Capítulo 15: Relevo (Segunda Parte)

Fiori levantó el rostro y contempló la negrura que la rodeaba. No tenía idea de cómo había llegado a esa cueva o si existía alguna forma de salir. Se sentía cansada y confundida, con el cuerpo completamente entumido por el frío.

- "¿Matt?"- Gabumon abrió uno de sus ojos rojizos al sentir que su camarada se movía- "¿Estás bien?"

La chica negó con la cabeza, pero fue incapaz de describir al digital la opresión que sentía en el pecho, que le nublaba la vista y la hacía sentir completamente desdichada. Se sentía sola y confundida, sin pasado ni presente. Para ella, lo único que había existido en su vida era esa aterradora cueva y la idea de que no merecía salir de ella nunca más.

-"¿Yamato?"- Gabumon se incorporó y puso su pata sobre las heladas rodillas de la chica- "Vámonos de aquí, por favor..."

- "No sé como hacerlo... no sé como salir..."

- "¡Claro que sí! Sólo hay que seguir el camino por el que entramos"

- "Pero... ¿qué hay afuera?"

- "¿Qué dices?"

- "¿Qué nos espera afuera? Yo... yo no sé que hacer... no me siento capaz de enfrentarme a lo que sigue..."

- "Yamato... ¡Eres capaz de todo¡Deja de compararte con Taichi y los demás¡Tú eres un gran chico!"

- "No lo sé..."

La oscuridad en la cueva incrementó un poco, y Gabumon pudo sentir como unas heladas sombras comenzaban a rodearlos.

- "Yama... yo confío en tí. Sé que eres capaz de todo, de salir adelante a pesar de lo difíciles que se pongan las cosas. Ahorita el mundo parece estar de cabeza, pero mira... saldrás de esta... vamos con los demás...tienes que levantarte..."

- "¿Y si no puedo hacerlo?"

- "En ese caso siempre me tendrás a tu lado... para eso son los amigos..."

La mirada celeste y vacía de Fiori adquirió de pronto un brillo especial.

- "Para eso son los amigos..."- susurró, mientras a su alrededor veía como la niebla comenzaba a disiparse, revelando la iluminada oficina de la escuela primaria número 4 de Odaiba.

Se vio a sí misma a los nueve años, tomando nerviosamente de la mano a la Señora Ichijouji. Llevaba solamente dos días viviendo en el Japón, por lo que todo en aquel extraño país aún le producía una extraña mezcla entre angustia y emoción.

-o-

- "Buenos Días ¿En qué puedo servirles?"- saludó una de las secretarias, interrumpiendo momentáneamente su labor en la computadora.

- "Buenos Días"- saludó la Sra. Ichijouji- "Soy Miyako Ichijouji, madre de Sam de tercer grado"

- "Oh sí... ¡claro!"- la secretaria asintió- "El pequeño que se fue de intercambio a Italia por un año."

- "Sí... por un año..."- la Sra. Ichijouji suspiró y continuó- "Bueno, pues precisamente esta es la pequeña que intercambió lugar con mi hijo: Su nombre es Fiori Ishida"

- "¿Tan pronto?"- la secretaria examinó a la niña, haciéndola sentir ligeramente incómoda- "No la esperábamos hasta el próximo Lunes"

- "Lo sé, pero parece que hubo un cambio en los boletos..."- la Sra. Ichijouji se ajustó los lentes- "Bueno, la verdad es que solo quería venir a presentar a Fiori con los directivos, para que el Lunes no sea tan difícil para ella"

- "Me parece una buena idea"- la secretaria sonrió y salió de su cubículo- "La llevaré con la directora enseguida. Estará encantada de conocerla"

La dama tomó con fuerza de la mano a Fiori, quien instintivamente buscó con la mirada a su "madre sustituta".

- "No se preocupe, yo la puedo llevar. Sólo dígame donde está su oficina y..."

- "¡Descuide!"- la secretaria interrumpió- "Vaya usted tranquila a su casa. Nosotros nos encargaremos de todo"

La Sra. Ichijouji miró a Fiori, quien asintió nerviosamente antes de adentrarse en las oficinas de la escuela.

- "¡Diviértete, Fiori! Harumi y yo pasaremos por tí en un rato..."

Fiori y la secretaria avanzaron en silencio por el pasillo. Diversos carteles con extrañas letras impresas estaban pegadas en las paredes, haciendo que Fiori sintiera de nuevo un hueco en el estómago. Se preguntó nuevamente si venir a un país tan lejano y extraño como el Japón había sido realmente una buena idea.

Un año lejos de sus padres, de sus amigos, de su amada Italia. Un país lejano donde todos hablan raro y ni siquiera puede entender el sentido de las calles. ¿Realmente lograría encajar aquí?

Fiori asintió con fuerza, recordando la razón por la que se había ofrecido para el intercambio: Papá. Recordó el viaje a la Toscana del verano pasado para visitar cementerios y así dar con la familia de papá. Recordó la mirada de tristeza de su padre al toparse finalmente en un pequeño pueblo con una lápida de piedra clara debajo de la cual estaba enterrada la abuela. Recordó las flores que mamá y ella depositaron a sus pies. Recordó la mirada de extrañeza de papá al no ver la tumba del tío cerca de la abuela. Recordó la expresión de angustia de papá cuando el señor del cementerio le comentó que en los registros no aparecía que alguien llamado Takeru hubiera sido enterrado en el lugar.

Y finalmente, recordó la sonrisa tímida de papá cuando la anciana que atendía la panadería le confirmó que muchos años atrás había cuidado de un adolescente "de rasgos orientales" por algunos meses, antes de que este se marchara para nunca volver.

Desde entonces, papá no era el mismo: Deambulaba por la casa con una mirada extraña, como un niño que cuenta con ansias los días que faltan para la Navidad y que al mismo tiempo no está seguro de que recibirá un regalo. Se pasaba horas hablando por teléfono a distintas oficinas de policía del país para que le informaran algo de su hermano, sin resultado alguno. Los meses pasaron, y papá estaba cada vez más angustiado. Incluso se marchó a Tokio por unos días, pero no encontró nada. Era como si el tío se hubiera vuelto invisible.

Fue por eso, cuando llegó la oferta para ir de intercambio a Japón, que Fiori se apuntó sin pensarlo dos veces. Un año en ese país le daría suficiente tiempo para buscar a su tío. Algo le decía que tal vez papá no había buscado en los lugares correctos, cegado por su desesperación. Sería muy duro estar lejos de sus padres, los extrañaría mucho, pero ella deseaba darle a papá ese regalo...

- "Hemos llegado"- anunció la secretaria mientras llamaba a la puerta. Al instante se escuchó que alguien pedía que pasaran y así entraron a la oficina.

Detrás del escritorio, Fiori se topó con una mujer que le recordó mucho a su mamá. Con el pelo y los ojos castaño claros y una sonrisa dulce, la dama se puso de pie para saludarlas.

- "Profesora Izumi"- anunció la secretaria- "Ella es la alumna de intercambio"

- "¿De verdad?"- la directora se acercó a la recién llegada y le dió la mano- "Es un placer conocerte, preciosa. ¿Cómo te llamas?"

A pesar de tener la ventaja de poder hablar un poco de japonés gracias a su herencia paterna, Fiori estaba tan nerviosa que no pudo articular palabra alguna. Lo único que escapó de sus labios fue un sonido gutural que sonó como a un hipo. La italiana se sonrojó.

- "Su nombre es Fiori Ishida, Profesora Izumi"- se apresuró a responder la secretaria. La directora frunció el ceño, aparentemente sorprendida por el nombre, pero pronto sonrió como antes.

- "Gracias, Momoko. Yo me encargaré de la niña, puedes retirarte"

- "Está bien. Es un gusto conocerte, Fiori"- la secretaria se retiró de la oficina- "Con permiso"

La directora y Fiori se quedaron solas, haciendo que la pequeña volviera a sentirse nerviosa. Entendía poco de lo que le decían y era incapaz de saludar a alguien. Apenada, Fiori comenzó a rascarse el cuello. La Profesora Izumi se arrodilló para poder ver a su alumna a los ojos.

