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Túnicas, Hechizos, Espadas, Varitas, Pupitres, Mapas, Anillos...
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Y una Motocicleta.
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III (Lo sé, pero juro que termino acá)
El resto de la clase fue un lío total. Blaise se veía muy descompuesto. Al parecer Agatha no había reparado en que había dos chicos en su clase que recientemente habían perdido a sus padres y que al ver las máscaras de Death Eaters, sencillamente entrarían en pánico… Los muchachos nuevos pasaron al frente y Vane les hizo exhibir sus Patronus a los que supieran hacerlo. Por decir lo menos, fueron IMPRESIONANTES… Agatha estaba tan entusiasmada por las aptitudes de Kadyars y LeGrand que les obsequió 50 puntos a cada una…
- De haberlo sabido, yo también hubiera bajado mi katana -. Se quejó Black.
- Antes de que se vayan… ¿Alguien me podría explicar por qué lo de Gryffindor llevan esa risita túnica verde? -. Nadie le respondió, pero todos los ojos se volcaron hacía Kadyars por alguna razón…
Al bajar las escaleras para la clase de Pociones, los chicos fueron comentando lo sucedido.
- Sencillamente no puedo creer lo que nos hizo -. Comentó Margaret, bastante molesta. – Ni siquiera pasamos con ella las técnicas del duelo y miren cómo nos recibió… -.
- Debo decir que a pesar de todo, la mujer es muy buena actriz, logró asustarme -. Confesó Raphael.
- Sí -. Admitió Harry. – Nunca puedes fiarte completamente de Agatha -. La que lejos parecía más molesta era Hermione. No podía entender cómo el Director había permitido algo así… No, seguramente él no tenía idea de lo que Vane se proponía.
- ¿Adónde vas? -. Le preguntó Ron con voz trémula… Al pobrecito aún le temblaban las rodillas luego de ver el Patronus de Lupin… Ni más ni menos que una gran Acromántula.
- Tranquilo. Sólo voy a hablar con la Profesora McGonagall -. Replicó.
- ¿Deseas que te acompañe? -. Se ofreció Raphael.
- No, muchas gracias. No me agradaría que alguien se metiera en líos por mi causa -. Y se fue, sin decir nada más. Los muchachos no dijeron nada más. La batalla y el susto les habían dejado un gran vacío en el estómago y Snape aguardaba…
En tanto, Lynn Kadyars se quedaba atrás, para hablar con su profesora, quien se lo había pedido.
- ¿De dónde sacaste esa espada mujer? -.
- Verá, profesora, es una vieja amiga mía… Mi ángel de la Guarda… -.
- Ya veo, al igual que mi fiel daga… -. Agatha echó a andar.
- ¿A dónde se dirige, profesora? -.
- Voy a la Sala de Maestros… No sé por qué presiento que tendré líos con la McGonagall -. Por supuesto que la mujer había notado cómo Granger se separaba de su grupo y se dirigía al despacho de la jefa de Gryffindor.
- Pues… Le acompaño -.
- ¿Para qué? -. Lynn se sorprendió de la extrañeza de Vane.
- ¿No lo sabe? -.
-¿Saber qué? -.
- Lo de la broma… Vamos… -. La chica pensaba que su profesora se estaba burlando. – Lo de las túnicas… -.
- Ah! ¿Eso?, ¿Es que fue una broma? ¿Y tuya? -. La maestra se tomó algunos segundos para entender. – Ya veo… -.
- Sí -.
- Bueno, vamos… -.
Algunos minutos después, Las dos chicas se hallaban en el salón de profesores. Agatha le dio una palmadita en la espalda a Kadyars antes de desplazarse hacia el fondo de la sala y servirse un café en su tazón regalón. Snape llegó un poco después, y tras él… Minerva, pero no venía sola.
- Hermione -.Susurró la (Ahora) trigueña.
- Profesor Flitwick, le pido por favor que se encargue de la señorita Kadyars, La profesora Vane y yo debemos conversar sobre un asunto muy particular -. Pero Agatha no se intimidó por las miradas asesinas que la anciana le lanzaba. Granger la miró con enojo, pero luego cambió la expresión de su rostro. El tiro le iba a salir por la culata…
- Yo no tengo inconveniente alguno en que se trate el asunto delante de todos los maestros -. Dijo, sentándose tan calmada en una silla y apoyando el tazón sobre la mesa. El Jefe de Ravenclaw se limitó a hacer un "Prior Incantatem" para ver si la Slytherin era o no culpable, Severus seguía las dos situaciones con bastante curiosidad y Sprout parecía notar que iba para pelea.
- ¿Qué sucede, profesora? -. Insistió la profesora de DAO, con insolencia. La situación le empezaba a incomodar un poco.
- La señorita Granger me ha comentado que para tomarles un examen de principio de trimestre no ha hallado nada mejor que disfrazarse de Mortífaga, sumir a los chicos en la oscuridad total y aterrorizarlos para ver si la atacaban -. Severus hizo un gesto como queriendo decir "Se te pasó la mano…" – Me parece que esa no es una buena técnica de enseñanza. Debo recordarle que no se halla dando un seminario para Aurors… -.
- Creo que no debería cuestionar mis métodos de instrucción, ya que yo no le hago mal a nadie… -.
- Se ha atrevido a poner en peligro a los alumnos de mi casa, y eso no se lo voy a permitir -. Lynn se hallaba muy interesada en la discusión y no podía evitar mirar a la Gryffindor con enojo… Era una soplona de primera.
- Muy bien, entonces la casa de Gryffindor sólo recibirá clases teóricas, para que los Death Eaters se entrenen con ellos y así agradar a Su Señor Oscuro -. La ligereza con que tocaba el tema era sencillamente escandalosa. – No sé si recuerda a un Gryffindor hace muchos años atrás, era un muchacho casi igual a Granger… Se llamaba Phillipe Solaris… Se graduó de Hogwarts y no fue capaz de defender su propia vida… Lo recuerda ¿no? -. Minerva había empalidecido de golpe… Era imposible que lo olvidara… Fue un asesinato brutal, sus padres quedaron destrozados… Las buenas calificaciones no le habían servido de nada - Yo no veo esto como sacar un libro, copiar tal cosa y seguir con nuestras vidas… Albus está de acuerdo conmigo y nunca ha puesto reparos cuando yo le propongo alguna idea… Ahora no necesitamos gente que conozca la teoría, los chicos ya están bastante grandes como para saber que hay riesgos fuera de estas paredes y que deberán enfrentarlos tarde o temprano… Prefiero mil veces que un chico se accidente en mis clases y más adelante sea capaz de defenderse, a que trague libros y libros para que en el momento indicado sólo sea un escudo humano para los enemigos… No sé si usted desea lo mismo -.
- Aquí está – Lynn quedó en evidencia. Una especie de capa de broma fantasmal salió de la varita de la muchacha y Minerva se desquitó con ella, porque para lo de Agatha no tenía más argumentos.
- Muy bien, como ya dije, son 100 puntos menos para Slytherin… Y una semana de detención a partir de ahora -.
- Lamento tener que decírselo, Mi querida Minerva, pero el placer de castigar a esa muchachita en primer lugar es completamente mía… La atrapé el día de ayer intentando jugarle una broma a sus demás compañeros y la primera semana es para que cumpla "mi" castigo… -.
