Capítulo 11: Me convertí en el pasado

A las 9 de la mañana de un sábado, el sol comienza a calentar una pequeña habitación blanca. A través de su única ventana, parcialmente cubierta por unas cortinas azuladas, se puede apreciar el cielo matutino de Odaiba, cuyos tintes rosados son lentamente sustituidos por el azul celeste a medida que el sol va subiendo. Es una vista muy hermosa, pero no tanto para la mujer que descansa en la enorme cama blanca de esta habitación.

Ella está muy cansada, ya que la noche anterior significó mucho esfuerzo... pero no en vano. La mirada castaña de esta mujer se desvía de la ventana y se posa en el bultito que descansa entre sus brazos. Un bebé de solo unas horas de vida duerme profundamente a su lado, arrullado con los latidos del corazón de su mamá. Es un niño muy pequeñito... la dama nota que pesa menos que lo que pesaba su hija cuando nació, tiene el cabello rubio y fino y una expresión de calma es evidente en su rostro ligeramente sonrosado. La madre no está segura del nombre del niño... ya que podría estar confundiéndolo con su hermanito, quien duerme en una cunita al lado de la cama. Ambos niños son como dos gotas de agua, es casi imposible diferenciarlos... a excepción del pequeñísimo lunar rojo que el niño de brazos tiene justo detrás de la oreja izquierda y que su madre advierte, no presenta su hermano. Al revisar la muñeca izquierda del bebé aparece un brazalete con el nombre Takeshi Takaishi escrito en tinta negra. "Conque tú eres Takeshi" piensa la madre acariciando la mejilla del niño con su dedo "No puedo esperar a ver cómo es tu mirada".

El otro niño, Koji, emite un ligero chillido... es probable que ya tenga hambre. Inmediatamente, Takeshi emite el mismo sonido, como si estuviera respondiendo a su hermano. La madre también está hambrienta, ya que no ha comido desde que inició el trabajo de parto. Aún aturdida por todo lo que ha pasado, ella recuerda lo que pasó cuando se le rompió la fuente: Estaba sentada en el comedor de su casa, esperando a que su esposo y su hija terminaran la cena. Ella deseaba ayudarles, pero su familia le había recordado las palabras del médico, quien decía que no era bueno para alguien con un embarazo tan avanzado (y múltiple) que hiciera mucho esfuerzo. Anya pensaba que exageraban, ya que faltaban todavía 2 semanas para el parto y ella era de embarazos prolongados, siendo el primero de casi 10 meses, por lo que le tuvieron que inducir el parto. Lo que sí había notado era que desde hacía un par de días había comenzado a sentir unas ligeras contracciones, pero no les había dado importancia, ya que también las presentó con Caro.

En cuanto Takeru y Caro se sentaron a la mesa, Anya sintió un dolor un poco más fuerte, como cuando estaba indigesta. Pero esto no era una indigestión, descubrió, cuando sintió líquido correr entre las piernas. "Takeru", susurró entonces, "Ya es hora". Caro no entendió muy bien, pero su esposo parece que sí, ya que se levantó inmediatamente, sin pronunciar ni media palabra, y fue a su recámara por la maleta que habían preparado un par de semanas antes. Mientras tanto, ella llamó por teléfono al Café V-yomon e informó a su amigo Daisuke que el parto de había adelantado, y que necesitarían la camioneta de repartos para ir al hospital. Por órden de su padre, Caro fue a su recámara a ponerse la pijama y a guardar en una mochila una muda de ropa. Diez minutos después, la camioneta estaba estacionada frente al edificio de departamentos y con la ayuda de su esposo y de Davis, Anya subió al vehículo. Durante el trayecto, Anya comenzó a sentir fuertes dolores y aunque trató de disimularlo para no asustar a su hija, no le fue del todo fácil y efectivo. Hicieron una breve parada en el café V-yomon para que Caro entrara al departamento de los Motomiya, donde pasaría la noche, y entonces fueron directamente al hospital.

