Capítulo 10: Nacer.

Irrealidad.

Eso es lo que sentía Sara en ese momento... una total y completa irrealidad. Como si estuviera viviendo un sueño... un sueño ajeno y bizarro.

La joven estaba sentada en una de las bancas del parque, aparentemente mirando a la gente pasar. Pero en realidad su mente no estaba concentrada en las parejas que paseaban tomadas de la mano o en los niños que corrían alrededor de los árboles. Su mente aún trataba de comprender lo que había ocurrido tan solo 20 minutos antes...

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- "¿Madre?"- la chica escuchó una muy conocida voz masculina a sus espaldas. Sara se giró para toparse con Joey, quien lucía una expresión difícil de describir con palabras: Sus ojos mostraban una amplia gama de sentimientos, desde sorpresa y alegría, hasta tristeza y una profunda rabia, la cual rápidamente se impuso sobre cualquier otro sentimiento y se reflejó incluso en su voz- "¿Qué haces aquí?"

- "Joey..."- susurró la dama. Unas lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas- "Mi Joey... has crecido mucho"

- "¡No soy tu Joey!"- dijo el muchacho secamente- "¿Qué haces aquí?"

- "Este es mi hogar hijo..."

- "Yo no soy tu hijo..."

- "Pero Joey..."

- "¡No tienes derecho a llamarme así!"- exclamó Joey- "No después de dejarme cuando más te necesitaba. Cuando mi papá realmente necesitaba un apoyo..."

- "Entiéndeme Joey... yo... yo no podía vivir así. Tu padre es un buen hombre... pero yo no quería arruinar mi vida a su lado... hubiera sido peor para todos..."

- "Mejor dicho, hubiera sido peor para ... ¿Por qué me dejaste?"

- "Porque para tu padre habría sido la muerte no verte más Joey... fue una decisión difícil pero..."

- "Nunca me visitaste"- murmuró Joey interrumpiéndola- "Ni me escribiste... nunca supiste de mis problemas en la escuela, de los chicos con los que me llevaba... nunca me orientaste... eso lo hico mi papá... a pesar de su estado... a pesar de su dolor... ¿Por qué él si pudo salir adelante y tú no?"

- "Tú padre en realidad es un hombre muy fuerte, no es débil como yo. Sin embargo, he logrado salir adelante hijo. Tengo un buen empleo y un esposo que me ama mucho. Incluso otro niño... tu hermano. Si lo deseas puedes venir a vivir con..."

- "¿Cómo puedes pedirme eso? ¡Yo no voy a dejar a mi papá por tí! Si me has vuelto a ver es una coincidencia... ¡porque no quiero saber nada de tí!, ¿entiendes?"- Joey estaba rojo de furia y dolor, y hablaba a voz de grito, llamando la atención de alguien más.

- "¿Qué está pasando aquí?"- una nueva voz susurró. Sara miró hacia esa voz y se encontró con la irrealidad... Un hombre maduro con el cabello oscuro y los ojos grises cuya mirada tenía la misma expresión que los de la joven que lo miraba sin saber qué hacer. Su mente y su corazón le decían casi a gritos que ese era el hombre que estaba buscando... que finalmente tenía frente a él a Hinoshi, su padre.

- "Este es mi hijo, Hinoshi..."- murmuró la dama señalando a Joey. Pero Joey no quiso saludar al hombre o seguir hablando porque súbitamente se dio la media vuelta y bajó corriendo las escaleras. Su "madre" salió tras él, dejando a Hinoshi y a Sara solos.

- "Bueno..."- Hinoshi bajó la mirada sin saber qué hacer. Después miró a Sara y la chica una vez más se sintió extraña al ver unos ojos iguales a los suyos frente a ella.- "¿Qué se te ofrece señorita?"

- "Señor..."- Sara había planeado miles de veces lo que le diría a su padre cuando lo tuviera enfrente, pero en ese momento no existía palabra alguna en su mente- "Mi nombre es Sara"

- "Mucho gusto Sara"

- "Y... soy la hija de Sora Takenouchi"

- "...."- Hinoshi se quedó en silencio. Sara sentía que en cualquier momento Hinoshi hilaría los hechos y se daría cuenta de todo... pero no fue así- "Disculpa, ¿De quién dijiste?"

