30 Sueños...
Cuando Ron llegó a la Sala Común, con la espada de su casa en la mano, y la cena saltada (No tenía hambre, sino ganas de dormir) se topó con un grupo de ruidosos de tercero comentando alegremente lo sucedido a la gata de Filch.
- Y dices que se demoraron como una hora en pillarla?... -.
- Si, me comentaron que quedó atrapada en uno de los baños de las mujeres… En el de Myrtle… -.
- Siempre había querido hacerle algo así… -. Sus amigos no estaban y, aparte de los pendejos, se encontrada Kenji con la frente apoyada en el frío marco de la ventana, mientras contemplaba el lago… Y tarareaba One Third, de Rurouni… con una malévola sonrisa culpable en la cara, esas sonrisas que son de puro gozo, como las de los gemelos, olvidadas ya… Weasley se preocupó de echar a los niños a sus dormitorios y no quiso saber detalles. De Hermione ni las luces, pero Ginny y Harry estaban juntos, tomándose un poco de chocolate caliente para el frío en el cuarto de los chicos.
Ginn- Me tenías preocupada – De pronto Weasley recordó las palabras de Claire. No pudo evitar la tentación de comprobar si eran ciertas…
Ron- Oye Ginny. Te puedo pedir un favor ¿no? -.
Ginn- Lo que quieras – El pelirrojo le extendió la espada.
Ron- Quisiera saber si puedes cargarla -.
Ginn- A lo mejor, no se ve tan pesada -. Pero fue imposible. El florín rebotó en el piso y el ruido de la hoja llenó de amargas vibraciones todo el aire…
Ron- ¿Y tú Harry? ¿podrías levantarla para mi? -. Potter le miró con desconfianza. Ron se veía raro; sin embargo aquello era un desafío… Resumen; Harry se arañó la mano y el arma de Rowena no se había elevado un centímetro del piso. Satisfecho, Weasley la tomó por el mango y se largó a jugar un poco con ella, arrancándole destellos dorados a la titilante luz de las lámparas… Era alucinante. Ginny no podía creerlo. Su hermano por primera vez en mucho tiempo se notaba confiado y alegre… Agotado pero satisfecho. Entonces la muchacha no le mentía en lo absoluto… Ron sonrió con más alegría, si eso era posible. La confianza en sí mismo crecía rápidamente.
H- ¿Y desde cuándo eres capaz de manejar esa espada? -. Le inquirió Potter con suspicacia, sin embargo Ron atribuyó su tono de voz a la envidia.
Ron- He comenzado a manejarla hoy… -. Su tono de voz era como casual.
H- Ya veo… .
Ginn- ¿Y de dónde la sacaste?. Nunca nadie de la familia ha tenido una espada -. El pelirrojo miró a su hermana como si esta viniera de otro planeta, y aún así evitó hablar de Claire y el Salón de Godric… Había decidido que aquel era su secreto, y que Harry no sabría nada más…
Draco estaba por completo insensible al frío viento que mordía sus mejillas pálidas… Caminaba casi con abandono, dejándose llevar por sus pies hacia el lago… Le agradaba contemplar el incierto reflejo de la luna sobre ese espejo enorme… Se llevó una mano hacia el misterioso medallón y llamó con todas sus fuerzas a su amigo… Él sabía quién era Lord Voldemort, y también conocía el hecho de que él siempre se hallaba ocupado, sin embargo, ese hombre (si es que podía llamársele así) no le importaba en lo más mínimo… Era nadie, sólo un loco más entre los millones que soñaban con someter al mundo entero a su capricho… Claro que Un Malfoy llevaba ese sueño escondido también. Como concierne a los hombres sedientos de poder, Draco alguna vez quiso que todos le rindieran pleitesía, que corrieran para satisfacer sus más pequeños caprichos, como en su mansión lo habían hecho los elfos domésticos toda su infancia… Y nada más entrar al colegio se olvidó de ello, ya no deseaba que todos le siguieran, le buscaran para saber qué quería o cuál era su más oculto anhelo… Al sumergirse en aguas esmeraldas, sólo quiso que él le buscara, y le provocaba… Por eso las ansias del Dark Lord más bien le parecían vanas, tontas… Lucius se escandalizó la única vez que hablaron del tema, cuando él le dejó muy en claro que no iba a seguir sus pasos, que no iba a ser igual que todos los Malfoy…
Lucius- Es tu deber Draco… -. Ya para entonces, el muchacho tenía catorce años y conocía muy bien la diferencia entre el bien y el mal.
Draco- Lo sé perfectamente, padre. Pero no me interesa seguir las órdenes de un desquiciado como Lord Voldemort -. Sus palabras fueron recibidas por una fuerte cachetada. Lucius no era de violencias con su hijo; aquellas vulgaridades estaban reservadas sólo a los subordinados o a los sangre impura… Pero el que hablaran así de su señor le provocó una ira incontrolable, tan grande como su pasión por él.