Anya no recuerda claramente lo que pasó después... solo que la llevaron a un cuarto, donde esperó un par de horas acompañada de su esposo y de Daisuke. Luego la llevaron a la Sala de Partos, donde dió a luz a Takeshi luego de mucho esfuerzo y con el apoyo de su esposo. Entre el cansancio logró ver al pequeño bebé por unos instantes, ya que nuevas contracciones la hicieron concentrarse en el nacimiento del segundo bebé, a quien tenía planeado llamar Koji. Pero el corazón del niño dejó de escucharse en la maquinaria de la sala, por lo que pidieron a Takeru que autorizara una cesárea, ya que el bebé corría peligro. Ella logró ver por un instante la mirada horrorizada de su esposo, quien se acercó para decirle "Hay un problema con el bebé... necesito autorizar una cesárea". Anya asintió lentamente e inmediatamente la llevaron al quirófano, donde finalmente nació Koji. Entre el médico, las enfermeras y su esposo logró visualizar a un bebé más pequeño que el primero y muy pálido. No le dejaron verlo de cerca y se lo llevaron, argumentando que tenía que estar en observación por unas horas. Entre el cansancio y la impresión de todo lo que había pasado, Anya finalmente se quedó dormida.

Al despertar, se encontró en la habitación blanca. Su mirada se acostumbró poco a poco a la luz y entonces sintió una mano sobre su hombro. Era su esposo, quien la veía con una enorme sonrisa. Algo le susurró y luego le acercó un bulto que tenía en los brazos. "Es Takeshi", murmuró Takeru mientras acomodaba al niño entre sus brazos. Ella sintió la misma emoción que había sentido casi 10 años antes, cuando nació Caro. Y también observó la mirada alegre y llena de esperanza de su esposo. "¿Dónde está Koji?", preguntó preocupada, "Él está bien... lo traerán en un par de horas. Se le bajó la presión y por eso no podía nacer por su cuenta". Anya entonces le pidió a Takeru que trajera a Caro, quería verla y enseñarle los bebés. Él asintió y se retiró, prometiendo regresar lo más pronto posible. Media hora después le trajeron a Koji, quien estaba profundamente dormido en su cuna.

De eso, han pasado 2 horas. ¿Qué pasa con Takeru? La casa de los Motomiya no queda lejos, ya debería estar aquí con Caro. Takeshi bosteza y abre momentáneamente uno de sus ojos, el cual es del mismo tono celeste de su hermana. El teléfono celular que está encima del buró suena entonces y ella lo toma con el brazo que tiene libre.

- "¿Hola?"

- "Anya... soy yo"

- "Takeru... ¿Dónde estás? Ya trajeron a Koji..."

- "¿Está bien?"

- "Sí... está muy bien. ¿Está Caro por ahí?"

- "Anya..."

- "¿Qué pasa Takeru? ¿Por qué tienes ese tono de voz?"

- "Quiero que estés tranquila..."

- "¿Por qué? ¡Takeru! ¿Qué pasa?"

- "Es Caro... desapareció..."

Y el único sonido que se escucha entonces es el de un teléfono celular estrellándose en el piso blanco del hospital....

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- "¿TK? ¿Estás bien?"- preguntó Kari a su amigo, quien estaba todo pálido al colger el videófono.- "¿Cómo está Anya?"

- "¿Cómo crees que esté?"- exclamo muy alarmado- "¡Se puso muy mal!"

- "No debiste decirle"- comentó Kari suspirando- "No ahora..."

- "Se habría enterado tarde o temprano..."

- "Eso sí... pero para ese entonces tendremos a los niños de vuelta"- Kari está pálida y tiene la mirada vidriosa, como si estuviera a punto de llorar, aunque trataba de conservar las esperanzas- "Davis está buscando los Digivices e iremos al Digimundo por ellos. Si ellos pudieron entrar al Digimundo, la puerta debe estar abierta"

- "¡Hikari!"- exclamó Davis entrando a la recámara de Kodai- "¡No están!"

- "¿Qué dices?"

