ççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççç
28 Decretos de Enseñanza y sus efectos...
Y Lynn se lo perdió. Savrile le contó lo sucedido entre risas ahogadas. Realmente aquella había sido una buena broma.
Sav- Fuiste tu ¿no? -.
L- ¿Yo?... -. Y no respondió. Alexandra le miraba acusadoramente, ya que sabía perfectamente que su amiga había salido a tomar el fresco por la noche, aunque no le calzaba aquello de "Estúpidas Delatoras" ¿Qué razón pudo haber tenido para ponerles eso en la frente a las Ravenclaws? Justo en ese momento apareció Draco, quién miró a Kadyars con una sonrisa en los labios. Él también creía que ella era la responsable, sin embargo tenía ganas de felicitarla. Esa boba merecía eso y más… Le había ahorrado el trabajo.
Como había previsto Harry, Minerva llegó un poco después para pedirle a Colin su cámara. El chico se la entregó y dijo la mentira que Potter había inventado. Ron no le despegó la vista a su compañero en ningún momento .
Min- Está bien Creevey, pero si me entero de que las fotos andan circulando por ahí, me encargaré de castigarte severamente. El partido de Quidditch ha sido cancelado -. Dijo secamente y todos los chicos murmuraron furiosos. – Lo lamento tanto como ustedes, pero los decretos han entrado en vigencia, por lo cual no existe el equipo de Quidditch de Gryffindor -. La profesora no respondió a las protestas de Ron y abandonó la Sala Común. Todos se arremolinaron en torno a Harry, que consolaba a su compañero.
Ron- ¡No es justo! Habíamos entrenado muy duro para derrotar a Slytherin -.
Ginn- No podemos hacer nada… No Ron, aún no es el momento. Eso sería delatarnos antes de tiempo -. Dijo la chica antes de que su hermano le hiciera alguna alusión a la caja de Sortilegios que había llegado hacía menos de dos días. – Dejemos que Umbridge crea que nos tiene en sus manos… -. Sus ojos destellaron maliciosamente. – Esa mujer necesita una lección para no olvidar y que le quite por completo las ganas de regresar a esta escuela mientras haya un Weasley en ella -. Harry se integró a la conversación, luego de felicitar a Colin por la mentira.
H- Lamento no poder jugar más Ron… Me gustaba mucho ser capitán -. Dijo con pena. Su amigo bufó largamente
Ron- No importa. Ni siquiera tienes un equipo por el cual sentirte mal -.
Hermione- Sino fuera Umbridge… Estoy segura de que no les permitirá jugar -.
Ron- No es necesario que nos lo digas. Ya lo sabemos de sobra. Echo de menos a Angelina, ella sabría qué hacer -.
H- Si Wood lo supiera… No sacamos nada con lamentarnos.
Her- Lo que dices es cierto. No podemos desperdiciar el tiempo en tonterías como Dolores. Sin duda las clases volverán a ser iguales y el ED… -. Granger se quedó callada de pronto al notar que Raphael escuchaba con mucha atención cada una de sus palabras. La chica se sentía muy mal por con contarle nada su amigo; sin embargo el sentido del deber podía mucho más que la culpa. Ron miró a Lupin con desdén y cambió el tema de conversación.
Ron- Ginny, ¿Qué piensas hacer ahora?-.
Ginn- No pienso decírtelo. Sin embargo puedo contarte que Fred y George se han superado… -. Entre los muchachos se impuso un incómodo silencio y de a poco fueron alejándose de Raphael, para maquinar sus planes en paz. Lupin no se preocupó ni se ofendió por ello. Cuando les demostrara a todos que sabía perfectamente de lo que hablaban y que eran unos perfectos idiotas por fugar tanta información, la humillación que sentirían sería bastante para alimentar su propio ego. Así que, asumiendo su etiqueta de "niño marginado" salió a los pasillos para buscar a Margaret, quien se marchó de la torre para no tener que verle la cara a Potter y cía.
Ya al verse libres de intrusos, Harry y Ron convocaron a todos los miembros de ED al dormitorio de los chicos para hablar en paz.
Seamus- Tenemos que seguir reuniéndonos… -.
