Dedicado a: SARILURI. Pucha, ¿Qué te puedo decir?, te estoy muy agradecido por tu apoyo y espero sorprenderte con todo lo que tengo planeado

27 Una bienvenida especial

Sábado por la noche, 1 de la mañana y Harry es incapaz de conciliar el sueño aún. Estaba muy inquieto y más que nunca echaba en falta a Sirius… Era horrible pensar que lo que Agatha le dijo podría ser cierto. El pensar que Black estaba con vida, o por lo menos su espíritu aún no había reencarnado, bueno era algo desconcertante. Aún en su cabeza retumbaban las palabras de Nick Casi Decapitado… Que Sirius había aceptado su muerte y que no iba a regresar ¿Se habría equivocado? ¿O se trataba de una treta de Agatha para que no preguntara más cosas?... Ella, sencillamente no hubiese respondido de ser así… ¿Por qué no le preguntó antes?. ¿Por qué no insistió? Ahora ya no había a quién consultarle…

""- …donde quiera que esté, no está muerto en verdad -.""

Y estaba Ron… No era que no creyera en lo que él decía. Sin embargo siempre habían visto a los fantasmas que rondaban por el castillo… Y de todas maneras, la espada de Rowena era una prueba a favor de pelirrojo. Harry intentó abrir ese armario antes, sin embargo le fue imposible… Tenía ganas de aprender esgrima, tal vez podría resultarle útil algún día…

El trío maravilla dejó de ser un trío muchos años atrás…

Lupin observaba el lago desde la ventana de su dormitorio,que era sólo para él. No tenía la necesidad de compartirlo, ya que era el único varón nuevo en Gryffindor. Su tío le envió una carta y Raphael sopesaba las razones por las cuales esto se volvía habitual. Durante el verano y parte del año notó que su tío cambiaba su carácter con rapidez. La muerte de su amigo le había afectado, ya que ahora se convertía en el único que quedaba de los Merodeadores. El padre de Harry estaba muerto y luego de tantos años de encierro y soledad, Remus volvía a tener alguien con quién hablar. El joven vivía desde hacía algún tiempo con el licántropo y después de aquel día en el Departamento de Misterios, su tío se había vuelto de trato más duro y distante, realmente ponía a prueba su carácter cada vez que la oportunidad se daba… ¿Acaso se estaría arriesgando de más?... Ya no le extrañaba… El chico se acomodó sus anteojos sobre la nariz y cambió el tema de sus pensamientos… En Gryffindor algunos alumnos actuaban de manera muy extraña. Sin ir más lejos, la misma Hermione. Parecía hallarse enfrascada en investigaciones paralelas a las que concernían a sus estudios. Ya le había sorprendido alguna vez husmeando en libros de hechizos defensivos y de ataque, como si estudiara para enfrentarse a algún hechicero muy pronto… Eso llamaba poderosamente su atención… ¿Qué sería el ED sobre el que tanto hablaban algunos?... Él iba a averiguarlo, y por lo que podría suponer, Margaret Black, aquella chica tan misteriosa, también se hallaba sobre la pista de los del sexto año y sus actividades extraescolares.

Kadyars tampoco podía dormir. El asunto de Blaise y el collar de Draco Malfoy le tenía muy intrigada. No sólo estaba eso, sino que también el castigo tan particular que la profesora de Defensa le impuso… Sin duda esa mujer tenía al rubio entre ceja y ceja, sin embargo los horarios y todo eso… La energía que desprendía aquel colgante, y la energía que rondaba a Draco… En las vacaciones también se comportó de manera extraña, pero le fue imposible averiguar algo más. Narcissa estaba al acecho y le pillaba descuidada con frecuencia… Miró a través de los cortinajes de su cama y se vistió con rapidez… Iba a dar un paseo al bosque; eso siempre le ayudaba cuando le bajaban los ataques de detective. Nuevamente la chica se llevó la mano al pecho al salir de su Sala Común… Echaba de menos a su otra mitad, sin ella las aventuras no eran lo mismo…

Un sollozo llamó la atención de la Slytherin al alcanzar el Gran Salón, y con ello la salida. Miró en todas partes, sin embargo no vio a nadie. Decidida a desvelar el misterio, la joven aguzó el oído y un nuevo sollozo, esta vez ahogado, le indicó la dirección del otro ser allí… Unos metros a su derecha. Avanzó lo bastante como para sentir a alguien más… No era un fantasma, era un ser humano… Podía escuchar su respiración un poco agitada. Con tranquilidad se agachó y modeló su tono de voz para parecer tranquila y confiable.

