Mejor solo... que mal acompañado?

Yu-Gi-Oh Seto/Joey

Yami/Lucio ( pers. Original)

Tristan/Duke

Bakura? – Marik?

By Kaede Sakuragi

Capitulo 24 – Epilogo

Miro sus manos, las vio manchadas por un liquido espeso y oscuro. Sintió gritos, ruidos, y una punzada en su espalda y piernas. Levanto su cabeza, la cual estaba prácticamente sobre el suelo, intento que su vista se pudiera enfocar en las imágenes borrosas que tenia frente a él. Quiso levantarse, pero su cuerpo no respondió, provocando que volviera a caerse, pero esta vez sintió algo suave bajo él.

Escucho unos gritos detrás, y luego un gran silencio. Volvió a mirar sus manos, estaban mas mojadas y se sentía un perfume agrio.

Alguien lo tomaba del brazo y lo lanzaba contra una pared. El golpe lo hizo gemir fuertemente. Entre pequeñas lagrimas de dolor pudo ver a su atacante.

- Tú lo mataste... maldito... Tu lo mataste... – allí frente a él, se erguía con odio y rencor, aquel ser de ojos amatista siniestra.

Quiso gritar "lo siento". Pero el disparo lo silencio para siempre.

- NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! – grito con todas sus fuerzas.

Se incorporo abruptamente, su pecho se agitaba dé tal manera que explotaría, su frente estaba empapada con el sudor frió, y su respiración era de una maratón.

Miro a su alrededor, y se aseguro de donde estaba. En su cama, en su cuarto. Una maldita pesadilla... había sido una maldita pesadilla.

El reloj del escritorio marcaba los 6:30 AM. Hora de levantarse, aunque era temprano, ya no volvería a conciliar el sueño.

Se fue despojando lentamente de las mantas, y las sabanas que lo cubrían. Fue corriéndose hasta la orilla de la cama, y desde allí, poder alcanzar la silla que estaba a un costado de esta. Con facilidad pudo sentarse, y con ayuda de los controles pudo ir al baño.

Entro despacio, encendiendo la luz, para mirarse al espejo por un momento. Poseía unas ojeras muy marcadas, y su pelo, ahora corto, no cubriría lo suficiente para pasar desapercibido. Se aseo sin prisa.

Al vestirse, eligió algo informal, pero elegante. Sonrió melancólicamente, a su hermano siempre le gustaba como mezclaba ambas cosas.

Con ayuda de unas barras especiales en aquel enorme vestidor que poseía su habitación, pudo vestirse solo. Se miro al espejo, y se vio realmente apuesto, sus ojos azules, su cabello corto lo hacían mucho menor de lo que era. Sonrió, para luego ver en el reflejo de este, aquella silla de ruedas que ahora estaba condenado a usar. Suspiro resignado y se sentó en ella.

Aunque fuera eléctrica para su mejor facilidad, él estaba luchando para volver a caminar. Los médicos le habían dicho que se recuperaría, pero pasarían varias operaciones para reconstruir los nervios, rehabilitaciones dolorosas para que las piernas volvieran a ser fuertes como antes.

Volvió a suspirar, saliendo de su habitación.

Los pasillos de la mansión estaban en silencio, pero a la vez oscuros. Paso por la puerta del cuarto de su hermano, y se detuvo para observarla. Cuanto hacia que no entraba a el? Desde aquel incidente ...

- Amo Mokuba ... – una de las sirvientas llamo su atención – Iba a buscarlo ... – ella le sonrió cálidamente.

- Jeje ... hoy te gane ... pequeña Nakuru ... – le devolvió una leve mueca interpretada por una sonrisa, pero sabia que solo era cortesía.

- Quiere que lo lleve? O usted puede solo? – la muchacha de cabello negro largo, pregunto como si él realmente no estuviera atado a esa silla

- Bueno ... si insistes ... la verdad que me canse un poco ... – Mokuba hablo amablemente.