- "Sora Takenouchi"

- "No la conozco"

- "Estudió con usted en la Universidad de Osaka"

- "Takenouchi... Takenouchi...Lo siento Sara, no la recuerdo"- los ojos de Hinoshi no mentían, en realidad había olvidado quién era Sora Takenouchi. A fin de cuentas, sólo había sido una aventura más.

- "Pelirroja, de ojos castaños... estudiaba contaduría"- Sara intentaba hacer que Hinoshi por lo menos recordara a su madre.

- "¡Ah sí! Creo que sí... hija de una florista, ¿verdad?"- Hinoshi comentó- "¿Así que eres su hija?"

- "Sí, señor"

- "Si la recordara mejor, podría decirte con certeza que eres su misma imagen"

- "Hay algo que debo decirle sobre Sora"

- "¿Sí?"- Hinoshi esperaba la respuesta. Sara estaba a punto de decirle todo... pero fue entonces cuando se dio cuenta de lo estúpida que era esta situación...

'Este señor apenas y recuerda a mi madre... No tiene ni la más remota idea de que tiene una hija... Lo olvidó... lo que tuvo con mi madre... le interesó tan poco que incluso lo olvidó... ¿Realmente deseo que él sea mi padre?... ¿Alguien con tan poco interés que incluso lo ha olvidado?... ¿Vale la pena alterar a su familia?... ¿Alterar la mía?... ¿Hacer sentir mal a mi mamá?... ¿Por ésta persona vale la pena todo eso?'

Su corazón y su mente le dieron la respuesta enseguida.

- "¿Qué es lo que me tienes que decir sobre Sora, jovencita?"

- "Sora le manda saludar, Señor Hinoshi. Ahora me tengo que ir"

- "Ah... sí... dile que yo también le mando saludos. Buenas tardes señorita"

Y así, Hinoshi cerró la puerta, dejando a Sara no solo fuera de su departamento, sino fuera de su vida para siempre.

Y la chica se sintió tranquila por primera vez en muchos días.

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El misterio de su padre había terminado. Sara finalmente entendía las razones por las que su madre jamás había deseado contarle de Hinoshi. Era un hombre que no valía la pena el esfuerzo. Sin embargo, Sara se sentía muy mal, porque alguien había salido herido por su búsqueda. No era su madre. Tampoco el señor Ishida, a quien absurdamente había creído su padre... se trataba de Joey. Sara lo había colocado en el camino de su madre sin darse cuenta y algo le decía que su buen amigo quedaría muy afectado por ello.

- "Joey no merecía esto... no lo merecía..."- Sara comenzó a llorar- "Debe sentirse muy mal... y todo es culpa mía..."

- "¿Sara?"- la chica escuchó una voz masculina y muy conocida que la hizo levantar el rostro con vergüenza. Esto era lo último que podía pasarle... no deseaba hablar de lo que había hecho nadie por ahora, especialmente con él.- "¿Qué te pasa? ¿Algo anda mal?"

Sin embargo, lo hablaría.

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Él había visto pasar a Sara justo cuando salía de la tienda de arte, donde había comprado unos lápices para terminar sus bocetos para el libro del señor Takaishi. Denis habría terminado antes sus compras de no haberse topado en el camino con Naomi, la chica que iba todos los días con sus amigas al café V-yomon y que siempre buscaba la forma de invitarlo a salir. Ambos jóvenes se habían vuelto amigos desde el día anterior, cuando se encontraron en una sala de cine. El nuevo novio de Naomi estaba comprando palomitas, al igual que el amigo con el que Denis había ido a ver la película. Naomi y Denis platicaron por unos minutos hasta que llegaron sus respectivos acompañantes y se despidieron justo antes de que comenzara la película. Pero el día de hoy estaban solos por lo que pudieron platicar un largo rato en lo que Denis seleccionaba sus lápices. Naomi en el fondo era una chica muy amable, no era precisamente el estilo de chica que Denis buscaba en una novia, pero aun así podían ser amigos. Al cabo de una hora, Naomi se fue al centro para encontrarse con su novio y Denis pudo finalmente comprar sus lápices con calma.

