Hola a todos. Aqui la poesía esta al final del fic, porque es ahí donde tiene su sentdo. Saludos. Por favor si leeis dejarme un RR.
Capitulo 2 "Pregúntale como besar a tu mejor amiga"
Ron se había apartado a un rincón del salón, en su enorme butaca, junto a la ventana que mostraba un estrellado y oscuro cielo. Sobre sus rodillas se encontraba un fajo de pergaminos, y en su mano derecha una pluma mojada en tinta, a sus pies varios pergaminos hechos una bola y manchados de trazos inacabados.
Para Dña Cerebritos:
No se ni porque te escribo esta carta, ya que lo que te quería preguntar es como se supone que os gusta a las chicas que os traten en la primera cita, si es que un encuentro detrás de una estatua puede considerarse primera cita. En todo caso, todo lo que me tengas que decir sobre ello ya no valdrá para nada, porque para cuando me contestes ya será otro día.
En fin, de todas maneras no esta de sobra saberlo, ya sabes, para la próxima vez, espero tu respuesta.
Un saludo: Ron
Ron dobló la carta con un cierto desasosiego extraño. Eran las nueve y cuarto, debía dejar la carta en un lugar donde Hermione la encontrara y no otra persona, él y Hermione no habían acordado ningún lugar y a él no se le ocurría nada, entonces se dirigió a Harry.
-Harry- le susurró cerca del oído -¿Tienes idea de cómo puedo pasar al cuarto de las chicas sin que las escaleras se conviertan en un rambla?- Harry alzó los hombros.
-No lo se, nunca he intentado pasar a parte de para ver a Hermione, y era ella quien conjuraba la escalera, son las chicas las únicas que se saben el contrahechizo. ¿Por qué quieres saberlo?
-Quiero dejar la carta para Hermione en su mesilla.
-Pues dásela a Ginny y que la deje ella.
-¡Que dices? Estas loco, mi hermana la leería y se las apañaría para buscar las demás.
-¿Es que piensas escribirla más cartas? Es una tontería, os veis todos los días…- Se hizo el silencio entre ambos, entonces a Harry se le ocurrió una idea –Oye¿Por qué no coges mi escoba y vas a la habitación volando?
-¡Si, buena idea!
-Pero date prisa Ron, son las nueve y veinte.
Ron fue veloz como un rayo al cuarto masculino de su curso, cogió la escoba de Harry, montó sobre ella y voló cautelosamente por encima de los peldaños de la escalera. Pensó brevemente que quizás Hermione ni siquiera estuviera dormida. Cuando bajó de la escoba entreabrió la puerta con sigilo lo justo para observar si Hermione estaba o no despierta, los diez minutos restantes para las nueve y media pasaron inadvertidos en el reloj y en el tiempo, mientras Ron solo alcanzaba a ver a Hermione desvestirse y ponerse el pijama.
Ron notó como le palpitaba el corazón en el pecho y como su mano dejaba caer la carta al suelo. Las antorchas incandescentes que iluminaban tenuemente el cuerpo de Hermione la daban una apariencia mística, que situaban su belleza entre la admiración, el ensueño y la seducción. Ron sabía que lo que estaba haciendo estaba muy mal, pero sus ojos se negaban a desviar la mirada, hasta que Hermione se cogió el pelo con unas orquillas y se metió en la cama dispuesta a leer uno de sus múltiples libros.
Ron cerró lentamente la puerta y pegó la espalda a ella, tragó saliva y cerró los ojos, cogiendo aire se giró y golpeó suavemente la madera con los nudillos, escuchó unos pasos y a los pocos segundos Hermione le miraba con sus profundos y grandes ojos castaños, Ron elevó su mano y cogió la de Hermione.
-Solo quería darte la carta- dijo anonadado
-¿Qué carta?
-La que te estoy dando- Ron y Hermione miraron sus manos que se cogían en el aire, Ron se ruborizó y Hermione lo miró con fastidio.
-No tienes ninguna carta- en ese momento Ron se agachó soltando con rubor la suave mano de la bruja, recogió el pergamino doblado del suelo y se lo entregó trémulamente.
-Aquí tienes, adiós.
