Summary: Sun está muy triste por haber acabado su relación con Jin, pero alguien la ayudará a superarla, o recuperarla.
Este es mi primer fanfiction de LOST, así que no lo critiquen mucho. Sólo críticas constructivas, por favor. Está basado de cualquier cosa que podría ocurrir después del episodio ...In Translation. Así que si no han visto hasta ese episodio, lean sólo bajo su propio riesgo, ya que no creo que explique muchas cosas que hayan pasado ya en la serie capítulos anteriores.
Yo no he creado LOST, ningún personaje me pertenece. Por ahora.
Disfruten de la historia y dejen reviews!
Heartplace
I. Flor de Recuerdos
El mar estaba excepcionalmente tranquilo ese día, cristalino. Contrastando con los anteriores, grises, lluviosos, de grandes y fuertes olas, tristes. Ese, para cualquier otra persona, sería a un buen día. Un excelente día para pasear con la arena entre los pies, o bañarse en la playa tal vez. Hasta jugar golf.
¿A quién engañaba? Sol, lluvia, gris; todo es lo mismo. Nada cambiaría ese horrible estado de ánimo que la atormentaba desde el día de ayer: Jin la había dejado. Pero no fue una pelea de cualquier matrimonio, no. Ésta vez fue horrible. Ella era una mentirosa, no se merecía estar con alguien como él. Odiaba las mentiras, por lo tanto, se odiaba a si misma. Nada podría animarla ese día, ni siquiera el clima. Acababa de pasar su primera noche en la isla sin el resguardo, las carisias, el calor de alguien a su lado, abrazándola y susurrándole cosas hermosas en sus oídos. Hace cuanto que pasaba así las noches... Tenía la respuesta, desde que Jin trabaja con su padre. Él siempre hacía que trabajase de noche, y cuando llegaba ella dormía ya. Normalmente, él se acostaba en el sillón para no molestarla. Desde que llegaron a la isla su relación había sido mucho más fuerte, más estrecha. Un lazo casi indestructible, seguro. No había sido tan feliz desde que ese avión se estrelló, pero no quería admitirlo. No, todos los demás estaban desesperados por irse. Pero ella, hasta el momento, no lo estaba.
Vio su reflejo en el agua de las cavernas, casi no se distinguía, pero aún así vio su reflejo y sintió repugnancia. Asco, no podía ser peor persona de lo que era ya. Horrible, mentirosa, cobarde. Estuvo a punto de huir de sus problemas, muestra de cobardía, pero ni para eso tuvo las agallas. Lo amaba, por algo se casó con él, mas le mentía de todas formas; eso no es amor.
Tomó entre sus manos el líquido transparente para beber un poco y limpiarse la cara, sabiendo que así no limpiaría sus acciones. Luego se levantó, encontrándose frente a alguien con un chaleco negro y con el gorro del mismo color también, de espaldas a ella. Eso la sobresaltó, había estado tanto tiempo zambullida en sus pensamientos que había olvidado que no era la única en la isla, aunque así lo desease con la única persona con la que estuviera a gusto ahí era su marido.
El inglés sintió la respiración, algo agitada por el sobresalto, de Sun a sus espaldas. Se volteó lenta y pesadamente para dedicarle una sonrisa; para él, ella seguía siendo la linda extranjera del lugar comprometida. Aunque la haya escuchado hablar su idioma después de pensar tanto tiempo que sólo sabía coreano, mas no le parecía repugnante su imagen, con o sin mentiras.
Sun, hola,- la saludó alegremente.- Supongo que ahora entiendes, ¿cierto?- dijo en modo de chiste, sin pensar que tal vez ella podría sentirse ofendida. Aunque no lo hizo, le devolvió la sonrisa, algo escondida y secreta, pero al fin y al cabo era una sonrisa honesta. Algo en ese saludo la hizo sentir mejor que antes, tal vez menos sucia. Notó que él también había sido honesto al saludarla, no sentía que ella fuera una embustera.
Hola- soltó un par de risitas –me asustaste- y más risas. Se sintió tonta luego de esos comentarios y esas risas, ella no era así. Ella era más seria, si Jin la viera en ese momento, tal vez qué sería capaz de hacerle al pobre bajista. Debía de recuperar la compostura y dejar esas risitas tontas para después; instintivamente pasó una mano por su boca, apretándose los labios.
