Lilyan Black: Lo lamento Sweetie, pero gracias por tomarte la molestia de registrarte, lo aprecio mucho.
Saliluri: No sabes cuánto me halaga que me dejaras tu opinión. Lo de Sevvy realmente me tenía preocupada. Intento mantener el espíritu de los personajes originales, pero siempre me ha costado un poco. Me reconforta mucho saber que lo estoy consiguiendo... ¿Dos días leyendo?... Me habían dicho que los capítulos eran largos, pero no pensé que fuese tanto . La historia tiene para mucho más; como lo has notado, se han incluido ya trece personajes más a la trama, y otros tres aguardan para llegar con sus revoluciones personales... Por ahora no hay mucho de Mortífagos, pero ya me redimiré... Me gustó mucho que pusieras eso de COJONUDO. Y por lo que noté, te agrada Agatha Vane... Esa mujer es un chiste, y guarda más sorpresas...
Me emocioné mucho al ver que habían más reviews; con lo que cuesta que acá lean el fic de uno... Hay demasiados. Gracias, es todo lo que puedo decir... Ojalá les hayan gustado los caps nuevos... Y trataré de hacer los que siguen más rápido... Si mis hombros dejan de doler y este tarro de pegarse cada vez que se le dé la gana ¬¬, será así. Ya los dejo. Un besito.
Atte Thomas McKellen ££££££££££££££££££££
Dedicado al Nikokari: Te quiero un montón
18.
Túnicas, Hechizos, Espadas, Varitas, Pupitres, Mapas, Anillos... -----------------------------------------------------------------
Y una Motocicleta.
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Lynn Kadyars no pudo dormir demasiado aquella noche. De repente se había acordado que ya estaba con una detención y que su Jefe de Casa era ni más ni menos que Severus Snape, ex - Death Eater y compañero de sus padres en su época de juventud... Malfoy no había dejado de mirarla con odio y rencor... Las vacaciones para ambos habían sido lo peor de sus vidas... Por lo menos estaba con Alexandra y eso era bastante... No se sentiría sola para nada de nada...
Harry tampoco había podido dormir... ¿Qué era lo que se proponía Dumbledore cuando le dijo eso?...
- Otra vez te quedarás en pie? -. Le inquirió Ron Weasley, desde las sombras de su cama. El pelirrojo se puso de pie y se acercó a su compañero, sentándose con él en el alféizar. - ¿Qué piensas tanto? -.
- Lo mucho que todos hemos cambiado en estos años... No lo sé... Quisiera saber cómo llegamos a esto -. Susurró Harry.
- ¿Quieres que vayamos a otra parte para hablar en paz? -.
- Sino te molesta... -. Los chicos se vistieron y se taparon con la túnica invisible. Quince minutos más tarde estaban en la Torre de Astronomía, sin ningún contratiempo.
- Tienes razón. Hemos cambiado mucho... Pero es porque nos han ocurrido cosas extraordinarias... Sobretodo a ti -.
- Lo que yo quiero saber es a dónde llegaremos... ¿Cuándo esto se va a terminar? -.
- A veces yo también quisiera saberlo... -.
- ¿Alguna vez... Has tenido ganas de... -. Potter consideraba hasta ofensivo hacer la pregunta. - Bueno, ¿Has tenido alguna vez ganas de no haberme conocido? ¿Te has arrepentido de ser mi amigo? -. Ron sonrió, un poco ofendido y sorprendido.
- Me arrepiento tanto como tú te arrepientes de no ser Slyhterin -. Respondió con ironía. Potter sonrió. Eso era lo que echaba en falta...
- ¿Qué nos pasa?... ¿Cuándo dejamos de ser camaradas? -.
- Nunca -. Replicó Weasley fijando sus ojos claros en los de su compañero. - Es sólo que nos olvidamos de eso a veces... Harry, disculpa si alguna vez me he comportado de manera grosera y me he alejado de ti... -.