Volviendo al presente, Denis observó a Sara sentarse en una de las bancas a las afueras del parque. La chica parecía tener la mente en otro sitio, ya que sus ojos parecían mirar al vacío y su rostro tenía una expresión muy extraña. Por un momento Denis temió que la chica estuviera enferma. Durante algunos minutos Denis trató de juntar el suficiente valor para acercársele pero no encontraba la forma. De pronto, Sara se soltó a llorar y Denis decidió hablar con ella sin importar su pasado: Antes que ser su ex-novia era su amiga y por lo tanto tenía que apoyarla en lo que sea que estuviera pasando... ya que las lágrimas de Sara indicaban que algo andaba mal. Él ya había notado algo extraño en el comportamiento de Sara en los últimos días y le dolía no saber que era o como ayudarla.

Para cuando Denis se acercó vio que alguien se le había adelantado... alguien de cabello castaño que intentaba reanimar a la chica. Denis sonrió. Tal vez ese día no era el indicado para hablar con Sara.

- "Por lo menos está en buenas manos"- susurró mientras se daba la media vuelta para volver a casa.

Sin embargo, él estaba dispuesto a averiguar qué le pasaba.

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- "Eso fue lo que pasó"- dijo Sara limpiándose las lágrimas del rostro- "Me siento muy mal por Joey... creo que esto le va a afectar"

- "Es posible. Pero estoy seguro que estará bien, a fin de cuentas es un chico muy fuerte y tiene amigos que lo apoyan"- dijo su compañía sonriéndole.

- "Y su papá... Joey mencionó muchas veces a su padre enfrente de esa mujer. Hablando de eso... ¿Crees que hice mal?"

- "¿En buscar a tu papá? No Sara, creo que hiciste bien. Tenías derecho a eso"

- "Cuando lo vi... me di cuenta que aunque fuera mi verdadero padre, jamás lo podría sentir como tal... ¿Me entiendes?"

- "Creo que sí..."

- "Hinoshi jamás cuidó de mí o me protegió. Ni siquiera ha pensado en mí en todos estos años. Padre y madre no son sólo los que te conciben, sino los que te cuidan y se aseguran que estés bien... ¿Sabes? Ahora entiendo a Teki, ahora entiendo por qué llama "Mamá" a mi madre. Yo antes no lo entendía. Pero es por eso, ¿verdad? Porque mi madre lo cuida y lo quiere"

- "Y hace un magnífico trabajo"

- "Espero que mamá no se enoje cuando se entere de lo que he hecho"

- "No tiene por qué enojarse. Ya te dije que tenías derecho a saber quién es tu papá"

- "Mejor dicho, saber quién me concibió... porque Hinoshi no es mi papá"- Sara miró al hombre que tenía enfrente de ella y finalmente pudo decirle con tranquilidad aquellas palabras que siempre había querido pronunciar- "Eres tú, Taichi... tú eres mi papá"

El escuchar finalmente a su hija adoptiva llamarle así llenó de dicha al abogado, quien no pudo hablar de la emoción y solo abrazó a la chica. Sara abrazó con fuerza a Tai y murmuró- "Perdóname..."

- "No digas eso Sara, porque yo no tengo nada que perdonarte. Le dije miles de veces a tu madre que te hablara de Hinoshi para que estuvieras tranquila, pero ella no quería. Lo hizo para protegerte."

- "Lo sé. Sin embargo, era algo que tenía que descubrir de todos modos, pasara lo que pasara... creo que en el fondo soy muy terca"

- "¡Ahora sí comienzas a hablar como una Kamiya!"- dijo Taichi riéndose. Se puso de pie y le dio la mano a Sara para que ella también se levantara- "Vámonos a casa o tu madre se va a preocupar"

- "Sí, vámonos a casa... papá"

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- "Wuon Puo-miel-i-yo"- leyó con dificultad un joven castaño.

