Conspiración maquiavélica.-
Harry y Sussane recorrían de la mano el pasillo que los llevaría a su primera clase, ese día sus salones estaban casi juntos, por lo que el muchacho aprovechó la oportunidad de conversar con su novia, a la que sentía que había abandonado vilmente.
La verdad, la Ravenclaw era una de las chicas más bonitas de toda su casa y Harry se sentía muy cómodo con su belleza, le encantaba observarla en cada momento de su día: cuando estaba feliz, porque sus dientes refulgían en la mejor sonrisa que había visto, cuando estaba atareada y unos mechones imprudentes de cabello se le escapaban hacia la frente, haciéndola ver encantadoramente descuidada, hasta cuando se molestaba, porque fruncía el ceño y arrugaba la nariz con una gracia que lo hacía suspirar por sus adentros.
Pero la belleza física no lo era todo, también Sussane era una persona con la que podía conversar.. por supuesto no podía ser novio de un monstruo.
.-.Ayer estuve pensando en tu regalo de Navidad- le dijo la muchacha con un tono pícaro
.-.Ah sí?-
.-.Sí, porque por mucho que me lo pidas no te pienso regalar nada de Zonko- le dio un cariñoso beso en la mejilla- además tiene que ser bonito, único, para la única persona en mi corazón-
Harry le dio un beso en la mejilla
.-.Gracias-
.-.No hay por qué. Y ya, después de pensar bastante he decidido que cosa-
.-.Que cosa?-
.-.No te voy a decir, es una sorpresa- Sussane miró de reojo a Harry- aunque si quieres lo podemos adelantar-
.-.Lo traes contigo?-
.-.Claro ¿Quieres?-
.-.Sí- admitió Harry con ansias.
.-.Pero tienes que cerrar los ojos-
.-.Los cierro- dicho y hecho, el muchacho cerró los ojos y se dejó llevar por la mano de su novia, que le colocaba los dos brazos bien pegados a los costados, para luego soltarlo.
Lamentablemente esperar no era uno de sus hábitos, así que abrió los ojos imperceptiblemente. Tratando de captar cualquier detalle que satisfaga su creciente curiosidad.
.-.Que haces!-
Dio un par de pasos hacia atrás, empujando a Sussane.
La había pescado segundos antes de besarlo, y había visto su rostro, se acercaba peligrosamente a él en una mueca que nunca había visto en ella y que no le gustaba.
Estaba asustado, sentía como sus pulmones se llenaban y vaciaban una y otra vez en velocidad altísima.
.-.Es tu regalo!- la muchacha lo miró extrañada- pensé que como se acercaba la Navidad...-
Harry le dio la espalda.
¿Cómo se te ocurre! Dios Santo, mi corazón está a mil por hora ¿Qué le pasa a esa niña?. Dios!... ¡Dios¡¡DIOS!
Abrió los ojos, como dándose cuenta de algo terrible
No la quiero besar, no, entonces que? Ella no es la adecuada? Pero no puede ser. Seguramente estoy molesto porque me tomó por sorpresa.
.-.Estoy harta!- le gritó desde atrás la muchacha- no es justo que no te pueda besar!-
.-.Te he explicado muchas veces por qué- admitió el muchacho, tratando de no enervarse más de lo adecuado.
.-.Sí pero.. desde ese momento hasta ahora ha pasado mucho tiempo, pensé que para cuando terminara el año ya podríamos estar besándonos como una pareja normal!. No tiene nada de malo hacerlo, todo el mundo lo hace, mis amigas lo hacen hasta en clase, cuando la profesora no los ve y eso es una muy linda muestra de cariño... como si no les importara ser descubiertos, solamente quieren demostrar que están enamorados-
.-.Te he demostrado mi cariño de muchas otras maneras y mucho más originales que las que los novios de tus amigas jamás se pudieran imaginar-
.-.Ya me cansé de que me abraces! Quiero algo más ¿entiendes? Necesito algo más, soy un ser humano... mira- la muchacha suspiró y se acercó a Harry- si me besas no tienes que estar conmigo todo el día o romperte la cabeza pensando en que cosas darme para suplir eso. -
.-.Quieres un novio como cualquier otro?- sacó su apresurada conclusión sin pensar en las consecuencias de la respuesta.
