Hola a todos, esta es tal vez la ultima vez que los saludare antes de comenzar un capitulo para esta historia. Si, este capitulo es el final. Espero que todos aquellos que la leyeron desde el principio no se queden desilusionados, y que les guste lo que están a punto de leer. Quiero que sepan que agradezco mucho que se hayan tomado el tiempo de leer este fic, no importa si dejaron review o no. (por supuesto, los que dejaron review tienen doble agradecimiento jejej)
No quiero hacer mas preámbulo, los dejo con mi ultima entrega de Angels hearth y espero sacar por lo menos lagrimitas en dos o tres personas que conozco muy bien.
Capitulo 13
El final del camino.
"Ahora contare yo y ustedes se esconden"Inuyasha¡Feh, no me encontraras.
" Ya lo veremos. Uno, dos"
Inuyasha: No vayas a hacer trampa.
" tres, cuatro.."
Kagome: Ahh.. cuentas muy rápido.
" pues apúrense"
El parque era enorme, habían muchos lugares para esconderse y todos corrían nerviosos buscando el mejor escondite del lugar, uno en el que no fueran vistos por quien contaba.
" veintinueve¡ treinta, listos o no¡allá voy!
Sus ojos exploraban el lugar, no había señal alguna de sus amigos, comenzó a correr mientras buscaba entre los árboles, detrás de los botes de basura y en la copa de los árboles. No había rastro alguno. Paso un tiempo y comenzó a desesperarse pensando que nunca los encontraría. Se había quedado solo y el miedo se comenzó a apoderar de el. Unas risitas se escuchaban, pero no lograba identificar de donde provenía el sonido. Sus ojos comenzaron a humedecerse, pero el trataba de ocultarlo para que Inuyasha no lo notara. Siguió buscando hasta que por fin, la ansiedad desapareció.
" Por fin te encontré, Sango"
El pasillo parecía largo, Sango no podía dar un paso sin sentir que sus piernas temblaban un poco, pero no sabia por que sentía ese miedo tan intenso, solo se dirigía a ver a la persona a la que mas amaba en el mundo. Se pensó tonta y torpe por sentirse así, y continuo su breve pero interminable viaje hacia la habitación de Miroku. Sus ojos ya no se notaban húmedos por el reciente llanto, pero aun así se veían apagados y melancólicos.
Por fin llego a su destino, la puerta estaba abierta y cuando entro noto que la habitación estaba inundada de la luz de medio día. Las sabanas blancas parecían resplandecer y el estaba ahí. Recostado en su cama parcialmente inclinada, mirando hacia el exterior por la ventana, su piel se notaba pálida casi hasta no hacer contraste con las sabanas y su cabello estaba como siempre atado detrás de su nuca.
Sango entro y por unos segundos el tiempo pareció congelarse, ninguno de los dos se movió durante unos segundos, hasta que Miroku desvió su mirada de la ventana para dirigirla hacia ella.
El corazón de Sango comenzó a galopar, por fin pudo ver los vivaces ojos índigo que tanto la cautivaban. El sonrío invitándola a acercarse a su cama, ella por un segundo dudo sobre que hacer pero su duda se disipo cuando Miroku pronuncio su nombre . " Sango"..
Su voz sonaba áspera debido a las lesiones que causo el tuvo en su garganta, pero aun así era su voz. Finalmente Sango camino hacia el y tomo su mano mientras le pedía que no hablara. El testarudamente no hizo caso y le dijo lo que tan recelosamente había guardado para el durante el tiempo que no había podido hablar.
Miroku: Sango por favor perdóname, nunca quise...
Sango: Esta bien, todo esta bien, no tengo nada que perdonarte, finalmente comprendí lo que me querías decir.
Miroku: Te amo.
Sango: Lo se, yo te amo también , muchísimo, y es por eso que comprendo tus sentimientos, durante este tiempo que decidí no estar a tu lado tal como tu me lo pediste sentí como si algo me desgarrara por dentro. Saber que estabas sufriendo y no poder tan siquiera sostener tu mano, o acaricia tu espalda mientras tratabas de dormir, o secar tu lagrimas...
Miroku: Sango..
