acá lo que sigue!agradezco a todas las que están leyendo mi fic y gracias por sus reviews también!!!!espero que les guste este cap!!!!Cualquier comentario que tengan es bienvenido!

Capítulo 3

-que te tengo que hacer equipo con Shaka?!!!

La voz del pequeño Aioria retumbó por la habitación desolada rompiendo su aparente tranquilidad por un grito exasperado que sonaba más bien a una súplica que a una queja. El aprendiz permaneció un momento en la misma posición frente a su maestro, con los ojos al tiempo que desorbitados por la sorpresa, con un dejo de preocupación y con la boca levemente desencajaba esperando que éste fuera capaz de cerrarla con una respuesta apropiada...la que le dijera que sólo había sido una broma.

-Así lo hemos decidido y así será Aioria...lo que diga el Patriarca es una orden y debe ser cumplida como tal...pero qué es lo que te preocupa tanto?

A parte de que ese diablillo rubio le arruinara la oportunidad de convertirse en un caballero digno de llevar su armadura?...a parte de tener que soportar su molesta presencia que seguramente aprovecharía para hacerle la vida imposible con sus fastidiosas bromas?...a parte de que sus jueguitos infantiles no sólo lo distraían sino que lo hacían actuar de forma insensata e impulsiva...todo lo que un buen discípulo debe evitar si quiere concentrarse en sus tareas?...a parte de eso nada...pero claro que no podía decirle aquello a Aioros, quien probablemente había puesto toda su confianza en él cuando fue convencido por el mismo Aioria de postularlo como futuro santo de leo. Y es que ya lo había descifrado a penas terminara de digerir la información, tendría que resignarse a los mandatos del patriarca y arreglárselas como podía para hacer de su entrenamiento algo más que una oportunidad para que el aprendiz de virgo hiciera otra de las suyas. Era irónico cómo es que su hermano le repetía una y otra vez sin comprender el porqué de su preocupación que tenía suerte de no haber sufrido un castigo severo, cuando Aioria en realidad prefería cualquier cosa antes de tener algo que ver con la blonda cabecita cornuda(es por los cuernos del diablo!!!!XDDD mal pensadas...).

-Nnn..nada Aioros...-bajó la cabeza aún más apenado porque su hermano se hubiera dado cuenta de que algo lo molestaba.

-Bueno...entonces comenzarán mañana por la mañana...ya sabes a qué hora...-Aioros observó compasivo el rostro contraído de su hermano y levanto suavemente el pequeño mentón con sus dedos...cuánto odiaba verlo de esa manera, Aioria movía su espíritu como nada más podía hacerlo pues le tenía un cariño sumamente especial-anímate!no puede ser tan malo!además tendrás la oportunidad de practicar lo que haz aprendido hasta ahora contra un contrincante...pase lo que pase no te aflijas, recuerda que aún te queda mucho tiempo por recorrer...tan sólo eres un pequeño de seis años.

El santo de sagitario se arrodillo a su lado y lo abrazó protectoramente dejando que el niño apoyara su cabeza en su hombro para que pudiera salir de su pasmo. Acarició suavemente su espalda dándole aliento y recordándole que siempre estaría acompañado....siempre estaría allí para ayudarlo. Aioria pareció responder al roce de una mano en su espalda cuando relajó sus músculos lentamente dejándose llevar por la caricia y respirando acompasadamente. Luego de un rato se separaron y el pequeño aprendiz de caballero no pudo más que dibujar una encantadora sonrisa en sus labios en agradecimiento al apoyo recibido por parte de su hermano. Ahhh..si éste alguna vez comprendiera lo que aquello podía significar para él...cada vez que lo trataba como lo haría con cualquier otro caballero...lo hacía sentir capaz de poder lograr cualquier cosa que se propusiera. Con sólo detenerse un momento a observar esas esferas azules que no podían despegarse de aquella figura a la vez que imponente, dulce y cariñosa se apreciaba la admiración que el pequeño sentía por él.

-Supongo que tenés razón...-respondió Aioria al fin saliendo del ensimismamiento que lo había hecho quedar prendado del rostro de su hermano

Aioros suspiró complacido y se levantó apoyando una mano en la cabeza del pequeño desparramando ligeramente su melena castaña.