.-Si me besa, sí-
"Si me besa, sí" Sabes perfectamente que no te puedo besar no porque no quiera, si no porque no lo siento y no soy un actor para andar dándole besos fingidos a todo el mundo. Tú has sido la única persona a la que le he contado por qué no pude besar a ninguna de las otras y me dijiste que me ibas a entender, pero mírate.. escúchate, no te importa nada más que presumirme frente a tus amigas ¿verdad? Y yo? Acaso no me quieres? Respóndeme... léeme los ojos, cuando las personas tienen esa conexión pueden leerse los ojos, dime si me quieres o no.
Ambos se miraron por un prolongado momento sin decirse una sola palabra.
Sussane bajó la mirada, se acomodó la maleta y entró a su clase.
Harry bajó la cabeza, una vez que se hubo asegurado que nadie lo vería. Sussane le despertaba más sentimientos que cualquiera de sus otras novias... y que lo dejara así, sin responderle le había dolido mucho. Pero no le iba a decir nada a nadie, demostrarse dolido por causas de mujeres no era de hombres (o al menos esa era la idea que Benoit le había inculcado). Claro que no iba a lucir como si nada hubiera pasado, se lo contaría a sus amigos esa noche, lo de la pelea, para deshogarse, a lo mejor les demostraba que le había dolido, pero de ahí ni una sola palabra más a nadie, ni siquiera a Duncan... ella era mujer y por muy amiga que fuera, no le quitaba el rango de mujer, podía correr la noticia.
Duncan no haría eso.
A lo mejor no, pero mejor prevenir antes que lamentar.
Cuatro mañanas pasaron hasta ese momento, en el que Harry y Duncan se dirigían a Encantamientos. El muchacho tenía algo importante que contarle a su amiga, pero no lo había hecho porque sentía muy levemente algo de incomodidad en ella...
.-.Voy a mandarle la carta- soltó de pronto, tratando de sonar despreocupado.
Y con notable éxito.
La Lovegood se detuvo y lo miró fijamente a los ojos, buscando quien sabe que cosa. Tras una dura inspección rehizo su marcha, cinco pasos más adelante se detuvo, bajó la cabeza y la apoyó en los libros que llevaba abrazados, en actitud pensativa.
El muchacho se mantuvo unos segundos detrás de ella, esperando que se volviera y le dijera algo... a lo mejor trataba de persuadirlo de no hacerlo, de darle otra oportunidad a Sussane y justamente para que él no caiga en el "está bien, le voy a dar otra oportunidad, tienes razón" había preparado unos cuantos argumentos contundentes pero en vista de que no tenía planeado hacer eso se adelantó hacia ella.
.-.Que pasó?- le preguntó, agachando un poco la cabeza.
Duncan levantó el rostro, se veía... extraña, confundida y muy molesta.
Aja! Adiviné
.-.Nada- dijo la muchacha, retomando el paso una vez más.
.-.No opinas nada?- Harry fue tras ella, tratando de sacarle al menos una impresión, sus argumentos eran realmente dignos de ser escuchados y estaba seguro de que cuando los dijera se grabarían aún más en su memoria y podría incluirlos en algún capítulo de algún escrito suyo.
.-.Estás seguro de que quieres enviarle la carta? Definitivamente?- preguntó, mientras seguía caminando, dándole la importancia que Potter esperaba.
.-.Sí- admitió decidido- las cosas no pueden seguir así... ya la escribí además, anoche. ¿La quieres leer?-
Ambos se detuvieron ante la puerta, Duncan miró complacida a su amigo, mientras este le estiraba el pergamino cuidadosamente doblado.
