Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Sólo los utilizo con fines de des-estrés, diversión y entretenimiento, nunca para lucrar con ellos. Todos son de la maravillosa Jo D.
Disfruten, más comentarios al final ;)
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"Open your eyes"
La tarde estaba soleada y fresca, muy agradable para salir a dar una vuelta. Una joven paseaba por la orilla del Bosque Prohibido, no es que fuera a entrar, pero le gustaba aquel lugar. Misterioso y lleno de sorpresas, unas horribles y otras muy bellas. Recordó cuando las habían castigado por culpa de los Merodeadores y los hicieron entrar ahí. Los separaron en parejas, o se separarían a propósito porque a ella le había tocado ir con Lupin. Suspiró. Remus Lupin, un joven de cabello rubio-cenizo, un par de ojos miel y una bellísima sonrisa. ¿Y quién era ella para acercarse a él? Simplemente: Elizabeth Kraft, una chica de cabellos castaños y ojos café, que con el sol se le veían más claros; la mejor amiga de Lily Evans, una chica inteligente, dulce y fuerte, tanto, que seguía callando lo que sentía. Se sentó en el césped y se tiró de espaldas en él, cerrando sus ojos castaños. Abrió sus brazos en cruz y aspiró el aroma del bosque, ahí donde los árboles daban una sombra especial.
- "¿Interrumpo?" – la chica abrió sus ojos un poco asustada, conocía al dueño de aquella voz, era él.
- "No" – respondió ella y sonrió desde el suelo volviendo a cerrar sus ojos. Sintió como el chico se acostaba a su lado y colocaba su cabeza muy cerca de la suya.
- "¿Te sucede algo?" – dijo él de pronto. – "Tu silencio es ensordecedor" – Liz hizo un murmullo de risa.
- "Estoy bien. Me gusta este lugar, es tranquilo y sereno..." – guardó silencio, - "¿y tú? ¿pasa algo?" –
- "Yo solo vine a hacerte compañía" – dijo simplemente. – "Te vi caminar hacia acá y pensé que necesitabas compañía..., eso, si me lo permites" –
- "Eres libre de quedarte. A mí no me molestas –
La güera se volteó boca abajo y descansó su peso en sus codos, observando a su interlocutor, quien por un segundo la miro y luego cerró los ojos. Silencio. El aletear de las aves y sus cantos los envolvieron en un mundo enteramente suyo. Las palabras entre ellos estaban de más, ambos expresaban su pensamiento a través de miradas o gestos.
- "Liz..." – la llamó, - "¿has notado algo raro en James?" –
- "Raro como 'bueno' o raro como 'malo'?" –
- "No sé... sólo raro. Lil está igual" –
- "Con que no soy la única que lo notó" – dijo ella y él abrió sus ojos miel interesado.
- "No es difícil si has convivido 7 años con los dos" –
- "Pues no" – le dio la razón. – "Yo lo noté en Lil el día después de la tormenta, ¿la recuerdas?" –
- "Sí..., fue hace cuatro días" – respondió él. – "¿La tormenta tendría la culpa?" –
- "No seas tonto, Remus... la tormenta no importa; importa la persona que te acompaña a verla" – dijo ella misteriosa.
- "¿Estás diciendo que por fin ambos bajaron su guardia?" – él también se giró y descansó su cabeza en un sólo brazo. – "¡Sería el acontecimiento del año!" –
- "Jajaja... podría ser... ¿qué notaste en James?" –
- "Bueno. El día de la tormenta se quebró el tobillo y comenzó a utilizar medicina muggle porque ya no quería acoso después de las prácticas" – Remus lo pensó. – "A dejado de revolverse el cabello como lo hacía y ha rechazado cuatro citas..." –
- "¿Ya dejó la arrogancia de lado?" –
- "Mmmhh... pues durante estos días, sí..." –
- "Lo ves... el amor mueve montañas" – dijo ella divertida.