- "Tranquila, es normal que todo parezca confuso el primer día..."- susurró lentamente, de modo que Fiori pudo comprender lo que le decía- "Cuando era niña me mudé a los Estados Unidos y aún recuerdo lo difícil que es al principio, con las letras, el idioma y hasta las costumbres distintas. Pero descuida, poco a poco te acostumbrarás y pronto te sentirás como en casa"

La Profesora Izumi se puso de pie y tomó de la mano a Fiori- "Ven. Te voy a dar un paseo por la escuela para que conozcas a los profesores, las aulas y a tus compañeros. Son buenas personas, no tienes nada que temer"

Sintiéndose más segura, Fiori asintió- "Muchas gracias, profesora Izumi"

- "¡Vaya! Así que no te han comido la lengua los ratones¿verdad?"- respondió la profesora con una risita mientras la conducía a la puerta, la cual se abrió súbitamente. Era Momoko, la secretaria.

- "Lamento interrumpirla, profesora, pero me acabo de encontrar a la profesora del 5-A y necesita que acuda al salón lo antes posible. Parece que hay un problema con la exposición del ciclo del agua para la feria científica"

- "Entiendo, gracias Momoko"- respondió la Profesora mientras su secretaria cerraba la puerta. Suspirando, miró a Fiori con pena- "Lo lamento mucho, preciosa. Hoy tenemos la feria de las ciencias y como podrás ver necesito estar pendiente de las actividades. Creo que nuestro paseo será otro día"

Fiori asintió con tristeza- "Está bien, profesora"- pero entonces, a la Profesora Izumi se le iluminaron los ojos, como si acabara de ocurrírsele una grandiosa idea.

- "¡Lo tengo!"- guiñándole un ojo, la profesora soltó la mano de Fiori y se acercó a la puerta- "Espera aquí, no tardo"- al ver la mirada confundida de la italiana añadió- "Voy por tu guía. No te preocupes, es alguien de mi completa confianza con quien estoy segura de que te llevarás bien"

La Profesora Izumi salió del despacho, cerrando la puerta detrás de ella. Fiori suspiró y se sentó frente al escritorio de la directora. Aunque aún estaba muy nerviosa, la amabilidad de la dama la había tranquilizado, abriéndole un panorama mucho más alegre que el que tenía anteriormente. Tal vez iba a ser muy difícil adaptarse a la nueva vida en Japón, pero ella era fuerte y a final de cuentas, sería divertido pasar por este cambio. ¡Ella encontraría a su tío pasara lo que pasara¡Aunque tuviera que recorrer todo el país a pie! Su padre había logrado recorrer parte de Italia solo, así que ella podría hacer lo mismo. ¡Ella lo lograría sola!

- "¿Disculpa?"- una vocecita hizo que Fiori se girara hacia la puerta. En el umbral de la misma se encontraba un niño de su misma edad, bajito, con el pelo castaño, las mejillas coloradas por la timidez y los ojos oscuros y curiosos.- "¿Eres la niña nueva?"

La italiana asintió, al tiempo que se acomodaba la camiseta morada de la suerte. El niño agregó- "Soy Mik Izumi... y vine para darte un paseo por la escuela..."

Fiori sonrió: Por otro lado, un nuevo amigo no le haría nada mal durante sus nuevas aventuras...

-o-

Mik y la oficina se perdieron en la oscuridad que volvía a rodear a Fiori y a Gabumon. El peludo digimon aún temía a las sombras, pero la chica sonreía con determinación.

- "Para eso son los amigos, Gabumon"

- "¿Qué?"

- "Las cosas ahorita son muy confusas... no estoy segura de quien soy o de donde provengo, pero sé que afuera me esperan cosas mejores¿verdad?"

- "¡Claro que sí, Matt!"- Gabumon se unió al súbito entusiasmo de su camarada.

- "Y aunque las cosas se pongan negras, se que no estoy completamente sola. Se que puedo contar con mis amigos, como tú Gabumon, que me has acompañado en este lugar tan negro"

- "Los amigos están juntos hasta el final..."

- "¡Lo sé!"- Fiori se puso de pie- "¡Por eso vamos a salir de este hoyo juntos!"

En ese momento, una cegadora luz brotó de la nada, ahuyentando a las sombras. La cueva desapareció mágicamente y con ella la confusión que Fiori tenía.

- "La cueva... se ha ido..."- Fiori notó que su ropa ahora era distinta y que su pelo volvía a ser largo- "¡Y he vuelto a la normalidad!"

- "¿Cómo pudo pasar esto?"- preguntó Gabumon, aún intrigado por su súbito escape.

- "La cueva era un reflejo de tus sentimientos... o mejor dicho, mis sentimientos"- una voz de chico hizo que Fiori sonriera: Su padre, al menos su versión juvenil, se acercaba a ellos con paso tranquilo.

- "¡Matt!"- chilló Gabumon alcanzando a su camarada, quien lo abrazó.- "¡Volviste a ser el mismo!"

- "Y todo gracias a tí, Gabumon, mi amigo"- Yamato miró a su hija y sonrió- "Fiori, también has vuelto a ser tú misma..."

La adolescente sonrió satisfecha, aunque pronto su mirada castaña se nubló- "Pero qué hay de los demás... ¿Dónde está Mik¿Y Haru?"

- "Harumi aguarda tu llegada en el escondite de Devimon... en cuanto a Mik y los demás, deberán recordar quiénes son antes de enfrentarse al enemigo"- Yamato suspiró- "Me gustaría acompañarte, pero tengo que cubrir mi lugar en este sitio. Pero estoy tranquilo, porque sé que saldrás adelante"

- "Claro que sí... así será"

- "Aunque... no estará de más el que tengas a un amigo como Gabumon durante tu viaje..."

Previniendo lo que estaba por ocurrir, Yamato tomó la mano de Fiori, provocando el nacimiento del camarada de la chica: Una criatura pequeña y de color rojo, con largas orejas de conejo, los ojos amarillos y una cola ligeramente parecida a la de un pavo real.

- "¿Un Elecmon?"- susurró Fiori al tiempo que su nuevo amigo saltaba a sus brazos.

- "¡Hey¡Seré pequeño, pero soy fuerte cuando es necesario!"- se quejó Elecmon mientras estiraba la pata para tomar un accesorio que colgaba del cinturón de Fiori, su digivice. Al instante, el portal que la llevaría a la aventura se abrió ante sus ojos.

- "Buena suerte, Fiori"- se despidió Yamato mientras veía como su hija se abría paso con Elecmon.

Segundos después, ella desapareció...


- "¿Cuál es su mano?"- preguntó con voz fanfarrona un digimon que parecía una enorme pistola ambulante, con todo y disfraz de vaquero: Deputimon.

- "Par de ases"- comentó Sam mientras mostraba sus cartas. Sara ahogó un bostezo.

- "¿Y qué hay de ti, preciosa?"

- "Tercia de Reinas"- murmuró Sara con voz aburrida. Deputimon mostró su juego y exclamó con una risa.

- "¡Poker de Reyes¡Gané de nuevo!"- el digimon aventó unas fichas rojas al aire y bailó emocionado- "¡Soy el mejor¡Soy el mejor!"

- "Esto es tan aburrido..."- susurró Sam recargando la frente sobre la mesa. Sara estaba de acuerdo con su amigo.

- "Tienes razón, Miya... creo que la última vez que estuve tan aburrida fue cuando..."- la pelirroja frunció el ceño- "... la verdad es que... hay tantos momentos aburridos para escoger que..."

- "¡Oh vamos, Sora!"- Sam levantó el rostro y sonrió- "¡Tú vida no es nada aburrida!"

- "Eso es lo que tú crees..."- aunque no estaba segura de la razón, de pronto Sara se sintió vacía. Como que algo no estaba del todo bien. Como si se sintiera... ajena a ella misma.

- "¡ESCÚCHENME!"- gritó Deputimon arrojando la baraja al suelo-"¿Que no ven que les estoy hablando, linduras¡Otra partida!"

Sara suspiró y Sam gruñó por lo bajo- "Digas lo que digas, Sora, nada puede ser tan aburrido como estar pegadas a este tipejo..."

- "¡Ahora!"- chilló una voz a lo lejos. Sara y Sam se pusieron de pie, al tiempo que Deputimon volvía a quejarse de su falta de atención.

- "¿Cómo pretenden que les gane de nuevo si no ponen... que OCURRE?"- exclamó el digimon al ver a un chiquillo de pelo rebelde acercarse a ellos a toda velocidad, montado en un Raidramon.