.-.Me gusta mucho cuando terminas con tus novias- admitió bajando la voz, estaban dentro del aula y buscaban un asiento.
¿Qué?
El mundo de Potter se detuvo por unos instantes, mientras miraba a su amiga inquisidoramente, aunque tratando de no parecer descortés.
Las mejillas de la Lovegood se pusieron rojas al instante.
.-.Porque las cartas que escribes son preciosas, siempre me ha gustado leerlas- explicó rápidamente, antes de sentarse y mirar al frente.
No se dijeron una sola palabra durante toda la clase..
Es más, en el camino al Gran Comedor ambos mantenían el silencio como una regla, pensando en quien sabe que cosas e incapaces de crear conversación.
De pronto, sus ojos se dieron de lleno con un par de palabras que llamaron su atención, escritas en un cartel negro que estaba siendo arreglado mágicamente por la profesora MacGónagall.
Se dirigió hacia ella algo temeroso, a lo mejor había leído mal o era un cartel que había estado allí desde hace tiempo y lo que decía refería a semanas anteriores. Cuando llegó, enfocó muy buen los ojos tratando de esforzarlos al máximo para no malentender una sola palabra:
Al alumnado en general:
Quedan prohibidas las salidas a Hogsmeade, desde la primera semana de diciembre hasta la primera semana de enero, incluyendo las visitas en fines de semana. Las que se planeen hacer durante las vacaciones de Navidad deberán ser coordinadas y aprobadas por la Subdirectora del plantel o el Jefe de Casa.
Atte
El director.
.-.Profesora MacGónagall- chirrió Harry, volviéndose hacia la anciana tutora en un postrer intento de salvar su situación- está bien este cartel?-
es la pregunta más estúpida que he hecho en mi vida.
.-. Por supuestoPotter. ¿Qué sucede con él?-
Que tengo que ir a mi casa lo antes posible para decidir algo sobre su maldita orientación vocacional y resulta que ahora no se les antoja dejarme, eso pasa! Pasa que si no recojo mis pergaminos hoy o mañana –que era lo que tenía pensado hacer, cuando se me pasara la estupidez que traigo encima- me voy a volver completamente loco, porque lo había planeado desde un principio para resolver esto de mi carrera. También sucede que me muero por saber como escribo y aunque suene banal para usted es vital para mí. Más?
.-.Potter?-
.-.Eh?-
.-.Se siente bien?-
.-.No- admitió de una sola vez- no puedo ni siquiera ir un momento a mi casa?
.-.Su casa queda en Hogsmeade?-
.-.Sip-
.-.Entonces no-
.-.Pero por qué?-
Los ojos de MacGónagall se agrandaron hasta el punto en el que las arrugas junto a sus ojos desaparecieron. Si es que Harry no hubiera estado tan insolente se habría dado cuenta que esa no era una de las maneras favoritas de ella de ser tratada.
.-.Si quiere una respuesta puede ir a consultar al director, aunque me temo que no va a responderle. Órdenes son órdenes y siempre están orientadas hacia su bienestar y el de todos los alumnos, si tenía algún compromiso con algún familiar suyo créame que lo van a entender-
Vieja pendeja
.-.Hay algo más en lo que le pueda ayudar?-
.-.Sí, quiero concertar con usted una visita a Hogsmeade hoy-
.-.Lamentablemente eso no es posible-
.-.Pero ahí dice que tengo que concertar con el Jefe de la Casa o la Subdirectora-
Y usted, mi señora, es ambas.
.-.Durante las vacaciones de Navidad- recalcó la dama, perdiendo la paciencia.
.-.Pero sucede qu..-
.-.Harry-
Duncan asió de su túnica fuertemente, mientras le dirigía una sonrisita tímida a la tutora.
.-.Hasta luego, profesora MacGónagall-
A empujones logró que Potter se alejara considerablemente de señora... a la que no dejaba de echarle miradas furibundas y de desesperación. Estaba más inquieto de lo que había estado los últimos días y ahora era por el hecho de que no le dejaban cumplir su plan, lo que significaba que una vez más las posibilidades de conocer su verdadera vocación eran arrojadas por el W.C
Tiene que ser una conspiración maquiavélica. Dios? Eres tú el que no me deja sabes si puedo ser escritor o no?
