8 PadFoot -------
- ¿Qué?... Creo que no escuché bien -. Agatha le miró con cara de '¿No escuchaste? Creo que hablo bastante claro, no te hagas la sorda ahora'.
- Dije, Profesora McGonagall, que por favor me enseñe la Animagia -. Minerva parecía completamente sorprendida por la petición de Agatha.- Usted es la única Animaga viva que yo conozco... Se lo habría pedido a Sirius, pero ya sabe... -. A McGonagall no le hizo gracia el chiste.
- ¿Ya lo hablaste con Dumbledore? -.
- No, pero... -.
- Mi respuesta es no -. Dijo secamente. - La Animagia no es cosa de juego... Ya sé que tú tienes una habilidad excepcional en Transformaciones, pero no voy a arriesgarme a... -. Agatha se levantó de la cama, y aunque un mareo incontenible le invadió y sentía algo de fiebre todavía, se puso de pie y miró su reloj. Eran casi las siete.
- Él ya debe estar levantado... Profesora, yo estoy de su lado... Y si tengo que traerle una autorización escrita del líder de la O.F. lo voy a hacer -. Y se puso su túnica violeta, se ordenó un poco la maltratada trenza y salió acompañada por Minerva.
Dumbledore por supuesto que estaba levantado y atendió inmediatamente cuando Agatha tocó la puerta y ambas mujeres entraron en el despacho.
- Señor... Necesito que me dé una autorización para que la Profesora McGonagall me enseñe Animagia -. Dijo sin preámbulos. Los cuadros miraban a la chica algo somnolientos. No era lo común que molestaran tan temprano.
- ¿Y cuáles son sus propósitos? -.
- Potter está muy mal en Oclumancia... Aunque practica con ganas, no es lo bastante capaz de vencer la conexión con el Oscuro Señor y eso quedó patente el día de ayer. No es capaz de bloquear sus emociones -. Comenzó - Quiero espiar los movimientos del enemigo. Nuestra actitud pasiva dejará lugar a un ataque tarde o temprano... Y si no comenzamos a atacarles, Potter terminará cometiendo el mismo error del año pasado y tomará la situación en sus manos -. Dumbledore le miraba por sobre sus anteojos de media luna con aire circunspecto.
- Veo que no le tienes mucha fe a Harry... -.
- Es porque le tengo demasiada fe por lo que me preocupo. Ya actuó a espaldas de la Orden del Fénix una vez. Nada impedirá que lo haga de nuevo y si es así, es mejor que nosotros estemos listos para defenderlo -.
- Pero ya tenemos a un espía... -.
- Sin embargo, él no ha podido hacer mucho -.
- Tom ya debe saber que estás viva... Es un riesgo muy grande el que deseas correr -.
- Sí, lo sabe. Vio a través de Harry... Dumbledore, ellos se están preparando, lo sabe porque Snape ya se lo ha dicho. Ha estado demasiado tranquilo. Vamos contra el tiempo -. El hombre volvió a guardar silencio. Los cuadros estaban expectantes. Fawkes miró fijamente a Agatha desde su percha por un largo rato, y luego dejó escapar un suave gorjeo.
- Minerva... Por favor, enséñale a Agatha la Animagia... Por lo que recuerdo tú eres muy buena en eso de las transformaciones... -. Dejó escapar con un mensaje oculto para Vane... Él sabía lo que ella era, y Agatha sonrió. Minerva parecía algo contrariada, pero no permitió que en su rostro se expresara la sorpresa. Las dos salieron del despacho y bajaron las escaleras en silencio, donde una se fue a ocupar de sus alumnos y la otra se tomó el día libre para descansar... Esta vez Voldemort había tocado la puerta con manotazos, no con sus acostumbrados y discretos golpecitos...
A la semana siguiente se realizó una nueva reunión del ED y Harry quedó sorprendido. Luego de la pelea de la vez anterior, pudo comprobar que nadie decidió irse, por el contrario; dos nuevos chicos de Hufflepuff se integraron al grupo.