L- Nunca vuelvas a expresarte de esa manera de mi Señor, Draco, que te quede bien claro -. Lucius jadeaba y algunas guedejas cubrían su rostro, por la violencia del gesto. El rubio adolescente le contempló horrorizado. Jamás nadie la había levantado la mano en toda su vida… Eso sólo hizo que Draco comenzara a anidar odio hacia Lucius.
D- He dado mi última palabra, padre -. Dijo lentamente, poniéndose de pie. Ya alcanzaba en altura y gallardía a Lucius, sin embargo no iba a ser como él, no lo deseaba… Correr tras un engendro para hacer lo que a él se le ocurriera era algo impensado… Tenía demasiado orgullo como para ponerse al servicio de nadie, y ya era hora de demostrar que dejó de ser un niño cuando entró a Hogwarts.
L- ¿Intentas decirme, acaso, que te pones del lado de Dumbledore? -.
D- No confundas las cosas, padre. Yo jamás me uniría a los sangre sucia, he entendido bien la lección que intentaste darme en todos estos años, es todo. No voy a ponerme bajo nadie, y eso incluye a tu Dark Lord -. Sonrió- No me rebajaré a matar con mis manos a los impuros, no voy a enfrentar batallas inútiles… No seré como tú, nunca me volveré un siervo de nadie -. Para su sorpresa, su padre cambió por completo la actitud. Lucius se lamentó por haberse precipitado de aquella manera. No se trataba de que su hijo quisiera mezclarse con la basura, era sólo que oponía su resistencia puramente Malfoy… Defendía sus propios deseos y no quería mezclarse con la masa. Esto requería de métodos diplomáticos. Nuevamente se sentó en su escritorio y comenzó a jugar distraídamente con una de sus plumas de Pegaso favoritas.
L- ¿Comprendes el tamaño de lo que estás a punto de hacer? ¿De lo que implica revelarte a él? -. Sus ojos grises se fijaron en los de su hijo, el mismo brillo orgulloso, el exacto desdén de su propia juventud.
D- Hablas de Voldemort como si fuera un dios… -.
L- Mide tus modales, aún soy tu padre, estás bajo mí poder lo quieras o no, Draco -. Pero en el fondo sus palabras no eran tan duras. Se sentía orgulloso de su hijo. Así había sido él cuando joven, siguiendo los designios de su capricho… Bueno, hasta que conoció a aquel ser extraordinario y no pudo menos que caer seducido ante su poder y su belleza… - Pero será como tú quieras… Aún te falta entender muchas cosas, apenas tienes catorce años, es natural que no tengas tus intereses definidos… Ah! ¡Dumbledore y su mundo de ilusiones!... Estás concibiendo una realidad distorsionada. Muy pronto él va a alzarse, y verás que nadie puede oponérsele… Yo era así ¿Sabes?, pensando que nadie más que yo valía la pena, que no era necesario interesarse por lo que pasaba a mi alrededor… Una visión más bien romántica del mundo… Pero crecí y entendí que estaba destinado para ser más grande que mi propio padre, que Phobos, que la hipocresía era una opción decente para pasar desapercibido… Crecerás, Draco, verás con tus propios ojos cómo lo que ahora supones tangible y cierto no es más que una niñería… Aguardaré, porque te puedo jurar que dentro de un par de años ya no creerás lo mismo… Entonces hablaremos -. Y sin más, tomó una carpeta perfumada del más fino cuero y comenzó revisar los folios de un importante contrato. Draco se marchó desilusionado… Lucius era más bien una persona extraña, un misterio que jamás iba a revelársele, por ello tanto más atractivo cada día… Pero agradeció que le dejara en paz. Si las cosas iban a ser cómo él las decía, era un gran alivio saber que no le fastidiaría hasta dos años después….
Pero no lo había hecho, aún no hablaban sobre el Oscuro Señor y sus pretensiones… En su lugar le envió un collar, dejándole órdenes expresas de no quitárselo… Draco siguió sus palabras al pie de la letra, creyendo que sólo se trataba de otra tontería, y fue cuando ÉL entró en su vida…
¡Cómo te odio cuando tienes razón, padre!
