CÚIDATE
¡Ohayo! Aquí estoy con la continuación del Cúidate. ¡Me alegro de que les gustara el capítulo anterior! Bueno¿morirá o no Rukawa¡¡Ya me contaréis lo que os ha parecido!
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Sakuragui abrió y cerró la boca varias veces, pero luego volvió a adoptar su postura de genio y dijo, aunque un poco asustado :
" ¿Jajaja...crees que le harás tragar a éste genio que te has muerto! Yo no caigo en ésas cosas¡zorro! "
Rukawa aún no había caído en la inconsciencia, pero oía la voz del pelirrojo muy de lejos.
" ¿Qué haces aquí? " murmuró con voz apagada, y entreabriendo los ojos con mucho esfuerzo.
Sakuragui, al oír la voz del chico, comprendió que no era una broma y que algo iba mal. Con cautela, se acercó a Rukawa, que estaba sentado con la espalda apoyada a las baldosas azules, y se agachó para quedar mas o menos a su altura.
" ¿Te ocurre algo, zorro...? " le dijo mientras fruncía el ceño. Rukawa no le respondió y él miró a su alrededor, esperando encontrar una respuesta. Y la encontró. Un bote vacío, olvidado por su dueño, se hallaba tirado por el suelo. Sakuragui lo cogió y después miró a Rukawa.
" ¿Qué pasa¿Es que te has drogado o qué? " lo iba a tirar en la basura cuando se fijó en el contenido de ésta. Había bastantes botecidos casi idénticos al que tenia en la mano. En unas décimas de segundo, el pelirrojo comprendió lo ocurrido y desvió lentamente su mirada hacia el zorro, que ya no podía ni hablar.
" ¡Oh, mierda, mierda, mierda¿Qué coño hago? Ambuláncia...¡Ambuláncia!" rápidamente se levantó del suelo y hechó a correr por el pasillo. Su supuesta de que el teléfono estaria en el salón por donde había pasado antes fue acertada, y marcó a toda velocidad el número de urgéncias.
Tartamudeando, le contó lo que había pasado a una chica que le dijo que ahora mismo enviaban una ambuláncia.
" Por favor, trata de hacerlo vomitar mientras...que saque las pastillas..." le dijo ella con urgencia, y después le colgó. Sakuragui corrió otra vez hacia el lavabo, donde Rukawa estaba en la misma posición en la que lo había dejado.
" ¿Y como se puede hacer vomitar a alguien?" se preguntó el pelirrojo. Sin duda alguna, envolvió la cintura de Rukawa suavemente con su brazo, lo inclinó sobre el water y, con la otra mano libre, le introdució dos dedos en la boca. Sakuragui notó que el estómago del chico que sostenía se tensaba, y enseguida una masa de color indefinible cayó, pero él sabía que no había sacado fuera ni una cuarta parte de lo que se habría tomado.
La sirena de una ambuláncia le llego de lejos y, pensando que como antes le atendieran más posibilidades tendría de sobrevivir, cogió en brazos a Rukawa, que ya había perdido el conocimiento, y echó a correr escaleras abajo. Los camilleros se cruzaron con él por el primer piso, y recostaron al chico en la camilla, llevándolo abajo entre dos. Lo metieron en una ambuláncia enorme que estaba aparcada de cualquier manera y uno de ellos miró a Sakuragui.
" ¿Eres familiar suyo? " le preguntó. Sakuragui negó con la cabeza y él se sacó del bolsillo una tarjeta.
" La dirección del hospital. Coge un taxi y llegarás enseguida. Y avisa a sus padres, abuelos o lo que sea. " Dicho esto siguió a sus compañeros y cerró la puerta tras si. La ambuláncia se alejó.
Sakuragui se había quedado plantado, con la tarjeta en la mano mirando a un punto indefinido de la carretera. No podía asimilar lo que acababa de pasar. Pero agitó la cabeza de un lado a otro varias veces y resolvió que tenia que actuar. Contó el dinero que llevaba ; suficiente. En la primera cabina telefónica que encontró llamó a Yohei, y le pidió que llamara a la escuela y que avisaran al entrenador Anzai de lo sucedido, ya que él no se sabía el teléfono, y le dijo la dirección del hospital.
Cuando hubo colgado, esperó unos diez minutos a que llegara un taxi y se subió.