-Mañana me dirás cómo te ha ido...ahora me tengo que ir!nos vemos!

-Adiós!

-Adiós!-gritó Aioros agitando alegremente su mano derecha.

-Bien...supongo que tendré que prepararme...mañana será un día complicado...-murmuró Aioria disponiéndose a salir hacia los campos de entrenamiento.


Su maestro le había indicado esa mañana, antes de partir, que tendría que permanecer en el templo de virgo hasta que el otro joven viniera, pero no iría a desayunar al comedor por lo que no le quedaba otra opción que comer en algún rincón de su recinto en la espera de su compañero. Los nervios parecían estar empeñados en no hacer de él otra cosa que una gelatina que a penas si tenía apariencia de humano pero el temblor estaba allí presente...en cada parte de su cuerpo haciendo de su esfuerzo por mantenerse en pie después de una larga noche en vela, una inútil parálisis sostenida por el pilar más cercano. Tomó la última galleta en sus manos, sintiendo la textura impregnarse en sus sentidos levemente acentuados por la falta de aquel que le diera la oportunidad de observarla con sus propios ojos. Estaba parado en el pasillo de la sexta casa, recostando su pequeño cuerpo contra una de las columnas, masticando con impaciencia la sabrosa masa. Llevaba un extraño vendaje que lo hacía sentir como nunca se sintiera jamás en su corta vida...desprotegido e indefenso, pues aún siendo costumbre el hecho de no poder hacer uso de su vista por razones que desconocía aquel paño que cubría sus ojos desprendía un poder mágico que dispersaba ligeramente sus otros sentidos por lo que tenía que forzarlos al máximo para no estar desprevenido en cualquier momento. El último pedazo de galleta se deshizo en su boca, mientras se preguntaba por qué tardaría tanto aquel caballero y empezaba a sospechar que una buena razón de aquello sería la lejanía de una casa con la otra. Tal vez Shion conociera al chico de cabellos azules y sabía que podía ser capaz de hacerle si los ponía a entrenar juntos...y ese sería un más que apropiado castigo para su comportamiento. Tragó saliva imaginándose en qué podría acabar todo aquello, lo que le hacía replantearse una y otra vez si no hubiera sido mejor recibir algún otro tipo de sentencia por la cual al menos pudiera conocer la identidad del que la llevaba a cabo. Uno pasos lo pusieron aún más nervioso si es que podía estarlo, algo se aproximaba firmemente hasta el pilar en donde estaba apoyado y no había duda de que sería su compañero de entrenamiento pues no caminaba apresurado, como lo haría cualquiera que nada más estuviera de paso por allí. Contuvo la respiración para que no tuviera desde un principio razones para golpearlo...estaba claro que cualquier bravucón(qué palabra..XDDDD)que lo viera en ese estado tendría las suficientes para hacerlo. Nunca había sido capaz de entender a esas personas, pero por alguna razón parecían responder negativamente a las reacciones nerviosas de sus víctimas...y con eso, tan sólo una gota de sudor bastaría para que un puñetazo volara directamente a su rostro.

-y?te vas a quedar parado todo el día ahí?se nos va a hacer tarde...-escuchó una voz a su lado que espetaba algo exasperada aquella frase.

Shaka asintió levemente temiendo que si no lo hacía pudiera seguir provocándolo con su comportamiento y entonces ambos pequeños partieron a lo que sería su lugar de entrenamiento.

Durante el camino ninguno hizo comentario alguno y como si por convenio lo hubieran decidido, mantuvieron el silencio como norma de respeto. Aioria estaba realmente extrañado por el comportamiento del muchacho a su lado, que parecía más concentrado en no perderle pisada que en entablar alguna conversación...no se asemejaba en absoluto con el vivaracho joven que había conocido el día anterior, que lo había sacado de sus cabales dos veces y no tenía dificultad alguna en hablar de cualquier tema por más estúpido que resultara. Su hermano le había encomendado el deber de ayudarlo en su entrenamiento...uno especial según tenía entendido por lo que había charlado con Shion y para que éste pudiera llevarse a cabo correctamente Shaka no podía saber su identidad hasta que él mismo fuera capaz de descubrirla por sus propios medios. El aprendiz de leo no estaba seguro de que alguna vez pudiera lograrlo por lo que le quedaban pocas esperanzas de algún día librarse de su inconveniente compañía hasta que se convirtiera en caballero, pero por lo pronto no tenía otra opción más que hacer de su entrenamiento algo difícil de superar. Sólo tenía que hablar lo menos posible o cambiar un poco el tono de voz, ocultar su cosmoenergía y con eso bastaría para que Shaka se mantuviera atareado por un tiempo...eso y por supuesto los combates cuerpo a cuerpo que por lo menos le darían el gusto de hacerle morder el polvo hasta que su rubia cabellera se oscureciera un poco.