Sango: Comprendí que tu te sientes igual respecto a mi. Comprendí que tal vez tu no estarás ahí para consolarme como lo has hecho hasta ahora en tiempos difíciles. Comprendí el dolor que sientes al pensar que me dejaras sola. Comprendí que te duele saber el sufrimiento que sentiré si mueres y no poder hacer nada para evitarlo.
La voz de Sango parecía quebrarse cada vez mas, nuevamente lagrimas salieron de sus ojos al notar que Miroku comenzaba a llorar. Y por fin después de tantos días Sango pudo hacer lo que tanto añoraba, secar las lagrimas del rostro de Miroku mientras sostenía su mano y le decía que lo amaba.
Sango recobro su sonrisa, pero su mirada era un poco diferente, ahora se notaba en ellos una felicidad agridulce, una tristeza profunda que no siempre salía a flote y es que no es que su felicidad fuera fingida, en realidad no podía evitar sonreír cuando veía a Miroku.
El día antes de que Miroku abandonara el hospital una enfermera acompañada del doctor Mushin fueron a su habitación a retirarle los puntos quirúrgicos. Sango, Kagome e Inuyasha estaban con el. El doctor les pidió que salieran un momento, pero Miroku prefirió que se quedaran con el por que sabia que seria un poco doloroso y no quería quedarse solo, ellos le daban fuerzas.
Mushin: Esta bien , pueden quedarse.
Miroku: Doctor Mushin ¿por qué me tortura?
Mushin: Lo lamento Miroku. Pero ve el lado bueno, te vas a tu casa.
Retiraron la venda del pecho de Miroku, y fue la primera vez que vio su cicatriz. Su reacción fue ruidosa.
Miroku¡¡¡¿qué es esto!
Mushin: La marca de tu cirugía.
Miroku¡Ya lo se, es horrible.
Mushin: No seas exagerado.
Miroku: Que no podía intentar por lo menos hacer la línea derecha..
Mushin: Esta derecha...
Miroku¡Pero si parece la calle chueca de la casa de Inuyasha!
Inuyasha: Hey, mi calle esta mas derecha.
Miroku: " si sigues trepando te caerás, baja, es muy peligroso"!
Inuyasha: Por supuesto que no me caeré, no soy tan inútil como t...
El golpe fue sólido, el pequeño Inuyasha de tan solo diez años callo desde uno de los árboles de su patio. Miroku corrió hacia el para ver que sucedía.
Miroku: te lo advertí
Inuyasha estaba tendido en el suelo sujetándose el tobillo vigorosamente. Trataba de disimular el dolor pero finalmente como todo niño de su edad comenzó a llorar.
Miroku: Ahora que vamos a hacer, no están tus papas. Ya se, te llevare con la doctora Kaede, vive cerca de aquí creo.
Inuyasha: no, solo déjame en paz.
Miroku: No seas tonto, no podrás caminar, no te voy a dejar solo y herido.
Inuyasha: No estoy herido, no me paso nada.
Miroku¡ que testarudo eres! Anda, apóyate en mi.
Inuyasha: Por que había de hacerlo.
Miroku: Por que para eso son los amigos. Ahora levántate con cuidado, te prometo que no dolerá mucho.
Mushin: No te preocupes, no se vera tanto dentro de unos meses.
Miroku: No sabe lo que ha hecho..
Mushin¿salvar tu vida?
Miroku: No, arruinar mi belleza.
Inclusive la enfermera no podía evitar reir ante el matiz cómico que Miroku le dio a su situación. Mushin por un momento creyó que lo que decía el chico era en serio, pero después noto que no era así cuando sus amigos comenzaron a reír.
Mushin: Muy bien, ahora te quitare los puntos y te prometo que cuando te haga el transplante llevare conmigo una regla para hacerte la incisión.
Miroku: Esta bien.
Mushin comenzó a quitar los puntos uno por uno, todos con sumo cuidado, Miroku parecía asustado al principio ya que creía que le dolería mas de lo que en realidad le dolió. Sango parecía de hecho mas nerviosa que le propio Miroku, pero se calmo cuando noto que el chico no sentía mucho dolor.