Despacio ambos se alejaron de esa puerta, ahora cerrada con llave, para dirigirse a un pequeño ascensor, bajando hasta la planta baja. Nakuru lo llevo hasta el comedor, donde el desayuno estaba servido.

- Hoy no quiero desayunar aquí ... – murmuro despacio.

- No se preocupe ... – ella le sonrió - ... Ya sabia que no lo haría aquí, así que algunos de nosotros no hemos desayunado aun, para que usted nos haga compañía ... Amo Mokuba ... – no dijo nada, solo agradeció con la cabeza, y se dejo llevar hasta la cocina.

Allí estaban casi todos los de la casa, las cocineras, las empleadas, el jardinero y el chofer. Esperándolo.

La mañana se paso rápido, a pesar de todo el esfuerzo de los de la casa, aun su alma se sentía culpable y triste.

- A donde, joven Mokuba? – el chofer preguntaba mientras lo acomodaba en la limosina blanca que era de Joey, regalo de Seto.

- Primero iremos al cementerio, quiero llevar algunas flores ...

- A la orden ...

El vehículo se puso en movimiento. Observo por la ventana, mientras el pequeño centro sonaba una melodía de violines muy tranquila. Sonrió irónicamente. Este había sido el ultimo regalo de hermano al rubio. Ya que siempre se quejaba que la limosina negra no tenia cosas divertidas.

Se apoyo contra el vidrio, para luego silenciosamente derramo una lagrima. Dolía tanto recordar.

Flash Back – Seis meses Antes.

Estaba acostado en aquella cama, atado de manos y sus piernas dolían y sangraban. Cuando fue consciente nuevamente, pudo ver aquel sujeto abrazar a un joven de cabellos largos rubios. Trato de enfocarse mejor, para luego ver en el suelo el cuerpo de su hermano.

- Seto! - dijo en vos alta.

- Ah! Veo que has despertado ... – Muraki lo miraba burlonamente. Mientras se acercaba al cuerpo del ojiazul – Que fácil ha sido capturarlo ... – intento tocarlo, pero el otro muchacho lo tomo bruscamente entre sus brazos, y lo miro amenazante.

- MÍO! – grito enojado – KEN REGALO! MÍO! – le decía mientras arrastraba al CEO hasta a un costado de aquella habitación, como si fuera una fiera peleando por un trozo de carne que había cazado.

- Alexander ...! – Muraki uso un tono autoritario.

- Es mío! – el rubio hablo en una forma distinta, seria y hasta escalofriante.

- ... – el ojos amarillos lo miro desconcertante, con el ceño fruncido - De acuerdo ... – dijo resignado, mientras se daba vuelta, para luego acercársele a Yugi que estaba recostado a un lado.

- ALEJATE DE EL! MALDITO! – Lucio ahora el que gritaba, tratando de safarse de los agarres.

Muraki hizo oídos sordos a aquellas quejas. Lentamente se acerco, susurrándole algo al oído, para luego viéndolo levantarse como si fuera un robot.

- Hermoso ... realmente hermoso – dijo mientras acariciaba aquellos cabellos.

- Maldito ... déjalo en paz! – el otro muchacho gritaba con lagrimas en los ojos – Ya basta!

- No, mi querido Lucio aun esto no termina ... – abrazo al pequeño Yugi, para luego besar sus labios. Primero lentamente, pero luego devorándolos - ... Delicioso ... eres mi mas hermosa adquisición ... – dijo despacio, para luego girarse y mirar a Mokuba – ... A ver ... que puedo hacer contigo, pues teniendo a tu hermano aquí, tu no me haces mas falta ... – sonrió maliciosamente.

- NO, BASTA! SUÉLTALO! NO TE LE ACER ...! – Lucio cayo de repente, lo habían golpeado en el estomago - ... Yu ... gi ... – dijo sin aire.

- Eres muy escandaloso ... – el muchacho tricolor dijo con asco, mientras tomaba una de las armas que tenían los custodio que había allí – Realmente eres basura ... – iba a gatillar cuando una gran explosión voló las ventanas tapiadas del lugar.