- "¿A qué te refieres?" –
- "James no dejaría su prepotencia y arrogancia así porque sí y Lily no cantaría fuera de la ducha como lo hace ahora" –
- "Y la conclusión es que, James y Lily están enamorados" –
Liz asintió y volvió a acostarse boca arriba. Remus se quedó mirándola, había algo en ella que no lo dejaba parpadear y había sido eso mismo lo que lo hizo llegar hasta ahí. Inconscientemente, llevó su mano hasta el cabello castaño de la chica, quien al sentirlo se sobresaltó. Remus acarició su cabello ondulado y de vez en cuando ella sonreía. Estaban los dos ahí, ella acostada boca arriba y él de lado, era un cuadro perfecto.
- "¿Y bien...?" -
- "Bien, ¿qué?" –
- "¿Te has enamorado?" –
- "¿Tengo que responder a eso, Remus?" – el casi-rubio asintió. – "Digamos que, sí" – suspiró.
- "¿Se puede saber de quién?" –
- "Todo a su tiempo, Remus... Todo a su tiempo" – rió ella y Remus puso cara de pocos amigos. – "Responderé, sólo si tú me respondes. Tú, ¿lo estás?" –
- "No lo sé. ¿Cómo se supone que debo sentirme?" –
- "Pues. Te gusta estar con ella, sonríes con tan solo verla, es difícil no pensar en sus ojos o su rostro..." – otro suspiro.
- "¿Se revuelve el estómago cuando la ves?" – la castaña asintió, - entonces, he ahí tu respuesta –
- "¡Oh! ¿Está en Hogwarts?" – el rostro de la castaña se ensombreció.
- "Sip. Muy linda, por cierto" –
- "¿Es de nuestro curso?" – Remus asintió. – "¡Que afortunada debe ser!" – dijo entre dientes, - "¿quién es?" –
- "¡Estás molesta!" – dijo Remus divertido. – "¿Por qué te enojas, pequeña?" – Liz por el enojo ni notó el mote que le acababan de poner.
- "No tengo por qué responderte eso. Con permiso" – dijo ella molesta.
Trató de incorporarse, pero no lo logró. Una mano había tomado su cintura y la había devuelto al pasto, con la cabeza en el suelo y los brazos a los lados.
- "¡Remus! Deja que me vaya" – lloriqueó.
- "No, no quiero" –
- "Por favor" – Liz puso cara de perrito regañado.
- "Aunque me hagas puchero, no" – le dijo. – "Te irás cuando me digas por qué te molestas conmigo" – habló duramente.
- "Yo..., yo no estoy molesta contigo" - dijo ella. – "Me preocupan los chicos, imagínate el berrinche que hará Sirius porque tú estás enamorado" – mintió.
- "Sí, claro. Y James y Lily tendrán 4 mil hijos, ¿no?" – ella rió. – "No me mientas" –
"No puedo decírselo", se reprendió a ella misma. El solo pensar que Remus, SU Remus estaba enamorado la había herido y él le pedía que le dijera la verdad, que le dijera lo que realmente le sucedía. No podía. No podía decirle lo mucho que lo amaba y lo mucho que lo pensaba día, tarde y noche. Sus ojos se llenaron de lágrimas y los cerró con fuerza, apartando su mirada de los inquisidores ojos ámbar de Remus.
- "Déjame ir" – dijo con la voz entrecortada.
De nuevo, trató de incorporarse y sucedió exactamente lo mismo, el brazo de Remus la jaló haciéndola caer de espaldas muy cerca de él. El joven acercó su cuerpo al de ella y la sujetó por la cintura. Sus rostros estaban muy cerca, tanto, que podían sentir el aliento del otro. Rodaron dos lágrimas por sus mejillas y él las quitó con el dorso de su mano libre.
- "A veces eres tan testaruda, Liz" – susurró.