Lynn- No te haré daño… ¿Qué sucede? -. Ella pensaba que se trataba de algún niño más pequeño oculto tras los pilares, y no deseaba asustarlo, porque con ello ambos se pondrían en evidencia. Los dos andaban por el castillo sin autorización y si Snape o McGonagall los pillaba, la iban a pasar muy mal. Un nuevo llanto le respondió y su paciencia comenzó a agotarse.

L- Bueno, sino quieres hablar conmigo, me voy -.

-No… No te vayas… -. Era una voz de chica, y no era una pequeña, por lo que se desprendía de su tono. La Capa de invisibilidad se deslizó, dejando al descubierto a su dueña… Se trataba de la chica de Gryffindor que había azotado a Potter contra el piso el día martes… Margaret Black.

Margaret- Lo siento… Es que hoy no estoy muy bien -. Fue su excusa. Era bastante humillante que vieran llorando a un Black, y que justo le pillara una Slytherin… Demasiado para la familia.

L- No me importará en tanto salgamos pronto del castillo… Bonita capa -.

Mar- Ah!... Me la regaló Krum hace un año atrás. Es muy útil -. Comentó ruborizándose ligeramente.

L- ¿Viktor Krum?... ¿El que todos conocemos? -. La muchacha asintió con un gesto nervioso. – Vaya… -. Sin más palabras ambas muchachas se refugiaron bajo la capa sin pensar que la otra fuera de la casa rival. Lynn sintió la tela sobre su piel como líquida y fría… Muy suave y muy especial.

L- Oye, lo que hiciste con Potter fue muy bueno. Ni yo lo hubiese hecho mejor -. Comentó la chica cuando alcanzaron la salida y pudieron desprenderse del objeto entre los árboles.

Mar- Bueno, aquel día no estaba de muy buen humor ¿Sabes?. Además ese anillo me pertenecía -. Se explicó.

L- ¿Cómo es eso? -.

Mar- Es una regla entre los magos que se precien de tales… Si quedaba un Black vivo, el anillo le pertenecía a él y a nadie más… ¿Acaso tú no posees el anillo de tu familia? -. Lynn lo meditó un poco.

L- La verdad, no me importa la tradición… Por mí, a mis padres podría caerles una bomba atómica encima, eso me haría feliz -. Replicó de mal humor. Su familia, y sobretodo su padre, eran temas que no deseaba recordar. - ¿Cómo habrá llegado a ese chico el anillo que era tuyo? - Cambió rápidamente el tema de la conversación -.

Mar- no lo sé, pero podría apostar a que no se lo dio Sirius… Él detestaba este emblema -. Dijo mirando el anillo en su mano derecha (En el dedo anular) – Debió ser alguien que lo encontró y quiso que Harry lo tuviera para que conservara algo de él… pero eso no me interesa. No se puede jugar con cosas como esta, mucho menos cuando no se conocen a las personas -.

L- Como quieras… -. Y suspiró – Ahora ¿por qué llorabas? -.

Mar- Necesitaba desahogarme. Tengo un poco de rabia… Gryffindor no era lo que yo me esperaba -. Dijo y entre las dos se instauró el silencio. Resultó que caminar y sentir el frío en la cara era gratificante para Margaret…. Le ayudaba a pensar. Margaret conocía a Lynn más por sus bromas en Aoi que por otra cosa. Había cursado un año en el instituto japonés y Aunque habían ido en el mismo salón, nunca se acercó a la muchacha. Lynn pensaba más o menos lo mismo cuando un ruido de cascos le sacó de sus pensamientos. Se escuchaba hacia el norte y Kadyars tomó de la mano a Black para ir a investigar quién llegaba al castillo casi a las dos de la mañana. Cuando se acabaron los árboles las muchachas se cubrieron con la capa invisible de Margaret, muy extrañadas.

Mar- ¿Quién podrá ser? -.

L- No lo sé, pero pronto lo vamos a averiguar -.

