Capítulo 4


Acá estoy de regreso!XDDDD para dejarles la continuación...uffff al fin pude terminarla....en fin a responder algunos mensajes...

Shadir...pues la verdad que shaka cambió bastante no?vos qué preferís?a mí se me hace re tierno este shaka pero en realidad cualquiera de los dos me viene bien...es hermoso(babaaa). Vos siempre apoyándomeToT gracias amiga!

Dododoremikaiba...acá vas a saber quién es el compañero..qué bueno que te haya gustado..gracias por dejar review!

luna-wood...ya arreglé el teme de los reviews!gracias por avisarme...la verdad que no tenía ni ideaXDDD. Gracias por tu comentario!Si que es raro ver a un shaka así pero es que con esa carita de ángel me resulta por demás factible el hecho de que se comporte así...y qué puedo decir de aioria?se me viene a la cabeza el cap en el que habla de su hermano...se veía er tierno junto a élXDDD qué bellos son los caballeros..

Gracias a todas chicas!acá las dejo en paz.....


Recostado sobre la candente roca bajo la primaveral mañana de Grecia, justo como le gustaba disfrutar del paisaje etéreo de Atenas. A lo lejos escuchaba el resoplar de un arma contra el viento, siendo blandida con gran habilidad y destreza, a una velocidad capaz de cortar el aire con su filo. Escuchaba...pero sus pensamientos estaban perdidos en aquella delgada figura que luchaba contra las sombras de su ceguera voluntaria contrastando con el paisaje árido de la región como lo hace una luz muy brillante sobre un fondo negro. Se movía acompasadamente, en un ir y venir de ondas celestiales en las que acompañaban sus brazos y piernas, su pelo rubio flotando con el viento, su rostro concentrado en cada ataque, en cada estocada. Tomó la última gota de agua que descansara en el fondo del pequeño recipiente en que la había traído por si el calor azotaba y se puso de pie procurando quitarse la tierra mientras lo hacía. Caminó hasta el muchacho que continuaba peleando sin prestar atención a las ocurrencias de su compañero y mucho menos en estar siendo observado por éste. El espectador se detuvo a pocos metros, esperando la llegada del joven que según había estudiado observando sus coreografías, no tardaría mucho en realizarse. Esquivo una...dos estocadas...tres...hasta que pudo sentir el frío metal contra su cuello. Sonrió satisfecho, después de todo, tantos años de práctica compartida no habían sido en vano aunque a veces le costara creerlo.

-Cada vez me cuesta más esquivar tus ataques...realmente te pusiste en serio con tus prácticas, me alegro por vos...-no pudo evitar sonreír al notar de cerca las mejillas sonrojadas de su compañero y ese leve jadeo saliendo de su boca...el sudor bajo sus sienes y esos blondos mechones que se agolpaban en la frente mojada.

