Capitulo Treinta y cinco

UN CAMINO YA RECORRIDO

Lupin y Moody entraron a la espaciosa sala de la casona, luego de unir sus varitas para que el hechizo invocado por cada uno, produjera una pequeña explosión, logrando crear un boquete en la doble puerta principal de caoba.
Otros miembros de la Orden del Fénix entraron detrás de ellos. Todo estaba en silencio y parecía solitario el recinto.
Por un pasillo desde el área oeste de la casa, entraban el señor Weasley y la profesora McGonagall seguidos por Ron y Luna.
Kingsley se acerco a Lupin, mirando con cautela a su alrededor.

-Debemos separarnos, hay que estar muy atentos. Pueden estar planeando una emboscada...dijo Kingsley casi en un susurro.

Luna miraba hacia el techo desde que había entrado a la casa por la puerta trasera, y tomando a Ron del brazo dijo:

-Están en la biblioteca...pero los mortifagos están en una sala ubicada hacia allá...señalo con su dedo el techo...pero Voldemort no esta con ellos

Todos intercambiaron miradas nerviosas.

-Y sabes como podemos llegar hasta esa biblioteca?...pregunto Ron a Luna con cierta duda.

-Si...dijo Luna, como si conociera el lugar donde estaba.

-Bueno Ronald ya sabes lo que tienen que hacer y no olvides lo que te dije...dijo el señor Weasley dándole un apretón en el hombro a su hijo.

Ron miro a Luna y ella hizo un movimiento afirmativo con su cabeza. Giraron sobre sus pies, y Luna entro por un pasillo ubicado debajo y a la izquierda de unas hermosas escaleras que conducían a un piso superior. Ron fue tras ella.
En ese momento un sonido, como de alas batiéndose al viento se dejo escuchar. El ave fénix de Dumbledore entraba por un gran ventanal.
Y Dumbledore aparecía en el medio de la sala.

Hermione escuchaba mucha agitación, pasos que iban y venían.

-Nos doblan en número...dijo alguien que Hermione no reconoció. Había pánico en su voz

-No seas estúpido, no pueden contra nosotros. El Señor Oscuro ya tenia por seguro, que algo así pasaría...dijo Bellatrix molesta.

Harry toco el cuello de Malfoy, busco su pulso y casi no era perceptible.

-Tiene pulso...dijo Harry rápidamente. Pero sabia que si no se hacia algo y pronto, tal vez no seria así por mucho tiempo..

Se escucharon nuevos pasos. Harry se levanto rápidamente, empuño la varita y apunto hacia la puerta, dispuesto a atacar al primero que apareciera.
La puerta se abrió, y un mortifago entro rápidamente.

-¡Aquí esta Potter!...grito al tiempo que levantaba su varita y lanzaba un hechizo paralizador. Harry hizo lo propio. Ambos rayos chocaron en el aire y sus direcciones fueron desviadas, impactando uno contra la lámpara ovalada que colgaba del techo y otro contra uno de los estantes lleno de libros.
El estruendo fue impresionante. La lámpara cayo, haciéndose mil pedazos, las velas salieron disparadas en todas direcciones, y partes del techo cubrieron rápidamente el piso, de igual forma el estante caía y levantaba una enorme nube de polvo.
Harry había rodado por el suelo, para evitar ser aplastado por el armario. Sintió que no podía respirar, ya que a sus pulmones habían llegado buena parte del polvo. Sus ojos se llenaron de lagrimas por el picor que lo producían los restos del techo desplomado.

Trato de mantener todos sus sentidos alerta. Sin embargo su tos y sus estornudos le impedían escuchar que pasaba a su alrededor
Una vez que el polvo se disipo, que su vista se aclaro y su respiración volvió a la normalidad. Se incorporo.
Había una montaña de escombros, libros y parte del estante entre donde el se encontraba y la puerta.

Miro a su alrededor. Ni Ginny, ni Malfoy estaban. Se los habían llevado.

El señor Weasley se acerco a Dumbledore, mientras Lupin, Moody y Kingsley subían por la enorme escalera, luego de escuchar aquel estrépito que se había originado en la biblioteca.
Tonks, madame Bones y otros miembros se dividían en parejas y comenzaron a caminar por los diferentes pasillos de la planta baja.