Todos en el lugar se cubrieron, esperando que la gran cortina de humo se dispersara. Entre ella se podía ver a tres figuras apuntándolos.

- Vaya ... vaya ... creo que llegamos justo para la fiesta ... – la vos gruesa del espíritu de la sortija hizo que muchos se pusieran en guardia.

- Por supuesto ... Y solo faltábamos nosotros para el gran final ... – el roba tumbas ahora se hacia ver al lado del otro muchacho, mientras que en su mano mostraba dos armas automáticas - ... Oye Bakura ... como funcionan estas cosas? – dijo curioso mientras intentaba descubrir como disparar

- Solo apunta y aprieta ... – la vos de la tercera sombra hizo que Muraki lo mirara asombrado.

- Tu ...! – dijo despacio.

- Atemu ... para ti ... Anubis ... – dijo despacio – O debo decir mejor ... Una de las reencarnaciones del dios de la muerte ... – el ojos amarillos sonrió complacido

- Veo que ahora si me has recordado ... Viejo faraón ... Pero lamentablemente, no vivirás lo suficiente para hacer memoria ... MATENLOS! – grito.

Los hombres que estaban allí, empezaron a disparar. Bakura y Marik se abalanzaron contra un grupo, haciéndolo cuerpo a cuerpo. Ambos habían sido viejos gladiadores, por lo cual no era problema.

Yami se abalanzó contra Muraki, intentando golpearlo, pero frente a él, su antiguo compañero lo enfrentaba.

- Apartate Yugi! – el faraón dijo despacio, sin despegar sus ojos del sujeto que estaba detrás de él.

- No permitiré que le hagas daño ...! Faraón, el es mi dueño y mi señor ... y haré cualquier cosa para protegerlo.

- Despierta de una vez! – grito, mientras trataba de quitarlo de el medio, pero no lográndolo – Acaso no vez que estas hipnotizado, que te esta usando ...!

- No ... ustedes vinieron a matarlo malditos herejes ...! – de entre sus ropas saco un puñal curvo, con inscripciones egipcias.

Lo empezó a atacar, pero Yami lo esquivaba fácilmente. Tomo su brazo, para luego jalarlo y acercarlo a su cuerpo, inmovilizándolo contra su pecho y así poder doblar su brazo y tirarlo contra el suelo, trastabillándolo. Desarmándolo.

- Lo siento Yugi ... – le dijo antes de golpearlo en el rostro, noqueándolo.

Se levanto buscando con al mirada a Muraki. Estaba allí, frente a él, sonriéndole.

- ... Juguemos ... – le dijo despacio. Ambos sujetos se encontraron en una lucha de golpes, marciales o de boxeo.

Mokuba observaba todo esto, mientras intentaba a la vez soltarse. No supo como, pero logro safar una de sus manos, para luego desatar la otra y sus pies. Intento levantarse, pero callo abruptamente al suelo, las heridas de estas eran graves y sangraban demasiado.

Mientras nadie lo vigilaba, se arrastro hasta donde estaba Lucio, y con el cuchillo que Yugi había perdido, le pudo cortar la soga que lo sostenía, cayendo sin cuidado al suelo.

- Vamos por Seto ... – le dijo despacio.

Lucio cargo a Mokuba mientras trataban de esquivar a los que peleaban, pero algunos al verlos se le abalanzaron, intentando atacarlos. Pero de repente caían muertos al suelo. Al mirar a la otra entrada de aquel salón, pudieron ver a Tristan apuntándoles con un arma. A su lado, Duke cargaba a Joey, mientras Pegasus se sujetaba el hombro.

- Llegamos tarde? – dijo irónicamente.

Estaban por decir algo, pero unos disparos los hicieron voltearse. Para luego mirar horrorizados la situación.

Fin Flash Back

- Amo Mokuba ... Llegamos – el chofer interrumpió sus pensamientos. Mirando detenidamente por la ventana. Estaban dentro del Cementerio de la Cuidad Domino

- Baja la silla ... yo iré solo desde aquí ... – le dijo mientras tomaba del asiento de al lado, un ramo de rosas blancas.