-¡Espera Ron, no bajes por la esca…!- Ron cogió la escoba pero no montó en ella, nada más poner un pie la escalera se convirtió en rampa y cayó dándose de bruces contra el suelo, detrás de él escuchó a Hermione exclamar:
-¡Hay que ver lo que puede cambiaros cualquier tía con un par de…!- pero, antes de acabar la frase ya había cerrado la puerta tras ella.
Eran las diez menos veinticinco y Ron corría hacia el otro ala del castillo con la garganta áspera y seca y la respiración extremadamente acelerada.
Llegó muy fatigado a la estatua de Billy el maniaco, dondeuna curvilínea bruja de largo y espeso pelo platino, y ojos claros y extremadamente rasgados, esperaba cruzada de brazos.
-Llegas diez minutos tarde- dijo cuando este llegó con el pelo revuelto, la corbata desanudada y la camisa arrugada. –Pero por una vez se te perdona.
-Lo siento mucho- dijo Ron recuperando el aliento con las rodillas flexionadas y las manos sobre ellas, al incorporarse recorrió con la mirada el cuerpo de la joven bruja, desde su pies hasta su rostro pasando por una abultada zona por debajo de su barbilla y por encima del ombligo, tan abultada que Ron pensó que no podía ser real.
-¿Sabes que en España se saludan dándose dos besos?- preguntó la joven acarameladamente
-¿Cómo?- dijo Ron confundido, sin entender a que venia semejante comentario.
-Que me des dos besos- Ron estuvo a punto de objetar que no estaban en España, pero intuyó que esa no era precisamente la respuesta que la rubia esperaba. Antes de que pudiera acercarse a ella, ya le había plantado dos besos, uno muy cercano a la comisura de sus labios.
-Bu-bueno- titubeó Ron –Es tarde¿De que querías hablar?- La rubia frunció el ceño
-¿Hablar¿Cuándo he dicho yo que quisiera hablar?- Ron se ruborizó al máximo, la pechugona joven se había acercado a él alarmantemente, y sus dedos, acabados en unas brillantes y largas uñas le cosquilleaban bajo la barbilla. -¿Por qué no nos sentamos? –Ron, que sentía las piernas bastante más débiles que de costumbre, se deslizó con la espalda apoyada en el frío muro de piedra, hasta quedar sentado en el suelo con las rodillas flexionadas y muy separadas la una de la otra, aquel ángulo abierto que formaban sus piernas no tardó en ser ocupado por la muchacha, que olía francamente bien, y cuyos movimientos, hasta un simple pestañeo, hacían erizar cada vello del cuerpo de Ron.
La bruja se acercaba más y más a Ron, le acarició los labios con la yema del dedo índice, roce que descendió hasta su tórax y se perdió bajo la camisa. Antes de que Ron pudiera siquiera advertirlo, los labios de la bruja cosquilleaban su cuello y, en ocasiones, succionaban haciéndole sentir un ligero dolor que, paradójicamente, no era desagradable, aunque le hacía sentirse más tenso.
No tardó más en situar su cuerpo pegado al del pelirrojo, con las caderas de este entre sus rodillas, y revolviéndole el cabello con la mano que no acariciaba su piel. Ron la agarró la cintura en cuanto advirtió que se dejaba caer demasiado sobre él.
-¿…Que… estas… haciendo?- dijo costosamente, con una voz susurrante que no le pertenecía.
-¿Es que no te gusta?- cuestionó ella sin dejar de morderle el cuello.
-Yo no… no creo que… no creo que debas de…
-Weasley, Weasley, si una chica se ofrece así, no deberías de negarte, a puesto a que no es algo que te pase todos los días…- Ron sonrió como un bobo y negó con franqueza. La muchacha se había acercado a sus labios peligrosamente, Ron abrió los ojos lentamente, teniendo una visión demasiado cercana de la rojiza boca de la bruja que se le acercaba cada vez más. Entonces Ron frunció el ceño, pensando seriamente si quería besar esos labios.
-Un momento- susurró apresado entre las piernas de aquella, prácticamente, desconocida.
-¿Qué…?- dijo seductoramente, exhalando el olor a colonia del cuello del mago y resoplando en su oído.
-Vas demasiado… yo… ni siquiera se cual es tu nombre- La rubia se rió.
-Vaya, veo que eres un romántico…- Ron se sintió en ese momento extrañamente menospreciado.