Shaka retiró lentamente la espada del cuello de su compañero, compartió la sonrisa casi como si pudiera notar tras su venda las expresiones de aioria...pero no lo hacía, simplemente había sido una casualidad que lo hicieran al mismo tiempo y por las mismas razones pues en realidad el joven hindú no había podido descubrir la identidad de su ahora amigo o al menos eso era lo que le parecía al aprendiz de leo al mostrar señales de haberlo reconocido salvo por el trato familiar que para con él se había manifestado a penas lo conociera. Era más que extraño para él compartir una amistad tan contradictoria...tan cercana y lejana a la vez y debía ser más extraño aún para y no conocer a la otra persona, aunque no parecía incomodarlo demasiado porque continuaba siendo el mismo diablillo que hacía seis años atrás. Un poco más de pelo, sus facciones levemente estilizadas...más allá de eso se podía decir que seguía siendo el mismo chiquillo revoltoso. Lo cierto es que esa extraña amistad se había convertido en una de las cosas más importantes de su vida y gracias a ella había aprendido y logrado progresar como aprendiz...y también había conseguido otro tipo de beneficios que aún no terminaban de tomar forma en sus pensamientos pero que de a poco parecía comprender...no de la forma en que él quisiera hacerlo pues más que comprenderlos los sabía presentes sin aún conocer su origen. Por qué podría interesarle alguien como Shaka?No era más que un niño molesto e impertinente...inoportuno....inconveniente y hasta a veces pedante. Había irrumpido en su existencia con sus constantes bromas, sus juegos, su risita burlona...más de una vez lo había sacado de quicio...más de una vez había deseado estrangularlo o golpearlo para que dejara de sonreír tan descaradamente sobre aquello que con tanto orgullo y sacrificio había construido a su alrededor...pero él seguía ahí, como una espina que estorbaba y removía sus inquietudes y dudas, siempre cuestionándolo y preguntado estupideces acerca de su comportamiento, de su admiración hacia su hermano, de su apremiante deseo de convertirse en caballero...y así y todo lo había perdonado una y otra vez, conteniendo su furia, consolándose con las finas curvas del rostro de su amigo...los delicados contornos de su cuerpo...las doradas hebras de su cabello... y ahora lo felicitaba, jamás hubiera pensado si quiera en decirle algo agradable que pudiera reconocer algo de admiración pero lo estaba haciendo...así como admitía que le gustaba o por lo menos eso era lo que creía. Desde cuándo? Hacía unos meses se había dado cuenta...

-Qué me decías?no te estaba escuchando...- Shaka sabía lo difícil que era para él decirle algo agradable y por supuesto que había escuchado el comentario de su amigo pero se trataba simplemente de otra gran oportunidad para molestarlo- es que estaba muy concentrado...

-No es nada importante-bufó aioria dando la media vuelta algo fastidiado, su rostro había vuelto a su expresión habitual para con el rubio: la mirada intensa, los labios contraídos en una diminuta trompa, las cejas pegadas a los ojos, los brazos cruzados sobre su pecho...la perfecta visión de una rabieta infantil de un niño de 12 años- Cómo pude tener esos pensamientos sobre él mientras lo miraba!Shaka es un niño por demás fastidioso!no se toma nada en serio...

-Ahhh...vamos!no te pongas así!era una broma!!!...o ya vas a comenzar con uno de tus discursos sobre la ética o te vas a quedar callado hasta que terminemos la práctica?...

El aprendiz de virgo supo al no recibir respuesta alguna que esta era otra de esas ocasiones en que el muchacho se había enojado en serio. No es que no hubiera ocurrido nunca pero en el fondo sabía que pocas estaban cerca de tratarse de un verdadero enojo...y éste lo era. Suspiró y agachó un poco la cabeza mientras trataba de idear un plan para sacar la que seguramente era una expresión amargada en la cara de su amigo-perdón...sólo estaba jugando- susurró en un tono un tanto tímido para su acostumbrado desenvuelto timbre de voz.

Aioria lo miró de reojo evitando relajar la contracción de su rostro aún cuando Shaka no pudiera ver nada de lo que éste estaba mostrando. Contempló divertido el puchero que formaban los enrojecidos labios del hindú y una vez más se dejó vencer por las tretas de su compañero. Vaya...si Shaka hubiera sabido lo fácil que era olvidar una y otra vez cada una de sus jugarretas se hubiera dado cuenta en seguida de lo mucho que lo apreciaba...o aún más...de la gran influencia que tenía sobre él.

-Entonces?ya no estás enojado?-acaso Shaka realmente se sentía culpable?pocas veces había escuchado ese tono de voz en el pequeño...tan melancólico...tan dolido. Por supuesto que no lo estaba pero el recibir esa pequeña muestra de cariño involuntario por parte del rubio no sólo le había quitado completamente el enfado sino que ahora sin darse cuenta sonreía tiernamente. Se giró enfrentando al muchacho que esperaba una respuesta con el ansia entre sus diminutas manos que se movían nerviosamente entrelazando dedos...apretando fuertemente unos con otros.