- ¿Cómo estás de tu cabeza? -. Le inquirió Shrewd. No se había acercado antes, porque pensaba que Harry aún estaba enojado con ella. Cho estaba furiosa, pero como siempre Harry ignoró la manera en la que inflaba los carrillos y se acercaba a Ernie para decirle cualquier cosa. Ginny no se percató porque estaba muy acarameladita con su novio y Ron les lanzaba miradas asesinas. Parecía que jamás iba a aceptar que uno de sus compañeros fuera la pareja de su hermanita menor mientras él andaba más botado que un perrito callejero...
- Mucho mejor... -.
- ¿Eso te sucede muy seguido? -. Quiso saber.
- No. Es en ocasiones nada más... -. Replicó él evasivamente.
- Supongo que la profe Vane ya no va a venir más... -. Interrumpió Zacharias Smith.
- No sé... Ella no me ha dicho nada de que vaya a venir... -. Harry había tenido mucho tiempo para pensar en Agatha... Hermione le comentó que en la clase de Pociones Snape presentaba una aspecto enfermizo, y cada vez que Harry le preguntaba sobre el tema, Agatha ocupaba la Legeremancia para acallarlo. Potter ya calculaba que la profesora podría escribirle la biografía... Cuando ella vio lo de la ultima sesión antes de la Navidad Harry no hizo nada por detenerla... Ya no le interesaba nada de nada que tuviera referencia a Cho Chang. Hermione parecía muy absorta en uno de los tapices mientras Luna se ponía al lado de Ron y la ofrecía algunas ranas de chocolate. Pasó un largo rato y Harry empezó a hablar, ya que Agatha nunca se aparecía y los demás se impacientaban.
- Consideraré que los que están aquí meditaron muy bien lo que hablamos la vez pasada y han decidido que van a confiar en mí -. Dijo con una voz definitivamente marcial. El salón completo parecía muy pendiente de cada una de sus palabras. - Nos hallamos aislados, es cierto, pero caer en la desesperación en intentar hacer algo al respecto sin estar completamente preparados es una estupidez... -.
Ellos están dispuestos a todo por salvar a los que aman, pero no puedo llevarlos a una muerte segura a manos de los Death Eaters... Eso es un asunto mío
- Así que ahora vamos a prepararnos en serio. Los motivos han cambiado; ya no jugamos, no somos niños, el próximo año muchos de nosotros nos convertiremos en personas mayores de edad... No habrá un tirano intentando imponer su voluntad... Somos independientes de lo que los adultos hagan. Ustedes confían en mí y haré lo posible por no defraudarles - Harry temía miedo de caer en tonterías, pero intentaba decir lo que sentía... Al final, optó por quedarse callado y unos aplausos tímidos contagiaron otras manos... Sino hubieran puesto el Insonorus, de seguro los Slytherin hubieran escuchado en las mazmorras el alboroto. Granger estaba callada, al igual que Ron, el que miraba a Harry algo asustado, pero aplaudió con muchas ganas. De inmediato Harry tomó a los más nuevos, y haciendo un grupo con ellos les puso a practicar los hechizos más sencillos, en tanto los demás hicieron las parejas a las que ya estaban acostumbrados y empezaron a repasar un poco más los hechizos de las clases de DAO.
- ¡Hablaste muy bien Harry! -. Comentó Ron en la Sala Común. Ellos habían sido los últimos en salir del Salón de Godric.
- Más bien parecía el discurso de un político -. Apuntó Hermione.
- No sé si estaré haciendo bien... Ellos confían en mí... -. Suspiró - Tal vez sea mejor acabar con esto -.
- Ya no puedes. Muchos de los que se quedaron lo hicieron solamente porque quieren salvar a sus familias... -.
- Por eso. Quizás los puedo estar arriesgando innecesariamente. El año pasado me parecía una buena idea, incluso Hermione me tuvo que convencer porque no me gustaba mucho eso de enseñar, pero... -.
- Bueno... A lo mejor estamos haciendo algo indebido, pero no podremos averigüarlo hasta que el momento llegue... Si Voldemort entra en Hogwarts, podremos defender a los más pequeños... Y ya es algo -.
- ¿Entrar a Hogwarts?... Pero Dumbledore no lo permitiría -. Hermione puso los ojos blancos.
