Lágrimas de hielo

VI.

Abrió la puerta suavemente y entró en la habitación. Los sollozos se dejaron de oír de inmediato. Con paso lento se acercó a la cama donde estaba tumbado Rukawa y se sentó en ella. Comprobó aliviado que no había rastros de sangre ni nada que indicara que hubiera estado o estuviera dispuesto a autolesionarse. Sólo vio unas vendas en la mesilla y se fijó en que Rukawa se las había quitado de su mano derecha.

- No tienes porqué controlarte… - dijo Sakuragi en voz baja – Llorar es bueno para desahogarse…

- Piérdete – murmuró Rukawa mientras seguía intentando detener su llanto.

- Sólo intento ayudarte…

- Pues no necesito tu ayuda.

- Oye, sé lo que estás pasando. Mi padre murió de un ataque al corazón hace tres años.

Entonces Rukawa se incorporó en la cama y se quedó frente a frente con Sakuragi.

- Mi padre, mi madre y mi hermano mayor murieron en un accidente de coche cuando yo tenía 10 años – siseó con voz gélida – Mis abuelos paternos y mi abuela materna murieron antes de que yo naciera; mi abuelo materno era el único familiar cercano que me quedaba y murió hace un mes de una hemorragia cerebral. Y ni siquiera tengo un miserable amigo al que echar de menos cuando me vaya a vivir dentro de unos meses con un completo desconocido. Así que no me digas que sabes por lo que estoy pasando porque no tienes ni puta idea.

Sakuragi se quedó estático sin saber que decir y observó como Rukawa se tapaba la cara con las manos y empezaba a llorar de nuevo. Entonces hizo algo que por alguna razón pensó que debería haber hecho mucho antes, quizás el día que lo encontró llorando en la cancha: lo rodeó con sus brazos y le abrazó fuertemente. Rukawa se dejó abrazar y siguió llorando. Estuvieron así varios minutos hasta que finalmente el chico de ojos azules se calmó y se separó del pelirrojo.

Se quedaron mirando el uno al otro unos segundos que parecieron eternos. Después Sakuragi desvió la vista de los enrojecidos ojos azules del kitsune a sus labios. Finos, rosados, y temblorosos.

Y entonces algo muy extraño pasó por la cabeza del tensai. Quiso tocarlos y alargó una mano hasta rozarlos con el dedo índice; Rukawa se estremeció por el contacto y cerró los ojos. Tal y como esperaba Sakuragi el tacto de esos labios era muy suave. De pronto se sintió en la necesidad de cubrirlos con los suyos y antes de darse cuenta estaba besando al kitsune. Rukawa abrió de nuevo los ojos sorprendido y pudo ver como Sakuragi se separaba de él mirándolo entre culpable y confuso.

- L-lo siento… - balbuceó mientras sus mejillas enrojecían – Yo… no sé que me ha pasado, no lo he podido evitar y… mmpf.

No pudo seguir disculpándose porque ahora era Rukawa el que lo estaba besando, pero no con un beso tímido y fugaz como el que él le había dado unos segundos antes, sino hambriento y desesperado. Sakuragi se quedó un momento inmóvil mientras se dejaba besar y miles de sensaciones nuevas le envolvían. Poco a poco comenzó a corresponder el beso; ninguno de los dos chicos era experto en el tema de manera que éste se convirtió en una especie de pulso donde cada uno intentaba imponerse sobre la boca del otro.

Sakuragi sintió que estaba perdiendo terreno y su naturaleza seme se rebeló. Empujó a Rukawa sobre la cama sin dejar de besarle y se colocó encima suyo. Estuvo a punto de agarrarle de las muñecas pero al notar las vendas recordó a tiempo que Rukawa tenía el brazo izquierdo herido, así que optó por situar sus manos entre los cabellos negros y sedosos de su compañero.

Durante un roce entre sus cuerpos Sakuragi notó la dureza del miembro de Rukawa y se sorprendió al darse cuenta de que él mismo tenía una dolorosa erección. También sintió la mano fría de Rukawa en su espalda atrayéndolo aún más hacia si, para después recorrerla en toda su extensión en una exquisita caricia.

Cuando Sakuragi introdujo también su mano bajo la camiseta de Rukawa para acariciarle la piel desnuda, éste se incorporó un poco en la cama interrumpiendo el frenético beso durante unos momentos. El pelirrojo contempló extasiado como Rukawa se quitaba la camiseta mostrando su perfecto torso y acto seguido le quitaba la suya obligándole a levantar los brazos. Una vez despojados de las molestas prendas fundieron de nuevo sus labios mientras se abrazaban y acariciaban mutuamente cada centímetro de piel ahora al descubierto.