H- Lo sé, sin embargo Malfoy está a punto de hallar nuevamente el lugar donde nos juntamos. De seguro Umbridge seguirá con la Brigada Inquisitorial para vigilarnos y Malfoy no tendrá restricciones para meterse en la Torre Gryffindor… -. Todos se quedaron callados. No sería nada de conveniente seguir juntándose, ya que ver a Ravenclaws y Hufflepuffs caminando hacia la Torre sería sospechoso. Además, se hallaban bastante lejos de un baño o la biblioteca. Los miembros del año anterior estaban marcados…
Ron- Es necesario buscar otro sitio… -.
Her- Debe haber otro lugar. Si la profesora Vane fue capaz de mostrarnos ese salón tiene que existir otro que podamos usar… -.
Ginn- ¿Y en Historia de Hogwarts no hay nada más? -.
Her- Nada. Lo he revisado, así como otros libros de la biblioteca y no… -. Harry volvió a pensar en La Cámara, sin embargo, él era el único que podía hablar Pársel, y tantos hombres en el baño de Myrtle… No, era imposible. Desesperado, invocó en su mente el Mapa del Merodeador, tenía que pillar algo… Lo otro era contactarse con los gemelos y consultarles cobre si conocían otro sitio… Todas, opciones que requerían de tiempo que no disponían en gran cantidad. El correo sin duda volvería a ser registrado, y como andaba Umbridge, de seguro se metería a revisar en sus cuartos, por si acaso…
Neville- Pues lo único que se me ocurre es El Bosque Prohibido -. Tampoco. Grawp, las Acromántulas y los centauros les harían la vida imposible y los pondrían al descubierto. Sólo les quedaba buscar, a ver si corrían con suerte y hallaban otro sitio… Y hablar con Dobby, el elfo, podría ayudarlos tal vez…
Si en Gryffindor habían líos, en las otras casas, los miembros del ED se reunían para discutir; sin embargo ellos tampoco podían hallar una solución a su problema.
Draco no estaba ni preocupado, aunque el hecho de que su padre fuera expuesto como Death Eater le podría dar algunas dificultades. Umbridge era una mujer muy fácil de influenciar y estaba seguro de que si le hablaba de sus andadas por la Torre de Gryffindor y lo cerca que había estado de pescar a Potter, sin duda que ella volvería a ser su mejor amiga y colaboradora. Ahora que esa tonta de Vane no estaba, el trío maravilla no eran más que tres chicos asustados y sin salida… Eso le ponía bastante contento, además, lo que le sucedió a Chang era un regalo para su vista… Tal vez lo único malo de aquel día era el hecho de no poder jugar al Quidditch y demostrarle a ese estúpido de Ron que podría con Gryffindor solito… Desde que meditaba, sus habilidades como Seeker habían mejorado notablemente. No era un mediocre, sino alguien capaz de causar muchos problemas sin necesidad de tretas.
Al mirar distraídamente hacia un costado, Draco se topó con los ojos castaños de Justinne. La chica estaba a su lado, quizás de cuándo, disfrutando junto a su mascota del fuego de la chimenea, sentada en la alfombra. Cierta noche, Snape se había metido a su cuarto para hablarle de aquella muchacha y pedirle que la protegiera de las bromas que los demás. Malfoy no le había prestado mucha atención, pero aceptó el encargo, pensando en que no le convenía estar mal con el Jefe de su Casa, y que bastaría con mirar a Lioncurt de vez en cuando y cerciorarse de que no fuera a meterse en problemas. Sin embargo, ahora que la miraba con detención, le parecía una chica encantadora, y eso que no había hablado con ella…
Draco- ¿Necesitas algo? -. Dijo con tono molesto. Antes que nada, estaba su reputación…
Pansy- ¿Algún problema Malfoy? -. Justine arriscó la nariz, ofendida – Ya niña, vete a tu cuarto o a cualquier otro lado, tengo que hablar con Draco -. La chica obedeció, no sin antes mostrar su enojo con elegancia. Esa joven siempre estaba rondando a Draco y eso le hartaba sobremanera… Ya tendría tiempo de ponerla en su lugar.
P- Me fastidian los niños. Siempre se meten donde no deben… -. Dijo, para luego acomodarse el cabello con vanidad.
D- ¿Qué quieres Pansy? -. Le inquirió con educado interés? -.