- "¡Los Digivices! ¡Busqué en la caja de seguridad como siempre y no están ahí!"

- "¿Ya buscaste en los cajones?"- preguntó Kari alarmada- "¿Y En el armario?"

- "Ya desbaraté toda nuestra recámara buscándolos, Kari... ¡y no están!"

- "Pero...  ¡¿Cómo es posible?!"- dijo Kari comenzando a llorar finalmente.

- "Tranquila cariño"- murmuró Davis abrazando a su esposa- "Vamos a casa de TK entonces por su digivice"

- "No está"- dijo el aludido secamente

- "¿Cómo dices? ¡Pero si ni siquiera lo has buscado!"

- "No es necesario... aunque fuera a casa a buscarlo no lo encontraría. Debe haber desaparecido al igual que los suyos y los de Tai y Sora como nos dijeron"

- "¿Pero por qué? ¿Cómo es posible que hayan desaparecido?"

- "Lo que sea que se haya llevado a los niños al Digimundo se cercioró de que nosotros no pudiéramos ir tras ellos..."

- "¡No es posible!"- dijo Kari alarmada- "¿Qué vamos a hacer entonces?"

Todos permanecieron en silencio por unos instantes, tratando de entender lo que pasaba. De pronto, el videófono de la sala comenzó a timbrar.

- "Iré a contestar"- susurró Davis saliendo de la recámara. Kari estaba llorando de manera desconsolada y abrazó a su mejor amigo, intentando buscar consuelo.

- "Tranquila Kari... aunque no estén los digivices veremos la forma de ir por los niños... sólo hay que ser pacientes"

- "¿Cómo esperas que sea paciente si mi niño de 6 años está perdido en el Digimundo? ¿Qué no entiendes?"

- "No digas eso Kari... claro que te entiendo. Mi hija de 9 también está ahí... y por alguna razón siento que no están completamente solos. Entre todos se cuidarán... del mismo modo que hicimos nosotros en ese entonces"

- "Pero..."

- "Tranquila Kari"- dijo Davis entrando a la recámara con la mirada llorosa, pero tratando de agarrar valor- "Ködai estará bien... su hermano lo cuidará"

- "¿Qué dices?"

- "Era Akiko..."- respondió Motomiya señalando al videófono- "Denis también desapareció..."

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En un claro de una frondosa selva, rodeado por enormes árboles cubiertos de flores y follaje tropical, un niño de aproximadamente 11 años de edad estaba durmiendo. Colocado boca arriba, era fácil ver como la respiración del chico hacía subir y bajar su pecho, cubierto por una camiseta azul oscuro y decorada con unas estrellas anaranjadas en las mangas. Completando el atuendo estaban unos pantalones cortos marrones, guantes blancos, unos zapatos tenis anaranjados y una banda azul que sostenía tanto al desordenado y enmarañado cabello castaño del niño como a un par de anteojos redondos de aviador . De pronto, una vocecita interrumpió el silencio de la jungla.

- "Tai... Tai... ¡Despierta!"- la voz provenía de una criatura rosada de largas orejas y ojos rojizos que estaba sentada sobre el estómago del chico- "¡Vamos Tai!"

Un pequeño salto de la criatura fue suficiente para que el niño despertara. De sus labios salió un gruñido cansado y lentamente abrió los ojos, de color avellana. Cuando finalmente enfocó la vista, el niño percibió algo rosado encima de él, por lo que levantó un poco el cuello para examinarlo.

- "¡Despertaste Tai! ¡Qué bien! ¡Qué bien!"- al ver a la criatura parlante, la primera impresión del niño fue proferir un grito y arrastarse hacia atrás alarmado

- "¿Qué esta cosa?"- murmuró asustado- "¡Debo estar soñando!"

- "¡Qué gusto me da verte Tai!"- exclamó la criatura acercándose al niño hasta quedar justo enfrente- "¡Soy Koromon!"