- No digas eso. Los dos nos hemos alejado el uno del otro, no necesitamos disculparnos por ello... Si alguien quiere disculparse, soy yo, por excluirte a ti y a Hermione de lo que me pasa -.
- ¿Notas que parecemos novios hablando de esta manera? -. Comentó el pelirrojo.
- ¿Cuándo te casas conmigo? -. Le siguió el juego y le tomó las manos.
- Ay... No sé... ¿Ahora? -. Los dos rieron, un tanto nerviosos. Necesitaban hablar... Se habían alejado mucho, era verdad.
- Pobre Hermione... -. Dijo Potter.
- Yo no veo que ella sufra mucho... -.
- Ese es el problema contigo, Weasley... No quieres admitir lo que sientes por ella -. Ron le quedó mirando con una expresión estúpida.
- Ella es mi amiga nada más... -.
- Si claro, y yo soy un Death Eater -. Rebatió el moreno con un gesto de enojo. - No quieres ver la verdad... -.
- Está bien, me atrapaste. Pero es que... No sé cómo tengo que hacerlo... -.
- Yo no entiendo a las mujeres, pero puedo darte un consejo. No seas tan Pendejo. De lo contrario, empezará a mirar a otro lado -.
- Ya lo está haciendo... -. Derrota y pena en su voz.
- El tenerte lástima no va a ayudarte -.
- Pero... ¿Es que le has visto?. Cada vez que está cerca de Lupin se pone tonta, babea... -.
- Babeaba por Gilderoy Lockhart también ¿lo recuerdas?. Siempre buscas una excusa para echarte atrás... Piensa Ron... Piensa por Dios. Tú no eres un tonto... Demuéstralo -. Weasley jamás había escuchado a Harry hablar de esa manera. Se hallaba un poco atontado.
Otro que no podía descansar era Draco, y la causa; remordimientos de consciencia. Blaise no había ido a la cena en el Gran Salón... Estaba tirado en su cama del dormitorio común, mirando el techo sin otro propósito que gastar tiempo. Malfoy hizo traer algunas cosas de comer y les ordenó a sus gorilas que no entraran en el cuatro hasta que él se los dijera. La habitación tenía las luces apagadas, por lo que Draco conjuró una pequeña llama para encender la vela de su palmatoria. - Blaise... -. El moreno no reparó en el cabello de colores de su compañero. Sencillamente se dio la media vuelta e intentó ignorarlo. Malfoy se sentó en la orilla del lecho y le puso una mano en las caderas...
- Ya Malfoy... Déjame en paz, no quiero hablar con nadie. No necesito que me miren con lástima -. ¿Lástima?...
- Yo no necesito tenerte lástima... Es todo lo contrario... Me siento culpable por lo que le pasó a tu familia... -. Si se lo hubieran contado no lo hubiera creído... Un Malfoy sintiéndose culpable...
- ¿Culpable? -. Dulce extrañeza en los ojos verde Nilo de Zabini.
- Lo lamento... -. Tristeza en el gris mirar de Draco.
- No tienes nada por qué disculparte, en serio. Lo que haga tu padre o lo que no haga no es tu problema... -. Replicó el joven, demostrando madurez... -.
- Yo no quiero que dejes de ser mi amigo... -. Draco en serio parecía angustiado por la perspectiva.
- No tengo razones -. Replicó en muchacho con seguridad. - De veras Draco... Ya no te acerques a mí, quiero estar solo por ahora... Hasta que pueda sanar mis heridas, hasta que pueda estar en paz... -. Hasta que pueda mirarte a la cara sin deseos de hacerte pagar por mi familia... Hasta que pueda saber qué haré con mi vida ahora que estoy completamente solo Se dijo el moreno mientras se daba la vuelta y movía sus caderas para que su compañero entendiera que no quería ningún contacto con él. Blaise no tenía más familia que sus padres... Durante todas las vacaciones los profesores se acercaban a él para decirle lo mucho que lo lamentaban... Los únicos que le habían tratado de otra manera eran Snape y Vane. Severus, contra todo lo que podría esperarse de él, lo abrazó por un par de segundos y no dijo nada: Agatha, en tanto le dijo que no era momento de llorar, que para eso estaban los funerales y que de ahora en adelante tenía las riendas de su vida para hacer lo que deseara...
