El Código Verdolaga
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Capitulo III
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Otro día en el paraíso
Hogwarts estaba dormido. El toque de queda había sonado hacia 3 horas, y parecía que solo la oscuridad reinaba el castillo..., aunque de lejos, y vago, como un recuerdo que se ahoga, llegaba un sonido.
Era un una mazmorra, la ultima de todas las en un pasillo olvidado. Dentro, la vela estaba pronta a extinguirse desde la otra esquina, y pronto quedaría en total oscuridad, que importaba.
El cerro sus labios sobre el pezón erecto y lo mordió con fuerza; la chica gimió sobre el y aumento el movimiento de sus caderas, salvaje y delicioso.
James llevo su cabeza a su cuello y lo beso a placer, escuchando los escandalosos jadeos que Galena soltaba en su oído. Se alejo un poco de ella recostando su espalda en el sillón, mirándola:
Tenia sus dorados ojos cerrados, el ceño fruncido en éxtasis; sus pechos redondos rebotaban mientras se movía sobre su regazo, y sus manos aforrándose a sus hombros tratando de controlarse.
¡Merlín, la había deseado tanto que dolía...!. Y ahora estaba aquí. En la mazmorra sucia, tirándose a Galena Dalteh, como si fuera la ultima noche.
Al principio, se había negado; la charla había sido corta y condenadamente insinuante. Ella lo había arrastrado con cautela hasta allí y había balbuceado cosas sin sentido; o al menos, el no había podido entenderla. Estaba concentrado en el delicado roce que la cadera de la chica hacia sobre su miembro.
Cuando su mano traviesa se cerro sobre el, fue victima de una delirante excitación que no logro controlar. ¡Al diablo la castidad!- al diablo Lily Evans.
Era un hombre, y tenia necesidades. Galena Dlateh, su primer amor, era la única mujer, después de Lily Evans, que jamás en su vida podría rechazar.
Aquella noche, había quedado sordo cuando Galena alcanzo por segunda ves el éxtasis y había gritado su nombre o incoherencias sobre su oído.
Merlín si era viciosa; tan perversa y degenerada como un hombre. Quizá como el mismo Sirius, que se cogía con su prima.
Ella descanso su barbilla sobre su hombro, y pego sus pechos a el. Permanecieron así, con el aun dentro de ella, mientras se calmaban.
-"Bruta".-Le susurro el.
-"Si".-Le contesto atrevida.-"Pero tu me querrás por siempre".-
James alzo una ceja divertido. Rió, burlándose de sus palabras.-"¡Siempre!. No digas esa horrible palabra. Las mujeres la emplean para todo. Estropean todas las novelas queriendo hacerlas eternas".-
-"Aun con tus jueguitos de los códigos y castidad, eres un santurrón".-Dijo mientras lo miraba, aun sin mover sus caderas de su miembro.-"Me querrás por siempre, porque soy para ti todos los pecados que no has tenido el valor de cometer".-
James volvió a reír.-"Quítate de mi".-Ordeno.-"Me aburren tus charlas inteligentes. Las mujeres no sirven para hablar, sin embargo lo hacen".-
-"Y lo hacemos de una forma encantadora".-Jadeo ella mientras se salía delicadamente de el.
-"Eres una mujer... bruta, nada cambiara eso".-
Había sido su despedida. No podía esperar mas¿O si?. Prácticamente lo había seducido hasta violarlo y quería que dijera 'oh, gracias amor, ah estado estupendo'.
James Potter abandono la habitación sin mirarla siquiera. No lo merecía después de todo. Galena hizo que por primera ves sintiera ese sentimiento... de falta. James había cometido una falta grave; o eso le parecía.
No a ella, con su exquisita sensualidad, no a las demás faldas andantes, no a el glorioso sexo que acababa de tener, no a las reglas que había roto hasta entonces... no, en lo absoluto. Sino a el, a su promesa y a... Lily Evans. Su Lily Evans.
.§.
Lo mas triste;
Lo mas lamentable;
¡Patético hasta negar!
Tan tonto, inútil...
Mi corazón.
.§.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA ¡Estar cagado!. Bueno... yo soy P-A-T-E-T-I-C-A-.