-Luna dijo que los mortifagos no están acompañando a Voldemort...dijo el señor Weasley pasándose la mano por el poco cabello rojizo que le quedaba en la cabeza...crees que sea así.

-Voldemort quiere a Harry, para acabar con el. Por eso sus mortifagos van a tratar de distraernos…dijo Dumbledore mientras recorría con su mirada el techo, era como si pudiera ver a través de la gruesa capa de cemento, que dividía un piso de otro...pero eso no será aquí. Va a separarlo de nosotros.
El ave fénix revoloteaba sobre su cabeza. E inundaba la amplia sala con su hermoso canto.

Ron y Luna subían por la misma escalera de caracol, que minutos antes Malfoy y Harry usaron para llegar hasta Ginny.

-Harry, Harry...grito Luna al traspasar la puerta que había al final del túnel.

Harry y Luna se abrazaron, mientras Ron se acercaba a Harry y le daba unas pequeñas palmadas en la espalda.

-Me alegro que estés bien...dijo Ron con voz queda, ya que, aunque estaba feliz por ver a Harry vivo, su angustia no había disminuido al notar que ni Hermione, ni Ginny estaban con el.

Harry les explico rápidamente lo que había pasado. Y donde posiblemente estaba Hermione.

-Pero no se a donde se han llevado a Ginny...dijo Harry muy preocupado.

-Son todos unos idiotas...oyó Hermione decir a Bellatrix con un tono de voz escalofriante...como se les ocurre dejar solo a Potter, ya debe haberse reunido con sus amigos...si los planes fallan, el Señor Oscuro, no tendrá compasión con ninguno...con ninguno.

-Mi señor...mi señor no tendrá por que preocuparse... aun tenemos en nuestro poder a la chica Weasley... Potter no resistirá la idea de rescatarla... y a si... mi señor podrá derrotarlo...dijo alguien entrecortadamente por el terror...el plan original aún se mantiene.

-Llévenla al sitio acordado...y dejemos que Potter llegue...así el Señor Oscuro lo tendrá en su poder... dijo Bellatrix con voz fría.

Hermione sintió desesperación ante aquella revelación. Ginny estaba en poder de los mortifagos. Y seria el señuelo para atrapar a Harry.

Harry, Ron y Luna habían logrado llegar hasta el pasillo, fuera de la biblioteca. En la dirección este se veía una puerta corrediza de madera y hacia el oeste el pasillo se dividía en tres, uno de ellos terminaba en una escalera.

-Es por allí...dijo Luna sin matices de duda en su voz, señalando la escalera.

Harry y Ron se miraron.

-Vamos...dijo Harry ante la cara de asombro de Ron, ya que estaba cada vez más sorprendido de los poderes de Luna.

Con cautela comenzaron a bajar por esas escaleras.

De repente un ruido seco hizo estremecer las paredes, donde estaba Hermione.
Gritos, hechizos y maldiciones se dejaron escuchar.
Hermione supo que algunos miembros de la Orden habían llegado y se enfrentaban a los mortifagos.
Harry, Luna y Ron se quedaron paralizados, en el medio de la escalera, al escuchar voces y un gran estruendo, proveniente del lugar donde terminaba la escalera.

-Los miembros de la orden están enfrentando a los mortifagos...dijo Ron con un hilo de voz.

Harry tuvo un presentimiento. Tomo a Ron y a Luna por el brazo y los hizo retroceder. Sin saber porque, ellos corrieron detrás de Harry y se escondieron en un armario a pocos metros de la escalera.

-Que pasa Harry?...dijo Ron recobrando el aliento.

En ese momento su pregunta fue respondida. Desde el pasillo se escuchaban pasos apresurados y gritos. Los mortifagos habían escapado por la escalera, donde segundos antes los tres chicos había estado y que de no haberse retirado de allí a tiempo, se habrían encontrado frente a frente.

-Vamos Kingsley, avisemos a Arthur, Lucius y McMair han logrado escapar...dijo Lupin con voz agitada.

Los tres chicos abrieron la puerta del armario, donde se escondían.