El niño observó a la alegre criatura, quien brincó hasta quedar acomodada en sus brazos- "¿Koromon?"- murmuró y de pronto sus ojos adquirieron brillo- "¡Es cierto! ¡Eres Koromon! ¡No te recordaba! ¡La última vez que te vi era muy pequeño!"

- "¡Te he estado esperando Tai!"- volvió a exclamar Koromon muy emocionado.

- "¿Un momento? ¿Cómo me llamaste?"

- "¡Tai! ¡Tai!"- dijo Koromon

- "¿Tai? Ese no es mi nombre... yo soy Teki"

Pero Koromon no pareció importarle ya que saltó de los brazos del chico y comenzó a gritar "¡Tai! ¡Tai!" muy emocionado. Teki suspiró y estaba a punto de corregir de nuevo al Digimon cuando escuchó que alguien lo llamaba.

- "¿Teki?"- el de pelos alborotados se dió la vuelta para toparse con un chico algo mayor que él.

- "¿Mik?"- el chico Izumi, de 14 años de edad, observa con curiosidad la indumentaria de su compañero a través de sus ojos negros. Se pasó la mano por el cabello castaño y examinó una vez más con extrañeza que estaba cubierta por un guante amarillo. También vestía una camisa anaranjada, unos pantalones largos marrones y zapatos negros.- "¿Sabes qué pasa aquí? ¿Dónde estamos?"

- "No lo sé Teki... pero lo sospecho..."- susurró el muchacho señalando a otra criaturita rosada que estaba parada al lado de los pies de Mik

- "¡No te preocupes Izzy! Yo te protegeré"- dijo con seguridad

- "Yo no soy Izzy, Motimon, ya te lo dije"- murmuró el joven.

- "¿También te dice mal?"- preguntó Teki obviamente sabiendo la respuesta- "Koromon no deja de decirme Tai y no  hay forma de que entienda que soy Teki"

- "Esto es muy extraño"- comentó Mik mientras inspeccionaba el lugar

- "Dijiste que sospechabas algo Mik..."

- "Al ver a los Digimon y este extraño sitio... me da la impresión de que estamos en el Digimundo"- dijo Mik no muy seguro. ¡Era una tontería! Su padre había intentado abrir la puerta a esta dimensión por años sin éxito alguno. ¿Cómo era posible que de pronto despertar ahí?

- "¡¿EL DIGIMUNDO?!"- exclamó Teki mientras sus castaños ojos se abrían de la emoción. Recuerden que Teki siempre había sido un fanático de las historias sobre el Digimundo, cortesía de su padre, por lo que el estar en el lugar donde se desarrollaban los cuentos era como un sueño para él- "¡Genial! ¿Y en qué parte del Digimundo estamos?"

Antes de que Mik pudiera responder, el menor corrió hacia un enorme árbol y comenzó a treparlo.

- "¿Qué estás haciendo Teki?"

- "Quiero ver al Digimundo desde lo alto... a lo mejor puedo reconocer donde estamos"

Koromon siguió a Teki hasta la copa del mismo, donde se encaramó al lado del humano.

- "¡Genial!"- gritó Teki- "¡El mar nos rodea! ¡Es una isla! ¡Debe ser la Isla File!"

- "¿Ves algo más Teki?"- gritó Mik desde el suelo

- "Deja veo"- el niñó rozó su mano con su pantalón y descubrió que un objeto pesado estaba guardado en su bolsillo. Al meter la mano descubrió que era un telescopio en miniatura como el que tenía su padre en su oficina, y con el que había jugado tantas veces cuando lo visitaba en el trabajo. Haciendo uso de él descubrió que- "Hay una montaña enorme en el centro... ¿Será el Monte Mugen que decía papá?"

Pero lo que Teki no alcanzó a ver por estar distraído admirando la isla, era que un enorme insecto rojo volaba amenazadoramente hacia él.

- "¡Tai cuidado!"- gritó Koromon, llamando la atención del niño. Teki se hizo a un lado justo a tiempo para esquivar el ataque del bicho, pero este se dio la vuelta para reiniciar su ataque, el cual fue detenido por unas burbujas rosadas de Koromon. El niño bajó rápidamente del árbol con el digimon en sus brazos.

