Capitulo Veinticinco
MALOS MOMENTOS EN EL CAMPO DE QUIDDITCH
-Que?...hablaste con Sirius?...dijo Ron sorprendido de lo que oía
-Si hable con el y me dijo que esta bien...dijo Harry como si hubiera hablado con una persona viva.
-Harry como que bebiste Whiski de Malta o te pego una bloggler en la cabeza...dijo Ron sarcásticamente.
-Ja, ja, no claro que no. Siéntate. Te voy a contar como fueron las cosas...dijo Harry muy contento.
Ron se sentó junto a Harry, mientras este le contaba a su amigo como Nick casi decapitado lo había ayudado y como Luna se había prestado como Viajante para hacer que Sirius se materializara. Ron lo escuchaba perplejo, a medida que la historia avanzaba Ron se sentía más aturdido, pero no pudo dejar de sentirse feliz por Harry.
-Yo sabia que Luna era rara, pero nunca me imagine que lo fuera tanto...dijo Ron soltando un silbido cuando Harry termino su historia
-No es rara, simplemente tiene un poder especial que muy pocos magos o brujas tienen...dijo Harry un poco molesto, ya que el también tenia ese poder aunque no sabia como usarlo. Claro que Ron ni lo sospechaba y el no se lo iba a decir, por lo menos no hasta que el mismo lo asimilara.
-Me alegro mucho saber que Sirius ya se ha adaptado a su...como decirlo...¿nueva vida?...dijo Ron
-Si, el mismo lo llamo así: "su nueva vida". Me dio un mensaje para Lupin...dijo Harry recordando la conversación con su padrino.
-Sobre que?...dijo Ron entusiasta ante más información.
-Que buscara en el baúl del cuarto de la Señora Black, la madre de Sirius...dijo Harry pensativo
-Habrá que esperar a que comience el curso para decirle...dijo Ron dándose cuenta que aun no le había dado su regalo a Harry... eeh...esto es para ti.
Harry miro a Ron y tomo la caja que le entregaba su amigo. La destapo rápidamente y se sorprendió al descubrir que eran un par de plumas de Fénix, doradas y cubiertas con una especie de barniz que las hacia brillar.
-Gracias Ron, son muy bonitas...dijo Harry sacándolas del estuche.
-Una es para ti y otra para mi...dijo Ron tomando una pluma...En realidad son avisadores. Si yo estoy lejos, y quieres verme la tomas entres tus manos y la mía brillara intensamente, ¡vez!...la pluma brillo con una luz titilante...así podremos saber cuando uno quiere hablar o ver al otro.
Harry se sintió abrumado por el regalo, porque experimento un miedo extraño, como presintiendo que tal vez esas plumas nunca llegarían a ser usadas. Trato de apartar esa idea estúpida de su mente.
-Harry gracias por tu regalo, nunca había tenido un juego de ajedrez propio...realmente he sido muy necio y obstinado...no debí haberme comportado contigo como lo hice...he entendido que los sentimientos no pueden imponerse...y bueno si tu y Ginny...yo entenderé...dijo Ron muy apenado
Harry coloco su mano derecha sobre el hombro de su amigo
-Ron eres mi mejor amigo y eso nunca cambiara, pase lo que pase...dijo Harry tratando de darse valor a si mismo.
Ron se levanto y saco una pequeña bolsita de su bolsillo, eran polvos Flu, para poder regresar a la Madriguera
-Si quieres puedes venir, estarán contentos de verte...dijo Ron con la esperanza de que Harry aceptara su invitación.
-No, mejor que no. Nos vemos dentro de una semana...dijo Harry sonriendo.
Claro que le hubiese gustado irse con Ron, pero sabia que incomodaría a Ginny y no lo creyó conveniente.
Las clases comenzaron de nuevo, juntos de nuevos los tres amigos, no hacían otra cosa que hablar de lo sucedido con Sirius durante las vacaciones. Hermione había cambiado su actitud ante Luna, ahora la saludaba y hablaba más cortésmente con ella, ya que Luna los había vuelto a frecuentar. Harry no podía dejar de agradecerle su ayuda.
Las expectación
ante la repetición del partido entre Gryffindors contra
Slytherin, mantenía a todos los alumnos muy alegres, aunque se
habían acabado las vacaciones.
