Capitulo 2: Recuerdos & Reencuentros
Regresaron a la casa de Urameshi donde los esperaban Botan, Yukina y Koemma. Al llegar, les explicaron lo sucedido mientras Yukina curaba al herido Kuronue.
- ¿ No será algún nuevo aliado?-inquirió Botan
- No forzosamente,- comenzó Koemma- puede que se trate de algún truco. Aún no hay información sobre este grupo de atacantes y no han exigido nada aún. Quién sabe que clase de trucos puedan usar.
- ¿Pero como es que no tienen información sobre esto?- se impacientó Kuwabara
- Este grupo se ha mantenido en secreto, no sabemos cuantos miembros tienen, ni quienes son. Sólo dieron a conocer sus intenciones hasta hace poco y lo hicieron por medio de un mensajero al que habían hechizado, por lo que no fue posible sacarle información alguna..-le respondió Botan.
- Tal vez sea un grupo secreto, pero la chica que vimos en el parque... No sé, me dio la impresión de ya haberla visto en algún lado.. Aunque no podría precisar donde.- comentó Kuronue poniéndose de nuevo la camisa, pues ya estaba curado
- Sí, a mi también me dio esa impresión pero tampoco podría precisar donde...- agregó Kurama pensativo.
- Si a los dos se les hace conocida esa chica, entonces quizás tenga que ver con el pasado de ambos. Me refiero a la época en que aún eran ladrones- dijo Hiei, mirándolos de reojo.
- ¿Cuándo aún eran ladrones?- dijo Yusuke sonriendo de una extraña forma- Entonces, ¿no se tratará de una antigua conquista de alguno de los dos?
Ante este comentario, los dos aludidos se sonrojaron.
- ¿Qué? No... Claro que no...-negó enérgicamente Kuronue, mientras Kurama veía fijamente el piso, sin decir nada y más rojo que un tomate.
- Bueno, yo solo preguntaba.- dijo Yusuke conteniendo al risa al igual que Botan, Kuwabara y Koemma.
- De todas formas,- dijo Koemma retomando la compostura- tienen que mantenerse alertas. Si llegamos a tener alguna información, se las haré llegar por medio de Botan.
Así dieron por terminada la reunión. Cada quién regreso a sus actividades y a sus casas.
Los días transcurrieron tranquilamente, no había nada nuevo. No sentían ninguna presencia anormal. Tampoco tenían noticias del otro mundo, no les había llegado ninguna clase de mensaje o información. Kurama seguía teniendo esos extraños sueños sin poder llegar a descifrarlos. Todavía dudaba en si debía contárselos a los demás como había hecho con Kuronue... Aunque probablemente, le dirían que no se preocupara por sueños que probablemente no significaban nada.. A fuerzas de repetirse eso, él también había terminado por creer que no había nada de que preocuparse.
Los días seguían pasando apaciblemente. Los chicos a veces se reunían para ir juntos al cine o comer o simplemente para pasar un buen rato juntos. Pasó una semana, después dos, nada aún, nada de que preocuparse, no había noticias nada.. Cualquiera pensaría que ése primer ataque fue el único y que la amenaza había desparecido.. Pero tal vez era la calma que precede a una gran tormenta... Así fue. Tres semanas después del primer ataque, los chicos se encontraron peleando de nuevo, aunque esta vez la pelea era en las afueras de la cuidad, en los muelles.. Esta pelea era mucho más dura que la anterior. Las criaturas eran más rápidas y fuertes. Hiei, Kurama y Kuronue se habían visto forzados a retomar su antigua apariencia de demonios para pelear. Finalmente, lograron acabar con todos los monstruos que habían aparecido. Fue entonces cuando los cinco muchachos se percataron que en el techo de uno de los almacenes del muelles se encontraba la misma silueta femenina que habían visto antes. Aunque esta parecía poco interesada en el hecho de que estaba siendo observada de muy mala manera.