P- Quería saber si acaso volverás a integrar la Brigada Inquisitorial. Umbridge me ha dicho que le gustaría rearmar a sus colaboradores, ya que los Gryffindor debían ser estrechamente vigilados -.
D- ¿Cuándo hablaste con Umbridge? -.
P- No hace mucho. Luego del incidente en el Gran Salón me llamó para decírmelo- Milicent ya ha aceptado, y si tú te unes, por inercia Crabbe y Goyle volverán a integrarse -.
D- mmmh… A lo mejor, debo pensarlo -.
P- ¿No has hablado con tu padre? -.
D- Eso… Es algo que no te importa, Parkinson -. Replicó con tono enojado.
P- Lo siento… Es sólo que te he notado algo decaído en estos días… -.
D- No es nada, no te preocupes. Las bromas de esa extranjera me tienen un poco harto nada más… -. Pansy entendió que no debía hablar sobre el particular. Draco era sumamente sensible respecto a su familia.
P- No sabes las ganas que tengo de ver a Potter en líos otra vez. Las cosas han estado tan aburridas en esta temporada… Más con esa tipa, Vane. ¡En calidad de Bulto! -. Se quejó – Y además dejarte con ese idiota de Potter para que te golpeara en la nariz .
D- Eso no es algo de tu importancia, Parkinson, aunque coincido con tigo en que San Potter necesita algunos problemas… -.
Como era natural, con el transcurrir de las horas, todos los chicos salieron a disfrutar de la fría mañana. Realmente aquella fue una semana agotadora, y al fin se había acabado. Por recomendación de Granger, ni Harry ni Ron salieron afuera. Resignados, se cambiaron las túnicas de Quidditch y se quedaron solos en el Gran Salón.
H- Ron… -.
R- Mmh? -. Le inquirió tras algunos pergaminos. Para variar, estaba tan retrasado con la tarea como su amigo.
H- Tengo hambre ¿por qué no vamos alas cocinas de los elfos? -.
R- ¿Por qué no lo dijiste antes? -.
H- ¿Para que Hermione empezara con lo de la PEDDO?. No gracias. Por fortuna ha estado tan ocupada que no siguió con esa tontería -.
R- Como digas. Cualquier cosa es mejor que estar haciendo tareas para Flitwick .
Algunos minutos después, una pera se deshacía en risitas ahogadas y se convertía en un pomo para que los chicos penetraran a las cocinas de los elfos. Algunos de ellos eran nuevos, sin embargo la mayoría les miró con un atisbo de enojo. Tenían, al parecer, bastante presentes los discursos revolucionarios de Hermione.
R- Creo que después de todo no fue tan buena idea, Harry -.
H- Tranquilo. Ellos no podrían hacernos daño. Es Hermione quién les provoca problemas -. De inmediato se acercó a ellos Dobby. Venía con una calceta a rayas verdes y naranjas y otra calceta de color rojo con amarillo. Sobre su cabeza, todos los gorros que Hermione había hecho para los elfos, lo que le hacía ver más cabezón de lo que ya era. Sus ojos como pelotas de tenis parecían a punto de derramar un chorro de agua.
Dobby- Señor Harry Potter, Dobby es tan feliz al verlo señor, mi señor -. Dijo con la voz temblorosa. Ron no le prestó atención contemplando las cocinas donde mil platos deliciosos se estaban cocinando.
H- Dobby, tenemos que hablar contigo sobre algo muy importante… -.
Ron- Disculpen... ¿Me podrían dar algunas galletas de esas? -. Muchos elfos se acercaron a Ron y comenzaron a llenarles los brazos de galletas. Harry le miró fastidiado.
Ron- ¿Qué?. Te apuesto que Umbridge no nos deja comer galletas -.
H- Como sea. Dobby, estoy en problemas y me gustaría que me ayudaras -.
D- Si señor, Dobby hará lo que sea por Harry Potter, señor -. Estaba ansioso.
H- Creo que lo mejor es que nos veamos en otro sitio. ¿Puedes ir a mi cuarto dentro de dos horas? -.
D- Por supuesto señor, en dos horas señor, Dobby irá señor -.
H- Bien, quiero que seas puntual -. Y sin más, Harry y Ron (Con los brazos llenos de dulces y otras golosinas) se fueron de las cocinas.
