Capítulo 2:

Desde la fatídica noche en que Ray casi muere, para luego ser informados que sus padres no habían sobrevivido un accidente automovilístico, ya habían pasado 10 años.

Los pequeños fueron entregados a su único familiar cercano, Voltaire, pero su niñera Raven estaba ahí con ellos. Ella trataba de nunca apartar a los niños de su vista, sobretodo, ya que no confiaba en el anciano en lo absoluto.

Con el pasar de los años, los niños se fueron desarrollando lo más 'normalmente' posible.

Kai, ahora de 17 años, se había convertido en un muchacho silencioso y distante; a excepción con Ray, Raven y Tala. Solo le quedaba un año para salir de la escuela y ya las chicas estaban locas por él. Aunque era de suponer… Era alto, delgado pero a su vez musculoso, su cabello causaba sensación con sus dos tonos azulados y para que hablar de sus rojos ojos y su voz grave como para morirse. En definición se había vuelto todo un chico sexy.

Mientras que Ray, de sólo 15 años, tenía rasgos más finos y un tanto más femeninos. Era delgado, con gran gracia física y tenía ojos color ámbar, como un gato. Su cabello ahora llegaba hasta un poco más allá de sus rodillas, el cual mantenía en su lugar con una bandana y una trenza. Al contrario de Kai, Ray era un joven dulce y cálido. Su gran 'atractivo', atraía tanto a chicas como a chicos; cosa que molestaba a su hermano, quien era muy sobre protector en cuanto a Ray se tratase.

Desde que empezaron a vivir con Voltaire, por más que trató Raven, el más joven de los Hiwatari había terminado en el hospital unas diez veces; ya sea por alguna fractura, intoxicación o algo más grave. Siempre que Voltaire y Ray estaban solos, algo malo ocurría.

Lamentablemente, nunca pudo decir quien era el causante de sus accidentes, ya que siempre se 'golpeaba la cabeza' y le era difícil recordar mucho acerca de lo sucedido.

Aún, tras tanto daño, Ray había sido adelantado dos años en la escuela y cursaba el penúltimo año con su hermano Kai y su primo Tala.

En los vestidores de hombres de la Secundaria Ichigan se había armado un gran alboroto. Habían muchos de los estudiantes de tercer y cuarto (yo esto lo hago como es en mi país y no como es en Japón… aquí ellos serían los penúltimos y últimos años) año reunidos allí.

Su propósito, ver como se duchaba Ray.

Aunque suene extraño; esto no era raro, ya que siempre ocurría lo mismo luego de la clase de educación física. No era fácil encontrar a un chico que tuviera tanta semejanza con una chica a esta edad, y ese era Ray.

Ray nunca se había enterado, ya que Kai le había inventado una que otra tonta razón cada vez. Él solo se duchaba tranquilamente.

Mientras lo hacía, Kai se interponía entre la cortina de baño y los muchachos; una mirada de pocos amigos en su rostro y una toalla en sus manos.

Terminó su ducha, se amarró una toalla alrededor de la cintura y se dispuso a salir. Solo que antes de poder siquiera moverse; Kai le puso una gran toalla sobre los hombros, la cual llegaba hasta sus rodillas.

"Kai, qué pasa?" preguntó Ray, como ya le era de costumbre los días que tenían Educación Física.

"Nada, solo sígueme." dijo Kai, mientras dirigía a su hermano hasta una de las últimas duchas (las que estaban descompuestas) y se refugiaron de las demás miradas.

"Por qué tengo que esconderme cada vez que tomo una ducha en la escuela?" Ray tomó la ropa que ya había sido dejada deliberadamente allí y comenzó a vestirse. Kai se volteó.

"No es nada. Lo que pasa es que tus cicatrices atraerían mucho la atención, es todo." mintió Kai. Él odiaba mentirle a Ray; pero si le decía que era para que los demás chicos no se lo comieran vivo, lo dejaría un tanto 'perturbado'.

La mirada de Ray se dirigió hacia el suelo. Sus accidentes no eran su tema favorito en ningún sentido, siempre les recordaban a sus padres y de que en reiteradas ocasiones casi había muerto.

"Tu sabes que no me gusta hablar de eso." el tono de Ray cambió de sorpresa a una especie de enfado; y antes de que Kai pudiera darse vuelta y disculparse, ya se había marchado. Solo estaban las toallas tiradas en el piso y la puerta abierta.