-"Los encontré .Entonces, si eran ellos" ¡Parece que esta vez no necesitaron ayuda, en ese caso me retiro!- dijo en voz alta al tiempo que saltaba para irse.
-¡Esta vez no te será tan fácil!- gritó el yokho al tiempo que lanzaba su látigo de rosa en dirección de aquella silueta para atraparla
-¡Demonios!- gritó la chica al sentir como el látigo se le enredaba en las piernas y caía al suelo aterrizando de una manera no muy elegante.
Los otros la observaron: tenía un largo y ondulado cabello rojo vivo al igual que la.. no las cinco colas y las orejas, vestida un top azul claro de tirantes y unos shorts que parecían estar hechos de mezclilla, pero iba descalza. También llevaba una collar con una piedra azul.
- ¡Oye yokho torpe , ya podías haberme atrapado de otra manera o mínimo podrías haberme atrapado en el aire!- gritó la chica enojada
- La...¿la conoces?- fue lo único que alcanzó a preguntar Yusuke al sorprendido kitsune.
Éste, al igual que Kuronue, observaba a la chica detenidamente. Los ojos de ambos se abrieron de sorpresa al darse cuenta de quien era ella.
- Ka...¿Katsuyo?- atinó a decir el demonio murciélago
- ¡Vaya! ¡Al menos alguien se acuerda de mí!- dijo la chica- ¡ Ya quítame esto de las piernas kitsune, y ayúdame a pararme!
- ¿Eh?.. Ah..Sí..- respondió éste mientras corría junto con Kuronue a ayudar a la chica a levantarse.
Mientras todo esto pasaba, los otros tres chicos no llegaban a entender que sucedía. Sobre todo porque ahora la chica se encontraba abrazando a los dos demonios que se encontraban junto a ella. Decidieron acercarse y ver si así podrían obtener algunas información. Todo lo que escucharon al acercarse fue un:-Al fin los encuentro, después de tanto tiempo- por parte de la chica que seguía abrazada de Kurama y de Kuronue. Ella era apenas un poco más baja que los otros dos y tenía las extrañas marcas de una yokai de las clases altas.
- Eeeh.. Disculpen la interrupción..- comenzó Kuwabara- pero, ¿quién es ella?
- Oh.. Cierto no hemos sido presentado..- dijo la chica soltando al fin a Yokho y a Kuronue- Mi nombre es Katsuyo, soy una yokai mitad-zorro y mitad-lobo y también soy una ladrona en Makai. ¡Encantada de conocerlos detectives!
-¿ Nos conoces?- preguntó Yusuke sorprendido al oír el titulo que les había dado la chica.
- He oído hablar de ustedes, pero no sé mucho.
-Bueno pues, yo soy Yusuke Urameshi, él es Kazuma Kuwabara y él es Hiei- dijo el detective al tiempo que apuntaba a cada uno de los que había presentado.
- Así que tú eres el nuevo "brazo derecho" de Mukuro...-le dijo la chica a Hiei- Pues encantada de conocerte..
- ¿Conoces a Mukuro?- pregunto Yusuke
- Pues sí se podría decir que yo soy su "brazo izquierdo". –respondió la chica- Aunque es una historia un poco larga... Supongo que algún día se las contaré..
- Sí... Ahora es tiempo de que retomemos nuestras apariencias humanas y regresemos.- dijo Yokho, quien al instante volvió a ser Suiichi Minamino al igual que Kuronue volvió también a su otra identidad.
- Wow! Sus identidades humanas no se parecen en nada a sus verdaderas formas.-exclamó la sorprendida chica mientras los observaba.
Kurama tenía una apariencia de muchacho de dieciocho años con ojos verdes y cabello rojo, aunque no tan rojo como el de ella. Mientras que Kuronue ahora tenía el cabello corto, aunque igual de negro y sostenido en una pequeña cola y los ojos azules. Ambos eran más bajos que en sus verdaderas formas. La joven también volvió a su apariencia falsa, ella también era más baja con esa apariencia. El cabello se le volvió negro pero seguía igual de largo, es decir un poco más debajo de la cintura, sus ojos eran fríos y morados y su piel morena.