- "¡No seas tonto Koromon! ¡Te puedes lastimar!"

- "¡Mi deber es protegerte Tai!"

- "Koromon... yo no soy Tai..."

- "¡Luego discuten! ¡Tenemos que escapar!"- chilló Motimon señalando al digimon, llamado Kuwagamon, quien volaba bajo para atacar a los dos chicos y a sus digimon.- "Síganme!"

Mik, Teki y Koromon corriendo a toda velocidad a través de la jungla y tratando de seguir el rastro de Motimon, quien se detuvo frente a un árbol- "¡Es aquí!"

El digimon se introdujo a toda velocidad en el tronco del mismo, atravesándolo como si fuera aire. Los dos chicos dudaron.

- "¿Es posible eso?"- murmuró Teki viendo el árbol. Pero Mik, siendo más impulsivo que su amigo, lo tomó de la mano y lo arrastró hacia el tronco, atravesándolo con facilidad.  Una vez en el interior, ambos chicos guardaron silencio mientras escuchaban el aleteo de Kuwagamon rodeando al árbol. En pocos segundos desapareció el sonido, indicando que Kuwagamon ya se había marchado.

- "Ya pueden salir"- una voz de chica muy familiar para Teki se escuchó. Al salir del tronco se toparon con una joven de 16 años con el cabello rojizo y lacio hasta los hombros. Vestía pantalones de mezclilla, una camiseta amarilla de tirantes, guantes y zapatos tenis rojos. Un casco azulado cubría la cabeza de la chica, cuyos ojos grises inspeccionaron a los dos muchachos- "Buena vestimenta... es tan Siglo XX"

- "¡Mira quien habla Sara!"- murmuró Teki- "¿No te has visto en un espejo?"

- "La verdad no he podido"- dijo ella pasando la mano por el cabello alborotado de su hermano- "¡Era una broma Teki!"

- "Yo creo que te ves bonita Sora"- susurró una nueva criatura rosada, que parecía una flor. Sus ojos azules miraron entonces a los dos chicos- "Hola, yo soy Yokomon"

- "Eso ya lo sabíamos"- dijo Mik saliendo del tronco y mirando a Teki- "Si esto es el Digimundo, tenemos que buscar refugio... no sabemos con que nos podemos encontrar"

- "¿El Digimundo? ¿En serio?"- susurró Sara sorprendida

- "La Isla File... donde llegaron nuestros papás"- dijo Teki orgulloso y señalando hacia arriba- "La vi desde un árbol"

Sara iba a comentar algo, cuando su atención se dirigió a una criatura blanca y con orejas largas que lucía una enorme dentadura y unos brillantes ojos negros. Esta salió de unos arbustos dando brinquitos y se detuvo por unos instantes para murmurar.

- "¡Es por aquí! ¡TK!"- al instante salió de los arbustos una niña de 9 años de edad con el cabello castaño claro que le llegaba la mitad del cuello y que tenía peinado en dos coletas bajas. Vestía una camiseta verde oscuro, cuyas mangas largas eran de un tono de verde más pálido, una falda-short marrón y tenis verdes. Un sombrero de pescador de color verde oscuro y una mochila azul completaban el atuendo de la niña, cuyos ojos azules miraron a la criatura con enfado.

- "¡Ya te oí Tokomon! ¡Y no me digas TK! ¿Qué no ves que soy niña?"

- "¿Caro?"- exclamó Teki viendo a la chica

- "¿Fiori?"- agregó Mik- "¿Tú también?"

El castaño se refería a una chica de 14 años que apareció detrás de Caro. Tenía el cabello largo y rubio y peinado con dos broches verdes. Vestía una falda larga de mezclilla oscura, una blusa verde sin mangas, zapatos cafés y guantes del mismo color. Una criatura anaranjada con un cuerno oscuro en la frente descansaba en sus brazos.

