo, Ron estaba fuera de si

-Que creía que te amaba, ella te ama desde el día que te conoció en la estación del tren. Ha llorado y a suspirado por ti durante seis años. Y un día decide abrirte su corazón y tu...y tu...soltó a Harry, quien se tambaleo y cayo sobre la alfombra.

Ron respiraba rápidamente. Apretó mucho más sus manos. No entendía porque su mejor amigo, su único amigo, se había comportado así con su hermana.
Harry no quería moverse, sabia que Ron estaba furioso y no quería que la cosa pasara a mayores.

-Pero claro, el famoso Harry Potter es mucho para una Weasley. Como ella no es una gran belleza, ni es la más popular de la clase, ni es una estrella de quidditch, ella no se merece el amor del gran Harry Potter, ¿no?...dijo Ron con inmenso deseo de patear a Harry

Harry no podía creer que las palabras que acababa de oír hubiesen sido pronunciadas por su mejor amigo. Se levanto del suelo y encaro a Ron.

-Tu sabes que eso no es así. Tu menos que nadie puede acusarme de esas cosas. Tu hermana es un ser maravilloso, una gran chica, ella se merece un gran hombre, alguien que pueda amarla sin sobresaltos, sin exponerla al peligro. No se merece a alguien como yo...dijo Harry molesto ante las palabras de Ron

Ambos amigos se miraron, Ron no pronuncio palabra mientras Harry abandonaba la sala común y se dirigía a los dormitorios. Aún sentía mucha rabia. Su rostro aún estaba colorado y sus manos aun estaban formando puños. "¿Por qué Harry, por qué?", pensó Ron tristemente. Se sentó en un silla frente a la chimenea. Ahora entendía la actitud de Ginny.