Por esa misma puerta se asomó un joven de flamante cabello rojo y ojos aqua marina. Era Tala, primo de los hermanos Hiwatari; quién también era su compañero de escuela y de salón.

"Ya se fue del camarín, se veía muy angustiado… qué demonios le hiciste?" Tala tenía el ceño entre fruncido y se había cruzado de brazos. No era una buena señal.

"No ha sido culpa mía. Es culpa de esos malditos pervertidos que hacen que le mienta a Ray." Kai tomó las toallas y las guardó en su bolso. Junto con Tala, abandonaron el camarín.

"Y cómo es eso? Tan solo dile la verdad y asunto arreglado." dijo el pelirrojo mientras buscaban a Ray por los pasillos.

"No puedo. Como le explico a mi HERMANITO, que unos tipos se lo quieren…" fue interrumpido por su primo, quien lo miraba con una ceja alzada.

"No seas tan gráfico, quieres? Además, Ray ya está grandecito para hablar de este tipo de cosas… y este sería el mejor momento, por que ahí está." con eso, Tala apuntó hacia unos casilleros en los que Ray estaba apoyado.

Cuando se les iban a acercar, alguien se le adelantó.

Ray, inmerso en su pequeño mundo, no notó a su 'acompañante' hasta que estuvo justo frente a él.

Era Luke, un matón de último año que buscaba peleas todo el tiempo… sobre todo con Ray, ya que Luke lo molestaba por parecer chica y ser tan inteligente. Él y Ray se habían llevado mal desde el principio y parecía que no iba a mejorar.

"Hola Ray." dijo Luke de forma burlesca, mientras se inclinaba hacia él y le dirigía una profunda mirada con sus ojos color marrón. "Por qué esa cara? Se te perdió tu novio?" el joven de cabello corto y castaño rió viendo que su víctima apretaba los puños.

"Eres un… no, sabes qué? No voy a gastar mi aliento contigo." El muchacho de cabello negro se dio media vuelta para retirarse… o eso era lo que tenía planeado hacer, hasta que fue empujado de cabeza contra los casilleros.

Luke tenía todo a su favor; no había ningún supervisor cerca, tenía a Ray presionado incapaz de pelear y nadie cerca para interrumpir. Eso pensaba, cuando de pronto alguien le propinó un buen golpe en el estómago y se vio tirado en el piso.

"Kai!"

"Sí idiota, ese soy yo y si te acercas de nuevo a mi hermano te las verás muy caro." Kai le dio una patada a un costado y en un santiamén Luke había desaparecido.

Tala ya estaba revisando a Ray, no había ningún daño a excepción de un labio partido.

"Yo podía con él, sabes?" dijo Ray, dirigiéndose a Kai con una mirada furiosa.

"Vamos Ray, era el doble de tu tamaño y el cobarde te atacó por la espalda. Necesitabas ayuda." La mirada de Kai estaba totalmente fijo en Ray, como desafiándolo a que lo contrahiciera.

"Yo no necesito ayuda de NADIE!" gritó enfadado Ray y se fue prácticamente arrojando fuego por la boca.

Ambos jóvenes se quedaron estupefactos con la reacción del normalmente pacífico muchacho. Como era de esperarse, el pelirrojo rompió el silencio.

"Miau! El gatito tiene garras… y creo que acaba de enterrártelas en el trasero, mi estimado Kai." dijo Tala no pudiendo contener más la risa y echándose a reír.

"Cállate, sí?" con eso ambos se marcharon a clases, Kai enojado y Tala riéndose como un desquiciado.

Ya era la hora del almuerzo y Ray se las había ingeniado para ignorar a Kai la mayor parte del día.

Estaba sentado en una de las mesas más apartadas de las demás que se encontraban en la cafetería, leyendo un libro mientras jugaba con su comida.

'Kafka si que sabe como escribir. Si tan solo tuviera algo decente para comer, esto estaría perfecto.' pensaba Ray, mientras le propinaba una mirada asqueada a su gelatina con un cabello dentro. "Puaj!"

Justo en ese momento, apareció enfrente de él, una hamburguesa con queso. Un milagro… casi.

"Hacemos las paces?" preguntó una voz muy familiar. Era por supuesto la de Kai, quien parecía muy arrepentido.

Ray lo miró muy fijamente sin ninguna expresión en su rostro, hasta que su estómago crujió y no pudo evitar sonreír.

