¡Hola!

Ya es Primavera en el Corte Ingl... Ejem, perdón...Ya es primavera. Por fin el clima ha decidido más o menos dónde quería quedarse y, afortunadamente, ha decidido bien. Unos 22 o 23 graditos, sol resplandeciente, pajarillos, césped para tumbarse, polen... por suerte no soy alérgica, si no estaría chutándome antihistamínicos hastapor los ojos. Y¿qué trae la primavera? La primavera trae el fantasma del verano. ¿Y qué trae el verano? Examenes. (Suspirito) Pero aún es un fantasma. Lo único que me consuela es que no tengo ningún exámen el día de mi cumpleaños. Sería una broma de mal gusto.

¡Y ahora las contestaciones!

Evix Black: uis... muchas gracias. Jo, hace tiempo que no me paso por tu fic. Tengo que bajarme los capis y leerlos con tranquilidad (El sentimiento de culpabilidad me golpea sin piedad el cráneo hasta reducirlo a... qué asco. Por Dios, no mires...). Con las actualizaciones no te preocupes. Ahora que estoy estudiando por la mañana y currando por la tarde tengo menos tiempo así que escribiré más (no le intentes encontrar sentido, no lo tiene). Êste capi es considerablemente más flojito que el anterior. El lenguaje, dices... culto... jajajaja! Bueno, es que lo que quería decir era muy complicado y si quería explicarlo todo tenía que se muy precisa con el lenguaje. Pero eso es todo, mujer... (blush!).

Merlin JJ: Así me gusta, escueto, jejeje. Espero que este capi también te guste. ¡Un beso!

Undomiel de Vil¡Hola wapa! Pues he estado estupendamente. Y ahora que os estoy contestando, mejor. Me encanta actualizar, de veras que sí. Que es extraño que se enfrente con Voldemort así como así... pues sí, es extraño. Es tan extraño que ninguno de los personajes sabe muy bien qué hacer. No estaba previsto, ni por Voldemort ni por Harry. Digamos que ha sido un lamentable error. En resumen: Harry la ha cagado, pero bien. Pero bueno, tú lee y ya veremos...

Caliope Alice¡Hola! Lo de Draco... aparecerá, por supuesto, pero pido paciencia. No se puede forzar la historia para que aparezca lo que queremos enseguida¿no? Ahí está el juego de la intriga y el suspense. ¡Si os dijera cómo acaba y qué pasa ya no leeríais ningún capi más! Ya no tendría gracia. Sobre tu duda: Draco sólo tiene un padre, Alice, cielo. Lucius Malfoy. Voldemort no es el padre de nadie (por favor) al menos en esa realidad. ¿Vale¡Un besito!

Remus-Lupin-Black-darkg¡Gracias! Bueno, no se ha teletransportado exactamente. Digamos que la cueva está interconectada con todas las otras puertas secundarias, puertas que Harry pudo ver miniaturizadas como ventanitas¿recuerdas? Al tocar una entra por la Puerta Principal para salir por la Puerta Secundaria. El problema es que no puede hacer el mismo viaje de vuelta. ¡Espero que este capi también te guste!

Lucumbus¡Qué pasa, chaval! Verás, los nephlim no hablan más que con quien deben. Es decir, con los que les interesa por razones obvias: Harry y Voldemort. Los demás entran, pero no hablan con ellos. Lo que les pasa es algo parecido a lo que le pasó a Luke Skywalker cuando entró en la cueva esa del planeta Dagobá cuando le está entrenando Yoda. Se enfrentan consigo mismos. Y claro, un enfrentamiento así nunca es agradable. Descubres cosas y ves cosas de las que, a partir de ese momento, no puedes huir u ocultarte. Es una experiencia terrible. Por lo demás que dices he de decirte que tienes toda la razón. Sí, Harry "tiene" la Puerta Principal, pero el muy gilipollas la caga. Y la caga pero bien, ya lo verás.

Gandulfo: te envié un e-mail¿lo recibiste? Espero que te haya servido. Yo, fíjate lo que son las cosas, actualmente estoy haciendo unas prácticas becadas en una agencia de Relaciones Públicas. Es la Weber Shandwick. Si pones el nombre en Google verás que hay muchas cosas de ellos. ahora estoy en un proyecto de McDonald's así que tenemos clientes importantes. Espero que el examen de folisofía te saliera bien. Luego te sirve para rayarte y hacer cosas como este fic, por ejemplo. Bueno, cuéntame loque te parece este capi¿vale? Un besito.

Ely-Chan: Bueno, en esta contestación te voy a dar un super abrazo de los que dejan sin respiración y te sacan los ojos de las órbitas ¡Pero qué pedazo de rev me dejaste en "La Caja" niña! Casi me pogo a llorar. De la emoción, claro. ¡Por favor, que luego esas cosas me las creo! Muchísimas gracias. No hay palabras para agradecértelo. (suspirito con la mano en el pecho, para tranquilizarme...) En fin, me encanta que te haya gustado el capi anterior. Fue chungo de escribir. Este es bastante más normalito, aunque también pasan muchas cosas... bueno, ya me contarás. ¡Besines!

Miranda Evans: paciencia, pacieeeeeeencia, querida. Todo a su tiempo. ¿Crees que Draquito lo iba a soltar tan fácilmente¿De un capi para el otro? Tsk, tsk... qué poco le conoces. Pero lo soltará, tú tranquila. Aunque sea a grandes rasgos, pero lo contará. Bueno, en este capi descubrirás lo que le pasó a Harry y lo que le pasó al resto del mundo... por su metedura de pata.

Belén: Bueno, actualizo cuando puedo. Más o menos cada semana o semana y media. Hay veces que se acelera un poco el proceso, pero trato de no estar mucho tiempo sin colgar nada. También soy lectora y me da mucha rabia cuando tardan. ¡Me alegro de que te gusten mis fics! La verdad es que el que os gusten y me leáis es una de las mayores alegrías que tengo. Así que bueno, espero verte por los reviews¿vale¡Un besazo!


Panlegere

"Vivir es aprender, y aprender es cometer errores. Si después te sirve para no volver a cometerlos, enhorabuena, habrás madurado."

Pathfinder.- Patricia Hunter.

