HARRY POTTER Y EL LADRON DE ALMAS

Capitulo 8: Acercamiento

Pasaron las semanas. La clase de pociones de ese día transcurría con normalidad. Draco y Harry trabajaban juntos en un proyecto. Snape les había advertido que iba a contar un alto porcentaje para la nota, así, todos trabajaban muy concentrados en sus calderos.

-Potter- le llamo en voz baja Draco.

-¿Qué quieres?

-He conseguido que Snape te deje ver los libros.

-¿En serio? Eso es todo un milagro.- dijo con sarcasmo.

-Pero no me deja sacarlos. Así que tendrás que venir a mi sala común.

-¿Qué? No estás hablado en serio.

-Muy en serio. Eso o nada.

-¿No se molestaran los otros?- preguntó no muy convencido.

-Para que no pase eso, lo haremos mañana que hay salida a Hogsmeade. Yo me encargare de que los pequeños no molesten.

-Si no hay más remedio....

-Si de verdad quieres ver los libros, no, no lo hay. Quedamos después del desayuno y vamos juntos. Aunque supongo que ya debes saber el camino.

-¿Qué insinúas?

-Tú lo debes saber mejor que nadie.- La conversación no pudo terminar ya que sonó el timbre y Draco salió rápidamente del aula.

-Pero...- "¿Sabrá lo que hicimos Ron y yo en segundo?" Harry prefirió no preocuparse por ello y fue a buscar a Ron y Hermione.

Draco espero en la entrada a sus amigos. Últimamente, estar cerca de Potter lo ponía nervioso. Y a él le molestaba estar nervioso, eso es algo que no podía controlar, y Draco odiaba no poder tener algo bajo control porque eso le hacía sentirse inseguro y esa sensación, definitivamente, no le gustaba nada. No, no iba a perder los nervios ante él. Tenía que calmarse. No podía permitirse hacer el ridículo delante de él ni de cualquier otra persona.

El rubio siguió a sus compañeros que hablaban del partido del día anterior contra Ravenclaw. Él no los escuchaba. Estuvo perdido en sus pensamientos hasta que llegaron a su Sala Común. Draco tomo asiento en la mesa donde se colocaban siempre, dispuesto a hacer los deberes de ese día, pero cuando miró a sus compañeros vio que lo observaban curiosos.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué me miráis así?- preguntó intrigado.

-Hemos estado hablando. Cada vez te comportas más extraño.- dijo Pansy, a lo que Blaise, Vicent y Gregory asintieron.

-Ya se que te lo han dicho varias veces ya, pero nos preocupas. No eres él mismo.- añadió Vicent.- siempre te has comportado como el rey del colegio, el Príncipe de Slytherin, pero ya no. ¿Qué es lo que te ocurre?

-Es verdad, ni siquiera haces bromas con nosotros. No es lo mismo meterse con leoncitos si no estas tú.- Draco sonrió.

-Mira Draco. No te pedimos que nos cuentes que te pasa. Siempre has sido muy reservado en cuanto a tus asuntos personales y nosotros lo aceptamos. Solo queremos que nos escuches. Necesitamos a nuestro amigo de vuelta. Déjanos ayudarte.

-No podéis ayudarme, Blaise. Es una sensación que tengo hace mucho tiempo de que algo horrible va a pasar. No se como explicarlo.

-¿Es eso lo que te quita el sueño?- pregunto Gregory. Draco le miro sorprendido.- No me mires así. Los que compartimos cuarto contigo sabemos que pasas las noches en vela.

-Y cuando consigues dormir te asaltan las pesadillas. Te hemos oído gritar en sueños y retorcerte como si realmente te estuvieran atacando a ti. ¿Has hablado con Snape?

-Si. Se lo conté a principio de curso. Me dio una poción para dormir sin sueños, pero cada vez hace menos efecto. Dormido tengo esas pesadillas y despierto solo puedo pensar en ellas. No me dejan en paz nunca.

-Eso es porque te preocupas demasiado.- dijo Pansy.- tienes que relajarte y dejar de comerte tanto esa cabeza rubia que tienes. Y ¿qué mejor para relajarse que divertirse con sus amigos gastando bromas pesadas a los leones? Y ¿que mejor que pasar una noche pasional con tu mejor amiga?