Finalmente el día en el que Miroku abandonaría el hospital llego y tal como Mushin lo predijo las cosas no serian iguales. Junto con el chico a casa de los Higurashi llego un tanque de oxigeno, una tropa de medicinas e inclusive una silla de ruedas para que Miroku se pudiera desplazar sin agotarse demasiado. Sin embargo todos estaban felices de tenerlo nuevamente en casa. El recobro el animo de siempre, a pesar de saberse imposibilitado de hacer muchas cosas, pero su juvenil sabiduría lo hizo comprender que si las cosas debían ser así, así serian y lo mejor era tomarlo con calma.
Ese día Miroku se entero de que ni su hermana, ni Inuyasha ni Sango fueron a la graduación. Nadie se imaginaba que se llegaría a molestar como lo hizo.
Miroku¿¡ como que no fueron?
Kagome: Nadie tenia ganas de ir.
Miroku¡pero era su graduación!
Kagome: Era solo una tonta fiesta, nosotros queríamos estar contigo.
Inuyasha: Si, no seas tonto. Además me dijeron que estuvo aburridísima.
Sango: Si, ninguno de nosotros tenia animo para ir.
Miroku: Pero les harían un homenaje a ti y a Inuyasha por ganar el campeona..
Inuyasha¡ Feh!
Sango: Tu ni te preocupes, créemelo, estamos mas cómodos aquí.
Inuyasha: Si, ni el tonto de Kuranosuke en su tonta limosina logro convencernos.
Miroku¿Kuranosuke?
Kagome¡ Inuyasha!
Inuyasha: jeje, bueno, si, el fue el día de la graduación a tratar de convencernos de ir.
Sango¡Pero no quisimos ir!
Kagome¡Sango! Tu ni siquiera estabas en el hospital, estabas en tu casa enclaustrada.
Miroku: Creo que mejor ya no pregunto nada.
Inuyasha: Pasaron muchas cosas mientras dormías.
Miroku: Si, ya me di cuenta.
El tiempo continuo su paso, y Miroku aunque parecía estable estaba cada día mas débil, todos comenzaban a sentir que el final estaba cerca y pese a las grandes esperanzas de todos, no había señal alguna de que conseguirían un corazón para el a tiempo.
Sra Higurashi: Miroku¿Dónde esta tu hermana?Miroku: La tide en la basuda.
Sra Higurashi¿qué?
Señor Higurashi: Jaja, no es verdad ¿por qué dices eso Miroku?
Miroku: Siempre me molesta y esta fea.
Sra Higurashi: No digas eso, ella es tu hermana menor , debes protegerla
Miroku: Pero ni sabe decir mi nombre.
Sra Higurashi: Ni tu sabes decir tu nombre aun pequeño. Ademas ella es una bebe aun, no puede hablar
El señor Higurashi entro sosteniendo a la pequeña Kagome de tan solo un año de edad.
Miroku¡ Si puede!
Nadie le creyó al pequeño, hasta que Kagome aun en brazos de su padre miro a su hermano , estiro sus brazo mientras gritaba entusiasmada "Miri, Miri"
Todas las noches después de que Inuyasha y Sango se iban, Kagome pasaba por la habitación a revisar si aun respiraba como lo había hecho durante el ultimo año. A veces cuando estaba sola lloraba, pero ante sus padres se mostraba madura tal como el propio Miroku le había mostrado con su ejemplo. Sin duda alguna el tener a Inuyasha a su lado todo ese tiempo había hecho las cosas un poco menos oscuras para ellas, pero aun así se sentía deprimida. Durante el verano varias veces pensó en salir corriendo de su casa con tal de dejar de ver a Miroku tan mal. El siempre trataba de mostrarse animoso, pero en ocasiones durante las noches tenían que ponerle medicamentos fuertes y oxigeno. Además cada vez le costaba mas trabajo caminar, unos pocos paso lo hacían perder el aliento. Y el verlo así de mal, pero luchando día con día por mantenerse bien era lo que mas pena le causaba a quienes lo rodeaban.
Mushin y Kaede visitaban con frecuencia la casa de los Higurashi y sugirieron varias veces que seria mejor dejarlo dentro del hospital. Pero todos decidieron hacerlo solo cuando fuera netamente necesario. El tenerlo en casa era mejor en varios niveles, todos se sentían mas tranquilos.
