El Velo de la Muerte
4ª Parte: De viejas historias
A la mañana siguiente Harry había decidido hablarle también a Ron sobre la profecía. Le había ido tan bien con Hermione que se sintió animado para contárselo también su amigo. La respuesta del pelirrojo fue más exagerada, aunque muy similar a la que recibió la noche anterior, no dudo en mostrarle su apoyo y comprensión. No sabía bien que hacer con el secreto de Hermione, había tratado de convencerla para que se lo contase también a Ron, pero ella no se sentía muy capaz para repetir su historia otra vez. Y por otro lado no le parecía correcto ser él quien se contase. Hermione le había asegurado que no le importaba si lo hacía, pero cuando trato de contárselo a Ron, se dio cuenta de lo difícil que era sacar aquel tema. Al final espero hasta que Ron hizo un comentario sobre las 2 semanas en que Hermione no respondió a sus cartas y él aprovecho para contárselo entonces.
La mañana fue bastante normal. Durante las clases Harry no podía quitarse de la cabeza el asunto de la búsqueda de la estatua. Habían pensado en comenzar la búsqueda por el quinto piso, numerosos pasillos que se cruzaban con estatuas y todo tipo. "Por empezar por algo facilito" como había dicho Ron. Suponían que les llevaría tiempo, por lo que decidieron comenzar después de comer para no perder más tiempo. Cuando llegaron a la quinta planta, Ron pudo apreciar que su ironía se había quedado corta, allí no había más estatuas porque había que dejar algunas para ponerlas en otros lugares del castillo. Había un amplio pasillo principal con numerosos corredores que llegaban hasta él. Algunos de esos corredores eran cortos y podían ver el final antes de entrar en ellos, otros en cambio, más amplios, se les perdían de vista sin que pudiesen ver el final. Era como un pequeño laberinto. Pasaron la mayor parte de la tarde revisando pasillos, y aun así no terminaron de recorre toda la planta. Para colmo de sus males, cuando dejaron de buscar, aun tenían los deberes por hacer, y pasaron hasta altas horas de la noche acabándolos. Por la mañana, la falta de sueño comenzó a pasarles factura y a duras penas pudieron seguir la primera clase de la mañana, DCAO. Hermione trataba de mantener su mente despierta y atenta a las explicaciones del profesor, mientras que los chicos se esforzaban por seguir con los ojos abiertos. Al terminar la explicación, el profesor Nils apago las luces para pasarles algunas diapositivas. La falta de luz y la suave voz del profesor hicieron que Harry y Ron terminasen durmiéndose. Habían cogido unos sitios al final de la clase en previsión de que algo así pudiera pasar. Incluso a Hermione en semejantes condiciones le estaba costando permanecer despierta. En ese estado de semiinconsciencia le pareció que alguien le hablaba. "Ten cuidado o te quedaras dormida" le pareció escuchar decir a una suave y amable voz. Hermione se sobresalto al escuchar la voz y se volvió buscando a la persona que le había hablado, pero ninguno de sus compañeros parecía haberlo hecho y el profesor parecía inmerso en su explicación de las diapositivas. Tal vez había estado apunto de dormirse y lo había soñado. Por fin la clase llegaba a su fin y las luces volvieron a encenderse. Harry despertó de inmediato en cuanto la luz volvió y le dio un codazo a Ron para que despertase también, con tanto atino que le quito el brazo que le servia de apoyo y Ron se dio un pequeño golpe con la mesa.
- Sobre mi mesa tienen corregidos los trabajos que me entregaron el otro día, recójanlos antes de irse - les indico el profesor mientras retiraba las diapositivas del proyector y preparaba otras nuevas para la siguiente clase.
Hermione se levanto y fue en busca de los trabajos de los tres mientras sus dos amigos recogían sus cosas perezosamente, aun medio dormidos. Justo cuando estaba en la mesa rebuscando entre el barullo de papeles, que hasta hacía un momento había sido un montón perfectamente ordenado, Héctor llego a la mesa para guardar las diapositivas que ya no le servían.
- Señorita Granger - dijo sin mirarla mientras rebuscaba algo en el cajón.
- ¿Si? - pregunto ella dejando de buscar.