-No es eso, pero¿No crees que vas demasiado rápido?- la bruja rió de nuevo.
-¡Decididamente eres un bohemio! Vaya, yo creía que ese era más el estilo de Potter, que en cambio tu serías un poco…- le acarició el cabello contemplando su color, y después volvió a clavar su mirada en los ojos del pelirrojo –un poco como el fuego- sonrió.
-Puedo serlo, solo que… es tarde y…
-¿Y que?- volvió a acercar sus morros a la boca de Ron, el muchacho no podía echarse más hacia atrás porque la pared se lo impedía, agarró los hombros de la joven y la separó de su cuerpo. Esta vez ella parecía verdaderamente molesta, se levanto lentamente, no si antes presionar su pecho contra el de Ron.
-Muy bien Romeo… otro día será, supongo…- Ron se levantó sintiendo su cuerpo extremadamente débil, y sosteniéndole con dificultad.
-Cuando… quieras… pero no hoy.
-¿Y por que no hoy¿Es que te ha venido la regla?- Ron sintió entonces como su cuerpo volvía a ser consistente, y la rabia fluir por él, con una mezcla de incredulidad.
-¿Qué me estas llamando…?
-Te estoy llamando Nena, eres un frígido.
-¿Cómo?- La cólera se hacía con todos sus músculos, tensándolos, y sus ojos brillaban inmensamente.
-Lo que oyes- dijo la rubia dándole la espalda y colocándose su estrecha minifalda –NE-NA-ZA- Ron resopló como un búfalo y no pudiéndose controlar exclamó:
-¡Y tu una furcia!- Sin embargo, lejos de ofender a la bruja, está le sonrió y se marchó, encendiendo un tenue lumos, hacia el otro lado del pasillo, hasta que la oscuridad ocultó sus curvas.
Eran las once y media cuando Ron, huyendo de la Sra Norris y más tarde ocultándose de Filch, llegó al cuarto de los chicos, donde ninguno estaba durmiendo, cuando cruzó el umbral le recibió una serie de vítores y aplausos de cierta sorna, por parte de los chicos, exceptuando a Harry que solo reía y que le invitó a sentarse con él en cuanto se percato de su gesto.
-¿Cómo ha ido?- cuestionó su mejor amigo
-Pues la verdad es que no se si decir bien o mal, supongo que mal…
-¿Y eso?- Antes de que los muchachos se apiñaran alrededor del mago Ron le susurró a Harry al oído que más tarde se lo contaría, a lo que Harry le sugirió bajar al salón.
-¡Venga tíos¿Nos vais a dejar así, sin detalles? –Exclamó Dean cuando estos se dispusieron a bajar.
-¡No paso nada, ya os lo he dicho!- exclamó Ron saliendo de la habitación, a lo que los muchachos le miraron con incredulidad.
-Dos horas¿Y no ha pasado nada¿Y que es eso que tienes en el cuello?- Harry trató de empujar a Ron fuera del cuarto, pero este, alarmado, se llevó la mano bajo el lóbulo de la oreja, palpándose la piel.
-¡Como!
-Venga Ron, no me dirás que no te ha dado ni un besito con ese pedazo de chupetón que llevas ahí…
-¿Chupetón?- Dijo horrorizado el mago -¿Qué hablas?
-¿Es que no te has dado cuenta de que tienes uno… unos cuantos…?- Ron fue rápidamente al armario del cuarto y abrió una puerta en cuyo reverso se encontraba un espejo enterizo que lo reflejó, mostrando dos enormes manchurrones rojizos, casi granates, en el lateral izquierdo de su cuello, tranzando un camino desde su oído hasta su clavícula.
-¡Oh Dios mío!- El horror de Ron generó una risa general que recorrió el dormitorio -¡Oh no…no!
-Que lerdo… solo a él se le ocurre dejarse hacer un chupetón tan a la vista.
-¡Que voy a hacer, que voy a hacer¿No sabéis ningún conjuro para disimular esto?- Los muchachos se miraron unos a los otros.
-Alguno hay, pero tienen sus efectos secundarios, a veces es peor el remedio que la enfermedad…- Seamus entonces enseñó una zona cercana a su clavícula donde tenía una pústula supurante –Te aconsejo utilizar el método tradicional.