Iba a pasear por la playa un rato, me dijeron que el mar se ve cristalino. Claire –movió la cabeza hacia atrás indicando a la embarazada que estaba arreglando un par de cosas y hablando con otra chica de ahí, con la que se había echo amiga en ese tiempo- está ocupada, por lo que no tengo con quién ir. ¿Te gustaría? –Preguntó algo inseguro, sabía que ella había peleado con el marido el día anterior, por lo que era muy seguro que Sun no quisiera ir con él, y menos a la playa a donde se había mudado. Los chismes corren rapidísimo por las cavernas, por lo que la gente ya no miraba tanto a Claire como la embarazada que fue raptada, sino que ahora todos se volteaban a ver las mentiras provocadas por la coreana escandalosa que habla inglés.
Sun bajó la vista, en una especie de signo de desaprobación de lo que le ofrecían. De verdad no quería ir a la playa, ¿y si se encontraba con Jin? Tal vez se enojaría, se pondría furioso, se sentiría celoso. Sí, celoso. Luego le estaría pidiendo a rodillas que vuelva con él.
En ese momento, Sun descubrió su otro lado. No el amoroso, el bueno, el misericordioso, el cariñoso. Sino que el malvado, el mentiroso, el egocéntrico. Lograría lo que tiene planeado, sólo tendría que usar a alguien, y ahí estaba. Un rubiecito británico, ex-estrella de rock; listo para acabar con los sentimientos de Jin, y poder tenerlo comiendo de su mano, como al principio lo había logrado, si no fuera por su padre, su maldito padre, tal vez todo sería tan distinto.
Charlie comenzaba a sentir que Sun rechazaría la propuesta, era casi obvio. Tal vez no tenía ganas de ir a ningún lado, sólo quedarse ahí en las cavernas amargándose la vida, sólo por haber tenido una pelea con su esposo. Y él, que acababa de asesinar a alguien, no hacía ese tipo de cosas. Mujeres, quién las entiende. Lástima que Sun no tuviera la capacidad en ese momento de también pensar en los sentimientos de él; luego tendría tiempo de arrepentirse.
Sun sonrió. –Está bien, te acompañaré a la playa- dijo lentamente, todavía no se acostumbraba del todo al inglés, además que su pronunciación era pésima. –Necesito relajarme un poco y creo que la playa sería un buen lugar.- Además, su pequeña plantación de vegetales estaba camino a la playa, tal vez podría pasar a verla un momento. Esa noche tomaría algo de ahí.
La playa es un excelente lugar para relajarse,- caminó rápidamente al sendero que llevaba a la playa, ya bien marcado, pero aún así habían un par de ramas que molestaban a la vista. Ramas que Charlie apartó del camino para Sun, así como si estuviera abriéndole una puerta. –A mí me gusta mucho la playa- continuó sin dejar hablar a Sun, pero a lo que hizo una pausa para respirar ella lo interrumpió:
¿Podríamos pasar a un lugar antes de ir a la playa? Quiero revisar algo.- Le dijo ya sin la sonrisa, pero demostraba que estaba cómoda con él, sea lo que sea que trataría de hacer después frente a Jin. Aunque, cada vez lo que había pensado anteriormente la molestaba más, casi creía que no tendría el valor para algo así. Era cruel. Era cínico. Ella se sentía cruel y cínica. Bueno, no podría empeorar esa situación.
¿Dónde?- preguntó Charlie curioso.
Una pequeña plantación de hierbas en la que he estado trabajando con Kate, creo que tú no la haz visto. ¿Cierto?- contestó Sun, orgullosa.
El inglés negó con la cabeza, con ganas de llegar rápido a esa plantación. Pero parecía que el camino de las cavernas a la playa cada vez se le hacía más largo, y eso que últimamente había estado mucho tiempo en el segundo lugar con Claire, hacían los viajes en la mañana de ida y de vuelta por la tarde; sí que habían estado juntos últimamente, pero ese día la australiana había despertado algo enojada, tal vez, no tenía ganas de caminar por ningún lado. Sólo tenía quería conversar de cosas de mujeres con su nueva amiga, que en ese momento Charlie no recordaba ni el nombre. Eso lo molestaba, ya que el único que había estado junto a ella cuando perdió la memoria y Ethan amenazó con asesinar a todos si no la entregaban había sido él, quien la ayudó a recuperar la memoria también él, quien trató de defenderla de Ethan cuando los raptaron a los dos... Charlie.
No conversaron mucho en el camino a la cosecha, sólo un par de frases; algo muy raro en Charlie, quien normalmente suele hablar bastante.
Sun guió a Charlie a la derecha del sendero de la playa, a una especie de pared llena de ramas verdes con algunas flores, la tierra estaba húmeda y con barro. Sun movió las hojas y atravesó por ellas, dejándole un espacio al bajista. A tres metros estaban una líneas de montones de tierra, que cada algunos centímetros habían montones más grandes de las que crecían hierbas de distintos tonos de verdes, habían estado madurando bastante y se veían muy bien, casi listan la mayoría ya para ser sacadas y utilizadas. Algo más que notó Charlie, casi cuando terminaba de inspeccionar la zona con la vista, fue que Kate estaba allí también. Arrodillada al lado derecho de las plantaciones, donde no habían muchas plantas creciendo, enterrando una semillas.