- Le vendría bien tratar de conseguir una piedra de Idrisil - le dijo alzando la vista y sonriendo con un gesto amable antes de volver a donde se encontraba el proyector.
Hermione lo miro sorprendida, la piedra de Idrisil era un objeto mágico bastante especial, que tenía efectos sobre el sueño. No solo permitía dormir a quienes por algún motivo no podían, además garantizaba un sueño tranquilo, es decir sin pesadillas. Por desgracia no era para nada fácil de conseguir. La chica aparto enseguida la idea de que su profesor pudiese saber algo sobre sus pesadillas, seguramente solo se lo había dicho porque le había visto cara de sueño, aunque cuando lo dijo le dio la impresión de que él lo sabía, sabía lo de sus pesadillas. Claro, que a lo mejor, de donde él venía no era tan difícil de conseguir la piedra de Idrisil.
Al terminar las clases, tras el almuerzo y haber hecho los deberes, los tres regresaron al quinto piso para seguir con la búsqueda donde la habían dejado el día anterior.
Les llevo unos 3 días revisarlos por completo sin que encontraran ni rastro de la estatua de la dama de blanco. El viernes, Hermione tenía una libre, Ron y Harry tenían Adivinación, así que decidió comenzar a revisar el sexto piso ella sola. Era un pasillo amplio bien iluminado aunque bastante solitario y a esa hora en que una gran mayoría de alumnos estaban en clase aun lo parecía más. Comenzó a caminar por el pasillo vacío hasta llegar a un ponto en que se dividía en tres caminos. El pasillo que había seguido desde que entro en la sexta planta seguía de frente, los otros dos caminos se situaban a izquierda y derecha. La chica observo los tres pasillos detenidamente, desde donde estaba parecían iguales, pero finalmente se decidió a seguir de frente. Dio un paso decidido y se detuvo.
- No, no es por ahí - se dijo así misma.
No sabía porque, pero estaba segura de que ese no era el camino. Volvió a mirar los otros dos pasillos y se concentro en la elección del camino correcto. Primero miro con cuidado uno y luego el otro. Se detuvo en el pasillo de la izquierda, era ese, no sabía porque pero estaba segura. Había sido como si alguien le susurrase la respuesta al oído, a decir verdad, por un instante le pareció que alguien le hablaba. Sin perder tiempo torció a la izquierda. Tenía un extraño presentimiento, no podía estar lejos, lo sentía. Acelero el paso cada vez más sin darse cuente de que había comenzado a correr. Aquel pasillo describía una especie de curva por eso no podía verse el final desde el pasillo principal que no tardo en perder de vista. Tras unos minutos que le parecieron interminables, por fin la vio, una estatua de piedra blanca como la nieve iluminada por la luz que entraba a través de una ventana cercana. Lentamente fue deteniendo su carrera hasta detenerse frente a la estatua. Era una mujer joven con un vestido largo y una capa con capucha que no escondía totalmente su rostro. Entre las manos sostenía la vela de la llama eterna. Paso largo rato contemplando maravillada la estatua de la Dama de blanco. Casi se había olvidado del motivo por el cual la buscaba cuando vio unos símbolos en el pedestal en el que se encontraba, justo a los pies de la estatua. En su rostro se dibujo una gran sonrisa. Se trataba de una inscripción rúnica, pero a diferencia de las runas de los pergaminos, estas, aunque antiguas y escritas al revés, sí las conocía. Saco un pequeño espejo que llevaba en su mochila y comenzó a leerlas.
"Pronuncia el nombre del Maestro y una respuesta tendrás"
Consulto su reloj, hacía unos minutos que la clase de Adivinación había terminado. Seguramente Harry y Ron ya iban de camino al Gran comedor. No estaba muy segura de que fuese muy sensato moverse de allí antes de obtener una respuesta, puesto que aquella estatua no siempre aparecía en el mismo lugar. Fue entonces cuando escucho las voces de sus dos amigos. Se oían bastante lejos, seguramente estaban en el pasillo principal.
- Te digo Harry, que Hermione debe estar comiendo ya. Mira la hora que es, es hora de estar comiendo no de buscar estatuas fantasma - se quejo el pelirrojo porque lo habían arrastrado hasta el sexto piso sin permitirle ir al comedor antes.