- "No se pronuncia "Wuon", sino "Bon""- dijo su "profesora", una joven rubia entre risas- "¡En serio Mik! ¿Cómo pensabas sobrevivir en Milán dos meses?"

- "Sam me iba a acompañar, ¿recuerdas?. Además esperaba encontrarte ahí"

- "Menuda sorpresa que te habrías dado al no encontrarme en mi casa"- dijo Fiori cerrando el libro. La chica estaba comenzando a extrañar su país, por lo que a Mik se le ocurrió pedirle que le enseñara italiano como una forma de que la chica hablara algo de su idioma materno en un país donde solo se hablaba el japonés.- "Creo que eso es todo por hoy. Mañana te enseñaré los días de la semana"

- "De acuerdo"- dijo su amigo alzando los hombros - "De todos modos es tarde y debo irme a casa"

- "Sí... yo debo irme a la cama temprano. Mañana es el gran día"

Ya habían pasado 2 semanas desde la llegada de Fiori a Odaiba y faltaban escasas horas para que la chica ingresara a la secundaria del barrio. Durante ese tiempo había practicado su japonés y se había puesto al corriente en algunas materias para no estar tan atrasada cuando comenzaran las clases. Sam y Mik habían sido de mucha ayuda para la joven.

- "Es una pena que no vamos a estar en el mismo grupo"- dijo Mik- "Pero por lo menos te va a tocar con Sam"

- "Sí... Espero que al compartir clases con él podamos congeniar más"

- "¿Por qué dices eso? Sam también es tu amigo"

- "Sí pero... no lo sé Mik... siento que no le agrado del todo a Sam. Puede que sean imaginaciones mías"

- "Yo creo que sí, porque no he notado nada raro en él desde que llegaste. Si hubiera algo mal me daría cuenta en el acto, no por nada es mi mejor amigo"

- "Supongo que sí... ¡Deben ser los nervios de la escuela entonces!"

- "En ese caso mejor descansa para que mañana estés bien"

- "De acuerdo"- Fiori dio dos besos en las mejillas a Mik para despedirse. Era una costumbre italiana que aún incomodaba al chico japonés, aunque no quería decírselo- "Ciao caro Mik"

- "Hasta luego Fiori"

Y así, los dos jóvenes se marcharon del café V-yomon y se fueron a sus respectivas casas.

Mik caminó a paso lento por la calle, pateando las piedrecillas del camino y su mente dando varias vueltas.

Fiori también lo ha notado... Sam no siente simpatía por ella... Desde que la conoció esa noche en el Restaurante Notte... He tratado de encontrar cosas afines entre ellos pero... Simplemente no hay química... No entiendo qué le pasa a Sam... es un chico muy sociable, en especial con las chicas... excepto con Fiori... ¡Pero sí se lleva de maravilla con la madre de Fiori!... Algo debe pensar Sam... tengo que hablar con él... es cierto que casi no nos hemos visto pero...

- "¿Todavía en la calle a estas horas hijo?"- La voz del Ing. Izumi interrumpió a Mik, quien se detuvo para que éste lo alcanzara.

- "Ya voy a casa papá... estuve estudiando italiano con Fiori"

- "Ah sí... ahora recuerdo"- padre e hijo siguieron caminando

- "¿Cómo van las cosas en el trabajo?"

- "Bien Mik... Últimamente me han estado llamando por conflictos en las redes inalámbricas... no entiendo qué pasa si nunca habían tenido problemas... debe haber alguna inestabilidad en la web o algo así"

- "¿Y sabes a qué se puede deber?"

- "La última vez que pasó algo así fue hace muchos años hijo... cuando tenía tu edad. ¿Te he contado de Diablomon?"

- "Sí... el virus que se desarrolló en la red"

- "El mismo... pero dudo que lo que esté pasando sea debido a un digimon. Es absurdo... todos los días durante más de 30 años he revisado los portales y jamás se han abierto... muy a mi pesar"

- "¿Entonces qué puede ser?"

