Un tesoro enterrado

Capítulo 6. Viéndote de nuevo

Tres días más tarde, Rukawa y Sakuragi salían juntos del entrenamiento acompañados de Ryota y Ayako. La sorpresa fue mayúscula para los dos primeros cuando vieron un coche blanco deportivo aparcado frente a la entrada principal de la escuela. Un chico alto y rubio salió de su interior y empezó a caminar hacia el grupito.

Ryota y Ayako miraron disimuladamente a Rukawa, quien se había detenido de golpe con una expresión difícil de descifrar. En cambio la cara de Sakuragi era un libro abierto: estaba rojo de rabia.

Michael se acercó hasta quedar frente a Rukawa.

- Tenemos que hablar – dijo simplemente.

Rukawa no dijo nada, sólo se quedó mirando esos ojos azul claro que días atrás creía conocer. Ayako se dio cuenta de que debían dejarlos solos y así se lo dijo en voz baja a Ryota y a Sakuragi, pero el pelirrojo no estaba en absoluto de acuerdo.

- No pienso dejar a Rukawa a solas con este tipo – silabeó entre dientes.

- Por favor, Kaede – insistió Michael ignorando el comentario de Sakuragi.

- Está bien – dijo Rukawa.

Sakuragi observó dolido y decepcionado como Rukawa y el yanqui se subían en el coche y se alejaban.

Estúpido kitsune…

- Porqué no me has cogido el teléfono? – preguntó Michael después de detener el coche unas manzanas más tarde.

- De qué teníamos que hablar? – preguntó a su vez Rukawa muy seco.

- Lo sabes. De lo que pasó en la fiesta.

- Te refieres a lo de que me llevaras a la cama borracho para que tú y Brian os divirtierais conmigo?

El tono de Rukawa era gélido. Michael pareció avergonzado.

- Kaede… lo siento mucho. De verdad, no me di cuenta de que estabas tan mal…

- No me hagas reír. Sabes muy bien que era necesario que estuviera completamente ebrio para que dejara que el malnacido de tu ex me tocara.

- Pensé que querrías experimentar cosas nuevas…

- Vete a la mierda – dijo Rukawa poniendo una mano en el manillar de la puerta para bajarse, pero Michael le detuvo inclinándose hacia él y agarrándosela.

- Espera – dijo Michael sin dejar de sujetarle la mano.

- Suéltame o no respondo…

- Perdóname por favor… - suplicó.

Rukawa observó sorprendido que los ojos de Michael empezaban a humedecerse, pero aún así no se dejaría convencer tan fácilmente. Su expresión se endureció de nuevo y dejó que la rabia hablara por él.

- QUE TE PERDONE! ME FOLLASTE MIENTRAS BRIAN SE CORRÍA EN MI BOCA Y DESPUÉS DEJASTE QUE ÉL TAMBIEN ME FOLLARA ESTANDO YO INCONSCIENTE! COMO QUIERES QUE TE PERDONE!

La expresión de Michael se transformó en absoluta sorpresa.

- Co-cómo? – consiguió tartamudear.

Rukawa bufó e intentó salir del coche pero Michael reaccionó y se lo impidió de nuevo.

- Escúchame bien – dijo con una voz tan dura que Rukawa se quedó inmóvil - Ni yo ni Brian te tocamos después de que te desmayaras.

El chico más joven pestañeó y se quedó callado unos segundos mirando a los ojos azul claro que lucían entre enfadados y dolidos.

- No me mientes? – preguntó en voz baja.

- Claro que no – dijo Michael acomodándose de nuevo en su asiento – Una cosa es que me gusten los juegos y la otra que deje que te violen delante de mis ojos.

- …

Ambos se quedaron en silencio unos segundos hasta que Michael se inclinó de nuevo hacia su joven acompañante e intentó acariciarle la mejilla, pero Rukawa se apartó enseguida.

- Kaede…

- Me has hecho mucho daño.

- Lo sé… Por favor, perdóname. Estos días sin ti han sido horribles. Yo… me he dado cuenta de que te necesito. Te necesito a mi lado, Kaede... Te quiero.

Rukawa abrió grandes los ojos al oír aquello. No era la primera vez que se le declaraban, pero sí la primera vez que lo hacía alguien a quien él correspondiera. Supo que como siguiera mirándole a los ojos no tardaría en ceder y desvió la vista.

- No te creo.

- Qué puedo hacer para que me creas?