La piel de Rukawa, pálida, suave y fría, provocó en el pelirrojo la necesidad de recorrerla con su boca, de manera que lo tumbó de nuevo en la cama y abandonó sus labios para besarle las mejillas, el cuello, las clavículas, el pecho… cada beso húmedo y tierno era recibido por un sonoro gemido que no hacía más que aumentar la excitación del pelirrojo.

Pero Sakuragi no se dio cuenta realmente de a donde estaban llegando con todo aquello hasta que oyó la voz ronca de Rukawa en un jadeo desesperado.

- Házmelo…

Sakuragi detuvo sus besos y le miró sin dar crédito a lo que acababa de oír. Rukawa optó por atraerlo de nuevo hacia él agarrándolo de la nuca con toda la fuerza de la que era capaz con el brazo herido y besándole en los labios, mientras con la otra mano le acarició el sexo por encima de los pantalones. Sakuragi gimió y Rukawa dejó de besarle para dirigir ahora sus labios hacia la oreja izquierda del pelirrojo, acariciándola con la lengua.

- Hazme el amor… - le susurró en el oído con voz tremendamente sensual.

Apenas acababa de decirlo cuando fue tumbado en la cama, esta vez con algo de violencia, y sus pantalones de pijama y sus calzoncillos fueron ferozmente bajados y lanzados al otro lado de la habitación.

Después de desnudar por completo al kitsune, Sakuragi se quitó él mismo el resto de su ropa y se acomodó en la cama entre unas piernas pálidas que se enlazaron en su espalda. Encaró su pene en la entrada de Rukawa y, sin romper el lazo de sus miradas, empezó a empujar para introducirse en él. Rukawa se mordió los labios para no gritar de dolor con tanta fuerza que una gota de sangre se deslizó hasta su barbilla y el pelirrojo al verlo se detuvo en seguida.

- No te detengas… - ordenó Rukawa arañando los fuertes brazos que estaban a ambos lados de su cabeza.

- Pero te estoy haciendo mucho daño – objetó Sakuragi.

- Me da igual.

- Pero…

- Que lo hagas!

Sakuragi lo miró muy preocupado y se inclinó más sobre él para lamerle la sangre de los labios mientras seguía empujando. Rukawa le arañó aún más fuerte los brazos pero Sakuragi sabía que el daño que le estaba haciendo con las uñas no era nada comparado con el que le estaba haciendo a él penetrándole de esa manera sin ni siquiera haberle preparado.

Finalmente consiguió introducir su sexo del todo en Rukawa y se quedó quieto hasta que ya no notó sus uñas clavándose en su piel. Entonces empezó suavemente a retirarse para después embestirle de nuevo mientras contemplaba aliviado que el rostro del moreno ya no estaba tan tenso.

Rukawa echó la cabeza hacia atrás y empezó a gemir, jadear y a gritar con cada embestida pero Sakuragi era el que más placer sentía. Lo sabía y pensó que aquello no era justo así que apoyó todo su peso en su brazo izquierdo y dirigió su mano derecha al pene de Rukawa, que reclamaba atención desde hacía tiempo. Rukawa se arqueó un poco al sentir como su miembro empezaba a ser estimulado y sus gemidos de placer se incrementaron.

Sakuragi se sintió tan cerca del éxtasis unas cuantas veces que inconscientemente disminuyó el ritmo de las embestidas para disfrutar durante más tiempo su posesión sobre el cuerpo de Rukawa, pero cuando un líquido caliente y viscoso se derramó en su mano ya no pudo aguantar más y apenas un minuto después se retiró y cubrió su pene con la mano izquierda para contener su propio semen. A continuación se desplomó exhausto sobre Rukawa, aplastándolo con su peso, y apoyó la cabeza de lado en su pecho.

Mientras las respiraciones de ambos se normalizaban Rukawa abrazó a Sakuragi por la espalda y pronunció las dos palabras que llevaba tanto tiempo queriéndole decir.

- Te quiero.

Sakuragi casi dejó de respirar al oír aquello.

"Que me quiere?", se repitió mentalmente.

No supo que contestar y tampoco se atrevía a mirar al kitsune a los ojos, de manera que continuó sin moverse unos minutos más hasta que se levantó.

- Voy al baño a lavarme las manos – murmuró esquivando a los ojos azules.

