Para Oliver, Margarita y el hermano de Lily, Miguel; por fin sus proyectos están tomando cuerpo. Gracias por confiar en mí.

15 Lo que sucedió después del ataque.
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Lo que vino después sucedió tan rápido que nadie se percató muy bien. Kingsley no venía solo. Por las ropas y la manera en que se asía a él, un Death Eater había hallado el escondite de la Orden del Fénix. Pasos apresurados por las escaleras, primero abajo, luego arriba y golpes en la puerta del baño cada vez más insistentes. Potter decidió salir al escuchar la voz de Lupin.

- ¿Qué hacías allá adentro?-.

- Es lo de menos -. De inmediato Harry fue empujado hacia el cuarto donde estaban los demás y allí todos se encerraron. Todo era confusión en las miradas de Hermione y Ron. Raphael en tanto, peleaba con su tío.

- Por una vez en tu vida no me discutas una decisión -. El hombre parecía molesto. - Te vas a quedar aquí con los demás y con Molly. Nosotros debemos reducir a ese Mortífago y esperar por si otro más ha dado con este lugar -.

- AVADA KEDAVRA!!!! -. Resonó una voz femenina entre todo el despelote escaleras abajo. Granger se refugió en los brazos de Ron. Nadie entendía qué sucedía, pero tampoco se podían poner a preguntar cuando los demás andaban alterados. Sabían que no les dirían nada.

Potter entonces lo escuchó... Era la voz de Agatha.

- Yo quiero ir a luchar -.

- No Vas! -. Gritó Tonks. Quédate aquí con Kingsley mientras nosotros nos encargamos del resto -.

- Pero... -.

- Los maestros de Hogwarts no pueden aparecer así como así en una batalla entre Aurors y Death Eaters -. Le recordó Snape -. El transmisor hacía ¡pop! Una y otra vez, como si algo lo tapara. Hacía mucho que el hechizo de impasibilidad se había roto. Ginny y Molly se sentaron con Potter en la cama. Las carreras no cesaban, y algunos gritos se dejaban escuchar, como si intentaran organizarse en un minuto, labor de antemano imposible por lo alterados que andaban.

Crac!

Plop!

Paff!

Bang!

Uno a uno los asistentes a la reunión se marchaban... Cinco minutos después, la casa quedaba nuevamente en silencio. Harry nuevamente se llevaba un dedo a su oído.

- Mierda! ¿Crees que esté vivo? -.

- Yo me voy a Hogwarts... Está desprotegida -. Dijo Minerva y se marchó.

- Sólo a ti se te ocurre lanzarle un Avada Kedavra -. La voz de Snape era la misma que utilizaba para humillar a Potter.

- Deja de decir tonterías ¿Quieres? -. Replicó Vane. - ¿Querías que tuviera tiempo de escapar? -.

- Será mejor que llevemos a este hombre escaleras arriba... -.

- Sí. Yo traje mis pociones conmigo. Podremos atenderlo mientras tanto, hasta estabilizarlo y llevarlo con Poppy -.

- No. Tenemos que atenderlo nosotros -. Dijo Severus.

- Bueno, pero ayúdame... Pesa demasiado para mí... -. Un hechizo se dejó escuchar y Pasos en las escaleras.

Vane y Snape aparecieron con Shacklebolt unos minutos después en el cuarto que ocupaban los chicos. Bill apareció tras ellos y también otro hombre. Harry lo reconoció como el tal Armand Laubreaux.

- ¿Qué pasó? -. Preguntó Molly.

- Tranquila mamá -. Inmediatamente el Auror fue dejado en la cama que Ron y Lupin ocupaban.

- Fueron los Death Eaters... Al parecer hubo un enfrentamiento. Los demás fueron a ayudar a los Aurors que quedaban... Tenemos que ayudar a Kingsley. Sólo así lo sabremos bien -. Dijo Agatha. Snape le dirigió una mirada de reproche. Los muchachos estaban callados, y cuando nadie lo miraba, Harry se quitó la muela y la guardó en el bolsillo de los vaqueros. El hombre desconocido sacó algo de entre sus ropas y se puso muy cerca del Auror desmayado. Nadie pudo ver lo que hacía.

- Muy bien. Ahora sí pueden ayudarlo -. Dijo finalmente. Snape se arremangó la túnica y comenzó a trabajar junto a Agatha, que regresaba ya de su cuarto con su maleta de pociones y drogas.

