Hola a todos: agradezco sus reviews, mil gracias por leer mi pequeño fic, aquí tienen el capitulo dos, espero les guste.

¡Que continúe la orgía de Sodoma y Gomorra (me encantó ese review):

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CAPÍTULO 2: EL SECRETO DE SAGA

El santuario vibraba al ritmo de la música, los Santos seguían de fiesta sin tregua... y Athena apenas llevaba una semana fuera. Para la ocasión no había un extenso surtido de bebidas y comida, la reunión había sido improvisada por Shion para acallar las quejas de una gran cruda, que llegaban hasta la cámara del patriarca; así que solo había cerveza y botana pero igual estaban presentes todos. En una de las mesas aledañas a la pista de baile estaban Milo, Aiolia y Shura; Capricornio les presumía sus últimas aventuras amorosas de la semana, Leo decidió no quedarse a la zaga y les habló de la noche que había pasado con Mu, Shura sonrió para sus adentros, Aiolia seguía sin acercarse a Kanon, cosa que los demás estaban aprovechando muy bien, por la primera ley de Shion se sabía que el hermano de Saga siempre le daba preferencia a Leo sobre los demás, pero por supuesto este no se había percatado de ello; Milo por su parte seguía sin ningún romance en su lista, desde la primer fiesta, tras la charla en la que Aldebarán lo había puesto en evidencia, sólo había una persona en su mente: Camus, había intentado acercarse como lo había hecho hacía unos días Shiryu e intentar seducirlo; sin embargo no pudo insinuarse, durante las 5 fiestas que habían hecho esa semana se había limitado a charlar con él como un amigo... como un simple amigo, Camus inclusive le había dicho que estaba empezando a considerar el irse con Shiryu, tal vez no resultaría como los demás; Milo se había quedado sin palabras tras eso, él no quería ser uno más para el maestro del hielo, estaba seguro de ello

– ¿nos estás escuchando Milo?– dijo Aiolia trayéndolo de vuelta a la realidad

– deberías hablar con él, si algún día quieres que sepa lo que sientes – añadió Shura, lo cual dejó a Milo frío

– ¿de que hablan?– se defendió, no se había dado cuenta que desde hacía varios minutos no dejaba de mirar fijamente al objeto de sus deseos, el cual brindaba con Shiryu en esos momentos –no sé que decirle– aceptó derrotado, Aiolia y Shura intercambiaron una mirada y luego esbozaron una sonrisa

– ¿será posible¿el santo de Escorpio ha perdido el valor?– inquirió Shura ponzoñosamente

– si, no puede haber otra explicación– lo secundó Aiolia; Milo no respondió a su juego simplemente se puso de pie y se dirigió con paso firme a donde estaban Shiryu y Camus

– siempre funciona – comentó Shura antes de brindar con Aiolia, a la salud de su amigo Milo.

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Shiryu le sonrió por enésima vez a Camus, el cual actuaba tan frío como siempre, en realidad el caballero Dragón no sabía si estaba teniendo algún avance con Acuario o no, pero era demasiado obstinado como para desistir

– ¿quieres bailar?– le preguntó al francés, Camus dudó un poco pero accedió, le tendió la mano al joven chino pero los dedos que la tomaron no fueron los de él sino los de Milo

– Shiryu, no te molestes por esto pero debo hablar con él– le dijo apremiante al Dragón el cual se sintió ofendido pero esa emoción le duró apenas unos instantes pues (primera ley de Shion) él sabía tan bien como los demás que Milo estaba interesado en Camus, y de cualquier modo Escorpio no le estaba pidiendo permiso para interrumpir, Camus se encontraba un poco desconcertado pero Milo no le dio tiempo a dudar, se lo llevó a un lugar apartado, y curiosamente nadie se les acercó durante el momento que estuvieron platicando

– ¿qué es lo que quieres decirme?– quiso saber Camus yendo directo al grano

– pues... – el corazón de Milo empezó a latir apresuradamente, lo tenía ahí para sí mismo, debía decirle algo¿qué haría si aquel hombre lo rechazaba, miró a los ojos de Camus, todo su rostro estaba impasible como si no sintiera nada y eso lo confundió aún más –yo... quiero decirte que tú me gustas mucho– se sentía infantil diciéndole aquellas palabras

– ¿quieres acostarte conmigo?– Milo pensó que había oído mal pero Camus seguía sin cambiar esa fría expresión

– s... ¡no¿acaso crees que si alguien se te acerca es sólo para eso?– el francés se encogió de hombros como si le diera igual – yo no quiero solamente eso de ti, sino algo más... profundo – Camus alzó una ceja imperceptiblemente aunque en él eso era todo un arrebato de emoción

– no te entiendo – concluyó volviendo a su fría armadura, Milo, que aún no había soltado la mano de Camus se la llevo a los labios y la besó – ¿qué haces?

