Para Ema Haliwell: Ya te devuelvo tu libro, de veras… Está en buenas condicones

29 Cartas Bajo La Manga

Moony aquella mañana de domingo despertó algo agitado. Había tenido un sueño, un sueño donde un chico de ojos azules sonreía sin preocupaciones mientras un castillo de firmes paredes de piedra caía a su alrededor… Un lobo acechaba y no se oían más que risas de burla… Era un hombre que se burlaba del dolor de lobo, en tanto el muchacho de pelo negro y largo sonreía con sinceridad y movía sus labios… Remus quería salvarlo, pero no se podía mover… Quería amar, ayudar y le era imposible… La bestia le había arrebatado la voz y la voluntad. Cuando el licántropo abrió los ojos de golpe, se sintió desorientado por un instante… Una mujer unos metros más allá dormía sentada en el piso de madera, como duermen los caminantes, listo para despertar y atacar a sus invisibles enemigos… Por alguna razón, el ver a Agatha allí ayudó a Lupin a regresar a la realidad… Con paciencia el hombre fue moviéndose en la cama, comprobando que su cuerpo estaba bien y tenía fuerzas.

Rem- Agatha… ¿Qué haces acá? -. De inmediato la mujer despertó sobresaltada. Sin querer el merodeador había hablado en voz demasiado alta.

Ag- Ah?... Buenos días Moony -. Le saludó. De inmediato la expresión en el rostro del lupino cambió de la comprensión y la ternura, al enfado y la frustración.

Rem- Te dije anoche que no necesitaba de niñeras… -.

Ag- Y yo te dije que si te portabas como cretino yo te pondría en tu lugar -. Le replicó la muchacha en tono ofendido.

Rem- Vete de mi cuarto. No tienes derecho a estar aquí -.

Ag- ¿Qué fue lo que hice de malo? -.

Rem- Déjame en paz. Entiende que no me haces ningún bien rondando cerca de mí -. Agatha se puso de pie y contiendo la almohada en la que apoyó su cabeza durante la noche, se la lanza al licántropo -.

Ag- Ahora sí tienes una razón para enojarte. ¿No era eso lo que querías? .
Rem- VETE!!! -. Y luego de eso sonó un portazo muy fuerte. Vane bajó las escaleras muy desanimada. Molly Weasley había llegado temprano para hacer el desayuno de Remus. Obviamente había escuchado el grito que Lupin dio.

Molly- Por lo que noto, Remus no está muy a gusto contigo -.

Ag- Es que soy la única que se está preocupando por él -.

Mol- Te metes demasiado en las vidas ajenas, Agatha -.

Ag- Me importa de verdad que Remus siga con vida. El hecho de que unos vampiros hayan llegado y le atacasen como sino tuvieran nada mejor qué hacer me parece demasiado sospechoso -. Vane se queda callada al notar que alguien más llegó a la casa. El misterio dura muy poco. Es Snape.

Sev- ¿Disfrutando de tus vacaciones Vane? -. Pregunta con ironía. – Supongo que ahora estarás más contenta, ya que puedes colgarte de Lupin todo el día -.

Ag- No me provoques, no estoy de humor. Supe que ya ha llegado Umbridge a la escuela -. Molly soltó un bufido de disgusto. Al parecer ella también quería matar a Agatha por irresponsable. – De seguro Drakito se sentirá muy a sus anchas, prodigando castigos como si aún fuera el dueño de la escuela -. Severus enarcó una ceja - ¿Qué? ¿Acaso piensas que yo no lo sé?... Dolores Umbridge es ante todo una inepta, y como ha salido recientemente de San Mungo, es natural que aún confíe en un sangre maldita como Malfoy… -.

Sev- Te advierto que cierres tu bocota, Vane -. Snape había acercado su rostro a un palmo de la cara de Agatha – Tu estupidez ya nos ha dado bastante trabajo -.

Ag- No más que la negligencia de otras personas, Darling… -.