- "¡Es Daisuke!"- exclamó Sara aliviada. De algún modo ellos habían logrado escapar de la prisión y podrían deshacerse de Deputimon y sobretodo de Starmon.

- "Iori debe estar cerca también... ¡Hawkmon!"- Sam corrió hacia sus amigos para reunirse con su camarada. Denis llegó hasta Deputimon, quien exclamó.

- "¡Ustedes¡Vienen a interrumpir mi juego!"

- "¿Creiste que nos tendrías encerrados y hambrientos por más tiempo?"- Denis preguntó con una sonrisa triunfal- "¡No sabes con quien te metes!"

- "¡Al igual que ustedes!"- a lo lejos, el verdadero enemigo de los elegidos, Starmon, caminaba con paso decidido para detenerlos.- "¡Igual tú Deputimon¡Me las vas a pagar!"

- "¡Starmon¡Mi archienemigo!"- Deputimon se acomodó el sombrero y se acercó con paso amenazante a Starmon- "¿Listo para otro duelo?"

- "¡Idiota¡No vengas a molestarme¡Soy el comisario de este pueblo y debo detener a estos delincuentes!"

- "¡Venga, Starmon¡Pelea!"- Deputimon arrojó unas balas de su cuerpo, las cuales fueron detenidas por el digital con forma de estrella- "¡Anda¡Prueba el plomo!"

- "¡El que va a probar plomo eres tú!"- Starmon atacó a su vez a Deputimon, quien brincó alegremente entre los ataques- "¡Te voy a acabar!"

- "Es nuestra oportunidad para escapar, Sora"- Denis tomó la mano de Sara, quien de pronto sintió algo en el estómago al ver los ojos de su amigo- "¡Súbete!"

Sara no dudó mucho más y junto con Denis, escapó montada en Raidramon hacia las afueras del pueblo, donde esperaban encontrar la aguja de control que impedía que Biyomon pudiera evolucionar.

Starmon por su parte, no tardó en notar que los dos chicos se estaban fugando, por lo que intentó detenerlos con su ataque especial. Al instante, un montón de rocas celestes y encendidas comenzaron a caer sobre Raidramon y los adolescentes, haciendo que cayeran bruscamente al suelo.

- "¿Te encuentras bien, Daisuke?"- preguntó Sara poniéndose de pie con dificultad. El chico asintió y se incorporó rápidamente, mirando con furia a Starmon.

- "¡Raidramon¿Estás listo para darle su merecido a Starmon?"

- "¡Así es, Dai!"- Raidramon volvió a adquirir la forma de V-mon y se preparó para evolucionar de nuevo. Denis sacó su D-terminal .

- "¡Digievoluciona!"- en un instante, entre luces rojizas y anaranjadas, V-mon se convirtió en Flamedramon, listo para detener al enemigo.

- "Flamedramon... ¡El valor en llamas!"

- "¡A la carga!"- gritó Denis corriendo tras Flamedramon. Sara se quedó en su lugar, mirando con una mezcla de envidia y admiración el entusiasmo del muchacho.

Daisuke nunca duda en hacer hasta lo imposible con tal de ayudar a un amigo o alcanzar sus metas. No le importa lo que digan de él y siempre actúa de acuerdo a sus ideales... él sabe lo que quiere hacer con su vida... a diferencia de mí.

De nuevo, la sensación de vacío llenó el interior de Sara. ¿Qué le ocurría?. ¿Por qué de pronto sentía que su vida era una mentira?. Después de todo, ella también había sido una niña elegida... tenía amigos y... pero...

¿Por qué siento mi vida tan ajena¿Qué me está pasando?

- "¡PAGARÁS NIÑO ELEGIDO!"- un grito enfurecido de Starmon sacó a Sara de sus ensoñaciones. Aparentemente el digimon había logrado deshacerse de Deputimon por unos instantes y ahora concentraba sus ataques en Flamedramon. Denis seguía corriendo hacia el lugar de la batalla.

Starmon miró de reojo al muchacho y sonrió maliciosamente. Levantando un brazo, hizo que una enorme roca que estaba a pocos metros de Sara se elevara por los aires. Colocándose varios metros encima de Denis, la roca se sostuvo en el aire por unos instantes, hasta que Starmon bajó lentamente el brazo...

Sara no tardó en comprender lo que estaba por pasar. Sintiendo que la sangre se le agolpaba en las piernas, la chica comenzó a correr lo más rápido que podía para evitar la desgracia que estaba por ocurrir.

La roca seguía cayendo... Denis seguía parado en su lugar, animando a Flamedramon.

Sara seguía corriendo, pero la roca bajaba cada vez con mayor velocidad...

- "¡Daisuke!"- gritó una vez. Denis no la escuchó.

- "¡Pagarás!"- amenazó Starmon, al tiempo que atacaba nuevamente a Flamedramon.

- "¡Daisuke!"- gritó nuevamente Sara.

Respiraba con dificultad, las piernas le dolían y estaba a pocos metros de alcanzar al muchacho.

La roca parecía caer en cámara lenta... todo parecía pasar en cámara lenta...

Una sombra se dibujó encima del Motomiya. Denis alzó la mirada. Sus pupilas se dilataron por el terror.

¡DEEEENIIIIIIS!

-o-

Denis cayó de bruces en el suelo, justo al otro lado de la calle. Adolorido, levantó el rostro y vió como la pequeña pelota de goma de Calvin rodaba hasta caer por la coladera.

Todo había pasado en un instante: Recordaba que caminaba por la calle con Sara y con Calvin, cuando a este se le había caído la pelota de goma que le acababan de comprar en el parque. Sin pensarlo dos veces, Denis había corrido hacia la avenida para recoger el juguete, sin percatarse de que un coche se dirigía a él a toda velocidad.

Denis se dio cuenta del peligro que corría cuando escuchó al auto frenar violentamente, pero todo parecía indicar que no lograría detenerse a tiempo. Paralizado por el miedo, el niño cerró los ojos, esperando el inevitable golpe.

Segundos después, había despertado al otro lado de la avenida, con el cuerpo raspado y lastimado, pero vivo. Alguien lo había empujado justo antes de que fuera atropellado. Denis alzó la mirada: Jadeando y con las mejillas rojas, Sara lo miraba angustiada...

-o-

- "¿Sara?"- Denis contempló a su amiga, quien aún se reponía de la larga carrera que había tenido que correr para salvarlo. Sintiendo un escalofrío, Denis vio que la enorme roca había caído a pocos centímetros de él, levantando polvo y grava a su alrededor. Starmon se quejaba ruidosamente de su mala suerte, al tiempo que Flamedramon aún trataba de detenerlo a como fuera lugar.

- "¿Cómo puedes ser tan estúpido, Denis¡Justo como la vez de la pelota!"- gritó la chica fuera de sí- "¿Qué acaso nunca te das cuenta de lo que ocurre a tu alrededor¡Pudiste morir!"

- "Sara... tú... gracias..."- Denis se sentó con dificultad, al tiempo que se sacudía la chamarra. Sara seguía fulminándolo con la mirada, al tiempo que las lágrimas se asomaban en sus ojos grises- "Tranquila... no llores... no me pasó nada..."

- "¿Cómo quieres que me calme¡Nunca había estado tan asustada¡Yo no sé que haría sin tí porque...!"- Sara palideció un poco y retrocedió apenada, recordando de pronto que Denis y ella estaban distanciados.

- "¿Qué dijiste?"

- "Nada importante..."- Sara intentó restarle importancia a sus palabras, pero la respuesta de Denis a ellas la tomó por sorpresa.

- "A mí también me cuesta trabajo estar sin ti..."- susurró el chico mirándose las manos. Sara sintió como si su corazón se hubiera encogido.

- "Lo sé..."- aunque su contacto con Denis en los últimos meses había sido prácticamente nulo, eso no significaba que no notara la mirada triste que se había mudado a los ojos de quien fuera su mejor amigo. Por su parte, ella extrañaba los días de rutina en el V-yomon bromeando y tomándole el pelo a Joey y aquellas tardes que pasaban en la cocina, contándose todo.- "Te extraño..."

- "Pues no lo parece"- llenándose súbitamente de ira, Denis le dio la espalda a Sara- "Después de todo, tú eres la que se fastidió de mí..."