- Oh! Por lo que noto estás muy preparada -. Comentó Armand.

- Lo he aprendido con los años, Señor Laubreaux -. Dijo ella distraídamente, en tanto Severus evaluaba las heridas y decidía los pasos a seguir.

- ¿Quién es usted? -. Preguntó Hermione.

- Lo siento, no hemos tenido tiempo de presentarnos. Me llamo Armand Laubreaux -. Potter lo miraba con atención... Era muy extraño encontrarse con un hombre tan guapo. - Vengo de Francia -. Sus ojos pardos se posaron en los esmeraldas de Potter. Harry notó una peculiar, pero amiga sensación en su cuerpo...

Las cosas se aclararon con el correr de las horas. Cuando el Auror despertó, les contó lo sucedido. Se habían topado a algunos Mortífagos cerca de Londres y el enfrentamiento fue encarnizado. Todos sus compañeros cayeron antes que él, por lo que no podría decir si era el único sobreviviente o no. Al notar que ya no tenía otra salida se desapareció, con tan mala suerte que uno de los Death Eaters se aferró a su cintura y por ello llegó a Grimmauld Place con compañía. Agatha de inmediato le dijo que lo había matado y Snape puso su cara de vinagre patentada.

- Mejor así. Era un peligro latente -. Dijo el Auror y Vane le sacó la lengua a Severus.

Y eso fue todo lo que pudieron averiguar los chicos. De inmediato se hizo otra reunión de la cual Harry escuchó lo mismo que Shacklebolt les había contado. Algunos Aurors sobrevivieron y estaban internados en San Mungo, pero la Navidad Potter la pasó en compañía de sus amigos y los Weasley. Fred andaba bastante raro y siempre lo pillaban escribiendo.

- Déjenlo. Está enamorado -. Dijo escuetamente George.

- ¿Y de quién?... Eso no me lo había contado -. Declaró Ginny, genuinamente ofendida.

- Nuestra familia tiene debilidad por las francesas... -. Y no le sacaron más. Raphael resultó ser un chico muy simpático, cuando no le preguntaban por su familia o su pasado, y Hermione se notaba bastante interesada en él, más cuando le regaló una bella pluma de Águila... Ron seguía enfurruñado y se encerraba en su cuarto para no mirar las desagradables escenas...

Al Parecer Vicky era parte del pasado.

Tal vez por ello Granger se mostró tan confusa para las festividades del Año Nuevo. Molly había hablado con sus padres y ellos consintieron en dejarla en "Hogwarts" debido a su período de exámenes (no saben lo conveniente que es ir a un internado, dijo la chica). Krum se había hecho parte de la Orden del Fénix, para vengar lo sucedido con su profesor y no llegó solo. Otro adolescente más se integró al grupo.

- Se llama Margaret Danielle Black. Y a partir de ahora estudiará en Hogwarts -. Potter estaba helado... No podía existir otro Black... Seguramente es un alcance de apellidos se dijo, pero no pudo dejar de notar que ella tenía algunos rasgos en común con Bellatrix. Era una muchacha delgada, de cabello largo y ojos azules como los de Sirius... Potter no dijo nada sobre sus sospechas, y tampoco lo hicieron los demás, como iría a Hogwarts ya tendría tiempo de averiguarlo... Ahora su mente estaba ocupada en otra cosa...

Se trataba del hombre pelirrojo y bello que había llegado la segunda noche. Por razones de fuerza mayor tuvo que quedarse en la casa y Harry se lo topaba en todos lados. Estaba en su cabeza y esos hermosos ojos no se alejaban de él en ningún instante... Gracias a Dios, la tarea de Vane le estaba dando algunas cosas más en las qué pensar... Su cabeza tampoco se alejaba de Voldemort. Ya atacaban abiertamente, mataban sin discriminar... Sólo en esos días la noticia de Zabini tomaba peso... Se habían atrevido a matar a padres de un Slytherin... En todos sus años de conocer la historia, Harry estaba seguro de que las cosas no se daban por mera casualidad y también de que los únicos Slytherins que morían eran los que no sirvieron bien a Su Señor... No tenía sentido que mataran a los padres de Blaise, a menos que... A menos que ellos de alguna manera estuvieran conectados con él... La cicatriz le dolía constantemente y era capaz de sentir más emociones de Voldemort; era extraño, pero la Oclumancia le impedía saber qué pasaba y ya estaba pensando en dejarla de lado... Sin embargo Vane se encargaba de usar la Legeremancia de improviso y regañarlo en voz alta para avergonzarlo por tales cosas...