Mol- ¡Basta! -. Los dos se separaron y Vane se marchó de la cocina

Ag- Si Uther Green pregunta por mí dile que regresaré pronto. Necesito hablar con él… -. Fue todo lo que la mujer dijo y se largó. Tenía una cita y ya se le estaba haciendo tarde.

Hogwarts despertó con la moral muy baja. Harry había hablado la noche anterior cono Dobby, tal y como habían acordado. Sin embargo el elfo no fue capaz de darle mayores datos. Él tampoco parecía dar con un lugar lo bastante seguro. Ron, por otro lado, dejó muy temprano la Sala Común, con rumbo al Salón de Godric. Ya que Potter no le apoyaba, prefería perderse en un lugar seguro, para que la visión de Granger y Lupin no le revolviera el estómago más de lo que ya lo tenía revuelto. Desde el día en que vio a Claire sus ideas parecieron caer en una confusión total para después surgir más claras y precisas de lo que jamás habían estado. Hacía frío y Raphael junto a Margaret fueron de los primeros en bajar y llegar al Gran Salón para desayunar. El día anterior Lupin fue incapaz de hallar a Black, pues esta se había metido en el Bosque Prohibido para pensar con calma y meditar. Ambos se toparon en la mesa y se miraron a los ojos por un momento. No se habían tratado lo bastante y por ello necesitaban mucha cautela para sociabilizar.

Raphael- Ayer te estuve buscando. Quería hablar contigo de algo muy importante -. Susurró bajito para que nadie notara que hablaban, mientras alcanzaba un azucarero.

Margaret- ¿Y para qué? -.

Raph- Para proponerte una alianza… -. Lo dijo con tanta naturalidad que por un segundo Black quedó desconcertada. Luego de la primera impresión, la chica se llevó una mano a la cara y se tocó su lunar con un poco de nervios. Eso pareció devolverle la sangre fría.

Mar- ¿Para qué?. Umbridge no es un enemigo que pueda hacernos daño -.

Raph- Hablaré contigo abiertamente. Potter trama algo y yo creo saber qué es, así como también creo saber que tú estás siguiéndole la pista -. La muchacha tomó un sorbo de té con parsimonia.

Mar- ¿Qué te hace pensar que yo ando siguiendo a Potter? -.

Raph- No vengo del campo. Me doy perfecta cuenta de qué pasa a mi alrededor -. Justo en aquel momento un grupo de niñas ruidosas de cuarto de Gryffindor se sentaron al lado derecho de Raphael y fulminaban a Margaret con la mirada. Black les devolvió una sonrisa amenazante y cínica. Desayunaron en silencio y la primera en levantarse fue Margaret. Antes de alejarse de la mesa de su Casa acercó la boca al oído de Lupin y susurró.

Mar- Tras la cabaña del guardabosque, en cuanto te deshagas de tu club de fans -. Lupin le miró molesto y Sonriendo, la chica se alejó por el pasillo.

Contentos de que Black y Lupin estuvieran alejados de ellos, los miembros del ED se habían reunido en el cuarto de los chicos de sexto para ver alguna alternativa. Durante la tarde del día anterior varios tuvieron oportunidad de contactarse con los chicos de las otras dos Casas, y al parecer, había buenas noticias.

Colin – Yo sé de un sitio… Está muy oculto, aunque es un poco alejado de nuestra Torre -.

Harry- Bueno, eso no importa Colin, por favor, dinos dónde es -. El chico lo meditó un poco. Aquel era su lugar favorito y privado, conde escribía las cartas para sus padres y estudiaba junto a Dennis… También allí revelaba sus fotografías, que a pesar de todo jamás había dejado de sacar, y solía hacer algunos dibujos… Sin embargo, la mirada esperanzada y expectante de todos sus superiores y sobre todo la de Harry, le dio fuerzas para deshacerse de su más preciado secreto.