- Ron, tenemos que empezar a planificar el mundo sin Dumbledore... Él va a morir como todos los seres humanos y si lo hace antes de que Harry mate a Voldemort no nos vamos a quedar de brazos cruzados ni nos vamos a sumir en el pánico -.
- Incluso... Podría ser que ya no quiera estar de lado de Dumbledore, y me vaya solo a luchar contra Voldemort -. Susurró Harry. Hermione y Ron dejaron de inmediato de discutir, incapaces de creer lo que habían escuchado.
- ¡No te atreverías!. Estaremos juntos en esto hasta el final... Pero es que de verdad no puedo pensar en la idea de que las cosas se hagan sin Dumbledore -.
- Ron... La muerte de Sirius podría haberse evitado, así como la muerte de Cedric... Lo he estado pensando mucho tiempo... Nunca nos hemos cuestionado la manera en la que Dumbledore hace las cosas, sino que nos dejamos guiar por donde él quiera llevarnos... Aunque me duela admitirlo, yo ya no confío mucho en lo que hace... -.
- ¿Piensas que está chocheando? -. Le recriminó Hermione - Harry, gracias a Dumbledore la sombra de Voldemort no se ha extendido por todo el mundo mágico... Si Voldemort no le temiera a él y a su poder, ya habrían comenzado las matanzas, tal vez ni siquiera hubiese sido necesario que buscara la profecía... Sólo se hubiera dedicado a matar sin misericordia, y tú no serías ninguna competencia para él... Todos los Muggles estarían muertos -.
- Bueno, la diferencia con lo que pasa ahora no es tan grande... Yo he perdido a mi única familia, y tu madre Ron, cada noche se duerme pensando en que alguno de sus hijos podría morir... -.
- Por lo menos acá en Hogwarts estamos a salvo por ahora! -.
- ¿Te vas a poner en mi contra también?... ¡Si Dumbledore me hubiera hablado de mi profecía cuando debió hacerlo mi padrino no estaría muerto! -.
- Pero quiso protegerte... -. Dijo Ron en voz baja. - Aunque no nos guste la manera en la que hace algunas cosas, él es todo lo que tenemos. Mi familia le es fiel, y así como ellos, hay muchas personas que se aferran a su imagen para creer que podríamos salir de esta y el horror de esa época horrible no nos alcance a nosotros, sus hijos. Nadie sabe que tú eres el único con el poder para matarlo en serio, y confían en que Dumbledore acabará con él definitivamente... Sólo para nosotros que hemos visto cómo una y otra vez has escapado de las garras de él y has retrasado su regreso, eres un Hechicero y no simplemente El Niño que Sobrevivió... -. La calma con la que Ron hablaba captó totalmente la atención de Harry y Hermione. - No sacamos nada con peleas bobas sobre si él hace o no lo correcto, ni planificar cómo mataremos a Voldemort con nuestras propias manos... Esperemos a que él haga un movimiento; tal vez nos conviene por ahora mostrarnos como niños... Sus dudas y temores, no hay que mostrárselos a nadie de la Orden del Fénix; de seguro ellos nos espetarían miles de argumentos y nos van a reprimir más, nos ocultarán más secretos... -. Los miró.- ¿No es eso lo que han estado tratando de decir todo este tiempo? -. Finalmente Weasley dejaba escapar sus propios sentimientos. Era raro, pero él nunca hablaba... Siempre las discusiones las monopolizaban Harry y Hermione - Fred y George tenían razón; no es justo que nos releguen a un segundo plano, no somos niños, pero lo más prudente es callar y aceptar... Si lo que queremos es saber, tenemos que inclinar la cabeza y escuchar lo que podamos... -. Luego de tanto tiempo los tres se lanzaron miradas cómplices... Durante más de tres meses fueron extraños el uno para el otro, pero ahora se mostraban llanamente, como debía ser siempre... Porque ellos eran amigos.
- Yo no apoyo todo lo que hace Dumbledore, pero debes dejarle un poco más de tiempo Harry... Tal vez... -.