Se miraron a los ojos mientras el rostro de Remus se acercaba más al de ella. No había forma de detenerlo, quería hacerlo y tenía que. Remus rozó sus labios con los suyos en un desesperado intento por decirle que ella era de quien estaba enamorado. Liz soltó un ligero gemido. ¿Cómo se le ocurre tentarla de esa forma? ¿qué clase de ser humano se creía? Remus volvió a acercarse a sus labios, húmedos y entreabiertos esperando ansiosamente por probarlos. Liz tomó al casi rubio por la camisa, lucía molesta.
- "Vuelves a hacerlo y jamás dejaré que me toques, ¿entendido?" -
Remus rió ante el comentario. Liz podía ser persuasiva si así lo quería. El casi rubio acercó de nuevo sus labios y los posó sobre los de ella. Los probó con suma delicadeza y al mismo tiempo con profundidad. Desde hace tiempo quiso haberlo hecho, pero siempre se acobardaba en el último momento. Sintió los brazos de la castaña rodear su cuello y eso lo impulsó a sujetarla con mayor fuerza. La necesitaba. Hacía mucho que necesitaba verla sonreír, verla reírse con sus amigas. La necesidad de apoderarse de ella era inmensa, como era posible que tantos sentimientos pudiesen ser creados dentro de un ser humano tan simple.
Se separaron con un último beso en los labios. Se miraron de nuevo, fijamente, tratando de escudriñar lo que el otro pensaba. No era nada complicado para ellos, se conocían muy bien como para no entenderse.
- "Ahora me dirás por qué te enojas" – ella rió.
- "¿Tengo qué decírtelo?" – él asintió. – "No tiene caso, Remus... ya lo sabes" –
- "No, no lo sé" – dijo él con aire inocente.
- "¿Ah, no? Pues yo tampoco" – Liz sonrió dulcemente y se cruzó de brazos.
- "Repito: eres testaruda" – Remus le tocó la punta de la nariz con la yema de su dedo. - "Pero, así te adoro" –
- "¿Perdón?" –
- "Te a-do-ro" – repitió sílaba por sílaba. Liz sonrió.
- "Yo también" –
- "¿Tú también qué?" –
- "Yo también te quiero" –
Ambos sonrieron y se quedaron ahí, ella seguía acostada en el pasto y él recostado a su lado. Se quedaron en silencio de nuevo. Remus se levantó y a señas le pidió a Liz que se levantara con él. Tomó su delicada mano y se la llevó hacia el lago, caminaron por un rato tomados de las manos, disfrutando de la compañía del otro. Se detuvieron debajo de un roble que crecía muy cerca del lago. Remus se colocó detrás de Liz y la rodeó con sus brazos. Al fondo se veía el imponente Sauce Boxeador, quieto y sin peligro, todo lo contrario a lo que realmente era. El joven licántropo apartó su vista de ahí y se retiró del lugar sin siquiera mirar a Liz.
- "Remus..., ¿qué pasa?" –
- "No es nada. Tranquila, pequeña" –
- "No te creo" – se enfurruñó. – "¿Tiene algo que ver con el Sauce?" –
- "¿Có... cómo l-lo sabes?" – el chico se espantó ante aquella revelación.
- "Dereck, fue mordido por un hombre lobo hace 2 años" – reveló.
Remus se sorprendió. Dereck Kraft, era el hermano mayor de Liz, él era tres años más grande, eran casi idénticos: cabello castaño claro, ojos café; los dos eran muy unidos, Dereck amaba a su hermana menor y ella lo quería de igual manera. Durante los años que estuvieron juntos en Hogwarts, siempre se les veía muy juntos. Dereck la ayudaba con algunos deberes donde ella tenía problemas, los cuales eran casi nulos. Al igual que ella lo ayudaba con sus problemas personales.