-No insitas Pansy. No va a acostarse contigo. Cuando dijo que no le gustaban las mujeres iba por todas. También por ti.

-Que malo eres Blaise. ¿Como puedes romper de una forma tan cruel las esperanzas de un pobre chica inocente como yo?- continuó la chica de forma dramática.

-Pansy, ¿Inocente tu? Tienes tanto de inocente como de muggle.- añadió Blaise a lo que Pansy se hizo la ofendida. Draco rió de verdad. Hacia mucho que no se sentía tan a gusto. Sus amigos lo necesitaban tanto como él los necesitaba a ellos. – Por cierto, también hemos estado hablando de otra cosa.

-Si. ¿Queremos saber que esta pasando con Potter? Ya no lo insultas, ni hablas mal de él, ni nada. Al contrario, no dejas de mirarle. Si hasta se te cae la baba.

-Eso no es verdad.- intentó defenderse.- No exageres. Vale que no esta mal, nada mal... pero tampoco es para tanto.

-Déjanos dudarlo. Si hasta has convencido a Snape para que lo deje entrar aquí. Nadie que no sea Slytherin entra aquí y tú les vas a dejar entrar a él.

-¿Os molesta? Si queréis le digo que no.

-No es ese el problema. Haz lo que quieras. Lo que quiero que admitas es que estas loquito por él.- dijo Pansy emocionada.- Dilo, venga. ¿Os imagináis el Príncipe de las serpientes con el rey león?

-No digas tonterías, Pansy. Y vosotros no os riáis. No tiene gracia. Y no, no me gusta.

-Dragoncito no nos mientas.

-Bueno tal vez me guste un poco, pero muy poco. Es Potter por el amor de dios.

-Pues si no lo quieres para ti, me lo puedo quedar yo ¿no?- preguntó Blaise.- hace mucho tiempo que no juego con nadie.

-haz lo que quieras. Ya he dicho que me da igual.

-Mira que llegas a ser testarudo. Tampoco estamos diciendo que estés enamorado de él. Necesitas divertirte ¿No? pues hazlo con él.- Draco pensó un rato. Por un lado Blaise tenía razón, pero por otro lado, se trataba de Potter.

-Tal vez tengáis razón.

Remus Lupin llamó a la puerta del despacho de Andrei. La puerta se abrió y una voz lo hizo pasar. Remus entró y se acercó a la mesa donde estaba. Tenía varios libros tirados por la mesa y él tenia la cabeza sobre ellos en señal de derrota.

-Arriba ese animo. He venido a ver si quieres tomar algo conmigo. Me siento un poco solo aquí.

-Creo que aceptare. Siéntate.- Remus hizo lo que le decía y llamaron a un elfo para que les trajera algo para beber.

Estuvieron hablando de cosas banales: quidditch, las clases, los libros que habían leído, la música que les gustaba... Así les pasaron las horas y se levantaron para bajar a cenar.

-Andrei, olvídate de él, solo va ha hacerte más daño.

-No estoy así por eso, pero tienes razón. Muchas gracias, Remus, me has ayudado más de lo que crees.

-No es nada. La verdad es que me gusta tener alguien con quien hablar.

-Sí, es bueno estar acompañado.

Cuando llegaron al gran comedor se sentaron en los sitios libres que había al lado de Severus. Se saludaron con un seco "buenas noches", como solían hacer desde hacía unas semanas y se pusieron a cenar sin decirse nada más ni mirarse entre ellos. Remus, de vez en cuando, decía algo para romper ese incomodo silencio, pero las conversaciones no duraban mucho.

Finalmente, cuando Severus iba a macharse, Andrei lo cogió del brazo para que se esperara un momento y en voz bajo para que no le escucharan le dijo:

-El otro día estuve pensando en ese tal Edick y recordé a un hombre que vi hace mucho en unos de mis viajes. Encaja con la descripción que me habéis dado de él y si n recuerdo mal, también tenía este nombre. He enviado un mensaje a unos amigos de allí para que me manden una foto o un retrato de él y toda la información que tengan. A ver si con suerte es el mismo y adelantamos un poco.