Mientras se enjabonaba las manos bajo el grifo el pobre Sakuragi empezaba a ser consciente de lo que había pasado.

Había hecho el amor con Rukawa.

Mejor dicho, él le había hecho el amor a Rukawa.

Siempre había pensado que perdería su virginidad con una chica, que esa chica sería su novia y que luego se casarían y tendrían muchos hijos. No estaba preparado para asumir que ya no sería así.

Pero realmente había perdido la virginidad aunque fuera con un chico?

Y Rukawa también la había perdido? O para ello tendría que haber sido él el seme?

La había perdido a medias?

Se podía estar más confundido?

"Joder, se suponía que tenía que cuidar de él, no follármelo".

Lo peor de todo era que para Rukawa no había sido sólo sexo.

"Me quiere."

Pero como podía ser? Si llevaban casi un año tratándose a patadas!

"TÚ llevas un año tratándole a patadas", se corrigió a sí mismo apesadumbrado.

"Joder… mierda, mierda, mierda! Qué se supone que debo hacer ahora?".

Por el momento decidió regresar a la habitación donde Rukawa le esperaba en un lado de la cama, haciendo clara alusión de que quería que durmiera con él esa noche. Sakuragi respiró hondo y esquivando de nuevo la mirada de Rukawa se metió en la cama con él y tapó a ambos con una sábana.

- Buenas noches – murmuró colocándose de lado hacia él, pero con los ojos cerrados.

- Buenas noches… - contestó Rukawa.

Rukawa se quedó casi una hora observando al chico que yacía con él en la cama, preguntándose que significaría para él y que pasaría a partir de ese momento, hasta que finalmente el sueño le venció y cerró también los ojos.

oooooooo

El despertador sonó a las siete en punto. Rukawa alargó su mano para detenerlo pero en el intento el aparato cayó al suelo, lo que también fue efectivo porque el estridente sonido cesó igualmente. Al tratar de incorporarse un ramalazo de dolor sacudió todo su cuerpo y se dejó caer de nuevo en la cama.

Entonces se dio cuenta de que Sakuragi no estaba con él.

"Donde habrá ido?", se preguntó intentando de incorporarse otra vez.

- Hanamichi? – le llamó en voz alta. Después de lo de la noche anterior no le pareció muy correcto seguir llamándole 'doa'ho'.

Nadie contestó. Y tampoco se oía ningún sonido en toda la casa. Con mucha dificultad se levantó de la cama y apoyándose en la pared se acercó a sus calzoncillos y se los puso; luego salió de la habitación. El dolor que sentía en su parte baja no le permitía caminar con normalidad, y bajar las escaleras se convirtió en un auténtico martirio; iba por el penúltimo escalón cuando tropezó y cayó de bruces al suelo. Afortunadamente se protegió con el brazo derecho, porque de haberlo hecho con el izquierdo lo habría pasado realmente mal.

Se quedó en el suelo unos minutos, empezando a comprender que simplemente Sakuragi se había marchado. Ayer por la noche se había cumplido el que venía siendo su deseo desde hacía mucho tiempo y ahora amanecía como una pesadilla.

Pero porqué?

Porqué se había ido sin decirle nada?

"Quizás no tendría que haberle confesado mis sentimientos."

Recordó el desasosiego que sintió cuando Sakuragi no contestó a su declaración.

Y que esperaba? Que le dijera 'Yo también te quiero'? Que en realidad también le amaba y que todos sus insultos habían sido un patético intento de atraer su atención?

"Yo soy el único patético aquí."

Pero entonces porque había accedido a hacer el amor con él?

Un momento.

"Oh, no."

Sakuragi había accedido a hacer el amor con él.

Había accedido.

Ahí estaba la clave.

Él se lo había pedido y el pelirrojo había accedido.

Como un favor.

"Si Sakuragi me ha follado por lástima… yo… no lo soportaré."


N/A: Wenas! Aquí les traje el siguiente capítulo, calentito, calentito… Espero que les haya gustado. Qué les han parecido las dudas existenciales de Hanamichi? (Que en realidad también son mías XDD) Alguien se ofrece para contestar sus preguntas?

Ya tengo la historia casi terminada, así que nos veremos muy pronto.

Muchas gracias a kaehana9, Oruha Shikijou, BaLucita, Elena, Bubley, Kmiloncia, katsu (sé que me pediste sólo un beso, pero weno…) y Mashou no Tenshi por sus reviews!

Besos desde Mallorca

Khira