&&&&&&&&&& Veinte minutos después &&&&&&&&&&
Para la recepcionista del hospital, fue casi un paro cardíaco el hecho de que Sakuragui la cogiera de los hombros y la agitara hasta que le dijo, tartamudeando, la habitación y el piso en la que acababan de ingresar a un chico que se intentó suicidar.
Para la gente que iba subida al ascensor, fue molesto el hecho de que Sakuragui gruñera mientras apretaba una y otra vez el botón de la planta número dos, impidiendo a los demás de salir cuando debían.
Para las chicas que se cruzaron con él en el pasillo, fue doloroso el hecho de que las empujara tres veces seguidas solo para poder pasar él delante suyo.
Pero al fin, el pelirrojo logró llegar a la sala de espera. El entrenador Anzai estaba sentado, aparentemente tranquilo, pero se podía notar la fuerza con la que sus puños estaban apretados. Ayako estaba de pie, apoyada a la pared, blanca como el papel, y el capitán del Shohoku iba arriba y abajo, nervioso.
" ¿Qué ha pasado? " gritó el pelirrojo nada más verlos.
" No...no lo sabemos aún..." murmuró Ayako. Sakuragui se sentó al lado de Anzai. En la sala de espera, pintada de azul cielo, solo había una chica con la cabeza vendada y dos hombres que leían el periódico. Todos estaban callados, por lo que se hizo un silencio incómodo en el lugar. Sakuragui estaba temblando y, impaciente, ya iba a pedir a los médicos que les dijeran algo cuando una puerta se abrió y un hombre con bata blanca salió y se dirigió hacia ellos. Debía tener alrededor de treinta años, con el pelo castaño claro, ojos de color miel y sonrisa agradable. Llevaba una barba de unos cuantos días. Parecía una persona en la que se pudiera confiar.
" ¿Son familiares de Kaede Rukawa? " preguntó con voz firme. Anzai se levantó y contestó :
" No. Sus padres están de viaje. Soy su entrenador y ellos amigos suyos. " El médico asintió con la cabeza.
" Verán, ha sobrevivido. " Ayako y Akagi lanzaron un gran suspiro de alivio a la vez, mientras que una sonrisa aparecía por los rostros del pelirrojo y el entrenador.
" Pero...me gustaría hablar con ustedes un momento. Síganme, por favor " . Les condujo a un despacho bastante grande, con las paredes impecablemente blancas y fotos de órganos vitales por todas partes. Muchas estanterías. En el fondo, un escritorio que tenia encima una foto de una mujer y una niña pequeña que sonreían, con una butaca y tres sillas alrededor. El médico se sentó en la butaca y les señaló las sillas de delante. Anzai y Ayako se sentaron enseguida, y Sakuragui hizo una seña a Akagi para que ocupara él la otra.
" A ver. Supongo que entenderán que la situación es complicada..." empezó el médico. Parecía que le costaba encontrar las palabras.
" Lo siento, es que no se por donde empezar...un caso de suicidio es grave..." murmuró. Acto seguido, miró a los tres chicos.
" Pensad que queréis suicidaros. ¿Cuál es la manera más rápida que encontrais de hacerlo? " les preguntó. Ayako, Akagi y Sakuragui pensaron unos segundos.
" Cortándome las venas..." murmuró la chica.
" Hum...¿Tirándome por la ventana?..." dijo Akagi sorprendido por la pregunta.
" Ponerme en medio de la carretera " contestó Sakuragui firmemente.
El médico suspiró cansado y aclaró :
" Hay muchas. Miles. Puedes encontrar una forma de matarte en una habitación completamente vacía y con las manos atadas. Y por la manera en como me miráis, supongo que os preguntaréis a que pretendo llegar con eso...pues a que es muy muy difícil, por no decir imposible, controlar a un suicida. "
Los demás permanecieron en silencio, sumidos en sus pensamientos. El médico esperó unos segundos y continuó :
" Hay dos opciones. O estar en un centro especial, donde tienen vigiláncia todo el día, o en una casa donde sea muy controlado. Preferiblemente, con bastantes personas. Yo..." el hombre lanzó un gemido casi ahogado e imperceptible " estoy muy indeciso con éste caso. Por una parte, si sus padres viajan, no será vigilado lo suficiente, y esto nos llevaría a internarle, pero...no se, he hablado con el chico y creo que quizá empeoraría..."
