25 El Fantasma del Salón de Godric
- ¿Heredero?
Ron no podía creer lo que escuchaban sus oídos y temió estar soñando… La tela pesada del estandarte cedió y volvió a ocultar las huellas de una muerte; seguramente no pasaba nada y se había quedado dormido otra vez…
- ¿De qué hablas?... No puedo entenderlo… -. La figura se hizo más clara y corpórea, como queriendo responder a las preguntas del joven sólo con sus gestos… Era una mujer de piel clara (Tal vez porque estaba muerta), pero lo que llamó la atención de Ron fueron las pecas… Sus ojos eran extraños, sus pupilas estaban veladas por una brumosa película y sus cabellos eran largos, atados en una cuidada trenza que serpeaba por su hombro derecho con cansancio… La chica era de 17 años aparentemente, y llevaba el uniforme de Ravenclaw, el uniforme de Hogwarts… El mismo que, según recordó Ron, llevaba Myrtle la Llorona.
Debes mantenerte sereno. No te estoy jugando ninguna broma…
No era la primera vez que Ron veía un fantasma. Durante años había convivido con Nick Casi Decapitado, y el fraile Gordo, y por cierto, ellos no eran los únicos fantasmas que habitaban el Castillo, pero algo había en este que lo asustaba…. Era sencillamente, una visión sobrecogedora…
- ¿Por qué…? -.
¿No me habías visto antes?
La mujer hablaba sin que sus labios se movieran…
Pues porque yo estaba encerrada en este lugar, encerrada hasta que un heredero de mi Casa, alguien que llevara algo de mi sangre y de la sangre de los Ravenclaw, llegara y me liberara con el latir de su corazón vivo…
Weasley se quería marchar, pero no debía… Eso le señalaría como un cobarde… Así que hizo lo que podía hacer mejor… Sentarse y tratar de respirar hondo.
No soy una invención de tu mente cansada o un juego de este Salón… Soy real, dentro de lo que cabe…
- No logro entenderlo… -.
Lo sé. Yo durante mucho tiempo tampoco podía entenderlo… Pero debes creerme por lo menos. Mantén abierta tu mente… Sí, eres el heredero de la casa de Rowena Ravenclaw… En tus venas corre la sangre de la familia de hechiceros más grande que jamás ha existido… La dinastía más fuerte de todas las que conviven en esta parte del mundo…
El hablar de esa muchacha era embriagador, como un buen vino dulce… Ron no podía creerlo, le estaban jugando una mala broma… Su mente había pensado en los Gemelos, pero obviamente ellos no eran los culpables de esa chanza… No, no podía ser una sencilla chanza… Sus manos aún sujetaban la espada de la Casa y empezó a mirarla con atención, porque no podía hacer otra cosa. Intentaba ignorar al fantasma y ordenar un poco sus pensamientos… Le zumbaban los oídos… ¿Por qué le costaba tanto creerlo?...
- Está bien, Te creo… -. Respondió cansinamente- Por lo menos dime tu nombre, para que podamos empezar a entendernos… -. La chica sonrió ampliamente.
Me llamaba Claire… Fui la última que llevaba el apellido Ravenclaw y se sentía orgullosa de llevarlo…
- Hablas en pasado… -.
Por supuesto… Yo ya no habito este mundo como vos lo habitáis… Ya no respiro ni puedo percibir los colores que tus ojos ven… Sólo soy algo como un recuerdo, una reminiscencia de lo que alguna vez fui… El espíritu…
- ¿Y qué sucedió? ¿Por qué estás aquí? -.
Fui asesinada por el Heredero de Slytherin hace muchos años… Sus palabras fueron como un fuerte golpe para Ron… No era necesario preguntar quién fue el asesino de Claire…
TOM RIDDLE de seguro…
Luego de mi muerte mi cuerpo se perdió y quedé atrapada aquí… Mi alma está perdida y sólo quedó algo menos que la esencia… Pero hablaremos en otro momento de aquello… Percibo tristeza en el mirar de mi heredero… ¿Qué pasa?
- No sucede nada… -. Le renegó.