La joven no sabía si dar las gracias o sentirse más humillada por la intervención de Vane… Minerva se veía capaz de asesinar a alguien y salió en compañía de Hermione con pasos fuertes y apresurados. Snape no esperó ni un segundo para hablar con su pupila. Con brusquedad le tomó por un brazo y le habló muy bajo…
-Tienes exactamente una semana para reponer el puntaje que hemos perdido, Kadyars… De lo contrario… -. La chica respiró hondo y tomó fuerzas para hablar. Severus tenía una gran capacidad para aterrorizar a cualquier ser humano con el poder de sus ojos negros.
- No se preocupe… Ya he recuperado la mitad -. Respondió en voz lo bastante audible para el profesor de Pociones. – Esta mañana la Profesora Vane me ha premiado con 50 puntos… -.
Era definitivo: Todos querían matar a Agatha Vane por la bromita macabra de la clase de sexto.
El portazo que Snape da al entrar a su clase bien pudo escucharse hasta Creta. Todos dieron un salto de susto.
Por lo menos esta lección fue con la luz encendida.
- ¡COMIDA AL FIN! -. Suspira Ron antes de llenarse la boca con lo primero que cayó en sus manos. Potter bebe un largo trago de su jugo de calabaza regalón y Granger sencillamente mira su plato, algo apesadumbrada.
- ¿Qué sucede? -. Le pregunta el chico de la cicatriz.
- No me hablen…. Creo que he cometido un grave error -. Comenta la joven, bastante abatida. Todos optan por dejarla en paz. Raphael se ha marchado a descansar en vez de comer (Los campos de energía y la Acromántula lo dejaron agotado) y Margaret come con calma y resignación al ver que recién era mediodía y en lo único que podía pensar era en su mullida camita y una noche acogedoramente fría… Para no tener ganas de salir de su camita. Ya habían olvidado por completo las túnicas que llevaban, no sacaban nada con intentar quitárselas… Los Gryffindor serían la burla de las demás casa y no había nada más que hacer… Hasta que hallaran a la culpable (en realidad, hasta que Minerva les dijera que había sido Lynn Kadyars). Agatha se acercó entonces a la mesa y llamó a Potter a un lado.
-¿Estás bien? -. Le preguntó. Harry entendió las verdaderas intenciones de la pregunta y se puso rojo… Había desperdiciado tiempo valioso junto a Draco por una pelea de niños de Kinder.
- Si, lo estoy. Gracias por preocuparse -. Dijo con calma.
- Te quiero esta noche a las seis ¿Te parece?. Tengo algo que decirte, y es muy importante -. Potter se quedó callado, estaba meditando una idea que llevaba varios días dentro de su cabeza, golpeando con manos frías el duro cristal que la separaba del mundo de afuera.
- Perfectamente. Seré puntual… Quiero hablar con usted sobre algo muy importante… -.
- Me parece. Entonces tenemos un trato -. Y la mujer se marchó a la mesa de Slytherin, donde Lynn y Alexandra hablaban.
- Señorita Kadyars… Acérquese por favor -. La joven se acomodó el cabello con un gesto altanero y se puso al lado de su profesora de DAO.
- ¿Qué es lo que necesita? -.
- Quiero que estés en mi despacho a las cinco en punto ¿YA?. Tengo tu castigo preparado… Ah! Y lleva tu espada, por favor -. La joven no pudo evitar poner sus ojos grises grandes como platos. Su maestra sonrió y regresó a la Mesa Alta, donde Minerva le hizo un mohín muy poco de acuerdo con los años que tenía. Snape había dejado su almuerzo sobre la mesa, sin comérselo. No tenía hambre. La cara que llevaba Zabini le había quitado por completo el apetito. En la mesa de Slytherin no era el único que tenía mala cara. Draco también se veía bastante desanimado y había dejado su plato a un lado para beber jugo de moras, su favorito. Aún llevaba el cabello rosa y no se preocupaba mucho por ello. En la mesa de Ravenclaw se había armado un grupo entorno a Samantha, quien parecía bastante afectada también… El barullo lo lideraba ni más ni menos que Cho Chang.
- Severus… ¿Qué crees que le sucede a mi sobrino? -. Susurró en tono bajo.
- No lo sé, pero tu jueguito le hizo mal a los dos -. Se refería a Blaise y Malfoy. –Déjate de estupideces ¿Quieres?-. Estaba más molesto que de costumbre.
- Lo olvidé, de veras… -. Murmuró débilmente.
- Eso no es excusa, ya el daño está hecho -. La discusión terminó allí. Entonces alguien empezó a gritar.
-¡Que tenga buen provecho Kadyars-Samma, Usted igual, Side-Samma! -. Era Urashima que se veía de muy buen humor… Y bastante hambriento.
- ¡ITTADAKISMASU! -. Respondieron las chicas antes de regresar a sus maquinaciones.
-Ese chico es muy raro -. Comentó Ginny distraídamente- Esta mañana se ha atrevido a hablar con Snape y exigirle -. Los muchachos dejaron de comer. Su novio se acercó al escuchar lo que le decían y se acomodó al lado de Ron.
-¿Qué pasó? -.
- Miren. Esta mañana el profesor Snape nos enseñó el filtro de la paz… Kenji no le prestó ninguna atención y se puso a hacer la poción casi sin mirar la pizarra, si hasta tarareaba una canción… Snape le dejó hacer, pero se notaba molesto. Al final de la clase el muchacho no guardó la muestra, sino que fue y le dejó el caldero encima del escritorio al maestro -.
- Está loco -.
- Sí, pero eso no fue lo peor… Snape se paró y le quitó los audífonos, le dijo que si se creía el rey del mundo y que seguramente su poción estaría mala, por lo cual le iba a poner un cero… Este chico le respondió y le dijo que se atreviera a probarla… Y estaba bien hecha… -.
- ¿Qué? -. Dejó escapar Potter…
- Eso, no sé cómo, pero la poción estaba buena. Urashima le dijo que era obvio, porque esa poción se la habían pasado en segundo año y se la sabía de memoria… -.
- Pero -. Se integró Hermione – El filtro de la paz es muy peligroso, no puede uno llegar y decir algo así -.
- Créeme, lo hizo. Snape le dijo que si quería algo más complicado que tenía un mes para hacer la poción Multijugos… Y que él la iba a revisar… "De lo contrario, le quitaré a tu casa 100 puntos el próximo mes" -.
- Increíble… -.
- Espera, aún no he terminado -.Acalló a su novio. – Ese chico, sencillamente se paró y dijo "¿Y en quién quiere que me convierta?"… Snape quería matarlo, se veía de lejos… Al final dijo que se convirtiera en Raphael Lupin -.
- ¿De veras? -. Inquirió Hermione, confundida. El crío comía de lo más despreocupado, con la misma avidez que Ron.
- Tiene un mes… -. Siguió Ginny…
- Ciertamente los nuevos son muy raros… -.
- ¿Raros? -. Apuntó el pelirrojo, mirando a Kadyars que se veía de lo más inocente y niña buena. – Son macabros… -.
- ¿Qué te pasa? -. Le reprochó Margaret, bastante ofendida. Le dio un manotón. – Macabra tu abuela -.
La tarde pasó y diez para las cinco Lynn se separó de su amiga Alexandra para ir al castigo con Vane.
- ¿Qué crees que pueda hacerte? -.
