Capitulo Treinta y uno
MOMENTOS DE CONFUSIÓN
Hermione bajo corriendo las escaleras, hasta llegar a la sala común. Harry se encontraba en una de las mesas de trabajo, escribiendo un informe sobre Defensa contra las artes oscuras. Hermione llego hasta el y con voz temblorosa y agitada le dijo
-Harry, Harry. Ven, vamos...tomo aire para poder hablar...es muy importante. Ginny esta en peligro.
-Cálmate Hermione, ¿de que hablas?...pregunto Harry tomándole la mano a Hermione para tratar de tranquilizarla.
-Es Ginny, recibió una carta de Malfoy para verse cerca del bosque prohibido...dijo Hermione recuperando el aliento.
-Y qué, lo máximo que puede pasar es que Filch los encuentre, y ambos son prefectos, pueden inventar cualquier excusa, además tu sabes que Filch no se metería con Malfoy...dijo Harry sin darle importancia al asunto.
-No Harry, tu no entiendes...dijo mientras le mostraba la carta a Harry, sus manos temblaban...esta no es la letra de Malfoy, otra persona escribió esto, para asegurarse de que Ginny asistiera.
Harry miro la carta. Su corazón
comenzó a latir rápidamente.
Corrió
escaleras arriba. Tomo su capa invisible sin prestar atención
a la cara de intriga de sus compañeros de cuarto, y junto con
Hermione salieron por el retrato de la señora gorda.
Ginny había llegado al sitio señalado, pero no había rastros de Malfoy. Agudizo su mirada, para tratar de ver a través de la penumbra de la noche, ya que la luz en esa área del castillo era algo escasa. Escucho un ruido como de pisadas.
-Draco, Draco, ¿estas ahí?...pregunto Ginny acercándose a uno de los senderos que conducen al bosque prohibido.
-Si, ven...escucho decir a una voz que arrastraba las palabras, proveniente de entre los arbustos.
Ginny se adentro. La luz disminuía a medida que caminaba. Saco su varita
-Lumos...dijo en un susurro. Una pequeña luz apareció de la punta de su varita...Draco, este lugar es peligroso para un encuentro.
-Confía en mi. Ven...volvió a escucharse la voz.
A Ginny no le parecía ese un sitio apropiado de reunión, pero como realmente quería hablar con Malfoy, siguió caminando hacia las profundidades del bosque. Quería saber la razón de su actitud hacia ella.
Llego a un pequeño claro. Malfoy estaba parado
cerca de un árbol de donde pendía una especie de rueda
negra, vieja, parecía de plástico.
Ginny se acerco
sonriente a Malfoy, pero el no le respondió la sonrisa, ni
siquiera la miro. Tenia la mirada perdida, sus ojo grises estaban
fijos, no tenia expresión en su pálido rostro.
-Draco que te pasa?...dijo Ginny con cautela, acercándose muy despacio. Algo no andaba bien.
De repente, Ginny sintió un intenso dolor en su costado izquierdo. Era un dolor quemante que rápidamente se extendió por todo su cuerpo. La mirada se le nublo y su mente quedo en blanco, sintió caer como en un vació. A su boca llego el sabor de la tierra mojada.
Harry y Hermione caminaban rápidamente, bajo la capa invisible.
-Aquí es donde deberían estar...dijo Harry, mirando a todos lados.
-Mira Harry pisadas. Se dirigen al bosque prohibido...dijo Hermione señalando hacia el suelo húmedo.
-Vamos...dijo Harry seguro, con la capa aún cubriéndolos.
Con sus varitas iban iluminando el suelo
que pisaban y logrando distinguir entre el musgo y el barro el rastro
de algunas pisadas recién hechas.
Al llegar a un pequeño
claro, se despojaron de la capa. Observaron el lugar. En el suelo
habían más huellas de pisadas, aunque de diferentes
tamaños y una extraña marca, como si se hubiese
arrastrado algo pesado por el barro, se entendía hasta un
árbol cercano.
-Que hace un neumático ahí?...pregunto Hermione extrañada de ver ese objeto muggle colgado de un árbol en el bosque prohibido de Hogwarts.
Harry se acerco a el y lo examino cuidadosamente. Vio como hacia unos pequeños movimientos circulares, parecía que algo o alguien lo había tocado, por que no había viento o brisa que hiciera pensar que era el causante de ese movimiento. De repente una idea surco su mente.
-Es un traslador...dijo Harry en un susurro.
Hermione dio un pequeño
grito cuando vio en el suelo cerca de las raíces del árbol,
que sobresalían de la tierra, una bufanda con los colores de
Gryffindors y las iniciales G.W.
Ambos amigos se miraron. Y sin
pensarlo siquiera colocaron sus manos sobre el neumático.
De bruces cayeron al suelo. Harry ayudo a levantar a Hermione. Estaban un poco mareados. Una vez recuperado su sentido de la orientación, Harry y Hermione vieron a su alrededor. Estaban en el jardín de una mansión, vieja y abandonada. Hermione tomo el brazo de Harry.
-Donde estamos?...pregunto Hermione muy asustada.
-No tengo ni idea...dijo Harry tratando de agudizar todos sus sentidos.
-Mi Señor nunca se equivoca...bienvenido bebe Potter...dijo una voz de mujer entrecortada por una riza fría.
Ambos amigos se miraron
-Accio varitas...dijo una voz masculina que Harry reconoció rápidamente.
Harry y Hermione
desviaron sus miradas hacia donde provenían las voces.
Eran
Colagusano y Bellatrix. Estaban vestidos con túnicas muy
raidas. Y ambos tenían sus rostros muy demacrados y más
delgados que la última vez que Harry los había
visto.
