Capitulo 2: La marca tenebrosa

Ron subió a la mesa y se acostó boca abajo. Malfoy se acercó y se sentó en el borde de la mesa — Vamos Weasley, coopera un poco mas y ponte boca arriba

Ron así lo hizo. Malfoy lo miró sonriendo burlonamente, luego volteó hacia la puerta y con un movimiento de varita puso el seguro.

— Recuerda, Weasley, mas vale que esto me guste o si no tu amiguito sufrirá las consecuencias, además, si le caes con el chisme a alguien, haré que mi padre despida al tuyo.

Ron guardó silencio y apretó los dientes cuando Malfoy puso su mano sobre su cuello.

— De ahora en adelante cada que juguemos me llamarás "amo", "señor", o cualquier titulo nobiliario a los cuales soy acreedor por ser un Malfoy¿entendiste, tonto?

— ...Si — gruñó Ron

— Si¿qué?

— Si, entendí, señor

— Perfecto — Malfoy sonrió justo antes de agacharse a besarlo. Ron, para evitar soltarle un golpe a Malfoy, se agarró con ambas manos del borde de la mesa. Malfoy comenzó a desabrochar la camisa de Ron, y comenzó a besar su torso. Ron cada vez sentía mas odio hacia Malfoy, pero en su mente apareció el rostro de Harry... tenía que aguantar por él.

Malfoy le quitó completamente la camisa, al igual que él se quitó la suya. Luego le bajó los pantalones a Ron, el cual solo tenia una frase en su mente "Harry, esta es por ti". Malfoy se quietó el pantalón, y luego le quitó el boxer a Ron.

— Vaya, Weasley, si tanta falta te hace el dinero¿por qué no te prostituyes, créeme que sacarías buena lana.

Ron apretó mas los dientes y se agarró tan fuerte de la mesa que la madera comenzó a hacerle daño, tenía que aguantar las ganas de soltarle un golpe a Malfoy. Malfoy se quitó la trusa negra.

— Weasley, tengo una mejor idea — dijo Malfoy acostándose al lado de Ron — ¿por qué no haces algo bueno con esa boca tuya además de mantenerla con esa mueca de "guack"?

Ron se levantó de la mesa y vaciló. Esto era demasiado... sin embargo volteó a ver el cuerpo tendido de Harry... "esta va por ti"...

Ron introdujo el miembro viril de Malfoy en su boca y comenzó a succionar. Malfoy comenzó a gemir de la excitación, hasta que se vino justo dentro de la boca de Ron. Ron sintió un asco terrible y decidió escupir a un lado. Malfoy tenía los ojos cerrados, cuando de rubito los abrió.

— Estuvo bien, Weasley, creo que después de todo te mereces un premio por ser un buen compañero de juegos, ponte de rodillas y agáchate.

Ron hubiera preferido como premio irse de ahí con Harry, pero en vez de eso, Malfoy lo obligó a chuparle dos dedos, hasta que quedaran completamente húmedos, luego Malfoy los introdujo en Ron para que así el chico quedara húmedo, luego lo penetró. Ron no pudo reprimir un grito cuando el miembro de Malfoy dio contra su próstata. Malfoy comenzó a moverse dentro de él, haciéndolo gemir. Ron sintió a Malfoy venirse dentro de él mientras él mismo se venía sobre la mesa.

Malfoy se levantó y se bajó de la mesa, se vistió y luego miró a Ron — no está mal, Weasley — dijo acercándose a él — ahora... — Malfoy apuntó su varita hacia Ron, el cual instintivamente retrocedió a buscar su varita, pero Malfoy lo detuvo — alto, no te voy a hacer daño, solo voy a marcar mi territorio — Malfoy hizo un movimiento de varita y las palabras "Este juguete es propiedad de Draco Malfoy" aparecieron en el costado izquierdo de Ron — bien, cada que sientas que la marca te quema, es porque tienes media hora para desocuparte de lo que sea que estés haciendo y vayas a buscarme, luego te daré las instrucciones de cómo encontrarme. Por cierto, mañana por correo te mandaré tu uniforme en un paquete negro con un sello de lacre verde. Quiero que te pongas ese uniforme cada que yo te mande venir. Bueno, hasta la próxima — Malfoy se acercó y lo volvió a besar en los labios dándole una palmada en el trasero. Malfoy ya se alejaba cuando le tiró una bolsita morada — toma, es para que Potter despierte.

Malfoy salió de la habitación. Ron se vistió, al principio en silencio, luego comenzó a llorar... pensando "lo que hago por alguien que nunca me va a amar..."

Capitulo 3: Marcado...

— Harry, Ron¿dónde han estado, estaba muy preocupada por ustedes!

— Tranquila, Hermione — la tranquilizó Harry — lo que pasa es que me desmayé

— ¿te desmayaste?