No puedes engañarme… Yo decía lo mismo cuando no quería hablar, pero respetaré tu silencio…
Y así se quedaron hasta que Ron tuvo ganas de seguir saciando su curiosidad…
- ¿Cómo es eso de estar muerto?... No quiero pensar que soy el Heredero de Ravenclaw… ¡Yo estoy en Gryffindor! -. Exclamó apuntando su ropa - ¿No lo ves?... -. Sus pecas se iluminaban apenas por la cercanía de Claire, pero ella le escuchó con paciencia y esperó un momento prudente para hablar…
No importa en qué Casa estés ahora… Eso puede explicarse porque no eres un Ravenclaw de apellido y linaje, sino que llevas parte de su sangre… Por lo que he escuchado tu apellido es Weasley ¿no?... Mmmmh!... No recuerdo mucho sobre mi familia, pero me parece que algunos parientes míos llevaban aquel apellido… Siempre he dicho que puede pasar… Cuando te mezclas sólo con hechiceros de Sangre Pura no hay demasiadas posibilidades… Sobre lo de cómo se siente esto… Bueno… Es como hallarse en un lugar fresco y muy puro… No hay preocupaciones ni temores. Sólo la suave conciencia humana que es apenas un residuo de nuestra vida mortal… Es como estar sumido en un plácido y eterno sueño… Sin embargo yo aún no puedo descansar en paz. Es mi venganza la que me retiene a este lugar.
- ¿Y por qué dices que soy tu heredero? ¿El heredero de Rowena? Es imposible… -. El chico hallaba absurdo eso y lo único que quería era una respuesta sensata…
No, no lo es… Tengo dos pruebas aquí mismo… Una es la espada que llevas en tu mano; sólo los verdaderos Herederos de las Casas, aquellos que con sus dotes honran el nombre de Mago, son capaces de abrir las estanterías… Y la segunda prueba irrefutable se halla sobre tu nariz…
Al ver el rostro de Ron, sonrió casi como un ser humano
Sí, las pecas… Rowena también las tenía, pero ella siempre las ocultó… En su época las pecas eran consideradas una enfermedad muy grave, una afección de la piel… Es eso lo que distingue a los herederos de Ravenclaw… Las pecas y el poder llevar la espada de nuestra Casa
- Pero todo el mundo tiene pecas… -.
Pero no pecas como las nuestras… Acércate a mi rostro y comprobarás que son muy parecidas…
Ron no le hallaba mucho sentido a eso de las pecas y todos los argumentos le parecían vanos… Estaba demostrado hasta la náusea que él no poseía nada de Ravenclaw, de lo contrario estaría en aquella Casa ¿NO?
- ¿Sabes?... Me tengo que marchar -. Dijo Ron. Parecía bastante incómodo… ¿Qué rayos, pasaba?... No podía entenderlo, no por ahora… La figura hizo el ademán de estirar sus brazos, tal vez quisiera retenerlo…Pero se contuvo…
Está bien. Entiendo que por ahora no me creas, pero lo pensarás mejor y notarás que poco a poco vas a acostumbrarte a la idea… Es más, creo que te agrada mucho saber quién eres en realidad… Que la Diosa os proteja, mi hermano…
Y tal como había aparecido, se marchó. Ron se quedó solo por un momento…Todo volvía a la normalidad, pero el joven se sentía tan abatido, que sencillamente salió caminando, más bien, arrastrando los pies hacia la Torre Gryffindor…
Harry, en tanto, le daba vueltas y vueltas a la carta… Los versos se los había memorizado luego de diez minutos de leerlos una y otra vez… Ya estaba en pijama, resguardado del frío por sus mantitas acogedoras.
"Más vale que vigiles tus espaldas… No hay opción cuando frente al abismo te hallas…
¡Eso es fácil! Se refiere a mi situación… Al peligro que estoy corriendo…
Siembra discordia. Utiliza tus armas…
Aquí las cosas para Potter se complicaban un poco… ¿Quién sembraría la discordia? ¿Él o la otra persona?... Utilizar las armas…. ¿Las que él, Harry Potter, poseía? ¿O las de esa persona que acecha?...