- No lo sé, pero si en el Instituto Aoi ningún profesor me soportó más de diez minutos, esta tipa no va a aguantarme ni cinco -. Amenazó con su aire de"Yo-soy-Una-Kadyars" T.M.
- Bueno, Kadyars-Samma, la dejo -. Murmuró la chica en tono burlón.
- Ya, adiós, nos vemos en el dormitorio Side-Samma -. Respondió siguiendo el juego…
Diez minutos más tarde se había perdido completamente.
¡Maldita sea! Deberían dar mapas de este castillo, es un laberinto Más que nunca la chica echó de menos su Instituto, sencillo, rápido de explorar y sobretodo, con secciones separadas… En un ala los dormitorios de chicas, en otro los de chicos y los de los profesores atravesando el patio para resguardar su privacidad…
Sus ojos grises tantearon el terreno. No tenía ganas de toparse con nadie y cuando menos se lo esperaba…
Blaise Zabini
Blaise oculto en uno de los espacios vacíos donde supuestamente debió ir alguna armadura o un tapiz… Sus mejillas surcadas de lágrimas de rabia, una rabia que ya no le cabía en el pecho… Cuando sintió unos pasos, el muchacho se quedó escuchando… Intentando controlarse y rogando porque la persona que había llegado allí se marchara, y por favor no fuera Draco, porque lo iba a moler a patadas…
- ¿Qué haces? -. Le preguntó Lynn antes de notar que estaba llorando. Sin dejar tiempo a que el joven hiciera algo o pudiera rechazarla, la chica se sentó y se acomodó la túnica para que no se le vieran los pantalones. Llevaba unos guantes negros de cuero que se ajustaban perfectamente a sus largos y fuertes dedos… El chico de ojos verdes Nilo recién reparaba en aquel detalle.
- Oye, no te lo había podido decir antes, pero… ¡No sabes cómo lamento que hayan muerto tus padres y no los míos! -. El muchacho abrió sus ojazos, asombrado…
- ¿Qué? -.
- Eso. Que lamento que hayas perdido a tus papás, pero más lamento que lo míos no se hayan muerto -. La joven lo había dicho con tanta naturalidad que su compañero no sabía si reír o golpearla por decir algo así.
- ¿Cómo puedes decir algo como eso? -. Lynn sonrió, contra toda expectativa.
- Digo la verdad. Cuando me enteré de que tus papás habían muerto a manos de los Mortífagos, pensé que de verdad debieron ser muy buenas personas… Te envidio. Por lo menos guardas bonitos de recuerdos de tu infancia -. Por los ojos de la muchacha cruzó rauda una nube de tristeza.
- Sí… -.
- Bueno, veo que estás ocupado -. Siguió la chica – Pero… -. Y en un gesto que Blaise no se esperaba, Lynn se acercó a él y con lo que parecía más una maniobra de Karate para tumbarlo en el piso que una manera de estar más juntos, le dio un abrazo y luego un beso profundo, que le arrebató el aire. – Adiós -. Y se fue por el pasillo, tan ancha…
- Treinta puntos menos para Slytherin… -. Murmuró Agatha cuando Kadyars penetró en su cuarto. – Uno por cada minuto de retraso. Espero que no se te olvide que estás castigada, no de visita de cortesía -. La mujer parecía de pésimo humor, y es que había tenido otro encontrón con Snape, y para más remate le había llegado una carta de Armand Laubreaux, hablándole sobre las reuniones de la O.F. y Remus… Lynn se puso delante de su escritorio, muy marcial, dispuesta a recibir órdenes, pero no se iba a quedar callada.
- Me perdí en esta cosa… -.
- La palabra correcta es CASTILLO, no lo olvides tampoco. Ahora, vas a tomar uno de tus pinceles y vas a escribir en un pergamino NO ME ACERCARÉ NUNCA JAMÁS A LAS MASCOTAS DE MI PROFESORA DE DEFENSA CONTRA LAS ARTES OSCURAS con bonita caligrafía y de un tamaño de – Miró al techo – cinco por cinco centímetros -. Kadyars le quedó mirando, como si enfrente tuviera un ser de otro planeta- Ah, y otra cosa -. Dijo la mujer, sonriendo. – Quiero que lo escribas en japonés, kanjis, y con tinta de color verde esmeralda -. Y le alcanzó un pote de tinta verde, para luego indicarle una mesa a su lado. La chica se desprendió de su bolso y muy enojada se sentó a escribir...
Cinco minutos más tarde, Lynn comenzó a quejarse que le dolía la mano.
Agatha se encendió un cigarro
Cinco minutos después Lynn dijo que me molestaba el calor del cuarto
Agatha se tomó una bebida-cola Muggle muuuuy helada
Dos minutos luego de decir eso, Lynn comentó que le parecía muy verde la tinta y que eso no era el tono esmeralda que le habían pedido
Agatha le pasó otro tintero
Tres minutos desde eso, Lynn especificó que le daba calambre al escribir el kanji de 'Profesora'
Agatha abrió un libro y se puso a leer
Alcanzó a pasar un minuto antes de que Lynn abriera la boca y murmurara que le dolía el cuello
Agatha se fue al baño
A través de la puerta y cuando se lavaba los dientes ((mala costumbre que tiene desde la época de Voldemort, esa de lavarse los dientes todos los días a las 5: 47 en punto)) La profesora escuchó que Lynn gritaba que le molestaba la silla, que estaba muy dura.
Agatha salió del baño y le pidió que se pusiera de pie y escribiera parada.
Dos minutos más tarde Lynn dijo que se iba a quejar ante Dumbledore por "crueldad contra los alumnos"
Agatha suspiró. Lo de las quejas era un punto muy delicado ese día
Pasó un minuto en el que nadie dijo nada
5: 50 PM.
- Nada mejor que una buena conversación para pasar la rabia de un mal día -. Dijo la mujer sin asomo de ironía o enojo. Realmente parecía disfrutarlo. – Pero quiero proponerte un trato. ¿Puedes mostrarme tu espada por favor? -. Kadyars dudó un poco, pero finalmente desenfundó su arma y se la alcanzó. – Muy linda… Oye, por lo que he notado detestas a Draco… Debo felicitarte por la broma del cabello rosa -. Kadyars se mordió un labio. Todo sería mejor si ella le hubiese pintado el pelo a ese zopenco; sin embargo alguien se le adelantó. – Quiero que me ayudes con Draco… -.
- ¿De qué habla? -.
- Es que… Quiero que lo molestes por mí. Yo no puedo entrar en el Nido, así que te lo pido… No más bien te lo ordeno. Tu castigo por esta semana será atormentar a Draco Malfoy de ocho a diez de la noche e impedirle por todos los medios que se encierre en su dormitorio -. Le volvió la espada – Empiezas hoy y el sábado y el domingo quiero que lo molestes de cuatro a siete de la tarde ¿Está claro? -.
- Sí -.
- Muy bien. Ahora márchese a su Sala Común y que McGonagall no la vea… Ya he tenido bastante de ella -. Kadyars se marchó diciéndose que tenía a la mujer más rara del mundo por profesora.
Nada más salir Lynn llega Harry.