- Y si quieres venganza estaré ahí... Cuenta conmigo para lo que sea que necesites... Así se trate de un Avada Kedavra para acabar con tu pena definitivamente... Te confieso que yo a veces he estado a punto de pedírselo a Severus... -. Blaise no entendía el corazón de su profesora hasta que ella le dijo eso... ¿Qué habría vivido ella como para decir algo así?. De seguro algo como lo que él estaba pasando, sólo eso explicaba su odio por Draco. El chico de pelo rosa salió de su cuarto completamente derrotado... Blaise también se atrevía a rechazarle, como todo el mundo.
Esa noche Draco se fumó dos cajetillas completas(Fue una maña que se le pegó de su madre durante las vacaciones de Navidad) de cigarrillos mentolados. Llevaba en realidad muchos años sin sentirse tan mal por el dolor de otro ser humano. Blaise lo era todo para él, comenzando por ser su única compañía lo bastante culta como para mantener una larga conversación sobre arte o sobre música. Las vacaciones fueron terribles, Malfoy quería a toda costa volver a su rutina pero aquellas muertes nunca debieron acontecer... ¡Qué ganas tenía de estar cerca de su padre para reprocharle esto!... No, no conseguiría nada con ello... Lucius jamás resucitaría a los padres Muggles de Zabini, ya nada era igual. Sentado en un butacón cerca de una ventanal para observar la nieve de Hogwarts en la luna menguante, Malfoy se llevó nuevamente las manos al pecho y tomó su medallón, ese que le regaló su padre... Su padre. ¿Quién era en el fondo Lucius Malfoy?; ni siquiera Severus Snape podría darle una respuesta completa...
No es la primera vez que mi padre me aleja de alguien a quien quiero demasiado... Sus ojos estaban fijos en el medallón Sólo espero que no se atreva a arrebatarme de tu lado, eres lo último que me va quedando...
Por razones obvias, Lynn, Alexandra, Savrile y Shannon O'Keefe quedaron en la misma habitación...
Lynn fue la primera en levantarse(de más está decir que sólo pudo dormir unas dos horas) Alexandra también se desperezó.
- ¿Qué haces a esta hora despierta? -.
- Nada en especial. Sólo voy a conocer bien el castillo... -. Replicó la muchacha calzándose sus zapatos negros. - Quiero estirar un poco las piernas y estar lo más lejos posible de Draco Malfoy -.
- Espera un poco. Yo voy a acompañarte... Sé perfectamente que causarás un caos y quiero ver si te ayudo en algo -.
- Esa es mi amiga -. Le celebra la muchacha, con su más maliciosa mirada.
Las Mesas de las Cuatro Casas están mucho más animadas que en meses anteriores. Muchos estaban en parte muy tranquilos, porque sus familias hallábanse a salvo y a la vez los invadía la angustia de un nuevo período lejos de ellos. Blaise tuvo ganas de ir a comer y se sentó al lado de Draco, tan sigiloso y calmo como un gato negro. En la Mesa Alta, Minerva miraba con aprehensión a Albus... El director no se veía muy descansado que digamos, pero no quiso hablar al respecto. Agatha se calló sus conclusiones.
- ¡Qué emoción! -. Dijo la (Ahora) pelirroja cuando le ponía un poco de manjar a su croissant - Hoy los chicos serán evaluados en mi clase con una prueba... -. Snape le miró como si tuviera enfrente un venusino... ¿Quién podría estar alegre por hacer clases con un grupo de mocosos insolentes e ignorantes de las leyes elementales del comportamiento civilizado... A él le tocaba darles clases a los de quinto año... Los dos Weasley el mismo día... Por lo menos ya no estaba a cargo de los gemelos... Un par de experimentos genéticos de la naturaleza... Sus notas en pociones eran muy altas; sin embargo se daban el lujo de no hacer la tarea pendiente o empezar a cambiarle sus ingredientes esenciales, sólo para ver cómo resultaba la cosa...
