Capítulo 6


continuación!al fin...espero que les siga gustando mi fic!...

Shadir...espero haberte hecho algo de caso en el consejo, gracias por preocuparte amiga!XDDDojalá te siga gustando lo que escribo y te guste el cap...

luna-wood...shaka ya regresó muajajaja qué pasar�?es vdd que shaka no debe estar de acuerdo o sí?no lo sé...en fin, por ahora sólo sabemos que aioria lo ama a shaka y está sufriendo mucho por eso...ahora descubrirás si realmente sabe quién es...gracias por seguir mi fic y por tu mensaje!

Ia-Chan...gracias por tu mensaje!XDDqué bueno que te guste mi fic..verdad que se ven re lindos juntos?son preciosos ambos(más mi shaka por supuestoXDDD)gracias por tu comentario...espero que te siga gustando el fic...

Dodo-Doremi-Kaiba...acá está el siguiente cap amiga, espero que te guste...qué bueno que te haya gustado mi historia, la verdad que esta pareja se merecía un fic porque son muy lindos ambos y también juntos...nn...gracias por leer mi fic y por el mensaje!

Gracias a todas chicas!XDDahora sí...no las molesto más...pero antes, una advertencia...contiene lemon aunque no demasiado explícito pero lemon al fin...chausiiiiiii

por favor déjenme sus comentarios!


Se detuvo agitado, cansado de correr, cansado de tener que escapar de los problemas que parecían no querer dejar de aparecer uno tras otro, haciendo fila para golpearlo una y otra vez contra el suelo. Y como siempre, cada vez que permitía que sus piernas lo llevaran a inconcretas direcciones, acababa en el mismo lugar, junto a la roca. Para los nuevos aprendices que habían adoptado el lugar para entrenarse por las excelentes condiciones del terreno no era otra cosa que una simple extensión del paisaje...una mera figura de piedra que se elevaba a penas más imponente que las otras rocas más pequeñas o medianas junto a ella. Para Aioria había sido y seguía siendo un recuerdo materializado de un pasado que se negaba a olvidar. Esa roca...lo último que quedaba de su viejo lugar de entrenamiento...

Sus manos temblaban contra el candente granito, sosteniendo lo que quedaba de sus últimas fuerzas...las que había terminado de expender en su carrera. Su cabeza agazapada entre sus brazos ocultando el dolor que pujaba por salir y no conseguía proferir en el joven santo más que apagados gemidos... No lloraría otra vez...se lo había prometido...no lo haría porque era en vano hacerlo...no lo haría por no darle el gusto a los dioses que se empeñaban en querer probar el sabor salado de sus lágrimas...

Se arrodilló grabando su cuerpo en las tenues sombras que proyectaba la roca, no quería ser visto de ese modo, no era por vergüenza ajena sino por propia que le costaba aceptarse de esa manera...tan estúpidamente vulnerable por un amor del que a penas tenía recuerdos, del que a penas tenía el sabor de un infantil beso. Las palabras aún latentes del patriarca se clavaban como espinas recién incrustas...renunciar al amor del que se había encargado tan afanosamente de cultivar en sus sueños esperanzas... qué había de malo en estar con la persona que se amaba?por qué jamás iba a poder estar juntos?...pero ahí estaba de nuevo, sacando conclusiones prematuras, sin siquiera saber los verdaderos sentimientos de aquel que había iniciado inconscientemente el problema.

A lo lejos...en otro mundo, se escuchaba el crujir de la tierra bajo unas sandalias que removían a su paso pequeñas piedritas microscópicas. Acaso era su hermano?...quizás Shion ya se lo había dicho todo, incluso hasta antes de advertirle a él... Se acercó un poco más a la piedra, el único sitio en el que podía sentirse seguro en un momento como ese. Por qué?...no había otra explicación más de la que su memoria le otorgaba, en donde el idílico Shaka siempre permanecía atento a sus decadencias para consolarlo.

Los pasos se hicieron más sonoros, hasta el punto de sentirlos sobre sus propios huesos, como si al esconderse ayudado por la naturaleza pudiera sentirse parte de ella...quizás sólo estaba delirando pero podía sentirlo como un continuo martillar de pies se aproximaba lentamente.

Una mano se posó en su hombro, tranquila, pausada en sus caricias, desplegándose con confianza por la trémula extremidad. Aioria estaba de cara a la roca, por lo que no podía asegurar a quién pertenecía...se sentía cansado y enfermo...incapaz de hacerle frente una vez más al que estuviera dispuesto a castigarlo o sermonearlo por amar a alguien que no podía ser amado. El sujeto quitó su mano indiferente y desató los nudos de un bulto que traía consigo, buscaba algo en su interior. Nuevamente sintió su cercanía, pero esta vez próxima a su rostro, su pasivo respirar contra una de sus orejas...deslizó sus manos entre los costados del cuello de Aioria y antes de que éste se diera cuenta de sus pretenciones, cegó sus ojos en una venda...y se alejó...

pero qué-exclamó por lo bajo algo alterado y asustado el leonino...acaso se trataba de una broma?...por cierto que era de muy mal gusto...pero quién estaba al tanto de sus desvaríos por el caballeros de virgo...?