Agatha recordó todo aquello que le tenía enojada… Y se enojó
- Siéntate en el butacón. De inmediato te alcanzo -. Ordenó con sequedad y se sentó en su escritorio a escribir una carta con letra furiosa, angulosa y muy grande…
Querido Uther Green:
¿Nunca dejas de sorprenderme ¿Eh? Bueno, me ofreciste tu ayuda y ahora te la pido. Necesito que Mañana a las diez de la mañana te encuentres conmigo en Leaky Couldron. Tengo para ti un trabajo como Medimago. No te preocupes, te voy a pagar…
Lleva tu motocicleta
Lleva tu maleta con todo lo que puedas echar en ella
Lleva tus implementos…
Y no te olvides de tu pijama y tu cepillo de dientes
Ah… Ensaya tus hechizos de invisibilidad
En Leaky te explico qué debes hacer
Atte
Agatha Vane Maestra de Hogwarts Defensa Contra Las Artes Oscuras
Pd: Te eché de menos, tengo ganas de verte. Debes estar más guapo que nunca
La mujer se acercó a la ventana y le amarró el pergamino en la patita a una lechuza de color marrón.
- Por favor… Lo necesito para esta noche ¿Bueno? Y no te olvides de picotearlo hasta que me mande una respuesta -. La lechuza ululó suavemente y aceptó una galleta que Agatha le alcanzó antes de desplegar sus alas y marcharse. Vane se encendió un cigarrillo y se sentó al lado de Harry.
- Perdóname ¿Quieres? -. Y lo abrazó… Estaba apunto de llorar.
- Pro… Profesora… -. Balbuceó Potter, sin saber qué decir.
- Sólo di que me perdonas ¿Quieres? -. Insistió testarudamente, sin soltarlo.
-¿Por qué?... -.
- Sólo dímelo… -.
- Pero… -.
- Potter. Te ordeno que me digas que me perdonas -. Dijo, ya enojada.
- La… Perdono… -. Obedeció el muchacho, aún desconcertado. Agatha suspiró.
- Ahora sí, mucho mejor -. Dijo, sonriente. – Es que tenía un poquito de culpa por asustarte en la mañana, y como todo el mundo ha dicho que estuvo muy mal… -.
¿Qué se ha fumado esta mujer?
- No se preocupe… Por un momento pensé que era de verdad, pero luego entendí que todo era parte de una actuación… -.
- ¿O sea que ni siquiera te dio un poquito así de miedo? -.
- No -. El muchacho movió la cabeza, con una sonrisa de "No puedo creer que te comportes como una mocosa de cinco años" en el rostro.
- ¡Qué lata! -.
- Pero ¿Qué era lo que necesitaba hablar conmigo? -.
- Ah, si… -. Volvió a fruncir el ceño, molesta y escupió las palabras – Nuevamente Remus fue atacado -. Potter se puso de pie -.
- ¿Qué? ¡Quiero ir a verlo! -.
- Yo igual, pero me lo prohibieron -. Repuso con tristeza Agatha… - Y no me hubiera enterado si Armand no me envía una carta, comunicándomelo -. ¿Armand? Harry recordó al pelirrojo y movió la cabeza. No era momento para que sus hormonas se tomaran el poder… - ¡Estoy furiosa! Dumbledore no nos iba a decir nada… -. Bufó- ¿Quieres un chocolate? -.
- ¡POR DIOS! -. Exclamó Harry, muy enojado - ¿Cómo se te ocurre ofrecerme chocolate? -.
- CALMA… Remus va a estar bien, yo me encargaré de eso -. Le dijo la chica. – Tengo al mejor Medimago del planeta encargándose de eso -. … Técnicamente, mañana se encargará de eso, pero no importa. Cuando se entere va a estar pensando en ayudar a Remus… Agatha sabía perfectamente que contarle la verdad a Harry sólo ayudaría a que pescara el primer Thestral que pillara y partiera a Grimmauld Place… Bueno, eso era precisamente lo que NODEBÍAHACERBAJONINGUNACIRCUNSTANCIA. – Pero, querido, ¿Qué era lo que tú querías decirme? -. Harry se quedó callado. Esos cambios de tema tan bruscos le molestaban profundamente. En Agatha querían decir dos cosas:
1-Que no iba a soltar prenda sobre el tema anterior, aunque le dieran a beber un litro de VERITASERUM y;
2-Que ya estaba advertido sobre el Ítem: Haré algo por mí mismo. Vane sabía perfectamente de lo que Potter era capaz, todos los días lo ponía a prueba y lo iba a detener de ser necesario.
Creo que lo más prudente es dejarlo hasta ahí… Con esta mujer no me puedo meter. Tentarle es demasiado peligroso dijo una voz en su cabecita y el valiente Harry Potter estuvo de acuerdo con ella.
El muchacho llevaba mucho tiempo preguntándoselo, pensando en que la posibilidad era ciertamente, bastante tentadora… Por un momento, dejó de pensar en las posibilidades…
- Quiero que me enseñes la Legeremancia -. Vane pareció desconcertada por un segundo, pero sólo fue un segundo
- NO -. Dijo con sencillez.
- ¿Por qué? -.
- No puedo… Tú aún no tienes el suficiente poder-.
- ¡Puedo controlar perfectamente mi mente! -. Argumentó el otro muchacho, como si eso fuera lo más fácil del planeta.
- No es eso… La Legeremancia es aún más difícil de aprender que la Animagia… Y sus consecuencias son más nefastas. Podrías alimentarte con popote por el resto de tu vida… ¿Eso quieres Harry?... Ser medio animal no es tan terrible… Y cuando la mente no es fuerte, ese hechizo puede volverse contra ti… Eso te deja demasiado vulnerable, y la verdad ya no te puedes andar con delicadezas ahora… -. Potter bufó como un niño al que no le compraron el globo que quería. Agatha lo miró y se encendió el cuarto cigarro.
- ¿Ya te enojaste?... No seas pendejo ¿Quieres? -. Lo regañó- Pero si tanto deseas aprender la Legeremancia, ¡Vamos!... Demuéstrame que puedes con la Oclumancia… Que no me vas a decepcionar… Que no decepcionarás a tu padrino… -. Era la primera vez que Agatha hablaba de Sirius sin una palabra peyorativa… Harry tuvo un presentimiento, pero no quiso profundizar en ello. Tal y como él, Vane escogía el momento y lo que quería o no quería decir… Así que haciéndose el ánimo se puso de pie y comenzó a entrenar…
No iba a permitir que Agatha volviera a decirle pendejo.
A lo mejor era porque Agatha había peleado con un curso completo de muchachos de 16 años, tal vez fueron todas las rabias que pasó en el mismo día… Se podría tratar de la impresión que le causó el que Hermione le delatara de esa manera… Quizás era la culpa, el remordimiento por no estar cerca de Remus… ¿Quién podría saberlo? El tema es que Harry Potter, un mocosito de 16, que ni siquiera era capaz de controlar las hormonas para que no se le notara que se moría por Draco Malfoy, que se pasaba todas las noches hablando con un espejo, contándole sus problemas a un espejo, y haciendo de cupido entre sus dos mejores amigos, logró poner su mente completamente en blanco y no sólo eso…
Le devolvió el hechizo a su maestra y además…
Se dio el lujo de meterse en su cabecita y mirar sus recuerdos casi a voluntad.
Por supuesto que lo que vio no le gustó mucho.