-¿Y cual es ese?- preguntó el muchacho desesperado
-Jersey de invierno- contestaron todos a coro.
A la mañana siguiente Ron bajo muy afligido porque aquellas manchas tardarían en quitarse al menos cuatro días. Estaba asfixiado con el jersey azul de cuello alto que le había prestado Dean, tanto, que casi no tenía ganas de desayunar, algo inaudito en él.
En el gran comedor a penas había nadie, puesto que era sábado, y Ron se alegró de que solo él y Harry estuvieran en la mesa de Griffindor. Ron le contó a Harry, afligido, lo sucedido el día anterior, Harry no cabía en su asombro.
-¿Y por qué no la besaste?
-Esto… nunca he besado a nadie, como ya sabes.
-Bueno, no es mala manera de empezar… aunque… ¿Realmente te gusta esa chica?- Ron alzó los hombros, y se deshizo del jersey, quedándose solo con su camiseta de manga corta.
-Si viene alguien avísame Harry- El mago asintió –bueno, ese es el asunto, no se si quiero recordar que mi primer beso fue con una tía que no conocía de nada.
-Pero esta bastante bien, aunque sino te gusta demasiado, es normal que no… la quieras besar.
-¿Tu cuando te besaste con Cho, te lo pensaste?- Harry negó mojando una magdalena en la leche.
-A mi me gustaba mucho, y cuando eso pasa... No estas en estado de pensar. De todas formas… ¡Tu has ido muchísimo más lejos que yo aunque no la hayas besado!
-¡Yo no hice nada! Fue ella, te lo juro Harry, se me lanzó a la yugular. Sino la hubiera frenado no se que podría…- Harry lo miraba con expectación. -¡Lo más fuerte Harry es que me llamo frígido!- Harry soltó una carcajada escandalosa.
-Hombre, si ni siquiera la rozaste Ron… es normal que…
-¡No, no es normal!
-Em… ¿Bueno y tu que la dijiste?- Ron se mordió el labio inferior -¿Ron?
-Esto yo… la dije que… la dije que era una furcia- Harry se atragantó con un bizcocho, después de unos minutos tosiendo, y sintiendo que se ahogaba consiguió contestar en un hilo de voz.
-¿Qué la dijiste que!
-Si, lo que oyes, se que no estuvo bien…
-¡Madre mía!- exclamó Harry a los cuatro vientos -¡Y que hizo ella?
-Nada, pareció hacerle gracia, creo que ni siquiera se ha enfadado. Pero… ¡De verdad que no soy un frígido¡Es que no se besar…!
-A lo mejor necesitas que alguien te enseñe…-dijo con un gesto malicioso en su rostro
-¿Quien?
-Hermione, por ejemplo, quizás ella sepa…
-¿Estas loco…! Seguro que ella tiene menos experiencia que yo…
-O eso te gustaría a ti…- Ron no había entendido al mago, puesto que sus palabras fueron casi imperceptibles. En ese momento Harry le aconsejó que se pusiera el jersey, un par de minutos más tarde una esplendorosa Hermione en cuyo rostro no se reflejaba el sueño, se sentaba junto a Harry para desayunar, antes le tiró a Ron un pergamino doblado.
-Hay van mis indicaciones¿Cómo te fue ayer?- Preguntó recelosa.
-Genial- Mintió Ron cogiendo el pergamino que le había lanzado la bruja.
-¿De verdad, te las apañaste bien?
-Más o menos…
-Entonces que¿Ya estas aparejado, o no?
-Todavía no, aunque poco queda…
-Me alegro…- A los pocos minutos Ginny tomó asiento junto a su hermano.
-¡Buenos días!- dijo alegremente -¿Qué narices haces con un jersey de cuello alto, Ron?- Le preguntó al pelirrojo.
-Es que estoy acatarrado- Ginny le examinó con el ceño fruncido, pero no dijo nada más hasta que Hermione desapareció hacia la lechucería.
-Tu no estas acatarrado, tu tienes señal de ayer. Vaya, vaya, Ronnie…
-¡Cállate mocosa¿Cómo diablos sabes…?
-¿Es que crees que el año pasado en Mayo estaba acatarrada de verdad¡Que ingenuo¡Tu no eres el único que ha recurrido al método del jersey de invierno!