Ron- ¿Por qué nos marchamos tan pronto? -.
H- Sencillo. Porque sabía que tú te traerías los dulces que pudieras cargar y me daba pereza llevarlos yo solo -.
Ron- Muy gracioso -.
H- Aparte de eso -. Siguió Harry, si prestarle atención y tomando una rosca de chocolate rellena que se escapaba de los brazos de su compañero – No podemos dejarnos ver mucho por ahora. Umbridge comenzará a poner detectores y eso; no me gustaría que nos pescara vagando por lados extraños. No podíamos quedarnos mucho tiempo -.
Los jóvenes llegaron sin ninguna novedad a su salón común… Umbridge estaba preocupada de otras cosas. Draco había aceptado finalmente su proposición y estaban hablando sobre la organización.
U- Quiero que tengas bien claro que cualquier información que puedas darme sobre las actividades de Potter me será de mucha ayuda. Ese niño se ha atrevido a desacreditar al Ministerio de la Magia delante de todo el mundo y no voy a permitir que siga haciendo tonterías -.
D- Lo sé, Señora Umbridge -. Le replicó el muchacho con tono de entendido – Potter es un chico algo desordenado -. Malfoy sabía que hablar como si fuera un adulto responsable y adulador serviría para someter a la vieja a sus caprichos…
Al fin la influencia de Lucius se estaba notando. El joven siempre era bien aconsejado. Un poco aburrido, se llevó la mano al Parshitel y lo contempló por un momento.
U- ¿Qué es eso? -. Inquirió con curiosidad.
D- No es nada, sólo una vieja herencia familiar -.
U- Comprendo que su padre se ha visto envuelto en algunos problemas con el Ministerio de la Magia -. Malfoy la observó con detención, pero un rápido rastreo le permitió saber que ignoraba la verdad. Era un punto a su favor.
D- Fueron sólo tonterías. Mi padre ha quedado libre de toda culpa. Usted lo sabe… -. El muchacho fijó sus ojos grises sobre los de su profesora… Lo hizo con delicadeza casi.
U- Por supuesto. Los Malfoy son una familia muy respetada… Su padre jamás se habría involucrado con los Mortífagos -.
D- Bien, profesora Umbridge, quisiera saber desde cuándo podemos comenzar con la vigilancia de los alumnos… Me refiero a la Brigada Inquisitorial -. Cambió rápidamente el tema.
U- Lo antes posible. Dumbledore parece bastante distraído… Si Potter llega a hacer algo, me encargaré de expulsarlo de este colegio en el acto -. El rubio sonrió y Dolores pareció satisfecha. Sin duda ese chico había servido para sus propósitos antes y seguiría siéndole fiel…
Lo que no sabía Umbridge era que estaba haciendo exactamente lo que Malfoy quería… Draco la manipulaba gracias al Parshitel, y lo mejor de todo era que nadie sospecharía de él… Bajo la protección amorosa de Severus Snape, podía hacer que las cosas fueran a su manera; nadie se acercaría a él ahora que Agatha Vane no enseñaba en Hogwarts… Le quedaba esa chica, Kadyars, sin embargo lo que ella buscaba era molestarle… Cambiándose de lugar, las cosas se terminarían por calmar. Aguantarla era un proceso sencillo ahora que tenía claros sus objetivos…
Potter necesitaba problemas y los iba a tener.
La entrevista terminó y pronto comenzarían las detenciones.
Kenji lo estaba pasando bien. A pesar de tener un poco de frío, jugar en la nieve era lo mejor que podía hacer en un día de ocio… Y lo que era más agradable para él, Ginny también estaba jugando de lo más alegre…
Guerra de pelotitas de nieve y monitos a diseñar… Lo estaba pasando excelente.
El día pasó en calma, y cuando comenzó a obscurecerse los jóvenes Gryffindors se devolvieron a su salón, bastante decepcionados. Kenji se quedó atrás, terminando un monito que nieve que se suponía era Snape, para reventarlo a pelotazos. No se había dado cuenta, pero otro chico también se había quedado afuera y observaba con interés y diversión cómo él mataba a Snape entre risas y canciones en japonés.
