(25 de abril de 2002). Sigo con muchas ganas de escribir y como estoy libre aprovecho y termino la primera parte de este fic. ¡Muchas gracias por leer y sus reviews!

Capítulo 2: 5 años después... (segunda parte).

- "Y entonces, ¡él me dijo que me quería y me invitó a salir!"

- "¿En serio? ¡No lo puedo creer!"

- "Tienes mucha suerte amiga, él es uno de los chavos más populares de la escuela"

- "No vayas a dejar ir esta oportunidad"

- "¡Claro que no! Especialmente porque dudo que nuestro chico se percate alguna vez de mi existencia"

- "¡Míralo nada más! Llevamos 6 meses viniendo diario a este lugar y no hemos salido de la rutina de ¿Les gustaría otro café?"

- "Bueno Naomi, antes de que te lances con tu nuevo prospecto, ¿qué te parece si le damos una última oportunidad a nuestro chico?"

- "Me parece bien"- la chica llamada Naomi buscó alrededor de la cafetería y cuando encontró a su objetivo levantó la mano- "¡Hey! ¿Me podrías traer otro café?"

Poco después se presentó frente a ellas su chico, el mesero. Vestía un delantal azul con las palabras "Café V-yomón" escritas en blanco sobre su camisa blanca y sus pantalones negros. Era de alta estatura y tenía el cabello y los ojos marrones-rojizos. EL gafete que portaba junto al corazón tenía escrito su nombre, Denis. El joven de 16 años sirvió el café a Naomi y preguntó con su voz tranquila.

- "¿Se les ofrece algo más?"

- "Tu teléfono Denis"- dijo Naomi sonriendo pícaramente. Denis la conocía bien, tenía más de 6 meses viniendo al café V-yomon y diario era lo mismo. Joey le había comentado que la chica era linda y que debía darle una oportunidad, que tenía que seguir con su vida, pero Denis aún no deseaba hacer eso...aún no perdía las esperanzas de volver con ella.

- "Si necesitan algo más llámenme. Por lo pronto les voy a preparar la cuenta"- dijo Denis ignorando el comentario de la chica y volviendo a la parte trasera de la cafetería. Este lugar era el negocio de su padre y Sora, el cual tenía 4 años de trabajo ininterrumpido. Denis trabajaba como mesero ya que así podía ganar dinero suficiente para material de arte. Había decidido ser pintor después del moderado éxito que tuvieron sus ilustraciones en el libro de TK Takaishi, y por lo tanto practicaba siempre que podía, aunque la escuela y las prácticas no le dejaban mucho tiempo.

En la parte trasera de la cafetería se encontraba Joey Kido, quien era el encargado de la caja. Joey seguía siendo un chico un poco malhumorado y a veces decía las cosas sin pensar pero la mayor parte del tiempo se controlaba. Le encantaban las fiestas (como a cualquier chico de 17 años) y deseaba ser piloto aviador, para sorpresa de su padre. Joey había encontrado mucho apoyo durante los últimos años en Gomamón y en sus nuevos amigos, especialmente Sara y Denis. Otro motivo de alegría para el chico era que su padre había recuperado la movilidad años antes gracias a una operación. Joe Kido no podría competir en las Olimpiadas pero por lo menos podía moverse a paso tranquilo con la ayuda de un bastón. De hecho, en la compañía ya le estaban dando permiso de ir a las obras como asesor.

Joey observó al buen Denis acercarse a la caja con una mirada de desesperación y sabía la causa. Se acomodó el delantal, que era del mismo color que su cabello, parado en picos. Vestía lo mismo que Denis, después de todo ese era el uniforme.

- "Intento número 2539. ¿El veredicto?"- dijo Joey con una sonrisita burlona.

- "Negativo. Ella no me interesa"

- "Bueno, una cosa queda claro, las rubias no son tu tipo. Ni las morenas, ni las castañas"

- "Sólo las pelirrojas..."- dijo Denis mientras agachaba la cabeza.