En efecto, un carruaje (que ambas reconocieron como uno de los de la escuela) se acercaba por el sendero hacia la entrada. Iba tirado por los Thestrals y para sorpresa de las jóvenes, Albus Dumbledore se hallaba a la espera de la misteriosa visita. Sobre su túnica salpicada de estrellas llevaba una capa obscura y muy gruesa para protegerse del viento helado que azotaba las paredes de piedra. El coche se detuvo y una mujer descendió de él. A la luz de la luna creciente, ambas pudieron notar que se trataba de una tipa obesa, de abundante cabello crespo y corto, atado arriba con un lazo rosa y rostro de sapo. Vestía una chaqueta rosa chillona y muy esponjosa. Albus se apresuró a extenderle una de sus manos huesudas para que ella se apoyara y no fuera a tropezar. Dumbledore miró en dirección a las chicas y las dos tuvieron la impresión de que las habían descubierto. Se miraron, pero no permitieron que el miedo las evidenciara más. Gracias a la diosa se encontraban lo bastante cerca como para escuchar la conversación.

Umbridge – Gracias -. Murmuró con una voz muy fría y disgustada. - ¿Ya está preparado mi cuarto? -.

Dumbledore- Profesora, siempre es un placer recibirla en este lugar -. Respondió Albus, como recordándole que antes que nada, debía tener modales. La mujer ignoró su gesto. – Espero que ya esté completamente recuperada -. A Dolores le pareció ver algo más en la sonrisa abierta y amable del director. Arriscó la nariz con disgusto.

U- Por supuesto que lo estoy. Vengo a imponer el orden y la disciplina en este colegio. No es por desacreditar su labor educativa -. Dijo melosa y falsamente, previniendo cualquier réplica – Sin embargo, he oído que la anterior funcionaria del Ministerio era una persona incompetente… No sabía llevar a los alumnos -. Si Dumbledore se molestó, no permitió que Umbridge lo notara. Carraspeó suavemente por toda respuesta.

D – Lo comprendo perfectamente, Dolores… Sin embargo, no considero que la profesora Vane fuese mala o incompetente. Sus métodos eran algo "Osados", pero sabía manejar muy bien a sus alumnos… ¿Por qué no pasamos adentro? Hace mucho frío y no me agradaría que fuera a enfermarse -.

U- Por supuesto -. Y se acomodó su esponjosa chaqueta rosa para seguir al director hacia el cómodo y cálido interior del castillo.

Kadyars estaba desconcertada.

L- "Eso" es la tipa de la que todos hablaban -. Dijo con desdén – No es alguien que inspire respeto o temor -.

Mar- No te fíes. Esa mujer tal vez se vea pequeña e insignificante, sin embargo tiene mucho poder. Su cargo en el ministerio de la Magia es muy alto e importante… Además, les causó muchos problemas a Potter -. Añadió con una voz que debería ser seria pero que en el fondo era muy alegre.

L- ¿Y qué problemas habrían sido aquellos? -.

Mar- Ni idea -. Se encogió de hombros. – Pero todos le detestan -.

Agatha no la estaba pasando de lo mejor. Para controlar a Moony decidió trasladarse a Grimmauld Place, ya que al parecer los demás no le prestaban atención al lupino, que cada vez se comportaba más como un criajo que como un hechicero respetable y entradito en años. Ahora, ambos en el cuarto, Remus sentado en la cama y Agatha con la poción Matalobos en las manos, parecían el niño que no quería tomar sopa y la madre que intentaba hacerlo comer.

Rem- No necesito que me andes vigilando ¿Hasta cuándo debo repetírtelo? -.

Ag- Pues hasta que Uther me diga que ya estás completamente reestablecido y me demuestres que no vas a salir de esta casa para buscarte problemas -.

Rem- Hace muchos años que mi madre está muerta, no necesito otra -.

Ag- ¿Debo recordarte que no has hecho todo lo que debes en este mundo? -. Le rebatió la mujer - Debes cuidar de Harry y de tu sobrino -.

Rem- Ja! ¿Lo dice una persona que dejó abandonada a su hija en la puerta de su amante? -. Vane se puso roja de enojo – No tienes autoridad moral para darme consejos Agatha. Quiero que me dejes solo -.

Ag- Ya estoy acostumbrada a tratar con patanes, y si tú te largas a comportarte como uno, no tendré empacho en ponerte en tu lugar. Ahora quiero que te tomes la Matalobos, pronto será luna llena -. Por toda respuesta Lupin se metió en la cama y no volvió a dirigirle la palabra. Agatha dejó la copa en el piso, le cerró la puerta y bajó la escalera algo desanimada. Thomas estaba en la planta baja, mirando el fuego algo triste.