Vio paredes frías y húmedas, vio a una niña rubia apoyada contra una de esas paredes, temblando, llorando de horror… Vio como esa niña rubia se acercaba a un par de personas y les lanzaba un hechizo, que las dejó tendidas en el piso… Vio a otra niña, tan rubia y bella como nadie, un bebé apenas… Vio a Remus adolescente con un gesto de exasperación en el rostro, vio a Sirius burlándose de algo, sus ojos destellando de malicia, a Severus como en el Pensadero, humillado y unas manos que se empuñaban y entonces… Por primera vez pudo escuchar en el recuerdo de otra persona…
"Bastarda… Tú sólo serás la bastarda en mi familia… No debes existir…" Era la voz arrastrada de Draco… No, no era Draco, era Lucius Malfoy apuntando a alguien con su varita… "Te maldigo… Te convertirás poco a poco en un monstruo… Pagarás por lo que me has hecho" Una mujer de cabello ondulado, muy bella, yacía en el piso, agonizante… Un destello rojo le golpeaba y dejaba de hablar, estaba indudablemente muerta
Y unos ojos negros… Unos insondables ojos negros…
- Por favor, no más… -. Rogaba alguien, pero no era dentro de la cabeza de Harry, "era afuera…"
-EXPELLIARMUS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! -. Harry fue a dar contra el escritorio, casi se partió el cuello contra el filo de la mesa de ébano. Y perdió el conocimiento.
Agatha también cayó inconsciente… Revivir su pasado era demasiado para su extraño corazón, porque en el fondo seguía siendo "humana."
¿Cuánto tiempo pasó? Ni idea, Agatha no tenía ni un maldito reloj en su despacho…
Harry fue el primero en despertar… tenía una ruma bastante pesada de libros oprimiéndole el pecho, la cabeza le dolía más que cuando Voldemort lo jodía de larga distancia, y tenía una herida en la nuca… El muchacho estaba algo confundido y cuando vio a su pequeña profesora en el piso, sudando, arrebatada por la fiebre y con sangre en sus dedos, se asustó mucho y corrió hacia ella, a pesar de que el sonido de cada uno de sus pasos resonaba dentro de su cerebrito aumentado un millón de veces…
-¿Agatha?... -. Rápidamente la mujer abrió los ojos, y cuando pudo recordarlo todo, empujó a Harry para alejarlo de él, le tenía miedo
Por un par de minutos se miraron como dos extraños, y Vane sí era una extraña…
- Perdona -. Dijo la profesora poniéndose de pie y tendiéndole su mano a Harry – Fui un poco brusca, debo felicitarte. Realmente lograste revertir el hechizo… -. Declaró con amargura… A Potter le dio más pena que otra cosa lo que ella le dijo.
- Gracias -. Replicó por cortesía.
Tengo que callar, tengo que aguantar… Por Severus, porque no debo estar lejos de él ahora, Por Harry… Por ese bobo de Black En menos de diez segundos, un corazón destrozado se rehace, como tantas otras veces…
- ¿Ahora sí me aceptarás el chocolate Harry? -.
- Sí… -.
Se sirvieron dos tazones bien grandes…
- Toma, como no te gusta Slytherin te tocó el que tiene el osito de peluche -. Dijo cuando le alcanzó su tazón. – O ¿Acaso no te molestaría que te diera del jarrón de Slytherin? -. Concluyó con picardía.
- El oso está bien… Gracias -. Reconfortante… Un líquido tibio que les recordó a los dos que podían sentir. Agatha aún sudaba un poco, estaba afiebrada, pero no permitió que eso le molestara… Vaya! Si por años había luchado con el resfrío, ¿Cómo no iba a poder con un poquito de fiebre? Potter no le despegaba los ojos de encima. Tenía muchas preguntas, pero lo que vio era tan íntimo que preguntar ahora sería como ahondar las heridas, que sabía abiertas.
- De veras, no tenía intenciones de herirte -. Dijo la mujer. – Realmente estás avanzando… Te admiro. Nadie antes me había dado vuelta el Legeremens… -.
- No importa. Lo de la cabeza es lo de menos. ¿Qué hora es? -.
- Ni idea… Espera -. Agatha miró su reloj y no se lo podía creer. – Son casi las once de la noche… -.
- O sea… -.
- Que estuvimos inconscientes… -.
- Como tres horas… -.
- Guau! -.
- ¿Guau?... Estuviste demasiado con PadFoot… -. Harry sólo sonrió. Esa mujer en el fondo era una niña…
-Agatha… -.
-Te habías demorado mucho. ¿Qué quieres saber, eh? -. Harry se terminó el tazón de chocolate y estaba mirando como Vane luego de tomar chocolate encendía otro cigarro N/A: Sí, los fabricantes de Belmont Light son felices conmigo ¿YA? ¿No le sentaría mal?
- Eso que vi… -.
- Es mi pasado, por desgracia viste lo más importante. Eso me llama a tener más cuidado para la otra… -. Replicó Agatha con pena. – Bueno, Harry Potter, quiero que ahora cierres lo ojos y te quedes quietecito ¿OKA? -. Potter nuevamente se quedó callado y obedeció. Agatha se movió con rapidez. Había pensado que aquel objeto se vería muy lindo en su colección de trastos, donde se uniría a una pluma vieja de Remus y una de las capas que Snape había usado de joven (Y que aún se ponía, porque estaba en buenas condiciones… Y que, para variar, arrastraba por el piso). En menos de un minuto la profesora estaba de vuelta y le tomaba la mano derecha a Potter. Obviamente el muchacho abrió los ojos.
- Voy a contarte un secreto, porque ya es tiempo… La noche de Halloween tuve un sueño y Sirius apareció en él… Desde entonces él ha tratado de meterse en mis sueños y hablarme. En Grimmauld Place logró hacer algo y me pidió que rescatara algo de entre las cosas de Kreacher y te lo diera… -. Con delicadeza, la maestra deslizó un anillo en el dedo medio de la mano de su pupilo. Harry abrió los ojos de asombro…
Ahí estaba. Una gran B en la cual dos serpientes se hallaban enroscadas y la leyenda "Toujours Purs"…
El Emblema de los Black. El anillo que llevó el padre de Sirius hasta el día en que murió… Ahora era suyo.
- Pero… este anillo lo tiramos a la basura. El mismo Sirius… -.
- Lo despreciaba, como despreció a toda su familia, lo sé… Él siempre lo dijo, pero ahora esto es tuyo… Ahora eres un BLACK… Tu venganza contra Bellatrix es un asunto oficial entre parientes… -. Los ojos de Agatha y de Potter brillaron de emoción. – Cuando una persona te regala su emblema de familia, tú lo heredas todo de él... Hasta las deudas de sangre. Tú quieres vengar a Sirius ¿no? Pues te aseguro que Bellita no va a estar muy contenta cuando vea esa sortija en tu manito… Sabrá que un Black acabará con ella, que la ajusticiará… Ahora Harry, el espíritu de Sirius está más cerca de ti que nunca -. El moreno ya no sabía qué pensar… Todo le había pillado de golpe, pero claro. Con Agatha todo era de golpe.
Harry alucinaba… Tenía el anillo de Sirius…
De repente Vane cambia su gesto.
- Potter ¿Te puedo hacer una pregunta? -.
- Si -. Dijo el otro distraídamente, observando la pesada sortija de la cual no pensaba desprenderse jamás
- ¿No andarías de casualidad con el Mapa del Merodeador? -. El chico se entró a preocupar.
- Sí -.
- Pásamelo pero ya -.
- ¿Qué pasa? -.
- Pásamelo -. Sabía que era inútil preguntar algo más.