- "Sí Mik... yo también"- murmuró la chica señalando a su Digimon

- "Hola..."- dijo con timidez el aludido- "Yo soy Tsunomon"

- "No sé por qué..."- murmuró Teki- "Pero todo esto se me hace muy familiar"

- "Yo también siento lo mismo Teki"- comentó Caro tomando a Tokomon en sus brazos

De pronto, algo se movió en unos arbustos que estaban a unos metros de los chicos.

- "¿Qué es eso?"- susurró Sara

- "¿Será Kuwagamon?"- pero de los arbustos no salió un enorme insecto rojo... sino un joven mayor que los demás vestido con unos pantalones largos de color gris oscuro, una camiseta gris claro y un chaleco abierto blanco de tela. También traía zapatos rojos, una enorme mochila y unos anteojos que estaban acomodados en el bolsillo del chico el lugar de estar sobre sus ojos. Finalmente, una criatura morada estaba fuertemente aferrada al brazo de...

- "¡Joey!"- exclamó Sara

- "¡No tengas miedo Joe! ¡Soy tu amigo!"- murmuró la criatura morada, que parecía una foca.

- "¡Yo NO te tengo miedo!"- exclamó el chico de mal humor- "¡Y mi nombre es JOEY... Joe es mi papá, ¿entiendes?"

Una vez que Joey se incorporó al grupo, los chicos comenzaron a hacer planes.

- "No entiendo que está pasando"- murmuró Joey- "¿Acaso esto es una pesadilla común o qué?"

- "Yo no creo que esto sea un sueño Joey"- comentó Mik mirando a su alrededor- "Todo parece muy real... aunque no entiendo como es que llegamos aquí"

- "Yo recuerdo que me fui a dormir anoche"- dijo Fiori en voz baja- "Y cuando desperté, ¡Accidenti!, estaba en en este lugar con Tsunomon"

- "No puedo estar aquí"- dijo Caro con tristeza- "Yo debería estar en casa... papá me iba a llevar a conocer a mis hermanos"

- "¿Ya nacieron?"- dijo Teki con alegría- "¡Felicidades Caro!"

- "¿Por qué no lo sabía?"- dijo Fiori- "Tengo primos nuevos y ni en cuenta"

- "Creo que papá iba a esperar a que amaneciera para decirle a tu papá... Nacieron anoche... sólo lo sabía el Señor Motomiya"

- "Bueno... supongo que todos nos fuimos a la cama anoche y despertamos en el Digimundo"- razonó Mik

- "¿Digimundo? ¿Estás seguro Mik?"- preguntó Fiori

- "¡Claro!"- dijo Teki- "Les digo que vi todo en un árbol... ¡Esta es la Isla File!"

- "¿Pero por qué estamos aquí?"- preguntó Joey y luego miró de reojo a los digimon que miraban a los chicos un poco atrás- "¿Y por qué no nos recuerdan? No puedo hacer que Bukamon me recuerde... él solo habla de mi padre... es como si jamás hubiera vivido conmigo"

- "¿Seremos los únicos aquí?"- esta vez fue Fiori la que habló

- "No lo sé..."- dijo Mik- "Eso espero porque si no... significaría que..."

Y en ese momento, por ironía o como ustedes quieran llamarle, se escuchó el grito de una pequeña a lo lejos.

- "¡Mami! ¡Papi! ¡Mik!"

- "¡Esa es Lilly!"- exclamó Mik corriendo sin pensar hacia donde provenían los gritos. No tardó en encontrar a su hermanita, vestida con un sencillo vestido rosa con flecos en las mangas y en el ruedo y con un sombrero de vaquera rosado cubriendo sus rizos rojizos. Los ojos miel de la pequeña estaban llenos de lágrimas y mostraban miedo.

- "¡Mik!"- la chiquilla abrazó a su hermano- "¡No dejes que me coma!"

- "¿Qué cosa Lilly?"- en eso miró a la criatura verde que estaba al lado de la niña- "¿Tanemon?"

- "¡No! ¡Ese Bicho Grande y Feo!"- exclamó señalando al Kuwagamon que estaba preparándose para atacar a los hermanos Izumi.