— Si — dijo Ron — lo encontré tirado en las regaderas, me costó mucho trabajo llevarlo hasta la gran escalera, que fue donde despertó

— Pero que bueno que ya estas bien — suspiró Hermione aliviada

— Si, pero ¿por que me habré desmayado? — preguntó Harry sin dirigirse a nadie en particular — no me sentía mal, ni nada, y de repente me caí.

— Deberías ir con la señora Pomfrey, y de pasada llevar a Ron, está muy pálido.

— Qué, no, nada , estoy bien — aseguró Ron — solo que me cansé un poquito de carga a Harry hasta la gran escalera

— Pero si te ves más que cansado! — observó Hermione — además tienes un color muy insano de cara¿en serio te sientes bien?

— Solo tengo tantitas ganas de vomitar, pero ahorita se me pasan

— Eso espero, ya es hora de cenar, así que bajemos al comedor

Los tres chicos bajaron a cenar, aunque en realidad solo dos de ellos hayan cenado realmente, porque Ron se sentía sin apetito.

Justo iban saliendo del gran comedor cuando se toparon con Malfoy, que por accidente chocó contra Hermione

— Guack! — chilló Malfoy — que asco, me voy a tener que bañar otra vez, y probablemente queme esta túnica.

— No seas chillón, Malfoy — respondió Harry — si de eso se tratara, probablemente tendríamos que ponernos un encantamiento anti-bacterial para no tener que encontrarnos contigo.

— Tampoco es un placer para mi deshacerme de mis túnicas cada que por accidente choco contra un sangre-sucia, pero algo que no soporto es que me hagan caras, Weasley

Todos voltearon a ver a Ron, el cual había adquirido un color blanco cetrino y tenía la cara completamente desencajada.

— ¿Ron¿te sientes bien? — preguntó Hermione

— Ja — rió Malfoy — parece que Weasley tiene un ataque de pánico, no se preocupen, se le pasará apenas vomite o se orine en los pantalones.

Harry lanzó una mirada de odio hacia Malfoy, y con la ayuda de Hermione intentó llevar a Ron a la enfermería, pero éste se rehusó, diciendo que ya se sentía mejor y que solo quería dormir un poco.

Llegando a la sala común, los chicos se sentaron cerca del fuego, donde varios chicos de quinto y sexto se juntaban a hacer sus tareas, los únicos que ahí sobraban por ser mayores eran Harry, Ron, y Hermione. En efecto, los tres chicos ya estaban en su ultimo año de Hogwarts, y tenían preparase para cuando salieran del colegio buscar un trabajo.

— Yo no sé aun si voy a quedar como Moody... — se quejaba Harry — la verdad es que todavía tengo dudas sobre lo de ser auror, digo, no es que ame mi rostro, pero tampoco me gustaría que le faltara un cacho a mi nariz... bueno, ya se va haciendo tarde y estoy cansado, con su permiso, ya me voy a dormir.

— Buenas noches, Harry — dijeron al mismo tiempo Ron y Hermione.

Apenas desapareció Harry, Hermione se acercó un poco mas a Ron y en voz baja le preguntó — ¿qué tienes?

— ¿qué tengo de qué?

— ¿que te sucede, te noto raro.

— raro, no, no es nada... — mintió Ron

— anda, puedes contarme

— en serio, no es nada

— ...bueno, como quieras. A través de los años he aprendido que razonar contigo es como intentar razonar con una mula.

— gracias por la linda comparación — dijo sarcásticamente Ron — en serio, el aprecio es mutuo

— es que ¿qué quieres que te diga, desde hace rato andas raro: cuando regresaste con Harry traías los ojos rojos, y hace un rato casi te desmayaste frente a Malfoy.

Ante la sola mención de ese apellido, Ron pasó saliva — lo que pasa es que me sentía un poco débil porque no cené.

— De eso también me di cuenta¿porque no cenaste?

— No tenia ganas¿ya? — gritó Ron — ¡deja de estar como mi madre, Hermione!... mejor ya me voy a dormir.

Ron se fue hacia el dormitorio de los chicos, donde estaban todos sus amigos aun despiertos celebrando la victoria de Gryffindor. Ron estaba demasiado cansado como para seguirles la fiesta y mejor tomo su pijama para cambiarse. Ya se disponía a quitarse la camiseta cuando recordó la marca de Malfoy, así que mejor fue al baño a cambiarse. Al llegar cerró la puerta con seguro y luego se quitó la camiseta y se miró al espejo. Ahí seguía la marca de Malfoy, Recordó cada cosa que había pasado, sintiéndose cada vez mas y mas miserable, lloró nuevamente.

Ron salio del baño con el pijama puesto. Todos los chicos ya se habían acostado, menos uno.