- "No lo sabía" –
- "Casi nadie lo sabe, eres la segunda persona. La primera fue Lily, por supuesto" – dijo ella. – "Me enteré sobre tu condición desde que Dereck comenzó con las transformaciones, sé que es duro y terminan exhaustos el siguiente día" –
- "Perdóname, he sido un egoísta" – ella negó.
- "No tengo nada que perdonarte... Entonces si tiene que ver con eso, ¿verdad?" – Remus asintió. – "¿Qué es lo que te preocupa, mi cielo?" – Liz lo abrazó por la espalda.
- "No quiero atarte a una vida de terror junto a mí" –
- "¿Y qué quieres que haga? ¿que te deje? ¿qué me aleje? Porque si eso es lo que quieres no entiendo entonces porque me besaste..." – la castaña se alejó de él y le dio la espalda. – "¿Quieres que me vaya?" –
- "No" – dijo él.
- "Entonces no me alejes de ti... por favor" – le dijo ella suplicante. – "Sabes que he callado desde hace tanto, que si continúo terminaré por morirme de tristeza" –
- "No digas eso, Liz" – Remus la abrazó.
- "Quizá logremos encontrar una cura o algo... Dereck y yo estamos investigando" –
El silencio de apoderó de ambos. La castaña se aferró al chico con frenesí, no dejaría que la alejara ahora que podía decirle libremente que lo amaba. El joven licántropo se separó un poco y atrapó los labios de la chica con los suyos. El beso era desesperado, ansioso, lleno de agradecimiento, pero también de temor. Era devastante pensar que ella lo seguiría así fuera al fin de la tierra. Al separase sonrieron.
- "Te quiero" – pronunció la joven y recargó su cabeza en el pecho del chico.
- "Yo también te quiero... desde hace mucho – ella rió.
- "Creo que los dos sufrimos porque quisimos" –
- "Supongo que sí" – dijo él divertido, - "pero ya estamos juntos" –
El sol comenzó a esconderse tras la colina; se sentaron en el suelo, ella recargando su peso en él. Observaron el atardecer, uno que jamás olvidaría porque lo habían hecho juntos. Tras la partida del Sol, las primeras estrellas hicieron su aparición, la luna estaba en cuarto creciente, en unos días más habría luna llena. A Remus se le encogió el corazón con tan solo pensarlo y la sujeta con mayor fuerza tratando de despejarse de esos pensamientos. Luego de un rato, Liz comenzó a dormitar y a respirar pausadamente.
- "Liz..., cariño, vamos dentro" – le dijo.
Ella asintió y se levantaron. Remus pasó un brazo por su cintura y emprendieron la vuelta al castillo. Al entrar, el olor penetrante a comida hizo que Liz recuperara el sentido y el buen humor. En la entrada del gran comedor se toparon con Ariadna y con Anthony quienes acababan de llegar de paseo. Los cuatro se saludaron y entraron. Sirius y Lily les hicieron señas para que se sentaran junto a ellos.
Horas más tarde todos estaban en sus habitaciones, excepto Liz y Remus, quienes se hallaban en la sala común jugando ajedrez. Liz enrocó al rey de Remus, venciéndole por segunda vez en la noche. Ella sonrió.
- "¡Gané!" –
- "¡Rayos! Tengo que aprender a hacer eso" – dijo el chico.
- "No lloriquees, cielo – Liz se levantó de su lugar y se sentó junto a Remus abrazándole. – "Yo digo que merezco premio " –
- "Tengo algo en mente" – dijo el casi rubio en tono pícaro.
- "¿Ah, sí? ¿qué tienes en mente?" – la castaña se acercó peligrosamente y su voz sonó mucho más sensual de lo usual.