- "¡Porque soy una idiota¿Contento?"- Sara se puso de pie, limpiándose con rabia las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. Denis se giró para mirarla asombrado.

- "¿Cómo dices?"

- "¡Eso¡Soy una estúpida!"- Sara volvió a ponerse de rodillas- "¿Sabes qué es lo que aún recuerdo de mi vida¿Lo único que no he podido olvidar en este mundo¡Pues eres tú¡Tú eres de las pocas cosas de mi vida que considero mías¡Eres la única persona con quien podía ser yo misma!"

- "Sara... yo..."

- "¡Déjame terminar!"- el rostro de Sara estaba completamente rojo por la emoción- "Toda mi vida he sentido que hago las cosas por alguien más y no por mí. ¡Ni siquiera sé que es lo que realmente quiero hacer con mi vida!. Me visto y comporto como lo esperan mis amigas, trabajo de mesera porque así lo espera mi madre y... y... ¡Y yo nunca soy parte de mis decisiones!"

- "Espera... Sara..."

- "Hasta hace unos meses ni siquiera sabía cual era mi origen Denis... ¡Y tuve que meter a Joey en problemas por ello!. ¿Y sabes qué? Cuando finalmente descubrí quien era mi papá... por primera vez sentí que tenía el control... porque en ese momento elegí que mi papá sería Taichi. En ese momento elegí ser una Yagami y yo..."

Sara se soltó a llorar, presa de las emociones que durante mucho tiempo tenía contenidas en su interior. Denis tomó la mano de su amiga, comprendiendo en parte lo que ella sentía. Él la había visto pasar por ese amargo momento meses atrás y se había sentido impotente por no poder ayudarla como antes, por no poder consolarla...

- "Entonces... ¿por qué decidiste romper?"- Denis tragó saliva al hacer sus preguntas- "Dijiste que estabas cansada de mí... que era momento de cambiar... pero nunca entendí el por qué..."

- "Creí que era necesario cambiar de novio"- Sara suspiró entre las lágrimas- "Eso decían mis amigas, que ya era tiempo de que dejara mis relaciones infantiles y me consiguiera un novio de verdad pero... pero luego me di cuenta que había cometido un error..."

- "¿Tus amigas¿Ellas decidieron que rompieras conmigo¡No lo puedo creer!"- Denis se puso de pie, enojándose de nuevo- "¿Cómo pudiste tomarlas más en cuenta a ellas que a mí¿Por qué lo hiciste?"

- "Ya me escuchaste... porque siempre he actuado de acuerdo a lo que me dicen los demás... aparento ser fuerte... pero en verdad sólo buscaba complacer a la gente para que me aceptaran... porque no tenía idea de quien soy ni que es lo que quiero..."- Sara levantó la vista y tomó la mano de Denis- "Sin embargo... olvidé que cuando acepté ser tu novia, lo hice porque en verdad lo quería... en verdad te quería. Eres mi mejor amigo, Denis. Y contigo siempre he podido ser yo misma... siempre me aceptaste como soy y... perdóname..."

Denis soltó la mano de Sara y se apartó unos pasos.

- "Me dolió mucho lo que hiciste Sara... y me duelen más tus razones... tú... tú... ¿Cómo puedo estar seguro de que no volverás a romper conmigo porque tu hermano o tu padre te lo pidan¿Cómo puedo estar seguro de que en verdad esto es lo que quieres...?"

Sara se puso de pie y se acercó a Denis, colocando sus manos sobre los hombros del chico.

- "No puedo darte pruebas tangibles de lo que siento... Sólo puedo darte mi palabra de que esto es algo que yo quiero. Y que he decidido cambiar... a partir de ahora quiero ser yo misma Denis..."

- "..."

- "Sólo te pido una segunda oportunidad..."

-o-

Denis tomó el crayón azul y se puso a colorear el mar que abarcaba la mayor parte de la hoja. Mamá y él estaban dibujando como solían hacerlo todos los viernes en la tarde: Ella para la oficina y él para ponerlo en el refri junto con todos los otros dibujos que hacía en la escuela y que mamá guardaba celosamente en su escritorio al terminar el mes.

- "¡Denis¡Ve por tu chaqueta¡Llegó tu papá!"

Dando un brinco de la emoción, el pequeño de 7 años y medio guardó sus crayones y colocó su dibujo sobre la "mesa de trabajar" de mamá. Después, fue a su recámara por su chaqueta y corrió a la entrada para ponerse los zapatos y saludar a papá, quien venía a recogerlo para pasar el fin de semana con él. Tomando sus tenis azul marino de la cajonera, Denis comenzó a calzarse, escuchando a mamá y a papá platicar del otro lado de la puerta.

- "Así que estás decidido, Daisuke."

- "Sí, completamente."

- "¿Y cuándo piensas hacerlo?"

- "Bueno... como podrás ver... esta misma noche"

- "Me hubieras avisado... así le compraba a Denis un traje nuevo..."

- "No te preocupes. Después de todo será muy sencillo"

- "A pesar de todo lo que pasó entre nosotros, Daisuke... te deseo mucha suerte, de verdad"

- "Gracias, Ayame"

Una vez con los tenis puestos, Denis abrió la puerta del departamento y se topó a mamá, vestida con una falda larga y un suéter (como solía hacerlo cuando estaba en casa) y a papá portando un traje muy distinto a la camiseta y pantalones deportivos que solía usar para llevar al pequeño a jugar baloncesto al parque.

- "¿Por qué estás vestido así, papá?"

- "Bueno..."- papá se sonrojó un poco- "Esta noche tú y yo vamos a ir a un lugar muy especial..."

- "¿De verdad?"- los ojitos marrones de Denis brillaron de emoción- "¿Me vas a llevar al zoológico?"

- "Umm... me temo que no. ¿Pero qué te parece si te llevo el domingo?"- papá miró de reojo a mamá y continuó- "Mamá aceptó que pasaras conmigo el fin de semana, así que tendremos tiempo para ir¿te parece?"

- "¡Sí¡Vamos el domingo!"- Denis corrió a su recámara por su abeja de peluche, un muñeco que papá le había regalado para su quinto cumpleaños- "¿Puede ir BizBiz conmigo?"

- "Claro que sí... ¡Y no olvides tu pijama!"

Minutos después, Denis iba sentado con su padre en la parte trasera de un taxi, recorriendo las calles de Odaiba. Papá iba muy nervioso, ajustándose el traje constantemente y contemplando el cielo.

- "¿Papá¿Y cuál es ese lugar especial al que vamos?"- las mejillas de papá volvieron a encenderse. Denis se cubrió la boca con ambas manitas para que no lo viera reirse, porque la verdad era muy chistoso ver a papá comportarse así de raro.

- "Denis... yo..."- comenzó a tartamudear, pero pronto se repuso a los nervios y, mirando serenamente a su hijo, continuó- "Mira... ¿Recuerdas el otro día que fuimos al parque?"

- "¡Claro! Fuimos a pasear, a ver a los patos, a tirar a la canasta y luego me compraste un helado. ¿Vamos a hacer eso de nuevo?"

- "Más adelante... pero no es eso a lo que me refiero"- papá se aclaró la garganta- "¿Recuerdas lo que te dije cuando estábamos practicando los tiros¿Aquello de volver a intentarlo aunque la primera vez falles?"

- "Sí... sí me acuerdo"- Denis sonrió pícaramente- "Aunque creo que quien debería practicar ese consejo eres tú papá... ¡No le diste ni una vez!"

Papá rió- "¡Y no pierdes oportunidad para hacerme burla de nuevo¡Pero espera a que te lleve a practicar goles al campo y verás lo que tu padre es capaz de hacer!"

Denis comenzó a reírse, hasta que papá guardó silencio y lo tomó del brazo, sonriendo.

- "Bueno... lo que te dije no sólo aplica para los deportes... sino para muchas otras cosas..."- el pequeño ladeó un poco la cabeza, su padre continuó- "A veces las cosas fallan y... lo mejor que se puede hacer es encontrar lo bueno en ellas y, si la oportunidad se presenta, pensar en darles una segunda oportunidad"

El niño parpadeó varias veces, tratando de comprender a su papá.