- "¡Mik! ¡Corre!"- gritó Fiori. El chico se levantó lo más rápido que pudo y corrió con su hermana en brazos hacia sus amigos, quienes también escaparon de Kuwagamon.

- "¡Corran! ¡Está muy cerca!"

- "¡Y yo que esperaba tener un tranquilo sábado!"

- "¿Por qué tengo la sensación de que en cualquier momento nos vamos a encontrar en un callejón sin salida?"

Y dicho y hecho, los niños pronto se encontraron sin manera de escapar. Un peñón detuvo su camino y no les quedaba de otra más que arrojarse al mar o detener a Kuwagamon

- "¡A ver cuando vuelves a abrir la boca Caro!"

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Jin Kamiya no podía entender lo que estaba pasando. Su mamá estaba llorando en el sillón. Su papá deambulaba de un lado al otro del pasillo tirándose del pelo. Y ella estaba muriéndose de hambre y en pijama. Sabía que algo andaba mal cuando despertó y no olió el café que mami tomaba en las mañanas. Cuando no escuchó el estéreo de Sara tocando canciones de amor que Teki consideraba cursis. Cuando no vio a su hermano entrar a su recámara bostezando para llevarla al comedor a desayunar. Sí, algo andaba muy mal.

Teki y Sara habían desaparecido y Jin no lo entendía. ¡Teki le había contado un cuento en la noche!, ¿Cómo era posible que no estuviera en su cama en la mañana? Si ella lo había visto meterse en ella y taparse con el cobertor desde la camita de abajo como todas las noches, después de que mamá les daba su beso. Y todavía antes de quedarse dormida había escuchado la voz de Sara desde la cocina, platicando con papá. ¿Y dónde estaban Agumon y Biyomon?

- "¿Hola?"- la nena escuchó la voz de su papá hablando al videófono- "¿Cómo que no están? ¿Y el de Takeru? ¿Tampoco?"

- "¿Qué sucede Tai?"

- "Es Kari... tampoco encontró su digivice"

- "¿Cómo? ¡¿Qué vamos a hacer entonces?!"- susurró mamá mientras derramaba más lágrimas. Pero papá no respondió inmediatamente, ya que seguía hablando con la Tía Kari.

- "Kari... tranquila... sí, lo sé... mira, sospechamos que estan en el Digimundo, ¿no?. Sí, la computadora de Teki y la laptop de Sara estaban encendidas esta mañana... ¿Has hablado con Izzy? ¿No? Mira, lo voy a llamar ahora... veremos si él sabe algo.... sí... bien... tú habla con Ken y Miyako. Tenemos que reunirnos... porque creo que en esto no estamos solos..."

Entre el miedo que sentía Jin... había algo que la tranquilizaba. Si su primos y Caro también habían desaparecido, era posible que estuvieran juntos y se ayudarían en el Digimundo, tal como los cuentos de Teki.

Sí, solo era cuestión de esperar a que entre amigos se resolviera todo

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Caro aún no podía creer como habían escapado de Kuwagamon. El monstruo parecía a punto de atacarlos cuando los Digimon salieron en su defensa. Intentaron detenerlos, ya que estaban muy pequeños para poder detener al insecto, pero fue entonces cuando sus digivices brillaron y los digimon evolucionaron. Ahora tenía a Patamon a su lado, pero aún así, éste no recordaba quien era ella.

Los 7 chicos y los digimon estaban en la playa, a donde habían llegado después de caer por el peñón luego del último ataque de Kuwagamon. Afortunadamente, Gomamon había salido al rescate con su marcha de peces, creando una balsa que los había salvado y llevado a la playa. Ahí habían encontrado unas casetas telefónicas y aunque la mayoría intentó llamar a casa, por alguna razón Caro sabía que eso no funcionaría. Y tenía razón.