El chico sonrió y la tomó por la cintura, de un rápido movimiento la acostó en el sillón que ocupaban y la rodeó con sus rodillas. La chica puso una cara de sorpresa mezclada con miedo. ¿Estaba segura de lo que hacía? ¿su primera vez sería en medio de la sala común con el peligro de ser descubiertos? Remus notó su nerviosismo y sonrió con malicia. Sin soltarla de la cintura acercó su rostro al cuello de la chica, besando su suave piel. La joven se estremeció bajo sus brazos y su piel se erizó, pero de igual forma sonrió. Remus la miró fijamente y sin pensárselo mucho comenzó a hacerle cosquillas en los costados de su cuerpo donde tenía sus manos. Tal acontecimiento tomó por sorpresa a Liz, quien se puso a reír a carcajadas. Luego de varios forcejeos, ambos cayeron al suelo, solo que con las posiciones cambiadas, ella sobre él y también le hacía cosquillas.
- "¡Basta! Jajaja..." – ella se detuvo y se echó a su lado en la alfombra.
- "Jamás me había reído tanto" – dijo ella agitada.
- "Ni yo" –
- "Eres un inhumano, Remus. Mira que espantarme de esa forma y luego hacerme cosquillas. A veces se te pega la locura de Sirius" –
- "Jajaja, fue divertido" – admitió el joven riéndose de lo que acababa de escuchar.
- "Muy gracioso ¬¬" – le dijo ella reprobatoriamente. La chica se enderezó y se dirigió a su chico: – "Estoy cansada, cielo. Iré a dormir" –
- "De acuerdo, subiré contigo" –
La acompañó hasta su cuarto, evitando a toda cosa el escalón-trampa de la escaleras. Se despidieron de un cálido beso y un ligero "te amo". Remus se fue a su habitación donde todos dormían, o al menos eso parecía. La chica, al entrar, se encontró con la sonrisa de Lily y un brillo extraño en sus ojos; Liz se acercó a ella y la abrazó contenta por lo que había sucedido, todo estaba marchando bien. Sin decir media palabra, Liz se cambió y se tumbó en su cama.
- "Eres feliz, Liz" – le dijo con sinceridad.
- "Y como no serlo, si por fin estoy con él" – susurró la castaña. – "Y tú lo eres también, Lil... se te nota" –
- "Menos palabras y más sueño... necesitamos descansar. Ya tendremos tiempo de hablar" –
Y así ambas chicas caían en los brazos de Morfeo, mientras que Remus y Sirius tenían una conversación un tanto más fuerte. Ambos hablaban de Denisse, la novia de Sirius. Por lo que Remus lograba entender Sirius no se sentía completamente feliz con ella y las cosas estaban cambiando. Sirius no habló mucho de lo que sucedía, Remus había tenido que sacárselo a punta de golpes, no literalmente, pero sí tuvo que hacer muchas preguntas que eran respondidas por monosílabos de Sirius. Luego de 20 minutos de una conversación nada completa lograron conciliar el sueño. Ya tendrían tiempo de platicar más tarde.
EL AMOR MUEVE MONTAÑAS
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ººLiz carraspeaººSaluda con la manoºº
Aquí tienen un capítulo algo nuevo. El personaje de Liz es enteramente mío, algunos pensarán que soy yo misma, pero traté de no mezclarme tanto...; habrá otros que aunque yo diga que no como quiera dirán que es una parte de mí. Pues, digamos que dejo mucho de mí en mis personajes, sobretodo si son parte de mi imaginación loca jejeje.
Básicamente quise agregarle un capítulo más al de James y Lily, y como habrán notado este capítulo tiene algo inconcluso al final, dándome pie a continuar. Creo que el otro cap será Sirius/Denisse... no será tan placentero como éstos dos anteriores, pero creo que será de su agrado. Sirius no puede estarse quieto en un minuto con una sola persona, menos si no se siente a gusto.
En fin, este cap/ fic/ one-shot está dedicado a Chivo. Simplemente por acordarme de él. Jejeje ººLiz se ruboriza un poco y baja los ojitosºº. Por fin tuve noticias de él y ya estoy contenta. Saludos a todos.
Liz
