Capitulo IX
Cuando se desbordó el amor
-Que creías que hacías? – le reclamo – pudiste matarme del susto! – estaba furiosa, no sabía bien si era por la situación o por lo inquieta que se sentía al tener las manos del hanyou sobre su pie.
-Sabes bien que es peligrosos que andes sola – contesto igual de molesto.
-Si lo sé y si hubiese querido compañía le habría pedido a alguien mas que me acompañara – el tono que uso enfurecía a Inuyasha , quien se creía que era, acaso pensaba que lograría apabullarlo con su actitud?.
Sin decir nada mas, la tomo en sus brazos a pesar de que ella luchaba, pero no le permitió reclamo alguno y simplemente la sostuvo con fuerza, ella decía frases como, "suéltame", "que te haz creído" y cosas como esas, intentando que él desistiera, mientras caminaba en dirección al lago, sabía bien que el agua fría detendría la inflamación.
Los metros que había tenido que recorrer con la muchacha en sus brazos le parecieron una eternidad, el embriagante aroma de la piel de Kagome, no le permitía tener el control de la situación en su totalidad, lo hacía sentirse débil … Kami como la deseaba…
Se adentro en el lago, quedando con el agua poco mas debajo de la rodilla, mientras ella continuaba forcejeando y reclamándole, afloro todo su sentir, todo lo que había intentado mantener a raya, pero ya no podía mas sentía que iba a romper a llorar en cualquier momento, estaba llena de emociones que el hanyou que la tenía entre sus brazos le producía y estaba furiosa por ello.
-Bajame ya! – exclamó, pero al notar que el no le prestaba oído a nada de lo que decía le grito enérgicamente – maldito seas Inuyasha! – toda la ira que sentía, que había intentado ocultar durante todos estos días, todos los deseos de decirle miles de cosas que guardaba en su interior, estaban saliendo sin poder reprimirlas.
Inuyasha que hasta ese momento no había prestado atención a los reclamos de la muchacha, la observo fijamente, pues comprendió que lo que Kagome acababa de decir distaba mucho de ser solo un berrinche, miro con detenimiento sus ojos que estaban llenos de odio y lagrimas.
-Maldición! – dijo con furia casi en un grito, mientras la dejaba caer en el agua, la que amortiguo un poco el golpe, también se estaba liberando de sus sentimientos frustrados, todas las preguntas que se había hecho en silencio durante todos estos años, se agolparon en su mente – maldición – repetía mientras le daba la espalda a la joven para salir del agua.
-Vete, déjame sola! – le gritaba entre sollozos que intentaba controlar sin éxito.
-Que me vaya! – se volteo para mirarla desafiante, mientras ella con algo de dificultad intentaba ponerse de pie – que yo me vaya! – continuaba exclamando y en su rostro se expresaba rabia y dolor, un dolor tan amplio que ella no habría imaginado jamás – se te olvida pequeña que estas son mis tierras! – pretendía avasallarla con su poderío, pero lo cierto es que el avasallado era él , por la pena y el amor que guardaba en el alma por Kagome, como podían dos emociones tan contradictorias, sobrevivir juntas una alimentando a la otra, no lo sabía , pero el amor era así – maldición, … si fuiste tu la que volvió para poner de cabeza mi vida otra vez… - lo ultimo lo dijo cerrando su mano en un puño, observando tristemente los ojos cafés de la joven que habían abandonado su ira y su rabia, nuevamente estaba confundida ante las palabras de él – tu la maldita mujer a la que amo…
Se encontraba con el cuerpo completamente cubierto de brillantes gotas de agua, sus ropas ceñidas perfectamente, mostrando su figura de hembra, se veía tan fresca e indefensa, como podía una silueta tan angelical, causar tanto pesar, le dolía su falta, no pudo olvidar jamás su amor, por que lo llevaba en el corazón y solo soñaba con ella, no pudo olvidar jamás su forma de amar, no lograba convencerse de que todo había sido una mentira, pero se encontraba ahí, sabía que estaba lastimada se sostenía en pie con algo de dificultad, sus ojos cubiertos por la lagrimas que no quería derramar, pero que se negaron a permanecer ocultas mas tiempo, su cabella destilando agua, completamente empapado, tal como él se sentía, empapado de ella.
-Por Kami que hermosa estas…- fueron las palabras que salieron de su boca sin que el les obstaculizara el paso sin poder dejar de mirarla como si fuera una especie de descanso para su alma.
Ella solo lo observo, otra vez se sentía confundida por las palabras salidas de la boca de aquel hanyou, muchas veces imaginó un reencuentro y que le diría que estaba hermosa, pero en su mente este siempre era un momento en el que ella se sentía superior, sin embargo las palabras de Inuyasha se repetían en su cabeza, era el sentimiento que él empleaba para dirigirle aquellas frases, lo que la desarmaba, la estremecía y se encontraba ahí, empapada y temblando, ante él, durante años se convenció a si misma de que lo odiaba, que todo el amor que sintió había sido reemplazado en su corazón por furia y rencor, pero ahora que estaba tan vulnerable y desamparada lo único que deseaba en el mundo era estrecharlo y hundir su rostro en su pecho, así como lo hacía antes, cuando aún creía en él.
