El Velo de la Muerte

2ª Parte: El nuevo profesor de DCAO

Después de que Hermione se hubiese marchado sin darles una explicación a su negativa, los 2 chicos habían intentado buscarla, pero fue inútil era como si se hubiese desvanecido.

- No lo entiendo –se quejo Ron cansado de dar vueltas - Vale, los dibujos esos son feos y muy complicados, pero tampoco hay que ponerse así – dijo Ron sin entender que mosca le había picado a su amiga.

- No es normal – dijo Harry bastante decepcionado.

- Pues no mucho la verdad. Ha sido decir las 3 últimas palabras "descifrar estas runas" y se ha puesto blanca. Bueno tu tranquilo, cuando la encontremos hacemos lo de siempre, le suplicamos un poquito, alabamos su inteligencia y buen juicio y listo.

- Eso si la encontramos, ¿no? Porque parece que se la ha tragado la tierra – dijo Harry con pesimismo mientras los 2 desistían de la búsqueda y se encaminaban hacia la primera clase de la mañana.

- Que no te preocupes, ahora tenemos clase, seguro que viene. Es Hermione, ella no faltaría a clase ni aunque le pagasen –bromeo Ron tratando de quitar hierro al asunto para no preocupar a su amigo.

- Si, es cierto. Tenemos clase, 2 horas de Pociones, con Snape – puntualizo Harry.

- Ai, y tenías que recordármelo, ¿verdad? – dijo Ron poniendo cara de sufrimiento – Es que no es justo, ponernos 2 horas de Pociones el primer día es inhumano – concluyo muy convencido.

Si había algo peor que una clase doble de Pociones a primera hora de la mañana de un lunes, era tener esa misma clase con los de Slytherin. Ron estaba seguro de que era el mismo Snape quien hacia esa parte de sus horarios. Harry aun tenia sus dudas, pero comenzaba a creer que tal vez había algo de cierto en la teoría de su amigo. Cuando llegaron a la puerta del aula en las mazmorras donde tenían Pociones, tampoco encontraron a Hermione. Paso el tiempo y la chica no llegaba, hasta que a falta de apenas un minuto, apareció. Harry iba acercarse a ella cuando también llego Snape y les hizo entrar en el aula. Después de eso no volvió a tener oportunidad de hablarle, puesto que ella se sentó con Neville bastante retirada de los 2.

- Bueno, en la siguiente clase hablamos con ella – le susurro Ron mientras comenzaba a cortar el primer ingrediente de la poción.

- Ya, claro. Te refieres a la clase de transformaciones con McGonagall, ¿no? – pregunto Harry en tono burlón.

- ¿Qué? No, no, no ,no. Mejor te esperas a otra.

Al terminar la clase de Pociones Hermione salio disparada en dirección al aula de Transformaciones dejándolos bien atrás. De nuevo se sentó lejos de ellos, por si tenían la tentación de hablarle durante la clase. Cuando al terminar esta clase la chica del cabello castaño enmarañado volvió a marcharse sin decirles nada, Harry comenzó a impacientarse. A cuarta hora, él y Ron tenían una clase diferente a la de Hermione, así que tampoco podría tratar de convencerla entonces. Tendría que ser en la quinta y ultima clase del día. Harry sabía que esa podría ser su última oportunidad, pues si Hermione lograba esquivarlo estaba seguro de que volvería a desaparecer y no la vería hasta el día siguiente.

- ¿Qué tenemos ahora? – pregunto Ron algo adormilado después de esa última clase.

- Defensa Contra las Artes Oscuras – dijo Harry con cierto desinterés.

- Ah, es verdad. Me pregunto quien será el profesor de este año – diciendo esto Ron vio acercarse a Ginny acompañada por Luna y recordó algo – Eh, Ginny. ¿Tu has tenido Defensa Contra las Artes Oscuras ahora?

- Si – respondió la pelirroja dejando escapar un suspiro.

- ¿Y qué? ¿Qué tal es el profesor? Será mejor que la del año pasado, ¿no? – quiso saber el chico de cabello rojo.

- Si digo mejor me quedo corta – y volvió a suspirar mientras ponía mirada soñadora.

Ron hizo gesto de no entender nada aunque tampoco se esforzó demasiado por intentarlo.

- Con que sea mejor que la cara sapo a mi me vale ¿y a ti? – dijo mirando a Harry que acababa de llegar.

- A mi también.