-Oh, pero si el bebe Potter viene acompañado...dijo Bellatrix acercándose a Hermione apuntándola con su varita...me acuerdo de ti
Instintivamente Harry se coloco
delante de Hermione.
Bellatrix los miro con profundo odio y su
riza fría sonó por todo el jardín.
-Cuida de no estropear los planes del Señor Oscuro...dijo Colagusano apuntando con su varita a los dos chicos, hizo un movimiento con ella y de su punta salieron gruesas cuerdas que se enredaron entre las muñecas y los tobillos de Hermione y Harry. Perdieron el equilibrio y cayeron al piso.
Indefensos como estaban, sin sus
varitas y atados, fueron conducidos por el interior de la mansión
que aún mostraba vestigios de un pasado glamoroso. Harry tenia
el presentimiento de haber estado antes en ese sitio. Solo fue cuando
recorrió un pasillo que conducía a una especie de
salón, que recordó haber soñado con ese lugar en
dos oportunidades, hacían ya varios años.
Entraron a
un lugar sucio, con un olor a humedad muy penetrante. Gruesos hilos
de telarañas colgaban del techo y de dos lámparas
antiguas. Un fuego ardía en una chimenea polvorienta y
derruida. En una alfombra harapienta se encontraba una serpiente
verde intenso, que levanto su cabeza y clavo sus ojos amarillo en
Harry.
Desde las sombras de la habitación se dejo escuchar
una voz fría, silbante que hizo erizar los pelos de la nuca de
Harry y Hermione.
-Otra vez volvemos a encontrarnos Harry Potter...dijo Voldemort a medida que salía de la penumbra.
Un dolor agudo, punzante y quemante nublo la vista de Harry. La cicatriz de su frente parecía quemarle el cerebro. Nuevamente perdió el equilibrio y cayo sobre el polvoriento y sucio suelo.
-Así me gusta...así me gusta...Harry Potter...ese es tu lugar...a mis pies...dijo Voldemort acercándose a Harry...CRUCIO
Otro
intenso dolor aún más fuerte, recorrió cada
fibra y célula del cuerpo de Harry, podía sentir como
sus huesos crujían. Sintió nauseas. Abrió los
ojos y un vértigo le hizo perder el conocimiento.
Hermione
gritaba mientras veía como Harry se retorcía en el
suelo. Bellatrix se acerco a ella y con su mano abierta, golpeo a
Hermione en la mejilla derecha.
Ron se despertó
sobresaltado. El sudor corría por su pecosa cara. Había
soñado que Harry y Hermione estaban en un lugar oscuro y que
Voldemort estaba allí.
Se levanto fue al baño a
lavar su cara. De regreso a la habitación, miro hacia la cama
de Harry y algo le hizo descorrer las cortinas con dosel
El
corazón le dio un vuelco, Harry no estaba.
Abrió el
baúl de Harry y busco con ansia en su interior. La capa
invisible no estaba.
Desesperado despertó a
Neville.
-Neville, Neville, despierta por favor.
-Umm. Que pasa?...dijo Neville abriendo lentamente los ojos.
-Has visto a Harry, no sabes si ha ido a alguna parte?...dijo Ron zarandeando a Neville para que despertara
-Bueno no se...yo vi que tomo... algo de su baúl... y...salió con Hermione muy aprisa...dijo Neville entre bostezos.
Ron no necesitaba oír más. Tomo su capa y salió hacia la sala común.
Ginny volvía poco a poco a sentir los
latidos de su corazón. Trato de moverse, porque estaba boca
abajo y el dolor en su pecho no la dejaba respirar bien, pero
comprendió que estaba atada.
No sabia donde estaba, ni
cuanto tiempo tenia allí. Escucho unas voces acercándose,
por lo que volvió a cerrar los ojos y trato de no
respirar.
-El Señor Oscuro, por fin tendrá su venganza...decía una voz de mujer con tono de satisfacción...el joven Malfoy fue de mucha ayuda después de todo. Lucius estará muy complacido y orgulloso de que su hijo halla ayudado a mi Señor a atrapar a Harry Potter.
El
dolor que Ginny experimentaba luego de recibir el impacto de ese
hechizo que la había dejado inconsciente, era nada comparado
con el que aquellas palabras comenzaban a causar en su mente y en su
corazón.
Malfoy la había usado. La había
usado para atraer a Harry. Atraerlo hasta Voldemort.
Ahora lo
entendía todo. Por eso la había enamorado. Hermione
tenia razón.
Ese era el presentimiento, la duda que
siempre surgía en su mente. Draco Malfoy no la amaba, nunca la
amo.
No había cambiado como ella había pensado. Solo
se había perfeccionado para seguir el camino de su
padre.
Trato de reprimir las lagrimas. No podía dejarse
vencer. No era momento para lamentaciones. Si había podido
sobreponerse al desprecio de Harry, podía perfectamente
sobreponerse al desengaño de Malfoy.
Además para
ese momento seguro que ya Harry y quizás Hermione y su hermano
estaban en peligro.
Comenzó a planear la forma de salir de
allí. Pero sin su varita era poco lo que podía
hacer.
Hermione se despertó. Estaba en un lugar oscuro.
Se escuchaba el tintineo de gotas de agua. No lograba ubicarse. Sin
embargo por el rumor de voces que parecían salir del techo, le
hizo suponer que se encontraba en un sótano. Trato de moverse,
pero aún se encontrada atada. Trato de agudizar su oído,
pero solo oía pasos y palabras imprecisas.
Una angustia
invadía su corazón: ¿dónde estaría
Ginny, ¿Harry aún estaría con vida?.