Y cuando mires la verdad en ojos de niebla… Sólo muerte y venganza Habrás de contemplar"
En realidad, Harry ya creía haber hallado la solución al acertijo, sin embargo… No quería pensar en lo que su mente, y sobretodo su corazón, gritaban…
Los ojos de niebla podrían referirse tanto al color de los ojos de mi enemigo, como a que sus ojos fueran vacíos… O a su pasado, de todas maneras es un poema, pero, en este caso, y tomando en cuenta los versos anteriores… Es Draco… Y eso le dolía mucho. No era ninguna novedad que Malfoy quisiera hacerle daño, pero que le llegara una carta advirtiéndole del peligro… Bueno, eso no era un juego de niños… Debo estar paranoico… No creo que él fuera a hacerme daño… No seriamente. Me odia, pero no creo que tanto… En ese momento entró Ron… Estaba más despeinado que nunca y sus ojos evidenciaban marcas negras, como si llevara días sin poder conciliar el sueño. Los demás aún no entraban a dormir, en realidad aún era un poco temprano…
- Ron, ¿Qué…? -. Potter cerró la boca al notar que Weasley arrastraba algo por el piso… - ¿Qué te ha pasado? -. El pelirrojo siguió caminando con el lento y traposo paso de un Zombi y se sentó finalmente en el borde de la cama de su amigo, cerca de él… Se notaba muy impresionado por alguna razón. El moreno tomó por los hombros a su compañero y le obligó a mirarle a la cara… Rápidamente, la atención del chico de ojos verdes se fijó en la espada… Obviamente fue capaz de reconocerla.
- Ya no entiendo mucho de lo que pasa… -. Murmuró el pelirrojo, quitándose la túnica y tirándola al piso.
- ¿Qué hacías con esa espada en las manos? -. El pelirrojo recién pareció reparar en ello…
- No la dejé en su atril… -. Murmuró con aire idiota. Entonces sonaron unos suaves golpes en la puerta.
- ¿Qué le está pasando a Ron? -. Era Hermione. De inmediato el joven regresó a la realidad y le movió negativamente la cabeza a su compañero, para que mintiera por él… Lo último que le faltaba a Ronald era que Granger le viera en ese estado tan deplorable.
- No sucede nada… -. Mintió Potter con nerviosismo.
- ¿Estás seguro?... Es que se veía muy extraño y no me respondió cuando le hablé… -.
- Tranquilízate Hermione… Es sólo que está cansado… -. La mente del joven buscaba una mentira lo bastante convincente… Está preocupado por el partido contra Slytherin, es todo. Vete a dormir, está conmigo… Está seguro… -. La muchacha se demoró un poco en contestar…
- Está bien… -. Acabó por conceder, aunque no de muy buen talante. – Como quieran… Buenas Noches a los dos -.
- Que descanses -. Ya cuando estuvo seguro de que su amiga no les escucharía, Harry puso un Fermaportus, para evitar que alguien entrara hasta que pudieran hablar, y prosiguió con el interrogatorio a su amigo… - Ron… Por favor, no te quedes callado… Puedes confiar en mí… -.
- ¿Qué es eso? -. Le replicó el interpelado, al notar un trozo de pergamino sobre la colcha de Gryffindor. Harry la ocultó entre las sábanas arrugadas.
- Secreto por secreto… Dime qué te pasó y yo te hablaré de esto más tarde ¿Está bien? -.
- Como quieras… -. Y en pocas palabras le relató lo sucedido en el Salón de Godric.
- Esta es la espada de Rowena… Y ese fantasma está empeñado en hacerme creer que soy el heredero de la Casa Ravenclaw -. Concluyó con tristeza y desgano. Su amigo parecía tan sorprendido como él lo estuvo al principio, pero no intentó negar aquella afirmación.
- Bueno… ¿Pero estás seguro de que no te lo soñaste? -. Ron le miró ofendido… Aunque después cambió la expresión de su rostro por derrota.
- Al comienzo lo creí también… Sin embargo estoy seguro de que no lo soñé -. Miró a Harry - ¿Tú tampoco crees que yo pueda ser el heredero de Ravenclaw? -. Potter comprendió que se requería de mucho tacto para dar la respuesta.
- No es que no lo crea, o si lo crea Ron. Se trata de que fue bastante repentino… No lo sé, es raro, por decir lo menos -. Weasley no tenía ánimo para pelear.
- Te entiendo… Pero… No lo sé, Claire me dijo muchas cosas… Para empezar, las manchas de sangre. ¿Las habías visto antes? -.
- Sí. Cuando Agatha nos mostró ese lugar, ella misma se encargó de ocultar las manchas… -.
- ¿Crees que esa mujer fuese capaz de montarme una broma tan mala? -. Harry no quería pensar en Vane. Era una traidora por haberse marchado de la escuela y dejarlo solo ahora que necesitaba de alguien con quien hablar. ¡Traidora!.
- No lo creo. Agatha tiene sus límites… Además, no hay justificación -.
- Ella le hizo la vida imposible a Draco sin ninguna razón… -.
- Sí tenía razones para molestar a Draco… Era el hijo de Lucius, el ser que le ha causado más daño -. Respondió el moreno sin pensárselo.
- ¿Qué es lo que tú sabes y yo no? -.