Harry Potter comía con avidez y Hermione apenas sí aguantaba sus nervios.
- Ya deja de pensar en lo que pueda hacer esa profesora -. Le recomendó Margaret cuando Granger abría otro libro de DAO. - Sólo relájate. Tal vez sólo nos ponga adelante y nos haga una pregunta.
- Ojalá sea así... Yo no tengo muchas ganas de hacer algo hoy -. Comentó el chico de la cicatriz.
- Ya estoy cansado de todo... -. Interrumpió Raphael, llegando recién. Su mochila cayó con pesadez sobre el asiento a su lado.
- ¿Qué te pasó? -. Inquirió Black, sin prestarle demasiada atención.
- Nada... Unas chicas me han venido siguiendo desde que salí del dormitorio... Mira, ahí vienen, como si nada -. Efectivamente, tres chicas de cuarto año se aparecían, lanzando miradas furtivas hacia el puesto de Lupin. - Granger, ¿Qué tan bueno es el nivel de Agatha Vane? Me refiero a si te agrada su manera de dar la clase -.
- Bueno... Es un poco cambiante en el ritmo, pero... Por lo general suele exponer sus ideas claramente y es bastante exigente en cuanto al nivel de los trabajos que deben entregársele -.
- Espero que no me decepcione... -. La sangre sucia estaba roja y le temblaban las rodillas bajo la túnica. Ron sólo quería desaparecer. Kenji Urashima llegó unos minutos después, pero no se sentó hasta que halló a Lynn y a Alexandra y las saludó a gritos desde la mesa de Gryffindor.
- ¡Buenos días Kadyars-Samma, Side-Samma! -. Las dos chicas lo saludaron de buen talante.
- ¡Buenos días Urashima! -. Respondieron las muchachas a coro.
- Pobre! -. Murmuró Lynn. - Es tan agradable que realmente me da un poco de pena que quede en medio de todo -.
- Yo también lo siento, pero no podemos hacer nada por evitarlo ya -. Susurró Alexandra en tono irónico. Realmente quería ver la reacción de los demás cuando el desastre comenzara.
- Harry... -. Era Samantha Shrewd quien se sentaba en la mesa de Gryffindor. - Quiero saber cuándo podremos reunirnos nuevamente -.
- Aún no le he pensado... Pero definitivamente no será esta semana -. Su tono de voz era cortante. - Luego veremos... La fecha de nuestra cita -. Sam parecía tan desconcertada y asustada que daba la impresión de haber metido las patas. ¿Cita? ¿Qué rayos estaba diciendo Potter?... Sus amigos parecían tan desconcertados como la Ravenclaw, que se marchó sin emitir comentario alguno. Black le miraba acusadoramente.
- ¿Qué sucede? ¿Acaso no puedo tener una novia de otra casa? -. Nadie parecía entender su juego, pero no fue necesario seguir fingiendo. En ese mismo momento llegó el correo. Una bonita lechuza con plumas de color canela se acercó a Margaret con timidez. Llevaba atada una carta cuyo sobre llevaba unos colores que Ron reconoció al instante.
- EY! ¡Lleva las insignias del Puddlemere United! -.
- ¡Cierra la bocota Weasley! -. Le insultó Margaret, ya de pésimo humor. Lo último que le faltaba ahora era que toda la mesa se enterara de sus conexiones con el Quidditch. Como Harry estaba al lado de la muchacha, alcanzó a leer el nombre del remitente.
- ¿Qué?... Margaret ¿En serio lo conoces? -. Los demás querían mirar, pero de inmediato la muchacha se metió el sobre dentro de la túnica y los amenazó con sus ojos azules. Efectivamente la carta venía de los cuarteles del Puddlemere United y el remitente era ni más ni menos que OLIVER WOOD.