Por supuesto que ella sabía del extraño influjo que el francés ejercía en él...

Bill entonces llegó. Llevaba ropa muy gruesa lo que le daba la vaga apariencia de un monito de nieve. Se sacudió un poco de la materia blanca que descansaba en su gorra y al quitarse los mitones reparó en los nuevos visitantes... A Viktor lo ubicaba sólo por lo que se había hablado de él y por los eventos del Torneo de los Tres Magos...

- ¿Margaret? -. Dijo. La muchacha (Que entonces miraba a Ron con curiosidad, en tanto Hermione se mostraba un poco celosa para diversión de Ginny) se volteó hacia la puerta y sus ojitos brillaron.

- ¡Bill! ¿Cómo has estado? -. Replicó ella alegremente y los chicos se abrazaron.
- Mis hermanos son más famosos de lo que pensaba -. Dejó escapar Ron, con una nota de fastidio en su voz. Siempre se había acomplejado por lo buenos que eran sus hermanos y lo sucedido con Vane y ahora esta chica le tenían la autoestima por el suelo.

- Muy bien ¿Y tú qué haces acá? -.

- Viktor me trajo -. Respondió ella y tomando de la mano al pelirrojo se lo presentó a Krum. - Viktor, él es Bill, del que tanto te he hablado -. La chica hizo un gesto pícaro ante el desconcierto del mayor de los Weasley - Bill, él es Viktor Krum, aunque ya debes conocerlo -.

- Sí... Es un placer -.

- Lo mismo digo. Margaret me ha hablado mucho sobre ti -. Replicó el extranjero, estrechándole la mano.

- ¿De verdad? -.

- Bueno, no me salvan la vida todos los días ¿NO? -. Dijo la muchacha. Ron ya no entendía nada de nada.

- ¿Y llegaron hace mucho tiempo? -

- No, recién. Aún no nos presentamos con todos en esta casa -. Granger se puso de pie. Se notaba algo enojada, pero lo disimulaba muy bien.

- Hermione Granger -. Dijo tensa, mientras le apretaba bastante fuerte la mano a la chica. - Es un gusto -. Entonces aparecieron desde la cocina los gemelos, Molly y Arthur.

- Esta es mi familia -. Declaró Bill. - Él es Fred -. Dijo señalando al chico que llevaba una pluma en la boca y que levantó la mano. - George - El otro pelirrojo saludó de beso en la mejilla a Margaret, para su sonrojo. - Arthur, mi padre -. El hombre calvo inclinó la cabeza.- Y mi adorada madre. Molly -.

- Es un placer -.

- A Ron y a Ginny ya los has visto -. Dijo el muchacho, indicando los sillones donde los dos menores hacían las tareas - Sólo me falta Charlie... ¿Dónde está? -.

- Fue algún lado con Agatha... Hablaban de unas salamandras -.

- Ella es Margaret... La chica que ayudé en las pirámides cuando se perdió ¿lo recuerdan? -.

- ¿La que casi se murió en una de las trampas antes de que fuéramos a visitarte? -. Apuntó Ron. La chica se sonrojó mucho.

- Sí... -. Armand lo halló muy divertido y sonrió ligeramente. Harry no le despegaba los ojos de encima...

- Ya es hora de cenar. Pasen por favor... Debes estar congelado, cariño -. Se dirigió a Viktor.

- Si... -. Y todos se fueron a cenar. Armand estaba un poco decaído y no comió casi nada. Molly le instó a alimentarse, pero él declinó elegantemente sus palabras, diciendo que no era su costumbre comer demasiado y que en caso alguno eso respondía a que no le agradara la mano de la matriarca Weasley.

- ¡Ya llegamos! -. Se anunció Agatha.

- ¡Y estamos muertos de hambre! -. Añadió Charlie, partiendo de inmediato al fogón para husmear entre las ollas. Molly le dio un manotazo.

- Pues se tardaron demasiado -. Dijo la señora Weasley, algo molesta por la mala educación de su hijo.

- Les tocará comer afuera, como los animalitos -. Se burló George.

- No hay lío -. Molly les alcanzó los platos y los chicos se dieron media vuelta. - ¿Y dices que Caín mató a tres él solo? -.