Th- ¿Y? -.

Ag- Nada. Sigue enfurruñado como si tuviera cinco años -.

Th- Creo que lo mejor es que le dejes en paz. Debes entender que nunca ha estado mucho tiempo inactivo y esto debe ser frustrante. Más que llegas tú y empiezas a tratarlo como un niño chiquito. No estás en edad para ser la madre de nadie Agatha -.

Ag- Tal vez, pero me preocupo mucho por él… Y quiero protegerlo -. Sin más, la mujer tomó unas monedas de su chaqueta y se encendió un cigarro -.

Th- ¿Qué piensas hacer? -.

Ag- Llamaré por teléfono a alguien… Si Remus quiere ir y hacerse el héroe, pues bien por él, pero yo no voy a permitir que otro merodeador se de el lujo de usarme como su mensajero privado. Con Black me basta y me sobra… ¿Y tú por qué estás así? -.

Th- Es sólo que voy a echar de menos a Cassandra… En realidad es muy buena en sus estudios -.

Ag- Eres un papá de tiempo completo ¿no? -.

Th- Yo la elegí para que fuera mi hija… No puede ser de otra manera -.

Agatha salió a buscar un público y realizó una llamada telefónica. Así se quedara sin una libra, Remus sobreviviría… Severus y él tenían que hacer bastante y no dejaría que Potter sufriera más de lo que ya sufría por haberse quedado sin su padrino.

Por la mañana las cosas estaban un poco más calmadas. Margaret aún no se despegaba de las sábanas al igual que Lynn, ya que se habían largado a vagabundear para hallar la moto que se suponía ya era de propiedad de Kadyars, y aún estaba en el mismo lugar donde la pilló. Margaret la contempló largo rato y no dijo nada. Sin embargo Kadyars pudo notar que se hallaba disgustada y lo atribuyó a la envidia. De todas maneras, le daba igual. Es motocicleta era suya y de nadie más, así el mundo se muriera de la rabia.

En Ravenclaw una venganza se llevaba a cabo. Thomas no iba a dejar que las responsables de que su prima se quedara sin empleo salieran impunes de este embrollo. Toda la escuela iba a enterarse de que Cho Chang y Marietta Edgecombe eran las responsables del regreso de Umbridge. Las jóvenes se levantaron como cada mañana, pero se quedaron en su sala Común aguardando a otra amiga y a Samantha Shrewd para preguntarle cómo se hallaba de su herida en el rostro. Danielle LeGrand fue la primera en verlas y debió hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no dejar escapar sus emociones y burlarse. Con calma miró a las muchachas y en silencio dejó la Sala Común y corrió todo lo que pudo para largarse a reír. Cho le escuchó, sin embargo no dijo nada… La que no pudo callarse fue Samantha.

Cho- ¿Te sientes mejor? Le inquirió con amabilidad -.

Samantha- Chicas… -. Si se miraran en un espejo, Cho y Marietta verían sus reflejos normales, y de hecho así había sido por la mañana. Sin embargo, para el resto del mundo, las jóvenes estaban calvas y en ropa interior… Y por si eso fuera poco en sus traseros una larga cola emplumada sobresalía… En sus frentes, la leyenda "Estúpidas Delatoras" estaban escritas con letras doradas y sus rostros tenían arrugas, al igual que todo sus cuerpos. Eran, en síntesis, dos viejas con plumas en el culo, cuales gallinas cluecas.

Marietta -. ¿Qué pasa? ¿Por qué nos miras de esa manera? -. La preguntó preocupada. Las muchachas de Salem salieron un poco después…

Lucy- Ruri no quiso despertar… Ni modo, se va a perder la hermosa panorámica del lago ahora que hay partido de Quidditch -.

Sofía – Ah!, es mejor para nosotras; así podremos contemplar con detención a los de Gryffindor… -. Sus cuchicheos se acallaron cuando vieron a las chicas hechizadas.

Mari- Buenos días! -.

Lucy- Bue…nos días, señorita -. Saludó la joven algo perturbada. ¿Era alguna clase de actividad especial de los ingleses?. Ni idea. Con un gesto un poco brusco Bloom tomó a Grimaldi por un brazo y le arrastró hacia fuera. Samantha las odió por dejarla sola, comiéndose la impresión.

Mari- ¿Sam? -.