- Bueno, tú también eres muy diferente en apariencia humana.- comenzó Kuronue- Por cierto mi nombre humano es Ken Chiba. Y Kurama es Suiichi Minamino.
- ¡Ya veo! Pues en esta apariencia pueden llamarme Himeko Hiiragizawa .
Después de conversar otro poco, se pusieron en camino:
- ¿ En dónde estás viviendo Kats... Himeko?- preguntó Kurama
- Pues.. por ahora estoy en un hotel...
-¿Tu familia no tiene casa en Japón?- inquirió Kuwabara
- No, vivíamos en Egipto, mis padres eran arqueólogos. Desde que recuerdo vivíamos ahí, creo que teníamos una casa aquí pero la vendieron.
-Entonces, ¿estás con tus padres?- siguió Kuronue
-No, ellos murieron hace poco en un accidente en el Nilo.- dijo la chica, con una cierta indiferencia en la voz...
- ¡oh ¡ Lo siento...- se disculpó Kuronue
- No te preocupes.- sonrió la chica- Yo llegué a la ciudad porque en Makai me habían dicho que ustedes se encontraban viviendo aquí. Siento no haberme presentado antes, pero quería asegurarme de que eran ustedes. Además....
La chica calló... Los demás la observaron..
- Además, ¿qué?- la interrogó Kuronue
- No, nada...- mintió ella- Pero díganme, ¿cómo es su vida aquí?-les preguntó a Kurama y Kuronue
- Pues,- comenzó este último- yo vivó con mis padres. También una pequeña hermana.
- ¿De verdad? ¿Qué edad tiene?
- Tiene 8 años, es algo fastidiosa a veces. Pero la quiero mucho..
- ¡Qué bien! ¿Y tú Kurama? Es decir Suiichi...- corrigió la chica
-Puedes seguir llamándome Kurama, si quieres.-dijo el pelirrojo- Yo vivo con mi madre, mi hermanastro y mi padrastro.
- Por cierto, tu apariencia es diferente a como era cuando te conocimos..-dijo Kuronue
- Sí, es que he estado entrenando mucho.- dijo la chica sonriente..
Unos veinte minutos después, la chica ya estaba de regreso en su cuarto de hotel. Se recostó en la cama y reflexionó sobre lo ocurrido :
-¿ Se habrán dado cuenta de lo indiferente que me tiene lo que pasó con mis padres humanos?
Después de todo era verdad, lo que les había sucedido... No le importaba... Sus padres, se detuvo ante aquella palabra... No, no tenía otra manera de llamarlos... Aunque ellos no supieran la verdad sobre quién era ella, nunca le había interesado que lo supieran.. Ellos sólo eran un medio para estar en el Ningenkai y encontrar a sus antiguos compañeros.
Nunca le había interesado un trato más... familiar con ellos, ni con nadie. Había sido lastimada tantas veces en el pasado que ya no confiaba en nadie, a no ser que fueran las únicas dos criaturas a las que no les había importado su origen: Kurama y Kuronue..
Ellos eran los únicos dos amigos que había tenido desde siempre.. Ni siquiera en su infancia humana en Egipto, había tenido amigos.. En realidad, desconfiaba demasiado de la gente como para acercarse a ella, prefería retraerse en los libros de mitología que sus padres tenían por montones. A principio, la gente a su alrededor se preocupó por eso, "no es normal en alguien tan pequeño", decían, "deberían de tratar que hiciese más amigos". Todas esas frases la tenían harta, fue entonces cuando su mirada se endureció como un témpano de hielo. Cuando se cansaba de todo eso, era cuando optaba por recorrer sola la inmensidad del desierto o por la soledad de su habitación, de la que solo salía cuando era necesario
Sus pensamientos la llevaron a recordar el día del accidente en el Nilo. Ella había rechazado la oferta de sus padres de ir en un crucero por el río. No le interesaba, conocía el río demasiado bien como para perder su tiempo con esos paseos "para turistas", según lo que les había dicho a sus padres. Después que ellos se fueran, ella partió hacia el Makai para ver si conseguí alguna información sobre sus amigos. Justo después de que regresará, le informaron del lo ocurrido. Aparentemente, uno de los motores del barco había fallado provocando la fatal explosión. Trató de aparentar algo de tristeza ante las demás personas, no porque le importará lo que pensaran de ella, sino porque no quería escuchar comentarios de parte de personas que seguramente ni siquiera recordaban su nombre humano..