La limosina estaba estacionada en una de las calles principales de aquel lugar. Al ser un cementerio muy grande, poseía distintas calles. Aunque el iba a una de las mas alejadas. Despacio con su silla, emprendió la marcha por aquel sendero. Sonrió, los árboles que rodeaba aquel lugar estaban en flor, y el viento mecía las ramas provocando que cayeran y dieran un hermoso manto de colores pastel al lugar.

Llego hasta donde había una pequeña fuente para pájaros. Donde algunos gorriones jugueteaban en el agua. Volvió a sonreír, lo habían mojado. Cuando giro su vista, a la lapida de mármol, color marfil. Encontró a su Koi arrodillado frente a ella, acomodando las flores que había llevado. Hizo una reverencia, en forma de respeto, un rezo, y luego un beso a su fotografía.

Mokuba se sintió invadiendo su espacio, sonrojándose de la vergüenza. Cuando se giro, se sorprendió al verlo, pero luego le regalo una de sus sonrisas.

- Buen día, Mokuba. Que bueno es verte

- Buen día, Duke. A mi también me alegra verte – le dijo mientras le entregaba el ramo de flores.

- Siempre le gustaron estas flores, no se porque, pero hasta había plantado algunas en una gran maceta de nuestro departamento – sonrió melancólicamente – Ahora yo no las puedo cuidar, así que, las regale a nuestra vecina. A ella le fascinan las que Tristan cultivaba.

- ... – el ojiazul se quedo mirándolo, casi podía jurar que lloraría - ... Viajas mañana a los Estados Unidos? – pregunto, para cambiar un poco el tema.

- En realidad ... me voy hoy ... – le dijo mientras acomodaba las flores con las demás – Por eso vine a despedirme. Pegasus me dio parte de sus acciones para hacer unos negocios en América. Bakura y Marik me acompañaran. Dicen algo de que quieren divertirse a costa de mí ... – dijo en broma – Esos dos me harán cualquier locura ... y te juro que lo disfrutare ... Verdad? Tris ... – el ultimo comentario, lo hizo mirando la foto de su amado – Bueno ... tengo que irme, o entraran al cementerio con sus motos y no quiero escándalo ... jeje – sonrió melancólicamente, pero sincero.

- Llámame cuando regreses. Así puedo verlos a los tres – Mokuba extendió su mano, para estrecharla con las del Amo de los Dados.

Se despidió de su amante con una reverencia, y desapareció por uno de los tantos pasajes. Por la puerta contraria por la que había entrado.

Sintió que estaba solo en aquel lugar, el viento suave golpeaba sus mejillas.

- Cuanto debo agradecerte ... Tristan ... nunca podré pagártelo ... - murmuro despacio, para luego empezar a sollozar.

Flash Back

Prácticamente, los hombres de Muraki habían sido derrotados. Solos dos o tres habían quedado en pie, y los apuntaba con sus ametralladoras pequeñas.

El sujeto de los ojos amarillos, tenia al CEO sujetado por el cuello, semi inconsciente, mientras con un arma apuntaba a la cabeza. Yugi, estaba parado al frente de este, en una posición de defensa, sus ojos demostraban furia y odio. Alexander estaba tirado en el suelo, en un charco de sangre.

- Estas perdido Anubis ... – Yami hablaba mientras trataba de acercársele.

- Te equivocas ... faraón ... – Muraki pronuncio despacio, unas palabras. Para luego Yugi, y uno de los hombres se abalanzaran contra ellos.

Bakura y Marik que estaba mas cerca, se dedicaron a pelear con este sujeto, pero por lo visto era mucho mas fuerte que los demás. No supieron como, pero de una patada en el pecho al ladrón de tumbas lo había lanzado contra una de las paredes, mientras Marik, intentaba barrerlo con su pierna, pero era muy ágil.