- Es Hermione, seguro que aun sigue por aquí - volvió a insistir Harry.
- Vale, supongamos que sigue aquí, ¿sabes tu donde esta?
Harry abrió la boca para responder pero se dio cuenta de que Ron llevaba razón, no tenía la mas mínima idea de por donde había empezado a buscar Hermione.
- ¡HARRY! ¡RON! ¡POR AQUÍ! - los llamo Hermione apartándose solo unos pocos pasos de la estatua para no perderla de vista.
- Esta justo por allí - le dijo el moreno señalando al pasillo curvado que había a su izquierda como si lo hubiese sabido desde el principio.
Los dos chicos recorrieron en pasillo a paso ligero y llegaron hasta el lugar de donde procedía la voz de Hermione.
- La he encontrado - dijo ella muy entusiasmada al verlos llegar.
- Ya lo veo - dijo Ron acercándose a la estatua.
- Mirad esto - dijo ella señalando las runas a los pies de la estatua.
- No, más runas no por favor - se lamento Ron.
- No, estas si sé leerlas.
- ¿Y que dicen? - pregunto Harry impaciente sintiendo que ya estaba muy cerca.
- "Pronuncia el nombre del Maestro y una respuesta tendrás". Es una invocación - se apresuro aclarar.
- ¿Y quien es el Maestro ese y que se supone debemos hacer para la invocación esa? - pregunto el pelirrojo impaciente por acabar y bajar a comer.
- Es muy sencillo, pronuncias su nombre y seguramente aparecerán nuevas runas mostrando lo que queremos saber - le aclaro la chica.
- Bien, pues cuando quieras - la animo Harry deseoso de conocer la respuesta.
- Eso, date prisa que hay hambre - la apresuro Ron.
- Vale, vale, ya voy. En nombre de Hades - dijo Hermione en voz alta y clara.
Los tres jóvenes dieron un salto hacia atrás cuando la piedra crujió y comenzó a moverse cobrando vida.
- Inteligente me pareces, y por eso con una pista voy a recompensarte. La historia de los Guardianes has de hallar y el origen de las runas encontraras - comenzó a decir la estatua con gesto serio.
Los tres se habían quedado mudos de la impresión y solo acertaban a mirar con asombro a la estatua. Por fin Hermione salio del trance y hablo.
- ¿Dónde encontrare esa historia? - pregunto ella medio escondida detrás de Harry.
- Busca a las arpías, ellas te la pueden contar. Pero te prevengo, un precio te pedirán - concluyo la Dama blanca y su voz resonó con eco por el pasillo.
Después de su advertencia, la estatua volvió a quedarse inmóvil, la aparente vida que había cobrado minutos antes desapareció y ahora no era mas que un mero adorno. Los tres seguían aun algo impresionados, no todos los días les hablaba una estatua.
- Estupendo, más acertijos - se quejo Ron.
- Bueno, no es que sea un acertijo muy complicado, Ron. Solo hay que buscar a esas arpías y preguntarles por la historia de los Guardianes - dijo Harry tratando de ser optimista.
- Claro, seguramente en esa historia encontraremos la clave para descifrar el misterio de las runas. El problema es que no sé donde podemos encontrar arpías en Hogwarts - dijo Hermione analizando la situación.
- Yo si. En el bosque prohibido. Fred y George tuvieron un pequeño encuentro con ellas en una de sus visitas privadas al bosque. No acabaron peor porque Hagrid los encontró a tiempo - dijo Ron con gesto divertido.
- Bien, pues ya sabemos donde están. Ahora vamos a comer y después ya veremos como nos colamos en el bosque prohibido sin que nos vea Hagrid - dijo Harry comenzando a caminar.
- ¿No sería más fácil ir ahora que seguramente Hagrid estará comiendo? - propuso Hermione.
Harry se detuvo y considerando seriamente la propuesta que acababa de hacer.
- ¡¿Qué! No, no, no, no. Mejor comemos ahora, que Hermione tiene mala cara - se apresuro a decir Ron al ver que Harry se detenía para considerar la propuesta de la chica - Y tu también, Harry. Además si no como pronto moriré de hambre, y no os gustaría cargar con ese peso sobre vuestras conciencias, ¿verdad? Pues andando - concluyo y empezó a empujarlos para que caminasen.