Fue por eso que decidió regresar al Makai. Aunque aún estaba establecida en la casa en donde vivía, casi siempre estaba en el otro mundo, entrenando para no volver a pasar todo lo que le había sucedido en un principio..
- Al menos.. sé que el entrenamiento sirvió de algo..- dijo mientras se dirigía hacia la ventana para abrirla. Después dio la vuelta y se dirigió hacia el baño para tomar una ducha.. Fue entonces cuando un olor muy familiar llegó a su fino olfato.
- Parece que sí lograste encontrar al par de pelmazos...- dijo una voz de hombre detrás de ella.
- ¿ Qué haces tu aquí?- respondió ella dándose la vuelta y observando de arriba abajo a quien estaba frente a ella. Era un chico de largo cabello negro recogido en una cola de caballo.. Llevaba ropas normales, pero la chica sabía perfectamente quién y qué era...
- Son ordenes del Jefe... Tengo que cuidarte y lo sabes bien.
-Pues dile al Jefe que yo no necesito que me cuiden.. Menos si se trata de alguien como tú.- respondió ella con desprecio y poniendo mucho énfasis en la palabra "jefe"..
- Ja.. De todas formas sabes que él te está esperando...
- No iré. Se lo dejé muy en claro la última vez...- la dijo al otro chico antes de que este desapareciera otra vez por la ventana...
Himeko cerró con fuerza la ventana de la habitación. "Tenkken es un necio..."
Lo que acababa de suceder la altero bastante. Así que, después de calmarse un poco, tomó un baño y encendió la televisión y después de un rato se fue a dormir...
Mientras tanto en casa de Kurama, esté había invitado a Kuronue a quedarse a dormir y ahora estaban en el cuarto del kitsune.
- ¿Recuerdas cómo la conocimos?- dijo Kuronue terminando con el silencio que desde hace unos minutos se había instalado entre él y el demonio zorro.
- ¿Te refieres a Katsuyo? Sí, sería muy difícil olvidarlo..- respondió Kurama
- Sí.. Es difícil olvidar todo lo que pasamos juntos...
Flashback
Yokho Kurama y Kuronue escapaban después de otro exitoso robo. Después de perder a sus perseguidores en el bosque, disminuyeron el paso. Pronto llegaron a un claro:
- Ja,- rió Kuronue volteando hacia atrás- Perdimos a esos inútiles fácilmente, ¿no crees Kurama?
Kurama no respondió. – ¿Kurama?¿ Qué te sucede?- Kurama se limito a señalar hacia una figura que yacía recargada contra una gran roca. Era una chica kitsune y parecía estar muy lastimada..
Ambos se acercaron lentamente, pero la chica no se movió..
- Creo que está inconsciente- dijo Kuronue- Está herida, quizás perdió mucha sangre...
- hmmm... Sí eso parece.. Quizás pueda curarla. Aunque necesitará tiempo para reponerse totalmente.
Kurama curó a la chica. Como estaba anocheciendo, decidieron encender una fogata y cuidar de ella hasta que despertara. Era noche cerrada cuando la chica abrió los ojos. De repente, se dio cuenta de que no estaba sola y de quienes se encontraban con ella:
-¿Qué quieren ustedes dos?- gritó mientras trataba de levantarse de un salto. Sin embargo, las heridas que tenía no se lo permitieron, por lo que la chica cayó de nuevo al suelo.