Un día Sango salió de compras, no a comprar cosas para ella, si no mas bien artículos como revistas, películas y cds para disfrutar mientras estaba con Miroku. Ahí se topo con Kuranosuke acompañado por Kikyo. Le sorprendió bastante verlos juntos, pero los saludo de buena gana.
Kikyo: Sango, hasta que sales de tu encierro.
Sango: Hola chicos. ¿cómo les va?
Kuranosuke: Bien Sango¿cómo esta Miroku?
Sango: Contento de estar en casa.
Kikyo: Pobre de ti Sango, llevas tanto tiempo con el que ya deberías mudarte a su casa.
Sango: Si bueno, lo hago por amor. Estar ahí me hace feliz.
Kikyo: Si, me lo imagino ¿y que viniste a comprar? Entretenimiento para tu reclusión por lo que veo.
Kuranosuke: No le hagas caso Sango.
Kikyo: Nosotros vinimos a comprar cosas para la fiesta que daré en casa. Que lastima que no podrás venir. Pero no te preocupes, si todo sigue como leí en el expediente que tiene mi abuela en su consultorio, dentro de poco podrás salir de tu encierro.
Sango¿qué quieres decir con eso?
Kikyo: Pues que lamentablemente el Houshi ya esta en sus ultimos días. Va a ser muy complicado que llegué un corazón compatible a tiempo. Lo siento mucho Sango.
Sango: Tu nunca cambiaras..
Kikyo: Lastima, la verdad es que será un verdadero desperdicio que alguien tan guapo muera tan joven. Mi consuelo es que lo pude probar cuando aun estaba sano. No te toco ni la quinta parte de lo que me toco.
Sango: No sabes lo que dices. Kuranosuke ¿por qué estas con ella?.
Kuranosuke: Eh. Bueno yo.
Kikyo: a ¿no sabes? El y yo estamos saliendo.
Sango¿No estabas saliendo con Hakudoshi?
Kikyo: Jaja, Yo no salgo con perdedores.
Sango: Pues no esperaba que tuvieras esos gustos Kuranosuke, pero espero que seas feliz.
Kuranosuke: Sango, lo siento mucho..
Sango: No , yo lo siento por ti, pero tu sabes lo que haces. Nos vemos luego.
Kikyo: Si, no tienes tiempo que perder. Nos vemos
Sango llego de nueva cuenta a casa de los Higurashi, que era mas como una segunda casa para ella. Su familia postiza como siempre decía. Tan pronto como atravesó la puerta vio sentada a Kagome junto a Inuyasha en la sala. Ambos lucían preocupados, Sango imagino lo peor y se acerco a ellos rápidamente.
Sango¿qué sucede?
Kagome: Nada, no te preocupes, no pasa nada que no haya pasado antes.
Sango: No me digas que no pasa nada, ve la cara que tienes.
Kagome: Es solo que Miroku se volvió a sentir mal cuando te fuiste, pero ya vino el doctor Mushin a ver que sucede.
Sango: Voy a verlo.
Inuyasha: Espera, nos pidieron que esperemos aquí un momento.
Sango¿cuánto tiempo llevan revisándolo?
Inuyasha: Como media hora.
Sango¿por qué no me avisaron?
Kagome: Sango, ya deberías estar acostumbrada a esto, estoy segura de que en un rato podremos subir a verlo. Además me dio gusto que salieras un momento a distraerte, estas ultimas semanas has estado encerrada aquí o en tu casa
Sango: No he estado encerrada aquí, nos la hemos pasado muy bien. Me hubieras avisado Kag.
Kagome: Lo siento, tienes razón, siempre te hago lo mismo. Pero es que me pongo tan nerviosa cuando lo veo mal que no se ni que hacer.
Sango: Esta bien, no te preocupes, creo que es patético, pero nos hemos acostumbrado a estos sustos.
Inuyasha: Si, es patético.
La abuela Higurashi bajo un par de veces, lucia un poco pálida y asustada, pero hasta a ver rostros mortificados se habían acostumbrado. Kagome se acercó a ella buscando información, pero la abuela le dijo que no pasaba nada.
Finalmente los tres decidieron esperar sentados en la sala mientras veían televisión un momento, pero al poco rato un grito los hizo contener el aliento.
" NO, MI HIJO NO..."
" Sango, en verdad te admiro, eres la persona mas valiente que he conocido"Sango¿Valiente, pero estoy muerta de miedo..