- ¡Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas! -. Dijo Harry y Agatha le quitó el mapa para ponerlo sobre su escritorio (No sin tropezar antes con todos los libros que Harry había tirado). De inmediato lo desplegó, Harry se puso a su lado, y como era más alto que ella vio cuándo Agatha revisaba la parte del bosque prohibido…
Había dos letreritos moviéndose, delatando a sus dueños con letras cursivas, la caligrafía amorosa de Remus…
Lynn Kadyars
Alexandra Side
- Par de pendejas… Me van a escuchar! -. Agatha agarró a Potter de un brazo y con sorpresa el chico notó que caminaban en dirección opuesta a la puerta.
- Sólo agárrame fuerte la mano, y no digas ni pío -. Con un buen hechizo Vane movió un armario y tanteó en la superficie con su mano libre hasta hallar una piedra que tenía varías marcas, como si fuera un bloque defectuoso… Luego murmuró algunas palabras y se dejó ver un estrecho pasadizo con escaleras hacia abajo… (Nota: El despacho de Agatha está en un tercer piso… uff)
- Sé que es estrecho… Baja la cabeza y ve con cuidado, no quiero que te des un cabezazo, no va a haber poder humano que te saque de allí -. Harry comprendió bien pronto que Agatha no exageraba. Por el pequeño pasillo ella se movía con naturalidad, pero para Potter era una tortura. A pesar de ser delgado y un poco bajo, no era lo bastante pequeño como para caminar de frente. Sus espaldas eran bastante anchas a pesar de todo y se raspaba los hombros con frecuencia en las afiladas rocas salientes.
- ¿Por qué bajamos por aquí? -.
- Porque no quiero toparme con la McGonagall o con alguno de tus amigos. Si ellos se enteran de que Kadyars y Side están fuera del castillo se armaría un lío, y te lo juro; Lo último que deseo en mi vida es verme las caras con los padres de Lynn -. Agatha lo decía porque se había jurado matarlos a los dos así se los topara en una calle llena de Muggles. – Además, por aquí acortamos muucho camino - . Potter nunca supo qué era peor; las escaleras o ensuciarse la túnica verde con polvo, tierra y un poco de barro. Entonces entendió por qué su profesora no se acomplejaba por tener tan poco busto… Lo opuesto le hubiera impedido pasar reptando como serpiente por el largo trecho antes del final.
Cinco minutos después salían por un costado del castillo. Directo hacia el patio donde se dictaba la clase de vuelo.
- No recuerdo que este pasadizo esté en el mapa… -. La mujer tuvo un ataque de risa…
- Si tu padrino supiera cuántos pasadizos no conoce, sufre de un ataque cardíaco… Los Merodeadores exploraron el castillo por dos o tres años… Yo lo exploré por "siete largos años"… A mucha honra, el título de Merodeador debería tenerlo yo -.
Caminaron un buen rato, Agatha olfateando en el aire el perfume de Jazmín que siempre rodeaba a Alexandra. A pesar de que las dos chicas llevaban dos días en la escuela, Vane ya había identificado sus aromas, así como los aromas personales de casi todos los demás.
Las muchachas se habían quedado despiertas hasta muy tarde en el Nido. Como buena niña, Lynn no había desperdiciado la oportunidad que Agatha le ofreció y se encargó de dar golpes contra la puerta para que Draco se parara a cada rato a abrir… Ya cuando eso no funcionó, deslizó un Howler bajo la puerta del dormitorio… Malfoy salió tan fastidiado que desistió por completo de seguir con sus meditaciones. Después de eso Kadyars cayó en un aburrimiento mortal… Malfoy había soportado sólo 15 minutos y tenía "demasiado tiempo libre…"
- ¿Por qué no vamos a "explorar" esta noche? -. Propuso Alexandra en voz baja, con su sonrisa deliciosamente perversa y Lynn estuvo de acuerdo. Así que esperaron con paciencia a que todos se fueran a dormir… Y en cuanto estuvieron seguras de que no se hallarían con sorpresas, abrieron la puerta del Nido y salieron con pasitos pequeños y silenciosos, como los ninjas. Se tardaron un buen rato en salir del castillo, porque había mucha gente rondando por los pasillos… Pero Lynn no pensaba mucho en eso. Recién ahora comenzaba a asimilar lo que había sucedido con Blaise Zabini… Un Kadyars siempre toma la iniciativa, pero esto fue bastante precipitado… Al chico lo conocía hacía un día… Pero pensaba en él desde el momento en que se enteró de que sus padres habían sido asesinados. Por supuesto ese no fue el único hecho de sangre durante sus vacaciones con los Malfoy, pero por alguna razón, esas muertes le dolían, le llegaban… Tal vez porque conoció después al hijo de aquellos Muggles, tal vez porque ella sabía las verdaderas razones…
La noche era extremadamente fría y oscura. Era luna menguante y el Bosque Prohibido se veía un
poco más tenebroso que de costumbre, con aquellas nubes de tormenta cerniéndose sobre ella. Había nevado y cada cierto tiempo, Alexandra echaba el hechizo de Obliteración, para que nadie supiera que había seres humanos por allí….
Pobres muchachas. Creían que su aventura iba a ser divertida, pero las consecuencias de sus actos serán insospechadas.
Vane y Potter ya casi les pisaban los talones después de 10 minutos, aunque la mujer tenía escrito en la cara "Me quiero regresar". Harry, en tanto, veía cómo poco a poco se acercaban al territorio de los Centauros, lugar donde no era bienvenido ningún ser viviente que no fuera Hagrid.
- ¿Estás segura de que están por acá? -.
- Pues, saca el mapa y compruébalo por ti mismo -. Le desafió la profesora. No había cosa que le sacara más de quicio que salir en la noche para salvarle el trasero a un par de mocosos, más a Kadyars que parecía amar meterse en líos… Si Snape se enteraba nadie sabía de lo que sería capaz… Su paciencia estaba siendo puesta a prueba demasiado seguido.
- ¿Por qué las estamos siguiendo? -.
- Porque infringen las normas, Harry -. Replicó la mujer como diciendo "Uno más uno, son dos" – Esta muchacha ha hecho demasiados desastres el día de hoy -. Comenzó a explicar en voz baja, mientras agarraba la túnica de Harry para mostrársela. – Si en este momento le atrapan husmeando en el Bosque Prohibido, más ahora que Hagrid no está, se va a armar un escándalo y podrían expulsarla… Ya la jefa de tu Casa le tiene en la mira, y yo voy a protegerla me cueste lo que me cueste -.
- ¿Protegerla? -.
- ¿No lo has visto, Potter? -. La mujer detuvo su marcha y levantó la cabeza para buscar sus ojos verdes. – Ella podría serte de mucha utilidad algún día… Harry Potter… -. Arriscó su nariz, un mohín de enojo. – Un mago siempre debe ver más allá… Hay mucha gente que podría ayudarnos entre los que llegaron… -.
- Tal vez lo hubiera visto si tú no me hubieras hecho desaparecer… -.
- Pero quedaste con Drakito ¿no? -.
- Eso no me hace gracia, Agatha -.
- No, me parece que no, pero… -. Y sonrió. De todas maneras Harry no parecía tan molesto.
- Bien, bien, bien -. Dejó escapar Alexandra. – No es tan tenebroso como lo pintaban los de Slytherin… Montón de cobardes, Esto más parece un campo que un Bosque -.
- Te apoyo. Según lo que cuentan los de nuestra Casa, este lugar guarda muchos peligros, pero… -.