– no lo sé

– mira, me agradas mucho, si lo que quieres es probar puedes hacerlo pero te advierto que nadie ha podido conmigo

– tal vez sea porque aún no encuentras a la persona correcta– lo atajó Milo.

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En la mesa de Aiolia y Shura ya no quedaba nadie, ambos habían emprendido sus respectivas conquistas de la noche, Aiolia aún tenía en mente a Shun e Ikki parecía estar absorto en contemplar a Shaka el cual conversaba con Mu en ese momento, así que Leo decidió que debía aprovechar esa oportunidad, cuando alcanzó al joven Andrómeda y lo tomó de los hombros sintió una punzada, volteó buscando a Kanon, el segundo santo de géminis no estaba a la vista; Aiolia no pudo explicarse porque le dolía pensar en él y prefirió apartarlo de su mente para concentrarse únicamente en su blanco.

Pasaban de las dos de la mañana, en el coliseo sólo quedaban los santos de bronce, excepto Shun, los aguantadores Dohko y Shion, Afrodita y Kanon. Piscis bailaba con Seiya insinuándose claramente pero el pobre Pegaso no se atrevía a hacer ningún movimiento de aceptación pues desde una de las mesas que no estaban volcadas o sucias a esas horas Hyoga, Shiryu e Ikki se desternillaban de la risa, tras dos canciones más Seiya decidió que sus compañeros no tenían nada más entretenido a lo cual prestarle atención y optó por dejar a Afrodita e irse. Sus amigos, excepto Hyoga que insistió en quedarse solo, y él se marcharon poco después del coliseo topándose en el camino a un Dohko muy bien acompañado. Kanon tenía los brazos del maestro de Libra en torno suyo pero en su mente una molesta pregunta no dejaba de incordiarlo¿por qué Aiolia parecía estarlo evadiendo?.

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Shiryu se levantó temprano a pesar de la desvelada para ir a hacer sus ejercicios matutinos, abrió la puerta de golpe y salió a toda prisa... sólo para tropezar con un inerte Hyoga que dormitaba tirado frente a la puerta de sus habitaciones. Shiryu se levantó algo molesto, miró alrededor no fuera que alguien lo hubiera visto y sería el hazmerreír del santuario por sus buenos reflejos; como no había nadie cerca omitió pegarle una bronca a Hyoga, el cual no parecía haber notado que casi ocasiona que el Dragón se rompiera la nariz; en eso Seiya apareció en la puerta bastante adormilado todavía

– escuché un ruido – explicó y luego reparó en el Cisne – Hyoga¿estás bien?– preguntó sacudiéndolo un poco, el rubio se despabiló y miró a sus amigos

– son ustedes, déjenme sólo – murmuró

– lo haríamos de no ser porque estás tirado frente a nuestra puerta – objetó Shiryu al tiempo que obligaba a su compañero de batallas a ponerse de pie, entre él y Seiya lo llevaron al interior de sus habitaciones, Ikki no estaba y como su cama era la más cercana acomodaron a Hyoga en ella

– ¿dónde estabas? – preguntó Seiya

– en el coliseo¿dónde más?

– pero Hyoga¿acaso te quedaste solo en ese lugar?– dijo Shiryu, algo andaba mal, el Cisne usualmente era una persona orgullosa y fría, como su maestro, sin embargo desde que Athena se marchara y se declararán en fiesta desenfrenada había estado muy melancólico – ¿quieres hablar con nosotros?– Hyoga negó con la cabeza, no quería seguir taladrándose el cerebro con las mismas ideas disparatadas que lo tuvieron bebiendo en el coliseo toda la noche

– mira, sabemos que estás triste por algo, es inútil que trates de ocultarlo Hyoga– añadió Seiya – puedes confiar en nosotros – el Cisne los miró escéptico pero francamente no tenía a nadie más a quien contarle sus penas y ya estaba cansado de lidiar con ellas por su cuenta

– es por Shun– se animó a decir tras varios minutos de suspenso

– ¡Shun!– exclamó Seiya asombrado pero Shiryu se apresuró a callarle la boca¿qué tal si Ikki llegaba de improviso y los escuchaba hablando de su hermano?

– ya lo sabía– admitió Shiryu

– ¿soy tan obvio?– inquirió Hyoga, Shiryu se encogió de hombros, condenada primera ley de Shion

– ¿y que vas a hacer sobre... ya sabes quién?– preguntó Pegaso

– no puedo hacer nada, ha elegido a otros y no a mí

– no creo que eso sea algo serio – objetó el Dragón pero Hyoga no estaba para atender razones, Shun, la persona más importante de su vida se había marchado a dormir con otros¿quién en su sano juicio no se sentiría mal por ello? – si sólo te limitas a observar como otros se le acercan nunca tendrás una oportunidad

– ¡es que no tengo ninguna oportunidad!– espetó Hyoga

– ¿no estarás molesto por su actitud?– ¿la actitud de Shun, el Cisne bien sabía que Seiya se refería al hecho de que Shun fuera una cortesana pero eso no le importaba, simplemente sabía que lo conocía desde que eran unos niños y lo había amado desde el primer momento en que lo vio.