- Las heridas que tienes son muy profundas tardaran bastante en sanar. Así que será mejor que no hagas movimientos bruscos.- dijo el Kitsune
- ¿¡Qué les importa lo que me pueda ocurrir?!- gritó ella levantándose de nuevo- ¡Conozco su reputación de conquistadores, ¿acaso me creen tan idiota como para caer en sus trucos!?
Los dos ladrones se sorprendieron un poco de la reacción de la chica. Era verdad que no sólo eran ladrones de objetos valiosos, sino también de corazones.. Sin embargo es no era la razón por la que habían ayudado a la chica.. Aunque no sabían exactamente cual había sido esa razón...
- ¿¡ Acaso crees que sólo por eso te ayudamos?!- gritó Kuronue exasperado por la actitud de la chica.
- ¿Quién te hizo eso?- pregunto Kurama tranquilamente
- ¡Qué les importa eso!- respondió la chica.
- ¿ Qué podemos hacer para que confíes en nosotros?- dijo el Kitsune, listo para cualquier tipo de respuesta...
La chica lo pensó un momento:
- Déjenme unirme a su grupo de ladrones. Ya me cansé de la monotonía.
Ninguno de los dos demonios se esperaba eso...
-Serías la única mujer del grupo- respondió Kurama pensando que eso desalentaría a la chica.
- Lo sé, no me importa.- dijo ella con determinación.
-Entonces, al menos dinos tu nombre.- intervino Kuronue todavía algo irritado por la actitud que había tenido la chica.
- Soy Katsuyo.. Y si les interesa saber soy mitad zorro y mitad lobo...
- Ya había escuchado de una yokai así.. No sabía que fueras tú..- agregó Kurama.
- En todo caso, ahora ahí que ir con los demás..- dijo Kuronue, mientras emprendía el camino hacia su campamento...
Fin del Flashback
-Jaja, ¿quién iba a pensar que ella se convertiría pronto en nuestra mejor amiga?- rió Kuronue al recordar esa y otras escenas.
- Sí... ¿Recuerdas la lección que les dio a todos los que quisieron meterse con ella?
- Jajajaja... Claro que lo recuerdo.. Todos nos sorprendimos mucho..
Mientras tanto en el Makai:
- Así que, en resumen, otra vez habrá que tratar de traerla por la fuerza,¿ no es así, Sekan?
- Me temo que así tendrá que ser, amo Tenkken.
Tenkken se levantó de la silla en la que estaba. La oscuridad de la sala, no permitía verlo más arriba de la cintura..
- Ay.. Mí hermanita no entiende.. Después de haberse ido con Mukuro, ahora quiere quedar con ése par de inútiles ladrones.. En fin..- dijo Tenkken mientras volteaba hacia donde estaban sus generales, incluyendo a Sekan- Envíen a otro grupo de guerreros, y que está vez no sean tan inútiles como antes...
En ése momento entró un sirviente que se dirigió directamente a su señor:
- Disculpe que lo interrumpa, mi Señor. Llegó un mensaje de parte de Enki.
- Arreglaré eso después- dijo Tenkken con desprecio- Esto es más importante. Que los guerreros partan inmediatamente...
Los generales se retiraron inmediatamente... Cuando Tenkken se quedo sólo, tomó el mensaje que le había llegado y lo acerco a una de las antorchas que estaban ahí. El papel prendió fuego rápidamente...- Que me importan las estúpidas reglas con respecto al Ningenkai...- murmuró el demonio..
Notas de Arwen:
Bueno.. Pues aquí está el segundo capítulo, espero que les guste!!! Como ven aquí hay mucho sobre el pasado de Yokho y Kuronue, y algo más sobre Katsuyo. Aunque a lo largo de la historia irán apareciendo más cosas y probablemente más personajes.. Por lo pronto, espero poder incluir a Mukuro y a otros demonios del Makai.. Hasta Pronto! -