- "No lo sé porq...."- en ese momento, Mik dejó de escuchar la voz de su padre... mejor dicho, sí la escuchaba, pero parecía tener... ¿estática?- "....exión in.....ya que la.... rus...."

Mik miró hacia donde estaba su padre... ¡Y por un momento no lo vio!

- "¡Papá! ¿Dónde estás?"- gritó angustiado.

- "Aquí estoy Mik"- el chico sintió la mano de su padre sobre su hombro- "¿Qué pasa?"

Mik observó a su papá... la oscuridad dificultaba la visión... pero su voz se volvía a escuchar clara y nítida.

- "Es que... no te veía"
- "Debe ser la oscuridad"

- "Y tu voz... no podía entenderte"

- "¿Te sientes bien hijo?"

- "Creo que sí..."

- "Vamos rápido a casa Mik... mejor te duermes temprano hoy"

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Luego de una larga jornada laboral, el Ing. Joe Kido volvía a su casa como todos los días. Abrió la puerta de su departamento y entró a paso lento, con la ayuda de su bastón. Lo primero que notó fue la escandalosa música electrónica que provenía de la recámara de su hijo. Esa no era una buena señal.

Desde hacía varios años Joe había aprendido que su hijo solía encerrarse en su recámara con el estéreo a todo volumen cuando algo andaba mal. Cualquier otra persona diría que eran hábitos locos de adolescente, pero Joe sabía que era una forma indirecta que tenía su hijo de pedir ayuda. Y con lo que había pasado en los últimos días tenía una idea de lo que se trataba.

Joey había llegado a su casa muy enojado aquella noche y se había encerrado en su recámara sin siquiera decirle hola a su padre, quien estaba trabajando en la computadora con unas cotizaciones de material. Segundos después, los agresivos acordes de una banda de rock pesado inundaron el pequeño departamento y Joe supo que era hora de hablar con su hijo.

Joe se enteró esa noche del encuentro de Joey con Sayu, su ex-esposa. Joey sentía un terrible rencor contra su madre y Joe en parte lo entendía. Sin embargo, siempre había evitado hablar mal de ella frente al chico, aún en las noches en las que la pobreza y la desesperación lo embargaban. Para Joe, los primeros años como inválido fueron horribles. No tenía trabajo y sus ahorros se consumían con rapidez. Lo peor era ese sentimiento de vacío que la partida de Sayu había producido en su pecho. Él realmente la quería... y ella simplemente no. Con la ayuda de terapia física y emocional, sus hermanos mayores y la compañía de su hijo, Joe se había visto obligado a soportar su doble pérdida. Su esfuerzo rindió fruto, ya que Joey era un chico responsable y bueno (a pesar de su mal carácter) y ahora gozaba de un buen empleo, la movilidad (gracias a su amigo Cody) y muchos amigos.

Pero Joe se sentía solo... y temía el momento en el que su hijo se marchara de casa para irse a la universidad. Él deseaba ser piloto, y la única escuela que enseñaba eso estaba lejos de Odaiba. Sin su hijo, la casa se quedaría sola... y Joe temía tanto a la soledad... aunque Mimí ya tenía pensadas a varias amigas que presentarle...

- "Joey"- Joe llamó a la puerta de su hijo- "Joey soy yo..."

- "Estoy bien papá"

- "No Joey, te conozco. Dime que te pasa"

La música se terminó súbitamente y la puerta del cuarto de Joey se abrió. Su hijo aún portaba el sucio mandil azul del café V-yomon.

- "Salí temprano del trabajo..."

- "De eso ya me di cuenta... ni siquiera te quitaste el mandil"

- "... mi madre me fue a buscar..."

Joe guardó silencio

- "No sé como le hizo para averiguar donde trabajo, pero se presentó ahí. Me volvió a pedir disculpas y me dijo que me fuera a vivir con ella otra vez"

Joe siguió callado

- "Pero eso jamás lo haré papá... yo no tengo madre"

- "Joey..."

