Holitas, aquí estoy con un nuevo capítulo que espero que resulte de su agrado y dejan sus opiniones pinchando aquel solitario botoncito del final…

Capitulo VI

Frente a ti

Los primeros rayos del sol comenzaban a asomarse en el horizonte, mientras Sango y Kagome dormían aún, pues las horas de sueño se les habían hecho muy cortas, luego de aquel largo tiempo de conversación.

-Arriba, arriba- se escuchaba la voz del monje, que mientras hablaba hacía sonar su báculo, para que el par de hermosas damas despertara.

Sango fue la primera en acudir al llamado estruendoso, sentándose, solo con la finalidad de que su adorado esposo se silenciara Kagome en tanto, se cubrió la cara con parte de su cabello para evitar el sol y se le escuchaba rezongar algunas cosas que sus amigos tuvieron que descifrar.

-No es justo… hoy es Domingo

Caminaron durante horas, el lugar hacía el que se dirigían, estaba algo retirado, Miroku y Shippo sabían bien en donde encontrar a Inuyasha y esperaban tener la suerte de llegar antes del anochecer, el paso que llevaban, era probable que lo hicieran, de lo contrario tendrían que buscar algún refugió para la noche, no le temían al frío, su mayor preocupación eran los monstruos que , pues era bien sabido que las tierras a las que se dirigían estaban plagadas de ellos, si bien era cierto que desde que Naraku había muerto, las aldeas que se encontraban en la zona, vivían en relativa calma, la lucha por los territorios entre los youkais, se había convertido en extremo peligrosa, acabando unos con otros.

La predicción del monje, que por el momento era quién dirigía al grupo, fue acertada, pues cuando la noche estaba por caer, ya habían llegado al bosque en el cual encontrarían al hanyou, solo que la búsqueda debería esperar hasta el día siguiente.

Miroku llevó a sus amigos hasta una cueva en la que solía buscar refugió cuando iba a visitar a su amigo, pues Inuyasha evitaba el mas mínimo contacto con las cercanías a la aldea, el árbol sagrado y por supuesto el pozo, así que el monje había convertido en un hábito el venir cada cierto tiempo a darle una vuelta al hanyou.

-Aquí estaremos bien- dijo mientras acomodaba algunas rocas para encender un fuego que les permitiría cocinar algunos vegetales que habían recolectado en el camino, ya que todo lo poco que Kagome, trajo desde su época, se lo terminaron en el camino, Shippo fue quien se ofreció para traer la madera que les serviría de combustible.

Kagome y Sango comenzaron a limpiar lo que pronto se convertiría en su alimento y luego de haber terminado con su labor y viendo que el tiempo que Shippo había tardado era demasiado

-Le habrá sucedido algo?...- pregunto Kagome muy preocupada, para ella a pesar de lo fuerte y grande que estaba el kitzune, seguía siendo el mismo pequeño Shippo al que debía proteger.

-No debe preocuparse Srta. Kagome- dijo el monje sentado pacientemente- Shippo sabe cuidarse muy bien, ha tenido un gran maestro.

Maestro?... se pregunto en silencio la muchacha, acaso Miroku se refería a si mismo al decir esto?... la verdad no quería poner en duda la capacidades del monje, después de todo siempre resulto de gran ayuda en las batalla sostenidas con Naraku, pero lo cierto es que no se lo imaginaba dándole entrenamiento a Shippo, mas bien se lo imaginaba tratando de educar al joven youkai , en cosas de índole romántica…no definitivamente el maestro no podía ser él, entonces quién?...

En ese momento una gran carcajada proveniente desde el exterior de la cueva, sacó a Kagome de sus pensamientos, todos se miraron y reconocieron de inmediato la voz de Shippo, sin exaltarse en lo mas mínimo, salieron, para encontrarse con una grata escena, pero que al menos Kagome no esperaba.