- Vale, entendido, Ron. Ya vamos, no hace falta que empujes - dijo Hermione comenzando a caminar sin necesidad de la ayuda.
El chico del pelo negro observo a su amiga de reojo mientras el pelirrojo los apresuraba para llegar cuanto antes al Gran Comedor. La verdad es que Hermione estaba algo pálida, seguramente últimamente no descansaba demasiado bien. Harry sintió una punzada de culpabilidad, sabia que tenía parte de culpa o al menos así lo sentía él.
Después de un buen almuerzo, Ron se mostró dispuesto hacer cualquier cosa. Por desgracia el trío se vio obligado a posponer su visita al bosque prohibido, los 2 chicos tenían entrenamiento de Quidich. El próximo domingo era el primer partido y la capitana quería tenerlo todo bien amarrado para que saliera a la perfección. A Hermione no le hizo mucha gracia esto, por alguna razón se sentía inquieta siempre que se retrasaban, aunque todavía tenían mes y medio por delante. Cuando se quedo sola, pensó en hacer una visita a Hagrid, pero no lo encontró en su cabaña. Sin darse cuenta, la joven de cabello castaño enmarañado llego al límite del bosque. En medio de una especie de trance, sus piernas la habían llevado hasta allí sin preguntarle antes. Bueno, Ron y Harry tenían entrenamiento, pero ella nunca dijo que los esperaría. Por otro lado aquel era el momento perfecto, no había nadie allí. Y solo sería un momento. Ron les había hablado del lugar exacto donde se encontraban las arpías mientras se dirigían al comedor. Solo había que seguir el sendero y no dejarlo hasta llegar a un claro a unos 500 metros. Sus dudas se disiparon y sin pensarlo más entro en el bosque prohibido. Instantes después, un hombre cubierto por una capa con capucha negra la siguió entrando también en el bosque. Al principio seguir el camino fue fácil, el sendero estaba bien definido, pero a medida que se iba internando más en el bosque, el camino iba desapareciendo bajo la vegetación, dificultando no solo el caminar por el, sino también el seguirlo. Era evidente que hacía mucho tiempo que nadie iba por allí. Tras un rato caminando sin detenerse, cuando le pareció que ya no podía estar demasiado lejos, y aun no había ni rastro del claro, comenzó a creer que tal vez aquello no había sido tan buena idea. Incluso cabía la posibilidad de que el claro hubiese desaparecido bajo la espesa vegetación, al igual que el camino. En ese caso si iba a ser un verdadero problema para dar con él. La túnica se le enganchaba en los matorrales a cada paso y le costaba avanzar. Empezaba a creer que tal vez se había salido del sendero cuando por fin salió a un claro. La vegetación desaparecía de golpe como si la hubiesen cortado y comenzaba el claro. Más o menos en el medio había un árbol colosal y un poco antes una gran piedra que recordaba. Al fijarse en la copa del árbol, Hermione pudo ver nidos de arpías en las ramas más fuertes y altas. Echo un vistazo antes de salir de entre la vegetación, y todo parecía estar despejado, así que se aventuro a salir. Se dirigió sus pasos con cautela hacia el pie del árbol mientras agudizaba el oído para captar cualquier sonido. Estaba muy cerca de la gran roca, a unos pocos metros del pie del árbol. Un graznido sobre su cabeza le hizo alzar la vista justo a tiempo para tirarse al suelo y esquivar a una arpía que se había lanzado en picado sobre ella. La arpía paso casi rozándola y volvió a elevarse llegando casi al borde del claro delimitado por la espesa vegetación, donde viro bruscamente para regresar hasta la enorme roca y posarse sobre ella. Hermione levanto la cabeza para mirarla aun tendida en el suelo, sin atreverse a levantarse. Allí, moviéndose inquieta varios metros por encima de ella, se encontraba su atacante. La mitad superior del cuerpo era el de una mujer, aunque en la cabeza tenía plumas en lugar de pelo y de la espalda le salían dos grandes alas, sus piernas cubiertas de plumas terminaban en unas garras simulares a las de las rapaces aunque bastante más grandes y amenazadora. Mitad humana, mitad pájaro, así era la criatura que ahora la vigilaba con sus pequeños ojos ambarinos. La altura le daba una posición privilegiada para realizar un nuevo ataque en cuanto hiciera ademán de ponerse en pie.