- "Creo que no estoy teniendo ningún sentido para tí¿verdad?"- papá alborotó el pelo de su hijo- "Tal vez porque aún eres muy pequeño. Pero mira... tú fuiste lo mejor de la primera vez. Y hoy, estoy dispuesto a tratarlo de nuevo..."

El taxi se detuvo en una esquina. Denis salió y contempló el lugar al que habían llegado mientras papá pagaba al conductor: Frente a él se extendía un amplio corredor de piedra, cuyos lados estaban cubiertos por muchos árboles que comenzaban a florecer. Papá lo tomó de la mano y lo condujo entre los árboles, hasta que llegaron al fondo, donde un pequeño templo se alzaba a sus pies.

Sentada en las escaleras de la entrada, una mujer muy bonita con el pelo y los ojos castaño oscuros los esperaba. Denis la reconoció: Era la amiga de papá, a quien veía con frecuencia en los últimos meses. ¿Cómo era que se llamaba¿Hikari?

Hikari se puso de pie, y Denis vió que ella vestía tan elegante como papá: Un kimono blanco sencillo. Y ella también tomaba de la mano a un niño: No aparentaba más de 3 años y tenía el pelo castaño tan alborotado que Denis no podía recordar algo parecido.

- "Supongo que recuerdas a Hikari¿verdad?"- el niño asintió.

- "Él es Teki, mi sobrino"- al ser nombrado, el pequeño dirigió a Denis una sonrisa alegre y estiró su manita para que se la tomara.- "Y Teki, él es Denis, el hijo de Daisuke"

- "¡Hola Denizz

- "¿Estás lista?"- papá miró tímidamente a su amiga, quien sonrió dulcemente y asintió. Denis vio como le tomaba la mano y la apretaba suavemente.- "Pues entonces... es hora"

Y fue en ese momento, cuando finalmente entraron al templo, que Denis comprendió la magnitud de lo que estaba por suceder...

-o-

Como si volviera de un trance, Denis parpadeó varias veces. Sara aún lo miraba con pena y limpiándose disimuladamente las lágrimas que brotaban de los ojos rojizos que había adoptado de su madre en este mundo.

- "¿Sabes por qué te pedí que fueras mi novia?"- preguntó súbitamente el chico. Sara se sobresaltó.- "No lo hice porque estuviera enamorado. Después de todo, tenía once años y no creía en esas cosas ridículas de romance y demás..."

Sara se sonrojó: A decir verdad, a ella también la parecían cursis esas cosas cuando tenía esa edad.

- "Lo hice porque todos en el salón decían que tú y yo parecíamos novios"- Denis sonrió- "Como puedes ver, yo también me he visto presionado por los demás"

- "Recuerdo que yo también te presioné un poco..."- Sara rió- "Aunque dudo que comprendiera en ese entonces lo que hacía..."

- "Sin embargo, jamás lo hubiera hecho si no hubiera estado seguro de una cosa... tú eras mi mejor amiga y bueno... supuse que si éramos novios podríamos pasar más tiempo juntos. Papá decía que Hikari era una de sus mejores amigas y aunque en ese momento aún no la aceptaba como esposa de mi padre, tenía que admitir que ellos la pasaban muy bien juntos, sobretodo con el asunto del bebé y bueno..."- Denis se rascó la cabeza- "Lo que quiero decir es que te pedí que fueras mi novia porque te quería y porque quería ver si en verdad podíamos pasarla mejor que antes..."

- "Y parece que al final lo eché todo a perder..."- Sara bajó la cabeza ligeramente- "No pensaba en ese entonces y bueno..."

- "Espera Sara, que ahora el que tiene que terminar soy yo"- Denis posó sus manos sobre los hombros de la chica- "A pesar de lo triste que fue la forma en que terminamos, y el que ahora ya casi no nos hablamos, no todo fue malo. ¡Duramos 4 años!"

- "Bastante ¿verdad?"

- "Ajá"- Denis se veía cada vez más animado- "Y... y puedo decirte que lo que yo esperaba al inicio se cumplió, porque la pasaba muy bien contigo, porque ahora podíamos pasar más tiempo juntos y hablar de otras cosas y... bueno yo..."

- "Algo me dice que aún no puedes decirme todo¿eh?"- Sara comentó con una sonrisa burlona- "Creo que tratas de decirme que terminaste enamorándote¿verdad?"

- "Sí... y sí"- las mejillas de Denis se tiñeron de rojo. Lentamente, el chico tomó la mano de Sara y sonrió- "En resumen... si todo lo que pasó entre nosotros fue tan bonito, y terminó por una estupidez... y dices que quieres que las cosas sean distintas y... y yo te creo... yo... yo también estoy dispuesto a darle otra oportunidad..."

- "¿De verdad?"

- "¡Pero con una condición!"

- "¿Cuál?"

- "Que pase lo que pase... siempre seamos nosotros mismos... y... que si esto no llega a funcionar... de todos modos sigamos siendo amigos... ¿qué te parece?"

Los dos chicos se miraron por unos segundos, haciendo que Sara sonriera al recordar lo sucedido tres años atrás, y así estiró la mano...

-o-

- "Yo creo que tenemos un trato, señor Motomiya"- respondió Sara estrechando con fuerza la mano de Denis.

- "Muy bien... entonces, yo te ayudo el próximo sábado a cuidar a Calvin, Teki y Caro, a cambio de que me acompañes el domingo mientras cuido de Ködai para que mis padres puedan celebrar su aniversario"- Denis sonrió- "Te recomiendo que vayas desayunada porque Ködai no es nada fácil. Desde que aprendió a caminar se dedica a volver loca a Hikari"

- "¿Peor aún que Calvin?"

- "¡Ja! Mi hermano hace que Calvin parezca un angelito. Es más, podríamos hacer que un día el Monstruo Hida cuide de Ködai para que comprenda lo que tuvimos que pasar con él..."- el muchacho rió maliciosamente- "Olvídalo, es demasiado cruel..."

- "¿Qué clase de hermano mayor eres, Denis?"- Sara negó con la cabeza- "Deberías aprender de mí, con un hermano soñador y una hermanita que no deja de llorar en toda la noche."

- "Pues cuando quieras me das una lección, 'Hermana del Año'"

- "¡No eres gracioso!"

Los dos chicos estaban conversando en el vestíbulo del edificio donde vivía Sara, luego de una tarde en el cine. Acababan de cumplir 13 años y hasta ese entonces su noviazgo había sido básicamente una "versión mejorada" de la amistad que compartían desde los 8 años.

Denis tomó la bolsa de palomitas que aún guardaba Sara para sus hermanos y, sacándole la lengua, corrió escaleras arriba seguido de su furiosa novia.

- "¡Deja de actuar como un niño, Denis!"- lo reprendió la pelirroja, mientras trataba de darle alcance al muchacho. Cuando llegaron al piso donde vivía Sara, Denis se detuvo bruscamente, haciendo que la chica chocara contra él y tirara las palomitas en el suelo.

- "¡Ups!"- murmuró el chico mientras Sara lo fulminaba con la mirada.

- "¡Mira nada más¡Ahora tendré que limpiar esto antes de que llegue mi mamá!"- Sara se arrodilló para recoger las palomitas con la mano, pero en eso sintió que alguien se la tomaba.

- "Eh... yo lo hago"- Denis sonrió apenado- "Después de todo yo provoqué este desastre..."

Con la mano que aún tenía libre, Denis recogió rápidamente las palomitas y las puso en la bolsa de papel. Sin soltar la mano de Sara, se puso de pie y le entregó el paquete a la chica- "Umm... dudo que sirvan para que tus hermanos se las coman. Te puedo comprar otras la próxima vez, si quieres..."

Denis guardó silencio al ver que Sara le apretaba ligeramente la mano. El chico se puso nervioso, pero eso no impidió que sonriera. La pelirroja se acercó un poco más.

- "Aún tienes mi mano..."

- "¿Eh¡Perdona!"

- "No, no te sueltes... la verdad es que a mi me gusta tenerla así..."

- "¿Ah sí? A... a mi también..."

Los dos sabían que algo estaba por pasar, y que sería algo importante para su relación, tanto así que las cosas no volverían a ser las mismas entre ellos.

Temblando ligeramente, Denis se inclinó hacia la chica, rozando sus labios por primera vez...

-o-

Sara sintió como si todo a su alrededor hubiera desaparecido, reemplazado por una cegadora luz blanca. Sin embargo, no le prestó importancia, pensando que todo era producto de sus emociones en aquel instante.