Miroku: Es por eso que eres valiente, por que aun llena de miedo vienes a mi casa día con día. Si la situación hubiera sido al revés, yo no se si podría..
Sango: Si podrías, el amor es lo que me a dado fuerza.
Durante todo el tiempo que Miroku estuvo en casa después de la operación, una conversación dulce era el cierre que cada día tenia para ellos. Recostados en la habitación, con la luz apagada, uno a lado del otro, mirando ocasionalmente a la luna asomada por la ventana.
Miroku: Hubiera sido maravilloso tener mas tiempo.
Sango: Yo estoy feliz de haber compartido este año a lado tuyo de esta manera. Además prácticamente crecimos juntos.
Miroku: Tienes razón, creo que somos afortunados Sango.
Sango: Bueno, yo no me aventuraría a decir eso.
Miroku: Mucha gente vive sesenta años o mas sin haber amado realmente. Yo no se si viviré mas de mis 19, pero desde que te conocí hace doce años supe lo que era amar. Fui afortunado.
Tan pronto como escucharon a la señora Higurashi gritar subieron desesperados y se dirigieron al cuarto de Miroku. El panorama no era alentador. " No, no puede ser, haga algo" lloraba la madre de Miroku al mismo tiempo que su padre trataba de detenerla abrazándola. La abuela también comenzó a llorar mientras se unía al abrazo .
Sango estaba parada, paralizada, cubriendo su boca con una mano. Kagome entro corriendo al cuarto, Inuyasha la siguió y todo se confirmo en ese momento. Kagome comenzó a gritar también, Sango finalmente se acerco a la puerta y vio a Miroku recostado como durmiendo, su rostro se veía sereno, hermoso. Kagome se encontraba sentada en la cama, y sacudía al joven mientras gritaba "Hermanito, nooooo por favor despierta, no.." Inuyasha estaba parado en una esquina de la habitación, sus puños permanecían apretados y se notaba que estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para no llorar. El doctor Mushin estaba parado sin saber que hacer. Repentinamente Sango y el Doctor Mushin hicieron contacto visual y Sango pidió una explicación, finalmente envuelta en llanto.
Sango¡ El estaba bien! El estaba bien...
Mushin: Lo lamento mucho, no pude hacer nada.
Sango¡ no, no es verdad..
Mushin: Lo lamento.
Kagome¡ Revívalo, llevémoslo al hospital. Por favor.. por favor..
Mushin: Fue un paro cardiaco fulminante, lo lamento.
Sango¿Que no sabe decir otra cosa?.
Sango se acerco por fin a la cama donde hacia el cuerpo de Miroku. Kagome estaba inclinada sobre su pecho abrazándolo, lo sujetaba con tal fuerza que por un momento parecía que las mejillas del joven tenían color. " por favor hermanito, no me dejes, no me dejes" suplicaba entre llantos. Sango tomo a Kagome del hombro y las dos se fundieron en un abrazo solidario ante su gran dolor. Luego Kagome salió al pasillo a ver a sus padres. Su madre había sufrido una crisis nerviosa y estaban tratando de controlarla con un medicamento, pero ella se resistía. " No, devuélvame a mi hijo. "
Inuyasha salió tras Kagome dejando sola a Sango con Miroku, "finalmente solos de nuevo" murmuro mientras tomaba de nuevo su mano, estaba helada, pesada, no había vida en ella. Luego acaricio su rostro mientras continuaba hablando " Por fin descansaste amor, me da gusto ver que ya no duele nada, te prometo que estaré bien, algún día me sentiré completa de nuevo, gracias por haberme enseñado lo que es amar, gracias por compartir tu breve vida conmigo". El nudo en la garganta no le permitió hablar mas, imitando a Kagome se recostó en el pecho de Miroku y comenzó a llorar. Silencio fue lo que escucho, aquel vigoroso latido que la hacia sentir que todo estaba bien ya no existía. aquella luz en sus ojos también estaba extinta. Pero extrañamente ante ese mar de sentimientos de desolación que experimentaba sentía una tranquilidad que la acompañaba.