- Mi niña linda...! -. Dijo Agatha cuando miró el primer sobre que llegó a su mesa. Snape estaba ahuyentando a las lechuzas para que no le echaran a perder el desayuno, y McGonagall observaba muy seria el lío de cartas que le llegaron ese día...
- ¿Puedes dar orden de recibir tus mensajes en tu despacho Agatha Vane? -.
- Regálame a Corvus y asunto solucionado -. Ni como llamado por el destino, Corvus apareció rebatiendo majestuosamente sus alas negras para dejarle a su amo una carta de los Lioncurt.
- Hablando de aves que perturban el desayuno ajeno... -. Comentó irónicamente la maestra. La mujer tomó la segunda carta casi sin darle importancia. Seguramente se trataba de Apolus pidiendo noticias de su maridito... Como buen chico que se queda en casa, la pareja de Thomas estaba hirviendo de celos ante la perspectiva de que McKellen y Snape estaban peligrosamente cerca...- ¡No puedo creerlo! -. Dijo la maestra de repente... Severus le quedó mirando pero ella no le dijo nada... Pensaba que después de tantos años él estaría muerto, como se suponía que debería estarlo su primo...
UTHER GREEN
Pensé que yo era la única que había vuelto de su tumba... Pero la especie parecía multiplicarse y salir a la luz de manera peligrosa... Con dedos nerviosos la profesora desgarró el sobre y se puso de tal manera que Snape no pudiese leer lo que le habían escrito.
Señorita Vane:
Sé que está de vuelta en Hogwarts... Sólo quería informarle que me encontraba acá en Londres por si necesita alguna cosa.
Atte
Uther Green
Y era todo...
- Ya es la hora de que avancemos hacia nuestras clases respectivas -. Anunció la maestra McGonagall con voz severa. Vane fue la primera en parase y salir hacia su sala, pues tenía que afinar los últimos detalles y ponerse de acuerdo con su ayudante... Pero antes de irse dirigió una mirada nostálgica a las mesas de Slytherin y Gryffindor... Cuando ella tenía once años e ingresó por primera vez en aquel salón lo último que se hubiera imaginado era que Hogwarts se convertiría en la columna vertebral de toda su vida y que cada cosa que hiciera dentro de esas paredes de piedra determinaría su destino hasta ese mismo día... Ya era muy vieja y aún así todo llevaba el sello de las casas de Gryffindor y Slytherin... Vane miró a Potter brevemente y le sonrió... A donde fuera que los condujera ese capricho eterno que llamamos destino, ellos sabrían siempre que Hogwarts era lo último que les iba a quedar... Tal y como a Severus le había pasado.
Pobre Agatha; si se hubiera quedado sólo un par de minutos más en la Mesa Alta, se le hubiera iluminado el día.
Lo primero que pasó fue que una especie de humo envolvía a los chicos de Gryffindor de pies a cabeza. Los profesores no le prestaron mucha atención a este evento, ya que era muy común que los alumnos se pusieran a ensayar transformaciones en la mitad del desayuno... Sin embargo, cuando el humo se disipó fue más que obvio que eso no era un sencillo accidente...