- No hay nada. Da más miedo el salón siete del Ala Sur en nuestro viejo Instituto… -.
- Si… -. Ambas chicas avanzaban sin ningún cuidado en la nieve. Los viejos árboles se cerraban sobre las cabezas de las dos jóvenes, pero a ellas eso no parecía intimidarles… Ya se estaban empezando a aburrir.
- Oye… -. Dijo Lynn luego de un rato de silencio, mientras se acomodaba el cabello que le caía sobre los ojos y se ponía la capucha. Estaba cada vez más helado.
- ¿Qué pasa? -.
- Esta tarde llegué atrasada al salón de la tal Vane -.
- ¿Y?... Eso no tiene nada de nuevo, Siempre que puedes llegas tarde -.
- Sí… Pero llegué tarde por una muy buena razón -.
- ¿Cuál? -. Inquirió Side, sin prestarle demasiada atención… - ¿Qué nueva broma hiciste? -.
- Nada. Me topé con Blaise Zabini… -.
- ¿Y ? -.
- Lo besé… -. Soltó de una mientras miraba a su compañera a los ojos y parpadeaba como un inocente bebé.
- ¡¿QUÉ?! -.
- Vaya, están más cerca de lo que pensé -. Comentó irónicamente la maestra – Si los centauros no las escucharon, Las va a atrapar Grawp -. Potter tropezó con una raíz que había visto un minuto antes.
- ¿Có… Cómo sabes de Grawp? -. Balbuceó mientras la profesora le ponía de pie con brusquedad.
- Bueno… Si sé de lo de Lupin, si sé de lo tuyo, aquello no me iba a pasar desapercibido -. Respondió con tono sobrado.
En la Torre Gryffindor…
- Sólo quiero mi camita -. La Sala Común estaba completamente vacía… Hermione se hallaba, como siempre, haciendo tareas… Runas Antiguas aún le costaba bastante y tenía que sacar además, varios cálculos de Aritmancia. Estaba agotada, pero su sentido del deber era más fuerte. Cuando el último noctámbulo, Kenji Urashima, se había aburrido de mirar el fuego y tararear ensimismado Dive To Blue (L'ArcEnCiel), ella metió la mano a en sus bolsillos y sacó sus nuevas gafas. Sus padres se las habían mandado, puesto que no había pasado con ellos las vacaciones de Navidad. En el verano había ido al oftalmólogo y este se había alarmado bastante, porque su pérdida de la visión era demasiado avanzada. No llegaba a estar tan mal de la vista como Harry, pero iba derecho a eso… Con mucho cuidado, la chica había dejado "olvidados" sus lentes antes de partir a Hogwarts, y durante meses peleó con sus papás vía lechuza para que no se los mandaran, pero finalmente lo hicieron… Y la verdad, los necesitaba.
- ¿Nunca te han dicho que esas gafas te quedan maravillosas? -. Un tazón de chocolate bien caliente desplazó la pluma que Granger había dejado a un lado para descansar la espalda con los ojos cerrados, y cuando nuevamente los abrió se topó con el mirar cálido y castaño de Raphael, quien sonreía. La muchacha se ruborizó por completo.
- ¿Qué haces levantado a esta hora? -.
- Es lo mismo que debería preguntarte a ti Hermione -. Raphael se sentó a su lado y comenzó a mirar los pergaminos que la joven tenía ordenados sobre la mesa. – Runas Antiguas… Es un ramo bastante complicado ¿No lo crees? -.
- Es verdad, pero me gusta mucho -.
- Conozco muy poca gente que guste de las Runas… -.
- Sí, pero… Me gustan mucho -.
- Tómate el chocolate, lo traje para ti. Aún con el fuego encendido, hace mucho frío acá -. Todavía ruborizada, Hermione tomó al jarrón y bebió de él… El calorcito en su garganta y en sus manos era algo de agradecer luego de tanto estudio. Sin permiso, Lupin tomó algunos libros y comenzó a mirar los títulos.
- ¿Estás en todos los ramos? -.
- Sí, menos en Adivinación… Trelawney es un fiasco -.
- Pero supe de otro profesor que impartía la clase… Un Centauro -.
- No tengo nada en contra de Firenze -. Repuso la joven – Sin embargo no puedo llegar e integrarme así como así -.
- ¿Cómo te haces el tiempo? .
- No es complicado, la verdad. Sólo hay que saber organizarse, es todo -.
- Te admiro -. Más roja todavía, la pobre Hermione estuvo apunto de tirar su tazón… Jamás le habían dicho cosas así…
Obviamente Raphael no era un crío, como Ron Weasley.
- A ver… Para de caminar Lynn -. La muchacha iba en la luna, pensando en Blaise… El chico besaba muy bien… Alexandra se había sorprendido, y con razón. Lynn no era de esas que sencillamente iban y "besaban…" Ella era demasiado fría como para ir haciendo esas cosas.
- ¿Qué pasa? -.
- ¿No escuchas eso? -.
- ¿Qué? -.
- Son cascos… -.
Antes de que pudieran darse cuenta, un centauro les cerró el paso. De inmediato Kadyars desenfundó su espada y la criatura le apuntó al pecho directamente, a menos de un metro de distancia.
- ¿Qué hacen aquí? ¿No saben que este Bosque está prohibido para los humanos? -. Les dijo con voz amenazante.
- No… -. Comenzó Lynn.
- En realidad, no sabíamos de eso -. Le interrumpió Alexandra. Ninguna de la dos se había intimidado al ver a la criatura, pero la precipitación de la joven de ojos grises podría resultarles peligrosa. Lynn comprendió la estrategia de su amiga y guardó la espada, aunque la idea no le hacía mucha gracia, porque el híbrido las tenía a su merced.
- Entonces, den la media vuelta y márchense a su castillo. Este es el territorio de los centauros y los humanos no tienen permiso para estar aquí -. Alexandra tomó la mano de su amiga y empezaron a andar en cualquier dirección.
No muy lejos de ellas dos y el centauro, Agatha y Potter también habían sentido los cascos, pero ellos se escondieron.
- Deben ser los centauros… -.
- Sé que las quieres ir a ayudar, pero si los centauros notan que hay más humanos cerca de ellos podrían atacarlas… Confío en Kadyars, no creo que vaya a hacer algo para poner en peligro la vida de su amiga, no sino es como sus padres… -. Durante diez tensos minutos los dos aguardaron a que los cascos volvieran a resonar… Y avanzaron un poco más.
- ¿Y ahora qué hacemos? Seguramente se han marchado a su Sala Común… -.
- No lo creo, de todas maneras, es mejor que nos cercioremos -, Repuso la profesora… Siguieron caminando. Potter intentó mirar en el Mapa, pero estaba demasiado oscuro y encender un lumos no era recomendable, no con los centauros rondando, alertados por las dos alumnas de Slytherin…
- Agatha… -.
- ¿Sí? -.
- ¿De dónde sacaste el anillo de los Black? ¿Cómo es que él te visita? -.
- Te demoraste demasiado. Verás… Yo no sé muy bien cómo fue que tu padrino murió (Cuidado con la rama baja) pero, donde quiera que esté, no está muerto en verdad -. Harry le agarró la manga de la túnica para que lo mirara a los ojos.
- ¿De veras? -.