La pequeña examinó su digivice... mejor dicho, el digivice de su papá. Era distinto al de sus amigos, ya que era más grande y redondo, además de que era verde y blanco a diferencia del azulado de los demás. Lo había reconocido en cuanto lo vio colgando de su mochila... las mismas raspaduras producto de las aventuras de su papá, el mismo botón despintado... y la misma calcomanía de una estrella que ella le había pegado en la parte trasera cuando su papá se lo mostró por primera vez. ¿Cómo era posible que estuviera el digivice con ella? Su padre guardaba el aparatito con mucho cariño en un lugar secreto... era imposible que saliera de ahí por sí mismo, ¿verdad?

- "Patamon... ¿Por qué crees que mi digivice es distinto al de los demás?"- murmuró Caro al pequeño volador que dormitaba a su lado.

- "¿Diferente? Yo no lo veo así, TK"- Caro ignoró el nombre pero aún así preguntó.

- "¿De qué hablas? ¡Es verde!"

- "Yo lo veo azul"

- "Necesitas que te revisen la vista Patamon... este digivice es verde..."

- "Si tú dices..."

Todos los chicos se veían cansados a pesar de que se acababan de levantar. Joey examinaba el contenido de su bolsa, la cual estaba llena de víveres. Caro pensó en revisar su mochila... pero desistió ya que no le interesaba comer un dulce por el momento (Aunque era extraño que supiera que tenía dulces... si nunca la había abierto). Sara y Teki platicaban, ella se veía preocupada, pero su amigo muy contento y emocionado. Fiori daba un paseo a la orilla del mar y Mik miraba al horizonte, con Lilly durmiendo en su regazo.

- "Estoy preocupada Patamon"- suspiró

- "¿Por qué?"

- "Por mamá... se va a poner triste porque no iré a ver a mis hermanos..."

- "¿Hermanos? yo pensé que tu único hermano era Matt"- el digimon señaló a la chica que paseaba en la playa.

- "No es mi hermano... es... olvídalo..."- pero a la niña Takaishi le comenzaba a desesperar el que Patamon no supiera nada de ella o de su prima. Que las confundieran con un niño... es cierto que durante un tiempo ella había deseado parecerse a uno, pero eso quedaba en el pasado

"Seré una marimacho pero creo que sigo pareciendo niña... ¿o no?"

- "¿¡POR DIOS QUÉ ES ESTO!?"- un grito de Fiori puso en alerta a Caro, quien corrió hacia su prima, seguida por Mik y Teki.

- "¿Qué pasa Fiori?"- preguntó Caro- "¿Estás bien?"

- "¡No, no lo estoy!"- dijo asustada- "¿Cuándo me convertí en chico?"

- "¿De qué hablas Fiori? Yo te veo como una chica..."- murmuró Mik

- "¡Entonces explica eso!"

Fiori señaló un charco de agua que brillaba gracias a la luz del sol. En ella, Caro pudo distinguir su reflejo... aunque se veía extraño, muy extraño.

- "¿Qué es esto?"- murmuró acercándose para verlo mejor. Y fue así como vio reflejado en lugar de una niña castaña a un pequeño rubio y ligeramente regordete que lucía un sombrero verde muy extraño y cuyos ojos tenían el mismo tono que los de ella.- "¡Pero si es un niño! ¡Mi reflejo es un niño!"

- "¿Lo ves?"

- "Pero no es cualquier niño Fiori..."- susurró Caro atemorizada y sorprendida- "Es... ¡Es mi papá!"

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Capítulo breve, lo sé. Pero tenía que cortarlo aquí para poder iniciar con las aventuras formalmente en el próximo. ¿Qué está pasando? ¿Qué fue de Kodai y Denis? ¿Qué harán los elegidos ahora que sus niños desaparecieron? Todo eso en el próximo capítulo ^^.

Por cierto, hoy es 24 de Diciembre del 2002, así que este capítulo es mi regalo de Navidad para ustedes. Solo me resta desearles mucha paz y alegría tanto en estas fiestas como en el próximo año. ¡Muchísmas felicidades!

¡Feliz Navidad! ^^

¡Nos vemos el año que entra!

Lara.