-Está bien. Cuando lo tengas ven a verme.

-No creo que tarde mucho. Ya iré cuando sepa algo.

-Si no tienes nada más que decirme, me voy.

-Espera un momento.

-¿Qué quieres? Tengo prisa.-dijo secamente.

-Tenemos que hablar. Llevamos varias semanas sin hablarnos. Parecemos niños. ¿No crees que ya va siendo hora de que arreglemos las cosas? ¿Es qué no podemos ser amigos?

-Sí, supongo que si podemos. Yo siento lo de ese día. No debí besarte.- dijo Severus.- fue culpa mía.

-Lo se, tuviste un impulso y te dejaste llevar. Ya esta todo olvidado- mintió Andrei.

-Ahora si que me voy. Mañana nos vemos.

-Hasta mañana.

Remus, que había escuchado toda la conversación, sintió una especie de celos. Le había dado rabia que volvieran a hablarse. Él lo interpreto como que no quería que le pasara nada malo a su amigo, pero en el fondo sabía que esa no era la única razón.

Harry despertó animado. Esa mañana había quedado con Malfoy para ir a mirar los libros. Nunca imaginó que se alegraría de tener que hacer un trabajo y aún menos con Malfoy, pero en esas últimas semanas su relación había mejorado. Ya no se metía tanto con él y incluso a veces era amable, en ocasiones muy puntuales claro esta. Aunque no había perdido su típica arrogancia, pero sin ella ya no sería Draco Malfoy, eso es lo que pensaba Harry

-Por fin, ya tenía ganas de ir a Hogsmeade.- dijo el pelirrojo una vez cambiado.- ¿Todavía estas así? Cambiate, sino no podremos aprovechar el día.

-¿No te lo dije ayer?- preguntó Harry despistado.- se me debió olvidar. No voy a poder ir. He quedado con Malfoy.

-¿COMO?- gritó Ron- Es la primera salida. Hemos estado esperándola desde que empezamos y ahora no vienes.

-Perdóname Ron, pero es que tenemos que mirar unos libros en su Sala Común, ya te hable de ellos, y hoy es el mejor día, no va a haber casi nadie.

-Últimamente parece que te gusta mucho estar con él, más que con nosotros.

-No digas eso. Sabes que no es verdad.

-Podías haber quedado otro día.- le reprocho.

-Otro día estaría llena de serpientes. Mejor hoy que habrá poca gente. Siento no habértelo dicho antes, pero me entere ayer.

-Da igual. Nos vemos cuando volvamos. Voy a buscar a Hermione.

-Adiós.

Harry se vistió sin muchas prisas. La conversación con Ron le había chafado un poco. No le gustaba que su amigo se enfadara con él, pero es que a veces era tan cabezota...

Bajo a desayunar y se cruzó con una mirada plateada. Sintió que podía perderse en ella y no lo importaría. Desayuno sin dejar de mirar hacia aquella mesa hasta que vio que Malfoy se marchaba. Sin terminarse lo que quedaba en el plato salió detrás de él.

-Potter.- saludó el rubio con un gesto de cabeza.- ¿Vamos?

-Como quieras.

Harry siguió a Draco hacía la Sala Común de Slytherin. Recorrieron el mismo camino que había hecho con Ron cuando se transformaron en Crabe y Goyle para descubrir quien era el heredero de Slytherin. Realmente la aventura no resultó como esperaban, Malfoy no les dio ninguna pista de quien podía ser.

-Drache schwars- susurro Draco cuando llegaron a la entrada. Harry se quedo parado cuando la puerta se abrió, no estaba muy seguro de querer entrar allí.- Puedes entrar. No hay nadie dentro.

-Si, ya voy.- el moreno se apresuro a entrar y la puerta se cerro tras él.

Draco fue hacía una librería llena de libros que había en una de las paredes y le hizo un gesto al otro para que se acercara. Harry quedo sorprendido al ver aquellos libros tan antiguos. Debían ser más viejos, incluso, que el casillo donde estaban.

-Mira, son estos.- Draco cogió una pila de libros y los dejó sobre la mesa más cercana.- Deben haber más, pero no los he mirado todos.