- "Nadie sabe por qué diablos ustedes dos rompieron, pero sea lo que sea, por favor busca la forma de resolverlo. Detesto verte así"

- "Yo aún no lo entiendo Denis...fue algo tan tonto. Y lo más cruel es que por más que quiero alejarme de Sara para olvidarla, más cerca la tengo. Nuestros padres son socios y además..."

- "¡Hola Denis!"- dijo la vocecita de Jin Kamiya mientras entraba al local de la mano de su hermana mayor Sara, quien vestía una falda negra y una camisa blanca. Tenía el cabello rojo peinado en un chongo con unos palitos- "¿Está Ködai?"

- "El demonio está arriba"- dijo Denis de modo indiferente, mirando de reojo a Sara, quien también desvió la mirada hacia Joey.

- "Saluda a Joey"- ordenó a su hermana.

- "Hola Joey"- dijo la nena

- "Hola Jin, adelante"- dijo el chico mayor haciéndose a un lado para que la niña entrara al interior de la cafetería, donde estaban las escalera que conducían al departamento de los Motomiya. Seis meses después de que abrieron el local, Davis decidió mudarse al depto. de arriba, para mayor control del negocio.

En cuanto se fue la niña, Denis se dio la vuelta y se alejó.

- "Creo que me llaman, con permiso"- y se fue, dejando solos a Joey y Sara. La chica tomó uno de los delantales y se lo colocó para iniciar su labor como mesera.

- "Y bueno Sara, ¿qué me cuentas de nuevo?"- Sara alzó los hombros.

- "Nada interesante...bueno, sí. Pero tengo que hablar contigo a solas. ¿Qué te parece si nos vemos en mi casa al salir?"

- "Me parece bien. ¿es sobre?"

- "¿Él? Claro que no Joey. Denis está fuera de mi vida. Tengo que olvidarlo, aunque lo tenga más cerca que nunca"- y dicho y hecho se alejó rumbo a una mesa. Joey observó a sus dos testarudos amigos y sólo murmuró.

- "Ellos dicen que tienen que olvidarse...me pregunto si eso es lo que realmente quieren..."

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Jin Kamiya entró corriendo al departamento de los Motomiya, donde encontró a su primo de 5 años, Ködai, enfrascado en un videojuego virtual. Traía puesto un casco y unos lentes oscuros.

- "¡Ködai!"- gritó, pero el niño no le hizo caso y siguió gritando y gimiendo.

- "¡El monstruo! ¡Me va a atacar!"- murmuró Ködai mientras hacía piruetas y movía las manos como si quisiera golpear algo. Jin se desesperó y desconectó el aparato.

-"¿Qué pasó?"- preguntó el niño en voz alta.

- "¡QUe no me haces caso!"- se quejó Jin.

- "Ah...eres tú Jin"- entonces Ködai se quitó el casco y mostró su alegre rostro. Ködai era "el niño dinamita", por así decirlo. Era una mezcla entre Tai y Davis, así que imaginen el carácter del chiquito. Tenía el cabello lacio y corto, del mismo color que el de su madre y los ojos "pizpiretos" de su papá. Ködai era el niño más travieso del planeta y siempre estaba inventado cosas, con buenas intenciones eso sí...como la vez que decidió pintar a V-mon de verde mientras éste dormía para que pareciera "un verdadero dinosaurio" o cuando escondió el anillo de Gatomón "porque quería arreglarlo". Jin era su confidente en sus travesuras, aunque más que nada se dedicaba a echarle porras.

Kari tenía que ir a cada rato a la escuela porque la mandaban llamar gracias a alguna travesura de su hijo. De hecho, estaba tan cansada por controlar a su hijo desde que éste aprendió a caminar que de plano había decidido no tener más hijos. Y Davis no se lo negó.

- "¿Qué juegas?"

- "Monstruos carnívoros"- dijo Ködai- "Teki me lo prestó a escondidas porque mi mami dice que yo no debo ver esas cosas aún...¡Pero es un juego muy divertido!"

- "¿De qué trata?"