-Está bien-aún conservaba los brazos cruzados pero su expresión se había ablandado considerablemente.

Shaka se abalanzó posesivamente sobre el leonino y lo abrazó apretujándolo con efusión. Hundió su infantil rostro en su pecho, dejando que sus rubios cabellos rozaran con fervor la piel cobriza. Sonrió aliviado y se mantuvo así un momento, compartiendo un lugar en el abierto páramo del Santuario. Aioria no podía más que disfrutar su cercanía...no se atrevía a tocarlo...no se atrevía si quiera a mirarlo de soslayo...cualquier cosa que hiciera le parecía más que impropia para un momento tan irreal. Su respiración daba de lleno contra la blonda cabellera, desparramando a penas alguna que otra hebra rebelde que por no seguir rumbo a la manada se empeñaba en tomar otras formas en su cabeza. Sus brazos descansaban a ambos lados de su cuerpo, incapaces de hacer el mínimo movimiento que pudiera causar más de un roce con las caderas de sus contorneadas y largas piernas. Un calor intenso lo invadió de repente, resaltando delicadamente sus mejillas bronceadas, otorgando un toque sutil que lo hacía ver a la vez que tierno, notoriamente avergonzado. Como un niño del que han descubierto un secreto que pretendía guardar a cualquier costo. Para su suerte, el hindú se soltó repentinamente haciendo desaparecer cualquier pensamiento insensato que pudiera estar tomando forma en su mente.

-Gracias!-sonrió divertido

Shaka se disponía a continuar con su práctica cuando una mano jaló fuerte de la suya.

-Espera...

-...qué?

-Yo...

-...-

-Nada

Aioria soltó el brazo del rubio y se volvió al lugar en el que había permanecido durante unos cuantos minutos observando embelesado la práctica de su amigo.

-ahora quiero saber...-continuó curioso el hindú.

La voz de Shaka lo detuvo. Ahora sí que se había metido en un lío sin querer pretenderlo. Ante una situación como aquella sólo podía optar por dos salidas: se comportaba como lo haría ordinariamente con su compañero, es decir en forma cortante y directa, sin más explicaciones que las que le hacía entender que tenía permitido saber...o...demostrar por primera vez en su vida lo que realmente quería decir cuando de su boca no salían más que palabras totalmente opuestas a sus verdaderos sentimientos.

-No.

-Porfissss XDDD

-No

El virginiano no respondió. Sabía de antemano que todo aquello no llevaría más que a otra de sus ya famosas conversaciones en las que no hacían otra que responder monosílabos antagónicos. Por lo cual si quería sacar información de la boca de aquel malhumorado aprendiz tendría que buscar otro método.

-Como quieras-el pícaro rubiecito esperó hasta que el otro joven estuviera lo suficientemente confiado como para darse vuelta y se abalanzó sobre él nuevamente, pero esta vez lo tiró de bruces contra el piso.

Plaffffff!(jajajaXDDD eso sonó a comic de batman)

Aioria a penas y pudo reaccionar y atinó a proteger su rostro de las piedras con una mano pero no pudo evitar que el cuerpo del hindú cayera de lleno sobre el suyo. Nuevamente sensaciones contradictorias lo asaltaron, a tan sólo un instante de haber sentido una alegría inconmensurable ahora se encontraba humillado y molesto.

-Qué crees que haces?-exclamó enfurecido torciendo levemente la cabeza para poder mirar como podía al descarado que lo acababa de tirar-bajate!

-Dale decime...-suplicó con inocencia.

Shaka se había acomodado en cuatro patas sobre el cuerpo del leonino, dejando espacio suficiente para que este se diera vuelta si así lo quería.

-Dejame-chilló exasperado y aprovechando el espacio permitido para encararlo.

El tiempo se detuvo para el leonino cuando desde su posición se dio cuenta de la visión que le permitía Shaka desde el suelo y se mantuvo quieto y silencioso admirándolo con suma devoción: un manto dorado oscurecía levemente su rostro blanquecino, cayendo con suavidad a ambos lados de sus hombros como una cascada dorada que relaja sus aguas hasta en la más inclinada pendiente.