La pesadilla de Sango se había cumplido, la mañana del funeral de Miroku se vio a si misma frente al espejo vestida de negro, casi no se reconocía, la palidez de su rostro y la tristeza de sus ojos hacían que pareciera una persona completamente diferente. Tal como en su sueño, sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de su madre. " Vámonos linda, o llegaremos tarde" le decía dulcemente mientras la conducía hacia la salida cuidadosamente.
El funeral fue hermoso, prácticamente todos los alumnos del colegio Sengoku asistieron, todos llevaban incienso para que sus oraciones por el joven fallecido se elevaran al otro mundo. Todos le daban el pésame a la familia y a los amigos de Miroku. Todo fue tan rápido que parecía irreal. Una enorme foto del joven sonriendo era testigo de la congregación tan llena de cariño que se estaba llevando a cabo en aquel gran salón blanco que servia para dar el último adiós a los seres queridos.
Kagome: Esa foto siempre fue mi favorita. Se ve muy feliz.
Inuyasha: El fue muy feliz Kagome.
Kagome: Lo se, tal vez ese es mi único consuelo.
Inuyasha: Si, el ahora esta mejor.
Kagome: Aun así..
Inuyasha: Lo se, lo extrañaremos mucho, yo se que era tu hermano pero, para mi también P fue muy especial.
Kagome: Inuyasha.
Inuyasha: Pero dejemos de llorar, debemos celebrar que lo conocimos y compartimos su vida.
Kagome: Se que debo estar tranquila , pero no puedo Inuyasha.
Inuyasha: Entonces lloremos.
Nuevamente Kagome rompió en llanto, e Inuyasha la acompaño derramando algunas lagrimas mientras la abrazaba. La foto de Miroku estaba frente a ellos, dándoles una de sus cálidas sonrisas.
Sango llego después de unos minutos acompañada por sus padres y por Kohaku. Lucia mucho mas tranquila de lo que muchos pensarían que estaría. Pero también cargaba un gran dolor que se notaba a leguas.
El funeral termino al fin cuando las cenizas de Miroku fueron entregadas a sus padres. Una pequeña urna contenía 19 años de vivencias únicas, de un ser muy especial para todos quienes lo amaron. Pero también una pequeña urna contenía un ciclo que debería ser cerrado de una forma dolorosa. La vida para todos tenia que continuar.
Dos semanas después de la muerte de Miroku todo parecía extraño. La familia Higurashi había sido brutalmente desmembrada. Nadie se sentía a gusto estando el lugar que alguna vez llamaron hogar. El cuarto de Miroku había sido cerrado con llave por la Señora Higurashi. Max, el cachorro que fue regalo de Miroku para Kagome permanecía casi la mitad del día haciendo guardia en la puerta de la habitación, tal vez esperando que el chico regresara. Kagome odiaba pasar por enfrente de la habitación y casi siempre lloraba cuando lo hacia. " Lo mejor será que ese cuarto se quede así, pero hija, dile a Inuyasha y a Sango que vengan y se lleven lo que quieran"
Ahí estaban los tres, parados en la puerta de la habitación de Miroku, todo estaba tal y como el lo había dejado, como aquel día en el que murió en esa misma cama. Para los tres era un recuerdo fresco y doloroso.
Kagome : Pueden tomar lo que quieran.
Inuyasha: Yo no quiero nada.
Sango: Lo que yo quiero ya no esta en esta habitación.
Kagome: Lo se, pero yo si necesito tener algo de el.
Kagome entro y comenzó a buscar algo, parecía que sabia exactamente que era lo que quería. "Aquí esta, su chaqueta del equipo de Kung fu." Dijo al mismo tiempo que sacaba del closet una chaqueta morada bordada por la parte de atrás con su apodo "houshi".
Kagome: Esta chaqueta era muy especial para el.
Inuyasha: Si , recuerdo que hubo un tiempo en el que casi no se la quitaba.
Kagome: Es verdad.
Inuyasha: Oh, acabo de recordar algo.
Finalmente Inuyasha entro y se dirigió a un rincón de la habitación. De un cajón saco un cuaderno de dibujos.
Kagome¿qué es eso?
Inuyasha: Son las caricaturas que Miroku hacia siempre de los maestros y alumnos que le caían mal. Mira, aquí esta naraku jaja, lo dibujo con cuerpo de mandril, Ah, y miren, acá dibujo a Kikyo.
Sango¿a kikyo?