- ¿Qué has venido hacer aquí? Y más te vale que me guste la respuesta - advirtió la arpía.
- He venido a preguntaros algo muy importante que necesito saber - respondió Hermione levantando más el cuello para poder verla.
- ¿Y qué te hace pensar que responderé a tu pregunta? - dijo la mujer-pájaro en tono burlón.
- La Dama de blanco me dijo que debía buscaros, que vosotras me diríais lo que necesito saber para…. - Hermione no acabo la frase dudando de si debía hablarle sobre las runas misteriosas.
- ¿Para? - la animo a seguir.
- Para poder leer unas extrañas runas - decidió decirle la verdad, pues no estaba en posición de arriesgarse a contar una mentira y ser descubierta.
- Hacia mucho tiempo que nadie de Hogwarts venía por aquí haciendo esa pregunta. Levántate del suelo - le ordeno bajando de la roca y posándose a unos pocos metros de ella.
Hermione se puso en pie y se sacudió la túnica llena de tierra.
- ¿Quién eres? - pregunto la arpía dejando de mirarla amenazadoramente por primera vez.
- Eh, Hermione, Hermione Granger - respondió algo nerviosa.
- Bien Hermione, mi nombre es Kali y supongo que quieres que te hable sobre la historia de los Guardianes.
- Si, eso es - dijo ella entusiasmada.
- No sé si lo sabrás, pero esto tiene un precio - dijo Kali.
- Si, la Dama de blanco me lo dijo, aunque no me dijo cual era exactamente - respondió ella recordando la advertencia de la estatua, imaginando que no se refería a dinero.
- Eso es algo que yo decido. Lo que deseas saber es algo muy importante y tiene un precio muy especial. La pregunta es si serás capas de entregar lo que voy a pedirte.
Hermione no dijo nada, guardo silencio a la espera de que pusiera precio a la información que quería.
- Lo que voy a pedirte es, ese colgante - dijo señalando al colgante dorada que era la inicial del nombre de la chica y colgaba de su cuello.
- ¿Esto? - pregunto ella apretándolo con fuerza mientras un nudo se le formaba en la garganta.
Siempre llevaba el colgante bajo la camisa del uniforme, pero al caer al suelo debía haberse salido. Aquel era un objeto muy especial para ella, no era un simple colgante, se lo habían regalado sus padres el día en que recibió la carta de Hogwarts después de decirle lo orgullosos que se sentían de ella. Desde entonces lo había llevado siempre consigo.
- Ese es mi precio. La decisión es tuya. Así que píenselo bien antes de responder - le dijo la arpía.
No le resultaba nada fácil lo que tenía que hacer, sin embargo sabía bien que era lo más correcto.
- La vida de una persona no puede estar por encima de algo material, ni tampoco ayudar a un amigo - dijo infinita tristeza mientras desabrochaba la cadena y entregaba la H dorada a la arpía - Acepto tu precio.
La arpía tomo el colgante y lo observo. No lo había pedido por su valor económico, sino por el valor sentimental que intuía tenía para la joven.
- Ahora escucha y pon atención. Los Guardianes surgieron por la necesidad de hacer frente a un mal que asolaba el planeta y que no tiene nombre, nunca nadie se atrevió a dárselo. Hades, el Señor del otro mundo, fue quien adiestro a los 6 primeros. A los Dioses no les estaba permitido intervenir directamente en los asuntos de los humanos pues ello tiene consecuencias que hasta los propios Dioses temían. Pero si podían hacerlo de manera indirecta. Por eso eligió a 6 seres de poder igual al del mal sin nombres, vosotros los llamáis titanes, y les enseño la magia necesaria para hacerle frente. Parte de esa magia estaba encerrada en un tipo de runas muy especial y complejo.
- ¿Se refiere a las runas que trato de descifrar? - pregunto Hermione.
