Lágrimas de hielo

III.

Se cumplía un mes desde la muerte de su abuelo, y Rukawa seguía sumido en la más profunda tristeza. Era tal su dolor que incluso sus compañeros de equipo lo notaban a través de la ahora resquebrajada máscara, y le contemplaban angustiados sin saber que hacer para ayudarle. Más de uno se atrevió a preguntarle que le pasaba, pero el chico moreno contestaba que nada. Ni tan siquiera el entrenador Anzai consiguió hacer hablar a su jugador estrella, y Sakuragi no se atrevía a dirigirle la palabra, mucho menos a insultarle.

Rukawa por su parte agradecía en el fondo esas muestras de preocupación, pero era incapaz de desvelarles el motivo de su pena. No soportaría su compasión. Sin embargo sabía que algún día tendría que anunciar que cuando acabara el curso dejaría Shohoku para trasladarse a Osaka, ya que así lo había convenido con su tío, y entonces se vería obligado a explicarles los motivos.

Ese día se quedó en el gimnasio para entrenar un rato más. Practicó dribling, entradas a canasta, triples, tiros libres, mates… Pensó que el cansancio le ayudaría a dormir mejor, pero en lugar de eso el dolor que sentía en el pecho desde hacía semanas aumentó considerablemente hasta el punto que tuvo que pararse porque ya apenas podía respirar.

Sin el sonido de las zapatillas sobre la duela y el botar de la pelota, el silencio del gimnasio le pareció abrumador. No soportó más la soledad del lugar, o mejor dicho su propia soledad, y con una mano sobre el pecho se fue a paso rápido hacia las duchas. Tenía ganas de llorar, pero en ese momento era como si el llanto se le hubiera quedado atravesado en la garganta y fuera incapaz de salir.

Al entrar en los vestuarios vio su imagen en el espejo y se quedó varios segundos contemplándose, algo poco habitual en él. De hecho lo odiaba, ya que cada vez que se miraba en uno le veía a él.

A su hermano.

Y de pronto ya no pudo contenerse más.

- NO TENÍAS DERECHO! – le gritó desesperado a su propio reflejo – NO TENÍAIS DERECHO A DEJARME!

Cogió con ambas manos la papelera metálica que había en una esquina y la estrelló contra el espejo rompiéndolo en pedazos que cayeron repartidos entre los lavabos y el suelo. Al fin sintió que el nudo de su garganta se deshacía y entre gritos empezó a llorar. Pero el dolor no desaparecía.

Se dejó caer de rodillas entre los cristales y agarró uno tan fuerte que observó escaparse gotas rojas entre sus dedos, y por un instante el dolor de su mano derecha le hizo olvidar el que sentía en el pecho. Entonces pensó que por una regla de tres un corte más profundo le aliviaría aún más.

Se tumbó en el suelo de lado y acercó el cristal a su brazo izquierdo. A pesar del temblor que desde hacía minutos sacudía su cuerpo entero logró clavárselo por debajo de su bandana negra, y poco a poco fue cortando su piel hasta la muñeca, mientras una sensación reconfortante le envolvía. Pero la sensación duró muy poco, y para cuando se dio cuenta de lo que había hecho ya no tuvo fuerzas para levantarse.

oooooooo

- Así que aún no habéis alquilado de nuevo la habitación? – preguntó Yohei a su amigo.

- No – contestó Sakuragi – Y ojalá no la alquilemos. No me gusta tener un desconocido en casa.

La madre de Sakuragi consideraba que alquilar la habitación sobrante de la casa era una manera fácil de sacar un dinero extra, pero a él no le gustaba en absoluto la idea. Mucho menos cuando el primer inquilino que tuvieron intentó ligar con ella.

"Ese bastardo…", pensó indignado.

- Te has manchado la camiseta de helado, Hana – dijo el chico moreno divertido.

- La camiseta? – repitió mirando la mancha. De pronto recordó algo y abrió la bolsa de deporte buscando algo en su interior, pero no lo encontró – Oh, mierda!

- Qué pasa?

- Me he olvidado la camiseta de deporte en el gimnasio.

- Es buena?

- La camiseta?

- Sí.

- Que va, pero es que no tengo muchas…

- No es muy tarde, en un momento podemos pasar a buscarla.

- Ok, gracias.

Sakuragi y Yohei salieron del Danny's en dirección a Shohoku. Sólo tardaron cinco minutos en llegar y se dirigieron directamente a los vestuarios, donde el pelirrojo había olvidado la prenda.

- No oyes algo? – preguntó Yohei con algo miedo en la voz. Si había algo que le aterrorizase eran los fantasmas.

- Yo no oigo nada.