Por otro lado, Yugi se había dirigido contra Yami. Peleando ambos con las manos. El faraón pensó que seria mas fácil, si volvía a tomarlo y golpearlo como antes, pero no sabia que había dicho exactamente Muraki. Yugi estaba mucho mas fuerte y ágil.

Duke que tenia a Joey, inconsciente, le susurro algunas cosas a Tristan.

- Cuídalo, mientras me acerco a los demás y trato de desarmarlos, están concentrados en la pelea que en nosotros ...

- No ... Yo iré ... – el castaño le dijo mientras le entregaba su arma

- Pero ... – Tristan lo interrumpió

- Recuerda que se pelear mejor que tu ... Cuida a Joey y a Pegasus, mientras estén peleando, podré con los que quedan.

Mientras estaban distraídos, el castaño se acerco lentamente a los demás guardias, pero antes que pudieran gritarle, empezaron a disparar.

Mokuba y Lucio se ocultaron detrás de unas mesas. Pegasus tomo a Duke y lo empujo para que quedara detrás de unas puertas, y así salvando a Joey. Tristan, empezó a correr contra ellos, como esquivando las balas, y así llegando hasta donde estaban y golpeándolos.

Marik y Bakura se había refugiado, ya que Muraki, al verlos acercarse empezó a dispararles. Caminando a una de las salidas, mientras arrastraba al CEO.

- SETO! – grito Mokuba, para luego ver todo en carama lenta.

Su hermano había reaccionado. Dándole un codazo en el costado, así soltándose. Pero cuando intento escapar, Muraki apunto y le disparo. Solo que no le dio al muchacho de los ojos azules. Tristan se había interponiéndose ante el, salvándolo.

Este grito furioso, y con palabras extrañas dio ordenes a Yugi. No supo como, pero lo vio abalanzarse contra él. Con un pequeño cuchillo que llevaba escondido. No supo en que momento, lo tenia sobre su cuerpo ... inerte.

Sintió un pequeño quejido, un lamento, para luego sentir que sus manos algo caliente y espeso corría por sus dedos. Cuando pudo moverlo, sus ojos se abrieron de la impresión. En su pecho estaba clavado aquel puñal que había utilizado para soltar a Lucio ... lo había matado.

- Yugi ... Fue un accidente ... – dijo despacio – Yugi ... fue un accidente ... – ya lo dijo con mas fuerza – Yugi ... Yugi ...! YUGI! – grito tratando de despertarlo.

En el medio de la confusión, no se dieron cuenta de cuando había escapado Muraki. Pero en ese momento solo importaba los que habían quedado.

Fin Flash Back

Se seco las lagrimas, para luego mirar por ultima vez la lapida.

- Te debo tanto ... – dijo despacio, para luego salir de allí.

Llego hasta la limosina, se subió y le ordeno al chofer dirigirse al hospital privado. Haría una visita, y rogaba que estuviera despierto.

Miro por la ventana, el día precioso, por el cual había amanecido, ahora se tornaba con nubes grises, anunciando quizás una pronta lluvia.

El hospital privado era uno de los mejores lugares para atender casos especiales. Tanto siquiátricas como letargo coma torios.

Lentamente, fue llevado hasta una de las alas especiales, encontrándose con aquel doctor que tanto le agradaba.

- Dr. Kinomoto ... – Mokuba lo llamo antes de desaparecer por unas de las puertas de las habitaciones.

- Señor Kaiba ... – extendió su mano para saludarlo - ... Viene a visitar a su hermano?

- Si ... pero llámeme Mokuba, no me agrada el señor y menos que me llamen por el apellido ...

- Entonces, llámeme Touya ... – le sonrió – Pues ahora iba a verlo, si me acompaña ...

- Claro ... – le hizo señas al chofer que hasta allí llegaba. Y que iría con el Doctor.

Pasaron por una de las puertas, llegando hasta una gran sala. Varios internos miraban televisión, y algunos jugaban. O simplemente miraban por la ventana.