- No puedes hacer nada. Yo ya no confío en ti.

- Lo entiendo… me lo merezco. Pero no me voy a rendir. Quiero estar contigo.

- Ja! – exclamó irónico Rukawa – Conmigo y con cuantos más?

El chico rubio comprendió entonces cual era el mayor motivo por el que Rukawa no quería volver con él. Le cogió de la barbilla y le obligó a mirarle a la cara.

- Sólo contigo. Te lo juro, no más juegos, no más experiencias, solos tú y yo. Nadie más - y sin esperar respuesta, le besó.

Al sentir de nuevo los labios de Michael, Rukawa supo que no le serviría de nada seguir negándose. Para bien o para mal, le amaba. Amaba a Michael, y si eso representaba un riesgo para su corazón, lo asumiría. Esta vez sí.

Michael se separó y esperó paciente a que Rukawa le dijera algo. Aunque no le había respondido el beso, tampoco se había apartado, y eso era buena señal. Finalmente Rukawa cogió aire y clavando sus ojos en él, le habló muy serio.

- No quiero volver a ver a Brian. Y preferiría que tú tampoco.

En realidad quería exigirle que no volviera a ver a su ex, pero sabía que eso no serviría de nada: aunque Michael le dijera que lo aceptaba nunca sabría si se seguirían viendo a escondidas. El chico rubio estuvo unos segundos sin decir nada y luego sonrió.

- Cómo tú digas – dijo antes de volver a besarle.

Esta vez Rukawa sí correspondió el beso.

oooooooo

Sakuragi caminaba hacia los vestuarios con el corazón en un puño. No tenía ni idea de lo que había pasado el día anterior entre Rukawa y ese yanqui, pero tenía un mal presentimiento. Y cuando entró, y vio el rostro sonriente de su zorro charlando animadamente con Ryota y Yasuda, supo que su mal presagio se había cumplido.

Rukawa dejó de sonreír de inmediato cuando se dio cuenta de la presencia de Sakuragi. Supuso que el pelirrojo le llamaría estúpido cuando le contara lo de Michael, y en cierta manera tendría razón, pero ya estaba hecho.

Ryota y Yasuda salieron de los vestuarios en dirección al gimnasio y dejaron solos a los dos ex-rivales. Rukawa se acercó tímidamente a Sakuragi, iba a decirle algo pero el pelirrojo le interrumpió.

- Has vuelto con él, verdad? – preguntó intentando controlar la rabia que sentía.

- Sí…

La expresión de rabia de Sakuragi se acentuó aún más, incluso Rukawa pensó por un segundo que iba a recibir un cabezazo. En ese momento oyeron ruidos y Shiozaki, Ishi y Kuwata entraron y les saludaron, y sin darse cuenta de la tensión existente en el lugar continuaron hablando a voces.

Sakuragi acercó sus labios al oído de Rukawa y le dijo en voz baja con toda la mala intención del mundo:

- Si la próxima vez que te folle no estás pedo acuérdate de pedirle que se ponga un condón, porque a saber a cuantos más se ha tirado estos días.

Rukawa se quedó clavado en el sitio mirando a Sakuragi salir de los vestuarios. Nunca se habría esperado unas palabras tan crueles por su parte, aunque razón no le faltaba.

Pero ese no sería el único desprecio por parte del pelirrojo. Durante el entrenamiento, cuando Rukawa recibió un pase en el medio campo, dribló a medio equipo contrario y acabó la jugada con una majestuosa clavada, una hiriente frase se dejó oír claramente entre los alabes de los jugadores del Shohoku:

- A ese zorro apestoso se le olvidó de nuevo lo que es jugar en equipo.

Todos en el gimnasio se giraron sorprendidos hacia Sakuragi. Hacía semanas que el pelirrojo no se metía con Rukawa, y además la semana pasada se habían comportado como dos amigos, pero ahora de pronto le estaba mirando con una expresión de odio que atemorizaba. Rukawa por su parte, aunque en realidad estaba muy dolido, se limitó a hacer como en los viejos tiempos: ignorarle. Antes de que acabara la práctica, los insultos de Sakuragi se dejaron oír unas cuantas veces más, provocando poco a poco la furia del chico de ojos azules.

Cuando por fin el entrenamiento terminó, Rukawa quiso hablar de nuevo con Sakuragi a solas, pero el pelirrojo no le dejó ni acercarse.

