Capitulo Treinta
VERDADES AL DESCUBIERTO
-Hermione, amiga...dijo Ginny dulcemente tomando la mano de su amiga.
Ella levanto su mirada y al ver a Ginny allí a su lado, la abrazo.
-Tenias razón, tenias razón, debí romper esa carta, debía decirle la verdad a Víktor...dijo Hermione llorando.
-Bueno, lo hecho, hecho esta. No vale la pena que te tortures por lo que ya no tiene remedio. Ahora tenemos que pensar en convencer a mi testarudo hermano de que...
-No, si Ron no me cree, no voy a suplicarle...dijo Hermione secándose las lagrimas.
-Pero le explicaste como fueron las cosas?...pregunto Ginny
-No, no me dejo hablar...dijo Hermione volviendo a llorar nuevamente.
-Tranquila Hermione, Ron te ama y tu lo amas, eso es lo que importa...dijo Ginny tratando de consolar a su amiga. Pero no estaba tan segura de que las cosas fueran a resolverse tan fácilmente.
Harry ya había buscado en varias partes sin lograr conseguir a Ron. Ya era la hora de la cena, pero no tenia hambre. Cuando llegaba al vestíbulo del castillo, para buscar por tercera vez en las mazmorras, se consiguió a Luna. Se había olvidado por completo que habían quedado verse en el gran comedor.
-Hola Harry...dijo ella dándole un beso en la mejilla...pero que te pasa, ocurre algo?
Harry le contó a medias lo que había pasado. Ella lo escucho atentamente. De repente ella cerro los ojos por unos minutos y suspiro profundamente. Harry quedo sorprendido ante extraña actitud de Luna. Pero ella abrió los ojos y dijo muy segura:
-Búscalo cerca de la cabaña de Hagrid, esta sentado sobre unos troncos...pero que esperas, corre, ve a buscarlo...dijo Luna impaciente ante la actitud perpleja de Harry ante sus palabras.
Harry llego hasta donde Luna le había
dicho y efectivamente allí, estaba Ron.
Tenia la cabeza
entre sus manos, mientras hacia un pequeño balanceo con su
cuerpo hacia delante y atrás. Harry se acerco a el con
cautela. Se sentó a su lado. Y despacio, coloco su mano sobre
el hombro de su amigo.
Ron levanto la cabeza. Tenia la mirada
perdida.
-Ron, amigo...dijo Harry suavemente.
-Por qué me hizo esto?...dijo Ron con voz monótona.
-Ron no te ahogues en un vaso de agua. No veo que todo esto sea tan grave, era simplemente una carta...dijo Harry con cautela, tratando de hacer entrar en razón a Ron.
-No lo entiendes Harry. Yo no puedo competir contra Víktor Krum. Si el se lo propone puede quitarme el amor de Hermione...dijo Ron con lagrimas en sus ojos.
-Por Dios Ron, ¿por qué te subestimas tanto?. Tu eres una gran persona. Además Hermione te escogió a ti. Aceptó ser tu novia y acepto tu anillo de compromiso. No es suficiente eso para que estés seguro del amor que Hermione te profesa...dijo Harry más seguro de sus planteamientos.
-Pero no le dijo a Krum de nuestra relación y encima le acepta un regalo...dijo Ron comenzando a subir el tono de su voz. Se paro. Le dio un golpe seco con su mano formando un puño, a un árbol que había cerca.
-No dejes que los celos te nublen la razón. Hermione te ama y tu lo sabes...dijo Harry con voz determinante.
Ron miro a Harry. Y sin más, comenzó a alejarse del lugar, con rumbo al castillo.
Harry le grito furioso:
-Pero que obstinado eres...¿vas a dejar perder el amor de Hermione, por tu inmadures?...así si es verdad que le vas a dejar el camino libre a Krum.
Ron continuo su camino.
Varios días pasaron.
Ni Hermione, ni Ron se hablaban, y se
evitaban mutuamente.
Harry y Ginny no sabían que hacer.
Ninguno de los dos quería dar el primer paso: Hermione
tenía miedo de ser rechazada y Ron se sentía muy
ofendido.
Nadie en todo el castillo sabia realmente lo que había
pasado entre Ron y Hermione. Habían muchas especulaciones.
Ni
Malfoy ni Luna habían dicho nada, aunque muchos les habían
preguntado, ya que siendo las parejas de la hermana de uno de ellos y
del mejor amigo de ambos, tenían que saber de primera mano la
verdad de los acontecimientos.