El entrenador asintió con la cabeza, totalmente de acuerdo en las dos afirmaciones, y, hablando con mucha tranquilidad y midiendo las palabras, repuso :
" Pero creo que he encontrado la solución " .
Ayako, Akagi y Sakuragui le miraron con los ojos muy abiertos, mientras el médico aguardaba.
" Se irá a vivir con Sakuragui " .
Un minuto de silencio.
Dos minutos de silencio.
Un grito agudo y horrible llenó las nueve plantas del hospital, hizo caer cuadros y rompió las botelas de agua de los enfermos. El pelirrojo estaba sudando con la boca abierta y los ojos mas grandes que ésta última.
" ¡DE NINGUNA MANERA¡¡UNA COSA ES QUE LE SALVE Y OTRA SOPORTARLO LAS VEINTICUATRO HORAS DEL DÍA! "
" ¡Cállate! " la no normalmente fuerte voz de Anzai silenció al pelirrojo y sacó del shock a la chica y el capitán.
" Esto es un caso extremo, no he pedido si tu quieres o no, he dicho que lo harás. En la residencia en la que vives estará todo el día controlado, está llena de chicos y chicas " Añadió.
Sakuragui hacía un par de meses que, a causa de la mala relación que tenía con su madre y su padrastro, había decidido ir a vivir a una residencia para estudiantes. Como había llegado a mitades de curso, tenía una habitación para él solo, al contrario de la gran mayoría de chicos, que compartían habitación de dos en dos. Como siempre había gente pululando en todas partes del sitio, sería muy difícil encontrar un lugar donde acabar con la vida.
El pelirrojo asintió, resignado y lloriqueando por dentro. Anzai sonrió y el médico aceptó después de decir que le parecía una excelente idea. Se inclinó delante de Sakuragui y le dijo con voz muy clara :
" Y ahora escúchame bien : no ha conseguido su objetivo, y por tanto es probab...no, es completamente seguro que lo volverá a intentar. Y tu deberás vigilarle bien para que no lo haga. ¿Estamos? "
" Estamos..." murmuró el chico.
Después de la conversación, tras la petición de Anzai de ir a ver a Rukawa, el hombre les acompañó hasta la habitación y les abrió la puerta. Cuando todos hubieron entrado, la cerró suavemente.
Rukawa estaba estirado en una cama, con la mascarilla de oxígeno un poco bajada, ya que por el momento podía respirar. Llevaba un pijama azul a cuadros, iba bastante despeinado y estaba muy pálido. Les miró con unos ojos apagados y desvió enseguida la mirada hacia algun punto de la pared.
Sakuragui estaba muy incómodo en aquella situación, así que se puso a observar la habitación. Blanca immaculadamente, como el despacho del médico, muy fría. A parte de la cama, nada más que un armario de madera y una silla junto a la cama.
" Hm...hola, Rukawa..." dijo Ayako tímidamente. El aludido no contestó.
" ¿Como estás? " consultó Anzai. El chico le respondió con una afirmación de cabeza y volvió a clavarles los ojos.
" ¿Qué hacéis aquí? " dijo con voz fría.
" ¡Maldito zorro¡Encima que venimos a verte...! " dijo Sakuragui, enfadado.
El entrenador hizo un gesto de cabeza a los demás hacia la puerta y pidió que le acompañasen a comprar una bebida.
" Sakuragui, quédate a cuidar de Rukawa mientras..." dijo mientras se marchaban. Sakuragui abrió la boca pero no pudo protestar a tiempo.
Una vez hubieron salido los demás, el silencio envolvió el ambiente. Dos minutos, tres minutos, cuatro minutos, cinco min...
" ¿Por qué me salvaste? " preguntó Rukawa.
" Qu...¿cómo...? " titubeó el pelirrojo.
" Que porqué me salvaste. " repitió el jugador moreno.
Sakuragui le miró, molesto, y gritó :
" ¿Cómo que porqué te salvé! Qué¡¡¡¿te tenía que dejar allí medio muerto! "
El de ojos azules apartó la mirada de él y le dijo en voz baja :
" Me habrías ayudado más " . Los ojos se le llenaron de lágrimas que procuró ocultar, cosa que hizo bastante bien, pero Sakuragui las advirtió y se sentó en la silla que había al lado de la cama.