El susto que se dieron nada más abrir la puerta fue de antología.

- La ostia puta…! - exclamó Sakuragi mientras Yohei se tapaba la boca con la mano.

Después de la impresión inicial ambos chicos se acercaron al otro chico que yacía en el suelo llorando en medio de un inmenso charco de sangre.

- Qué ha pasado, Rukawa! – preguntó el pelirrojo a gritos.

Pero Rukawa no contestó, en lugar de eso empezó a llorar aún más fuerte.

- Rukawa…

- Mira su brazo – murmuró Yohei.

- Llama a una ambulancia…

Yohei se sacó el celular del bolsillo y marcó el número de emergencias. Mientras describía la situación del jugador número 11 del Shohoku, Sakuragi se levantó y cogió su camiseta de deporte que estaba encima de un banco. De un fuerte tirón la desgarró y se acercó de nuevo al kitsune con la intención de vendarle el brazo y detener un poco la hemorragia, pero al primer contacto este se apartó bruscamente y empezó a gritar que no le tocara.

- Pero que coño… - exclamó atónito.

- Yo te ayudo – dijo Yohei justo después de colgar – Ya vienen para acá.

Entre ambos chicos sujetaron a Rukawa, quien a pesar de intentar resistirse no parecía tener ya la suficiente fuerza para hacerlo, y Sakuragi pudo vendarle. Después le sacaron al pasillo pensando que allí le podrían atender con mayor comodidad, se sentaron en el suelo con él y entonces el chico pálido se recostó un poco en el pecho de Sakuragi. En ningún momento dejó de llorar.

- No entiendo que le pasa… hace semanas que se nota que está mal, pero es la primera vez que le veo llorar, y no es solamente es que llore, es que está desquiciado… apenas se ha dado cuenta de que estamos aquí…

- Yo sí que le vi llorar una vez – confesó el pelirrojo – Hace un mes, en una cancha de básquet el día que se escaqueó del entrenamiento.

- No dijo que había estado enfermo?

- Eso dijo…

- Qué crees que le pasa?

- No tengo ni idea…

- …

El sonido de una sirena les alertó. Yohei fue a abrir la puerta exterior del gimnasio y unos minutos después un médico y dos enfermeros llegaron a donde estaban Sakuragi y Rukawa.

- Qué ha pasado? – preguntó el médico mientras abría un maletín.

- No lo sé, llegamos hace cinco minutos y le encontramos así…

- Cómo te llamas? – preguntó a Rukawa.

- …

- Kaede Rukawa – contestó Sakuragi, pues el número 11 de Shohoku no parecía prestar atención tampoco al médico que le hablaba.

- Rukawa, me escuchas?

- …

- Vamos a curarte esto, de acuerdo?

- …

Mientras uno de los enfermeros le introducía una jeringuilla en el brazo derecho el médico retiró la camiseta de Sakuragi de su brazo izquierdo, empapada de sangre, y la sustituyó por unas gasas sujetas con una venda. Echó un vistazo al interior del vestuario y se preocupó al ver la cantidad de sangre derramada.

- Nos lo llevamos al hospital Kitamura – explicó el médico mientras subían a un Rukawa ya más calmado a la camilla y empezaban a empujarla hacia la puerta del gimnasio – Uno de vosotros puede venir en la ambulancia si quiere.

- Voy yo – dijo Sakuragi de inmediato.

- Avisa a algún familiar si puedes – pidió el hombre a Yohei después de subir la camilla a la ambulancia.

Yohei se encogió de hombros mirando a su amigo.

- Llamo al entrenador Anzai?

- No, no lo hagas. Se llevaría un disgusto y por el momento no es necesario. Te llamaré dentro de un rato.

- Ok.

oooooooo

- Varón, 16 años, tiene cortada la arteria radial, ha perdido mucha sangre! – gritó el médico nada más entraron en el hospital. Entre él y un enfermero arrastraban la camilla mientras Sakuragi corría al lado.

- Qué ha pasado? – preguntó una enfermera acercándose acompañada de una doctora.

- Pero si es Rukawa! – exclamó la doctora al reconocer al chico que iba en la camilla medio desvanecido.

- Le conoces?

- Estuvo aquí el mes pasado por su abuelo. Sufrió una crisis de ansiedad cuando el anciano murió y hubo que sedarle.

- Pues parece que ha sufrido otra.

- Se lo ha hecho él mismo?

- Eso parece.

- Vamos adentro.

La doctora empujó una gran puesta acristalada y el médico y el enfermero que arrastraban la camilla donde iba Rukawa pasaron a través de ella. Sakuragi quiso pasar también pero la enfermera se lo impidió, así que no le quedó más remedio que dirigirse a la sala de espera gruñendo. Se sentó y mirando el suelo se puso a meditar sobre lo que había dicho aquella doctora.