.-.Que te pasa?-
No de nuevo.
Los ojos del muchacho cambiaron de rabia y desesperación a horror y desesperación. No quería que además de todo lo que se le acababa de juntar en la cabeza, se le agregara Duncan queriendo saber de una vez su secreto.
.-.No, no me refiero a ese que te pasa- aclaró, haciendo que el muchacho suspire aliviado- Si no, que te pasa? Como se te ocurre hablarle así a MacGónagall?-
.-.Es que en verdad es urgente que vaya a Hogsmeade- se pasó una mano por el cabello- muy importante, es más tenía planeado ir hoy y ya no puedo!-
.-.Para que?-
Nuevamente, la mirada de horror y desesperación se apoderó de los ojos del muchacho.
.-.Ya- la muchacha asintió- pero es tan urgente?-
.-.Más que eso-
.-.Imposible. Mira, no le puedes hablar así a una profesora-
.-.Es que tú no entiendes!-
.-.Las vacaciones de Navidad empiezan en nada- Duncan continuó como si no hubiera escuchado a Harry.
.-.Es mucho tiempo-
.-.Es nada!-
.-.Sigue siendo mucho! Yo tengo que estar en mi casa hoy! A más tardar mañana y si me aguanto, pasado mañana, pero no puedo esperar una semana!- el muchacho se descontroló.
.-.Bueno...- la muchacha asintió ofendida, mientras se alejaba de él
.-.Entiéndeme, por favor- Harry la atajó- no te molestes... Duncan...- buscó su rostro y pegó su frente a la de ella- por favor- repitió en voz muy baja.
De pronto le había parecido que hablar en voz baja le haría daño a los sentidos de su mejor amiga, que sus ojos iban a lagrimear, su boca temblaría y sus tímpanos se reventarían con un sonido suyo que en esos segundos le pareció desagradable. Ella tenía razón para estar molesta, pero esperaba de corazón que lo perdonara, por todo lo que estaba pasando necesitaba tener a alguien con él, que lo distraiga un poco o lo ayude a plantearse una solución.. o lo que fuera, sencillamente no quería tenerla en su contra.
.-.Ya- la muchacha lo miró
.-.En serio?-
.-.Sí-
.-.En serio?-
.-.Sí!-
Harry le dedicó su mejor sonrisa antes de separarse de ella.
Ambos se miraron un largo momento, preguntándose si alguna vez habían estado tan cerca el uno del otro y si es que eso estaba permitido en la amistad que tenían.
.-.Te gustó la carta?- preguntó Potter, tratando de aligerar las cosas. Despejar su mente hablando de otros temas a veces lo ayudaba a iluminarse.
.-.Bastante. Me gustó esto de...- se buscó la carta en los bolsillos, la sacó y la desdobló delicadamente- Para mí el cariño se expresa de mil maneras más, lástima que no tengas tiempo de descubrirlas, habría sido un honor-
.-.Gracias-
.-.Escribes muy bien, me gusta mucho leerte... tienes el don-
.-.Que?
QUE?
.-.En serio-
.-.Tú.. tú crees?- los ojos de Harry se abrieron como platos en espera de una respuesta. Esa opinión podía valer tanto, después de todo, público era público.
.-.No escribes como los demás, tienes algo diferente... un.. algo que te hace bueno- Duncan miró al frente, despreocupada- claro que si quieres ser escritor necesitas aprender mucho, pero para tener tu edad estás bien- acabó, con una nota de frescura.
El corazón de Harry dio de tumbos una vez más... acababa de recibir su primera opinión y como nunca sintió las irremediables ganas de que más personas lo criticaran, de que lo leyeran, de leerse él mismo, de saber, de quitarse la maldita espina de una buena vez