En uno de los rincones, pudo reconocer a su amigo. Dibujando sobre un lienzo. El medico, se dio cuenta que el peli negro lo observaba.

- No a habido cambios ... – dijo despacio - ... Simplemente se sienta frente a esa ventana, y mira detenidamente el espacio en blanco del lienzo. Tiene sus colores y todo, pero no ha dibujado nada.

- Joey ... –murmuro despacio, con tristeza. Cerro sus ojos, intentando que sus ojos no empezaran a llorar – Vamos a ver a Seto ...

El medico asintió, y salieron por otra puerta. Dirigiéndose a la sección de las habitaciones.

Lo que no pudieron ver, fue que aquellos ojos mieles, los observaban.

Llegaron hasta la habitación del fondo. Al entrar, el sonido de un respirador era quien los recibía. El medico lo acerco hasta la cama, mientras revisaba los signos vitales, y las graficas de su corazón.

Mokuba lo observo, parecía que dormía, y que en cualquier momento despertaría y regañaría a todo el mundo por estar perdiendo tiempo en la cama.

No pudo evitar derramar lagrimas, se sentía tan culpable. Si no fuera que él, no hubiera quedado en shok, por la muerte de Yugi, hubiera ido tras su hermano, que perseguía a Muraki por aquellos bosques. Seguido por Yami y Bakura. Hubiera podido hacer algo, para evitar que el maldito le disparara nuevamente, pero esta vez alcanzándolo.

- Hermano ... – sollozo despacio, mientras tomaba fuertemente su mano - Perdóname ...!

Se sentía tan miserable. Que hubiera matado el maldito con sus manos, pero ... ese placer se lo había llevado el mayor de los Kazutaka. Lo había matado por la espalda. No supo como, pero eso le habían dicho los demás. Como apareció, desapareció.

Como el cuerpo de Alexander. Cuando la policía llego, y los guardias de Kaiba Corp hicieron todo, se encontraron que no estaba aquel muchacho, si no que tampoco encontraron algún rastro de Ken.

- Mokuba ... – el doctor, poso su mano en el hombro, tratando de tranquilizarlo – si su hermano lo ve llorando, de seguro que lo regañara ... – trato de darle ánimos.

- Pero no despertara ... – murmuro despacio - ... Usted me lo dijo ... y 20 médicos mas ... El coma de mi Hermano es definitivo ... el ya no despertara ... – le dijo llorando, mientras volvía a tomar su mano con mas fuerza - ... Si hubiera solo un deseo para hacerte reaccionar ... Seto ... te juro que daría cualquier cosa para cumplirlo ... cualquier cosa ...

- Vamos ... Mokuba ... vamos al jardín ... estará mas tranquilo allí ... – El doctor lo convenció de soltarlo. Para luego acompañarlo hasta la puerta. Pero cuando estaba por abrirla, esta lo hizo lentamente por si sola.

Ambos muchachos miraron sorprendidos. En el marco de la puerta, estaba Joey, observando aquel cuerpo inerte, sobre la cama.

Lentamente se fue acercando, con pasos pequeños, como si estuviera en trance. Cuando estuvo a la par miro aquel rostro, tocándolo, sintiéndolo frió. El sonido de un bip hizo enfocar su vista al respirador. Sin previo aviso, lo apago. Haciendo que el corazón de Seto se detuviera.

- JOEY NOOOO! - grito Mokuba, quiso lanzarse contra el, pero era inútil, estaba invalido.

- ENFERMERA! – grito el medico, mientras trataba de reconectar el aparato, pero el rubio no lo dejaba. Había empezado a gritar, y empujarlo, evitando cualquier acto de salvarle la vida al ojiazul.

Las enfermeras entraron con algunos de seguridad, sujetaron a Joey, pero se resistía. En ese forcejeo, pateo la cama, haciéndolo mover un poco.

- LEVÁNTATE DE ESA CAMA MALDITO RICACHÓN! – grito de repente.