Los alumnos de primero se observaron los unos a los otros, horrorizados y los de séptimo estaban furiosos. Las preciosas y severas túnicas negras de la casa de los leones habían sido por completo modificadas. Ahora eran de color verde botella, y no sólo eso... Los zapatos de los chicos habían crecido de manera alarmante, como si fueran las chanclas de un payaso y lo más humillante sin duda era la insignia... ¿Recuerdan "El Principito", de Antoine de Saint-Exupery?, Pues bien... Para ninguno de los muchachos Muggles y nacidos Muggle era desconocido el dibujo de la serpiente que se había comido un elefante... Por eso estaban más enojados. La insignia de su Casa Orgullosa y magnífica había desaparecido por completo, siendo reemplazada por un símbolo bastante más artesanal, pero muy gracioso sin duda alguna. Los adornos del león desaparecieron por completo, las pumas y la celada del caballero no estaban. Todo se había reducido a un descomunal blasón con los colores de Slytherin y una ilustración humorística; Una descomunal serpiente que sin duda se había comido un león, puesto que parte de su cuerpo había tomado la silueta del felino, como el dibujo del elefante y la serpiente. La insignia tenía movimiento y la serpiente se relamía de gusto en tanto el león se movía de un lado a otro intentando escapar... Sin éxito por supuesto. Y la leyenda, en vez de rezar GRYFFINDOR, decía WELCOME TO GRYFFIELAND. Si los alumnos de la casa del león pensaron que la broma no podía ser más humillante, los Slytherins se habían quedado callados y los de Raven y Hufflepuff estallaban en carcajadas burlescas... Si a eso añadimos que en su espalda la insignia de broma era enorme y se veía con claridad y que las túnicas verdes llevaban también una hechizo de presencia permanente o algo por el estilo, los chicos y sobre todo la Profesora Minerva McGonagall, querían hallar al culpable y hervirlo en aceite antes de que pudiera vanagloriarse de lo hecho. Las serpientes continuaban en religioso silencio, realmente atónitas por lo pasado. Era desde todo punto de vista obvio que uno de los suyos debió hacer esa broma, lo que se justificaba por el color de las túnicas y las insignias de la Casa Ron y Hermione comprobaron con espanto que sus insignias de prefectos tenían escritos insultos hacia sus dueños. Harry Potter miraba a Draco Malfoy, quien se veía tan sorprendido como él y Ginny no podía creer que Kenji suspirara de alivio al notar sus parches de dibujos animados intactos, en vez de hallarse tan furioso como ella y los demás. Margaret Black y Raphael Lupin buscaban la cara culpable con ojo clínico y Los de sexto peleaban con sus ropas y zapatos para despojárselos; preferían mil veces ir desnudos a dar la clase de Defensa que llevar semejante insulto encima. Luna Lovegood y Samantha Shrewd conjuraban maldiciones para el responsable y Hannah estaba tan triste que nadie se atrevió a hacer algún comentario sobre su nueva túnica verde botella.
Lynn Kadyars era ya incapaz de aguantarse la carcajada, pero el mutismo de sus compañeros era un punto en contra, así que optó por lo más sano; levantarse, salir del salón y partirse de risa en alguna parte alejada de los pasillos... Con calma y una carita de inocente que hubiese engañado a cualquiera, la joven se levantó. Snape y McGonagall no le despegaban los ojos de encima... Uno matado de risa, pero mucho más recatado en sus reacciones y la otra segura de que ella había sido la culpable. Ya cuando salía del salón la joven perdió su batalla contra la risa culpable y empezó a reírse y por supuesto a burlarse...
- ¡Cómo hubiera deseado perpetuar este momento... -.
- KADYARS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! -. La voz de la maestra de Transformaciones impuso el silencio total entre los de Ravenclaw y los de Hufflepuff que aún se reían... Severus se llevó una mano a la frente, porque las sienes ya empezaban a latirle...
- ¿Sí profesora? -. La ironía de Lynn era insultante. - ¿Qué desea? -.
- ¡Está castigada! -.
- Disculpe, pero usted no tiene razones para castigarme -. Replicó la muchacha con soltura y calma histriónicas. Todos los alumnos le miraban y nadie tenía dudas sobre su culpabilidad.
- Eso lo veremos más tarde... Por ahora quítele a mis alumnos lo que sea que les haya puesto -.
- ¿YO?... Pero si yo no sé qué es lo que llevan encima... Más allá de una ropa de broma muy buena por cierto... -.
- Profesora McGonagall -. Intervino Severus Snape con voz melosa. - Lo que la alumna Kadyars dice es cierto. Usted no tiene prueba alguna de que haya sido la responsable -.