Ginny se sentía
nerviosa, la expectativa de volver a competir contra Malfoy no le
agradaba mucho. No sabia porque, pero cada día que pasaba
sentía algo muy especial por el. Y es que Malfoy no la dejaba
en ningún momento. Durante las vacaciones había escrito
hasta tres veces al día y en la semana que ya llevaban en el
colegio, cada vez que podía la acompañaba. Ella le
había dicho que tenia mucho que estudiar
-Draco, no es que no quiera estar contigo, pero tengo que prepararme muy bien, este es el año de los TIMOS para mi y realmente quiero sacar sobresaliente en todos los que pueda...le había dicho cuando iban a la biblioteca.
-Yo también tengo que estudiar. No he tenido muy buenas calificaciones, así que tengo que recuperar el tiempo perdido. Además prometo no distraerte, solamente quiero estar a tu lado...dijo Malfoy dándole un beso en la mejilla.
El sabia siempre como convencerla. Sin embargo
cuando había visto a Harry el primer día de clases,
descubrió para su pesar que tal vez jamás dejaría
de amarlo.
Se habían encontrado de frente en los
vestidores, antes de comenzar el entrenamiento de ese día. Se
miraron durante varios minutos y aunque no se habían dicho
ninguna palabra, cada uno había sentido un estremecimientos al
verse reflejado en los ojos del otro.
Al terminar el
entrenamiento, Malfoy la había ido a buscar y Harry volvió
a sentirse mal, con gusto el hubiese partido la saeta de fuego en la
cabeza a Malfoy, cuando este tomo de la mano a Ginny y se la beso.
Cuando todos se marcharon, se sentó en uno de los bancos
que había allí, clavo su mirada en el suelo. Cada día
que pasaba, lo que sentía por Ginny crecía en su
corazón. De repente observo un montón de papeles
arrumados en una esquina, y ante su habitual curiosidad los agarro.
Era el diario el profeta, pero de hacia varios meses, iba a lanzarlos
al cesto de la basura cuando vio unas fotos, eran de la fiesta del
día del nombramiento del señor Weasley como ministro de
magia. En dos de ellas, se veían a Ginny y al bailando y
recordó como había estado a punto de besarla ese día.
En ese momento cayo en cuenta. Ahora sabia la razón de porque
Ginny y Dean habían terminado su relación. "Hubiese
preferido mil veces que siguieras con Dean, a verte con ese", pensó
Harry con amargura. Y sintiéndose nuevamente culpable se
dirigió al castillo.
El sábado había llegado rápido, ya todo el colegio se encontraba en el estadio de Quidditch. Los jugadores montados en sus escobas, ya en el aire, esperaban la señal de Madame Hooch para iniciar el juego. Harry y Draco se miraban como fieras. Nuevamente se medirían. Seamus narraba el partido:
-¡Una vez más Gryffindors y Slytherin se enfrentan. Ambos capitanes demostraran hoy cual es el mejor. Claro que Harry Potter es un jugador estrella, el buscador más joven que ha pertenecido a un equipo de quidditch, pero Draco Malfoy ha mejorado su estilo, habrá que ver como le va ante la agilidad, la audacia y la sagacidad de Potter sobre su magnifica saeta de fuego...!
El partido comenzó tras escucharse el silbato de Madame Hooch.
Los alumnos de la
casa Gryffindors, gritaban y aupaban a su equipo.
Las jugadas eran
magnificas, Ginny había hecho tres tantos para su equipo. Y
Ron había detenido tres intentos de Slytherin por anotar.
Seamus seguía narrando
-¡Esto es impresionante, este es sin duda el mejor partido en mucho tiempo. Morgan tiene la quaffle y realiza un zig-zag para evadir a los hermanos Creeve y lo logra, pero un momento, Ginny Weasley le ha arrebatado la quaffle en una magistral jugada, señores y señoras pero que estilo tiene esta chica, digna heredera de una estirpe de grandes jugadores de quidditch...y si...si... ANOTA, otros diez puntos para Gryffindors!.
El estadio parecía venirse abajo, la
algarabía era impresionante, todos en coro gritaban el nombre
de Ginny.