Nadie supo como, pero la maquina que controlaba el corazón del CEO, empezó a latir despacio. El medico reviso el pulso, encontrándolo débil, pero aun así, estaba vivo. Miro con sorpresa al rubio, quien lloraba mientras se dejaba llevar por los guardias. Sintió algo en su mano, y al voltearse, miro que era sujetada por aquel que estaba en aquella cama.

- No se esfuerce ... tranquilo ... – el muchacho trataba de decir algo, pero el tubo que poseía en su boca, no lo dejaba – Debe esperar que se lo quite la enfermera ... – le dijo despacio, pero este no quiso escuchar, lentamente su mano fue hasta aquella cosa que le estorbaba. Y quiso quitársela.

- Touya, por favor ...! – Mokuba rogó mientras trataba de no lanzarse contra su cama, mientras veía que las enfermeras iban y traían cosas.

- De acuerdo ... – hizo señas, y lentamente se lo quitaron.

El peli negro, empezó a sollozar, al verlo ahí, despierto, con sus ojos semi abierto, pero conciente. Lo vio mover sus labios, queriendo decir algo. Pero como no podía aun, señalaba la puerta. Mokuba entendió el mensaje.

- Esperen ... – se volteo a los enfermeros que prácticamente arrastraban al rubio – Quiero que lo dejen ... Por favor ... – suplico.

Miraron al medico, para ver que aceptaba la petición, soltándolo.

El rubio se acerco lentamente a los pies de aquella cama. Hipnotizado, como si lo que hubiera dicho antes, no existió.

- ... chor ... ssl ... gags – dijo despacio el CEO, algo in entendible.

- No se esfuerce ... – el medico trato de calmarlo, pero este solo cerro sus ojos, trago un poco de saliva y pronuncio unas palabras.

- Si ... gues ... siendo ... escan ... daloso ... baka ... inu ...

- Seto ...

El medico, las enfermeras y los de seguridad se miraron sorprendidos. La escena que estaban presenciando era sin palabras.

En la cama, un muchacho, luego de seis meses en coma profundo enarcaba su ceño en forma de disgusto, mientras en sus labios formaba una sonrisa en forma de mueca.

A los pies de la cama, un joven rubio, de ojos color miel, sonreía luego de seis meses de estar en un estado ausente y autista. Sus pupilas mostraron lagrimas de alegría.

Mokuba solo vio ... un dragón blanco recostado en la cama mirando con amor, a un dragón negro de ojos rojos ...

Afuera ... la lluvia nunca callo, si no que el sol brillo en lo mas alto del firmamento, como anunciando días mejores en la vida de cada una de las personas ...

A las afueras del hospital.

- " No importa cuanto hallas perdido, ni cuanto hallas dado, recuerda que lo que mejor te recompensa es la hermosa sonrisa de quien lo halla recibido" ... Así era ... verdad Yugi ... – nadie lo vio, nadie sintió si presencia.

Por las calles de Domino, el Faraón desapareció. Sonriendo ... cargando en su cuello, aquel viejo rompecabezas. Para luego subir a un auto deportivo negro. Su acompañante sonrió cálidamente.

- A donde? – pregunto.

- Donde el mundo se termine ... Lucio ... – le dijo despacio.

El auto arranco, y se perdió en el horizonte, detrás de las montañas.

Owari

Nota de la autora: LO TERMINEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE ...

Agradezco a cada una de mis lectoras, que me siguieron en este fic ... se que muchas me querran matar XD pero era inevitable ... jejejeje

Se que son muuuuuuuuuuuuuchas, y empiezo a nombrarlas se que me olvidare a alguien, pues a todas ... GRACIASSSS EN SERIO GRACIAS LAS QUIERO UN MONTON ...

Y la verdad me costo terminarlo pero aquí esta ... se me cuidan tooooooooooodos y espero verlos en los otros fics ... XD que debo terminar ... y por favor ... no maten ... XDDD pero este final era ya previsto ... XDDDD se me cuidannnnn ...

Y dejen comentarios ... quiero saber toooooooooooodo sobre este final XDDD

Matta neeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!