Sam- Lo lamento… es que tengo que hacer, pero estoy bien, gracias -. Y salió por patas hacia el Gran Salón…

Cho- ¿Qué les pasa? -.

Mari- Ni idea, pero yo tengo apetito. ¿Por qué no bajamos de una buena vez? -.

Cho- Si. Hoy tengo antojo de tarta de fresa -.

Las jóvenes se perdieron la indigestión… Perdón, la bienvenida de Dolores Umbridge. Por desgracia, Harry y sus amigos llegaron justo a tiempo para ver cómo la peor maestra que en sus vidas habían tenido se hacía con la palabra y empezaba a despotricar con esa voz estúpida y esa sonrisa como si hubiera devorado un enjambre de moscas dos minutos atrás.

Dumbledore – Es mi deber anunciarles a todos ustedes que la Profesora Agatha Vane ha tenido algunos problemas personales, y que por ello ha dejado oficialmente el puesto de profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras -. A esas alturas para nadie era un misterio que Agatha había sido sacada y que Umbridge iba a regresar, En todo el salón reinaba un silencio sepulcral, varios molestamente sorprendidos por la llegada de Umbridge – Y por ello la plaza será ocupada por Dolores Umbridge, quien se ha ofrecido de manera voluntaria y totalmente complacida de enseñar nuevamente -. La mujer ni siquiera esperó a que Dumbledore terminara de habla o siquiera se oyera algún aplauso de bienvenida forzada. Harry pudo notar que Los maestros se hallaban disgustados y McGonagall desviaba la mirada, furiosa, en tanto Snape tenía remarcada su vena en la frente.

Umbridge- Espero que mi "colega" no haya causado muchos problemas -. Carraspeo – El Ministerio de la Magia, ahora que nos hallamos en momentos tan difíciles y oscuros, ha decidido que no hay otra persona mejor capacitada que yo para calmarlos y evitar que entren en pánico -. Ron soltó un bufido

Ron- Para reprimirnos, querrá decir -. Hermione le dio un codazo. Raphael le observaba con atención. Desde muy lejos se notaba que esa tipa no llevaba buenas intenciones. Weasley temía por el partido de Quidditch que tenían con Slytherin esa mañana, y los chicos ya estaban preparados, incluido Harry a quién le tiritaba un músculo de la mandíbula al ver a su enemiga número cuatro (la lista era encabezada por Voldemort, Snape y Lestrange) hablando como si estar en shock por más de seis meses no fuera suficiente para comprender que nadie la quería allí.

U- Al consultárseme si acaso deseaba regresar, he dicho que sí, ya que siempre estaré a disposición de todos ustedes, mis alumnos queridos -. La mujer miraba a Harry sin disimulo alguno. Estaba furiosa aunque intentaba sonreír, y Potter le sostenía la vista de manera insolente – Y por ello he de anunciarles, que en un afán de protegerles de malas influencias, todos los Decretos de enseñanza ya establecidos regresarán a vigencia a contar del día de hoy, ya que la disciplina es muy importante para evitar que las malas influencias les llenen las cabecitas de tonterías. Nuestro, deber, como profesores, es instruirles y cultivar sus habilidades, sin que ello signifique asustarlos… -. En ese momento Cho y Edgecombe ingresaron para tomar desayuno. Harry, que ya estaba en otro planeta y no prestaba atención alguna a las palabras de la maestra luego de entender que no jugaba esa mañana, casi se fue de espaldas ante la visión que tuvo enfrente… El resto del alumnado se sumió en un coro de murmullos y risitas ahogadas. Los de Ravenclaw que ya se habían levantado estaban estupefactos y un chico se puso de pie para cubrir a Cho con su túnica del uniforme…

U- ¿Qué significa esto? -. Flitwick se bajó de inmediato de sus cojines y se acercó a la mesa de su Casa para intentar cerciorarse de que sus ojos no le engañaban. Los de Slytherin se tapaban la boca con las manos y los de Hufflepuff ni siquiera podían reaccionar… Finalmente los Slytherins no soportaron más, y se largaron a reír…

Hermione- Pero… -. Harry se puso de pie. El incidente con Samantha llegó a su mente y atar cabos entre eso y lo que ahora pasaba fue cosa de un segundo.

Harry- Fueron ellas… -. Granger le quedó mirando.

Her- ¿De qué hablas? -.