-¡Pero bueno!- Ron comenzó a sermonear a Ginny e intentar sonsacarla quien fue el que la dejó señal, mientras Harry contemplaba el panorama con diversión, aunque no tardó en escaquearse y buscar a su mejor amiga en la lechucería.
-Hola Herms- Hermione levantó la mirada de la patita de una lechuza parda para mirar a Harry.
-¡Hola Harry!- Le saludó efusivamente -¿Qué haces aquí?
-Vengo a traerle el desayuno a Hedwin- La blanca lechuza de Harry sobrevoló para alcanzar su hombro y darle unos picotazos cariñosos en la oreja. -¿A quien escribes?
-A mis padres- Harry asintió sin decir nada, aunque su cara se ensombreció y su mirada se perdió en un esfuerzo por recordar a los suyos a través de su imaginación. Hermione se acercó a él y le puso una mano en el hombro. -¿Ya la has dado de comer?- Harry asintió y ambos salieron de la lechucería hacia los jardines de Hogwarts, charlando sobre las clases, y sobre lo ocurrido recientemente.
-Creo que a ti tampoco te vendría mal encontrar a una chica que… que te comprenda.
-¿Para que? Prefiero estar solo, las chicas son muy complicadas.
-Harry, la soledad no es buena, seguro que hay por ahí una chica para ti, alguien que te complemente…
-No lo creo… las chicas que conozco, salvo tú, no tienen nada en común conmigo. –Entre ambos se hizo el silencio, salieron a los jardines bañados por el sol de la mañana y distinguieron a lo lejos a sus amigos sentados al pie del haya.
-Quizás Harry, haya alguien de toda la vida en la cual todavía no te has fijado- Hermione adelantó a Harry llegando hasta el haya antes que él, y ambos se sentaron junto con Ron, Ginny, Luna Lovegood, Dean, Seamus y Neville.
Hermione se recostó en el tronco del arbol al lado de Ron, que era el menos hablador del grupo, el resto discutían sobre los nuevos fichajes de temporada en quiditch, discusión a la que se unió Harry animadamente.
-¿Cómo te fue ayer?- Preguntó Hermione a Ron, bajo las voces del resto del grupo que no advirtieron la conversación de los muchachos.
-Relativamente bien, ella quiere liarse conmigo, pero yo… no pude- Hermione sonrió de repente como si aquello la llenara de satisfacción.
-¿Por qué¿Es que te gusta otra persona?
-¡Claro que no!- Refunfuñó Ron –Es simplemente que no tengo experiencia, me muero por enrollarme con esa chica…- Hermione lo miró con enfado.
-¡Vaya! Pues, me parece una tontería que teniendo tantas ganas de besarla no lo hicieras.
-Tu no lo entiendes Herms…
-¿Qué yo no lo entiendo¿Y por que habrías de entenderlo tu y no yo¿Es que insinúas que yo estoy más verde que tú?- Ron rió
-Claro que sí.
-¡Pues quizás te equivoques!
-Ahora me dirás que es que tu si has tenido novio.
-Si. Si lo he tenido, que tu no sepas lo que es relacionarte con el sexo opuesto no quiere decir que…
-¿Entonces tienes experiencia?
-¡Claro que si!- Ron frunció el ceño, la idea de que él se reservara para su primer beso y que Hermione ya lo hubiera dado le causaba malestar y le irritaba.
-Pues entonces no tendrás ningún problema en enseñarme- Hermione abrió los ojos como platos.
-¿Qué, que dices¿Te has vuelto loco¡Somos amigos de toda la vida! Sería como incesto- Se excusó Hermione –Y, además, eso significaría que yo sería tu primer beso.
-Eso me trae sin cuidado, no soy ningún romántico de esos a los que les importa tener un recuerdo bonito de su primer beso. –Hermione notó como le palpitaba la sien.
-Eres un insensible, bruto, un superficial…
-Hermione, cada uno es como es, y yo soy así¿No? Tendré que aceptarme –Se pavoneaba Ron orgulloso de haber enfurecido a la bruja, verla enfadada creaba en él cierto enternecimiento que jamás percibiría como tal, pero que lo hacia sentir bien. –Bueno Herms, que dices¿Vas a ayudarme? Soy tu amigo, y en el fondo, me tienes aprecio¿No?