— ¿Cómo sigues, Ron? — preguntó Harry

— Ya mejor, gracias

— Te vez raro

— ¿raro, no me digas que tu también vas a empezar como Hermione

— No, solo que...

— Sólo que ¿qué?

— me preocupo por ti

— en serio, no es nada...

Harry se acercó hasta quedar frente a Ron — no te creo... — ,Harry le dio un almohadazo, el cual fue a darle de lleno en la cara y lo tumbó en la cama — Ya dime! — rió Harry — soy tu amigo, se supone que no debemos de guardarnos secretos!

— Eso es porque no hay secretos! — rió Ron.

— Olvídalo, me voy a dormir. — dijo Harry acostándose en su cama y se durmió.

Ron también se acostó en su cama, aun sonriendo. No podía dejar que Malfoy arruinara la sonrisa de Harry...

Capítulo 4 : Der Morgen danach (la mañana despues)

A la mañana siguiente los chicos se encontraban desayunando animadamente waffles. Ron había hecho una torre de doce waffles y los había bañado en miel de maple.

— Vaya, veo que despertaste con mejor apetito — observó Hermione.

— Un campeón necesita un desayuno de campeón — respondió Ron tomando el tenedor

Lo que esa mañana aconteció allí realmente fue un record Guinness de tiempo. Apenas habían pasado cinco minutos cuando Ron ya se había acabado sus doce waffles.

— Ah, ya estoy contento — dijo Ron sobándose el estómago.

— En ese caso ¡qué depresión traías! — respondió Harry.

En eso, una lechuza negra llegó a la mesa de Gryffindor y le entregó a Ron un paquete negro. En seguida la lechuza negra emprendió el vuelo. Ron miró el paquete negro, el cual tenía un sello de lacre verde con una serpiente, y sintió que iba a vomitar de regreso los doce waffles.

— ¿qué es eso, Ron? — preguntó Hermione interesada.

— Ábrelo — sugirió Harry.

Ante el sólo pensamiento de lo que podría pasar si todos vieran el contenido del paquete, Ron abrazó el paquete para que nadie lo pudiera tomar y dijo — No, mejor luego yo lo abro solo.

— ¿Por qué, queremos saber!

— Luego les digo, en serio, ahorita mejor ya me voy — dijo Ron y se levantó de la mesa. Mientras salía del gran comedor, volteó furtivamente hacia la mesa de Slytherin y alcanzó a ver a Malfoy sonriendo fríamente.

Llegó a la sala común y en seguida se fue hacia los dormitorios de los chicos, en donde se encerró. Se fue hacia su cama, se sentó y comenzó a abrir el paquete. De él salieron una camiseta blanca sin mangas, un short negro muy pequeño que tenía cierres en los lugares mas extraños y que tenía tirantes, unas calcetas de cuero negro que le llegaban a medio muslo, unas botas negras, unos guantes negros hasta la mitad del antebrazo y un collar de perro. También sacó dos pedazos de pergamino. Uno tenía la letra de Malfoy, y comenzó a leerlo:

" Éste será tu nuevo uniforme, cada que te llame lo debes traer puesto. El otro pergamino está hechizado para guiarte hacia donde yo te estaré esperando. Te recuerdo que tienes media hora para atender a mi llamado, mientras más te tardes, mas te arderá la marca que te puse, y si en media hora no has venido, la marca se hará permanente, haré que Potter se entere de todo y tu padre será despedido del trabajo"

Ron tiró el pergamino hasta un rincón y de un hechizo lo quemó hasta las cenizas. Luego se quedó ahí, sentado al borde de la cama, agachado, cuando en eso sintió que algo le quemaba en el costado izquierdo y comenzó a convulsionarse.

Harry y Hermione vieron salir a Ron casi corriendo del gran comedor. Ambos se miraron.

— ¿que tendrá el paquete? — preguntó Harry

— No sé... pero debe ser algo muy importante para que ron no quiera abrirlo frente a todos... en especial frente a nosotros, que somos sus amigos.

— Desde ayer se ve raro... como ido.

— ¿Te diste cuenta de que desde ayer trae los ojos rojos?

— No me he fijado... ¿tu crees que...?

— ¿qué?

— ¿que Ron esté consumiendo drogas?

— Por favor, Harry! — exclamó Hermione — créeme que Ron sería incapaz de... pero, ahora que lo dices... la verdad no lo sé... ¿qué tendrá el paquete?

—... ¿qué tendrá Ron?

En silencio terminaron de desayunar y decidieron regresar a la sala común para ver cómo estaba Ron y para ver si podían averiguar algo acerca del misterioso paquete negro. Acababan de llegar al cuadro de la señora gorda cuando éste se abrió de repente y salió Ron con un con un pants, un suéter de cuello alto y una túnica encima, en la mano traía un pergamino que venía examinando.

