Historia original: Tokio
parte 5
-no me lo explico...- por tercera vez en 5 minutos, kasumi se levanto del sofá dando una vuelta a la mesita de centro -...¿por que se habrá ido sin siquiera decirme por que?...- estaba muy angustiada, y pensativa, si tan solo ayer, todo era alegría entre ellos 2... -¿por que habría tomado esa decisión, tan repentinamente-
volvió a suspirar hondo, la luz matinal, entraba por la ventana de la sala, dando una brillantes y blancura mayor a la salita.
kasumi, se puso un dedo en la boca, y comenzó a pensar...
esa mañana, especialmente, se veía hermosa; era domingo, su día de descanso, así que como todos los domingos, se iba a comprar a la plaza y se daba un paseo por todo el pueblo.
el vestido rosa, hacia juego con su blanca piel y sus ojos aqua centellantes, tenia una agraciada figura y piernas largas y torneadas, un busto propio y ese aire angelical y sensual, que la hacia verse divina, su larga trenza acomodada a uno de sus costados, junto con el sombrero de paja, hacían que se viera como todo un atuendo dominguero.
suspiro por ultima vez, tomando su bolsa de mano, camino al recibidor con elegancia y tranquilidad tomo la perilla de la puerta y luego en un impulso loco, subió las escaleras corriendo, hacia la habitación de el neocelandés, toco con cuidado
-buenos días-
no hubo respuesta alguna, solo el viento matutino, que entraba por una ventana del piso inferior, kasumi volvió a tocar con cuidado, pero igual no recibió respuesta.
alzo los hombros -que orgulloso...- se dio la vuelta y bajo las escaleras agarrando con delicadeza su vestido -no voy a buscarle la cara...- mascullo, luego, asomo con cuidado la cabeza hacia la cocina, buscando sus llaves, descubrió con sorpresa que el vidrio de la cocina, aun estaba roto y no solo eso, estaba muy sucio y desorganizado. agacho la cabeza, y solo se limito a tomar sus llaves y a ir al recibidor; se coloco sus zapatillas blancas y salió, en silencio de la casa.
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-ya te dije, que necesito el empleo- el chico dejo caer su puño, pesadamente, sobre el mostrador de la dulcería, la barra retumbo un poco -no me importa lo demás...- el dueño, miro el puño con algo de miedo, y trago saliva -pero.. señorito-
-¿y..?- le dirigió una mirada asesina y seca, refunfuño y saco aire con pesadez, haciendo que su fleco se moviera, ya se estaba impacientando...el empleado, hizo una seña -esta bien... aunque, aun no estoy muy convencido, su padre-
-eso no importa...- dijo cortantemente -lo que yo haga o deje de hacer, no es problema de el-
-eso quiere decir¿que usted se hace responsable de todo, señorito?...-
el, lanzo una sonrisa maquiavélica y de un salto, se paso al otro lado del mostrador, tomo una escoba y se dirigió hacia el señor, mirándolo hacia abajo, con aire de frialdad -todo lo que tengo que hacer es barrer... ¿no-
-s-si- respondió el aun sorprendido por aquel salto -así es, señorito-
-...deja de llamarme así, si no quieres que te rompa el cuello...- el dueño volvió a tragar saliva -...c-como ordenes-
y comenzó a barrer, con cuidado, mientras el dueño, se aflojaba el cuello de la camisa.
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-¿crees que fue lo correcto?- hiroshi miro con ojos de borrego a su joven amigo, ambos, iban en unas butacas acolchonadas de color carmesí, al fondo, se podía observar los campos verdosos, pasando con rapidez... -si- dijo el con seriedad y con una mano en la barbilla -seriamos solo un estorbo para ella-
-pero, conociéndola, eso no le importa mucho... kasumi-chan es muy amable- ajusto su gorra negra a su cabeza llena de cabello castaño revuelto -hiroshi, ella no va a decir nada, es muy linda como para corrernos...- miro por la ventana del tren -muy linda...-
hiroshi lo miro con sorpresa y sonrió, pasaba por esos momentos la señora de los bocadillos, empujando el carrito, hiroshi sonrió como niño y corrió hacia ella.
satoshi, seguía pensativo, observando el paisaje, ahora mas desértico que antes.