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Kanon entró alegremente a la casa de Géminis, iba acompañado por Dohko, Afrodita, Shion y Shura; los había invitado a desayunar y de paso curarse la cruda. Saga estaba en cama todavía, supo que su hermanito ya estaba de vuelta cuando escuchó un escándalo infernal proveniente de la cocina, intentó ignorarlo pero el ruido fue en aumento y no tuvo más remedio que levantarse e ir a averiguar que en nombre de Athena, se proponía Kanon tan temprano; no se sorprendió al ver al grupo en el comedor de la casa de Géminis, consideró sus opciones, lo mejor sería regresar a su habitación y después marcharse a entrenar un poco, con suerte cuando regresara ya no estarían ahí, sin embargo la bola tenía otros planes para él, lo invitaron a desayunar con ellos y si bien podía rechazar al antiguo maestro, al supuesto "Caballero más fiel a Athena", al más hermoso de las doce casas y a su propio hermano, el Gran Patriarca Shion era otro cuento, con una leve inclinación de cabeza se sentó al lado del antiguo caballero de Aries; Kanon era un buen anfitrión y él no tuvo que mover un solo dedo; la comida estaba buena y picante, lo más adecuada para sus circunstancias y la conversación pronto dejó de girar en torno a las armaduras y a Athena y pasó a tratarse de las últimas fiestas. Dohko ya había dormido con todos los santos "disponibles" incluidos los dos ahí presentes, excepto Camus que había escapado de sus garras, Kanon tenía material para hablar durante horas pero se abstuvo de hacerlo debido a la severa mirada que su gemelo le dirigía cada vez que iba a abrir la boca; Shura acaparó la conversación hablando de Shun, Saga procuró engullir su comida lo más rápido y discreto posible, justo cuando Capricornio narraba sus futuros planes para Andrómeda, él terminaba y se dispuso a ponerse en pie para irse pero la mano de Shion sobre su brazo lo retuvo

– ¿qué hay de ti Saga¿por qué no nos cuentas como lo has pasado estos días?– Saga se sentó y de inmediato las miradas de todos se clavaron en él

– las fiestas han estado... divertidas – Kanon sonrió, su hermano siempre era así, serio y cortante

– supongo que ya has conseguido algo de compañía– lo sondeó Dohko

– ¿compañía¿cómo se supone que se pueda estar solo en este lugar?– respondió Géminis para decepción del grupo

– vamos Saga, sabes bien a qué nos referimos– lo apremió Afrodita

– no comprendo– la bola casi se da de frente contra la mesa

– ¿qué si ya te acostaste con alguien?– explicó Kanon al borde de la desesperación, asombrado de cómo se las arreglaba su hermano para dar muy poca información de su vida privada

– no – respondió Saga, el grupo intercambió miradas, decidieron cambiar de tema hacia algo más entretenido cuando Géminis cometió el pequeño error de añadir –de hecho nunca he estado con alguien, así– si Saga hubiera soltado una bomba en la cara de todos los presentes el resultado no habría sido muy diferente del que obtuvo, Afrodita se puso de pie como impulsado por un resorte ¡un virgen en el santuario, Shion y Dohko lo miraban como si se hubiera vuelto loco; y Kanon y Shura no dijeron nada pero parecía que habían olvidado como cerrar la boca

– imposible – musitó Shura cuando logró reponerse del tremendo shock – debemos hacer algo para ayudarlo – dijo dirigiéndose a los demás

– no necesito...

– yo estaría disponible para ti si lo deseas– lo interrumpió Afrodita

– no gracias – lo rechazó Saga tratando de no sonar grosero – no estoy interesado

­– Saga, yo el Gran Patriarca Shion te ordenó que pongas fin a esa abominación que acabas de confesarnos – Géminis estuvo a punto de reírse pero los demás habían acogido la orden con una seriedad como si les acabaran de informar que Athena estaba muerta

– lo siento pero se trata de algo muy personal y con el debido respeto no puedo obedecer– afirmó y tras eso se marchó

– reconsideraré tu castigo por haberme asesinado y suplantado– amenazó Shion en un último intento por hacer que ese descarriado santo recapacitara; fue inútil, a Saga no le importaba arreglar su "problema" pero sus preocupados compañeros no iban a dejar las cosas así.

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Continuará

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