- Hermione, las cosas están así: o estás del lado de Dumbledore y haces lo que él diga sin saber a dónde vamos... O te quedas conmigo y hacemos esto nosotros solos -. Siguió testarudamente Harry -. Podremos dejar a todo el mundo atrás, que el ED se convierta sólo en una nueva versión del Club de Duelo... Yo sólo los necesito a ustedes y a Remus a mi lado en el momento en el que me enfrente a Mi Destino... No quiero que nadie más me proteja ni tome decisiones por mí... Si Dumbledore quiere ayudarme, bien por él, si el mundo de los magos me apoya, perfecto, pero si otra vez van a tratarme como un niño y van a decir que veo y siento cosas que no son, que no estoy capacitado para intervenir en mi propio futuro y forjarlo como lo hacen todos los demás... Si vuelven a mirarme como si estuviera loco o murmuran a mis espaldas que soy un cobarde, voy a tomar mi varita y No me importará dejarlo todo atrás, incluidos ustedes y seguir lo que yo creo que es mi camino... Tengo 16 años ¿lo entienden?. Me he criado solo y no me importa ser un fugitivo como Sirius si con ello sé que voy a lograr mi venganza... -. Y posó los ojos verdes en los de sus amigos. Pudo ver el miedo y la duda en los ojos de Hermione, pero en los de Ron sólo había dos cosas... Valentía y fidelidad. El pelirrojo se puso de pie y se acercó a Harry.
- Yo quiero caminar contigo ese sendero... Somos amigos y no me perdonaría dejarte solo... No me pierdo la diversión por nada del mundo -. Granger se demoró un poco más, pero también se acercó a Harry.
- Lo único que te pido es que no nos ocultes nada a nosotros ¿Está claro?, Y por favor Harry, escucha lo que tengo que decirte. A veces es mejor ceder que imponer -. Los tres se abrazaron. Ese era un pacto que sellaban y que duraría toda la vida. No importaba quien fuera el enemigo; Voldemort o Dumbledore, daba igual. Desde entonces se tenían a ellos mismos... Y a Remus, si es que él deseaba integrarse al grupo...
Si alguna vez Harry albergó en su corazón temor de traicionar a Dumbledore, ahora que sabía que sus amigos le seguirían la corriente hasta las últimas consecuencias, ese miedo le parecía lo más estúpido que podría haber sentido. Ya no estaba solo, nunca lo había estado...
Agatha no volvió a aparecerse en las reuniones del ED, pero no se medía con las rumas de libros que le pasaba a Harry cada vez que podían juntarse... Ahora Vane siempre andaba con un libro en donde la vieran y en más de una ocasión los alumnos se la topaban en los pasillos haciendo gestos extraños y alzando las cejas a cada instante, como si una nueva idea le golpeara con la fuerza de un rayo...
Los chicos comenzaron a murmurar que estaba loca, pero no relacionaban eso con lo que ella estaba haciendo... Muy lentamente Harry avanzaba con su Oclumancia. Cada vez se veía menos con su profesora; lo que antes eran tres veces por semana se redujo de golpe a una porque Vane tomaba las clases con McGonagall... Hermione andaba como loca, al igual que Ron, quien entre los entrenamientos, las reuniones de Prefectos, las tareas, las rondas y la vigilancia de Ginny, parecía que iba a morir de cansancio.
- ¿Lo entiendes?. Ya va a ser la fiesta de Halloween y no doy más... Creo que voy a dejar el cargo de Prefecto -. Dijo en la biblioteca, los tres perdidos entre una montonera de libros y pergaminos para la clase de Herbología. Hermione, que estaba con ellos, le pinchó la mano a Ron con su pluma.
- ¡Esto no es nada! -. Le recriminó.
- AW! ¡No soy un cerebrito como tú, debes entenderlo de una buena vez! -. Murmuró fuerte, mientras se miraba la mano manchada de tinta y sangre.
- SSSSHHHHHHH! -. Se oyó la voz de Madame Pince, muy lejos de ellos.