-Dale porfisssssXDDD

Acaso el hindú no se daba cuenta si quiera de lo que le estaba insistiendo inocentemente con esas boberías sin imaginarse en qué pensaba su compañero que yacía a su merced...bajo sus piernas...atrapado en la divina belleza que cubría su cuerpo de un manto angelical y etéreo?

-Basta!-en su exasperación tomó a Shaka de un brazo y lo aventó contra un costado, quedando él sentado recostando su cuerpo agitado con sus manos en la tierra y un confundido aprendiz ´´mirándolo´´ con extrañeza y temor.

-No!-gritó el rubio contagiado por el creciente enojo de su amigo.

Aioria se levantó sin prestarle atención al capricho del pequeño. Por su voz y las líneas que se dibujaban tras la venda que cubría sus ojos se podía deducir que él también comenzaba a cansarse del comportamiento de su compañero. Shaka se puso de pie y permaneció en un quietud misteriosa que Aioria jamás había visto en su porte...de hecho era probable que jamás lo hubiera visto de otra forma que no fuera con una felicidad explosiva embriagando cada uno de sus movimientos...cada célula de su cuerpo. El hindú se aproximó cautelosamente y sin pensarlo dos veces le propinó un golpe al rostro del otro. Aioria tambaleó un poco pero sus pies le procuraban más que firmeza y no dudó en contestar aquello que había recibido y había conseguido trazar un marca roja en su mejilla. Shaka recibió lo propio y se dispuso a pegarle nuevamente recibiendo a continuación una nueva respuesta. Así permanecieron durante un buen tiempo, ambos recibiendo y otorgando aquello que parecía ser el desahogo que necesitaban...hasta que Aioria empujó fuertemente al rubio al suelo tratando de poner fin a la pelea. Shaka en un acto reflejo tomó a su contrincante por el traje de entrenamiento y así consiguió que lo acompañara en su caída.

Estaban como todo había empezado, uno arriba del otro sólo que esta vez los papeles habían cambiado.

-Ya te cansaste de pegarme?

El aprendiz de leo se sobresaltó al escuchar la cruda voz de quien yacía ahora bajo su cuerpo sudoroso tras el pleito. Se alejó un poco del jadeante pecho de su compañero quedando a escasos centímetros de su boca. Shaka advirtió la cercanía del otro aprendiz justo en la comisura de su labios cuando una débil corriente de aire caliente chocó contra ésta...y no supo qué hacer...se quedó estático en su pasmo.

-Qué haces?-un susurro a penas audible...sólo comprensible para aquel que permanecía a su lado.

Aioria no lo había querido de esa manera. En principio si había acabado acostado sobre Shaka no era su culpa...pero esa posición más que comprometedora que había resultado de sus propios movimientos no había sido exactamente voluntaria...sólo que por alguna razón ahora no podía alejarse...alejarse de esos labios...esos carnosos rubíes que clamaban por los suyos...casi podía verlos suplicar en agonía por atención. Su mano derecha cobró vida propia de pronto...delineó con ella el contorno de la boca del muchacho deslizando suavemente sus yemas por la candente piel. Shaka parecía querer hablar...reprochar a su compañero por ese descarado roce...espetar si quiera alguna de sus tonterías...y sin embargo permanecía expectante, extrañamente interesado en el trabajo de su compañero y aún con su ceguera...más que temeroso...atento. Su mano capturó una mejilla sonrojada, disfrutando del tibio calor y del leve carmín impregnado en ella...ya no quería pensar...sólo acallar el pedido de esos labios y también el de los suyos. Eliminó el espacio que los separaba y en un delicado ladeo de su rostro lo besó y pudo sentir en carne propia la silenciosa súplica de los labios...ambos moviéndose con timidez en un masaje suave y tierno...más que por deseo y lujuria...por cariño.