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"¿Y a qué se debe esta inesperada visita?- preguntó Voldemort cruzando los brazos mientras observaba cómo Harry se incorporaba. El chico no contestó.- Por la cara que pones ni siquiera tú lo sabes¿verdad?

Harry no abrió la boca. Ahora su único pensamiento era el hecho de que no tenía su varita, que estaba completamente indefenso ante aquel hombre y que ni siquiera sabía dónde demonios estaba. Se enfureció por dentro con los nephlim. ¡Pues buen modo tenían ellos de ayudarle! Voldemort se molestó un segundo más en mirarle y después ahogó una risa despectiva y alzó su varita. El chico no pudo evitar que uno de sus pies retrocediera de manera que sus tensos músculos se colocaran de manera en que pudiera moverse rápido en cualquier momento. Voldemort volvió a sonreír y bajó la varita.

"Señor, creo que debería acabar con él ahora.

"No, Parker, todavía no.- dijo Voldemort chasqueando la lengua con decepción.- Está desarmado. Le quitaría toda la emoción.

Aun así volvió a dirigir la varita contra él y con un ligero movimiento, Harry sintió cómo unas fuertes ligaduras ataban sus manos. El Lord Oscuro hizo una señal a los mortífagos que le seguían y dos de ellos le agarraron por ambos lados y le empujaron hacia la puerta de la casa.

Cuando entró a empujones se dio cuenta de que aquella mansión hacía tiempo que estaba cerrada. Al igual que la habitación del espejo, todos los muebles estaban cubiertos y una gruesa capa de polvo cubría el suelo de madera. Otra cosa que le empezaba a sorprender era el hecho de que Voldemort y sus compinches hubieran elegido una casa muggle para instalar aquella Puerta con forma de espejo. Una casa que, por lo que él podía ver, no tenía ningún tipo de protección mágica evidente. Quizá fuera una base temporal. Malfoy le había dicho que no paraban mucho tiempo en el mismo sitio.

En todo caso, todo eso no le servía en su situación actual. Gracias a las clases de la Profesora Green podría defenderse sin varita a un nivel muy básico, pero si se molestaban en atacarle con maldiciones más "interesantes" sería un blanco fácil. Ni siquiera podría relativizarse.

Por fin abrieron una puerta de doble hoja y cristales sucísimos y le empujaron dentro del oscuro cuarto que se abría detrás. El olor a humedad y a cerrado se mezclaba con el del hollín remojado. Posiblemente ahí hubiera una chimenea, pero la oscuridad era tan densa que no veía nada. Al fondo podía ver algunas rendijas de las persianas completamente bajadas, pero no era suficiente para iluminar el cuarto. Alguien le dio al interruptor de la luz y una asquerosa lámpara de araña con dos bombillas de luz insegura y amarillenta iluminó un salón cuyos muebles, al igual que el resto de la casa, estaban tapados con sábanas blancas. Harry fue conducido rudamente hasta uno de los sofás y fue arrojado en él. Los mortífagos se colocaron de manera que no pudiera siquiera pensar en escapar y Voldemort se sentó en el sofá de enfrente, cruzó las piernas y respiró hondo.

"Has venido por el espejo¿no es así?- al ver que Harry no movía un músculo para contestar, jugueteó inocentemente con la varita y añadió.- No me hagas obligarte a decirlo.

"Aunque me obligues no averiguarás nada. A estas alturas deberías saberlo.

Voldemort le miró con interés y después se inclinó hacia delante apoyando los codos en las rodillas.

"Verás, Harry, estos ataques de arrogancia que te dan de vez en cuando no son buenos para ti. Te recuerdo que la última vez acabaste en el hospital. Así que créeme que cuando te digo que te puedo obligar a soltarlo todo, es que puedo hacerlo.

"Pues hazlo.- contestó Harry cada vez más enfadado con el mundo y con el hombre que tenía delante.- No puedo detenerte¿no?

Voldemort sonrió divertido por la manera en que el chico había planteado el desafío y un segundo después se incorporó y dirigió la varita hacia él. Harry respiró hondo y, sin dejar de mirar el rostro desagradablemente deformado de Tom Riddle, fortaleció sus barreras de oclumancia dejando la mente completamente en blanco.

"Panlegere.

Aquella palabra se coló en su cerebro como una lluvia fría. Se estremeció y pronto empezó a sentir cómo parecía introducirse en su cabeza como raíces de hielo. Se cogió la cabeza con las manos atadas y se apretó el cuero cabelludo como tratándose de quitar la maraña de frío que le taladraba las neuronas. Entonces el helor dejó de ser tan intenso y pudo volver a mirar a Voldemort que miraba con agrado todo el proceso.

"Bien, Harry, ahora contéstame. ¿Has venido por el espejo?

"Sí.

Harry se llevó las manos a la boca, horrorizado. Lo había dicho sin dudar. Había sido como si su boca y sus pulmones no obedecieran las órdenes de su cerebro. Miró espantado a Voldemort que le observaba con un brillo malicioso en sus ojos rojos.

"Ahora empezamos a entendernos.- comentó volviéndose a sentar en el sofá.- Eso significa que has entrado en la Puerta Principal de Hogwarts¿no es así?

Harry se tapó la boca y se mordió la lengua hasta hacerse verdadero daño, pero su cabeza asintió sin que pudiera hacer nada. Aquel hechizo era demasiado potente para contrarrestarlo sólo con su voluntad.

"¿Y qué has visto?

Apretaba los ojos, los dientes y se había agarrado la cabeza con las manos desesperado por no decir lo que su garganta iba a pronunciar de un momento a otro. Estaba completamente indefenso ante algo así. La oclumancia no servía de nada contra un hechizo como aquel. Deseó poder quitarse de encima aquella sensación de impotencia, de hacer que aquel frescor en toda su cabeza soltara sus pensamientos, sus sentimientos y su voluntad, pero era tarde. Sus músculos, confusos por la lucha de voluntades farfullaron una respuesta:

"A… a los nephlim…

"Ya…- el tono de Voldemort se había puesto serio súbitamente.- Caballeros, dejadnos solos, por favor.