Se encontraba Shippo, luchando y riendo, con la cabeza atrapada bajo uno de los barzos de un joven de rojas vestimentas, el que con la otra mano, desordenaba el cabello del kitzune desarmando completamente la coleta que llevaba… de pronto, algo que no esperaba lo alertó y su dorada mirada se fijó en una de las personas que estaban frente a él.

No puede ser, se repetía la muchacha, no esperaba encontrarse con él, al menos no hasta el día siguiente, cálmate se dijo, manteniendo su posición sin que él notara el mas mínimo gesto de nerviosismo en ella que estaba de pie junto a Sango, cruzó sus brazos, intentando quizás con esto, poner una barrera entre ambos, lo que le daba un aire de seguridad, su mirada era serena y fría, demasiado fría, su cabello caía sobre sus hombros, mas largo de lo que lo había tenido nunca, pero sin perder los casuales rizos que lo caracterizaban, desde fuera se la veía bastante tranquila pensó Sango, quien la observo de reojo, sabiendo lo que aquel encuentro podría llegar a significar, pero ella no sabía que por dentro la muchacha junto a ella, estaba sosteniendo una dura batalla, para no exteriorizar el cúmulo de emociones que chocaban en su interior, su corazón estaba latiendo a un ritmo inalcanzable, sentía que en cualquier momento comenzaría a faltarle el aire, la sangre corría a través de sus venas en forma frenética, intentaba con muchísima dificultad, calmar todas las sensaciones tanto físicas como emocionales, que amenazaban con sacarla del equilibrio que con tanto esfuerzo había conseguido en estos años.

En tanto el joven que se encontraba frente a ella, se irguió y su figura le pareció a ella, mucha más alta de lo que recordaba, no le quitaba la vista de encima a la muchacha y ella la mantenía aparentemente sin dificultad, reconocía perfectamente el aroma que ella desprendía, esta mas alta de lo que recuerdo o será que esta mas esbelta, su cabello es mas largo, eso seguro… sus ojos siguen siendo tan dorados como la última vez que lo vi, pero sus facciones son ahora mas adultas, mas varoniles, seguirá siendo el mismo insufrible de siempre?...te habrás podido unir a algún humano como tu?... habrás sido feliz, junto a Kikyo?... me recordarás alguna vez, se preguntaba él… cuanto habrás tardado en olvidarme, pensaba ella… Finalmente viniste, acudiste al llamado, estas, estas… hermosa… Es aquí en donde vives, por que tan alejado de los demás, estas, estas… muy guapo…

Miroku fue quien termino con el incomodo silencio que se había apoderado de la situación, saludando amigablemente a Inuyasha.

-Hola Inuyasha, veo que ya te encontraste a Shippo?...

-Eh… si.- afirmó tardando unos segundos en reaccionar a las palabras del monje, para luego voltear hacia el kitzune, mientras volvía a desordenar levemente la coleta que este intentaba reorganizar - … el muy descuidado no había notado mi presencia.

-Eso no es cierto- se apresuro a exclamar

De las cinco personas en aquel lugar, tres rompieron a reír alegremente y dos se limitaron a dibujar en sus rostros una pequeña sonrisa de cortesía.

Kagome fue al primera en entrar nuevamente a la cueva, con mucha calma o al menos eso era lo que los demás creyeron, pues ella entraba con el solo propósito de calmar la ansiedad que le estaba produciendo el haberse reencontrado con él… no quería decir su nombre, no lo haría, pues bien sabía que ahora se encontraba vulnerable a sus emociones y no quería que estas la dominaran.

El solo se limitó a observarla mientras se perdía en la penumbra, iluminada solo por la tenue luz que emitía una pequeña lámpara que había traído Kagome desde su época.