-¿tenemos que leernos todos estos libros?- preguntó mirando la grosura de cada uno.- Son muy gordos, no acabaremos nunca.

-No hace falta que los leas enteros. Si ves algo interesante, lo lees, sino, lo pasas.

-Esto va a ser más duro de lo que creía.- dijo suspirando.

-Esto te pasa por pasarte el día haciendo el vago con tu amigo el pobretón.

-No llames así a Ron. ¿Qué te ha hecho para que lo trates así?

-Simplemente existir. Además, él tampoco se queda corto a la hora de insultar.

-Eso es porque tú siempre lo provocas.

-Lo que tú digas. A parte, no se porque lo defiendes tanto. Antes estaba echando pestes de ti. Lo escuche cuando baje a desayunar.

-Se ha enfadado porque le prometí que hoy iríamos a Hogsmeade. Y, en vez de eso, me quedo aquí y contigo.- explico defendiendo a su amigo.- Tiene derecho a estar enfadado.

-Por eso me ha mirado tan mal cuando nos hemos cruzado.-se dijo a si mismo.- Si de verdad fuera tu amigo no se hubiera enfadado por esa tontería.

-Tú que sabrás sobre que es un amigo de verdad.- dijo entre dientes.

-Pues mucho. Gracias a dios, tengo grandes amigos que no se enfadan porque prefiero quedarme a hacer un trabajo que irme de fiesta. A tu amigo le da rabia que este conmigo porque tiene miedo de compartirte, te quiere para él solo. Es todo un honor para él ser el mejor amigo del Salvador del mundo. Enterate, tu querido amigo es un egoísta que solo piensa en sus intereses.

-No voy a permitir que hables así de él. Ron no es amigo mío solo por mi nombre. Él no es como tú, que solo me ofreciste tu mano cuando supiste quien soy. Debió fastidiarte mucho que alguien te rechazara tu que siempre lo has tenido, ¿no? y, encima por un Weasley.

-No te creas tan importante Potter.- dijo el rubio en un tono peligroso.

-No se como pude llegar a pensar que podríamos estar un rato sin discutir.

-Yo solo he hecho un comentario, eres tú el que lo ha liado todo.

-Encima la culpa va a ser mía. Lo que me faltaba.

-Deja de auto compadecerte y ponte a trabajar.

-Ya va, tranquilo.

Harry cogió el primer libro que encontró y se puso a hojearlo. No sabía que tenían que buscar exactamente, pero estaba seguro que no se lo iba a preguntar a su compañero. Le hacía sentirse como un inútil.

Pasaron algunas horas en las que no habían parada ni un momento para descansar. Harry cansado, dejo el libro a un lado y se levantó para estirar las piernas.

-¿Qué haces?- preguntó Draco.

-Descansar un rato. Tengo la cabeza que me va a explotar.

-Si, es verdad. Ya llevamos mucho rato. Creo que deberíamos parar hasta la tarde.

-Y ¿Qué hacemos ahora?

-No se. Dentro de un rato un elfo traerá la comida aquí. Si quieres quedarte seguro que habrá para los dos.

-No tengo nada mejor que hacer, se han marchado todos.

-Creí que te habías enfadado conmigo.

-Ya se me paso. Eres un caso perdido. No espero que seas capaz de hablar bien a alguien que no seas tú.

-Me ofendes Potter.

-Llámame Harry.

-Está bien, Harry.- dijo remarcando el nombre del moreno.-Supongo que no será ningún problema que tú también me llames por mi nombre. Eso sí, solo cuando no haya nadie delante.

-Que colgante más extraño.- exclamo Harry al ver el colgante que llevaba Draco. Eran dos serpientes de plata entrelazadas sobre un fondo verde.- ¿Qué significa?

-No lo se. Creo que es el símbolo de alguna familia o de alguien. Me lo encontré enterrado en el jardín de mi casa, me gusto y me lo quede.

-Típico Slytherin

En ese momento llego un elfo con una bandeja de comida. Draco le pidió que trajera un plato más para Potter y en unos minutos ya estaban comiendo.