Los mortífagos se marcharon en silencio no sin antes echarle miradas suspicaces al joven que inclinado sobre sus rodillas miraba al vacío con ojos desencajados mientras seguía tapándose la boca y la nariz con las manos atadas. ¿Qué podía hacer? Si seguía preguntándole cosas seguiría respondiendo, por mucho que se resistiera. Si tuviera su varita podría intentar salir de allí, pero sin ella…

"Supongo que te habrán echado la charla del equilibrio del universo, de las energías y del error que suponemos¿verdad?

"Sí.

Voldemort se limitó a mirarlo seriamente durante unos segundos, como si estuviera pensando en algo que no le terminaba de cuadrar. Después respiró hondo cerrando durante un instante los ojos y asintió.

"Como ves, Harry, tenemos muchas cosas en común. Ambos somos muy parecidos en el sentido en que estamos atados por el mismo destino. Y ese destino fue predicho hace 17 años, si mal no recuerdo.- Voldemort volvió a tomar un sorbo de su vino y rió para sí mientras miraba al vacío, como recordando.- El año pasado casi logré conocer cuál era ese destino. Pero… salió mal¿te acuerdas?

Harry no contestó. Por lo menos aquel hechizo no obligaba a responder a las preguntas retóricas. Por supuesto que se acordaba. Pero no podía comprender a dónde quería llegar con aquella conversación y aquella perversa amabilidad. De hecho empezaba a imaginarse un terrible final.

"Por casualidad no conocerás el contenido de la profecía¿verdad?

Maldijo a su certera intuición mientras su cabeza asentía con vida propia. Si Voldemort se enteraba de la profecía¿qué sería capaz de hacer? La verdad es que no había nada que dijera específicamente quién vencería o de qué manera podrían ganar. Sólo que él poseía un poder que Voldemort no conocía, pero él tampoco lo sabía, así que…

"Dímela.

"El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca. Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes. Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce. Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras el otro siga con vida.

Se sentía miserable. ¡Le estaba contando todo al mismísimo Voldemort! Sus labios y su lengua estaban pronunciando aquellas palabras sin dudar, sin que la voz le temblara lo más mínimo. Meneó la cabeza y desvió la mirada avergonzado consigo mismo, pero la fijó de nuevo en Voldemort cuando oyó que éste se reía a carcajadas.

"¿Qué demonios te parece tan divertido?- preguntó impulsivo, enfadado y ofendido. Demasiado se parecía aquella actitud de condescendencia con la que mostró en su primera visita nocturna hacía ya meses. "Será divertido" había dicho en aquel momento. Y parecía que lo era.

"Todo, Harry, todo. ¿A ti no?

"¡No!

"Qué poco sentido del humor…

"¿Qué?- Harry estaba tan aturdido y enfadado que casi no pensaba lo que hacía. Aquel hechizo era como el Veritaserum elevado a la enésima potencia y ahora todo lo que decía y hacía era el fiel reflejo de lo que sentía y pensaba. Casi no era dueño de sí. Su corazón había tomado el control de su cuerpo y, antes de que la prudencia le dijera que no se moviera, se levantó indignado, masculló algo como "¡Esto es el colmo!" y encaró al mago tenebroso más terrible del último siglo, que aún sonreía desde su sofá.- Bueno¿me vas a matar o no?

"¿Acaso quieres que lo haga?

"¡Por supuesto que no! Pero si no lo haces cojo la puerta y me voy, porque no estoy dispuesto a servirte de entretenimiento mientras me sacas información de esta manera tan repulsiva.

Y sin más, rodeó la mesita de café, el sofá y se acercó a la puerta de doble hoja. En alguna parte de su cerebro, algo que en tiempos había sido su libre voluntad se estaba dando de cabezazos contra la pared. Cualquiera en su sano juicio no habría dicho eso jamás ni se hubiera ido hacia la puerta justo después para cumplir su amenaza. Quizá por eso Voldemort tardó un momento en reaccionar.

"Venga, Harry, no te enfades…- el tono socarrón con el que lo dijo fue la gota que colmó el vaso.

Estaba tan enfadado que sin querer la magia que le rodeaba empezó a revolverle el pelo y las ropas. Las ligaduras desaparecieron desintegradas de sus muñecas, aunque apenas se percató. El chico, fuera de sí, ni siquiera se dignó a volverse. Dio un paso hacia delante y la puerta de doble hoja se abrió con fuerza haciendo que los cristales se rompieran. Los mortífagos que estaban fuera trataron de inmovilizarle, pero a Harry, víctima del hechizo, parecía no importarle no tener la varita para defenderse. Su magia estaba actuando como una extensión de sus sentimientos, ahora potenciados por el conjuro. Sus escudos se habían levantado sólo con una orden musitada apenas conscientemente y las sábanas que cubrían los muebles se arremolinaron a medida que se acercaba a la puerta.

"¡Potter!- gritó una voz a su espalda ya desprovista de humor. No se giró. De alguna manera sabía que la varita de Voldemort le apuntaba y que si daba un solo paso más le fulminaría. Podía sentir el enorme poder de aquel hombre gracias a la perceptividad como una pulsación cadenciosa y lenta, como si fuera el corazón de un animal enorme.- Mírame.

Quisiera o no, aún estaba obligado por el hechizo y obedeció. ¿Cuánto duraría su efecto¿Habría contrahechizo¿Saldría de allí para contarlo? Todas aquellas preguntas desaparecieron de su mente cuando vio a Voldemort avanzando hacia él con la varita apuntando directamente a su corazón mientras los ojos rojos le clavaban en la puerta que tenía detrás. Cuando apenas les separaban dos metros de distancia el hombre se detuvo sin dejar de mirarle. Su expresión estaba contraída en un rictus de odio tan intenso que parecía rezumarlo en forma de gotitas de sudor que recorrían su pálida frente dándole un aspecto enfermizo y terrible a la vez.

"Primera lección: No vuelvas a dejar a Lord Voldemort con la palabra en la boca. ¡CRUCIO!

Durante los 15 eternos segundos en que el Lord mantuvo su varita sobre el sufriente muchacho, el aura de poder del chico pareció revolverse a su alrededor, arder y burbujear con el dolor impresionante que sufría. Cuando Voldemort levantó la varita, dejó un par de segundos para que tomara aliento y volvió a hablar:

"Segunda lección: Jamás retes a Lord Voldemort a que te mate, porque muy posiblemente lo haga.