Cuando la chica se perdió el hanyou soltó un largo suspiro que todos notaron, pero del que nadie quiso hacer comentario, que estaba sucediéndole?... su corazón corría en forma frenética, imagino muchas veces la figura de Kagome frente a él nuevamente, pero nada lo había preparado para enfrentarse a una mujer, definitivamente se había sentido intimidado por la fría mirada que ella le dejó caer… pero que se habrá creído, se preguntó, quizás para recuperar algo del orgullo que sentía que aquella mirada le había arrebatado, pero lo disimuló muy bien, lo sabía…su aroma era ahora mas intenso, fue el pensamiento en el que se quedó…

Tras ella sintió como comenzaban a entrar sus amigos y él, pensó, si lo mas probable es que lo hubiesen invitado a pasar para compartir la comida que ahora que Shippo había llegado con la leña cocinarían, pro debo mantenerme serena s, se dijo, no puedo permitir que él note mi desasosiego no le daré el gusto de verme el las condiciones reales el las que me hallo, completamente llena de mis recuerdos de él…

Se volteo preparándose para enfrentar la mirada del hanyou, pero solo se encontró con sus compañeros, con quienes había comenzado el viaje, no quiso preguntar por él, pero Shippo que de algún modo lograba comprender la situación dijo.

-Inuyasha se quedó e el bosque, dijo que prefería la brisa nocturna – le dirigió una mirada tranquila y una grata sonrisa a su amiga, quien la repondió.

Miroku y Shippo se alejaron algunos metros de las damas, tal vez a modo de dejarles lugar a conversar algunas cosas, la tensión entre ellos lograba sentirse en el ambiente, ninguno se atrevía a dirigirse a Kagome para hablar de Inuyasha, sin embargo , todos sabían que a quien le correspondía hablar con él por el asunto de la carta era a Kagome. La misión finalmente le pertenecía aunque ella no lo deseara.

Sango le daba miradas furtivas a Miroku, como diciendole que el comenzara y el por su parte se las devolvía indicandole lo mismo, entonces la taijina resoplo, comprendiendo que frente a las situaciones difíciles, las mujeres resultan mejores comunicadoras que los varones.

-Como estas? – fue la pregunta que salio de los labios de Sango

Kagome comprendió inmediatamente a que se refería su amiga, no levanto la cabeza, solo se quedo ahí observando la cuchara con la que Sango revolvía el cotenido de la olla en el fuego, luego la miro y le regalo una apacible sonrisa.

-Bien Sango, no deben preocuparse, yo debía estar preparada para esto, sabía que lo encontraríamos solo que…- iba a decir que no imaginaba el torrente de emociones que amenazaban con desbordarse en su interior, pero concluyo- … no creí que fuera hoy.

Sango no era tonta y podía percibir la inquietud en su amiga, que había bajado visiblemente la guardia, pero prefirió no ahondar mas.

-Pero deberás hablar con él…- dijo refiriéndose al asunto que los había llevado hasta ahí

-Lo sé…-

Luego de comer, no quedó mucho mas por hacer, la jornada los tenía a todos muy agotados, pero a pesar de ello y de que ya todos dormían había alguien en el lugar que no lograba conciliar el sueño, le resultaba demasiado difícil, cada vez que cerraba los ojos, aparecía una dorada mirada fija en ella… maldición… dijo muy bajito en el último intento que realizo, hacía mucho que no maldecía y le molestaba sorprenderse haciéndolo.

Se puso de pie en absoluto silencio, para no despertar a nadie, saliendo con cautela, necesitaba un poco de aire fresco, tras de ella se levanto Shippo, sabía bien que el lugar no era seguro y ella a pesar de saberlo se aventuraba de noche sola, pero en cuanto llego a la salida vio alejarse a Kagome internándose en el bosque y desde un árbol bajar una roja figura que la seguía silenciosa, el kitzune volvió a recostarse sabiendo que la joven no podía estar en mejores manos, o al menos eso era lo que el pensaba

Continuara…

Bueno aparte de que el mouse de este computador me ha dado un montón de problemas, debo decirles que estoy bien… no demasiado estresada… espero que les haya gustado el capítulo, a mí en lo personal me agrado bastante ese juego de pensamientos que se produjo entre ellos cuando se reencontraron, si estaba suspirando y todo, cuando lo escribí… dejen sus opiniones y gracias por continuar acompañándome…

Besitos

Anyara