Col- Está en el sexto piso. Muy cerca de la pintura de Octavious el Desalmado. Peeves suele jugar por allí bastante seguido, sin embargo si le dejas bombas fétidas detrás de un cuadro que hay dos pilares a la izquierda, suele agarrarlas y dejarte en paz -. Las palabras salieron como con cansancio. Era tristeza. – La Señora Norris no se aventura por ese lado hace mucho tiempo. Es seguro y nadie con algo de sentido común se acercaría por allí. Peeves suele tener todo desastrado y fétido -.

Ginn- ¿Y cómo hallaste ese lugar? -. Creevey se puso rojo

Col- No se los puedo decir. Es un poco pequeño, pero se puede usar de todas maneras -.

H- Eres muy amable. Te lo agradezco -. Potter echaba en falta a Ron. Luego del incidente del fantasma que sólo él podía ver, el pelirrojo se alejó un poco más… Hermione- Por ahora lo mejor es que les avisemos a los chicos lentamente. Tenemos que revisar el lugar y ver si es apto para las sesiones. También tenemos que organizar la junta y los horarios… -. En eso se quedaron un buen rato los Gryffindors, hasta que al final sólo quedaron Harry y Granger. Los muchachos se miraron un largo rato y finalmente Potter inició la conversación.

Harry- Hace días que no nos hablamos -.

Hermione- Es cierto ¿Y Ron? -.

H- No pasa nada, él necesita un poco de espacio, como todos -.

Her- Lo noto… ¿Oye me podrías contar qué sucedió la otra noche?. Quedé un poco preocupada -.

H- Lo siento amiga, no puedo decírtelo. Ron me rogó que no se lo contara a nadie -.

Her- ¿Y tú?. ¿Qué has podido concluir de la carta que te llegó el otro día? -. Harry dejó escapar un suspiro.

H- Sólo puedo pensar que se trata de Draco Malfoy. ¿Por qué alguien me mandaría esto? -.

Her- Te está advirtiendo. Si es Draco, o cualquier otra persona, de verdad quiere hacerte daño y está preparado… Bueno, si te tomas en serio la carta. Malfoy ha estado actuando raro, es verdad, pero también es cierto que no se trata de la única persona que se comporta fuera de lo ordinario. Está esa chica de Slytherin, Kadyars… Ella también tiene los ojos grises. ¿No lo has pensado Harry? -. Al muchacho se le iluminó la cara.

H- Pero ¿Qué razones podría tener ella? -.

Her- Lo especifica la carta no?. Venganza. Seguramente es hija de algún Death Eater y ahora ha logrado llegar a Hogwarts para desquitarse -. La idea no parecía tan descabellada. Sin embargo a Harry no terminaba de convencerle. Era verdad que no se trataría de la primera vez que alguien intentara vengarse de él, y a pesar de todo la joven aún no había aprovechado las oportunidades de matarlo que había tenido… Un momento!. Las palabras de Vane al despedirse…

… Los hijos de los Mortífagos que Conoces…

El joven dejó que le flequillo azabache le tapara los ojos.

Her- ¿Harry? ¿Qué sucede? -.

H- Vane… Ella sabe demasiado para mi gusto -. Masculló, molesto. Aún no le perdonaba a la mujer el hecho de que lo hubiera dejado solo y lleno de tantas dudas.

Her- ¿De qué hablas? -. Potter fijó sus ojos verdes sobre los castaños de su amiga. Se acercó un poco más a ella. Necesitaba saber…

H- ¿Qué fue lo que averiguaste de Agatha Vane, Hermione? -. La chica fue completamente tomada por sorpresa. No sabía qué decir. En realidad no recordaba nada de nada.

Her – No mucho en realidad… -. Harry notó que algo no andaba bien… Granger hacía verdaderos esfuerzos por recordar. – Mira, de todas maneras investigaré de nuevo… No me puedo acordar. A lo mejor es el exceso de trabajo. Yo quería hablarte de algo más -.

H- Dime. Te escucho -.