Los ojos llorosos del chico consiguieron enfocar el rostro sibilino de Voldemort y como un relámpago, una certeza tomó forma en su cerebro. Las dos palabras siguientes que pronunciaría aquel hombre serían las últimas que oiría. La maldición imperdonable que debió matarle hacía más de 16 años lo iba a hacer ahora. Y a pesar de ver su final tan cercano, le pareció tan injusto, tan vano. Todo lo que había perdido, todas personas que se habían sacrificado por él. Sus padres, Sirius, Bill, Percy, todos los aurores y magos que habían muerto en la lucha contra Voldemort… Se había perdido demasiado para que él tuviera la oportunidad de cumplir con su parte de la profecía, de una u otra manera. Dejó de tener importancia todo lo que le habían dicho los nephlim. A él le importaba muy poco todo aquello del universo y las diferentes realidades. Su vida, su realidad, era aquella, y no podía dejar que todo acabara así, por un error estúpido.

Frente a él los labios casi inexistentes de Riddle fueron formando las palabras de la maldición asesina. No podía hacer nada. Sin su varita no podía hacer nada. Sentía su magia rodeándole, palpitando al ritmo de su corazón y de sus sentimientos. No podía dejar que todo terminara así, no allí, no en ese momento… ¡No podía!

"¡NOOOOO!- gritó Harry aún desde el suelo mientras levantaba una mano hacia él y dirigía toda su magia revolucionada hacía Voldemort. Como un golpe de fuerza impactó de lleno en el mago lanzándole hacia atrás y echándole sobre los tres perplejos mortífagos.

Después, sin esperar a ver qué había pasado, se incorporó como pudo y salió corriendo por la puerta, todavía con calambres del crucio y con el corazón desbocado. Corrió y corrió internándose en la oscuridad, poseído por su propio miedo, cada vez más seguro de que aquella huída sería quizá la última de su vida.

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El colegio era un hervidero. Habían sentido el temblor del edificio en todas partes y a aquellas horas la mayoría de los estudiantes se preparaban para acostarse o ya estaban en la cama, así que de repente hubo multitud de adolescentes en pijama pululando asustados por los pasillos en dirección a los despachos de los Jefes de Casa, la Sala de Profesores e incluso al despacho del Director.

Cuando por fin los prefectos y los profesores volvieron a meter a los niños en las salas comunes, Albus Dumbledore salía, aterido, empapado y alterado, de una puerta de hierro del segundo piso. Harry acababa de desaparecer y un horrible presentimiento le invadió, sobretodo porque sabía que el chico no tenía su varita consigo.

¿Por qué habría tocado esa ventanita en especial? No parecía diferente a las demás, pero por alguna razón le había llamado la atención. Dando grandes zancadas hacia su despacho no pudo dejar de pensar que quizá fuera aquella ventanita la puerta simple que Voldemort había utilizado y que Harry, por alguna razón, lo había sentido.

Si era cierta su hipótesis, el chico podría estar en un peligro mortal. Desarmado contra Voldemort y sus secuaces, sólo y perdido a saber dónde. El anciano mago ahogó una maldición al llegar a la escalinata móvil de su despacho.

Al llegar llamó inmediatamente a Tonks y a Lupin. Unos cinco minutos después aparecieron por la chimenea, único medio de comunicación seguro con el exterior tras la impenetrable barrera del chico que había desaparecido. Sus caras de justa inquietud se agravaron al ver la expresión preocupada del director.

"¿Qué ocurre, Albus?- preguntó Lupin.- Ahora estábamos ayudando a…

"Esto es más importante, Remus.- cortó tenso Dumbledore.- Harry ha desaparecido y es muy probable que se encuentre con Voldemort. Va desarmado.

"¿Qué?- preguntaron boquiabiertos y pálidos los dos magos.

"¿Cómo¿Qué ha pasado?- preguntó Tonks pálida.

"Tenías a gente rastreando las puertas¿verdad?- preguntó el director a la chica.

"Sí, Edward nos estaba ayudando, pero sólo hemos localizado tres o cuatro, y ninguna está en las Islas Británicas exceptuando ésta y la del Departamento de Misterios.

"Hay al menos una más, en una casa.- informó Dumbledore.- Posiblemente sea una casona grande de campo, abandonada, pero aún amueblada.

"Albus, nos estás describiendo el 80 de las casonas de campo abandonadas de Gran Bretaña.- comentó Lupin con un toque de desesperación.

"No sé más, Remus. Harry está allí y estoy seguro que Voldemort también.

"Oh, Dios mío… - musitó Tonks tapándose la cara con las manos. Luego miró al director con el ceño fruncido.- ¡Menuda nochecita, profesor!

"Encontradle, por favor.

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Se sentía confuso, como si estuviera sedado. Posiblemente el hechizo que Voldemort le había echado para que le respondiera a sus preguntas se estuviera pasando. A medida que avanzaba penosamente por la oscuridad cada vez se tropezaba más y ya se había caído más de cuatro veces. Los ojos se le desenfocaban ligeramente y sentía náuseas. Pero no se permitía parar para vomitar.

Le perseguían.

Los podía sentir. La perceptividad los había captado a unos 200 metros de su posición, rodeándole, cercándole cada vez más. Aunque se aparecían y desaparecían en aquel bosque de una manera a veces aleatoria, de algún modo cada vez se acercaban más a él, y se daba cuenta.

Los arbustos y las ramas le rozaban en las manos y en la cara, y sentía las palmas y las rodillas doloridas por las caídas. Además estaba agotado después del crucio y de aquel despliegue tan brutal de poder. Ahora que aquel conjuro maldito se disipaba dentro de él, volvía a ser más dueño de sí y se daba cuenta de lo que había hecho. La magia se había sintonizado con sus sentimientos completamente expuestos y los había utilizado para fortalecerse y proyectarse sin tener su varita en la mano. Pero en aquel momento ese efecto se había disipado bastante y estaba exhausto emocional y físicamente. Aquel arrebato le había salvado la vida, pero apenas podía caminar cuatro pasos seguidos sin tropezar.

Y mientras, sus perseguidores se acercaban cada vez más.