Una pequeña pero clara risa lo sacó de trance mientras se palpaba el rostro como si verdaderamente no pudiera ver...pero esa vocecilla...aunque ahora algo más grave...quería ver...quería quitarse la maldita venda! Sus manos vagaron nerviosas hasta su nuca y a punto de quitar el nudo se detuvieron...

No te la quites...acaso no eres capaz de reconocerme con ella?yo siempre lo he hecho Aioria...siempre...

Un suspiro leve fue lo que a penas pudo manifestar el grado de su sorpresa...

...-

Sorprendido Aioria?

Sh...Shaka(che...esto de poner Shaka así se me está haciendo costumbre��)

Shhh...

El sujeto se acercó nuevamente cargando su peso en el cuerpo del otro, atrayéndolo con largos brazos en su cintura, escondiendo su cabeza tras su espalda.

Aioria...yo...no sabes cuánto te he extrañado...

El silencio se apoderó de las palabras de ambos, atrapándolas entre garras invisibles, haciendo mudas sus intenciones. Por qué era tan difícil hablar?por qué todo aquello que había querido decirle todo este tiempo se atoraba en su garganta mientras las muestras de su debilidad se manifestaban hasta en su propio corazón...traidor...maldito aquel que daba pruebas de su debilidad frente a la persona amada, acelerando sus contracciones, recubriendo su rostro de delgados tonos rojizos. Sus manos se cerraron en puños antes de poder compartir el cariño que el joven le ofrecía con sus dedos cerrados en su cintura, quería confirmar a través de sus oídos de lo que tantas veces se había hecho ilusiones...quería sentir por primera vez que había estado en lo correcto y que el tiempo sacrificado por ello no había sido en vano. El sujeto parecía dispuesto a dar respuestas a preguntas no vocalizadas...pero dudaba, casi imperceptiblemente en sus labios resecos contra la holgada vestimenta del leonino y en la humedad que originada por el caluroso ambiente, acrecentaba su poderío en el rostro del sujeto por los nervios.

Aioria...perdona por no haberte dicho que lo sabía...mi maestro...no me hubiera permitido seguirte viendo si lo hacía...

Shaka...realmente eres tú?

Aioria...de verdad lo siento...no sabía que él podría darse cuenta...lo he echado todo a perder...perdona...

Shaka...pero qué estás diciendo?

Tendría que haberte dicho que sabía...yo lo sabía...sabía que eras tú...siempre lo supe...

...Shaka por favor déjame verte...te he extrañado tanto...

Volvió a tantear la tela que cubría sus ojos, buscando el nudo que con destreza había colocado el rubio haciendo de la venda un verdadero manto de oscuridad. Las manos del sujeto retiraron con delicadeza las suyas, colocándolas a ambos lados de su cuerpo, inmovilizadas por la mera influencia que ese ínfimo roce ejercían sobre ellas.

No te la quites...

Pero por qué?Shaka...yo...

Shhhhh...

El sujeto soltó las manos del muchacho en donde las había mantenido bajo custodia con las suyas y prosiguió a rasgar suavemente las vestimentas que llevaba el joven por el frente. Acercó sus labios a sus tiernas orejas y sopló débilmente, haciendo que el muchacho se estremeciera al percibir la suave vibración y el sonido casi inaudible que emanaba del delicioso rozar del aire contra la boca del sujeto.

Pero Shaka...qué?..no podemos...podrían vernos...Shaka...ahh..

Pero por qué habría de detenerlo?Si eso era lo que tanto había deseado...ser tocado de esa manera por aquella increíble criatura...esas tersas y elegantes manos que alguna vez había observado casi con admiración blandir una espada entre manchas de tierra...esos carnosos rubíes que hasta había logrado probar unos minutos que en su memoria parecían eternos, prolongándose hasta el infinito, haciendo de los hombres que lo compartían, inmortales seres que vivían por él y no por el aire. La ceguera hacia de su imaginación un recurso inacabable de imágenes, multiplicando por mil sus otros sentidos, convirtiendo las hábiles manos que viajaban por su pecho en oleadas de ardiente pasión...la piel mojada del sujeto cubría de besos el páramo entre su cuello y sus hombros...casi podría jurar que escuchaba con claridad el sonido del agitado respirar silbando contra su piel erizada.

No pudiendo contener su quietud, se aferró en busca de contención a tales caricias a las caderas del otro, sujetándose con fuerza de sus vestiduras que a penas cubrían las porciones de piel que más abajo rebosaban níveas y esbeltas.

Shaka...tu maestro...

No comprendía por qué estaba haciendo aquello...actuar sin pensar consecuencias...después de todo lo que había sucedido, después de todo lo que había devenido a un simple beso...si acaso alguien pudiera observar la escena que se estaba desarrollando podría pensar sin miedo a equivocarse que aquello prometía...el sujeto no tenía intenciones de dejar las cosas en caricias tan superficiales.

Shhh...