Her- Creo que deberíamos hablar con Raphael sobre el ejército de Dumbledore -. Potter se quedó callado. – Él tiene muchas habilidades y de veras me sería una ayuda en las investigaciones. Tú eres un buen maestro, nadie te lo niega, sin embargo yo no tengo quién me ayude con mis estudios. Creo que sabe mucho, y antes de que nos descubra por completo debemos tenerlo de nuestro lado. La gente es rencorosa y no puede evitarlo -.

H- No lo sé. Lo he pensado mucho y creo que no le conocemos lo bastante. Es como con Black. Ni siquiera sabemos quiénes son sus padres -.

Her- Eso pasa porque tú no te acercas a ellos. Yo me aburrí de buscar a la gente. Harry creo que a veces te encierras demasiado en ti mismo -.

H- Como digas, pero yo no considero que ellos deban entrar -.

Her- Yo sólo hablo de Raphael, ¿Está claro? Margaret es un caso aparte. Se quedó con tu anillo y es natural que no le quieras cerca de ti -. El chico se estaba comenzando a molestar. Tenía asuntos pendientes con Black, y que le sacaran el tema lo ponía de un pésimo talante.

H- Por ahora Lupin no va a entrar en el grupo. No quiero cometer el mismo error que cometimos con Chang y Edgecombe .
Her- Por lo que veo se te pasó rápido el amor -. Comentó con ironía – Lo siento, sé que no debí hablar de ello… A veces siento que no te conozco Harry. Has cambiado mucho -.

H- Es natural. La gente que yo más quiero se aleja de mi y me desilusiona mucho. Ya no quiero confiar en nadie más, porque siempre andan con secretos -.

Her- Teníamos que esconderte la verdad a veces. No te puedes enojar con nosotros por eso -. Se defendió

H- No. Si algo he aprendido es que esconder las cosas sólo empeora la situación de una persona. Yo no podía ser ignorante de lo que pasaba a mi alrededor mucho tiempo ¿no lo crees? -. La muchacha terminó por enojarse.

Her- No te desquites conmigo ¿Quieres?. Yo no tuve la culpa de que te escondieran la profecía… -.

H- No te ataques ¿Quieres? -.

Her- ¿Te han dicho que cada vez estás más insoportable?. Yo también lamento la muerte de tu padrino, y me da rabia que te hayan ocultado cosas tan importantes -.

H- Pues con más razón no debías callar -. Granger se levantó de la cama y se marchó. Harry se quedó solo.

H- Que hagan lo que quieran. Hace mucho que ya no tengo ningún amigo en este lugar -.

Raphael – No te hagas la inocente conmigo Margaret Black. Sé qué es lo que haces. Es tu estrategia para que te puedas enterar de todo. Pero yo no te guardaré secretos -. Le advirtió a la primera para que quitara su cara de "Sorpréndeme, Te reto".

Margaret- Bueno. Entonces habla -.

Raph – Potter y sus amigos son los líderes de algo llamado ED -.

Mar- Es el Ejército de Dumbledore -. Le corrigió. Lupin se acomodó las gafas – Suelen reunirse para aprender magia… De esa que Vane intentaba enseñarnos -.

Raph- Con que Ejército de Dumbledore… -.

Mar- Y Potter no nos dejará entrar -.

Raph- ¿Y quién dijo que necesitábamos de su aprobación? -. Inquirió sonriendo – Yo no necesito invitación para entrar en ella -.

Mar- Te tienes mucha confianza -.

Raph ¿Acaso tú no? -. La muchacha dejó escapar una sonrisa. - ¿Y cómo sabes tanto? -. Al adolescente le había costado varios días de sonsacarle medias palabras a Granger para obtener aquella valiosa información.