- Entonces vamos. Adiós Luna – se despidió Ron de la chica rubia ya que su hermana hacia un rato que no lo estaba escuchando.

Llegaron al aula de Defensa contra las Artes Oscuras y nada más asomar la cabeza por la puerta vieron que la primera fila estaba completamente ocupada por chicas. Pero ninguna de ellas era la que andaban buscando. Todas estaban cuchicheando y riendo por lo bajo. Recorrieron la clase con la mirada y vieron a Seamos, Dean y Neville sentados en tercera fila. Aun quedaba sitio para ellos y 3 personas más, pero la clase se estaba llenando muy deprisa, sobre todo de chicas. Entonces Harry tuvo una idea. Se apresuro a ocupar uno de los sitios vacíos junto a Neville, a su derecha y le indico a Ron que dejase un hueco entre los 2. Ahí coloco su mochila y espero hasta que Hermione apareció poco antes del comienzo de la clase.

- Hermione, por aquí. Te hemos guardado un sitio – tuvo que gritarle Ron para que pudiese oírlo.

Cuando Ron vio lo rápido que se estaba llenando el aula, comprendió cuales eran las intenciones de su amigo. "Esta vez no se nos escapa" había pensado para si.

Hermione se detuvo en la puerta al escuchar su nombre. Al ver el sitio que sus amigos había guardado para ella, echo un vistazo rápido por la clase buscando un lugar vació, pero ya no quedaba ninguno. Suspiro derrotada y se dirigió al asiento que "tan amablemente" habían guardo para ella.

- Hermione……. – empezó a decir Harry en un susurro para que nadie más lo escuchase.

- Ya te lo he dicho antes, no puedo ayudarte – le atajo ella en el mismo tono tratando de dar aquel tema por zanjado.

- Pero es que es muy importante – insistió el chico del pelo azabache.

- No puedo, de verdad que no puedo. Lo siento. – dijo su amiga apesadumbrada sin mirarlo.

- Vamos, Hermione. Sabes que si no nos ayudas no podremos descifrar el significado de esos dibujos – volvió a insistir esta vez Ron.

- Ese no es mi problema – respondió con cierta frialdad.

- Venga, se supone que somos amigos – dijo el pelirrojo tratando de apelar a su lado más sensible.

- Si, pero parece que eso solo lo recordáis cuando necesitáis mi ayuda – dijo Hermione molesta porque hubiese tratado de usar su amistad para obligarla hacer algo que estaba claro que no quería hacer.

- Se trata de Si….. – Harry se detuvo un momento para asegurarse de que Neville y los otros no estaban escuchando – Se trata de Canuto. He encontrado una manera de ayudarlo – opto por no decir el nombre.

Hermione se volvió a mirarlo por primera vez desde que se había sentado. Su rostro reflejaba el desconcierto que le producía oír aquello.

- Por favor, déjame explicártelo todo y luego toma una decisión. Entonces la aceptare sea cual sea, lo prometo – suplico Harry.

No estaba segura de querer oír el resto. Ya le estaba costando bastante negarse ayudarle, y sabía que si escuchaba todo lo que su amigo tenía que decirle luego no sería capaz de seguir diciéndole que no. Se mordió el labio inferior dudando un instante. Finalmente la curiosidad pudo más que el miedo y decidió escucharle.

Harry se volvió hacía su mochila y saco lo que había estado escribiendo la hora anterior en un trozo de pergamino. Por un momento Hermione temió que volviese hablarle sobre descifrar las runas y le mostrase otra vez aquellos símbolos. Pero al desdoblar el pergamino se dio cuenta de que era algo que su amigo había escrito.

- No puedo contártelo con tanta gente delante. Así que lo he escrito todo ahí – dijo Harry al ver que ella lo miraba preguntándose que era aquello.

Dándole una ultima mirada de duda al chico sentado a su izquierda, clavo su mirada en el pergamino y comenzó a leer. Se trataba completo relato de la charla que Harry había mantenido con Dumbledore. Ahí se lo contaba todo desde el principio.