- Exacto. Aquella magia era demasiado poderosa para trasmitirla a cualquiera, por ello los 6 titanes se convirtieron también en guardianes de ese saber. El mal sin nombre trasmitió algunos peligrosos conjuros a magos oscuros, y se hizo necesario transmitir parte de la magia que habían aprendido los Guardianes, algunos magos que no habían pasado al lado oscuro. Sin embargo, las runas que empleaban los Guardianes eran una magia demasiado fuerte para los magos humanos, por ello se descompusieron en 2 tipos de runas menos poderosas y más sencillas. En teoría es posible obtener las primeras uniendo las 2 ultimas, pero no es algo fácil de hacer. No es como un rompecabezas donde las piezas encajan en los huecos y cualquiera puede verlos. Piensa que estos son unos símbolos mágicos que solo empleaban los Guardianes, y necesitaras tener sangre de titanes en tus venas con la fuerza suficiente para poder ver esas conexiones que al resto se le escapan.
- Entonces, si no tengo sangre de titanes, ¿no podré leerlas? - pregunto Hermione sintiendo que todas sus esperanzas se desvanecían.
- Así es. Pero deben pensar que es posible que la tengas cuando te han entregado el fragmento que sea para que lo leas - respondió Kali.
- Bueno, no me lo dieron a mí, en realidad lo recibió un amigo y pensó que yo podría ayudarle, pero sin duda debe de ser él quien pueda leerlo - dijo Hermione volviendo a recuperar algo de esperanza al pensar que tal vez Harry si podría leerlas.
- Los guardianes nunca comenten errores, los fragmentos a descifrar siempre llegan a la persona adecuada. Sin duda han utilizado a tu amigo para hacértelo llegar - dijo la arpía con rotundidad.
- ¿Quiere decir que si no he podido leerlas hasta ahora, es porque no tengo sangre de titanes y entonces no podré hacerlo nunca? - pregunto Hermione aun más desesperanzada.
- Por supuesto que no, la sangre de los titanes se ha mezclado mucho a lo largo del tiempo, muy pocos tienen sangre pura de titanes. Digamos que la parte de ti que posibilitara que puedas leer las runas estaba aletargada, por eso esta búsqueda, para hacer que despierte. Todos los acertijos y la búsqueda hasta ahora, han sido pruebas para ir preparándote.
Hermione guardo silencio tratando de procesar y asimilar toda la información recibida. Un graznido de la arpía la saco de su trance.
- Bueno, ya sabes lo que querías saber. Así que te sugiero que salgas de nuestros dominios - le dijo extendiendo las alas.
- Espera un momento, aun no me has dicho que 2 runas debo unir para poder leer las runas misteriosas. Hay demasiados tipos de runas como para probar con todos.
- Veo que no me has escuchado. Tendrás que utilizar tu intuición para averiguar que runas son. Ese es un dato que cualquiera que no sea un Guardián desconoce. Ahora márchate - le dijo en tono de advertencia y con un fuerte batir de alas se elevo regresando a los nidos del árbol.
Intuición, a ella no se le daban bien esas cosas. Aunque por otro lado había sido intuición lo que la había llevado hasta la estatua de la Dama de blanco, y si lo pensaba bien, siendo sincera, ella nunca creyó que la estatua estuviese en la quinta planta. Tal vez si que tuviese algo de intuición. Camino arrastrando casi los pies para regresar por el camino que había venido. Se detuvo frente a la barrera de plantas y echo una última mirada hacía el árbol.
- Solo era un estúpido colgante - susurro con tristeza.
Luego se volvió y alargo la mano para apartar los matorrales algo aplastados por donde había llegado. Justo cuando su mano toco las primeras hojas, los matorrales se agitaron con brusquedad y Hermione dio un salto hacia atrás apartándose un poco de ellos. El corazón se le disparo y contuvo la respiración mientras miraba con horror a los matorrales. Solo fueron unos segundos, pero se le hicieron eternos y de repente de entre la vegetación surgió la imponente figura de un hombre con un abrigo de piel de topo.
- ¡Hagrid! - chillo ella aliviada al ver al semigigante.
- ¿Hermione? Esto es increíble. Pensé que encontraría algún alumno travieso pero nunca a ti. Vamos, salgamos de aquí - dijo soltando un bufido y volviéndose para regresar por donde había venido.