Mar- Entre los puffies es "vox populi" -. Mintió. La verdad era que Margaret tenía ciertas "Dotes" que le permitieron hacer menos alardes para saber lo que deseaba. Anoche mismo terminó por enterase de todo gracias aun elfo doméstico. Entre eso y la capa invisible, para ella ya no existían los secretos. De todas maneras, la joven medía sus palabras. Cualquier descuido podría dejarla al descubierto. Conocía la fama de los Lupin, y lo mejor era no dejar escapar su tendencia de vanagloriarse de sus poderes. – Los he escuchado cuchichear sobre Potter y sus reuniones secretas -.

Raph- Me parece bastante interesante -. Su mirada dejaba entrever su clásico brillo de escepticismo – Pero como ya te dije, quiero proponerte una alianza. Yo quiero entrar en ese grupo a como dé lugar ¿A ti no te da curiosidad? -.

Mar- Si ¿Y cuál es tu idea, Raphael? -.

Raph- Es sencillo. Debemos saber bien dónde se juntan y hacerles notar los descuidados que son… -.

Mar- Lo entiendo. Entonces dejaremos a Potter sin otra opción más que a de hacernos parte de su Club ¿No es así? -.

Raph- Exacto -. El muchacho se las iba a cobrar. No permitiría que Potter y sus amiguitos se las dieran de inteligentes teniendo tantas fallas. Él les iba a demostrar que sus defensas eran tan frágiles como un castillo de naipes. Nadie iba a darse el lujo de tratarlo como un tonto. Margaret pensaba lo mismo.

Mar- Me gustaría ver la cara de Harry… No sólo le despojé del anillo de mi familia, sino que también soy capaz de saber sus secretos sin ningún esfuerzo ¿Y si se niega? -.

Raph- Ante las evidencias, no le quedará de otra, te lo dije -. Y le extendió la mano a Black. Ella no se demoró nada en estrechársela

Mar- Es un pacto entonces -.

Raph – Por supuesto -.

Siguiendo con los Gryffindors y sus venganzas personales, Kenji tomaba desayuno sin prisas. Filch se había entrometido en su camino y eso le enojó. Nadie, si siquiera su hermano le había interrumpido mientras tenía una conversación con otra persona, lo que se daba en muy rara ocasión. El Slytherin le había caído muy bien y no iba a dejar que esa gata estúpida se quedara tan contenta luego de arruinarle el rato agradable. Blaise también se había levantado y desayunaba con calma, al lado de Draco Malfoy. Luego del incidente con Filch y Norris, el joven había regresado a su salón y el rubio nuevamente había intentado hablar con él. Lo rehuyó como pudo, aún contra una parte e su corazón que lo echaba de menos. No, Draco ya estaba perdido y por sus padres, él no se iba a perder también…

K- Buenos días Kadyars- Samma, Side-Samma -. Saludó como siempre el muchacho de pelos parados, para luego posar sus ojos sobre los de Blaise. Miraba con una intensidad capaz de incendiar papel.

Lynn- Hola! Ittadakimasu! -. Zabini sonrió tímidamente, divertido ante aquel chico que el día anterior le daba de pelotazos a un mono de nieve que ponía "Severus Snape, el papanatas más grande que los calderos han tenido la desgracia de aguantar" Malfoy lo notó, y con descaro puso una de sus manos sobre la pierna de su compañero, marcándolo una vez más como de su propiedad. Kadyars lo vio y "sin querer" dejó que su jugo de calabaza "CONGELADO" se derramara accidentalmente sobre la túnica del rubio Slytherin. Eso fue todo. Snape, que contemplaba la escenita y al que no le había pasado para nada desapercibido el movimiento de su protegido, se limitó a fulminar a Lynn con la mirada. La chica le aventó una servilleta a Draco para que limpiara, aunque el chico ya tenía helado… El orgullo.
Lynn- Lo siento Malfoy. Tendré más cuidado para la próxima -. Se burló- Draco no le dijo nada. No echaría a perder su "charme" sólo por una niña…

Urashima lo miró todo con ojos agudos, de pantera, acechando. Entendía a los corazones celosos, y a pesar de ello no pudo evitar contemplar a ese rubio con enojo. Le molestaba Draco, porque se creía el dueño del mundo y que fuera senpai no le intimidaba.