"Como recordaras, ayer por la noche McGonagall me dijo que tenía que ir hablar con Dumbledore. Lo que no esperaba es que él fuese a decirme lo que me dijo. Parece ser que él Velo que mato a Sirius era un capturador de almas" Hermione hizo una pausa para recordar lo que había leído hacía tiempo de los capturadotes de almas. Había muy pocos porque no muchos magos sabían como crearlos y menos aun se atrevían hacerlo. Era un invento muy peligroso. "La cosa es que el velo atrapo el alma de Sirius cuando lo atravesó, reteniéndola y dejando su cuerpo en una especie de estado de letargo" Si, así era, exactamente lo que había leído. El alma quedaba retenida en el trozo de tela y poco a poco iba debilitándose hasta terminar con la muerte real de la persona. Sin que se pudiese hacer nada por impedirlo. Solo podías mirar como la vida se le iba escapando lentamente. Nunca se lo había dicho a Harry porque ya se sentía bastante mal como para encima añadir más dolor a su dolor. "Entonces me hablo de un conjuro" Un momento, ¿un conjuro? ¿Para qué? "Con ese conjuro podía liberarse el alma cautiva y devolverla a su cuerpo" ¿De donde había sacado eso Dumbledore? Nunca antes había leído algo acerca de ese conjuro. En todos los libros ponía bien claro que no había remedio posible, por eso solo quedaban 2 o 3 Velos guardados en lugares seguros. "Por desgracia, ese conjuro se había perdido hacía mucho tiempo. Pero Dumbledore pidió un favor a un conocido suyo, o algo así, y logro que se lo prestase. El problema es que esta codificado en un tipo de runas muy antiguas y no ha podido encontrar a nadie que sea capaz de leer lo que pone. Por eso tienes que ayudarme, yo solo no podré encontrar una manera de leerlo nunca. Te necesito para salvar la vida de Sirius. Por el tiempo se me agota. Dumblerode me dijo que solo tengo 2 meses para encontrar la respuesta. Por eso te suplico que me ayudes, eres la única que puede" Termino de leerlo con una expresión de absoluta incredulidad en su rostro. Ahora si que tenía un verdadero dilema ¿Cómo iba a decirle que no?

Justo en ese momento la puerta del aula se cerró y todos se volvieron para ver al nuevo profesor. Un joven alto de cabello negro como la noche y ojos de un azul cristalino comenzó avanzar con paso firme y decidido hacia el principio de la clase. No parecía tener más de 26 o 27 años. Todos lo siguieron con la mirada, unos con emoción contenida, otros perplejos y algunos con cierto desagrado. El joven llego hasta el principio de la clase se volvió para mirarlo a todos con una encantadora sonrisa que provoco más de un suspiro de las chicas que ocupaban por completo las 2 primeras filas.

- Hola, mi nombre es Héctor Nils, y seré vuestro profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras – les saludo.

Parecía que Hermione iba a tener algo más de tiempo para pensar en que respuesta iba a dar su amigo, porque sin saberlo aquel profesor había acudido en su ayuda dándole un valioso tiempo extra.

- Si no me equivoco, aquí debéis de estar Gryffindor y Slytherin – dijo el profesor a la vez que echaba un vistazo a los alumnos como tratando de comprobar que estaban todos los que tenían que estar y no sobraba o faltaba alguien. Pero era poco probable que estuviese intentando esto, ya que era su primera clase con el grupo y no conocía a ninguno de los alumnos o al menos ellos no le conocían a él.

- Si, todos los de sexto de Gryffindor y Slytherin – añadió Lavander desde segunda fila tratando de hacerse notar.

- Gracias, señorita Brown por esa puntualización. Bien, empecemos con la clase.

Lavander casi no podía creérselo, sabía su nombre. El resto de la clase no estaba menos sorprendida, pero si bastante menos emocionada.

- Como ya les he dicho, seré su profesor de defensa Contra la Artes Oscuras, pero solo hasta diciembre – tuvo que hacer una pausa para que los murmullos de decepción de las alumnas se apaciguaran – Solo estoy sustituyendo a su profesor que no podrá incorporarse al curso hasta después de las vacaciones de Navidad.

- Que lastima – dijo Draco con sarcasmo en voz baja sentado al final de la clase.

Un grupito de Slytherin sentados a su alrededor soltaron unas risitas riéndole la gracia.

- Ah, señor Malfoy, muy amable por su parte presentarse voluntario. Venga aquí, por favor – dijo Hector con una sonrisa amable.

Draco no sabía que le había sorprendido más, si que supiera su nombre o que lo hubiese escuchado, aunque tal vez solo lo había visto hablar. Se levanto de su asiento con desgana y camino hasta el principio del aula ignorando las miradas de sus compañeros que estaban fijas en él.