- Eso, está por verse, profesor Snape -. Repuso la mujer con frialdad. - Flitwick sin duda logrará averiguar el origen de este encantamiento y entonces... Le juro que le arrebataré a su casa 100 puntos de manera automática -. Murmullos y protestas se dejaron escuchar desde la mesa de la presunta culpable. - Luego de su próxima clase le espero en la sala de Profesores, Señorita Kadyars, y a usted también, profesor Snape -. Severus estaba lívido de enojo, pero a él tampoco le cabía duda de que esa muchachita era la responsable... Mucho más considerando la reputación de sus padres dentro de los círculos oscuros...
En el salón de DAO mientras tanto, se afinaban los últimos detalles para el comienzo de trimestre.
- ¿Y piensas que nos daremos abasto para tanto mocoso? -. Inquirió despectivamente Thomas... Obviamente aquella era una pregunta retórica.
- No te atrevas a pensar de esa manera, querido... Los chicos de esta escuela son la cosa más deliciosa y más impredecible del planeta, excepto quizás, nuestro amado Severus... -. Replicó con calma, mientras se pintaba con kohol algunos símbolos extraños en la cara y cambiaba el color de su cabello.
- ¿Nuevamente es ese jueguito Agatha?... ¿No crees que es un pelín peligroso? -.
- Hay que arriesgarse. Black está peleando para volver y si está contactándose conmigo es porque yo puedo ayudarlo y nadie más... Después de todo, regresé del maldito infierno ¿No?... De seguro Sirius ya se aburrió de broncearse y desea un poco de nieve... -.
- Pero ya, fuera de joda... -. Dijo el joven seriamente, en tanto acomodaba algunos pupitres de manera que quedaran en la posición predeterminada por ellos dos en la noche anterior. - Lo que intentas es casi suicida... Si lo haces mal, no creo que Paddy quiera recibirte en el Más Allá... Agatha, temo por ti, no me gustaría perder a mi mejor amiga, a mi "prima regalona" -. Susurró Thomas en su oído, las manos posadas sobre los hombros de la mujer. - Tú eres parte de mi familia... -.
- EY!.... No me voy a la guerra -. Le cortó de golpe Vane. Estaba bastante sonrojada, porque esa no era costumbre ni de ella ni de Thomas... - Son sólo algunos símbolos de convocación... Hallaré a Sirius donde sea que esté y te juro que seguiré en esta tierra... Tengo demasiadas cosas por hacer, además... Aún no he besado a Severus como yo quiero y ni loca dejaría que un simple hechizo y una conexión astral me arrebaten aquella posibilidad -. McKellen le miró completamente exasperado... Cuando tenía ganas, Agatha podía ser la mina más empelotante del planeta... Si hubiera sido hombre se hubiera quedado con ella...
- Ya -. Dijo la mujer observando su reloj, para luego hacer un movimiento de su varita y cerrar las contraventanas del salón. La obscuridad fue casi total e instantánea. - Los chicos ya empezarán a llegar y la sala está preparada. Sólo nos queda esperar -.
Luego del numerito de la mesa de Gryffindor, los alumnos iban más que furiosos a la clase de DAO. A Potter le molestaba un poco su cicatriz, pero no era ninguna sensación que no fuese crónica... Sólo eso le recordaba todo lo que tenía qué hacer. Raphael iba con una cara que daba miedo, en tanto Margaret sólo quería encontrar un lugar seguro para poder leer su carta. Ron iba al lado de Granger, y en medio del camino le ofreció una rana de chocolate. La joven se puso roja y no supo qué decir, la pillaron muy de sorpresa. Finalmente aceptó y Potter notó que a Raphael el tema no le hacía mucha gracia, pero con una calma magistral, el muchacho se guardó sus sentimientos y sólo se limitó a seguir con su libro. Si Weasley quería guerra, la iba a tener, pero obviamente regalar ranas de chocolate no era su estilo de acercarse a una chica. Las chicas de las otras casas pasaban por el lado de Lupin haciendo todo tipo de comentarios. Resultaba que hasta con la humillante bromita se veía guapo. Ya el joven se estaba comenzando a apestar.