Deseó saber aparecerse. Podría desaparecer de allí en un instante y aparecer en cualquier otra parte, donde ningún descerebrado le arrancaría la piel a tiras sólo por ser quien era. Pero no sabía, así que lo único que podía hacer era seguir corriendo hacia delante. No sabía qué había más allá de ese bosque. Ni siquiera si llegaría al final.

Cada vez eran más. Voldemort debía de estar convocando a todo el mundo a través de la Marca Tenebrosa que decoraba el brazo izquierdo de cada mortífago. Y todos le estaban persiguiendo con saña a través de aquel bosque enmarañado y cada vez más profundo y oscuro. A veces las nubes destapaban la luna en cuarto menguante y podía ver más o menos por dónde iba y avanzaba más rápidamente, pero eran momentos de luz difusa y fugaz seguidos de una oscuridad agudizada por su cansancio y la sensación de abotargamiento que se estaba instalando entre sus ojos.

Tropezó por enésima vez y cayó al suelo. Al tratar de levantarse notó que sus brazos apenas podían sostenerle. Por fin su estómago dio el vuelco definitivo y vomitó. Consiguió ponerse de rodillas y con esfuerzo, acicateado por el miedo que la cercana presencia de un mago le producía, consiguió tambalearse unos pasos más antes de volver a tropezar y caer.

No podía más.

Oyó cómo los pasos del mago se acercaban a él mientras se peleaba contra la frondosa vegetación. Intentó levantarse, pero los músculos le temblaban y volvió a trastabillar. Un par de lágrimas de desesperación recorrieron su sucio rostro antes de perderse en el suelo embarrado cuando los pies del mortífago entraron en su cada vez más borroso campo visual.

Ya está, pensó, este es el fin.

Entonces vio un brillo momentáneo sobre él y después sintió cómo el mago le cogía la mano y contaba hasta tres. Después un tirón bajo el ombligo y un torbellino de colores y viento le llevó a través de la magia de un traslador hacia alguna parte.

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"Dios bendito, Harry… qué te ha pasado…- la voz parecía no querer que le contestara. Más parecía que se lamentaba del estado en el que estaba el muchacho. Él ni siquiera había abierto los ojos. Estaba tendido, demasiado débil para levantar los párpados, pero al menos estaba consciente.- ¿Dónde está Snape?

"Ha vuelto al colegio.- contestó otra voz, femenina y preocupada. ¿Era Tonks?- Ahora que Voldemort sabe que él es el traidor, el lugar más seguro para él es Hogwarts.

"Ya¿y para Harry?- sí, era Lupin el dueño de aquella voz, no había duda.- Tenemos que llevarle a un lugar seguro. En este estado…

"Podríamos llevarle al Hospital.

"Imposible.- sentenció Lupin.- No después de lo del Cuartel General…

"¡Remus, mírale!- exclamó la chica.

"¡Lo sé!- el licántropo chasqueó la lengua.- Maldita sea, ya lo sé… Pero no es nada seguro, y… venga, Tonks, ya has visto cómo le estaban persiguiendo. ¿Cuántos eran¿40, 50…¿Crees que no atacarán cualquier sitio en el que crean que está? Voldemort le quiere muerto esta noche.

"Sí, y si no le atienden como es debido no durará mucho más.

Harry consiguió sacar fuerzas de flaqueza y movió una mano y la cabeza.

"¡Harry¿Me oyes?

El chico asintió. A medida que pasaban los segundos se iba sintiendo más entero, aunque aún estaba muy débil y cada vez más amodorrado. Aun así trató de hablar.

"Lo… sabe…

"¿Qué¿Qué sabe?- preguntó Lupin acercándose a él.

"Profecía…

"Merlín… ¿cómo se habrá enterado?- musitó Tonks. Harry deglutió martirizado por la idea de que había sido él quien se lo había dicho.

"Entonces no hay otra opción. Hay que llevar a Harry al colegio.

"¡Remus, allí no podrán curarle en condiciones!

"Es un chico fuerte, Tonks. ¿Verdad, Harry¡Mobilicorpus!- Harry sintió cómo la ingravidez se hacía patente y dejaba de estar tendido en donde quiera que estuviese.- ¡Colegio Hogwarts!

Después sintió algo de calor, pero al estar medio inconsciente y con los ojos cerrados, lo único que le indicó que había llegado fue el frío de las corrientes del castillo. Después entró en una especie de duermevela cuando le llevaron a la enfermería y le sumieron en las cálidas y suaves sábanas de la cama. Cada momento que pasaba, su consciencia se hundía en una blanda oscuridad del sueño que prometía descanso, pero por alguna cruel razón, cada vez que se iba a quedar dormido la enfermera le despertaba poniéndole algo de un olor horrible bajo la nariz. Luego le hicieron tragar varias pociones y por fin, después de un tiempo que le pareció eterno, le dejaron dormir.

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"Seamus, suéltame.

"Ron, no puedo dejarte salir. Ya has oído a McGonagall.

"Tío, que tú eres el prefecto, no él. Deberías tener un poco más de sentido común.

"Mira, Neville, no me toques las narices¿vale? Ese temblor no ha sido normal.

Oyeron cómo una puerta se cerraba sobre sus cabezas y un segundo después Hermione apareció junto con Ginny que bajaban las escaleras del dormitorio de las chicas mirándoles con el ceño fruncido.

"¿Se puede saber qué está pasando?- dijo.

"¿Es necesario que lo explique?- preguntó tenso el pelirrojo mirándola a los ojos. Hermione comprendió de inmediato, pero no suavizó su respuesta.

"Después de lo que nos ha dicho McGonagall, desde luego.

Ron la miró un momento en silencio y luego se relajó. Miró peligrosamente a Seamus que aún le tenía cogido de los brazos.

"¿Me sueltas?

"¿Te vas a ir?

"No…- en cuanto la presión de las manos del irlandés se aflojó, dio un paso al frente y cogió a Hermione de la mano para apartarla y hablar en privado con ella.-… todavía.

"¿Qué?- susurró ella mientras era arrastrada a un rincón.- ¡Ron, no… no puedes…¡Oh, por Dios, para ya!

La chica se soltó de un tirón y miró enfadada a su novio. El chico le devolvió la mirada mientras le instaba a que se sentara.

"Estoy seguro de que ha sido Harry.

"¿Y qué? No es la primera vez que lo hace.

"Sí, pero ésta vez ha sido diferente.