- Bien. Coja esa caja que hay sobre mi mesa y tráigala aquí delante para que todos puedan verla bien – le pidió el profesor con mucha amabilidad que en él parecía muy natural.

Aunque a Draco le dio la impresión que se estaba burlando de él, obedeció a regañadientes. Llevo la caja hasta una pequeña mesa que había delante de todos y la dejo ahí con bastante poco cuidado. De la caja salieron unos gruñidos molestos y comenzó a dar grandes saltos captando las miradas de la clase. No era una caja excesivamente grande pero fuera lo que fuera lo que estaba en su interior no parecía estar muy contento. Héctor hizo un movimiento con su varita y bajo un poco las persianas para que no hubiese tanta luz. Con otro toque más de varita la caja desapareció dejando a la vista una jaula con un extraño animalillo en su interior. Tenía unos ojos completamente amarillos y grandes que brillaban en la oscuridad. Su cuerpo estaba cubierto de un pelo pardo. En las manos y en los pies tenía afiladas garras. Sin embargo sonreía a los alumnos mostrando 2 filas de blancos colmillos, una en la mandíbula de arriba y otra en la de a bajo. Tenía unas enormes orejas de murciélago. Al verlos a todos había dejado de gruñir y los contemplaba con un gesto inocente emitiendo un suave sonido bastante agradable, similar a un gorjeo.

- Oh, que mono es – había dicho una chica de las de la primera fila.

- ¿Alguien sabe decirme qué es? – pregunto el profesor volviendo a captar la atención de la clase.

Malfoy se quedo callado y disimulo se hizo a un lado para tratar de que su presencia pasera inadvertida para esquivar la pregunta. Nadie parecía saber la respuesta.

- ¿Nadie lo sabe? – volvió a preguntar Héctor.

Esta vez se alzo la mano de Hermione y algunos se volvieron a mirarla.

- ¿Si, señorita Granger?

- Es un Skruth, o diablillo de las cavernas. No soporta demasiada luz – dijo Hermione terminando su breve explicación.

- Muy bien señorita Granger, 20 puntos para Gryffindor – dijo Hector complacido porque alguien hubiese contestado a su pregunta.

El joven profesor permitió a Malfoy regresar a su asiento y le dio 5 puntos a Slytherin por su "colaboración". Luego siguió con la clase.

- Los Kruths más conocidos como diablillos de las cavernas habitan en profundas cuevas del sur de Francia y el norte de Italia. Son criaturas de hábitos nocturnos, y solo durante la noche abandonan su cueva, ya que sus ojos no soportan grandes cantidades de luz.– hizo una pausa al ver una mano alzada - Diga, señor Finaggan.

- Señor, yo creía que los diablillos de las cavernas vivían en bosques – dijo Seamos recordando haber oído hablar de aquel ser.

- Ese es un error muy común. Los Skruth viven la mayor parte del tiempo en las cuevas, pero usan los bosques cercanos a ellas como territorio de caza. Cada 2 noches abandonan su cueva y salen en busca de presas. Ese canto que algunos os parecerá tan agradable es lo que usan para atraer a su ingenua victima. Tiene cierto poder hipnótico, aunque es más por la curiosidad que despierta en la victima por lo que logra atraerlos hasta su trampa. Ahora os parecerá que os sonríe de forma inocente, pero os aseguro que si os hacer casi no dudaría en intentar atacaros. Una vez se ha escuchado su canto, la victima seguirá intentando volver a buscarlo hasta que se le aplique el hechizo necesario para deshacer el encantamiento – y Héctor siguió explicando más sobre aquel demonio tan poco conocido.

De alguna manera el profesor había logrado captar la atención de todos sus alumnos. El modo en que estaba explicando el tema de la clase, despertaba el interés de todos. Incluso el diablillo parecía atento a su explicación y seguía cada uno de sus gestos con aquella mirada amarilla. Así, casi sin darse cuenta, termino la hora.

- Bueno, hasta aquí la clase de hoy. Como deberes escribidme una redacción de un pergamino sobre los Skruth. Nos vemos el lunes ya – dijo despidiéndose de ellos.

Las chicas de la primera fila recogían muy despacio para tardar un poco más, mientras que otros guardaban apresuradamente sus cosas en la mochila para llegar al Gran Comedor cuanto antes. Harry abrió la boca para decir algo, pero Hermione le interrumpió antes de que tuviese tiempo de hablar.