-¿Puedo hacerte una pregunta? Es un poco personal- pidió Harry cuando ya estaban terminando los postres. Le daba un poco de vergüenza hacer esa pregunta y, todavía más a él, pero le interesaba mucho la respuesta.

-Claro, pero no te prometo que vaya a responderte.- dijo el rubio intrigado.

-¿Tú... tú eres... gay?- pregunto ruborizándose nada más terminar.

-¡AH! ¿Era eso? Es por lo de aquel día en los vestuarios, ¿no?- dijo recordando aquel momento, en especial el cuerpo del otro chico.

-No, bueno si, bueno...

-Tranquilo, no muerdo, por lo menos no siempre-añadió sonriendo provocativamente, cosa que puso más nervioso a Harry.

-La verdad es que corren rumores sobre eso.

-Corren muchos rumores sobre mí, igual que sobre ti. ¿Tú que piensas?

-No lo sé. Por eso pregunto.

-Yo creo que está muy claro. Si, lo soy. ¿Tienes algún problema con ello?

-No, ninguno.- "Todo lo contrario."

-Pero más importante ¿Tu lo eres?- "Di que sí, di que sí."

-No estoy del todo seguro.- contesto tímidamente.

-Y por eso querías saber si yo lo era. Para que te ayude. Si tú problema es lo que van a pensar de ti, te puedo decir que aunque no este muy visto por todo los magos, esta mejor que en el mundo muggle.

-No es por eso. Simplemente es que no lo se.

-¿No has estado nunca con un chico?- Harry negó con la cabeza. "Esto va a ser más fácil de lo que pensaba", se dijo Draco.- ¿Y con alguna chica más a parte de Chang?

-Con Susan Bones y Giny.

-Con que la Weasley. Así que lo consiguió al final. Y ¿Qué sentiste con ellas?

-No sabría que decirte. No tengo con que comparar.- dijo de manera insinuante.

-Eso puede tener fácil solución.- Draco miro a los ojos verdes que tenia delante y fue acercando su rostro al de Harry. Cuando sus labios se estaban rozando, un ruido les sobresaltó y se separaron. La puerta de la Sala Común se abría dejando paso a un grupo de segundo. Los niños se quedaron parados mirándolos.

-¿Que miráis?- les gritó enfadado. Los chicos bajaron la cara asustados y se fueron a sus habitaciones.-

Los mato.- dijo Draco en voz baja para luego dirigirse a Harry.- Coge algunos libros.

-¿Donde vamos?

-A mi habitación. Ahora empezaran a venir todos los pequeños. Ya debe estar al terminar la comida. A media tarde volverán a irse. Cada fin de semana hacen lo mismo.

Harry cogió los libros y subió las escaleras detrás de Draco. No sabía si estaba más nervioso porque habían estado a punto de besarse o sí porque al final no lo habían hecho. Ahora no sabía que pensar ni como comportarse ante el rubio. Se sentía inseguro muy, muy nervioso. Solo podía pensar en ese roce de labios y eso ojos. Ahora que los había visto más de cerca le habían impresionado.

"Como Ron se entere de que estoy pensando esto de Malfoy, nuestro eterno rival, pensara que estoy para encerrarme en San Mungo.", pensó con una sonrisa triste. "Seguro que se enfadaría y estaría semanas o meses sin hablarme."

Draco, por su lado, también pensaba en ese beso o casi beso. No podía creerse que hubiera estado tan cerca y que por culpa de esos mocosos tan oportunos...

"Malditos niños, se van a enterar de quien es Draco Malfoy. Tan cerca que estaba y nada. Espero que no se eche atrás. Por lo menos sé que no le soy indiferente. Habrá que volver a intentarlo y esta vez lo conseguiré."

Continuara...

Nota: Hola!! Espero que os guste este capitulo y me dejéis vuestros comentarios. Pronto empezara la acción entre Harry y Draco, y entre Remus y Andrei. También, en el siguiente capitulo empezara a revelarse el misterio de los niños, en este ya hay alguna pista que hace referencia al prologo (ver colgante de Draco). Si alguien tiene alguna sugerencia, las acepto de buen grado.

Gracias a todos lo que me habeís dejado reviews, me animan mucho.