Impulsados por una fuerza aparentemente ajena y dejándose llevar por los recuerdos, los dos chicos habían vuelto a experimentar lo que era besarse luego de casi un año de separación. La joven estrechó con fuerza a su mejor amigo, al tiempo que sentía como él expresaba cariño y ternura con sus labios. Cuando finalmente se separaron, Denis acarició suavemente la mejilla de su novia y sonrió.

- "Mentiría si dijera que tampoco había extrañado eso..."- Sara frunció el entrecejo.

- "¡Y yo también extrañaba tu capacidad para quitarle lo romántico a todo!"

- "¿Qué¡No me digas que la nueva Sara que tanto mencionas es una cursi melosa!"- exclamó Denis sacando la lengua.

Sara rió y puso sus brazos alrededor del cuello de su ahora "ex-ex-novio"- "¿Y¿Acaso te molestaría mucho?"

- "Ummm..."

- "Me da gusto ver que finalmente han arreglado sus diferencias pero... ¿Podrían dejar los arrumacos para otro momento?"

- "¡Daisuke¡No seas imprudente!"

- "¡Pero si sólo dije la verdad!"

Pero el "daño" ya había sido hecho, ya que los dos jóvenes se apartaron bruscamente, apenados a más no poder. Mirándose de reojo, Sara notó entonces que Denis ya no portaba la curiosa ropa de su padre. El chico por su parte notó que los ojos de Sara volvían a ser grises. Ambos finalmente levantaron la mirada y sonrieron al ver que sus padres se acercaban a ellos... a pesar de que lucían mucho más jóvenes de lo que ellos recordaban.

- "¿Papá?"- Denis corrió hacia su padre y lo tomó de los hombros, como si quisiera asegurarse de que no fuera una ilusión- "¿Eres tú¿Qué haces aquí?"

- "En persona y..."- Daisuke señaló a Flamedramon, que aún seguía luchando contra Starmon- "listo para tomar el control en esta parte de historia, como podrás ver"

- "¿Qué quieres decir?"

- "Lograron vencer a la base de datos del Digimundo, la cual está siendo corrompida por Devimon"- Sora se acercó a su hija y susurró- "Al recordar quiénes eran, revirtieron el proceso, por lo que el digimundo nos llamó a nosotros para ocupar su lugar"

- "Porque ustedes tienen una cita con un enemigo muy molesto y bastante estúpido como para meterse con los niños elegidos"- Daisuke terminó la explicación enérgicamente.

- "Vaya..."- susurró Sara jalando un mechón de su pelo- "Nunca imaginé que nosotros tendríamos que encargarnos de Devimon"

- "Y lo harán muy bien..."- Sora tomó a su hija de los hombros- "Sé por lo que has pasado, y estoy muy orgullosa de que hayas decidido ser tú misma de ahora en adelante. Nadie, ni siquiera yo, puede tomar decisiones por tí. Mientras estés contenta con el camino que hayas elegido, podrás estar segura de que tanto tu padre como yo te apoyaremos"

- "Gracias mamá..."- Sara se limpió los ojos y asintió- "Daré todo mi esfuerzo..."

- "Y asegúrate de que Teki y Jin vuelvan a casa también"- Sora asintió al ver la cara sorprendida de su hija- "Sí, ellos ya se han ido a buscar a Devimon, porque también son niños elegidos como ustedes"

- "Al igual que Ködai"- Daisuke abrazó fuertemente de los hombros a Denis y añadió- "Asegúrate de que el travieso de tu hermano se porte bien por allá... pero estoy seguro de que no habrá ningún problema."

- "Eh, sí..."- Denis sonrió al ver lo enérgico que era su papá de chico. A pesar de las diferencias que solían tener en ocasiones, el chico pudo ver en ese momento que también tenían muchas cosas en común.

- "Muy bien"- Sora se apartó un poco de Sara- "Creo que estás lista... excepto por un pequeño detalle."

- "¿Cuál?"

- "¡Sus camaradas!"- respondió Daisuke- "Flamedramon tiene que quedarse aquí para acompañarme en mi historia, pero eso no significa que te mandaré sin fúsil al campo de batalla"

- "Ah... ¿Así que me vas a dar un digimon, papá?"- Denis se rió burlonamente- "No sabía que tenías tanta influencia en este lugar"

- "¡Bah¡Burlón como siempre, niño testarudo!"- el padre-niño tomó con fuerza las manos de Denis y sonrió- "¡Sólo mira esto!"

Al instante, chispas anaranjadas y azules brotaron de las manos enguantadas de los dos, las cuales dieron forma al camarada digital de Denis: Un V-mon anaranjado y con los ojos celestes.

- "Un V... ¿V-mon?"- Denis miró asombrado al recién formado digital, quien saludó a su amigo con un entusiasmo que le hizo recordar al V-mon de su padre.

- "¡Denis¡Genial, camarada¡Hasta que te conozco!"- el V-mon chocó sus garras con las manos de Denis, quien sonreía de oreja a oreja.

- "Creo que tendré que tragarme mis burlas... ¿verdad?"

Daisuke rió abiertamente, mientras Sora se aproximaba a su hija para tomarle las manos.

- "Me pregunto si mi digimon será un Biyomon como el tuyo..."

- "Eso lo sabremos hasta que lo tengamos enfrente, pero recuerdo que Koushiro una vez me contó que el Digimundo suele reflejar nuestros deseos..."- Sora apretó suavemente las manos de su hija, formando al instante un montón de chispas rojizas, las cuales se posaron a los pies de Sara y dieron origen a su camarada: Un digimon pequeño y beige con los ojitos negros y brillantes. Tenía piernas y brazos largos y delgados, además de una cola parecida a la de un mono. Vistiendo un cuello blanco con franjas rojas y un sombrero marrón parecido a un bollo, el digimon saludó con dulzura a su nueva amiga.

- "¡Hola Sara! Mi nombre es Burgemon"- Sara tomó al digimon entre sus brazos y, con una sonrisa, comentó.

- "Umm... Burgemon... ¿acaso esto es una señal?"- Sora sonrió mientras se acercaba para conocer al pequeño digimon. En ese instante, de los cinturones de los nuevos elegidos brotaron dos rayos de luz que abrieron el portal para llegar finalmente con Devimon.

Denis tomó a su V-mon con una mano y a Sara con la otra.

- "Bueno... creo que es hora"

- "Sí..."- Sara sonrió- "Pero estoy lista, más ahora que sé que es lo que quiero"

- "Yo también"- Denis sonrió antes de susurrar- "Además de que tenemos algo pendiente..."

- "¡Ay Denis!"

Los dos chicos se despidieron de sus padres y en unos segundos desaparecieron detrás del portal.

- "Bueno..."- Daisuke se ajustó los goggles- "Creo que tenemos que terminar con estas molestias..."

Sora observó a lo lejos que tanto Sam como Calvin se acercaban a ellos para ayudarlos en la batalla.- "Sólo espero que ellos también logren recordar quiénes son lo antes posible"

- "Socia, no subestimes a un Ichijouji. ¡Seguro que lo hará!"

- "Sí, también confío en Calvin... pero por lo pronto será mejor que volvamos con ellos"

- "¡Pues vámonos!"


Traté de encontrar la respuesta

Solo pasando las páginas

Pero lo que en verdad quería saber

Está dentro de mi corazón

Aún creo en la voz que me llama

Puedo ser fuerte, porque todos están conmigo

-o- Open Mind (Koushirou Izumi)

A... B...

El infinito se extendía hacia todas las direcciones. Inmerso en un mar de estrellas, Mik Izumi flotaba a la deriva con la mirada perdida, tratando de asimilar datos vacíos sin detenerse ni un segundo para reflexionarlos.

C... D...

Lo había perdido todo: Su imagen, sus sentimientos, sus recuerdos. Transformado en una copia perfecta de su padre (a quien también había olvidado), Mik trataba de contrarrestar el vacío de su mente con todo lo que Vademon le ofrecía. No comprendía por qué tenía que asimilar "el cosmos" ni si algún día le sería útil ese conocimiento. Solamente obedecía, sin cuestionar.

E... F...

- "Koushirou..."

G... H...