Continuo el partido, Slytherin logro anotar unos dos
tantos, cuando Harry vislumbró un destello dorado en la mitad
del campo. Enfilo su saeta de fuego hacia allí, sentía
como vencía la fuerza del viento, miro hacia atrás y
vio que Malfoy se le acercaba rápidamente. "Esta vez no
Malfoy, esta vez no", pensó Harry pegando su cuerpo al palo
de la escoba y aumentando su velocidad, estiro su mano y sin mucho
esfuerzo la cerro alrededor de la escurridiza pelota. Aminoro la
velocidad, y sosteniéndola en alto, extrañado de no oír
los gritos de triunfo de la fanaticada, desvió su escoba hacia
las gradas, observando como todos miraban hacia la arena que cubría
el campo.
Miro veinte metros hacia abajo, había un jugador
de Griffindors en el suelo.
Descendió vertiginosamente.
Trastavillo al pisar el suelo y al desmontar su escoba descubrió
con horror que Ginny se encontraba en el suelo. Malfoy la sostenía
entre sus brazos y Ron gritaba. Dumbldore corría junto a Lupin
y otros profesores hacia ellos. Pronto fueron rodeados por una gran
multitud.
-Ginny, Ginny, por favor responde...decía Malfoy mientras la golpeaba sus mejillas muy suavemente.
-Quítale las manos de encima Malfoy, déjala...dijo Ron tratando de apartarlo de Ginny.
-No seas estúpido, esta mal... ayuda, ayuda por favor...gritaba Malfoy.
Harry se arrodillo al
lado de Ginny sin saber que hacer. Tomo la mano de Ginny, su pulso se
sentía débil, ¿pero que había pasado?. Y
el en su afán por atrapar la snitch, no se había
percatado de nada.
Pronto llego Dumbledore y con un estallido de
su varita hizo retornar un poco la calma en aquel pandemonium. Hizo
unas florituras con su varita y coloco a Ginny en una camilla. Fue
traslada a la enfermería. Todos fueron tras ella.
Hermione
lloraba, todo lo acontecido le hacia recordar cuando Harry había
caído durante un partido en el tercer curso, en aquel momento
había sido por causa de los dementores. Pero lo ocurrido a
Ginny era un total misterio. Ginny se mantenía sobre su escoba
en el aire viendo absorta como Malfoy perseguía a Harry que
iba tras la snitch, y de repente un rayo rojo salido de alguna parte
le había impactado en la espalda y había caído
de su escoba aproximadamente unos quince metros.
Frente a las
puertas de la enfermería, Harry, Hermione, Ron y Malfoy junto
a algunos profesores esperaban. Dumbledore y la Profesora McGonagall
estaba adentro con Madame Pomfey, quien no los había dejado
entrar.
Ron miraba furioso a Malfoy, quería gritarle que se
fuera, pero con todos esos profesores tan cerca no le parecía
prudente.
Harry había perdido el color de su cara y se
hallaba un poco alejado de los demás. Se sentía
mareado. Sentía que si a Ginny le pasaba algo... "No podré
soportar perder otra vez a alguien que amo", pensó con
rabia, tratando de ahogar el dolor que se adueñaba de su
corazón y de su mente.
Hermione, quien abrazaba a Ron,
también miraba a Malfoy algo le decía que el tenia la
culpa, pero no había evidencia que hubiese hecho algo. El
estaba al igual que Harry tras la snitch, no podía haber hecho
un hechizo. Pero la hacia dudar el hecho, de que unos segundos antes
de que Ginny fuera alcanzada por el hechizo, Malfoy había
detenido su vuelo y había dirigido su mirada hacia Ginny, era
como si el hubiese presentido lo que iba a pasar. Sin embargo no
podía negar que se veía muy preocupado.
Luego de
media hora Madame Pomfey anuncio a los presentes, que Ginny se
encontraba muy delicada, pero que se recuperaría. Permitió
que entraran a verla.
-A donde vas tu Malfoy, no te atrevas a acércate a mi hermana...dijo Ron furioso sin poder contenerse, al ver que Malfoy venia tras ellos.
-No pienso discutir contigo Weasley. Voy a ver a Ginny aunque tenga que...comenzó a decir Malfoy ante la actitud de Ron.
-Caballeros por favor, no es momento para discutir. Hagan una tregua, por el bien de la Señorita Weasley...dijo Dumbledore con tono severo.