- Pues si quieres pasar tus EXTASIS y convertirte en AUROR tienes que poder. Creo que McGonagall debió decírtelo: El tener el título de Prefecto en tu hoja de antecedentes te será muy útil en tu evaluación. Incluso podría conseguir que pasaran por alto tus malas calificaciones. Si te designan Prefecto es porque puedes con la responsabilidad... Piensa en tu madre... -. Masculló, furiosa.
- Hermione, me estoy quedando dormido en clase, en entrenamiento, en la mesa durante la cena... Mi cuerpo no da para otro mes a este ritmo -.
- Bueno, Vane nos enseñó concentración... Creo que ya es hora de que pongas en práctica eso de respirar hondo y vaciar tu mente... Yo lo hago y fíjate que sí resulta -. Harry miró a Hermione y sonrió con algo de ironía... La muchacha se puso roja y desapareció tras 'Hierbas Orientales y sus Exóticos Usos y Propiedades'
- Ron, si no eres capaz de soportar esto, nunca llegarás a ser AUROR... -. Resopló.
La verdad es que todos ponían lo mejor de ellos para que el ambiente fuera lo más tranquilo posible. Vane incluso ya no molestaba a Draco casi nada porque estaba muy ocupada organizando con Minerva el plan de seguridad de la fiesta. Sprout y Hagrid criaban las calabazas para que ese año fueran más grandes y bellas que nunca, y cumpliendo una amenaza que Harry ya creía olvidada, su Jefa de Casa lo mandó a ayudar a Filch con la limpieza y sellado de roperos y cosas así, ya que los alumnos mayores tenían la mala costumbre de echar a los alumnos menores que se aventuraban por los pasillos a dar un paseo en los armarios evanescentes. Malfoy intentaba encontrarse con Harry lo más que pudiera, pero no se acercaba a la Torre Gryffindor. El casi caer de las escaleras lo tenía muy a raya... Siempre que se daba la oportunidad empujaba o pisaba a Potter y en la clase de Pociones Snape y él descargaban toda su antipatía con lindos y redondos ceros que estaban haciendo peligrar un poco la asignatura... Neville, en cambio, se mostraba cada vez más tranquilo en las clases. Penelope poco a poco se convertía en su gran apoyo moral ahora que andaba más preocupado por su abuela y parecía que la ocasión de ver a sus padres se notaba más lejana...
Ron se mandaba muchas cartas con su madre y Ginny hacía lo propio con los gemelos. Según lo que ellos contaban, el negocio iba estupendamente. Los Surtidos Saltaclases hacían furor entre los del quinto año. Siempre andaban uno o dos deambulando por los pasillos en los horarios de clase, supuestamente para ir a la enfermería... Ginny abusaba de los inventos de los gemelos, porque sus TIMO'S se venían muy fuertes, así que solía excusarse de no ir a las reuniones del ED... Para disgusto de Ron, Dean también se quedaba con ella "A Ayudarla"
- Debes entender que tu hermana está haciendo su propia vida... -.
- No puedo Harry... Es mi hermana, aún es muy chica... Yo la vi desde que era una bebita, cuando jugaba conmigo a desgonomizar el jardín... Cuando Fred y George la molestaban contigo... El tiempo ha pasado tan deprisa... -. Harry sonrió.
- Para mí también es como una hermanita, pero hay que dejarla hacer su vida... Ella ha demostrado que es una persona independiente... Si la sobreproteges tanto lograrás que se enoje contigo -. A Ron le tiritaba el mentón... Parecía que iba a llorar...
- Por Dios! No seas tan pendejo... -.
- ¡Es mi hermana! -.
La noche antes de la fiesta Agatha se quedó hasta muy tarde arreglando con el Profesor Flitwick los adornos del Gran Salón... Aunque los dos no aparentaban ser de mucha ayuda, dado lo bajitos que eran, lograron hacerlo todo por sí mismos: Flitwick movía los objetos y Agatha lo dirigía en tan delicada operación, ayudada por su vista más confiable que la del anciano profesor.
Cuando al fin Ron se aprendió el recorrido y Draco se dignó a aceptar que no le tocaría la guardia con Parkinson, sino que con Zacharias, todos pudieron irse a dormir...