- "¿Koushirou¡Tenemos que salir de aquí!"- su camarada, que aún no perdía la capacidad de cuestionar, volaba alrededor del chico tratando de hacerlo entrar en razón.

I... J...

Ignorando por completo a Tentomon, Mik continuó repitiendo la lección que estaba escrita en el libro que le había regalado Vademon. Mientras pasaba las hojas, el chico repetía las letras como si estuviera poseído, ignorando también aquella pequeñísima voz en su interior que le gritaba que esas no eran las respuestas que él buscaba.

K... L...

¿Respuestas¡Ni siquiera podía recordar las preguntas! De lo único que estaba seguro era que debía dominar al Cosmos.

M... N...

- "¡Escúchame, Kou!"- Tentomon se acercó al niño y lo tomó del brazo- "¡Esto es una trampa de Vademón¡Tenemos que recuperar el emblema!"

Perdiendo la concentración, Mik empujó con rabia al digimon- "¡Mira lo que has hecho¡Ya no sé en qué iba¡Tendré que empezar de nuevo!"

- "Pero..."

- "¡Vete de aquí!"

A... B...

Lleno de impotencia, el pequeño digimon sintió el lazo que lo unía a este niño debilitarse. Después de todo, él no era el Koushirou que había aprendido a querer en los últimos meses. Su camarada era un chico listo, cuya mente siempre estaba llena de preguntas que buscaba resolver. Nunca daba un conocimiento por hecho, ya que siempre trataba de probar cualquier teoría que se le apareciera, dependiendo la situación.

C... D...

Pero Koushirou se había rendido: Había renunciado a su curiosidad, a la capacidad de cuestionar para salvarse del "Infierno". Y de ese modo había renunciado a sí mismo. Tentomon había perdido a su camarada, a quien le daba la fuerza para luchar... y de ese modo se sintió debilitado, volviendo a ser el Motimón que durante mucho tiempo había esperado en la Isla File la llegada de su compañero.

E... F...

- "Motimon..."- susurró el digimon, esperando que Koushirou lo reconociera. Pero el chico lo ignoró, haciendo que el digital perdiera completamente las ganas de luchar. No valía la pena salir de este sitio sin su camarada.

G... H...

- "Pabumon"- sin energía ni ganas de luchar, el bebé digimon comenzó a llorar por su camarada perdido.

I... J...

- "¿Pabumon?"- las lágrimas del pequeño digimon llegaron hasta Mik. Sintiéndose de pronto apenado por el digital, hizo algo que creía haber olvidado por completo: Cuestionar.

K... L...

- "¿Por qué estás llorando, Pabumon?"- preguntó el chico, dándose cuenta en ese instante de que el Cosmos era incapaz de responderle.

Sin embargo, fueron las lágrimas del pequeño digital quienes le dieron la respuesta: Mik vio reflejada en ellas la razón por la cual Pabumón, a pesar de su tristeza, aún seguía con él...

"Lo que me gusta de tí, Koushirou, es tu mente curiosa y siempre lista para resolver cualquier enigma que se nos presenta"

"Eres una parte muy importante de nuestro equipo. No habríamos llegado hasta este punto de no ser por tí"

"Desde que te conozco, he aprendido muchísimas cosas, tanto de mi mundo como de mí mismo. Ahora ya no doy las cosas por hecho, sino que las cuestiono"

"¿Qué es lo que tratas de aprender, Koushirou¿Por qué estás tan interesado en conocer nuestro origen¿Conoces el tuyo?"

- "¿Mi origen?"- Mik finalmente había encontrado la pregunta que había olvidado al llegar a esta dimensión- "¿Quién soy yo en realidad?"

El chico cerró el libro y se acercó a Pabumon, tomándolo entre sus brazos- "¡Perdóname, Pabumon! Ya no llores..."

Sintiéndose reconfortado por su camarada, el bebé evolucionó en Motimon- "¿Koushirou¿Has vuelto a ser el mismo?"

- "La verdad... no lo sé..."- susurró Mik- "Porque ni siquiera estoy completamente seguro de ser quién soy... ¡pero vamos a comprobarlo!"

- "¡Por supuesto!"- dijo el Digimon, al tiempo que rozaba el digivice que estaba unido a la mochila del niño. El aparato comenzó a emitir una luz muy brillante... y luego desapareció.

- "Mi... di... ¡digivice!"- exclamó Mik súbitamente recordando lo que era ese dispositivo- "¡Desapareció!"

- "¿Koushirou?"- dijo Motimon apartándose del chico mientras lo miraba de arriba a abajo: En lugar del bajito niño pelirrojo de diez años al que estaba acostumbrado a ver, se encontraba frente a un adolescente de pelo castaño y ojos oscuros que miraba al digimon extrañado por su repentino alejamiento- "¡Tú no eres Koushirou¿Dónde está mi camarada?"

- "Aquí estoy, Motimon"- respondió el verdadero elegido del conocimiento apareciendo detrás del digimon, quien al reconocer a su camarada sonrió.

- "¡Has vuelto¡Has vuelto a ser el mismo!"

- "¿Koushirou?"- susurró Mik mirando al recién llegado con confusión- "Pero si tú eres Koushirou... ¿entonces quién soy yo?"

Mik abrió de nuevo el libro, pensando que en su interior encontraría la respuesta, pero Koushirou lo detuvo.

- "Ningún libro responderá a esa pregunta"- dijo el elegido del conocimiento tomando el libro- "Ni siquiera yo, que te conozco desde siempre... el único que puede encontrar esa respuesta eres tú, Mik"

De pronto, una acalorada discusión comenzó a escucharse desde un punto indefinido del "Cosmos". Intrigado, Mik se dirigió hacia la voz, topándose con una puerta.

- "¿Qué hace una puerta en el Cosmos?"

- "Pon atención y lo descubrirás"- respondió Koushirou sonriendo.

- "¡Ese no es el excremento monumental que me prometiste!"

- "¡Claro que sí¡Es de la mejor calidad!"

- "¡Olvídalo¡Así no pienso darte esta cosa nunca¡Mis productos son de la mejor calidad y no los cambio por mercancía corriente como esta!"

- "¿Qué ocurre¡Esa es la voz de Vademón!"- exclamó Mik- "¿Qué es lo que está tratando de vender?"

- "Vademon se dedica a vender los pensamientos y recuerdos de los digimon"- respondió Koushirou.

- "Pero entonces... ¡Va a vender tu curiosidad y tu emblema!"- chilló Motimon- "¡Sabía que ese digimon no era de confianza!"

- "Es una larga historia Motimon, pero no es mi curiosidad lo que guarda Vademon"- Koushirou miró a su hijo antes de continuar- "Sino lo que Mik ha estado buscando por mucho tiempo, y que prácticamente ha perdido en el Digimundo"

- "Mis recuerdos..."- agregó Mik- "Vademon se llevó lo único que aún conservaba de mi antigua vida. ¡Tenemos que recuperarlo!"

- "Claro que sí"- dijo Koushirou firmemente- "Y se me acaba de ocurrir un plan"

- "¡Señor Vademon¡Señor Vademon!"- gritó Mik en medio del cosmos. Al instante, el extraño digimon que parecía un cerebro con patas se acercó al chico, alterándose al verlo diferente.

- "¡Tú no eres el Niño Elegido¡Eres más alto!"

- "Soy el mismo, Señor Vademon"- murmuró Mik con la mirada perdida- "He logrado dominar los poderes del Cosmos, y por ello he sido capaz de alterar mi apariencia física."

- "P... pero..."- Vademon arrebató el libro de las manos de Mik y comenzó a hojearlo- "Yo no recuerdo..."

- "Usted debe saber perfectamente como lograr esto, maestro"- continuó murmurando Mik como si estuviera en trance- "Sabe bien, tal y como dice el libro, que si logra dominar los poderes del Cosmos, se convertirá en el Digimon más poderoso de todos... y podrá tener acceso a todo el excremento que quiera"

- "¿Incluso el monumental?"

- "Más que eso, Maestro"

Vademon apenas y pudo controlar un grito de júbilo. ¿Acaso las patrañas de ese libro eran realmente ciertas?.

- "¡En ese caso, necesito entrenar ahora mismo!"- Vademon comenzó a leer el libro.

- "Si quiere, yo mismo le enseño como"- continuó Mik.

- "¿Harás eso por mi, querido alumno?"

