El Código Verdolaga

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Capitulo II

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Mientras el libido lo tentaba

Había causado una gran conmoción. ¿Para que negarlo?. Todo el mundo se sorprendió.

Fue una experiencia aterradora. Por primera ves James Potter, El James Potter tubo miedo. –Claro que no un miedo de esos a los cuales no controlas-

Sino que mas bien el pueblo tuvo una reacción inesperada, e incluso las miradas le derribaron.

Primero tubo lugar la expectación. Estuvieron siempre alertas..., pero nada pasaba. Y luego, aunque muy sublime, vino lo que secretamente horrorizaba a James: una especie de decepción.

El oh-todo-poderoso-James Potter, no andaba tras chicas. Y eso, simple suceso, había causado un alboroto que quedaba fuera del alcance de la descripción por escrito.

Si el ego que habitaba en el, y la acostumbrada fama lo hubieran dejado ver, no hubiera sufrido como sufría al inicio de su 7° curso:

¡Era todo un espectáculo maravilloso!. Como uno de aquellos milagros milenarios, y él fuera el Dios que lo realizaba.

¡Ah, que goce, que dicha hubiera sentido James de haber podido ver aquello con buenos ojos!.

Porque su fama se duplico.

Verán, no solo era una leyenda. No solo era un James Potter, sino que ahora la mitad de la escuela (La mitad femenina) lo consideraba de echo... humano.

Se había convertido de pronto, y sin notarlo, en una especie de Edén con pies y buen gusto. Como un lugar que todo el mundo quería alcanzar por su simplicidad.

Porque ahora no solo era extraordinariamente guapo –Y rico-, sino que poseía una dulzura incontenible que toda mujer enamorada ansia.

James sabia, sin embargo, que aquello era mera melancolía. 'Dulzura mis- '

Sentía que perdía ese toque especial; su fama, y aunque estaba hundido en su propias palabras, no tardo en reaccionar.

Tan pronto terminara con aquel juego estúpido y se ganara ese ansiado trofeo de los Códigos, todo eso se iba a la mierda enseguida.

Por lo pronto, sus primeras semanas en la escuela andaban agitadas. Tanto para el como para todos.

¡Incluso Sirius, que aun saboreaba los pechos voluptuosos de mujeres dispuestas por su habitación, había quedado sorprendido cuando con un gesto de la mano James había rechazado a una belleza!.

El mismo Sirius no entendía nada.

Pero es que estaba decidido. Ese año seria para Lilianne Evans. La había observado de cerca, sutilmente, apenas perceptible. Pero ella, con la extraña agudeza que tienen las mujeres para percibir aquello, lo había notado.

Si, primero fruncía el seño. Desconcertada. Luego ella misma noto el cambio, y su mirada igualmente cambio. Apenas visible, pero allí estaba. Un ligero cambio al mirar a James Potter.

¡Y que placer, entre tanto daño, le causaba eso a el!. Estaba cerca de ese titulo de divo; porque sus miradas eran constantes. Intensas, fugaces a veces, tímidas, y ¡Oh, excitantes!.

Aunque eso solo pasase cuando nadie los veía, y se atrevían ah hacer una travesura, o cometer un pecado pequeño...

Y al menos James sentía ese simple contacto con una mujer demasiado excitante, demasiado placentero que volver a la realidad dolía.

Sirius estaba en su cama, con las cortinas corridas. Se escuchaba (Pese al hechizo silenciador) los resortes de la cama. Seguramente si no estaba violando a alguien, lo violaban.

Remus estaba en una de sus escasas noches que permanecía sin fumar hierba, y, ajeno incluso a el, inspeccionaba el cuerpo desnudo de su mas reciente revolcada.

Era Narcisa Black, la prima. Esa era toda una... buena persona. Tenia un carácter horrible, y si la comparabas con un anima, ciertamente era una víbora.

Era delgada y bien formada. Nada voluptuosa, pero Moony parecía tener un cierto interés personal en ella. (A pesar de haber pasado por mi cama, por la de Sirius incluso, y por la de cientos de otros)

No cogía de maravilla, pero tampoco estaba mal. James jamás comprendió porque Remus se la seguía cogiendo.

Pero lo observo mientras Remus pasaba las manos por sus pechos y los cubría por completo. Luego los miraba de cerca. Fruncía, los olvidaba y pasaba a su estomago.

Paso mucho tiempo antes de que se aburriera de acariciar a Narcisa.

"¡Oh, jamás entenderé como funciona una mujer!".-Dijo sin darle importancia.-"Con tu permiso Prongs, veré si puedo fumar algo antes de darle un regalo mas a esta".-

Remus salio sin mas. James observo a su derecha la cama de Sirius, aun ocupada. Y a su izquierda Narcisa en su pleno esplendor en la cama.

"¡Oh, y yo no entiendo como es que soporto la tentación!".-

.§.

¡Oh, que esplendoroso!

Que bello es cuando, soñando,

Sueñas que te aman,

Y, amando,

Sueñas que jamás te dejan.

.§.

Holap. Hoy tengo una pregunta para ud. Díganme, sin ofenderse, ehh¿Cuál es el colmo de una Mierda?.

Yo quisiera saber...,