Vane encendió un incienso y se fumó media cajetilla de cigarros en tanto repasaba uno de los libros que Minerva le había mandado a leer, antes de ponerse la pijama de franela verde agua y sentarse en el alféizar de una de sus ventanas a fumarse el último cigarrillo del día... Esa noche hacía un frío glacial... Y había luna llena.
Los Merodeadores! ... Seguramente Remus ya está transformado en lupino... Sólo espero que alcanzara a llegar a la Casa de los Gritos, de lo contrario se va a armar la de padre y señor mío... Entre las manos de la profesora había una carta... Dumbledore en persona se la había alcanzado...
"Acá el clima está un poco más cálido. Ya le informé a Dumbledore de la partida de algunos seguidores de Voldemort que alcancé a identificar... No sabes las ganas que tengo de que pasáramos las Navidades juntas, pero Armand me ha dicho que tú no quieres, que tu puesto de profesora en Hogwarts te impide tener más preocupaciones que Potter... Debo confesarte que me siento algo celosita de que tengas a Severus tan cerquita tuyo, de seguro ya lo has hecho caer a tus pies ¿No?... Sino lo has hecho Agatha Sybile Vane Wotton, te juro que yo misma le pongo un Imperius para que hagas lo que te plazca con él, como regalito atrasado de Navidad... Armand te echa de menos y pregunta que cuándo te vas a dignar a mandarle una cartita, ingrata... ¿No ves que él se preocupa mucho por tí?. El pobrecito, siempre te vas sin despedirte y luego mandas una lechuza con dos líneas todas garrapateadas con esa letra caótica que tienes... ¡Escribe más, porque no vale la pena que viaje tanto el pobre animalito! Y por supuesto el descifrar tus jeroglíficos nos entretendría un par de noches más... ¿No echas de menos los croissants?. Yo no puedo vivir sin ellos, no puedo vivir sin pan, es la base de mi dieta ahora que no duermo mucho... Sí, ya sé que me vas a regañar otra vez por integrarme a la Orden del Fénix y meterme en lo que no me importa, pero es que no pude resistir la tentación... Quiero conocer a Snape, verlo aunque sea una vez para entender bien por qué me dejaste congelándome acá en París hace tanto tiempo... Por qué durante todos estos años has estado pidiendo la plaza de DAO sin éxito, atornillada allá en Londres sin mandarme una sola carta para saber si estás viva o estás muerta... Ese hombre debe ser todo un cuerazo ¿no?, Porque acá los chicos están muy buenos... Y las chicas también. Los ingleses no tienen humor, siempre es el trabajo o el deber, nunca la diversión... bueno, ya no puedo escribirte más, este Auror del demonio ya me está poniendo caritas, dice que se tiene que ir luego, adiós ¡Y feliz Halloween!
Eternamente tuya
Tu Linda Juliette"
¡Pendeja del séptimo infierno!... Cree que esto es juego. No sé qué cara pondría si viera a Severus... Pero seguro que a Remus se le tira encima... Si la conozco tanto como la conozco, seguro que sí... Ese Lupin ha tenido desde siempre una fuerza de atracción irresistible... Ah! de solo pensar en la carita que va a poner esta Navidad cuando me vea... Va a pensar que se abrió el infierno y seguro que se pone a esperar a Sirius en la chimenea, por si Santa Nicolás se lo envía envuelto en papel celofán... Black... No te pudiste morir de manera más estúpida, pero lo hiciste con estilo... Y de manera honorable... Mejor me voy a dormir... No sé por qué tengo el presentimiento de que este Halloween va a ser un dolor de cabeza...
Realmente Agatha no se dio cuenta de cuándo dejó de recordar y comenzó a soñar...
"... Uno a uno, los escalones que la separaban de su preocupación más grande después de Severus desaparecían con rapidez. Desde las mazmorras a la Torre Gryffindor había una gran distancia, pero ella lo recorría sin miedo... Nadie iba a atraparla, nadie sentiría sus pasos ni notaría si por error ella pisaba un escalón de menos y caía... La muchacha daba gracias a Dios por ser tan pequeña y no tener tantas curvas... Eso que a otras acomplejaba tanto, a ella le llenaba de orgullo, porque era una serpiente, silenciosa mientras avanzaba hacia la jaula de los leones... Su cabello rojizo podría delatarla, pero en el Pride no había un alma en pie... No, esta noche tampoco iban a atraparla... tendría que tener muy mala pata...