-Harry, estas bien?...dijo Lupin al ver a Harry mientras caminaba hacia el.

Harry se sintió extraño, mientras Lupin lo abrazaba. Jamás había hecho eso.

Bajaron nuevamente hasta la cocina. Todo era desorden. En las sucias y viejas paredes se veían rastros de la lucha que hacia momentos se había llevado acabo. Cuatro mortifagos yacían en el suelo inconscientes y atados.

Tonks entraba a la cocina, jadeando

-Hemos encontrado al chico Malfoy. Esta realmente mal.

-Hay que llevarlo a San Mugo...dijo Madame Bones que venia detrás de Tonks...así que Minerva nos acompañara.

Los demás aprobaron la decisión. Después de todo Malfoy había salvado a Ginny.

Harry recordó las palabras de Malfoy.

-Aquí debe estar Hermione...dijo Harry mientras recorría desesperadamente con su mirada el lugar en busca de alguna puerta...Malfoy me dijo que estaba en un sótano.

Todos se sumaron a la tarea, de buscar una entrada a ese sótano.
A los pocos minutos de infructuosa búsqueda, Ron dio una patada de impotencia, a una estatua en forma de pantera que estaba ubicada en una esquina. Para el asombro de los presentes, una parte del suelo se movió, dejando al descubierto un agujero del tamaño de una persona. Sin pensarlo Ron se metió por allí. Harry lo siguió.

-Lumos...dijo apuntando con su varita a los escalones que pisaba, descendiendo hasta llegar a una especie de cueva, donde un sonido parecido al de una cascada, rompía el silencio del lugar...Hermione, Hermione, soy yo Ron.

Un ruido lo hizo detenerse. Harry levanto la varita, listo para el ataque.

-Lumus soler...dijo Ron apuntando hacia el techo de la cueva, iluminando todo el lugar.

Allí estaba Hermione, sobre una especie de catre. Atada y amordazada. Ron sintió que todas sus dudas, rencores y celos desaparecían de su corazón. Corrió hacia ella. Con ayuda de su varita logro quitarle las cuerdas que apretaban sus muñecas y tobillos. Y le quito la mordaza.

-Hermione, ¿estas bien, ¿estas bien?...dijo mientras la abrazaba y la besaba...perdóname...perdóname...soy un...

Hermione no lo dejo terminar, colocando su mano sobre los labios de Ron. Solo se miraron y volvieron a abrazarse.
Harry sonrió al ver que su amiga estaba viva.
Al ver la actitud de Ron, recordó lo que el había sentido al encontrar a Ginny y reconoció que el hubiese actuado igual que su amigo, si Malfoy no hubiese estado presente.

Un dolor intenso volvía a nublar su vista. La cicatriz volvía a dolerle. Se tambaleo.
Sin embargo una profunda rabia lo invadió, sintió un odio infinito.

-¡YA BASTA! ¡SE ACABO!...grito Harry aferrando la varita que traía en su mano y mirando hacia el techo, como tratando de ser oído...ME OISTES, ESTO SE ACABO.

Salió hacia la cocina. Sin detenerse atravesó una reja de hierro que daba hacia el jardín. Lupin y Moody lo siguieron.

-¡Voldemort!. ¡Aquí estoy, no te escondas, no seas cobarde!...grito Harry, aunque ya el dolor se extendía por todo su cerebro, miraba al cielo donde los matices del amanecer, nacían entre las sombras de una noche que comenzaba a morir...¡a mi es a quien quieres...aquí estoy!

De repente vio hacia su izquierda.
Allí había un pequeño camino de tierra, una neblina comenzaba a cubrirlo. Estaba franqueado por varias fuentes y flores de múltiples colores,.
Harry sintió que su corazón daba un vuelco. Ese sueño que tanto se había repetido, ahora se materializaba. Allí estaba ese camino que tantas veces había recorrido en sus sueños

-Harry, Harry, no, no lo hagas!...grito Lupin mientras corría hacia el, para intentar detenerlo. Pero una extraña fuerza lo empujo hacia atrás.

Sin pensarlo. Harry comenzó a caminar hasta adentrarse en esa neblina