Y así siguieron las cosas.

oooooooo

Para celebrar que hacía un mes desde su reconciliación, Michael invitó a Rukawa a cenar a su casa. Rukawa no era estúpido, y sabía muy bien que era lo que pretendía hacer el chico rubio esa noche; lo que no sabía era si estaba preparado para confiar de nuevo en él en ese tema. Lo cierto era que Michael había cumplido su palabra: Brian parecía haberse esfumado, y ni siquiera habían vuelto a quedar con sus otros amigos. Habían estado los dos completamente solos, y Michael se había comportado como el novio perfecto.

Cuando terminaron de cenar Rukawa se sentó en el sofá y Michael se acercó a él con una botella de champán en una mano y dos copas en la otra. Dejó la botella en la mesa que había frente al sofá y se sentó junto a Rukawa. Le ofreció una de las copas pero Rukawa no se movió para cogerla.

- Otra vez quieres emborracharme? – preguntó con voz seca.

- No te pongas así – contestó Michael visiblemente dolido – Sólo quería brindar contigo.

Rukawa se dio cuenta de que se había pasado un poco y su rostro se relajó.

- Está bien – dijo alargando su mano para coger la copa.

Michael llenó la copa de Rukawa y la suya con champán y después las hicieron chocar.

- Por nosotros – dijo el chico rubio mirando muy fijamente a su invitado.

- Por nosotros… - repitió Rukawa algo intimidado por esa mirada.

Después de beberse el champán y apenas dejaron las copas en la mesa, Michael se acercó a Rukawa, le agarró por la cintura y empezaron a besarse. Poco a poco Rukawa se dejó caer de espaldas en el sofá y Michael se colocó encima suyo, abandonó los delgados labios del chico pálido y empezó a besarle el cuello. Rukawa no podía evitar gemir de placer, especialmente cuando Michael empezó a rozar su sexo con el suyo, ambos ya erectos.

Sin dejar de besarle el cuello, Michael levantó los brazos de Rukawa por encima de su cabeza y le sujetó las muñecas con una sola mano mientras con la otra le desabrochaba la camisa. Rukawa se puso tenso, el chico rubio lo notó y le soltó las muñecas; después abandonó por fin su cuello y se dedicó a bajarle los pantalones. A continuación siguió con sus bóxers y sin dar tiempo a Rukawa de reaccionar le cubrió el pene con la boca y empezó a succionarlo con fuerza. Rukawa se arqueó en el sofá de puro placer y sólo tardó unos minutos en correrse. Michael se bebió todo el líquido de Rukawa y después le sonrió ampliamente. Rukawa le devolvió tímidamente la sonrisa y se dejó caer de nuevo de espaldas en el sofá, exhausto.

Michael se situó de nuevo encima y le miró serio de nuevo mientras le acariciaba la cara.

- Vamos a mi habitación – dijo mientras le pasaba un dedo por los labios.

Rukawa permaneció callado, perdido en esos ojos azul claro que le miraban con deseo no disimulado.

- No quieres? – preguntó Michael al ver que Rukawa no decía nada.

- No es eso… - respondió finalmente.

- Entonces?

- Tengo miedo…

- De qué?

- De que me hagas daño otra vez…

- Kaede… - Michael acercó sus rostros aún más para depositar un tierno beso en los labios del kitsune – Te juro que nunca más haré algo que te pueda causar sufrimiento.

- No me refería a eso…

- Uh? Entonces?

- Me refiero a que la primera vez que… bueno, que la primera vez, en la fiesta… me hiciste mucho daño – explicó Rukawa ruborizándose.

Michael sonrió, le dio un cariñoso mordisco en la oreja y después le susurró sensualmente:

- Baka… y quién te ha dicho que vayas a ser el uke otra vez?

Rukawa abrió los ojos un poco más de lo normal y su sexo despertó de nuevo ante la insinuación, Michael se dio cuenta enseguida y tuvo que hacer esfuerzos para no soltar la risa.

- Parece que te ha gustado la idea… - dijo divertido mientras ayudaba a Rukawa a levantarse.

- …

Nada más entrar en la habitación, Michael empujó a Rukawa de espaldas en la cama y luego empezó a desvestirse imitando un sencillo streaptease que casi hizo perder el sentido al chico más joven, quien sólo atinó a terminar de quitarse torpemente la ropa interior y la camisa. Cuando el chico rubio terminó se sentó también en la cama y empezó a besar furiosamente a Rukawa en la boca.