-…Inuyasha…- fue lo que pronunciaban sus labios, lo que reinaba en su mente, extendió su mano para alcanzarlo, no sabía si su tobillo la ayudaría, no lo sabía y no le importaba, tenía que llegar…
Inuyasha la observo avanzar y perder el equilibrio en el intento, entonces con rapidez la sostuvo y se quedó atrapado en los ojos marrones que lo observaba con tristeza, llenos de lagrimas, pero con aquel brillo especial que él lograba encontrar oculto.
-…Bésame?...- le suplico suavemente, casi en un suspiro, como si en ello se le fuera el último aliento, sabía que no estaba bien, sabía que el que ahora la sostenía entre sus brazos, era el mismo traidor que años atrás la destrozo, pero lo amaba…
El abrió enormemente sus ojos, acaso era real lo que escuchaba?... o sería solo alguno de esos sueños fugaces que de cuando, en cuando, tenía, en los que Kagome regresaba… no, esto era real, la tenía entre sus brazos y claro que la besaría, por que la amaba…
Avanzo lentamente mirando aquellos labios que tanto deseaba y depositando en ellos la suave caricia que le estaba siendo pedida, por medio de las súplicas que su corazón oía con gozo, los besos comenzaron a entregarse, suaves y delicados, como saliendo del alma, un testimonio de todo el sentimiento contenido durante años, cesaron las lagrimas en el rostro de la muchacha y los rastros de ellas fueron retiradas con los dedos silenciosos del hanyou, los roces eran cada vez mas intensos, llamando a la pasión que corría por sus venas en forma frenética, Inuyasha oprimió con intensidad el cuerpo de Kagome intentando traspasarle todos sus sentimientos, por Kami, cuanto la amaba…ella por su parte rodeo con sus brazos alrededor de su cuello, permitiendo que el sintiera el roce de sus formas de mujer, despertando con ello aún mas sus instintos, la aprisiono firmemente por la cintura, levantándola algunos centímetros del piso, saliendo con ella del agua sin dejar en ningún minuto de besar los exquisitos labios, temiendo quizás que si le daba lugar a articular palabra, ella lo volvería a rechazar.
Kagome sentía como la fuerte figura del hanyou la levantaba sin problemas, para salir con ella del agua, se sentía completamente embriagada de pasión y amor, por kami como deseaba que la hiciera suya…como podía existir tanto amor aún por aquel hanyou?...no lo sabía pero comprendía bien que ya no había marcha atrás, se estaba dejando llevar por sus emociones, no quería pensar en las consecuencias, ya habrá tiempo suficiente para arrepentirse, pensó oprimiéndose mas contra el pecho firme de Inuyasha, quien la volvió a dejar suavemente sobre la hierba interrumpiendo en ese momento el beso y ambos se miraron, las lagrimas habían desaparecido por completo y los hermosos ojos de la muchacha destellaban una vez mas.
-Kago…- no logro terminar, ella lo silencio poniendo sus dedos en los labios que acababa de besar con tanto deseo.
-Shhhh…- le indico silencio – ya habrá tiempo…- lo cierto es que no quería que la magia de este momento se perdiera aclarando lo que sucedió, quería creer, aunque solo fuera por hoy, que todo había sido un gran error y que él en verdad la amaba.
Tomo suavemente la mano que lo había silenciado y deposito en ella un beso indicando con esto que aceptaba su proposición, luego acarició el cabellos de la joven que aun dejaba caer gotas de agua, ella miro sus labios y tomando otro beso de ellos sintió como el desenfreno de sus cuerpos se iba desatando pidiendo a gritos pertenecerse, no sabía muy bien si su tobillo estaba mejor a causa del agua fría o de la poca importancia que en este momento le estaba dando, pero lo cierto es que el dolor era casi imperceptible.
Comenzó a quitas con sus blanca manos la parte superior del haori del hanyou, quien definitivamente estaba mas fornido que antes, dejo caer la prenda al piso y empezó suavemente con las yemas de sus dedos a acariciar las múltiples cicatrices que eran el fiel testimonio de las muchas batallas sostenidas, unas las reconocía porque ella las había curado, otras probablemente no, pero había una cicatriz que no vería, era la que había dejado su ausencia, todos los días en que no estuvo junto a él, todo el dolor que no pensó sufrir jamás… pero ahora ya no importaba, la tenía ahí aunque esto no pasara de ser mas que un sueño, lo viviría, la amaba y era suya…cruzo ambos brazos sobre la espalda de ella aprisionándola con fuerza contra su pecho desnudo besando de este modo su cuello y su hombro, encontrándose con la marca que la hacía su hembra, esta estaba nuevamente de un rojo intenso, entonces comprendió que esa era simplemente la señal de la unión de los dos, aquella cicatriz se tornaba roja, cuando ella era reclamada por su único dueño… cerro sus colmillos sobre aquel lugar, oprimiéndolos sin romper la piel, era una suave mordida que logro arrancar un gemido profundo desde la garganta de Kagome, entonces él sintió como su sangre hervía sin remedio y alzándola entre sus brazos con un movimiento preciso la recostó sobre la hierba, los besos ya no eran suficientes, necesitaba sentir la piel desnuda bajo su cuerpo entonces inicio la tarea de despojar a la mujer de sus vestimentas, rozando con sus labios y su lengua, cada centímetro de pálida textura que iba descubriendo, mientras sentía con satisfacción como la muchacha se retorcía de placer, debía recorrer por completo la figura de su amada lo había hecho antes y la estaba reconociendo.