Kenji- Bien. Mi trabajo ha acabado al fin. Ahora, a comer y dormir hasta mañana… Hitori de wa, koi ashitamo… (Heart of Sword/RK) -.
Urashima iba bien distraído cuando notó que había una galería en el tercer piso, aún bastante alejado de la torre de Gryffindor. Considerando que aún quedaba un rato para la cena, y que quería estar solo, decidió quedarse allí un rato, para escuchar su música en paz. No le gustaba mucho estar rodeado de mucha gente y los chicos de su casa eran particularmente ruidosos. Apagó su Walkmage y se puso a investigar.
K- Lindo lugar – El japonés no lo sabía, pero ese pasillo estaba prohibido para los alumnos hace cinco años atrás, cuando cierto niño y su pandilla se metió para husmear y se topó con un perro monumental.
Blaise – No deberías estar aquí, chico -. Zabini se cruzó de brazos a espaldas de Kenji. Cuando el extranjero se volteó a mirar, el Slytherin se acercó a él. – Dumbledore ha prohibido este pasillo para los alumnos -. Se explicó. ¿Cómo le había seguido?. Según sus compañeros de Casa, los Slytherins eran particularmente tramposos y si te pillaban haciendo algo indebido irían a acusarte sin conmiseración alguna, sin embargo, lo que menos le importaba al japonés eran precisamente las reglas, así que, sin demostrar turbación alguna Kenji fue y se sentó en el suelo. Sorprendentemente, Zabini se sentó a su lado.
K- ¿No que estaba prohibido? -.
B- Bueno, a mí tampoco me importa. Sino hablas, yo no hablaré -.
K- Está bien – Urashima no era de esos que delataran al resto. Cada uno era libre de hacer lo que más quisiera, así se lo enseñaron sus padres.
B- ¿Me prestarías tu radio? -.
K- Es un Walkmage. Lo han hechizado para mí -. Se explicó Kenji mientras se lo alargaba. – Cuídalo, sino Iruka me asesina -.
B- ¿Quién es Iruka? -.
K- Mi hermano -.
B- A propósito… Hiciste un lindo mono de nieve… Aunque fue mala idea que le escribieras el nombre… -. Urashima se asustó, sin embargo no permitió que el otro muchacho se diera cuenta.
K- ¿Hablas japonés? -.
B- Así como hablarlo… No, sin embargo soy capaz de reconocer algunas palabras y sílabas… De todas maneras, Snape no es un maestro muy popular -. Zabini observó el efecto de sus palabras en el Gryffindor y siguió – No es buena idea, aquí la mayoría de la gente domina algún idioma, no te vaya a tocar el premiado con japonés y te acuse -.
K- No me importa la verdad… Sé que si mis calificaciones son buenas, la conducta no es tan importante. Dentro de la sala de clases debo ser un monje… Afuera… Puedo ser un delincuente sin remordimientos -. El Slytherin sonrió. Le parecía gracioso que un Gryffindor hablara con tanto cinismo.
Pero como saben bien(sino no han leído HP)los momentos de paz en Hogwarts no duran mucho…
MIAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU (Escrita de la manera en la que no inspira ternura)
- ¡ESTE LUGAR ESTÁ PROHIBIDO! -. Ambos muchachos se voltearon… Ante ellos, la señora Norris, y más atrás… Filch. Estaba furioso, tenía la cara pálida por el esfuerzo de correr, sin embargo la expresión de placer en su rostro era algo luminoso… (Como si le hubieran puesto un foco y le proclamaran santo, vamos…) Blaise se puso de pie, con calma… Demostrar miedo ante Filch era dar razones para que el castigo fuera más largo. No le permitiría ese gusto. Kenji sólo miraba a la Señora Norris.
Puta gata, me las vas a pagar… Tuvo que voltear la vista a una pared para que nadie notara que sus ojos brillaban.
B- Tranquilo, Filch. Yo lo llevaré con la profesora Umbridge -. Y sin más. Tomó a Urashima por un brazo y se lo llevó. El celador ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, no digamos el Gryffindor… Algunos minutos después Blaise y Urashima se despedían, coronando un día raro para el japonés.
B- Tú no digas nada ¿Vale? -.
K- No tengo razón para hacerlo -. Zabini sonrió.
B- Ok -.
Y se separaron…