- Si... Ya lo conoces, está loco de atar... -.

Los días pasaron más rápido de lo que los muchachos hubiesen querido. Margaret también se añadió al grupo de estudio y resultó ser tan buena como Hermione y Raphael... Ron deseaba con todas sus ganas estar en la Madriguera. El aire de biblioteca lo estaba matando... Fred y George ya no estaban tan activos como siempre. Al parecer los sentimientos de Fred también afectaban al negocio, y Harry ya no podía ni dormir pensando en tantas cosas... Agatha siempre llevaba el broche, pero cuando hablaba con Remus casi siempre lo apagaba. El lupino estaba mucho mejor gracias a Severus Snape, y para alivio de muchos, el profesor no se apareció más... Estaba bastante ocupado con algunas cosas.

Severus:

Sé que hace mucho tiempo no intercambiamos correo por razones de seguridad, pero ahora me veo realmente precisado a escribirte. Es por mi hija. Me hallo francamente desesperado ya que no deseo que se quede conmigo por más tiempo... La amenaza de Voldemort se cierne sobre mi cabeza como sobre la tuya ha pendido durante todos estos años, y sé que muy pronto comenzará a buscarme... Igual que a ti. Severus, te lo ruego por todos los años de amistad que alguna vez nos unieron y por todas esas cosas que tuvimos que pasar... Protege a mi Justinne, habla con Dumbledore y pídele que le acepte como alumna de intercambio. Sus calificaciones son excelentes y se trata de una niña dulce y muy hábil... Lamento profundamente molestarte, pero es que sólo a ti confiaría la vida de mi hija sin vacilar... Severus, sé su guardián y protégela... Permite que la sangre de los Lioncurt siga fluyendo en esta tierra...

ATTE

Laurent de Lioncurt

Snape lo meditó por mucho tiempo antes de tomar su pluma y redactar la respuesta... Se trataba de la vida de un inocente más la que estaría a su cargo, y ya Dumbledore se lo había dicho... A regreso de las vacaciones de Navidad se esperaba una gran llegada de alumnos nuevos... ¿Cuántos podrían quedar en Slytherin? De seguro que uno de los que no quedaría sería el sobrino de Remus... Ese pendejo tenía la misma cara de Me las sé todas tan irritante que su tío adorado utilizaba en DAO cuando respondía las preguntas del maestro sin vacilación alguna... El Nido era enorme, pero habían entrado demasiados alumnos de primero y ya el espacio se le estaba haciendo escaso. De todas maneras... Si había algo que Severus siempre tuvo claro era que sus amigos eran dos; el primero era Lucius y el otro el muchachito Lioncurt... A ninguno de los dos les negaría un capricho jamás. Ya tenía la vida de Draco en sus manos y aunque había sufrido algunos accidentes gracias a los babosos de los maestros y a ese grupito de subnormales intelectuales conformado por Potter y compañía, sin duda no había padecido ni la mitad de lo que Severus había padecido a merced de James y Sirius Black...

- Si ella está apadrinada por ti no veo ningún inconveniente, Severus -. Replicó el Director Dumbledore con una curiosa expresión en su cara... Con sus ojos penetrantes Snape revisó cada arruga, cada pliegue de piel en busca de la razón de aquello.
Es... ¿Miedo?... Porque claramente no está preocupado, está asustado Era una mezcolanza tan grande de sensaciones que el profesor de Pociones temió sufrir un mareo si seguía escudriñando. - Mientras más jóvenes podamos guarecer bajo nuestro alero, mejor -.

- Muchas gracias -. Replicó Severus inclinando su cabeza y dejando el despacho entre su nube de telas negras... Como un cuervo levantando el vuelo deja plumas a su paso.

Si la primera carta fue corta, la respuesta fue aún más breve.

Laurent:

Envía a tu hija a Londres el día 12 de Enero. Debe hallarse en el Anden 9 3/4 a las 11 de la Mañana. Yo estaré esperándole en la entrada e la estación para evitar que arme algún lío... A ver si ha heredado todo del padre.

Severus Snape Profesor de Pociones Hogwarts

Fría y marcial como su esencia más profunda.