Puso una mano a cada lado de las caderas de la muchacha sosteniéndola firmemente mientras transitaba por su vientre, completamente libre de indumentarias, no habían obstáculos para ellos, al menos no esta noche, él se sentía aniquilado por el inquietante aroma de Kagome el que se intensificaba cada vez mas, las muchas preguntas que circulaban por sus mentes, estaban siendo acalladas únicamente por el deseo incontenible de amarse, complementarse y convertirse en uno, compartir todo lo que se les había negado durante tanto tiempo, era hermosos sentirse asía aunque solo fuera por una noche.
Levanto su rostro, y la observo logrando arrancar de ella un pequeño sonrojo que no esperaba, hacía tanto que no la veía sonrojarse, era perfecta, hermosa y suya… que mas da su no me ama, yo si la amo y quiero que lo sienta a través de mí…
Me esta mirando, Kami como me observan esos ojos dorados?..., me sonrojo, hace cuanto que no lo hacía, no lo recuerdo… que importa si no me ama, yo si lo amo y quiero que sienta mi amor a través de mí…
Subió mansamente acortando los centímetros que habían entre sus labios, creando contacto directo con su piel, una exquisita calidez se apodero de ellos, nublando sus sentidos lógicos y acentuando otros mas sutiles y esenciales, los que logran establecer la conexión entre el cuerpo y el alma, en momentos tan sublimes.
Enredo sus dedos en el negro cabellos de la muchacha que emitía a cada momento mas y mas suspiros que él le estaba arrancando, disfrutando de los suaves susurros de la voz de Kagome la que comenzaba a recorrer con sus manos la fuerte figura que la aprisionaba, buscando los lugares que lograrían inquietarlo y lo consiguió, emprendió el hanyou un viaje a través de innumerable movimientos, jadeos y lamentos de goce que ella jamás sospechó, anhelaba tanto entrar en ella, hasta su alma de ser posible y lo hizo, abriéndose paso por entre las piernas mansas y dispuestas, quitándole el aliento por unos segundos al irrumpir con ímpetu y conteniendo el suyo, la besó y comenzó a devorarla siendo del todo correspondido, sintiendo como ella se aferraba a su espalda como rogándole que se adentrara sin limites.
-…Como te extrañé…- susurro ella, con la voz en un hilo, sofocada y ahogada, lo que le daba a sus palabras un tono de suplica que el comprendió de inmediato, siendo aquella frase un detonante, para que la pasión que se había apoderado por completo de los sentidos de Inuyasha emergiera, arrebatándole un gruñido animal, el calor reinante en el vientre de cada uno se acrecentaba con cada embestida, un sin numero de besos, caricias, suspiros y gemidos se apoderaban del lugar hablándole a la muchacha de lo mucho que él también la había extrañado.
La tristeza que la ausencia de su dulce hembra le había desatado, aquel dolor punzante en su pecho, de pronto desapareció, con solo tenerla entre sus brazos, … ella la mujer que logro llevarlo al paraíso, para luego estrellarlo contra la dura pared del abandono.
El dolor se había esfumado, como si nunca se hubiese apoderado de su alma, Kagome se aferraba cada vez con mayor fuerza al cuerpo de quien se había convertido en su amante y su verdugo, aquel hanyou que tenía el poder de llevarla con él hasta el cielo y dejarla caer sin compasión.
-OH… Kami… como te amo…- le dio soltando el aire, mientras que él al igual que ella dejaba escapar con una última acometida desde su interior la muestra física del placer dentro de su alma.
La aprisiono intentando con ello, que ahora que todo estaba consumado, no se escapara de sus brazos, le beso la cicatriz en el cuello, que permanecía aun de un rojo encendido, como la pasión que había provocado en ella y entre jadeos y pequeños besos, agotado y satisfecho, le dijo muy bajito.
-Te amo tanto, pequeña…
Continuara…
Bueno ahí va un nuevo cap. Creo que me he tardado en enviar continuación, bueno los problemas me desconcentrar y tengo bastantes, pero escribir es provechosos para mi alma, sé que no podré vivir de ello, o tal vez si, … ya estoy autoanalizándome "on line" …
Besitos
Anyara
P.D.
Dejen mensajitos