- "Voy a dejar el Café V-yomon"

- "Joey..."

- "No tiene por qué aparecerse en mi vida"

- "¡Joseph!"

Joey se calló y miró a su padre enfadado.

- "¡No puedes huir de tu madre toda la vida, Joey!"

- "Pero..."

- "Por algo te está buscando. Ella desea estar contigo... ella se fue de casa por mí. No por tí"

- "No me puedes obligar a estar con ella"

- "No te estoy obligando... es sólo que no deseo que te dediques a huir Joseph... ¡Tienes que enfrentarla!"

- "Ya lo hice..."

- "Pues parece que no del todo. Tienes derecho a hacer lo que tú gustes y no acomodar tu vida por tu madre, por huirle. Tienes que aclarar las cosas con ella"

- "No quiero hablar con ella... no quiero sufrir... no quiero herirte"

- "Jamás harás eso Joey... no existe modo de que me hieras... de eso estoy seguro. Tengo fé en tí"

- "Papá..."

- "Habla con ella Joey... no puedes seguir con ese resentimiento dentro..."

- "...."

Joe dejó la recámara y se fue a la suya... tenía mucho que reflexionar.

Joey por su parte se sentó en la cama y trató de acomodar sus sentimientos...

Como me gustaría desaparecer.

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- "Come algo Caro"- dijo Kari acercando el plato con arroz a la niña.

- "No tengo hambre señora Motomiya"

- "Todo va a salir bien preciosa... en cualquier momento llamará"

Habían pasado ya varios meses en los que la calma había reinado para nuestros personajes. Joey seguía sin enfrentar a su madre, Sara estaba viviendo una etapa de estabilidad en su casa pero aún no hablaba con Denis, Mik trataba de hacer que Fiori y Sam se llevaran mejor, Teki y Calvin seguían en el equipo de fut y los pequeños seguían planeando como reunir a Sara y a Denis.

Finalmente, la madre de Caro había entrado en trabajo de parto la noche anterior. TK llamó a Davis para que le prestara la camioneta para llevar a su esposa al hospital. Davis se ofreció para llevarlos a la clínica, mientras Kari cuidaba de Caro. Ya habían pasado más de 12 horas y no tenían noticias de ellos, lo que tenía a la pequeña muy nerviosa, tanto que no quería comer ni jugar. Teki y Calvin habían tratado en vano de animarla. Ya era tarde y Kari trataba de que la chica comiera algo antes de irse a dormir. Ködai ya estaba profundamente dormido.

- "Es que mi mamá sentía mucho dolor y estaba cansada"- Caro había visto la expresión de dolor de su madre justo cuando su papá la ayudaba a subir a la camioneta. Esos dolores eran más que nada producto del enorme peso que cargaba en su vientre y no de las contracciones.

- "Es que trae dos bebitos dentro Caro. Pero todo saldrá bien, yo ya pasé por eso cuando nació Ködai y sé que es cansado, pero es al mismo tiempo algo muy hermoso"

- "Tengo miedo que mamá se muera como la mami de Teki"

- "Entiendo pequeña... lo de Jin fue algo triste... pero afortunadamente es poco común en la actualidad. Tu mamá y tu papá han visitado al doctor cada mes y se han encargado de que todo saldrá bien"

En eso sonó el teléfono. Kari fue a contestarlo.

- "¿Hola? ¡Davis! ¿Cómo estás?... Sí....¿En serio?....Sí, está conmigo... ¿Cómo está Anya?... ajá....sí... de acuerdo... sí claro... nos vemos mañana... sí cielo... sí, hasta luego"

Caro escuchó la conversación con un nudo en la garganta.

- "Era Davis Caro"- Kari se acercó a la niña y la abrazó fuertemente- "¡Felicidades Caro! ¡Tienes dos hermanitos preciosos!"

- "¿Qué?"

- "Acaban de nacer. Davis no ha podido verlos, pero sí alcanzó a hablar un momento con tu papá. Dice que se parecen a él"

- "¿En serio?"- preguntó Caro.