Su arma no era letal pero funcionaba...un silenciador susurro cerca del oído bastaba para que el leonino echara sus cavilaciones a un lado y se dedicara exclusivamente a disfrutar lo que le ofrecía gustosamente. Amenazador?por supuesto que no...hasta Aioria mismo sabía que el santuario podría estar ardiendo en llamas y no tendría mínimo reparo en ello, tenía asuntos más urgentes que atender y a menos que el maestro de Shaka viniera expresamente a quitárselo de encima, iba a mantener atado a las caderas de su torturador por el resto de su vida...o hasta que su conciencia los mantuviera de pie.

El sujeto se alejó un poco del invitante cuerpo de Aioria, provocando que éste perdiera el equilibrio y casi se cayera. El leonino se sobresaltó por el repentino cambio de actitud, pero el otro muchacho se encargó de explicar rápidamente el propósito.

Acércate...date vuelta...

Eh?

Vamos Aioria...sal de ahí...

Supo que la mañana daba directo en su cara cuando la oscuridad de sus ojos adquirió un tono un poco más claro, las manos firmes del sujeto detuvieron su torpe gateo, conduciéndolo hacia él. Sin previo aviso, una lengua filosa y húmeda se aproximó a su boca, contorneando meticulosamente la comisura de sus labios, como si al hacer eso degustara un exquisito manjar que prefería saborear de a pedazos. Aioria le abrió paso a húmeda intrusa entreabriendo la boca levemente, casi con timidez. Sus manos en el suelo, tanteaban la sólida roca bajo sus pies, mientras las del sujeto masajeaban sus pómulos con avidez.

-Mi segundo beso...es tan...tan diferente...pero no tanto...

Esas eran las ventajas de la madurez, un beso igual pero no idéntico...perduraba aquel sentimiento magnético que los llevaba a experimentarlo...ese cariño que había estado presente la primera vez...pero sus adicionales eran otros...una carga de pasión y lujuria reprimida, de deseo contenido en un sin fin de días que se distinguen sólo por el aparecer del sol...el aparecer y desvanecer de la luna. Y en esos días en los que el tiempo se detenía y transcurría con lentitud por el dolor y la pena, se habían alimentado de la necesidad de sus cuerpos...afinando sus experiencias...llevando la osadía de un simple beso a las caricias de sus lenguas... a la mixtura de sabores que confluyen de la unión de dos humedades diferentes...al fervoroso masaje entre sus labios.

El sujeto atrajo su cuerpo de un solo tirón de su ropa semi rasgada. Aioria se sentó instintivamente, intentando no romper el beso. El muchacho acercó las caderas del leonino y se subió a sus muslos recién apoyados en el suelo. Cortaron el encuentro justo cuando el sujeto se dejó caer sobre ellos, haciendo que Aioria se sorprendiera por el súbito peso que apareciera sobre sus piernas.

Shaka...qué?...no pensarás qué...?qué haces?

Sus vestiduras desgarradas delineaban un camino casi recto por todo su cuerpo...empezando por el cuello...el pecho...el abdomen...Oyó entre desorbitados jadeos cómo las manos del sujeto rompían esta última porción de tela, dejando al descubierto su miembro excitado.

Shaka...estás loco?nos pueden descubrir!detente!

Agitó sus manos en diversas direcciones, hasta que por fin dio con los hombros del muchacho de los cuales se encargó de mover frenéticamente.

A qué es lo que le temes Aioria?...acaso no es esto lo que has estado deseando...no es esto lo que quieres?

Los movimientos se redujeron en un instante, sólo sus manos a penas apoyadas en la extremidades opuestas del sujeto. Largos dedos se apoderaron de su sexo, acomodándolo...las caderas del muchacho se elevaron un poco...para bajar a continuación de a poco, muy lentamente mientras imitaba el comportamiento del otro y se aferraba a sus hombros. Mentiría con siquiera pensar que no lo disfrutaba...y más aún si se atreviera a decir que no agradecía esas vendas en sus ojos...alejándolo por completo de la realidad...ocultándolo de la vergüenza como lo hacían las sombras de las rocas...haciéndolo creer por un momento que estaba bien ser como era, así de vulnerable, así de humano. De esta manera era más fácil entregarse...sin miramientos...sólo evocando en el vacío de su mente su placer y el de su amante y los gemidos en una rítmica y adorable música, desafiando a todo y a todos con sus melodías...la fricción de sus cuerpos bañados en sudor...la probabilidad infinita de imaginar a Shaka contorneándose entre tonos anaranjados y rojos...no había nada que pudiera hacer de ello un momento más placentero.


Abrió los ojos después de haber quedado profundamente dormido, bajo el resguardo de una confortable sombra que no evitaba que una embriagante tibieza llegara a sus cuerpos. Las vendas habían sido removidas mientras descansaba y allí lo pudo observar...a su lado...cubierto como él mismo por unas sábanas viejas...una mochila a su lado abierta...envuelto en sus brazos...reposando en su pecho...las tiernas y dulces facciones del hindú, talladas en perfecta armonía por el sueño.