"Así que su abuelo se murió el mes pasado… es por eso que ha estado tan triste este tiempo. Quizás fue el día que faltó al entrenamiento."

Levantó la vista y observó a las personas que estaban sentadas a su alrededor. Todas parecían muy nerviosas, en cambio él ahora estaba bastante tranquilo. Pero tenía que admitir que el susto que se había llevado al encontrar al kitsune histérico rodeado de un charco de sangre había sido enorme.

"Y si no me hubiera olvidado la camiseta?", pensó de repente.

La respuesta le vino a la mente enseguida y se le encogió el corazón. Seguramente Rukawa habría muerto desangrado en los vestuarios, pues no parecía muy interesado en moverse de ahí para recibir ayuda… Eso era lo peor de todo…

"No me cabe en la cabeza que el zorro haya intentado suicidarse."

Llevaba más de tres cuartos de hora esperando cuando por fin la doctora que había reconocido a Rukawa se acercó a él.

- Venías con Rukawa, verdad? – le preguntó al llegar junto a él.

- Sí. Como está? – preguntó el pelirrojo mientras se levantaba.

- Está bien, no te preocupes. Soy la doctora Aizawa.

- Hanamichi Sakuragi.

- Encantada. Eres amigo suyo?

Sakuragi se quedó sin saber que decir. Amigos? No, no lo eran en absoluto, pero no le pareció correcto decirle eso a la doctora, quien empezaba a mirarle impaciente.

- Vamos a la misma escuela… - murmuró al fin.

- Entiendo… conoces el número de teléfono de su tío o de algún otro familiar?

- No… pero pensaba conseguir el teléfono de su casa para avisar a sus padres… - comentó extrañado de que la doctora hubiera mencionado antes a un tío que a sus padres.

La doctora Aizawa le miró entonces algo triste, cosa que le no pasó inadvertida al tensai.

- Quieres pasar a verle? – preguntó sin haber contestado la pregunta silenciosa de Sakuragi.

- Sí, claro… - contestó el pelirrojo aún más extrañado.

oooooooo

N/A: mmm este y los dos siguientes capítulos van muy seguidos, pero es que tenía que cortar por algún sitio. Pero no se preocupen que ya saben que actualizo rápido.

Elena: a que te refieres con lo de que Hana anduvo distraído? Es que hoy estoy muy espesa y no pillo nada XD

Kaehana9: gracias por la explicación. Me imaginaba algo así, metafórico. No he podido mirar el link porque no ha salido bien (que demonios le pasa a esta página con los links y los mails?). Ya que estamos, tú sabes de donde vienen las siglas 'POV' cuando se refieren a los pensamientos de un personaje?

Helsyng Asakura: no dicen más vale tarde que nunca XD? Muchas gracias por el review!

Abuelitnt: ya ves que de momento aún no los separo. Lo de Ayako y Ryota pues mucho no lo voy a desarrollar, pero me apetecía dar una pincelada sobre su relación. Una especia de entrenamiento, porque en un fic que estoy pensando sí que tendrán peso en la historia.

Balucita: muchos fics se podrían resumir con 'derritiendo al rey del hielo' jejeje. Besitos y gracias por el review!

Kmiloncia: sí que se lo preguntó, pero Rukawa pasó olímpicamente de él… como contarle tus penas a alguien que se ha dedicado durante el último año a hacerte la vida imposible? La verdad es que no me esperaba tantos reviews en esta historia, no sé, a mi personalmente me gustan más los otros dos fics que estoy publicando en esta página, pero la audiencia manda!

Lensaiak: Tienes razón con lo de los nombres… hace poco que he visto Gravitation por primera vez y desde el primer capítulo que creí que el nombre era Yuki, y no Eiri, más que nada porque Shuichi le llama Yuki. Pero la serie mantiene el orden japonés, así que efectivamente uno es Shindo Shuichi y el otro Yuki Eiri. En fin, que el abuelo de Rukawa ha llamado a su abogado el señor Eiri como si aquí le llamara el señor Juan… dios que mal XD

Mashou No Tenshi: lo decía porque Chichiri siempre acaba las frases con 'no da', igual que tú en tu anterior review, y por supuesto es mi personaje favorito de Fushigi Yuugi (es una monada de chico XD). Los fics de Slam Dunk que te puedo recomendar son los que están en mi lista de favoritos, clickea en mi nombre y ahí los verás.

Sakura: espero no hacerte llorar con este, aunque está chungo… muchos besos y gracias por el review.

Besos desde Mallorca.

Khira