"¿En qué?- preguntó la joven poniendo los brazos en jarras. Los ojos azules de Ron se desviaron de los suyos.- Estará bien, Ron. No puede pasarle nada en el colegio.

"Ya, como cuando amaneció hecho un Cristo¿no?-contestó Ron inclinándose hacia ella.- Que no, Hermione, que esta vez ha sido diferente, te lo digo yo… Las otras veces… ¿no te daba la impresión de que lo sentías dentro de ti? Esta vez sólo ha sido una especie de terremoto. Algo va mal…

"Vale, pero, si así fuera¿qué pretendes hacer? Snape está con él y…

"¿Eso intenta ser tranquilizador?- cortó Ron alzando una ceja.

"Ron, no me vengas con lo mismo otra vez, por favor.

"Vale, no es un traidor, pero es un cabrón.

"¡Ron!

"¡Lo es!- el chico hizo una pausa bajo la mirada terriblemente reprobatoria de la chica.- Y sabes lo mucho que odia a Harry. ¿Y si ésta vez se ha pasado de verdad?

"¿Por qué me da la sensación de que lo que viene a continuación va a ser una soberana idiotez?

"¿Ni siquiera me vas a conceder el beneficio de la duda?

"¡Por favor, Ron, escúchame¿Cuántas veces una sospecha tuya contra Snape ha sido cierta?

"Ese tío no es trigo limpio…

"Me da igual.- zanjó la chica con un deje de hastío.- Sea lo que sea lo que haya pasado lo cierto es que no podemos hacer nada porque no podemos salir de la sala común. Además… ¡casi son las 2 de la mañana! Deberías ayudarme a meter en la cama a la gente y no pensar en terribles conspiraciones en la sombra.

Pero Ron no contestó mientras ella se incorporaba. Sólo se la quedó mirando, dolido y decepcionado. Hermione no pudo evitar ablandarse y se puso de cuclillas para mirarle a su altura. Le cogió las manos y le dijo:

"Yo también estoy preocupada por él, pero…

"Hermione, por esto me enfadé con él, más que por lo de Malfoy… porque quería dejarnos al margen. No puedo soportar la idea de quedarme aquí quieto sabiendo que mi mejor amigo está pasándolo mal. Sobre todo si lo está haciendo para protegernos.

Hermione sonrió y se acercó para besarlo.

"De acuerdo. Pero antes ayúdame a acostarlos a todos.

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El silencio era total. Sólo sus pasos rompían la quietud. Iban al despacho de su Jefa de Casa. Dadas las circunstancias era la única persona a la que podían recurrir, aunque mucho se temían que lo único que lograran fuera una bronca y la orden de volver a la Torre inmediatamente. Pero tenían que arriesgarse. Harry no había vuelto aún y estaban preocupados.

Al acercarse a la puerta del despacho de McGonagall se dieron cuenta de que la maestra aún estaba despierta. Una rendija de luz se colaba por debajo de la puerta y se oían voces ahogadas tras la gruesa madera. Ron y Hermione se miraron dubitativos antes de llamar, pero el chico recordó por qué estaban allí y dio un paso al frente.

Las voces se callaron inmediatamente al oír los tres golpes en la puerta. Entonces la puerta se abrió bruscamente. El chorro de luz que les cubrió fue ocultado parcialmente por la espigada silueta de Minerva McGonagall. Aún en el contraluz se podía ver su expresión, y no era muy agradable. Durante un momento de estupor en el que parecía no poder comprender por qué dos alumnos estaban fuera de la cama a esas horas, los dos prefectos pensaron que cualquier reprimenda anterior no sería nada en comparación con la que se avecinaba. Pero la mujer resopló y cerró la puerta tras de sí.

"Supongo que estáis aquí porque estás preocupados por Potter¿me equivoco?

"No, profesora.- dijo Hermione.- ¿Qué ha ocurrido¿Por qué no ha vuelto?

"¿Qué ha sido ese temblor?- preguntó Ron.

La profesora les miró un momento consternada sobre sus gafitas rectangulares, respiró hondo y contestó.

"No puedo hablaros de ello. Lo siento mucho. Lo único que puedo deciros es que Potter está ahora en la enfermería recobrándose. Está muy débil y posiblemente Poppy no permita visitas al menos hasta pasado mañana.

"¿Ni siquiera a nosotros?- preguntó Ron.

"Siempre podemos preguntárselo, señor Weasley, pero en estos momentos la que decide es ella.

"¿De verdad que no nos puede contar nada, profesora?- la voz de Hermione estaba cargada de angustia.

"Por ahora no.- McGonagall negó ligeramente con la cabeza.- Lo siento, querida, pero aún es muy pronto, incluso para nosotros, saber todo lo que ha ocurrido esta noche. En todo caso os recomiendo que volváis a la cama y que no os preocupéis por Potter. Está fuera de peligro y no tardará en recuperarse.

Los dos jóvenes asintieron apesadumbrados mientras la profesora se metía de nuevo en su despacho. Sin prisa, ambos se dieron la vuelta y volvieron a la Torre de Gryffindor.

"Te lo dije.- comentó Ron con voz grave.- Sabía que algo no iba bien.

"Tenías razón.- la chica cogió la mano del pelirrojo sintiéndose súbitamente desamparada.- Todo esto es muy injusto…

Y el silencio se apoderó de nuevo de los pasillos de Hogwarts cuando el retrato de una señora entrada en carnes y vestida de rosa volvió a cubrir un agujero.

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"¿Qué le ha pasado a tu pareja de hecho, Weasley?- preguntó Blaise Zabini a la salida de la última clase de pociones de aquel viernes antes de Semana Santa.- Las malas lenguas dicen que está otra vez en la enfermería.

"¿Las malas lenguas?- preguntó Ron con sarcasmo.- ¿Peores que la tuya, Zabini?

"Te sorprendería.- dijo echándole una mirada cargada de intención a Hermione, que caminaba junto al pelirrojo.

"Tuviste suerte en el juicio, Zabini. Quizá te libraras de la cárcel por tu cruciatas, pero deberías saber que yo no lo olvido.- dijo Hermione.

"Bueno… Siempre he tenido la habilidad de que las mujeres me recuerden.- susurró malicioso el slytherin.