- ¿Cómo soportas que todo el mundo te mire raro y hable tonterías de ti? -. Le preguntó a Harry bastante fastidiado, mientras subían las escaleras.
- Verás, eso requiere años de práctica en el arte de ignorar al resto del mundo... Pero por lo menos a ti te dicen cosas agradables -. Apuntó con agudeza. Si obviábamos el cupido y el poema de "Los ojos verdes como un sapo en escabeche", nadie jamás había comentado cerca de él que era apuesto, bueno, no como lo hacían las muchachas cerca de Raphael... Pero bueno Harry ¿Desde cuándo a ti te preocupa tanto que haya un chico guapo a tu lado?.... O sea, ¿desde cuándo te preocupas porque los demás te encuentren guapo?... Dijo la archiconocida vocecita en su cabeza, con el timbre de Hermione Tú tienes mil atributos mejores... Te han llamado uno de los mejores estudiantes de DAO durante tu generación, sacaste MHB más que honorables, tienes muchos amigos y eres un líder innato... ¿Para qué ser más popular, si por lo de Voldemort ya tienes suficiente fama?.... Creo que de veras tienes aires de estrellato en esa cabecita hueca tuya Esa vocecita era lo único sincero en la cabeza de Harry desde la muerte de PadFoot. Samantha y Luna alcanzaron al grupo. Ellas también llevaban las túnicas y la serpiente que se comía un cuervo en la espalda.
- Tenemos que matar a esa Kadyars... -. Comentó Shrewd mirando de reojo al compacto grupo de Slytherins que rodeaba a Lynn. Las serpientes verían como una ofensa que una de los suyos fuera ajusticiada, por ello, aunque no les caía bien la nueva, todos se propusieron cuidarla (Además, consideraban la broma algo realmente digno de una foto). Era una tensión que se respiraba en la fila... Potter sin querer fijó sus ojos en los de Draco y notó algo muy raro... El muchacho parecía muy triste... Por desgracia aquello no podía comentarlo con nadie. Por otro lado Blaise iba de lo más divertido riéndose de algo que nadie pudo ver qué era... De todas maneras, Potter intentaría hablar con él, había pensado en las habilidades del muchacho y tenía una idea que le rondaba en la cabeza desde el día anterior.
-¿Y piensas que van a caer con ese disfraz? -.
- EH! Más respeto con mi uniforme de asesina, mira que a Tío Voldi le costó un mundo diseñarlo -. Dijo Agatha, en tanto Thomas se partía de risa y contemplaba cómo la mujer se acomodaba la máscara de Mortífaga. - Te apuesto que al menos cuatro corren a perderse tras los pupitres -.
- No lo sé... -.
- Antes que nada tratamos con adolescentes, no con la Liga de la Justicia Muggle, mon amour -. Empezó a explicar Vane. - Varios entrarán en pánico nada más notar que las cosas no van como deben ir. El miedo, queridito, es el sentimiento más difícil de anular para un ser humano, y a la vez es uno de los que te deja más vulnerable para el ataque enemigo... He aprendido durante años a manipular el peor miedo de cada ser humano, sin importar quién sea... El encuentro sorpresivo con la muerte -.
- Como lo cuentas, das miedo -. Vane se levantó la máscara y sonrió.
- Gracias. Considerando que yo no peleaba con nadie aparte de Snivellius... -. McKellen se calló el comentario de que la profesora se veía mucho más pequeña de lo normal con esa túnicia, y pidió al señor que no se la fuera a pisar y toda la obra se fuera al cuerno. Él también se puso la más cara de Death Eater y lego usó su hechizo desilusionador... Era mejor ir prevenido por si alguien usaba el contrahechizo.