- "De unos monstruos que comen personas. Mami dice eso no es gracioso, porque a ella casi se lo come uno"

- "Mis papitos dicen lo mismo Ködai, hasta Teki me ha contado de un monstruo feo que casi se come a Caro"

- "Lástima que yo estaba muy chiquito... pero Denis me contó todo, hasta el cuento de cuando yo nací"

- "A mi todo me lo cuenta Teki...Sara no, porque está triste"

- "Es porque se enojó con mi hermano..."- en eso los ojos de Ködai se iluminaron de pronto- "¿Y si los ayudamos?"

- "¿A?"

- "A que ya no se peleen"

- "¿Y cómo?"

Y entonces a Ködai Motomiya se le prendió el foco...tenía una idea...y eso implicaba que pronto vendrían más problemas.

- "Yo sé como"

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- "¡Ya llegué!"- murmuró Mik mientras entraba a su casa. Su madre salió a su encuentro.

- "Hola cielo"- dijo Mimí besando la mejilla de su hijo- "Ya vamos a comer así que lávate las manos"

- "Sí mamá"- Mik fue al baño y al salir escuchó unos murmullos que provenían del estudio de su papá. Dispuesto a saludar, Mik abrió la puerta y encontró la misma escena de siempre: Su padre estaba frente a la computadora, trabajando en sólo-Dios-sabe-que-cosa con Tentomón a su lado. Pero del lado izquierdo encontró a Lilly Izumi, su hermana menor, acompañada de Palmon y también trabajando en la computadora...en un programa para colorear. Los ojos miel de la chiquilla de 4 años miraban fijamente la pantalla, mientas una liana de Palmon enredaba sus rizos pelirrojos, peinados en una cola alta.

- "Hola"- dijo Mik en voz baja. Eso fue suficiente para que sus familiares alzaran la vista y sonrieran al hijo mayor.

- "Hola Mik"- dijo su padre, serio como siempre.

- "¡Mik! ¿Ya ganaste?"- preguntó su hermanita

- "El concurso es el sábado. Sam se llevó el proyecto a su casa para revisarlo. Espero que una página web sobre la vida en otros mundos sea del agrado del jurado"

- "Lo será si el esfuerzo que has tenido para con tu proyecto fue el suficiente. Eso siempre se refleja"- dijo Izzy apagando la computadora. Salió del cuarto junto con Tentomón. Lilly siguió coloreando su casita en la computadora.

- "¿Sigues con eso?"- preguntó su hermano

- "Es muy divertido...aunque ya quiero aprender a hacer cosas como papá y tú"-dijo Lilly, quien a diferencia de Mik, había nacido con un amor irracional hacia las computadoras y casi casi las manejaba desde recién nacida.

- "No es gran cosa...si estoy en el proyecto es porque Sam me invitó"

- "Y porque quieres ir a ver a tu amiga"

- "¡Y dale con lo mismo! ¿Qué no pueden entender que sólo quiero conocer otros país? Además, Fiori es sólo una amiga. Ni siquiera sé que ha sido de ella"

Lilly no entendía que tan profunda era la amistad de su hermano con esa chica italiana, a quien nunca había visto, así que creyó lo dicho por su hermano y salió del despacho con Palmon.

- "¡Vamos a comer!"

Lilly salió y Mik cerró la puerta. Escuchó atentamente a través de la misma hasta que se aseguró de que sus familiares estuvieran lejos y se acercó rápido como un rayo hasta la computadora de su padre, que siempre estaba conectada al internet (como toda computadora del 2030). Encendió su monitor y rápidamente entró a su correo electrónico.

Y entonces, como cada Martes, encontró la razón que alegraba su día:

Caro Mik, ¿Come stai?...

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- "Entonces la directora me dijo que podré terminar el curso. Me siento muy aliviada por eso"- comentó Anya a Yolei, quien en ese momento estaba recogiendo a su hija menor en el Jardín de Niños de Odaiba. Haurmi, de 6 años, era alumna de Anya Takaishi.