-Si no se comportan, nadie vera a Ginny...dijo Madame Pomfey impidiendo la entrada.
-Tranquila Popys, ellos se comportaran, ¿no es así?...dijo la profesora McGonagall mirándolos tras sus gafas cuadradas.
-Si...contestaron todos.
Aunque Ginny paso varios días nuevamente en la enfermería, era visitada constantemente. Hermione había hecho un horario de visita, ajustado a las normas impuestas por madame Pomfey, con la idea de evitar que Harry y Ron se encontraran con Malfoy y surgiera una pelea que impidiera volver a ver a Ginny. Ron y Harry habían aceptado a regañadientes y no entendían porque Hermione había ido a comunicárselo a Malfoy, al día siguiente de haber ingresado Ginny a la enfermeria.
-Es por el bien de todos. Además el tiene derecho a visitarla...había dicho Hermione tratando de explicarse.
-Como que tiene derecho? Ese idiota no tiene porque acercarse a mi hermana y tu le pones las cosas fáciles...decía Ron con tono ofendido.
-Nos guste o no, queramos o no, Malfoy es el novio de Ginny, así lo ha querido ella y no nosotros no tenemos derecho a impedir que el la vea, además esta preocupado por ella...dijo Hermione tratando de hacer entrar en razón a Ron.
Harry no había querido opinar. Le causaba tanta molestia como a Ron, el tener que compartir los pocos momentos que podía estar con Ginny con Malfoy, pero no podía dejar de reconocer que ha Malfoy se le veía preocupado o al menos eso era lo que aparentaba.
-Este es el horario de visita, para que todos podamos ver a Ginny...le había dicho Hermione acercándose hasta la mesa de Slytherin para entregársela a Malfoy.
-Gracias...dijo escuetamente, Malfoy sin detenerse a
mirarlos.
Los tres amigos se miraron asombrados, Malfoy había
dado las gracias.
-Gracias por venir a verme...dijo Ginny cuando ya había recobrado sus fuerzas...Madame Pomfey me ha dicho que has venido todos los días
-He tratado de venir las veces que he podido, aunque no han sido todas la que he querido...dijo Malfoy dándole un pequeño beso en los labios.
-Y eso porque? Muchos deberes?...pregunto Ginny con una sonrisa ante la preocupación de Malfoy.
-No. Tu amiga Granger hizo un horario de visita y he tenido que cumplirlo...dijo Malfoy algo molesto.
-Un horario de visita?...dijo Ginny entre rizas.
-Si, para que todos pudiéramos verte, sin la posibilidad de que tu hermano y yo nos peleáramos...dijo Malfoy aun más molesto.
-Te agradezco que hallas hecho el esfuerzo de no hechizar a mi hermano...dijo Ginny tomando la mano de Malfoy.
-Lo dices como si el fuera una mansa paloma...dijo Malfoy ofendido.
Ginny trato de no reírse. Se sentía contenta al saber que el había estado tan pendiente de ella, al igual que sus amigos y Harry. "Por que será que nunca puedo apartarlo de mi mente", pensó Ginny.
La victoria de Griffindors se había validado, al reconocerla el capitán del equipo de Slytherin, lo que le valió a Malfoy que toda su casa en pleno no le hablara por varias semanas. Hasta sus inseparables amigos Crave y Goyl ya no lo acompañaban. Snape se había visto en la necesidad de reunir a todos los Slytherin en la sala común, para explicarles que Malfoy había hecho lo correcto y hacerlos entender que no había razón para negar el triunfo y recordarles que la casa en pleno estaba bajo averiguación, por ser los principales sospechosos de lo ocurrido a Ginny Weasley.
Una investigación por parte de los miembros de la Orden del Fénix se había iniciado desde el mismo momento de ocurridos los hechos. Habían llamado a todos los testigos presénciales Habían sospechado de Malfoy y los de Slytherin desde un primer momento, pero armando el rompecabezas en que se había convertido todo el asunto y como Harry supo después por Lupin y Moody, sospechaban que alguien ajeno al colegio había realizado el maleficio que había lesionado a Ginny. Sin embargo no entendía el motivo de tal agresión. Porque había sido atacado Ginny era para todos un gran misterio.