Malfoy no se sentía muy a
gusto con el hecho de que Ginny y Harry se vieran tan seguido,
tratando de ver como lograban reconciliar a Ron y a Hermione. Sin
embargo Luna era muy discreta y respetaba la privacidad de Harry.
Un día luego de los entrenamientos, Harry y Ginny se habían quedado hablando en los vestuarios
-Jamás pensé que Ron fuera tan obstinado...dijo Harry mientras guardaba los implementos de quidditch en un armario.
-Es un inmaduro, orgulloso. Y Hermione no se queda atrás...dijo Ginny muy molesta. Ya que ambos habían tratado en todas las formas de que Ron y Hermione hablaran.
-Realmente ya no se me ocurre que más podemos hacer...dijo Harry sentándose a su lado.
-Y saber que todo esto los esta afectando. Hermione ya no come, todo se la pasa encerrada en la biblioteca metida entre los libros y Ron ya ni habla, hasta se me ha olvidado el tono de su voz...dijo Ginny muy preocupada, sus ojos se humedecieron...y todo por un estúpido mal entendido.
Harry no pudo soportar ver llorar a Ginny y la abrazo.
-Tranquila, esos dos testarudos entraran en razón...dijo Harry tratando de consolarla.
Ella tomo su mano y ambos se miraron. Harry le dio
un pequeño beso en la mejilla.
Un ruido los hizo
separarse. Miraron hacia donde se había producido el ruido.
En la puerta de entrada a los vestuarios, estaban Malfoy y
Luna.
Ginny y Harry se pararon al mismo tiempo. Cuanto habían
visto, fue una interrogante que cruzo por la mente de
ambos.
-Lamentamos interrumpir tan tierna reunión...dijo Malfoy arrastrando sus palabras y con sus fríos ojos grises capaces de helar la sangre.
-Draco, hola...¿nos vamos?...dijo Ginny nerviosa, tomando su mochila y agarrando por el brazo a Malfoy sacándolo de allí.
Harry no sabia que decir, Luna no había partado sus ojos de Ginny y la vio alejarse. Trato de asumir la misma actitud evasiva de Ginny.
-Déjame terminar de acomodar esto y nos vamos...dijo Harry sonriendo, tratando inútilmente de no lucir nervioso.
Luna lo miraba serenamente. Harry sentía que ella le estaba desnudando sus pensamientos.
-Esta listo. Vamos...dijo Harry agarrando a Luna por una mano.
-No sientas pena de tus verdaderos sentimientos...dijo Luna tranquilamente.
Harry sintió que se sonrojaba. Trajo fuerte.
-Luna no es lo que tu piensas, Ginny solo es mi amiga...dijo Harry con seguridad, porque sabia que había aprendido a querer a Luna.
-Harry yo se que tu amas a Ginny Weasley...dijo Luna acariciando el rostro de Harry.
Luna coloco el dedo índice de su mano derecha sobre los labios de Harry, cuando el trato de hablar para desmentir las palabras de Luna.
-Igual a lo que siento por Ronald Weasley...dijo Luna suavemente...o creía sentir
Harry
la miro con asombro. Realmente Luna era desconcertante. El había
sospechado, desde el día que la conoció en el Expreso
de Hogwarts, que ella sentía algo por Ron.
Nunca se
imagino que ella se lo diría tan sinceramente.
Pero ella
había corregido el verbo, de presente lo había
transformado en pasado.
Tal vez, el también debía
hacer lo mismo, dejar de soñar por algo que quizás
nunca sería y aceptar lo que el presente le estaba
ofreciendo.
-No puedo negarte lo que acabas de afirmar, pero a veces uno tiene sueños, que cree serán maravillosos, pero luego descubre que la realidad es mucho mejor...Y yo descubrí que tu... Luna Lovegood eres mi realidad.
Ginny y Malfoy se
habían despedido en el vestíbulo del castillo. Ella
tenia reunión de prefectos.
Aunque Malfoy no había
dicho nada, y seguía comportándose igual que siempre,
Ginny sabia que estaba muy molesto, la arruga que solía
formarse entre sus cejas cada vez que estaba furioso, no había
desaparecido desde que habían salido de los vestuarios. Lo vio
alejarse y se extraño que no había tomado el camino a
las mazmorras, donde quedaba la casa de Slytherin, sino que había
tomado hacia el ala oeste del castillo. Sin embargo en vista de que
se le hacia tarde, decidió no prestarle más atención
a eso.