-Es aquí...-dijo secamente Aioria cuando arribaron al terreno desolado y arenoso que desde ahora en adelante los vería juntos cada mañana.

Shaka viró su rostro hacia lo que sería el de Aioria asintiendo levemente, como un esclavo conforme con la decisión de su amo lo haría. El aprendiz de leo no pudo más que fruncir el ceño confundido y voltear exasperado la mirada hacia otra parte que no le mostrara la expresión contraída de aquel muchacho. Era cierto que le había llegado a molestar considerablemente la actitud burlona del pequeño, pero ahora que lo analizaba fríamente, le molestaba aún más que actuara como un sumiso esbirro.

-Bien...supongo que podemos comenzar o te vas a quedar ahí parado todo el día mirándome con esa cara de cobarde?

No iban con su estilo ese tipo de comentarios que a él mismo le parecían arrogantes y de mal gusto, pero en ciertos casos no había otra alternativa más que dejarlos escapar sin pensar demasiado en lo que se estaba diciendo pues era más probable que aquel que los recibiera reaccionara de mala manera que de otra forma. Tal vez Shaka necesitaba un empujoncito, algo que hiciera hervir un poco su sangre y evaporara lentamente las gotas de sudor que recorrían su tembloroso cuerpo...sino qué sentido tenía esforzarse por hacer de aquel un buen entrenamiento si su contrincante simplemente se prestaba para recibir golpes? Eso no sería de ninguna manera un combate digno y si había algo que no le faltaba al proyecto de caballero dorado era el honor que cualquier santo de Atena debía poseer.

-Anda...toma uno de éstos-Aioria tomó uno de los dos bastones de lucha que había traído y lanzó uno a las manos del rubio cuando le pareció que sus palabras comenzaban a hacer efecto en el muchacho. A continuación se puso en posición de pelea mientras esperaba que Shaka hiciera lo propio y de un momento a otro ya se encontraban repartiendo golpes hasta que el hindú calló al suelo.

Aioria se paró frente a él observando cómo su adversario descansaba su cuerpo sobre la candente tierra ateniense y no emitía movimiento alguno...de alguna manera era como si esperara algo.

-Bien...me quedaré aquí hasta que al maldito peliazul se le ocurra gritarme alguna grosería y así no tendré que aguantar que lo haga en mi oído...tal vez hasta pueda saber cuáles son sus intenciones en lo que irá de estos entrenamientos...

Shaka se mantuvo en esa posición por unos minutos, con el bastón a pocos centímetros de su mano y la mañana iluminando directamente su cara. De a poco sintió cómo un presentimiento lo invadía...una pensamiento que le decía que quizás aquello no podía ser tan malo...quizás hasta él mismo se había figurado suposiciones acerca de su compañero que escasamente concordaban con la realidad...esbozó una sonrisa calma y divertida como esas que sólo esbozaba cuando el momento las valía. Tomó el fuertemente la madera en su mano y de un rápido movimiento tumbó al muchacho que había estado esperando silencioso su recuperación. Luego se acercó a gatas a su lado y se sentó un poco más arriba de sus caderas. Claramente divertido y conforme con su situación, le dedicó una sonrisa alegre al pequeño que se rascaba la cabeza adolorido.

-Me llamo Shaka...espero poder conocer algún día tu nombre pero mientras tanto quiero que la pasemos lo mejor posible el tiempo que tengas que estar conmigo.

Sonrió nuevamente al tiempo que se alejaba del cuerpo del muchacho y se levantaba para tendiéndole una mano. Aioria lo miró confundido pero extrañamente conforme con el cambio y aceptó la mano del rubio poniéndose de pie.

-De acuerdo Shaka...