" Rukawa¿se puede saber que te pasa...?" dijo mirándole con preocupación mientras le ponía una mano en el hombro.
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En el mismo momento, a miles y miles de quilómetros del hospital, un avión despegaba de Europa.
En su interior, un hombre y una mujer, sentados uno al lado de otro, estaban sumidos en sus pensamientos.
Una chica con un uniforme muy limpio cruzó la puerta que comunicaba con el piloto y se inclinó ante ellos tras una pequeña reverencia.
" ¿Desean algo, señores? "
" No, por el momento no, gracias. " contestó la mujer. Cuando la chica se marchó otra vez, ella cruzó las piernas elegantemente y lanzó un suspiro de resignación. Asuka Rukawa miró a su marido, que leía sin percatarse de nada.
" Shigeru, por una vez podrías hacer que tuviera un viaje entretenido..." se quejó. Su largo y ondulado pelo, castaño claro, brillaba. De su cara podríamos destacar prácticamente todo...los ojos color azul, maquillados con sombra, los labios de color carmín, las cejas perfectas, la piel pálida...su esbelta figura de treinta y tres años era imponente.
" Ya sabes que no soy bueno para éstas cosas " le respondió Shigeru secamente. Él tampoco tenía nada que envidiar : a sus cuarenta y dos años parecía que tuviera veinte. Era muy parecido a su hijo : alto, delgado, de pelo negro, pero ojos del mismo color. La pareja junta parecía dar a los que estaban a su alrededor una sensación de calma inexplicable, pero no parecía un buen ambiente...era una calma peligrosa, de estar desarmado.
" Oh, bien..." gruñó ella tras poner los ojos en blanco. Con la mano suave y las uñas pintadas de rojo, cogió el mando a distáncia y cambió el canal de la televisión que había en su avión privado. Ser una de las personas más ricas del mundo podía dar más privilegios de los que se podían imaginar.
" Y bien¿qué tienes planeado hacer con nuestro hijo cuando lleguemos a Japón? " le preguntó Shigeru tras sacar momentáneamente los ojos de la lectura.
Asuka sonrió perversa y graciosamente y cruzó los brazos. Uno de los contactos que vigilaban a su heredero le había informado del intento de suicidio de Kaede, y una hora y algo después, los del hospital la habían localizado y llamado. Era muy divertido enterarse de las cosas casi antes de que sucedieran.
" No se, no se, aun no lo he decidido...que tal un poco de tortura psicológica? "
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Ya está el capítulo! Espero que os haya gustado...
Contesto reviews :
Sara-chan : pues ya sabes lo que le pasa a NUESTRO ( XD ) Rukawa!
Salem Saori : gracias por la review, Sal, y por proponerme el título!
Oruha Shikijou : Yaoi o Shonen?Aunque debéis suponerlo, si lo dijera no tendría grácia...no?
Khira - chan : seeh...tu y yo somos unas sádicas...no te lo dije porque se me ocurrió un día, al siguiente por la mañana lo planeé y al mediodía lo escribí, así que no me dio tiempo, jajaja...
Lensaiak : No, Rukawa no es idiota > ! Y si, cuando se enamora está monísimo...es verdad, puse "bústia" ! Soy de Cataluña...PARA LOS QUE NO HAYAN ENTENDIDO, QUERÍA DECIR BUZÓN! BU-ZÓN!
Hikaru Itsuko : pues aquí has podido leer más!
Pau-chan : bueno, un poquito más largo si ha sido, aunque tampoco mucho..a ver si el próximo lo hago más largo...
Tincgana : pues como has podido ver, Hana lo ha salvado...aunque me ha costado que siguiera vivo hasta éste capítulo, porque él quería irse al otro mundo! ( me ha hecho mucha grácia tu review XD ).
Yukina : Pues te digo lo mismo que a Hikaru! El fic continua con Rukie vivo! ( ...de momento...).
Astrea : Continué, continué! Seh...Rukawa como que muy sociable no...
Shadir : me creerías si te digo que no podía para quieta en la silla cuando lo escribí?
Morgana of Avallon : ok, gracias por leerlo, que te vayan bien los exámenes!
Bueno, ya sabéis, dudas, comentarios, amenazas...en una review, please!
Chao! ( Y preparaos para ver sufrir a Rukawa en el próximo capítulo...).