- Yo… no sé que debo hacer – murmuró Rukawa cuando se separaron.

Michael le cogió de la mano y le lamió los dedos índice y corazón, después los guió hacia su propia entrada y los introdujo lentamente. Luego le soltó la mano; Rukawa respiró hondo y empezó a preparar a su koi como mejor supo. Después de unos minutos y algunos gemidos el chico rubio le dijo que ya era suficiente, se tumbó en la cama de espaldas y atrajo a Rukawa hacia él.

- Sin miedo – le dijo guiñándole un ojo.

Entonces Rukawa recordó algo.

- Un preservativo.

- Qué?

- Qué quiero ponerme un preservativo.

Michael le miró extrañado; quiso decir algo, pero vio la determinación en el rostro del chico más joven y no se atrevió a replicar. Alargó el brazo hacia el cajón de la mesita de noche, lo abrió y sacó una caja. Rukawa la cogió y después de sacar un condón la devolvió a su sitio. Sentía que le iba a estallar el corazón de la emoción y los nervios. Después de ponérselo se acomodó y empezó a introducirse poco a poco en Michael, quien apretó los dientes pero no dejó escapar ni un solo quejido. Rukawa por su parte estaba a punto de estallar ya mismo al sentir la estrechez de su novio.

Tengo que pensar en algo poco estimulante para no correrme ahora mismo…, pensó preocupado. Ya lo tengo.

Akagi en tanga.

Akagi en tanga.

Akagi en tanga.

Funciona...

Cuando Rukawa hubo penetrado completamente a Michael éste enlazó sus piernas alrededor de su cintura, y dejó que el chico más joven impusiera el ritmo que le fuera más cómodo. Guió las manos de Rukawa hacia su propia necesidad y minutos después con un breve lapso de tiempo de diferencia ambos explotaron de placer. Rukawa se dejó caer sobre el pecho de Michael, quien le abrazó con fuerza.

- Kaede… - murmuró Michael mientras le acariciaba el cabello.

- Mmm? – contestó Rukawa sin moverse.

- Te quiero.

Rukawa se incorporó un poco para mirarle a los ojos.

- Yo también te quiero.

Se besaron nuevamente. Una sensación extraña empezó a apoderarse del chico más joven. Se suponía que tendría que sentirse feliz, pero había algo que se lo impedía y no le dejaba disfrutar del momento.

Qué es?

Porqué esta sensación?

Porqué ahora?

oooooooo

N/A: no me matéis! Ya sé que hay que ser muy tonto para volver con alguien que te ha hecho daño, pero a veces basta con estar enamorado.

Por cierto, así como he usado a Paul Walker para hacer de Michael, pido propuestas de otros actores para hacer de Brian (como un cásting XD). Es que no se me ocurre ninguno, y no es que lo necesite, pero tengo curiosidad de saber como se lo imaginan ustedes. Si el actor es castaño claro y ojos de cualquier color menos azules, mejor. Además tiene que tener cara de malo y aparentar unos veinticinco años.

Kaehana9: un pokillo, sí, pero en el amor quien no ha sido masoquista alguna vez?

Elena: está enganchado… pero es que Michael es muuuuy guapo (imagínate a Paul Walker y además gay XD) y además muy persuasivo, como ya se vio en capítulos anteriores…

Abuelitnt: no lo sabes tú bien… recuerdas que al principio escribí que Ru no sufriría tanto como en mis otros fics? Pues… digamos que he cambiado de idea. Lo peor está por venir… o por escribir, mejor dicho XD

Drk-liss: ola wapa! Muchas gracias por el review. Mucho me temo que Michael no le dejará en paz… que hará Hanamichi (aparte de darse cabezazos)? Aquí tienes la actualización.

Bubley: aún no es seguro… pero no soy tan mala… o sí? XD

Lensaiak: ya ves que sí que ha sido tan tonto como para volver… pero ya se ha dado cuenta de que algo no está bien. De que se trata…?

Pauchan: pues me alegro de que te haya gustado y espero que lo sigas… lo mejor está por venir! Bueno, para Rukawa lo mejor y lo peor…

Ariadna-chan: ola! Muchas gracias por el review; pero has dado por hecho algo que no es correcto ju ju pero aún no te puedo decir el qué. Lo sabrás en el siguiente capítulo ;)

Espero sus reviews y sus propuestas. Muchos besos desde Mallorca!

Khira