la señora partió y hiroshi se sentó de nuevo en su butaca, con un panecillo de arroz en la boca -te compre uno- dijo entre dientes y con la boca llena, satoshi sonrió -gracias-
-de nada-
-oye-
-que?- respondió hiroshi, abrochándose de nuevo el cinturón -¿no te gustaría ir a pueblo paleta-
-¿tu pueblo-
-si-
-pues... no se-
-vamos- dijo el con determinación -ahí, hay una chica que creo que va a gustarte...-
hiroshi se rasco la cabeza y sonrió igual -suena divertido-
-lo es-
los dos, miraron al mismo tiempo, por la ventana el paisaje, el sol, aun estaba en lo alto.
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-no hay nada mas patético, que una chica yendo sola al cine...- kasumi se rió un poquito -bueno, patético o no, es divertido¡así no tengo que invitar de mis palomitas!- iba caminando por ahí la pelirroja, acababa de salir del cine -"pokemon invencible" es muy buena- sonrió aun mas -espero venir acompañada en otra ocasión-
se comenzó a pasear por la plaza, viendo escaparates, comprando dulces y probándose muchos zapatos y ropa (no compro nada, por que aun no le pagaban), pero muy feliz. comenzó a caminar por la plaza y escogió una banca bajo un naranjo, se sentó con cuidado y saco un pañuelo, que estaba bordando desde hacia un tiempo, tomo la aguja y comenzó su labor.
no pasaron mas de 5 minutos, cuando una gota de lluvia, le callo en el hombro... en un santiamén, se soltó un tremendo aguacero y la chica apenas y se cubrió bajo el naranjo, observo con cuidado, como la gente se iba de la plaza rápidamente, dejándola completamente sola, temblando de frió y sin una sombrilla para poder irse a casa.
junto sus manos sobre sus brazos y comenzó a temblar.
las gotas de lluvia, se iban haciendo ya presentes, aunque estuviera bajo el árbol, se impaciento y comenzó a caminar debajo de la lluvia, mientras pensaba en satoshi (no le importaba mojarse) se puso algo triste -después de todo, nadie me espera en casa...-
camino por el parque, con melancolía, observando con cuidado todo a su alrededor, el sol, ya purpurino por la caída de la tarde, los faroles comenzando a prenderse poco a poco, las gotas de lluvia acariciando las flores...
el vestido, se entallo mas a su grácil figura, el agua termino deshaciéndole la trenza, así que su cabello, mas debajo de la cintura, quedo suelto y pesado por la lluvia.
-mujer...- las gotas de lluvia ya no caían en ella, kasumi miro hacia arriba...
-"a-albino...?- lo miro con sorpresa el, pasaba su brazo sobre su cabeza, haciendo un tipo de sombrilla provisional, con una gabardina larga color militar. su mirada fría e inexpresiva, intimido a kasumi -vámonos- dijo secamente con una mueca de enojo -mujer...- la playera negra, también se había pegado a su cuerpo, revelando que este, estaba bien trabajado, su cabello aun mas escurrido, se le veía mas largo...
ella, entre abrio la boca e inevitablemente, le sonrió al chico -gracias-
-no te acostumbres... -
-b-bueno- dijo ella con una sonrisa y una gota en la cabeza -gracias de todos modos, albi--- la miro repentinamente interrumpiéndola, esta vez, sus ojos miraban de otra forma... muy profundamente... de otra manera.
-..salexcha...- dijo el con brusquedad, después recupero su mirada normal -pero, voy a matarte, si lo dices en público...- recupero su tono altanero, frio y serio, miro a otro lado, con frialdad y la apremio a que caminaran kasumi solo ladeo la cabeza, con inocencia y sonrio un poquito -esta bien, salexcha-sama...-
FIN DEL QUINTO CAPITULO
¿como esta quedando? - espero que les este gustando.
ideas, dulces, boletos de avión, amenazas, declaraciones de amor? encantaría saber de ustedes...
Tokio. (única y verdadera esposa de hajime saito)
"UN SALUDO A MI SUMI CONSENTIDA, A SYLE, A MANIRA-CHAN Y A BIRD... Y A TODOS LOS QUE LEYERON ESTE ADEFECIO AL QUE ME ATREVO LLAMAR DESCARADAMENTE FAN-FIC"