- Agatha... Toma. Te lo ha enviado tu hija -. Vane estaba de lo más tranquila buscando la manera de establecer un contacto más profundo y prolongado con Black, para ayudar a Potter. Lo del anillo le estaba dando vueltas, pero no se lo había entregado aún a su legítimo dueño por una sola razón: Su salud mental ya estaba demasiado frágil, y si de pronto iba y le entregaba ese anillo, sin duda se lanzaría a buscar a Bellatrix sin vacilaciones. La mujer miró a Armand y este sólo se dio media vuelta y se marchó.

Agatha:

Acá las cosas están complicándose un poco. Hace un par de días unos Death Eaters tuvieron el atrevimiento de invocar la Marca Tenebrosa, como en los Mundiales... Fui a investigar con un Inglés y casi perdí la vida... Fuimos salvados por dos franceses compañeros de Armand. Debes estar tranquila, porque obviamente yo salvé la vida. Pero yo no estoy en paz... Las personas que nos salvaron sacrificaron sus vidas para hacerlo... Eran dos Aurors, y tenían una hija que por mi imprudencia se ha quedado completamente sola. Su nombre es Danielle Le Grant... Hablé con Dumbledore y él ha aceptado su petición de ingresar a Hogwarts... Ahora la chica está a salvo, se ha quedado en Leaky Couldron desde el ataque, administrándose por mano propia. Te escribo y te cuento esto para que le prestes atención y le protejas. He investigado, y en Beauxbatons era una estudiante aventajada. Alguna vez hablé con ella y es de agradable trato... Quiero que le ayudes en lo que puedas, porque a la memoria de sus padres debes es mi vida.

Te amo mamá, y ahora más que nunca quisiera verte

Tu hija

Juliette.

Agatha buscó a Armand hasta que le halló, en el desván

- Disculpa; ¿Podrías decirme cuándo atacaron a mi hija? -. El muchacho le contempló un segundo, y luego respondió sin mirarle a los ojos.

- En Noviembre -.

- Ya veo... -.

- Juliette estuvo internada en un hospital un par de semanas, pero no te lo quiso contar antes para que no fueras a París a verla... Ella sabe que no puedes dejar este lugar... -. Vane recordó que fue justo en aquellos días en los que se robaron el veneno de Snape... No hubiera servido de mucho, de todas maneras.

- ¿Y qué más sabes de los padres de esta muchacha? -. Inquirió con calma, en tanto blandía la nota.

- Eran muy buenos Aurors, los conocía un poco nada más... -. Armand parecía un poco distante, hablando casi por inercia, las palabras salían de su boca de manera automática, como si se hubiera dedicado a memorizar esa respuesta durante días... - Murieron con honor, como deben morir los verdaderos seres humanos... -.

Sin embargo, esas no fueron las únicas cartas que hablaban de alumnos de Intercambio...

- ¿De cuántos estamos hablando, profesor? -. Inquirió la profesora McGonagall, sin poder creerlo aún. Los retratos también parecían desconcertados.

- De exactamente 13 alumnos nuevos -. Replicó, inmutable.

- Pero, jamás el intercambio había sido tan numeroso -.

- Y tan variado: Japón, Bélgica, Estados Unidos, Alemania, Francia, Brasil, Rusia y También... Escocia -. Recitó el anciano con su vista fija en Fawkes, que en ese momento acicalaba una de sus alas y gorjeaba de contento.- Tiene usted razón, se trata de mucha gente, pero para mí es algo que me halaga... Hogwarts es el lugar más seguro que existe para los jóvenes... Sólo espero que nadie quiera reclamar la vacante que dejaron los Gemelos Weasley... Peeves ha estado tan tranquilo... -.

- Deprimido, querrá decir -. Hizo notar la profesora con su agudeza característica. - Los echa mucho de menos -. Dumbledore observó a Minerva. Aunque no quisiera reconocerlo, la mujer también los extrañaba mucho.

- Procure no repetir eso -. Le advirtió el director. - Si los gemelos se enteran, seguramente desearán regresar -. Minerva tomó la carpeta con insignias doradas de Hogwarts sobre suave cuero negro y comenzó a leer en voz alta.

BLACK, MARGARET

- ¿Black? -. Dijo la profesora sin poderlo creer.

- Debe ser un alcance de apellidos -. Replicó Dumbledore, sin darle mucha importancia. Minerva se calmó con esa explicación.