Kate levanto la vista sorprendida de ver a Sun con alguien más, que no fuera su marido o sola. Mucho menos llevar a otra persona ahí, sólo recordaba que Jack sabía de ese lugar, y en una conversación con Sun ella misma le pidió que no llevara mucha gente a ese lugar. Tal vez porque podrían destruirlo o cortar mal las plantas.
Sun, ¿Charlie?- trató que no sonara mucho el tono de duda al decir el nombre de la ex-estrella de rock, pero no pudo detenerlo. Nunca antes los había visto a ellos dos juntos, además en ese momento sólo la esperaba a ella. Quería hablar sobre lo ocurrido ayer. -¿Qué hacen aquí...- "ustedes dos juntos?", completó en su mente.
La coreana entendió lo que Kate trataba de decir, hasta para ella era extraño caminar por aquella, aunque muy conocida, selva con otro hombre; además de Michael. Ese era otro tema, él había tratado de defenderla y ella lo golpeó, todavía se sentía muy mal al respecto. Pero ver a Jin y Michael juntos trabajando en el bote, la tranquilizaba un poco. –Íbamos a la playa- se arrodilló, así podría ver mejor la tierra, pero no era para eso, no quería mirar a la cara a Kate para mentirle; ella lo sabría. Al fin y al cabo, ella descubrió por si sola que hablaba inglés. –Decidí pasar aquí, para mostrarle el lugar- terminó; haciendo que surgiera un silencio insoportable.
Hola, Kate- saludó sonriente Charlie, no le gustaban los silencios, prefería romperlos. –Así que en esto han estado ocupadas ustedes dos, ¿eh?- Se detuvo para arrodillarse a la derecha de Sun. -¿Para qué es esto?- Indicó una planta verde, muy brillante, pero pequeña entre tanto café, se podía hacer notar con la luz del sol centelleante sobre ella.
Es para algunos dolores musculares- respondió con tono confiado Sun, ese era su fuerte. -¿Te gusta?- Le preguntó, mirándolo.
Sí, se ve todo muy- -
Sun, ven un poco. Tengo que mostrarte algo acá- interrumpió Kate repentinamente. Sun, algo desconcertada y asustada, se puse de pie y caminó hacia Kate, pasando a pisar una flor, que se levantaba entre el pasto verde. En cualquier otro momento, se hubiera levantado para recogerla o admirarla, pero esta vez no lo hizo.
Charlie esperó sentado en el pasto verde, examinando mejor el lugar. Habían unas botellas de agua vacías a un lado y otro par a la mitad, usadas para regar. Montoncitos de semillas sobre una mesa que, suponía, había estado en el avión, utilizada por las azafatas para servir la comida. El sol caía directamente sobre las zonas cafés, y una brisa de viento pasaba por ahí.
Una abeja zumbante pasó frente a los ojos de Charlie, y se quedó quieta frente a su nariz. Luego de lo que ocurrió hace un tiempo la primera vez que fue a las cavernas con ese panal, no quería tener más problemas con abejas. Estuvo semanas con irritaciones en la mayor parte de su cuerpo, luego la misma abeja se posó en la flor sobreviviente a la zapatilla de Sun. El inglés se acercó a la flor, luego de que la abeja se levantara: estaba intacta, por lo que la sacó de ahí y la observó por un buen rato, en el que apareció Sun, diciendo:
¿Vamos a la playa?- Tenía los ojos un poco más rojos que antes, como si recién hubiera llorado. Aunque Charlie pensó que sus ojos lo engañaban, no creía que Kate la hiciera llorar.
El joven se levantó, con la flor en la mano. La miró en sus manos por un par de segundos, antes de mostrársela, sujetándola del tallo, a Sun. –Un regalo, la encontré por ahí.- Sonrió -¿te gusta?
Por una milésima de segundo, vio esa imagen. Ella vestida con su largo traje en la fiesta, observando el paisaje de su tierra natal, y por detrás aparecía Jin, el amor de su vida. Él le traía una hermosa flor en las manos, caminando directamente hacia ella.
No lo podía soportar, nunca lo sustituiría.
Gracias- sonrió falsamente. Luego, caminó en pasos rápidos de vuelta al sendero de la playa, dejando que el sol iluminara su rostro, la flor en sus manos y sus ojos, cristalinos, con el mar reflejándose en ellos.