Y allí estaba, frente a la puerta de uno de los dormitorios de chicos de Séptimo de Gryffindor. La madera cedió sin ruido y una débil luz caía sobre el pasillo entre las cuatro camas adoseladas... ¿Cuántas veces había hecho lo mismo desde el año anterior?, Como tres, o cuatro, siempre que notaba que su profesor de DAO se veía demasiado pálido y ojeroso antes de irse a la cama... Remus era un marginado, igual que ella cuando el Howler enteró a todos los de Slytherin de su deshonrosa procedencia... Desde ese día Remus le había mirado con pena, como compadeciéndose de ella y Severus le rehuía como a la malaria... Nunca se había hecho amiga de ninguno de los dos en realidad, pero por lo menos ellos soportaban su presencia sin poner demasiados reparos... Con aire resignado reforzaban aquello en lo que flaqueaba y Agatha retribuía eso con barras de chocolate o con la siempre desagradable tarea de limpiar calderos llenos de cualquier porquería, pero sin magia, para evitar que por un hechizo mal conjurado creara la eventualidad de que pudiera suceder algo con la próxima poción... Con los pies descalzos y helados, la muchachita se acercó a la cama de Remus, la más lejana de la ventana por razones obvias. En la cama de al lado, un chico de cabello muy revuelto hacía el ademán de alzar la mano para alcanzar algo... James Potter; ni dormido dejaba de pensar en el Quidditch... Agatha no podía entender cómo ese descerebrado sacaba suspiros entre las chicas de Slytherin... Frente a la cama de Lupin se hallaba la de Black... Uno que tenía un fans club muy capaz de destrozar a cualquier desafortunada que osara traspasar el radio de 10 metros de distancia, y al fondo... Un chico rechonchito y siempre tembloroso... Los de Slytherin se regocijaban molestándolo cuando sus amigotes no andaban cerca. Intentando enfocarse en lo que había ido a hacer, la chica sacó un paño seco de sus bolsillos y puso un poco de agua en una pequeña batea sobre la mesita de noche de Remus... Esa era una de sus mayores satisfacciones... Calmar la fiebre que se apoderaba del HeadBoy marginado de Gryffindor cuando sus transformaciones eran particularmente violentas... Remus se movía en la cama de un lado a otro, murmurando cosas que nadie podía escuchar, menos entender... Su dulce melenita descuidada, marcas de ojeras en su rostro ya envejecido por el maltrato y las noches de estudio... El agua fría vino a calmar sus pesadillas y rápidamente recuperaba la paz... Agatha esperó hasta que se quedó profundamente dormido y secando el paño con un susurrante hechizo, se lo guardó nuevamente en el bolsillo de la túnica, tras lo cual vació la batea con magia y se quedó un poco más observando el descanso de los Marauders como un voyerista descarada... Envidiando la amistad que los unía, que los hacía uno solo contra Severus, para humillarlo en cualquier momento... Sirius gemía y Vane se acercó para mirarlo mejor. No se le veía la cara detrás de tanto pelo, y a pesar del frío que hacía él llevaba el pecho insolentemente desnudo... No era de extrañar que al otro día, antes del desayuno, estuviera echando humo por las orejas... La chica se acercó un poco más a él y con cuidado le quitó el pelo de la boca, pues amenazaba con atragantarse si seguía susurrando... Y entonces...
- TE ATRAPÉ -."
Vane abrió los ojos con esa voz atronándole en los oídos... Todavía podía sentir cómo la mano de Sirius Black le sujetaba con fuerza para que no escapara... A la mujer le costó un poco darse cuenta de que estaba en su cuarto, segura y recordar que Black ya había muerto...
- ¡Maldita sea! -. Exclamó llevándose una mano a la cara y restregándose los ojos... - Todos los años me tiene que venir a buscar un muerto... -.