No puedo tener más problemas. Ese Slytherin mintió por mí Y devorando un último trozo de pan, se levantó de la mesa de Gryffindor y partió a hacer sus deberes pendientes. Lynn sonreía bastante satisfecha de sí misma, en tanto Malfoy se levantaba y marchaba a cambiarse la túnica.

Ron, en tanto, cavilaba y cavilaba. Atenta a cualquier cambio, Claire aguardaba su momento para aparecer.

¿Aún no te lo crees verdad?

Ron- No -.

Bueno, no puedo obligarte a creer.

Ron- Es que… Yo no sirvo para nada -. La figura se acercó, Ron estaba sentado frente al retrato de Rowena Ravenclaw.

No es así. Mira en tu interior. Eso es sólo desconfianza de ti Mismo. ¿Acaso no has observado lo mucho que has cambiado en estos días sin verme?

¿Cómo podía saberlo esa chica?

Tu mirada es muy diferente. Sólo exterioriza tus ideas. No te calles nada. Poco a poco los demás notarán que no eres el mismo, en realidad, verán tu verdadero rostro…

Ron- ¿Lo crees? -.

Por supuesto que sí. Te falta seguridad.

Ron- Durante años he vivido a la sombra de otros…

Ese es el problema. Tú has permitido que los demás te hagan sentir inferior. Eres un mago de sangre pura, no permitas que el resto pase sobre ti, como si fueras un MudBlood cualquiera.

A Weasley no le agradó eso último.

Ron- Yo no tengo nada en contra de los Sangre mezclada. Ellos son tan competentes como los demás -. Rebatió.

Hay diferencias. Ellos deben esforzarse el doble para resaltar. La sociedad siempre les ha rechazado. La labor de Dumbledore y otras personas ha logrado la tolerancia, más no la aceptación ¿o me equivoco?... Como sea, tú tienes las herramientas en tus manos. Úsalas y serás tan grande como Harry Potter… Incluso más. Te he visto cada vez que has venido a practicar la magia. Temes a que el resto diga que eres malo, pero en la soledad más absoluta eres capaz de cosas que no muchos logran. Ron, mira el retrato frente a ti. ¿No puedes sentir, acaso, cómo el poder fluye en tu interior? ¿Cómo la magia verdadera, la antigua fuerza, te corre por las venas y te infunda vida?. El secreto de los grades hechiceros es que sencillamente no se preocupan por el resto. Sólo miran hacia delante y construyen su propio camino. El resto, la masa, sigue lo que ordenan los grandes. Que nunca más te dominen. Domina tú.

Las palabras de la muchacha eran subversivas. Ron había sido educado por Molly, una mujer que tenía bien claro que nadie está por sobre otro por la cuna o la sangre. Algo así era impensado.

¿Por qué no me hablas más sobre tu familia?. Quiero saber qué ha sido de mi sangre. Estas paredes son tan frías… Tan duras. No puedo escuchar ni hablar con nadie más…

Weasley le contó del Premio Anual que trabajaba para Gringotts, del domador de Dragones en Albania, del Prefecto que seguía sus ambiciones pasando sobre el resto, incluso sobre su familia, de los gemelos comerciantes que no se cuidaron de lo que el resto opinaba ¡Ni siquiera habían terminado la escuela!, y de la calculadora y fría chica que alcanzaba un nivel cercano al de su amada Hermione… Claire pensaba y pensaba. De verdad esto iba a costarle un largo trabajo, pero no se desanimaba. Tenía que liberarse y vengarse. Lo mandaba la tradición.

¿Y? ¿Crees que nunca serás como ellos?

Ron- Jamás seré como ninguno de ellos… -.