Horas más tarde, la reunión había terminado, Ginny subía las escaleras principales, junto a Colin, cuando recordó que había dejado el libro de actas en el salón donde se había desarrollado la reunión. Colin insistió en acompañarla, pero le dijo
-No te preocupes, Colin. Puedo ir sola.
Una vez de
regreso, ya con el libro de actas en sus manos, regreso al vestíbulo
para subir las escaleras. Un reloj le indicaba que eran las doce de
las noche, la reunión de había prolongado más de
lo debido. Había subido al tercer peldaño de la
escalera, cuando escucho un crujido y mirando detrás de su
espalda, con la varita en la mano, descubrió que era Malfoy,
quien entraba por la puerta principal del castillo. Traía su
capa sobre la túnica y el uniforme escolar.
Malfoy se
sobresalto al verla.
-¿Que haces aquí?...pregunto Malfoy algo molesto.
-Acaba de terminar la reunión. Y tu de donde vienes?...pregunto Ginny.
-De dar un paseo...dijo Malfoy arrastrando las palabras.
Ginny se dio cuenta que traía los zapatos llenos de barro, al igual que el ruedo de la capa, algo demasiado extraño en Malfoy que siempre andaba impecable. Algo estaba ocultando.
-Ginny, quiero hacerte una pregunta y quiero que me respondas con la verdad...dijo Malfoy agarrando a Ginny por los hombros y atrayéndola hacia el.
Ginny sentía un poco de miedo. Malfoy se comportaba extraño, hablaba con voz queda y sus ojos no tenían su brillo habitual.
-¿Que sientes tu por mi?...pregunto Malfoy acariciando el rostro de Ginny.
Ginny no contesto inmediatamente. Esa misma pregunta se la había hecho muchas veces. Sin embargo cuando había estado con Harry y se había dado cuenta de que Malfoy los había visto, en ese momento ella sintió temor de que Malfoy confundiera las cosas, como lo había hecho su hermano con Hermione. Y recordó todos los nuevos sentimientos que había descubierto al lado de Malfoy. Entonces reconoció que si lo amaba, tal vez no con la misma intensidad con que había amado a Harry.
-Draco, cuando comenzamos nuestra relación, sabias que yo sentía algo por alguien más y tu lo aceptaste. Y te has esforzado mucho porque yo llegara a amarte...sonrió al ver la cara de molestia que había adoptado Malfoy...pero déjame decirte que hiciste un buen trabajo, lo conseguiste.
Malfoy tardo unos segundos en entender las palabras de Ginny. Ella le dio un pequeño beso en los labios para confirmarlas. Sin embargo Malfoy hizo algo que la desconcertó. El bajo la mirada y le dijo en un susurro.
-Perdóname
Y dicho esto, bajo corriendo las escaleras que conducen a las mazmorras.
Dos días paso Malfoy huyendo de Ginny. Ella no entendía su actitud, quería hablar con el, pero entre la preocupación por Hermione y Ron, el montón de tarea que se acumulaba, en vista de la cercanía de los TIMOS y los entrenamientos de quidditch no había logrado buscarlo para saber que le pasaba.
En
la noche del segundo día, luego de que Ginny le confesara sus
sentimientos a Malfoy, ella estaba hablando con Hermione en su
dormitorio, tratando de hacerla entrar en razón. Cuando una
lechuza color pardo entro por una ventana, y dejando un sobre en el
regazo de Ginny salió volando.
Ginny abrió el sobre,
era una carta
Hola. Necesito verte. Te espero en el ala este del castillo. A las 10 en punto. Draco.
Era muy corta. No le
pareció la caligrafía de Malfoy, pero parecía
que había sido escrita muy deprisa. Sin mediar muchas palabras
con Hermione, tomo su capa y salió corriendo a encontrarse con
Malfoy.
Hermione se extraño ante la actitud intespectiva de
Ginny, pero se encogió de hombros y decidió irse a
dormir. Sin embargo un presentimiento la hizo detenerse. Agarro la
carta que había caído al suelo. La leyó. Una
duda surgió en su mente. Corrió hasta el baúl de
Ginny, habían comenzado a entrar al dormitorio algunas de las
compañeras de Ginny.
Busco rápidamente en su
interior y encontró unos apuntes que Malfoy le había
prestado de Pociones, para que se prepara para los TIMOS.
Comparo
ambas caligrafías. Y con horror descubrió que no eran
iguales.
Y recordó que el ala este del castillo conduce al
Bosque Prohibido.