- "Mañana viene tu papá temprano para llevarte a conocerlos. Vamos a dormir entonces"

Kari llevó a Caro a la recámara de Ködai y la acostó en la camita que había improvisado para su invitada. Patamon, Gatomon y V-mon ya estaban dormidos.

- "Buenas noches cielo"- Kari apagó la luz y cerró la puerta. Caro no podía dormir de la emoción.

- "¡Dos hermanitos!"- susurró

- "¿Caro?"- la niña vio que Patamon acababa de abrir los ojos- "¿Qué pasa?"

- "Si no estuvieras dormido lo habrías escuchado antes. ¡Ya nacieron Koji y Takeshi!"

- "¿Los bebés? ¡Qué bien!"- el pequeño digimon voló hasta donde estaba Caro

- "Papá viene mañana por nosotros"

- "Pero yo no puedo ir al hospital"

- "Te vamos a esconder en mi mochila. ¡Tienes que conocerlos conmigo!"

- "¡Está bien Caro! ¡Hey V-mon, Gatomon! ¡Ya nacieron los bebés!"

Los dos digimon despertaron con un gruñido pero se pusieron muy contentos al saber la noticia, junto con el pequeño Ködai. Todos los que estaban en esa recámara se pusieron a charlar y a hacer planes sobre los bebés, hasta que Kari fue a callarlos otra vez.

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Al día siguiente, Davis y TK se presentaron en el pequeño departamento. Al llamar a la puerta, esta fue inmediatamente abierta por Kari.

- "Hola Kari"- murmuró TK. La expresión que tenía en el rostro era muy especial, de mucha alegría.

- "¡Ven acá!"- Kari abrazó con fuerza a su amigo- "¡Muchas Felicidades!"

- "Gracias"- dijo su amigo sonrojado

- "¡Deberías ver a los bebés Kari!"- dijo Davis entrando y dándole una palmada en la espalda al rubio- "Son como clones de nuestro amigo"

- "¿En serio?"

- "¡Claro! Hasta estoy tratando de hacer que TK admita que se clonó"- Takaishi solo se puso a reír pero después preguntó.

- "¿Está lista Caro?"

- "Con la emoción de los bebés, los niños se durmieron tarde, así que aún no se levantan"

- "¿En serio?"- dijo Davis- "¿Ni siquiera Ködai?"

- "No he escuchado ni pío desde que me levanté"

- "En ese caso mejor la despierto. Anya lleva toda la mañana preguntándome por Caro"

- "Adelante, pasa"

- "Gracias"

TK y Kari fueron al cuarto de Ködai, pero al abrirlo no encontraron a nadie. Las camas estaban deshechas, pero vacías. Tampoco había rastro de los digimon.

- "¿Caro? ¿Hija? Soy yo, vamos a ver a tus hermanos"- llamó TK agachándose para ver debajo de la cama

- "¿Ködai? Vamos hijo, no es hora de jugar a las escondidillas"- dijo Kari

- "¿Patamon? ¿Gatomon?"

Revisaron la recámara, pero no encontraron nada.

- "¿Dónde están?"- preguntó TK

- "No entiendo qué pasa"- dijo Kari poniéndose pálida

- "¿Kari?"- Davis llamó a la puerta con el auricular del videófono en la mano- "Es Tai... dice que no encuentran a Teki y a Sara en ningún lado"

- "¡Ködai y Caro tampoco están!"- exclamó TK

- "¿Qué?"

- "Tampoco los digimon"

- "Amigos..."- TK señaló la pequeña láptop que Ködai tenía sobre su escritorio- "Miren eso..."

Kari notó que la láptop estaba brillando, como si estuviera encendida. Levantó su tapa y fue entonces cuando vio algo en la pantalla que hizo que los 3 adultos se paralizaran.

Era una puerta al digimundo... y estaba abierta.

CONTINUARÁ.

Preguntita: ¿Pueden adivinar de dónde saqué los nombres para los gemelos Takaishi? Como pista diré que no tiene nada que ver con Frontier ni con Pokémon. Al que adivine le escribiré un fic ;).