- Sí… No está muerto -. Repuso como si fuese lo más obvio del mundo… Las palabras de Luna Lovegood vinieron a su mente…
"- Vamos Harry. Tú también los oíste, detrás del velo ¿no? -."
Entonces… ¿Existe alguna posibilidad de que Sirius pudiera regresar?
- ¿Eso quiere decir que está prisionero detrás del velo? -.
- Más o menos -. Dijo la profesora pensativamente… Entonces hallaron algunos pasos en la nieve, huellas de pies humanos… Eran las pisadas de Lynn y Alexandra.
- ¿Cómo es eso? -.
- Mira, algo debe suceder detrás de ese velo… Es raro ¿Sabes? -.
- No te entiendo… -.
- No es necesario. Confórmate con saber que Black ha dado algunas señales de vida -. Concluyó, tajante.
- No, quiero saber… -. Insistió Potter. Ese era un tema muy sensible para él y se aferraba a cualquier posibilidad. – "Necesito saber…" -.
- Baja el tono de tu voz. Uno, estamos a punto de ser atrapados por los centauros y dos; sigo siendo tu profesora -. Harry no quería escuchar razones.
- Dímelo… No puedes jugar con algo como eso -. Siguió.
- Ya cállate. No te puedo hablar de lo que no sé. ¿O qué? ¿Quieres que me tire por el velo para ver qué pasa detrás de él? -. Le cortó la maestra… Potter casi dijo que sí. – Si PadFoot no ha regresado es porque no puede y además, cada vez que habla conmigo es tomando control sobre su yo dentro de mis sueños… -.
- ¿Qué? – Agatha suspiró largamente. Y se puso a caminar, dándole la espalda a su pupilo.
- No tengo ganas de explicártelo. Yo he tenido un día muy pesado, por si no lo has notado, y sólo quiero pescar a esas dos para irme a dormir -.
- No, tienes que decirme -. Harry ahora la agarró por el brazo derecho y la dio vuelta de un tirón muy brusco. Vane le clavó sus ojos y a Potter le comenzó a molestar la cabeza ligeramente.
- NOTEATREVASAHACERESODENUEVO -. Lo amenazó. – No sabes con quién te metes -.
- Pues tú tampoco lo sabes. Yo me he enfrentado a Voldemort ya cinco veces… Y no voy a permitir que hables de algo tan importante como si fuera el menú de tu desayuno -.
- Créeme… Si me sigues provocando, Harry, Haré que tus enfrentamientos con Voldemort sean un juego de bebés de jardín de infantes… -. Volvió a amenazarlo. Potter desistió finalmente.
Las huellas continuaban por un buen trecho, pero ninguna de las dos chicas suponía que les estaban siguiendo.
- ¿Qué es eso? -. Dijo Lynn de repente.
- Debe ser una piedra o algo así -. Respondió Alexandra. El Bosque le comenzaba a gustar. Aunque de carácter más tranquilo que el de su compañera, Side definitivamente amaba meterse en problemas, claro, sin que le descubrieran como a su amiga. Ambas habían vislumbrado algo como un cobertizo, aunque se hallaba bastante lejos. Sin cuidarse de nada, las muchachas se aproximaron corriendo a esa figura extraña… Cuando se acercaron lo bastante comprobaron que era algo así como un cobertizo, aunque estaba destruido y cubierto de nieve. Lynn ya no podía reprimir su curiosidad y luego de probar que no existía ningún círculo mágico o alguna protección especial comenzó a barrer la nieve con efectivos hechizos de traslación N/A. O sea, hechizos para mover objetos… 'Carpe Retractum', sale en mis fuentes consultadas, pero como no estoy segura, mejor no lo pongo ¿NO? La nieve sale disparada hacia un costado, haciendo un montoncito muy bonito.
Luego me pondré a hacer un monito Se dice Lynn, con una sonrisa en los labios. Luego que quitar varios rozos de madera que parecían las paredes y el techo del cobertizo, Alexandra y Lynn notaron que el objeto (Ya que bajo ninguna circunstancia aquello tenia vida) era bastante grande…
- Mira… Lleva una capa de TEBO -. Dijo Side, tocando el cuero tosco de la cubierta.
- Bueno, sencillamente hay que quitarlo -. Con cuidado, las chicas levantaron el cuero y destaparon una preciosa…
- ¡Motocicleta! -. Era bellísima, mínimo.(Nota: conseguirse el modelo exacto de la Harley de Sirius)
- Está demasiado buena… -. Comentó la joven de ojos grises, montándose en ella… El asiento era muy cómodo.- ¿Crees que vuela? -.
- A ver… Y puso su mano sobre uno de los espejos retrovisores. Sí, lo más seguro es que vuela -.
- Entonces… Te bautizo motocicleta oficial de Lynn Kadyars… -. Exclamó la joven en tono solemne.
- Veo que están muy divertidas con su excursión de medianoche -. Les cortó la inspiración una voz ronca. Cuando las muchachas se voltearon a mirar, vieron a Agatha Vane y ni más ni menos que el famoso Harry Potter. La maestra estaba enojadísima. Lynn se bajó de la moto y avanzó hacia ella, antes de que la profesora mirara bien (es que miraba a Alexandra)
- Bueno Kadyars, ¿Es que te tengo que hablar en japonés? -. Y procedió a regañarla en ese idioma.
- Inconsciente… ¿Cómo se te ocurre andar a estas horas de la noche? Si la Minerva te atrapa, sales de este colegio como el viento fresco -.
-No me interesa -. Respondió la chica en el mismo idioma. Potter aguzaba el oído, pero era incapaz de entender nada. Alexandra seguía con interés la conversación.
- Puede que en Japón, meterse en donde les dicen que no se metan a medianoche sea un deporte nacional, pero en Inglaterra las cosas son exactamente al revés -.
- Si piensa quitarme puntos, hágalo. No tengo ningún inconveniente -.
- Sé que eso no servirá de nada… Sólo quiero que te vayas a la cama y no fanfarronees de esto con nadie, de lo contrario se enterarán todos de lo que intentaste hacer en Hogsmeade -.
- Me da igual -. La chica se encogió de hombros.
- ¿Supongo que por lo menos cumpliste mi castigo al pie de la letra? -.
- Por supuesto. Debo decir que es el castigo que he acatado con más gusto -.
- Mientras no lo mates, no hay problema. Te juro que no me gustaría encontrarme con su odioso padre o su estúpida madre -. Harry notaba como la conversación cambiaba de tono. Alexandra pudo apreciar cómo la frustración del joven era cada vez más grande.
Luego de un par de minutos Agatha reparó en algo que había atrás.
-¿Qué hay allá? -. Inquirió con inocencia y buen humor. Lynn le había contado lo del Howler con palabrotas en hebreo. Las chicas le miraron y después se sorprendieron de la cara que la mujer puso…
Esa moto… Ni como que la hubieran invocado con las conversaciones de esa noche.
Era la motocicleta de Sirius Black.
Joda de Thomas:
Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaop! He terminado al fin!!!!!!! No saben lo que me costó acabar con esta… Iba para cuarta parte, pero como eran tres (Y dije que eran tres a medio mundo) bueno, debían ser tres, así que PERDÓN POR ESTE CAPÍTULO TAN LARGO. De todos modos, me dijeron que a veces se agradecían los capítulos largos.
Los quiero mucho(Es que darse la paja de leer esto para quedar con la duda de la moto de Black, bueno, es un mérito)
Amadeus, I LOVE YOU