H- Ellas fueron las que enviaron la carta al Ministerio para que sacaran a Agatha -. Ron le agarró de la túnica, mientras Margaret recién entraba por el otro lado… Kenji Urashima no prestaba atención. Sólo miraba al techo mientras su canción seguía sonando.

Flitwick – Señoritas -. Dijo mirando a Chang y Marietta – Considero que lo más prudente es que regresen a la sala Común -.

Cho- Pero… -. El maestro les miró con severidad -.

Mari- ¿Qué es lo que pasa? -. Para el Jefe eso fue peor que una cachetada; sin embargo, intentó mantener la compostura.

F- Me refiero a que esta no es la forma de vestirse… -.

Cho- Llevamos la ropa que debemos llevar! -.

F- ¿Es acaso una especie de burla? -.

Mari- No le entendemos… -. Malfoy se puso de pie, muy contento, aún sin poder contener la risa…

D- ¡Qué linda ropa interior!… Y las plumas son un gran detalle… Las felicito- Dijo con maldad, regocijándose por la labor de humillar. Snape también se acercó a la mesa, antes de que Flitwick pudiera quitarle puntos a Slytherin.

Snape- Malfoy! Regresa a tu silla de inmediato -. Extrañadas las muchachas se miraron de arriba abajo y entonces cayeron en la cuenta de cómo estaban vestidas… El hechizo de Thomas perdía el efecto de disfrazar la realidad cuando alguien la evidenciara. Casi desnudas y con un montón de plumas en el trasero, las chicas empezaron a saltar de un lado a otro, presas del pánico… Al sus reacciones, todos comprendieron que se trataba de una broma, pero Kadyars ni siquiera se había levantado. No había quien culpar.

Ginn- Harry, por favor siéntate. De lo contrario creerán que fuiste tú -. Le advirtió. Potter tomó asiento, lamentándose por no haberlo pensado antes. Entonces las palabras "ESTÚPIDAS DELATORAS" comenzaron a brillar. Colin Creevey estaba tan emocionado que se acercó a tomar fotos y luego corrió a perderse antes que le arrebataran la cámara. Minerva no movía un músculo y Dolores parecía al borde del colapso.

U- ¿Acaso esto es una burla? -.

D- No… Por favor le ruego que se siente, yo veré qué pasa -. El director se acercó a Flitwick y le pidió que hechizara a las alumnas para que no causaran más alboroto, así que el maestro les hizo perder el conocimiento y le pidió a algunos alumnos de su casa que las regresaran a la Sala Común… La mayoría ya se reía, pero Albus levantó las manos y el silencio se instauró nuevamente.

D- Por favor… Regresen a sus salas hasta que sus jefes lleguen para hablar con ustedes -. Ron y Hermione se pusieron de pie y llevaron a los chicos hacia la Torre de Gryffindor. De inmediato Harry corrió para hablar con Colin.

H- ¡Colin! -. Gritó en la puerta del dormitorio de los de quinto – Abre por favor -. Dennis también se sumó a los gritos. Algunos segundos después Colin se apareció.

Col- Harry… -.

H- ¿Sacaste bien las fotos? -. El chico pareció genuinamente desconcertado.

Col- …Si… -. Potter entró con Dennis y cerró la puerta. Afuera todos estaban tan conmocionados y risueños que no notaron su ausencia.

H- Quiero que me entregues el rollo… No, tranquilo. Yo no se lo daré a nadie -. Colin le entregó de inmediato el rollo.

H- No me gustaría que la profesora McGonagall te regañara, así que dirás que cuando llegaste aquí la cámara no tenía rollo… -.

Dennis- Pero… -.

H- No va a pasar nada. Yo los defenderé -. En momentos como ese valía la pena ser El Niño Que Sobrevivió. Colin sonrió – Te la regresaré cuando todo el alboroto haya pasado, ¿bueno? -.

Col- Está bien… Si dices que me protegerás, mentiré -. Harry sonrió y salió del cuatro. Ron le aguardaba afuera con los brazos cruzados sobre el pecho.

Ron- ¿Y qué piensas hacer con eso? -. Dijo indicando el rollo que Potter se echaba al bolsillo.

H- Por ahora, nada… Pero esta es la prueba que andaba buscando. Agatha no quiso decirme quiénes le habían delatado, y creo que falta alguien más a quién ajusticiar… -. Pensaba en Shrewd. – Pagarán largamente por esta tontería… -. Sus ojos habían cobrado un brillo maquiavélico, que Weasley jamás le había visto.