- ¿Cómo sabías que había alguien en el bosque? - pregunto ella intrigada.
- Vi unas huellas que entraban en el bosque y no estaban antes de que me fuera. ¿Qué estabas haciendo tu aquí? - pregunto Hagrid algo enfadado.
- Oh, bueno, yo tenía que buscar unos ingredientes para la clase de pociones - mintió ella.
Hagrid se detuvo y se volvió a mirarla con gesto severo al principio pero pronto se ablando.
- Sabes que si me lo hubiese dicho yo te los habría traído.
- Iba a pedírtelo, pero no estabas en la cabaña así que pensé en entrar yo a buscarlos yo misma. Lo siento. No te enfades, por favor - se disculpo.
- No tiene importancia. No me he enfadado, solo me he asustado. Al verte ahí me dio miedo pensar que no hubiese llegado a tiempo y algo te hubiese pasado.
- No te preocupes, estoy bien.
- Ya lo veo, pero teniendo en cuenta lo de este verano……….No debí decir eso, no debí decirlo. Lo siento, no era mi intención, se me escapo - dijo Hagrid apenado volviendo a detenerse para mirarla.
- No te preocupes, no me molesta, aunque pensaba que no lo sabrías - dijo ella poniendo una mano tranquilizadora sobre el brazo de Hagrid.
- Dumbledore me lo contó. ¿Qué tal estas? - pregunto Hagrid.
- Bueno, he estado mejor en otras ocasiones, pero en fin - le dolía a horrores tener que hablar de aquello.
- Lamento muchísimo tu perdida.
- Gracias..
- Anda vamos, salgamos de aquí y te invitare a tomar un té. Hace mucho que no me visitas, pensaba que te habías olvidado de mi - dijo Hagrid para cambiar de tema fingiendo enfadarse mientras la miraba por encima del hombro.
- No, claro que no, hoy he venido y no estabas - se defendió ella.
- bueno, entonces tendré que perdonártelo.
Los dos siguieron caminando por el bosque en dirección a la cabaña de Hagrid. A Hermione el camino de vuelta se le hizo más fácil con Hagrid delante abriendo el camino. Poco a poco sus voces se fueron apagando y el claro de las arpías quedo en silencio de nuevo. Cerca de allí el hombre de la capa negra los vio alejarse oculto entre la espesa vegetación. Cuando se perdieron de vista y sus voces dejaron de oírse, se volvió y entro en el claro. De nuevo, Kali, la arpía que había atacado a Hermione se lanzo en picado desde lo alto del árbol atacando al nuevo intruso. El hombre de la capa la esquivo con un hábil movimiento sin a penas moverse del sitio. Kali viro en el borde del claro y volvió a posarse sobre la roca mirandolo sorprendida.
- Nunca nadie antes había esquivado así uno de mis ataques ¿Qué es lo que buscas aquí? - grazno furiosa.
- Negocios. Creo que tienes algo que me interesa y yo tengo algo que estoy seguro te interesara - aclaro el encapuchado mostrándole un botecito con unas señillas dentro.
- Si, tal vez si podamos llegar a un acuerdo después de todo - admitió la arpía con un intenso brillo en los ojos.
Continuará………..
Calixta: Como ya habrás visto, Hermione si que ayudo a Harry y lo de las pesadillas supongo que también habrás adivinado que era por lo de sus padres. Si te desvelo toda la trama, la historia pierde toda su gracia.
thenolifeking102: Gracias, me alegro de que te guste. No te preocupes, ya estoy pensando en un buen castigo.
Laura P.E.: Gracias por el comentario sobre mi historia y por decirme lo de los reviews anónimos, ya lo he cambiado. Siento haber tardado en actualizar.
Melo: jejeje, gracias. A mi también me gustaría que volviese en los libros, no me gusto que muriese en el último.
Aidee: Gracias y perdona el retraso
Hermione ya sabe más acerca de las runas, ahora solo queda la parte difícil, leerlas. Aun me guardo una sorpresa para esa parte. A partir de ahora Harry se va a preocupar mucho más por Hermione. Bueno, ya estoy dejando muchas pistas. Espero que os haya gustado este capitulo. Dejad reviews, plis.