El rubio fue seducido por un ser maravilloso, alguien que jamás concibió más que en su mundo de sueños… Un chico llamado Tom Riddle…
Tom lo tenía todo; era culto, era bello, era sólo para él, para Draco… Nuevamente los ojos grises del muchacho se sumergieron en las profundas aguas del lago, donde el calamar vivía desde tiempos inmemoriales… Las meditaciones siempre eran interrumpidas por algo, pero ya no las necesitaba… Era cierto que no llevaba mucho tiempo usando el Parshitel, divino artefacto, sin embargo, su magia lo había transformado por dentro… Cambios que nadie podía contemplar, que incluso para los penetrantes ojos de su mentor pasaron desapercibidos… No requería de velas ni círculos oscuros de invocación… Podía verlo en sus sueños, sin problemas. Era maravilloso para él cerrar los ojos y saberse con alguien más, no estar en desiertos donde el abismo le llamaba para mostrarle el horror de la soledad… Un miedo al que él se sentía por completo ajeno, a pesar de las flagrantes evidencias… Ya no deseaba esos ojos mirándole con odio, ni siquiera los quería mirándole con otro sentimiento… La noche de Halloween percibió los deseos de Potter y le resultó asqueroso… Era sólo un niño incapaz de contenerse… No era como Tom… Fascinante, con ojos que podían cambiarlo todo en un giro de sus elucubraciones… Con labios sensuales, palabras que salían de ellas capaces de abrir mentes en un instante… Como había abierto la suya. Hasta entonces la fidelidad de Draco al Dark Lord era sólo pose, una cosa que no podía evitar, como la lluvia o el verano…
#Draco…#
D - Aquí estoy, Tom
#Pensé que esta noche no me buscarías… Debo confesar que me estaba impacientando un poco#
Ah! Esa sutil manera de abrir sus sentimientos para con los demás… Riddle aparentaba ser tímido, consciente de que con ello subyugaba aún más al joven rubio….
D- Nunca perdería la oportunidad de escucharte…
#Yo no podría asegurarlo… Los sentimientos humanos son una cosa mutable…#
D- ¿Te atreves a dudar de mí?
#Yo no confío en los hombres… Hay tantas mentes primitivas que me aburren los juramentos de eternidad…#
D- ¿Te soy aburrido?
#Dejemos eso, una conversación que versa sobre los sentimientos es tiempo perdido… #
Por supuesto que Malfoy sabía quién era Tom Riddle, sabía en quién se había convertido. Sin embargo no le sería fiel al Dark Lord, le sería fiel sólo a él, a Tom… A ese muchacho de su edad casi, que hablaba las palabras sabias de aquellos que serán grandes, que son grandes, y no buscan los medios comunes para hacerse notar.
#¿Aún pensando en lo que te pedí? No deberías…#
D- Contrario a lo que todos creen, aún me quedan escrúpulos….
#No sé de escrúpulos. Sólo puedo decirte que esas cosas no existen. Son leyes que los hombres impusieron para que la masa las siga y sea sólo eso… Un rebaño de ovejas pastando en los campos de los poderosos ¿Le odias, no es así?#
D- Sí… -.
#Déjate llevar por tus emociones. Narcisa es un poco rebuscada, moralista (algo, por cierto, genético. No podemos culparla); por ello no ve lo que en realidad eres… Sólo yo puedo decir quién es Draco Malfoy…#
Harry se acostó con el asunto del ED dándole vueltas… No le gustaba, para empezar, el nombre que aún llevaban… No podía ser parte de algo que ya creía falso… Su grupo no era para que los chicos aprendieran lo que Umbridge no quisiera enseñarles… Cosas como las matanzas de los Death Eaters libres, la ceguera de Fudge respecto a la amenaza que se cernía sobre sus cabezas… Todo llevaba sus ambiciones más allá… Pensando en ello el muchacho se quedó dormido, sin prestarle atención a los murmullos que Ron dejaba escapar en sueños, los ronquidos de Neville y las acompasadas respiraciones de sus otros compañeros…
Llevaba algunas noches sin cerrar su mente, el muy imprudente…
A muchos kilómetros de la escuela, un ser de apariencia extraña se deslizaba con calma sobre los tablones viejos de una casa… Sus pies no producían ruido alguno, aguardaba a alguien…
Por supuesto que sintió a su gemelo intentado meterse en su mente, y le dejó pasar, consciente de que eso sólo lograría desequilibrarlo. Lord Voldemort tenía varias piedras en sus zapatos, y si ya Potter le había sido de utilidad en una ocasión (aunque el asunto de la profecía aún le estaba penando), bien le serviría otras mil veces más… Aún no era el momento de sacarle todo el provecho que pudiera… había que dejar que él mismo se enredara en su trampa y entonces… Sería indicado el instante para jugar con él.
Unos suaves golpes en la puerta y el hombre encendió la luz de un candil con su magia.
Harry pudo contemplar con algo de desilusión que se trataba solamente de Lucius Malfoy. Llevaba una capa negra de viaje, que ocultaba su cuerpo y hacía sus hombros verse más grandes.
Lord Voldemort- ¿Qué os trae por aquí, Lucius? -.