BLOOM, LUCY

DE LIONCURT, JUSTINNE

DU PORTO, SAVRILE

DUNCAN, RURI

KADYARS, LYNN

GRIMALDI, SOFÍA

LE GRAND, DANIELLE

LUPIN, RAPHAEL

MC GREGOR, HEATHER

O'KEFEE SHANNON

SIDE, ALEXANDRA

URASHIMA, KENJI

N/A: no me falta ninguno, ¿verdad?. De lo contrario, mandar e-mail para corregir

- ... Y gracias a Dios, todos hablan perfectamente nuestro idioma -.

- La mayoría de estos niños son de padres ingleses -.

- Es natural. Ex alumnos que siempre consideraron este el lugar más seguro del planeta, más ahora que están huyendo -. Dijo enigmáticamente el anciano. Minerva siempre había tenido la sensación de que Albus sabía demasiado y que no lo decía sólo por las ganas que tenía de saber qué iba a pasar, sensación que ahora se intensificaba... Para su enojo.

- Los entiendo. Si yo me hallase en las mismas condiciones, también dejaría mis hijos en sus manos -.

- A veces me temo que me estiman demasiado Minerva... he llegado a cuestionarme si de verdad soy quienes ellos creen... -. Pesar en su voz y la misma expresión en su rostro que recibió a Snape.

- No deje que lo sucedido con Potter le haga dudar -. Intentó animarlo Minerva. - Sólo ha sido una cuestión de fortuna -.

- El pensar en las posibles consecuencias de ese pequeño error me ha arrebatado el sueño. No creo que sea cosa de fortuna nada más -. McGonagall se ruborizó... Al parecer no le tomaba real peso a la situación.

- Ya no hay tiempo para pensar en probabilidades, profesor Dumbledore... El sobrino de Remus... -. Minerva no despegaba sus ojos de la dichosa carpeta con los datos de los nuevos alumnos. ¿Cuántos serían una amenaza con el correr de los días?. Su mente lúcida y rápida había captado que varios de los que huían eran traidores a Lord Voldemort... O sólo sus víctimas... Personas que Lily salvó con su sacrificio... Con su magia, tal y como había salvado a su hijo... Ya no quería más pergaminos grises, no en su propia Casa... Cuando Severus se enteró de la muerte de los padres de Zabini, no pudo reprimir un gesto de frustración un su rostro... Flitwick lloró cuando el primer pergamino llegó... Ahora sólo les quedaba proteger a esos chicos, y rezar porque esa guerra estúpida no siguiera en la siguiente generación... Y en el fondo sabía que ese deseo era vano y vacío... No había mucho más que hacer... Sólo pedir al cielo... Sólo eso...

- Serán los últimos que entren en esta escuela -. Dijo por fin la mujer.

- No. Habrán muchos más, Minerva -. Aseveró Dumbledore.

- ¿Cree que el próximo año queden niños que puedan ingresar a esta escuela? ¿Cree que sus padres los envíen? ¿Podrán regresar los que salgan de aquí en el verano?-. Al fin sus dudas escapaban de lo más profundo de su pecho y se proyectaban...

- Me parece que no comprendes lo que intento explicarte... -. Y después pareció cambiar de idea. - De esta escuela no va a salir nadie -. McGonagall fue tomada por sorpresa.

- ¿Qué? -. Albus se puso de pie y se acercó al sillón. donde la profesora. Con dulzura posó una de sus huesudas manos sobre la diestra de Minerva...

Complicidad

Eso era algo más fuerte que la amistad o el amor... O cualquier cosa. Los dos eran invencibles. De una manera u otra, siempre que Albus era acosado por sus pensamientos, siempre que se ponía a meditar sobre lo que sucedería si él llegaba a morir, la idea de que ella estaría de pie lo reconfortaba. Minerva siempre estaría, ella no podría faltar... Ella era invencible, más fuerte que nadie. Ella siempre iba a estar para Harry y los demás, era casi la única persona en la que Potter confiaba ciegamente, porque ella jamás le había mentido, ella jamás había hecho nada reprobable... Muchas veces Albus deseó tener la fuerza y la claridad de McGonagall...

- Minerva, si algo llega a suceder, si por alguna razón mi final me alcanza... No permitirás que nadie deje este castillo, ni siquiera Harry Potter -. Soltó de una. La maestra no podía entender qué intentaba decirle en verdad... Porque había algo más...

- Si -. Respondió ella, aún sin comprender, con su frágil corazón a mil por hora... La sola posibilidad era horrible... No, no iba a pensar en ello, Dumbledore era invencible.