-Claro imbecil, claro que te aprecio…- Ron se había acercado a ella sin percibirlo, se quedaron en silencio mirándose, hasta que ambos reaccionaron y miraron a otro lado.
-¿Te parece bien después de comer, sobre las cuatro en el invernadero en obras? …Ahí no hay nadie porque lo están remodelando…
-Muy bien…
Eran las tres y media y Hermione se dirigía muy nerviosa al invernadero, no esperaba encontrarse a Ron tan pronto, pero él también estaba allí.
Ambos prácticamente no intercambiaron otra cosa que un trémulo "Hola"
Los rayos de sol se filtraban en el pelo dorado de la castaña, mientras su falda larga y primaveral ondeaba con la brisa ligera. Ron la dio la mano para ayudarla a bajar por una pequeña inclinación de la montañita en la que se situaba el invernadero. Se sentaron en el césped sin decirse nada, cabizbajos, mirándose los zapatos. Ambos, por alguna razón, se habían vestido como si fuera una verdadera cita, y olían francamente bien a perfume. Hermione desprendía un aroma casi imperceptible a lirios, y Ron había adquirido la costumbre de perfumarse continuamente hasta resultar empalagoso.
-Bueno..
-Bueno…- dijeron ambos al unísono y se hizo entre ellos un silencio duradero
-¿Sabe algo de esto Harry?- irrumpió Hermione, Ron negó con la cabeza
-Es una tontería, no creo que haga falta que lo sepa.
-¿Crees que le parecerá una tontería que sus dos mejores amigos se enrollen? –Ron se estremeció.
-¡N-no nos vamos a enrollar!- Hermione alzó una ceja
-Entonces¿Qué es para ti besarte conmigo?- Ron la miró mientras elaboraba una respuesta.
-No… no lo se… ¿Qué…hora… es?
-Las tres y cincuenta y cinco… Dijimos a las cuatro¿No?
-…Si…- susurró Ron mirando sus labios.
-Pues bueno, cuanto antes mejor- Hermione se fue acercando a él, cerró los ojos, tragó saliva y apoyó la mano en su hombro, entonces Ron se hecho hacia atrás.
-E-esto, espera un momento- Hermione abrió los ojos extrañada
-¿Qué, qué pasa?
-¿No hay ninguna… introducción teórica, o algo así?- Hermione frunció el ceño. –Y además, así de repente, bueno… ¿No es lo normal entrar antes en calor?- Hermione se ruborizó.
-¡Que quieres decir?
-Perdona, no me entiendas mal, solo que es demasiado repentino, no se ajusta a la realidad.- Hermione se quedó pensativa, entonces escuchó a Ron coger aire y echarla el brazo por encima. -¡Esto es solo protocolo, que lo sepas!
-¡Ya lo se!- Gruñó la bruja
-Bueno, haber¿Qué es lo que tengo que hacer?- Hermione cogió aire.
-Pues… depende como sea ella… no se como la gustarán los besos… pero…
-Es igual, háblame según tu experiencia- Masculló Ron algo molesto.
-Creo que lo ideal, lo que a cualquier chica le gustaría es que su compañera no fuera un bestia… -Hermione comenzó a hablar en un tono tenue y con la mirada perdida en un ideal lejano, su voz cadenciosa hizo que Ron se introdujera en la narración de lleno -Creo que a cualquier chica le gustaría que la cogiera la mano, la mirara fijamente a los ojos, se acercara despacio y rozará sus labios sin prisa, ignorando el paso del tiempo…Un beso tiene que ser firme, pero suave, ingenuo, pero valiente…y quien bese… quien bese debe comportarse como un explorador paciente, que sepa apreciar lo que encuentre a su paso. Lo importante es que llegue un momento en que no sientas donde estas solo que estas haciendo…- Una sonrisa tenue se vislumbraba en los labios de la bruja, cuando se giró a encontrarse con los ambarinos ojos del pelirrojo –En fin… supongo que prefieres que te hable de la mecánica del beso¿No?- Ron, absorbido por cierta emoción, negó con la cabeza.
-No, no es necesario, lo he entendido…- Hermione lo miró sorprendida, antes de que pudiera decir "¿De verdad?" El pelirrojo se había acercado a ella lo suficiente para que enmudeciera.