— Hola Ron — saludó contenta Hermione.

Ron pareció sobresaltarse — ah, Hola — dijo y con la mano libre se agarró el cuello del suéter y lo jaló hacia arriba.

— ¿a donde vas? — preguntó Harry.

— voy... a pasear por los jardines, aún me siento un poco mal, y quisiera tomar algo de aire.

— te acompaño — dijo Harry

— eh... no, gracias, yo puedo ir solo, además tienen que hacer los deberes...

— No hay problema, los hago después.

— yo puedo ir solo, gracias — dijo Ron tajantemente

— ¿por qué no quieres que Harry te acompañe, Ron? — preguntó Hermione

— Porque quiero estar solo para pensar un rato¿si'? — gritó Ron. Luego puso cara de tristeza — perdón por gritarles, pero... últimamente no ando bien... no sé que me pasa... discúlpenme — Ron se fue corriendo, dejando a los chicos mas desconcertados que antes.

Ron contuvo la lagrima que había estado a punto de correr por su mejilla y miró hacia atrás para ver si sus amigos, lo seguían, pero los vio entrar por el retrato de la señora gorda, luego se volvió a concentrar en el pedacito de pergamino. La flecha de tinta, que hasta hace un momento estaba recta, comenzó a girar hacia la derecha, hasta que al pasar por un pasillo la flecha apuntaba directamente hacia él. Siguió así la flecha del pergamino hasta llegar a las mazmorras, donde caminó hasta una habitación donde normalmente se guardaban bancas viejas. Al entrar, la flecha se convirtió en un punto de tinta y desapareció del pergamino. Ron guardó el pergamino en la túnica, luego se quitó ésta, el pantalón y el suéter, revelando el uniforme.

Una fría voz desde las sombras le indicó — acércate —. Ron hizo de tripas corazón y caminó hacia el lugar de donde venía la voz, luego la voz dijo — incendio — y un fuego tenue iluminó las sombras. Malfoy pasó la varita mágica con aquel fuego por varias velas que fue soltando para que flotaran en el aire, hasta que la sala quedó completamente iluminada. Malfoy estaba sentado rodeado de cojines en una especie de diván con dosel.

Malfoy sonrió fríamente — vaya, el uniforme te sienta bien, aunque desentona un poquito con el rojo de tu cabello, ahora... acércate, títere —. Ron obedeció, y con movimientos muy lentos se paró frente a Malfoy — arrodillare — ordenó Malfoy — Ron así lo hizo, y dejó que Malfoy le pusiera una correa en el collar de perro. — Haz sido un niño malo... — sonrió Malfoy — eres demasiado obvio y tus amigos casi te descubren... debería castigarte¿tu qué opinas?

Ron guardó silencio

— Te he hecho una pregunta!

Ron bajó la vista — No lo sé... señor

— ¿No lo sabes? mmm... si no fueras prefecto, probablemente tendría que bajarte puntos, pero entre prefectos no es posible. De todas maneras, me gustaría que recordaras que fuera de aquí me debes de tratar como si no sucediera nada¿entendiste, títere? — rió Malfoy mientras jalaba un poco la correa.

— ...Si... señor — dijo Ron apenas pudiendo respirar.

Malfoy sonrió y lo jaló encima del diván y amarró su correa en uno de los pilares del dosel. Malfoy se desvistió y besó a Ron. Ron apretó los puños, temiendo lo que vendría después. Y estaba en lo cierto: Malfoy jaló la correa, obligando a Ron a succionar su miembro como la primera vez... igualmente Malfoy quedó complacido y lo recompensó como la primera vez, y Ron supo entonces porqué el short del uniforme tenía esos dos cierres en lugares donde Ron pensó que eran lugares "inusuales"

Hermione salió por el retrato de la dama gorda y se dirigió a los jardines, aun con millones de Runas antiguas dándole vueltas en la cabeza.

— Dios, algún día me voy a enfermar con tanta tarea — pensaba la chica mientras caminaba por los corredores y pasillos.

Salió por la puerta principal y fue hacia el lago, donde creyó reconocer unos cabellos rojizos. Se sentó al lado de su amigo, el cual ni lo notó.

— Ron... ¿estás llorando?

— ¡No te importa! — gritó Ron. Hermione cerró los ojos y pensó que lo mejor era irse, pero en ese momento Ron la abrazó y comenzó a llorar mas fuerte, murmurando — no te importa... no... no te importa... no son tus asuntos... déjame en paz...

— Ron, si me importa, si son mis asuntos porque soy tu amiga y porque... — Hermione tomo aire — porque... te quiero muchísimo, Ron, no sabes cuanto.

—... ¿Hermione?

— Ron, tu me gustas