"Sólo por que eres mi hermano y me muero de hambre!" para cuando terminó de decir eso, le sonrió una vez más y atacó su hamburguesa.

El joven de cabellera azul se sentó a su lado; con una lata de gaseosa que luego pasaría a su 'hermanito'. Cuando todo parecía volver a lo normal, pudieron oír como Tala discutía con alguien.

"Qué tienes en la cabeza? Mierda? Como se te pudo siquiera ocurrir tratar de hacerme algo así? Lo mejor será que te alejes de mi vista antes de que te mate!" gritó el pelirrojo a los cuatro vientos, haciendo que toda la atención se fijara en él y el pobre desgraciado que había a su lado.

"Vamos Tala, que querías que hiciera! Lo más fácil era mentir! Como iba a explicar el desorden que dejamos en el baño sin involucrarte? Todos nos vieron entrar! Además, me eché la culpa…" el que había dicho, o mejor dicho tratado de explicar toda la situación, era nada más y nada menos que Bryan.

Bryan tenía cabello y ojos color lavanda claros, y más importante aún; era el novio de Tala hacía casi dos años.

En la otra mesa, Kai y Ray solo podían negar con la cabeza. Esos dos siempre estaban discutiendo por alguna estupidez, para luego ir a reconciliarse al baño o al armario de conserje.

Hoy no sería la excepción.

"Te inculpaste? Por mí?" preguntó Tala, calmándose y sonriendo cuando Bryan asintió apresuradamente la cabeza ( el chico no era idiota, sabía lo que era estar en el lado malo del pelirrojo y no quería un recordatorio.)

"OH Bry! Eso lo cambia todo". y sin menor aviso, Tala se le abalanzó encima a su novio y ante las miradas asombradas de toda la cafetería, comenzaron una fogosa sesión de 'reconciliación'.

Los hermanos Hiwatari se apresuraron a reaccionar; Kai los trataba de separar a toda costa (tirando del pelo de Tala, golpeándoles las cabezas y al fin lográndolo al arrojarles un vaso de agua fría), mientras que Ray se ponía enfrente distrayendo a los demás lo mejor que podía.

Cuando los 'amantes' estuvieron separados salieron rápidamente del lugar de los hechos. Una vez fuera, Kai comenzó su sermón.

Estaba furioso!

"Pero qué creen que estaban haciendo? Acaso tienen las cabezas huecas? O peor, llena de obscenidades?" la voz del muchacho de cabellera azul iba cada vez en aumento y con más furia, con cada sílaba que salía de sus labios; haciendo que Tala y Bryan se encogieran de hombros.

"No es eso! Sólo…" lo que trataba de explicar Bryan no fue ni siquiera tomado en cuenta por el mayor de los Hiwatari, quien tenía una guerra de manotazos con su primo.

"Pudo haberlos visto el Director! Piensen en lo que habría hecho el abuelo de enterarse! De seguro te castraría Tala! Además, que imagen le están dando a Ray!". Kai ya no podía estar más molesto, sus acompañantes temblaban del susto, pero…

"Ray?" el susodicho muchacho no se encontraba entre ellos.

Mientras que los chicos estaban discutiendo en el pasillo, Ray se encontraba en una mala situación, ya que no había podido alcanzar a los demás a tiempo.

Justo cuando él estaba saliendo de la cafetería, alguien le cubrió la boca y fue arrastrado hacia atrás. Era nuevamente Luke, solo que esta vez venía acompañado por otros dos bravucones.

"Veamos si eres tan valiente sin tu hermano para protegerte." dijo Luke, con una sonrisa petulante en el rostro, a lo que los "gorilas" tomaban al indefenso muchacho de cada brazo.

Antes de que pudiera siquiera responder, Luke le propinó un buen golpe en el estómago; quitándole el aliento.

"Vamos Hiwatari! Di algo!" dijo en voz alta Luke , atrayendo la atención de muchos estudiantes que se acercaron a ver la pelea.

"Eres un cobarde." susurró Ray, recuperándose del golpe. El comentario no le hizo mucha gracia a su atacante y ante los asombrados ojos de los demás espectadores, comenzó a golpearlo ferozmente.

A lo que le daban una brutal paliza al muchacho de cabello largo y negro, nadie hacía nada por ayudarlo. Algunos miraban estupefactos, otros desviaban sus miradas e inclusos algunos se retiraron… pero nadie lo ayudaba.