Ron sentía como su corazón pesaba asombrosamente y palpitaba con tanta fuerza que parecía retumbar en su pecho, pero una centésima de segundo antes de unir sus labios se le ocurrió pensar.
-Hermione
-¿Si?- Dijo esta sin abrir a penas los ojos.
-¿Tu primer beso fue Víctor Krum?- Hermione miro hacia un lado contrariada, no sabía que responderle.
-Pues… si… si lo fue- Dijo mirando hacia la izquierda.
-Y… ¿Te gusta recordar que tu primer beso fue él? –Hermione siguió mirando a otro lado y tardó en contestar.
-S-si- titubeó. Sus labios estaban muy cerca, sus palabras se colaban en la boca del otro, cuando Ron se hecho hacia atrás.
-Pues¿Sabes? Yo no quiero recordar mi primer beso con una amiga, casi una hermana- dijo con desdén –que preferiría besarse con otro. No es un buen recuerdo.
-¿Cómo¿Qué dices Ron? Fuiste tú el que…
-Da igual Hermione, da igual lo que dijera, no quiero besarme contigo- Hermione sintió como su alma se solidificaba, se convertía en vidrio y se quebraba en pedazos.
-¿Y que vas a hacer, te vas a besar con ella… sin más?
-Claro, que sea lo que tenga que ser, sino le gusta como lo hago, da igual, además, tampoco tiene porque notarse tanto…
-P-Pues yo creo que s-si, q-que esas cosas se notan.
-¿Y por que estas tan segura¿Es que Vicky te lo notó, o fue al revés¿Con cuantos tíos has estado, eh?
-¿Qué insinúas Ron?
-Yo no estoy insinuando nada Hermione- dijo este levantándose y sacudiéndose los pantalones –Solo que me parece que te equivocaste de tío.
-¿Pero que te crees¿Quién te da derecho a juzgarme?
-¡Déjame en paz, voy a liarme con la rubia y punto!
-¡Eres un imbécil, me has hecho perder el tiempo para nada!
-¡Oh, por favor! Claro, es que tienes tu agenda repleta de tíos con los que liarte¿No?- Hermione se quedó callada observando a Ron.
-No te comprendo¿Qué te pasa, que es lo que te molesta?
-Lo único que me molesta es que vayas de doña perfecta, siempre a un paso por delante de los demás.
-¡Yo no tengo la culpa de que tu no tengas experiencia!
-…Pero yo si, he sido un idiota, no voy a perder la oportunidad de nuevo, Adiós.
-¡No, espera…!
………
………………
……………………
…………………
………
Tu eras el huracán, y yo la alta
torre que desafía su poder;
¡Tenías que estrellarte o abatirme!
¡No pudo ser!
Tu eras el océano, y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡Tenias que romperte o que arrancarme!
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque…
¡No pudo ser!
Bécquer
Continuará…
REVIEWS
Sarah-Keyko: Hola Sarah! La verdad es que se me ha desviado un poco el cap a Harry y Ginny, pero este es un fin H/R nnU la verdad es que el primer cap me gusta mucho, me gusta la historia entera, pero lo cierto, y no te miento, es que las historias mías que me gustan más no suelen tener éxito… o.o Besitos!
Biank Radcliffe: El proximo capitulo los subire en diez dias mas o menos porque tengo escritos hasta el cuatro o el cinco asi que no problem. Besos.
Luna Potter1: ¡Hola Luna! me alegro de que te guste, sobre las actualizaciones no hay problema porque ademas de que estoy de vacaciones, ya tengo escritos lo cuatro pimeros caps y para cuando pongo uno nuevo ya he escrito otro :) ¡Besitos! Espero q sigas dejandome tus comentarios.
Carolina: Holaaasss. Pues no te preocupes que yo lo continuo siempre que reciba vuestros RRs. Besos.
Jessy Weasley: ¡Si, ya se que es raro! La verdad es que mientras lo escribía pensaba ¿Le gustará a alguien esto? Jajaja, veo que si! Menos mal...
Mely Weasley: Gracias por tu RR, me alegro de que te guste, ya me contarás que te ha parecido el segundo cap, quizas es un poco largo. Un saludo.
Rosely: ¡Pues aqui esta el segundo cap¿Que te ha parecido? Un abrazo.