Lucius – Sólo quería veros… -. Respondió con calma. Los Malfoy siempre habían sido sus juguetes favoritos. Primero el orgulloso y hedonista Lucius, ahora su espartano e inmaduro vástago…
LV- Pues podríais haber esperado hasta nuestra reunión. No son horas para que un hombre decente ande en la calle -.
L- Para mí siempre son horas, mi Lord… -.
LV- Percibo un poco de cansancio… -.
L- Es sólo que los preparativos se han hecho algo pesados… -.
LV- Los preparativos… -. Harry entonces sintió algo desconocido hasta ese momento. Era una energía que nacía del padre de Draco, algo muy peculiar… Su lengua atisbaba el aire con rápidos chasquidos… - Pero dime cómo está Bella… -. Con sumo placer, Voldemort sintió la cólera de Harry en su piel. Sabía que el sólo escuchar su nombre rememoraba cosas tristes e insignificantes. Lucius pareció un poco sorprendido y molesto por la pregunta, pero rápidamente disimuló aquellos celos tras una sonrisa.
L- Ella está mejor. No debió enviarla en un viaje tan largo… Sabe que la edad le está venciendo… -.
LV- Pobre Bella… Siempre busca la manera de complacerme, lo sabes… Aunque a veces no sabe hacer las cosas como se debe… -.
Potter empezaba a desesperarse. Quería saber algo importante, para alertar a los de la OF… Voldemort no podía hablar de cosas tan frívolas con Lucius Malfoy… Y por lo que notaba, el rubio era de la misma idea… Sin embargo, Voldemort parecía decidido a mantener la conversación en niveles domésticos… Algo contraproducente, si tomamos en cuenta el hecho de que el dolor en la cicatriz estaba aumentado a una velocidad vertiginosa…
L- Sólo espero que mi ofrenda os sea satisfactoria…
LV- Mi querido amigo… Nada que vos hagas me parecerá malo o molesto… Siempre has sabido manejarte con propiedad… Eres mi siervo más fiel ¿No es así? -.
L- Por supuesto… -. Se había terminado el tiempo, Voldemort se había ocupado personalmente de ello. Potter despertó gritando del dolor, con las uñas enterradas en la cicatriz, como si quitársela fuera a terminar con su sufrimiento. Ron despertó en seguida y trató de separarle las manos de la frente, con mucha fuerza y brusquedad.
R- Harry!... HARRY!!!! .
Entonces el muchacho pareció darse cuenta de dónde estaba… Su pecho dejaba de moverse convulsamente, para dar paso a la seguridad de hallarse entre amigos… El sueño no había sido terrible, pero logró desconcertarle de una manera inquietante… Enloquecedora. Cualquier amago de confiarse a su amigo se borró al ver la expresión en el rostro de Weasley…
R- ¿Otra vez? -.
H- ¿De qué hablas? -.
R- De que tuviste un sueño… -. Sus ojos se entrecerraron, astutos – O de que te lo provocaste -. ¿Cómo podía saberlo? Porque lo sabía ¿No era así? ¿No se lo había dicho con la pregunta capciosa?
H- ¿Qué es lo que estás pensando? -.
R- Nada Harry… Nada ¿Quieres que vaya por algo? ¿Un té? -.
H- No -. Replicó con cansancio en la voz. Justo entonces suenan unos picotazos contra cristal… Se trataba de Pigwidgeon, la pequeña lechuza de Ron. Asustado, el joven se acerca a la ventana y le deja entrar. Los demás muchachos, obviamente se acercaron, esperando que este fuera el último sobresalto de la noche… Les tocaba con Umbridge cuando amaneciera…
/Hace muchos años /Un rey contempló su reino y pensó /Que no había un lugar más seguro /Pero se equivocó /Su Primer Ministro /Por la espalda le apuñaló…
/No hay muerte más deleznable /Que la que nos alcanza por la candidez /De nuestras acciones /Ron Weasley mírate en el azul /Y medita /No siempre aquel que te tiende la mano /va a levantarte….
Neville fue el único que logró leer al mismo tiempo que Ron las palabras escritas en el pergamino con letra temblorosa. De inmediato el pelirrojo miró a Harry, y este no podía entender qué sucedía. Potter alcanzó a mirar sólo las primeras líneas.
H- También te han mandado una misiva igual a la mía -.
R- Si… Ahora me parece muy curioso… -. Dijo casi para sí mismo.
H- ¿Curioso?. Esto es por lo bajo, muy extraño… -. Los demás los miraban
Dean- ¿Se podrían explicar por favor? -.
R-Lo sentimos… Esto ahora es entre nosotros dos, y nadie más -. Se volcó para mirar a Neville. El chico se espantó ante los agudos y fríos ojos que buscaron los suyos. – No digas una sola palabra Neville -.
N- Pero yo quiero una explicación. ¿Por qué….? -.
R- No lo sé, pero lo averiguaré muy pronto -.