Los sujetos que lo sostenían, lo dejaron ir y sin poder mantenerse más en pie, Ray cayó malherido al piso.

"Ya ves lo que pasa si te me enfrentas, mocoso." Luke se puso en cuclillas frente a su víctima y la tomó del cuello de su camisa. "Te reto a que lo digas otra vez…" exclamó en un tono desafiante.

"Co… Cobar…de…" dijo débilmente Ray, desatando la furia del otro chico.

Este frunció el ceño, lo empujó y antes de que Ray volviera a tocar el suelo, le dio una fuerte patada en el estómago.

Ray pudo sentir el familiar sabor cobrizo subiendo por su garganta y con un gemido de dolor, escupió sangre sobre el piso.

Se oyeron los sonidos de horror de los que estaban mirando.

"Luke! Detente, no te ha hecho nada!" gritó una chica, no pudiendo aguantar más. Pero fue completamente ignorada.

"Si no lo haces, llamaré al Señor Musso!" esta vez fue uno de los muchachos más grandes el que habló y al verse también ignorado, fue en busca de dicha autoridad.

Dándose cuenta que estaba en un serio aprieto, le dio una patada final con todas sus fuerzas en la cabeza y agachándose; le cortó con un pequeño cuchillo la bandana de Ying – Yang que traía puesta en la frente.

"Guardaré esto como un tesoro." Le susurró Luke al semi consciente Ray, luego besó una de sus mejillas. Rápidamente se apresuró a esfumarse del lugar, pero en lo que iba saliendo se encontró cara a cara con Kai.

Kai miró a Luke y luego se fijó que había un gran grupo de estudiantes rodeando algo… o alguien. Miró más detenidamente y vio lo que parecía alguien tirado en el piso en posición fetal.

Esa persona tenía largo y negro cabello e instantáneamente Kai supo de que Ray. La única explicación lógica en la que pudo pensar fue que el causante era Luke.

"Maldito mal nacido! Ahora si que te mato!" dijo el joven de cabello azulado enfurecido, pero antes de que pudiera hacer algo, entro un hombre mayor y regordete quien los detuvo.

Era bajo, rechoncho; vestido de saco y corbata, una mirada enojada adornaba su rostro. Era el Director Musso.

"Luke Sinclaire! A mi oficina, AHORA!" gritó y se llevó a Luke con él antes de que el muchacho pudiera escapar o protestar.

Para cuando Kai notó que se habían llevado a Luke, pudo ver a Tala y a Bryan revisando a Ray en el suelo.

"Cómo está?" preguntó preocupado por su hermano, mientras se arrodillaba junto a él.

"Escuché que le propinaron un buena golpiza y que recibió un buen golpe en la cabeza." Dijo Tala afligido, a lo que buscaba algo con que acomodar la cabeza de su primo.

"Será mejor que lo llevemos a la enfermería." Sugirió Bryan, tomando la mano de su novio y demostrando su apoyo.

Mientras ellos hablaban de que se debía hacer, Kai colocó la cabeza de Ray en su regazo y comenzó a acariciarle la frente y poniendo en su lugar los cabellos que se habían salido de su larga trenza.

Fue entonces que notó algo extraño y húmedo de lo manchaba. Puso su mano cerca de la base de su cabeza y cuando la vio, notó que estaba manchada con mucha sangre.

"Oh Dios! Chicos!" exclamó Kai alarmando a los otros dos, cuando vieron la sangre, ambos parecieron palidecer.

"Hay que conseguir ayuda y pronto!" diciendo esto, Tala rápidamente se puso de pie y fue a contactar a una ambulancia.

Ya entrado el día, las clases habían finalizado y lo único en que pensaba Kai era en ir a ver como se encontraba Ray.

Él estaba muy preocupado; ya que hace tan solo un par de horas, habían tenido que llevarse a su hermano hacia el hospital por presentar una contusión en la cabeza y no haber recobrado el conocimiento.

En el hospital, Kai se dirigió rápidamente a recepción, en donde le dijeron de inmediato la habitación en la que se encontraba el paciente.

Mientras se dirigía a la habitación, el muchacho de cabello azulado comenzó a recordar las tantas veces que había tenido que hacer lo mismo.

Para cuando se dio cuenta, ya había llegado a la habitación y sin perder ni un instante, entró.

Allí le esperaba una imagen que con el transcurso de los años, ya le era común.