Justo en ese momento salía el resto de la clase, Draco Malfoy y McDougall entre ellos. Al ver la tensión en el aire, los dos recién llegados cubrieron a su compañero en silencio, amenazantes. Ron sintió cómo Hermione le tiraba suavemente de la camisa. A regañadientes cedió. Ella tenía razón. Eran más y no era el mejor momento ni el mejor lugar. Además, no les convenía nada envolverse en otra pelea. Le echó una mirada terrible a Malfoy y se dio la vuelta.

Aunque no le gustara en absoluto, el rubio slytherin y Harry habían firmado un pacto cuyo contenido él no conocía, pero que su amigo había sostenido durante meses. Y si lo había hecho sería por algo. Pero mientras, Malfoy seguía actuando igual. No había variado su actitud en absoluto ni con ellos ni con nadie. Seguía siendo tan rastrero como siempre. Si realmente ese pacto era útil agradeció no ser él el que hubiera tenido que firmarlo. Él no hubiera sido capaz de olvidar la insalvable enemistad que había entre ellos. No hubiera podido mantener la sangre fría para hacerlo y arriesgarse a que todo el mundo le diera la espalda. Sencillamente, él no habría podido protegerlos a todos.

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"Sí, los medimagos de San Mungo me advirtieron de algo así.

La voz de la señora Pomfrey llegaba hasta los dos pares de oídos que "sin querer" espiaban tras la puerta de la enfermería.

"Todo está en la historia clínica que le hicieron.- continuaba la enfermera.- Lo que es… preocupante, es que aún no se haya despertado.

"Bueno, Poppy, según el doctor Goldsmith el tiempo de recuperación es directamente proporcional al nivel de poder del individuo.- comentó Albus Dumbledore con voz grave y tranquilizadora.

"Lo sé, Albus, pero lleva así 3 días. Lo normal en un caso similar hubiera sido unas 12 horas. ¡Como mucho!- hubo una pausa y luego el tono de la enfermera cambio de preocupación a una ligera alteración nerviosa.- No creerás que ha vuelto a… irse¿no?

"No lo creo.- oyeron cómo el anciano respiraba hondo y tras una pausa le dio las gracias a la mujer y se encaminó hacia las puertas.

En el par de segundos que tardó en llegar y abrir, Ron y Hermione tuvieron que recolocarse rápidamente para parecer que acababan de llegar y que no habían escuchado nada. Apenas lo habían conseguido cuando los escrutadores ojos azules de Albus Dumbledore se fijaron en ellos con aire benevolente.

"Hola, chicos.

"Ho… hola, profesor.- saludó Ron.

"¿Habéis venido a visitar a Harry?

"Sí.- asintió Hermione.- ¿Cómo está?

"Aún duerme, pero no creo que tarde mucho más en despertar.- el director les dirigió una sonrisa confiada y, dándole a Ron una palmadita en el hombro añadió.- Posiblemente despierte hoy.

Y se fue.

La pareja cruzó las puertas acristaladas de la enfermería y se encaminaron a la cama donde reposaba su amigo.

Estaba prácticamente igual que el día anterior. A simple vista estaba profundamente dormido. La respiración pausada y la expresión tranquila. Nada más. Y como el día anterior, ambos se sentaron al lado de la cama y sacaron sus deberes de Semana Santa. No podían hacer mucho más que estar junto a él.

Los minutos pasaban suavemente a medida que las plumas llenaban de letras los pergaminos y el reloj de la enfermería marcaba los cuartos, las medias y las en punto con graves campanadas.

Los días se alargaban poco a poco. La primavera ya había llegado a los campos de Hogwarts y el inestable tiempo estaba haciendo resurgir de la tierra todo lo que ésta estaba dispuesta a dar sólo con que aumentaran dos grados la temperatura. Desde allí oían el piar enfebrecido de los pájaros y la luz del sol de la tarde caldeaba la estancia y la decoraba con las decenas de colores de los cristales de las vidrieras góticas de la enfermería. Hermione suspiró amodorrada y alzó la vista hacia Harry.

Tenía los ojos abiertos y miraba al techo, muy serio. El moreno giró la cabeza y devolvió la mirada a su amiga, que le sonrió. Un ronquido rompió el silencio de la sala y arrancó una risa ahogada de ambos jóvenes. Ron estaba dormido en una postura que le iba a proporcionar una decena de contracturas musculares, pero que al parecer, había preferido ignorar.

"¿Qué tal estás?- preguntó la chica.

"Bien.- luego sonrió tristemente.- Descansado.

"Ya puedes estarlo. Has dormido 3 días enteros.

"Vaya.

Harry se incorporó y se colocó las gafas.

"¿Qué pasó?

Durante unos segundos el chico hizo como si no hubiera escuchado nada mientras salía de la cama y se llenaba un vaso de agua con la jarra que había en una mesita cercana. Bebió tranquilamente y dejó el vaso vacío en la mesita de noche. Después se sentó en el borde de la cama y recorrió distraído los fríos bordes de las baldosas del suelo con los dedos de los pies.

"No sé cuánto te puedo contar.- dijo al final.

"Con una descripción a grandes rasgos me conformo.- animó la chica encogiéndose de hombros. A su lado Ron volvió a roncar. Hermione murmuró un "Bueno, ya está bien" y susurró.- ¡Ron, despierta!

"¿Qpsa?- balbució el chico. Al ver a Harry despierto hizo un mayor esfuerzo por espabilarse.- Vaya, tío, ya era hora¿no?

"Con tus ronquidos¿qué esperabas?- ambos rieron suavemente y mientras Ron se desperezaba como un gato farfulló "Vete a la mierda…" que arrancó una nueva sonrisa del moreno.

"Bueno, a ver¿qué ocurrió?- preguntó el pelirrojo.- Jamás pensé que un castigo con Snape fuera tan destructor.

"Pffff…- resopló Harry.- Aquella noche ocurrieron muchas cosas.

Harry les explicó lo que había ocurrido con la puerta de la mazmorra, la entrada en cierto cuarto y que allí se había enterado de muchas cosas, cosas relacionadas con la profecía y con Voldemort, cosas que podrían ser de utilidad inmediata. Pero no entró en detalles. No les convenía nada conocer la existencia de la cueva ni de lo que significaban. Omitió el hecho de que hubiera entrado con Malfoy, pero contó con pelos y señales la rápida reunión con la Ministra, el padre de Ron, Tonks y Lupin. Lo que ocurrió después lo resumió de la siguiente manera.