Inuyasha: Si, jaja mira, puso algo aquí. " no vuelvo a tomar"
Sango¿ no vuelvo a tomar?
Inuyasha: Es una larga historia.
Inuyasha siguió hojeando el cuaderno cuando de el cayeron un par de hojas sueltas. Una era un dibujo de Sango.
Inuyasha: Este nunca me lo mostro, es hermoso.
Kagome: wow, si, es lindísimo
Inuyasha: Sango, creo que te gustaría conservar esto.
Sango: Si, gracias Inuyasha...
Kagome¿Que es la otra hoja.?
Inuyasha: Trae algo escrito. Veamos, dice " cosas que debo hacer antes de morir"
Cosas que debo de hacer antes de morir.
1.- Besar a Sango por lo menos 10 veces al día y decirle que la amo.
2.- Decirle a mi familia cuanto los amo diario.
3.- Decir todo lo que pienso sin miedos.
4.- Encontrar a alguien de quien Sango pueda enamorarse.
5.- Comer cosas ricas diario ( no mas cosas que no me gusten)
6.- 7.- Asegurarme de que todos estarán bien.
8.-Despedirme de todas las personas importantes para mi.
9.- Perdonar a todos los que me han hecho algo y hacérselos saber.
10.-...
Hacer el amor.
Inuyasha: Upss, bueno, el punto uno, el punto dos y el punto 10 si los realizo.
Kagome¡Inuyasha!
Sango: hasta abajo dice algo.
Bua, quien soy yo para planear lo que haré, veremos que hace el destino conmigo, pero el punto diez , si lo cumplo.
Por un momento los tres se voltearon a ver confusos, pero después los tres comenzaron a reír casi al unísono.
Kagome: ah, como extrañare sus ocurrencias.
Inuyasha: Si, ese houshi era un caso.
Sango: Si, era único.
Kagome: Ya, no nos pongamos tristes, si encontramos esto es por que desde el mas allá querría que riéramos. ¿sango, tu no te llevaras nada?
Sango: De hecho, acabo de recordar algo que quiero conservar.
La chica se dirigió hacia un cajón junto a la mesa a lado de su cama y saco una cadena de oro, el ella pendía el anillo que le dio alguna vez, aquel con la figura de tigre y la piedra color índigo.
Sango: La verdad fue lo que tu dijiste Kagome.
Kagome¿la verdad?
Sango: Si, aquel día que se la regale me dijiste que seguramente pase horas buscando el color exacto. No recuerdo en cuantas joyerías pare e hice a las vendedoras mostrarme todos los zafiros que tengan. El color de sus ojos estaba grabado en mi mente, el color exacto. Pase todo un día buscando, pero finalmente, lo encontré.
Kagome: Sango...
Sango volteo sonriendo mientras sostenía la cadena frente a su rostro.
Sango: No me quedare con las ganas de ver ese color todos los días de mi vida.
Kagome: Si, te comprendo.
Inuyasha¿también podemos repartir las fotos?
Kagome: Si, pero me siento extraña tomando sus cosas, aun no puedo creer que...
Inuyasha: Ya, animo, mejor que les parece si vemos las fotos y recordamos todo lo que vivimos.
Y fue así como esa tarde los tres amigos pasaron largas horas viendo fotos, videos y escuchando música mientras recordaban todas las alegrías que vivieron junto a Miroku. Las vidas de todos cambiaron el día en que lo conocieron, pero también cambiaron el día en que lo perdieron. Sin duda alguna todos seguirían por su vida, pero los recuerdos y el dolor los seguirían por siempre junto con los nuevos recuerdos y dolores que acumularían a lo largo de sus vidas.
FIN
Bueno, espero que hayan disfrutado esta historia, les cuento que tengo el proyecto de escribir un epilogo, pero eso depende de cuantos reviews reciba. Por que eso me indicara si es que tienen deseos de conocer lo que sucede años después con Kagome, Inuyasha y Sango en esta historia. Muchas gracias a todos por leer, principalmente a mis amigas Pili-chan, y Nuria que siempre estuvieron muy animadas respecto a este proyecto. Ojala manden reviews para contestárselos cuando haga el epilogo ¿o.k? ahora si.. (ah siento feo..) Cambio y fuera...