Yo y mi bocota
- Bueno… Ese no es el tema de la conversación, ¿No es así? -.
- Si, desvía mi pregunta Harry… -.
- El asunto aquí, es ¿Por qué no la hemos visto nosotros?... Se supone que si es un fantasma, bueno, todos podríamos mirarla, como a Nick Casi Decapitado… -.
- Ya te lo expliqué Harry -. A Weasley se le empezaban a ruborizar las orejas. – Ella me ha dicho que no es un fantasma… Es algo así como un resto de su espíritu, sólo el desecho mortal que busca venganza por lo que le hizo Tom Riddle, nada más… Y que sólo pueden verla los herederos de su Casa, Ravenclaw… -.
- MMMH!... -. Potter recordaba que Ron no le creyó cuando él le decía que podía ver a los Thestrals el año anterior… O que escuchaba al Basilisco en el segundo año… O que él no había echado su nombre al Cáliz de Fuego para el Torneo de los Tres Magos en cuarto año…
Supongo que las cosas son complicadas del otro lado ¿No Ron? se dijo con sarcasmo, y casi sonrió, burlón. Finalmente optó por apoyar una mano en su hombro y expresarle todo su apoyo, como un buen amigo debe hacerlo.
- Te creo -. Dijo todo lo convincentemente que pudo. –Te aseguro que llegaremos al fondo de este asunto -. Pero Weasley no le creyó mucho que digamos.
- Como sea, secreto por secreto. ¿Qué tanto escondes ahí? -. Murmuró Weasley cambiando el tema. No le agradaba para nada la manera en la que Potter le miraba… Como si le estuviera diciendo que necesitaba una temporada de vacaciones con Lockhart para que se le aclararan las ideas… Molesto en verdad.
- Bueno… Me llegó vía lechuza, pero no sé si darle mucha importancia -. Dijo entregándoselo… - Es un poema -.
- ¿Poema? -. Ron enarcó una ceja.
- No es como el de Ginny, ¿Está claro? -. Le rebatió de inmediato el moreno, sonrojándose un poco; esa era una de las peores planchas de su vida… - Lee… -. Mientras Weasley analizaba los versos, sonó la puerta. Eran los chicos que ya querían acostarse.
- Potter ¿Qué haces con Weasley allá adentro? -.
- Espera Seamus… En realidad estamos muy ocupados -. Un segundo después Harry notó que eso no había sonado muy bien que digamos…
- ¿Ocupados en qué? -. Siguió Thomas - ¿Se están haciendo arrumacos? -.
- ¡No seas estúpido Dean! Ron está revisando una nota importante que le ha llegado… Y es ¡PRIVADA! -.
- Entonces no deberías estar ahí Potter -.
- ¡Esperen un poco más! ¿Quieren?... ¿Y qué dices? -. Ron se pasó una mano por el pelo… Y se quitó la corbata. Recién el calor regresaba a su cuerpo, y de golpe - ¿Qué opinas de esos versos? -.
- Bueno… Yo pienso que esto deberías tomártelo en serio ¿No tienes una idea de quién pudo habértelo mandado? -.
- Ninguna en realidad. Llegó con una de las lechuzas del colegio -.
- ¿Y la letra? ¿No la reconoces? -.
- Me parece que está hecha a vuelapluma… No es una caligrafía que pueda reconocer… -.
- Nos estamos aburriendo de esperarlos… Dejen de toquetearse de una buena vez -.
- ¡Cállate Thomas, o de lo contrario yo te haré unos arrumacos! -. Le espetó Ron en voz bien audible - ¡Si tanto quieren dormir váyanse a acostar en los sillones!... Mira, si me preguntas mi opinión, creo que este poema habla de Malfoy… ¿No te parece estúpidamente obvio? -. Harry no permitió que el sentimiento de angustia se apoderara de sus pupilas… - Es mejor que abramos… Lo que me falta es que me digan marica -.
El último comentario hirió mucho a Potter.
Las caras de Thomas, Finnigan y Longbottom (Que estaba boquiabierto) eran elocuentes. Ambos muchachos lucían muy desarreglados, como si recién se estuvieran poniendo la ropa luego de hacer cosas no muy santas, y como Ron se había quitado la corbata y la túnica de la escuela, y Harry estaba en pijama… Bueno, podemos decir que eso no era buena defensa. Weasley se encargó de fulminarlos con la mirada y no se dijo ni una sola palabra en toda la noche… Sin embargo su amigo aún cavilaba y cavilaba…