Eso no importa. No importa lo que tus padres quieran, lo que tus hermanos sean… Que te quede claro que tú eres diferente, eres el heredero de Ravenclaw… Tu Patronus es un águila, el ave de nuestra Casa. Sino quedaste en Ravenclaw es porque deseabas ser un Gryffindor, sin embargo eso no quiere decir que debas comportarte irresponsablemente… Toma la espada de nuestra casa, llévala donde tu hermana y ve si ella puede cargarla… Te apuesto lo que quieras a que no es capaz… Ella no es más que una chica ordinaria, una hechicera común… Potter te ha opacado, pero sé que hay cosas en la que eres bueno… El Quidditch, por ejemplo. Eres capitán y también eres prefecto… No te dejes avasallar, es mi consejo. Ahora… Vas a aprender a manejar esa espada y todo lo que eso conlleva. Yo te enseñaré y verás que es muy sencillo.

Ron- No lo lograré… -.

Te aseguro que lo harás. Eres inteligente. Lo que te falta es calma, aprender a dejar atrás tus impulsos y poner tus instintos al servicio de tu mente… Sólo un Ravenclaw manejará aquella espada. Dásela a cualquiera y no podrá cargarla…

La muchacha había entendido que el flanco débil de Ron era la confianza. Si nadie más podía manejar esa espada, él se sentiría especial y comenzaría a cambiar.

El pelirrojo estuvo practicando toda la tarde, y a medida que las horas avanzaban, el florín era cada vez más ligero. Una energía cálida emanaba de él y la manejaba con ligereza, mejoraba a cada instante. Eso le hacía sentirse mejor.

La Señora Norris merodeaba por el segundo piso, algo alejada de los alumnos. Por supuesto que sus oídos eran capaces de detectar el más mínimo ruido, sin embargo no se dio cuenta de que era estrechamente vigilada. Cuando llegó a una gárgola particularmente horrible, Kenji se dijo que era el momento… Llevaba en sus manos una alijo de petardos y con cuidado los hizo flotar en al aire con el poder de sus manos… Sin la varita. Esa era una de sus especialidades, junto a las pociones. Iruka le había entrenado duramente para hacer flotar cualquier cosa. Umbridge le tenía sin cuidado. Nadie podría probar su responsabilidad.

vamos, gata apestosa, levanta tu roñosa cola… Así, eso está bien… Norris no escuchaba ningún ruido y le daba el lomo a Urashima… Fue una operación delicada y pronto el hilito rodeaba la cola del animal. Un tirón y la Señora Norris se puso a correr. Kenji lanzó con su varita un hechizo de fuego, que encendió la mecha. Luego de eso, se lanzó escalera abajo, para que nadie dijera nada, tenía que llegar al patio, no estaba tan lejos…

Harry estaba conversando con Ginny. La pelirroja era sensible, sin embargo, tenía las ideas muy claras y Potter sentía que ella podía ayudarle con algunos problemas.

Ginn- Sólo tranquilízate. Hermione no tiene por qué entender tus razones, y tú no debes entender las suyas. Quizás Raphael sea bueno, pero si desconfías de él no lo vas a meter al grupo. Ha habido demasiados problemas y ella confió en la gente que no debía, Es natural que tengas tus reparos. De todas maneras, el grupo es tuyo. Tú enseñas -. Razonó, y Harry se calmó por completo. Ginny tenía ese don de acariciar sólo con palabras, de decir exactamente lo que los demás querían escuchar sin sonar lisonjera, sino completamente lógica. Aunque le mintiera, Potter agradecía sentir que por lo menos alguien le daba la razón y lo entendía. Se arrepentía incluso de haber sido descortés con ella el año anterior.

MIAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU

Una cosa café atravesó el aire, rodeada por el ruido de detonaciones, que retumbaban en los muros de piedra. Los hombres de los retratos se amontonaban para mirara y comentaban.

H- ¿No era la Señora Norris? -. Ginny le tomó de la mano.

Ginn- Si Filch nos ve, Umbridge nos castigará hasta el próximo año -. Y huyeron, como haría cualquiera con algo de sentido común, hacia la Torre Gryffindor.