- "Me da mucho gusto Anya. Harumi te quiere mucho"

- "Es una chica muy linda y muy lista. Aunque muy seria"

- "Es como su papá"- comentó Yolei con una sonrisa- "Sam, por otro lado, es como yo"

- "Me gustaría invitarla un día a la casa Yolei, a ver si puede jugar con Caro"

- "Claro...¿qué pasa Anya?"

- "Se lo comenté a TK hoy...Caro está muy extraña... ya no me habla... y creo que me oculta algo"

- "¿Qué podría ser Anya? Caro sólo tiene 9 años de edad"

- "Lo sé...pero me preocupa"

- "Tal vez es el bebé. Sam se puso muy sensible cuando me embaracé de Haru, me desobedecía y todo. Y tenía más o menos la edad de Haru"

- "Puede ser...TK me dijo lo mismo. Aunque recuerdo que Mik no se puso tan mal cuando Mimí se embarazó de Lilly...o Teki cuando nació Jin"

- "No todos los niños son iguales Anya, tú deberías saberlo"- dijo Yolei sonriendo.- "Ánimo Anya, es probable que tú también estés sensible, por el embarazo"

- "Sí...gracias Yolei. Entonces, ¿está en pie lo del viernes?"

- "Claro, en mi casa a las 9"

- "Muy bien"

- "¡Harumi! Ya nos vamos"

Harumi Ichijouji se acercó a su mamá. Ella era una niña tímida de 6 años de edad con el cabello largo, lacio y violeta de su madre y los ojos azules y melancólicos de su padre. Harumi hablaba poco y tenía pocos amigos. Era inteligente, aunque no tanto como su hermano mayor Sam, quien era sociable, alegre y genio. Haru se sentía a la sombra de su hermano...como si una triste historia del pasado se estuviera repitiendo...

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"Sí...yo también te extraño cielo...sí, tengo ganas de verte...oh, no te preocupes, nadie se va a dar cuenta...claro, ¿el sábado?...claro, ahí estaré...no sabes las ganas que tengo de abrazarte cariño...

En eso la chapa de la puerta comenzó a moverse.

¡Oh no!...esa es Anya...debo colgar antes de que se de cuenta...entonces, ¿quedamos?...sí...yo también te quiero preciosa...hasta luego.

TK colgó el teléfono justo antes de que se abriera la puerta y entrara su hija Caro, con la camiseta vieja llena de lodo, las rodillas negras y un raspón en la cara.

- "Ho...Hola Caro"- murmuró su papá- "¿Qué te pasó?"

- "Nada"- Caro vio que su padre estaba junto al teléfono- "¿Con quién hablabas?"

- "¿Yo? ¡Con nadie!"- dijo TK un poco nervioso. Pero Caro entonces miró algo

- "Entonces...¿por qué está mal colgado el teléfono?"

- "¿Qué?"- TK palideció al verse descubierto- "¡Ah! Es que Patamón le habló a Gatomón...tú sabes. Bueno, ve a limpiarte que tu madre no tarda en llegar. Yo me tengo que ir, tengo que cubrir un evento con Kari"

- "¿Y la entrevista?"

- "¿Entrevista? ¡Ah sí! Me fue muy bien hija, yo creo que en un par de semanas sacan la primera edición del libro"- y entonces el rostro serio de su hija se iluminó y corrió a a abrazar a su padre.

- "¿En serio? ¡Felicidades papito!"- dijo Caro mientras abrazaba fuertemente a su padre. TK sonrió, hacía mucho tiempo que Caro no lo llamaba "papito" o que lo abrazaba de esa forma, como cuando era pequeña.

- "Gracias Caro. Ahora ve a cambiarte"

- "Sí"- y Caro fue a su cuarto. En cuanto se cerró la puerta TK suspiró y murmuró.

Estuvo cerca...estuvo demasiado cerca...

Continuará.

Nota: Sé que este capítulo estuvo un poco breve, pero el próximo ya inicia la historia en sí.

Caro Mik: Querido Mik.

¿Come stai?: ¿Cómo estás?