"Entonces creí que había una posibilidad de hacer algo.

"¿Con la información que habías recibido en ese lugar?- preguntó Hermione.

"Sí.- asintió el chico.- Dumbledore me apoyó y me acompañó, pero una vez allí… la cagué.

"Hiciste lo que te dio la gana¿no?- sugirió Ron.

"Básicamente.- Harry suspiró y soltó la bomba.- Y de buenas a primeras me encontré delante de Voldemort sin la varita, sin saber dónde estaba y maldiciendo mi estupidez.

"¿QUÉ?- sus dos amigos palidecieron. Hermione tomó la palabra titubeante.- Pe…pero¿entonces¿Cómo saliste de allí¿Cómo es posible que…?

Harry empezó a explicarles lo que había ocurrido, el hechizo "Panlegere", lo que le había contado al Lord Tenebroso con sus propios labios, lo que había provocado aquel conjuro y su huida brutal y enloquecida hasta que alguien le sacó de allí con un traslador. Hermione le preguntó que quién había sido. Harry descubrió que le costaba decirlo. Le detestaba lo suficiente como para que algo así fuera humillante.

"Snape.- sus dos amigos ahogaron una exclamación de sorpresa.- Además… parece ser que Voldemort le descubrió como traidor o algo así, no estoy seguro. ¿Vosotros sabéis algo?

"¡No!- exclamó Hermione levantándose de la silla y empezando a caminar nerviosa frente a la cama.- Pero esto explica su actitud el último día en clase.

"¿Qué pasó?

"Lo típico.- dijo Ron.- Al parecer estaba tan nervioso que tiró un estante de ingredientes y culpó a Hanna Abbott, de Hafflepuf. Le quitó tantos puntos que Hermione, Dean y Lavender salieron en su defensa, así que también le quitó puntos a Gryffindor. En fin, una escabechina.

"Bueno, supongo que ahora me odiará un poquito más.- comentó Harry tristemente.

A sus espaldas oyeron voces y un momento después las puertas de la enfermería se abrieron. Albus Dumbledore acompañado de la enfermera, Lupin y Tonks aparecieron en el umbral. Al verle despierto todos iluminaron su rostro con una sonrisa... excepto Tonks.

"¡Por fin, bonito¡Contigo quería yo hablar!

La pelirrosa avanzó a grandes trancos hacia él con el ceño fruncido. Ron y Hermione se apartaron rápidamente de su camino hasta que la joven se colocó frente al chico y le clavó varias veces el índice en el pecho en expresión acusadora.

"¿Cuántas veces te lo he dicho, Harry¿Cuántas? Si no sabes cómo funciona algo, antes de meter la pata¡pregunta, joder!

"Madre del amor hermoso, qué bronca…- musitó Ron escondiéndose sutilmente tras Hermione.

"Lo siento, Tonks.- dijo Harry no muy seguro de que fuera a servir de algo.

"¿Lo sientes? Ah, vale, gracias, ahora me siento mucho mejor… ¿Tienes… idea, acaso, de la que has armado?

"Mmmmpsí… más o menos…- titubeó el muchacho ante la ira de la joven.- Y lo siento, Tonks, pero de nada sirven los gritos ahora. Lo hecho, hecho está.

"Desde luego que lo hecho, hecho está.- bufó la chica.- Ahora gracias a ti hemos perdido una de las fuentes más importantes de información que teníamos dentro del círculo que Quien Tú Sabes. ¡Sólo porque te pareció bien toquetear algo tan peligroso como la P…- la joven se dio cuenta de la presencia de Ron y Hermione y se contuvo.- ¡Toquetear lo que no debes!

"¿Y qué querías que hiciera?- replicó Harry enfadado.- ¿Quedarme otra vez a salvo y seguro tras la barrera cuando por fin podía siquiera intentar hacer algo verdaderamente útil?

"¿Sería mucho pedir que hicieras esos intentos estando un poquito más seguro de tus posibilidades?- preguntó Tonks a su vez.- Era demasiado peligroso y lo sabes. No sabes utilizar… ¡ni siquiera Dumbledore puede, por Dios¡Has tenido suerte de volver entero!

"Ya he dicho que lo siento¿vale?- dijo Harry en voz tensa, calma y algo avergonzada mirando a otro lado con el ceño fruncido.

Tonks volvió a bufar, se cruzó de brazos y se sentó en la silla que Ron había dejado vacía. Cuando Harry se atrevió a alzar la mirada hacia Dumbledore y Lupin vio con asombro y una pizca de enfado que ambos esperaban pacientemente con una medio sonrisa a que terminara la discusión.

"¿Ya?- preguntó tentativo el licántropo. Ninguno de los dos dijo nada.- Vale, Harry, creo que tienes que darnos algunas explicaciones.

Al salir Ron y Hermione, el pelirrojo, aún impresionado por el arrebato de la chica y la reacción de su amigo se revolvió el pelo confuso y miró a Hermione.

Madre mía, parecían hermanos…

Hermione re rió por lo bajo y se encogió de hombros.

Supongo que es la única con autoridad moral para gritarle de esa manera.

La verdad es que no me gustaría estar en el pellejo de Harry… con mi madre tengo suficiente…

Cuando llegaron al pie de la escalinata de mármol vieron pasar a Snape, silencioso y cabizbajo, que bajaba hacia las mazmorras y que ni siquiera se dignó a mirarles cuando ellos esbozaron un débil saludo. Hermione meneó la cabeza y subió las escaleras.

Ahora que Quien Tú Sabes conoce la profecía¿qué crees que pasará?

No lo sé.- contestó Ron.- Pero me da la impresión de que todo va más deprisa de lo que debería.

¿A qué te refieres?

A que no creo que Quien Tú Sabes tarde mucho en atreverse a atacar personalmente el colegio. Ahora sabe hasta qué punto es peligroso Harry y además aquí se esconde un traidor. Es casi como si el colegio le estuviera llamando.

Bueno…- Hermione cogió la mano del chico y la apretó.- Pues le estaremos esperando.