- "Todo por mi maestro..."- concluyó Mik inmediatamente adoptando una extraña pose- "Solamente sígame... A..."

- "Argh... ¡Esto me va a provocar dolor de espalda!"

- "B..."

Mientras Vademon caía en la trampa de Mik, Koushirou y Tentomon (quien había evolucionado para estar listo en caso de cualquier contratiempo) recorrían los pasillos de la guarida de su enemigo, encontrando el emblema del conocimiento y los recuerdos de Mik entre todo el excremento que coleccionaba el digimon.

- "¡Excelente Koushirou!"- exclamó el digimon con alegría- "¿Qué sigue ahora?"

- "Tenemos que devolver esto a Mik"- respondió Koushirou contemplando la burbuja plateada que tenía entre sus manos. El niño sonrió al ver reflejada en ella el instante en el que su hijo aprendió a caminar para luego fundirse con el día en que conoció a su hermana recién nacida. - "Y por supuesto... tenemos que asegurarnos que Vademon no vuelva a robar las ideas o recuerdos de nadie más"

- "¡Cuenta conmigo, Kou!"

- "X..."

- "¡Ay¡Ay¡Mi hernia!"

- "Y..."

- "Una más..."

- "Z..."

- "¡Listo¡Ya fue suficiente entrenamiento!"- Vademon se dirigió a Mik- "¡Ahora sí¡Dime como volverme más poderoso¡Cómo convertirme en el amo del excremento!"

Mik iba a responder cuando notó detrás de su enemigo a Koushirou y a Tentomon acercándose a toda velocidad hacia él. Desafortunadamente, Vademon también se dió cuenta de ello.

- "¡Mik!"

- "¡Con que ahí estás, Niño Elegido!"- rugió Vademon, enfureciéndose aún más al ver que llevaba en el cuello el emblema que había robado y entre sus brazos los preciosos pensamientos de la curiosidad- "¡Y has saqueado mi casa¡Pagarás!"- Miró de nuevo a Mik tomándolo del brazo- "¡Y tú también, seas quien seas¡Pagarás el haberme engañado!"

- "¡Tentomon!"- gritó Koushirou al ver que Vademon sostenía a su hijo como rehén- "¡Ten cuidado con Mik!"

- "¡Descuida!"- en ese instante el digivice del elegido del conocimiento comenzó a brillar- "Tentomon digivolve a... ¡KABUTERIMON!"

Al ver al enorme digimon volar encima de él, en la mente de Mik se proyectó una escena que había permanecido oculta en su interior, negándose a desaparecer...

Como si fuera una señal, una enorme sombra los cubrió. Todos alzaron la vista y escucharon los alaridos de Fiori.

- "¡Es un bicho¡Y enorme!"- dijo asustada.

- "No te preocupes Fiori, ese es Kabuterimón, el digimon de mi esposo"- dijo Mimí sonriendo. El enorme bicho azul aterrizó y fue entonces cuando Mik vió a un chiquillo pelirrojo sentado en la cabeza del monstruo...y se percató de que, a pesar de que lo negara, era terriblemente parecido a él.

- "¡Mik¡Los llevaremos a casa!"- dijo el niño con determinación y valentía.

Y por primera vez...Mik se sintió orgulloso de ser quien es...y de tener los padres que tenía.

- "Kaburerimon..."- susurró Mik- "...y papá"

Sin soltar a su presa, Vademon sacó una pequeña pistola láser y disparó contra el enorme digimon azulado, quien esquivó el láser con una agilidad increíble para su enorme tamaño.

- "¿Qué hacemos, Koushirou?"- preguntó el digimon a su camarada, quien trataba de sostenerse con fuerza para no caer.

- "No lo sé... no podemos atacar a Vademon mientras él tenga a Mik atrapado"- Koushirou contempló la esfera gris que aún tenía entre sus manos- "A menos..."

- "¡No podrán tocarme mientras tenga a este mocoso conmigo!"- chilló Vademon colocando a Mik frente a él, como si se tratara de un escudo. Haciendo caso omiso al digimon, Mik siguió con la mirada a su padre. Porque ese chiquillo pelirrojo era su papá, aquel amable técnico de computación a quien alguna vez consideró un ser aburrido y soso. Mik estaba atrapado en el pasado, en una historia de la cual su padre había logrado salir triunfante por su propia cuenta, así que tenía que apartarse y dejar que los hechos se dieran por sí mismos. ¿Pero cómo?

Koushirou y Kabuterimon rodearon nuevamente a Vademon, y fue entonces que el elegido notó algo en la mirada de su hijo. ¿Reconocimiento, acaso?.

- "¡Confío en tí, papá!"- gritó de pronto el muchacho alzando los brazos- "¡Haz lo que tengas que hacer!"

- "¡Mik¡Has regresado!"- susurró el pelirrojo sintiendo profundo alivio- "Sabía que lograrías encontrarte de nuevo... solamente te hace falta esto"

Mik vio a su padre levantar el brazo, sosteniendo una burbuja gris encima de la cabeza. Inmediatamente notando lo que iba a ocurrir, el muchacho se preparó para el lanzamiento.

- "¿Pero qué estás haciendo Niño Elegido?"- chilló horrorizado Vademon- "¡Esa es una de mis más valiosas mercancías¡No te atrevas a lanzarla!"

Pero fue demasiado tarde para el digital, ya que Koushirou arrojó la burbuja con todas sus fuerzas. Aterrado ante la perspectiva de perder su valioso tesoro, Vademon soltó a Mik y se lanzó hacia la burbuja. Solamente para ser capturada nuevamente por Koushirou... y Mik.

- "¿Qué?"- Vademon estaba hecho una furia. Su temor por perder la burbuja había hecho que se olvidara de su rehén, quien fue rescatado por ese mugroso elegido y su anormal bicho. ¡Y encima habían recuperado la burbuja!.- "¡Me engañaron de nuevo!"

- "Bien hecho, papá"- dijo Mik mientras se acomodaba en el lomo de Kabuterimon. El Digimon no comprendía de lo que hablaba el chico, pero ya habría tiempo para preguntar, viendo que Vademon había comenzado a aumentar de tamaño, listo para darles una lección.

- "Absorbe esos recuerdos, Mik"- le apuró Koushirou- "Aunque creo que ya no son tan necesarios..."

- "Sí lo son... pero no tanto como aquello que siempre llevé aquí"- Mik colocó su mano sobre el pecho- "Eso es un conocimiento que ni Vademon ni Devimon podrán quitarnos nunca"

Mik se colocó la burbuja sobre la frente, absorbiéndola al instante. Eso pareció enfurecer aún más a Vademon, ahora un gigante, quien comenzó a disparar rayos y truenos contra Kabuterimon.

- "¡Morirán¡Morirán Niños Elegidos!"

- "¡A la carga, Kabuterimon!"- susurró Koushirou mientras sentía el emblema en su pecho brillar intensamente.

Kabuterimon ultradigivolve a... ¡MEGAKABUTERIMON!

- "¡Ni creas que convirtiéndote en un bicho feo y enorme me detendrás!"- chilló Vademon lanzándose contra el Digimon. Koushirou tomó la mano de Mik y exclamó.

- "¡Salta Mik!"

Los dos chicos brincaron justo cuando los digimon hicieron contacto. Mientras caían por el "Cosmos", unas extrañas chispas moradas brotaron de sus manos unidas. Al instante, un digimon muy parecido a Tentomon, con la diferencia de que era de color acero se materializó al lado de Mik.

- "¿Qué es esto?"

- "Él es tu compañero Digimon, Mik"- respondió Koushirou

- "¡Hola¡Soy Entomon!"- chilló el bicho mientras volaba alrededor de los niños.

- "Entomon y tú tienen que ir con Devimon. Ustedes, junto con los demás niños, son la única esperanza para rescatar a Harumi de Devimon"

- "Lo haré papá, te lo prometo"- asintió Mik, mientras un rayo de luz brotaba del digivice recién formado del joven. Al instante, un portal apareció debajo de ellos.

- "¡Nos veremos pronto, Mik!"- dijo Koushirou mientras era levantado por MegaKabuterimon justo antes de atravesar el portal.

Mik y Entomon cayeron a través del portal... mientras veían a Koushirou y Megakabuterimon escapar del Cosmos en destrucción.

Te lo prometo...

CONTINUARÁ