- Mira, Harry, necesito un poco de tiempo para pensarlo bien. Déjame hasta esta noche y en la cena te contesto algo.

- Pero Hermione………….- empezó a protestar Ron pero Harry le hizo un gesto con la mano para que no siguiera.

- Me parece bien – dijo Harry.

- Gracias por entenderlo.

- Bueno, vamos a comer entonces, ¿no? – propuso Harry mirando a sus 2 amigos mientras se esforzaba por sonreír y disimular lo mucho que le estaba costando esperar por una respuesta.

- Claro, me muero de hambre – dijo Ron animadamente.

- Yo voy ahora, adelantaros vosotros – contesto Hermione que aun no había guardado nada en su mochila.

Ron no iba ser quien protestase por eso, su estomago rugía exigiendo alimento de inmediato, no tenía ganas de esperar a que su amiga terminase de recoger las cosas. Harry lo vio dirigirse hacía la puerta pero no le siguió hasta que la castaña no le insistió una vez más para que lo hiciera.

El aula se encontraba casi vacía. El profesor Nils había vuelto a subir las persianas tras guardar al Skruth en su caja que ahora se encontraba una vez más sobre la mesa. Hermione buscaba su bote de tinta para guardarlo, lo había sacado para guardar otras cosas y lo había perdido de vista. Movió un poco su mochila para mirar detrás y fue entonces cuando lo vio resbalar por el borde de la mesa. Cerró los ojos esperando escuchar el crash del cristal haciéndose añicos contra el suelo, pero volvió abrirlos al no oírlo. Observo que el bote flotaba en el aire subiendo por encima de la mesa y acercándose a ella. Se dio cuenta de que había sido Héctor quien había impedido que cayera al suelo y la observaba con una sonrisa amable esperando que cogiese el botecito.

- Gracias – susurro tímidamente alargando el brazo para tomar el objeto y guardarlo en su mochila.

- De nada.– dijo el hombre sin dejar de sonreír.

Hermione se echo la mochila al hombro y comenzó a caminar hacia la puerta. Se encontraba a escasos metros cuando se detuvo y se giro para preguntar algo.

- Profesor Nils, ¿puedo hacerle una pregunta?

- Claro.

- ¿De donde saco el Skruth? No son fáciles de encontrar – Hermine lo pensó mejor en el último momento y decidió cambiar la pregunta.

- No, no lo son. Y tampoco son fáciles de capturar. Cuando el profesor Dumbledore de pidió que sustituyera a vuestro nuevo profesor de Defensa de las Artes Oscuras, le eche un vistazo a la parte que debía explicar. Vi que debía empezar por los diablillos de las cavernas y pensé que sería interesante que pudieseis ver uno. Así capture este en Italia antes de venir a Hogwarts – explico él – Aun admito que conté con ayuda, más bien la ayuda fue quien capturo a este escurridizo amiguito.

- Ah, entiendo – dijo la chica de los ojos castaños.

- Vera, no es algo que me agradase hacer, pero sé que un refuerzo visual siempre resulta útil. No es malo tener miedos o dudas, eso es bastante normal, pero no hay que dejar que el miedo o la duda dominen nuestras acciones, siempre hay que esforzarse por superarlos por grandes que sean – concluyo el joven de ojos azules.

Hermione tuvo la sensación de haber visto un extraño brillos en los ojos del profesor Nils.

- Sabe algo - había pensado, pero en seguida desecho aquella idea – Es imposible que lo sepa, Hermione. Te estas volviendo paranoica – se dijo a si misma. Sin embargo había mucha verdad en aquellas palabras de su profesor – En fin, ya sabes lo que tienes que hacer, Harry necesita que le ayudes – pensó y respiro hondo haciendo a un lado todos sus temores – Solo espero que esto no traiga de vuelta las pesadillas – dijo para si mientras se dirigía al Gran Comedor.

Continuará………..

Al principio pensé en hacer algo bastante diferente a lo que ha terminado saliendo, empezando por el nuevo profesor que ni siquiera iba a mencionar y siguiendo porque en principio pensé en desvelar los motivos de Hermione para negarse ayudar a sus amigos. Pero al final lo cambie casi todo y dejare los motivos de Hermione para más adelante. Espero vuestras críticas. Y como siempre, los personajes de Harry Potter son propiedad de J.K. Rowling.