Mundo de Thomas. Holas. Me tomo este espacio de poder marciano para dedicarle este cap. a un autor de esta casa. Se llama Christoph (que Lynn me corrija, DIOS, no le pego a los nombres). Verán, él escribe LAS PIRÁMIDES DE FUTAMAR, y quiero expresarle toda mi gratitud. Por cosas de tiempo (mi madre me tiene el compu casi bajo llave) no he leído completamente su fic, pero lo que llevo me ha dejado la mandíbula en el piso ¡Tu talento me supera cariño!. Vale, me voy en leseras… Te dedico este capítulo, cariño, porque me has impactado y he robado ligeramente el concepto de las alucinaciones… ¡Viva tu teatro, es fascinante!

En Síntesis. Dedicado con amor a CHRISTOPH que me ha dado la idea para algo aterrador… Sigue tu fic, mira que sino, me muero, eres uno de mis escritores favoritos en Fanfiction (junto a la Sari, que si deja la Gata del Desierto le corto el suministro de Riddle)

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41 El Dios de la Muerte -------------------

Thomas se fue no sin cierto resquemor. Tanto Agatha como Apolus estaban demasiado amigos (consideremos que diez minutos sin comentarios irónicos entre ellos ya es para preocuparse) pero de todas maneras se marchó. No iba a dejar botado un compromiso… Además, se había aprovechado de comprarle a Cassandra "Lestat, el vampiro" para que fuera armándose con las lecturas durante el mes de febrero, que se encontraba alarmantemente próximo…

La niña ya estaba de cumpleaños, casi.

Remus, en tanto, había recibido órdenes y abandonó la Casa antes incluso de terminarse el té que Armand le había ofrecido. De Dumbledore ni las luces, pero antes de que los muchachos se fueran y dejaran a Laubreaux solo, apareció alguien…

Ag- ¡Severus! -. La mujer intentó acercarse a él, sin embargo, el profesor de Pociones le rechazó con un gesto antes de que lo tocara siquiera. Estaba más pálido de lo que comúnmente era. Se dejó caer con pesadez sobre una silla en la cocina y suspiró largamente.

A Thomas se le detuvo el corazón por un segundo completo y sintió sus piernas debilitarse con suma rapidez. Apolus se acercó a él, sabiendo lo que el hombre producía en su pareja. Severus entonces reparó en McKellen.

Sev- ¿Tú…? -.

Th- Mr. Snape -. Dijo éste fríamente. El hombre contrajo su rostro en una mueca de dolor, llevándose una mano al pecho. Todos estaban paralizados.

Sev- ¡Lárguense! No quiero ver a nadie… ¡A ningún Malfoy! -. Gritó. La presencia de Apolus también pareció incomodarlo. El francés pelirrojo fue el primero en salir… El chico de ojos verdes besó a Thomas en los labios y lo agarró de una mano. Sólo Agatha se quedó.

Ag- Es por Lucius ¿verdad? -.

Sev- Eso no te importa… ¿Lupin? -. Jadeó el nombre de Moony.

Ag- Armand me dijo que recibió un mensaje y tuvo que irse -. Snape entonces la mira. Sus ojos están recubiertos por hielo y fuego a la vez; esa ira fría y a la vez intensa que congelaba la sangre de cualquiera.

Sev- Es mejor que te largues… -. Susurró… - Tu imprudencia será tu condena… Antes de que te mate por mentirme, márchate -. Le ordenó.

La mujer tuvo que irse… No le temía a Sev, pero el saberse causante de un dolor para él la descorazonaba.

Ella y Thomas se abrazaron. Era el adiós.

El joven de cabellos blancos se desasió del abrazo de Apolus para aferrarse a Agatha.

Ag- Le he hecho daño -. Susurró en el oído del chico de cabellos blancos - Vete, por favor… -. Dijo con la voz quebrada, pues cuando escuchó las palabras de Snape, supo de inmediato a qué se refería.

Th- Está bien -. Se besaron en los labios, mientras Apolus le ponía una mano en el hombro a su pareja y el chico salió por la puerta, cargando su valija. Armand se quedó un momento más.

Ag- Volveremos más tarde cariño. No nos esperes sino quieres -. El chico afirmó con un gesto de su cabeza y subió las escaleras. Severus no quería nadie cerca y lo mejor era obedecer su deseo.

Ap- ¿Estás bien? ¿De qué se trata todo esto? -.

Ag- De mi alma… Pero no quiero hablar de ello. Seguramente Lucius se lo ha echado en cara… Bastardo! ¿Cómo se atreve? -. Masculló enrabiada. De inmediato la expresión de su rostro cambió. Como una buena actriz nadie debía saber de sus propios sentimientos.

- Quería pedirte una disculpa - Hogwarts estaba silencioso. Draco había decidido regresar a su cuarto, sin saber que alguien más no pudo conciliar el sueño, haciendo planes… Pensando en pistas dejadas por aquí y por allá.

D- ¿De qué hablas Kadyars? -. Inquirió extrañado. Aún no era el alba. Snape no estaba… Draco se sentía algo inquieto.

L- Verás… -. A la joven parecía costarle un esfuerzo sobrehumano hablar… A lo mejor porque pedir disculpas no estaba en su naturaleza… - Yo, en parte he sido responsable de lo que te ha sucedido ayer… Sólo quería que lo supieras. No tenemos verdaderas razones para estar enojados -. Draco no creyó prudente reírse. Lynn y él estaban hechos de la misma madera… Y cuando alguien como ellos pedía disculpas, lo hacía de todo corazón.

D- De todas maneras, fue terapéutico… -. Comentó con un gesto distraído, una sonrisa traviesa, y se fue, tan tranquilo. Lynn fijó su vista en el fuego y enfiló hacia el dormitorio de las chicas.

Harry esa noche tendría otra de sus crisis, pero sólo Madame Pomfrey y Uther lo supieron.

Potter se hallaba nuevamente en esa casa que empezaba a conocer demasiado bien, tal vez… La casa donde Colagusano escondió a Voldemort antes del Torneo… Corría un viento terrible y observaba con sus ojos un espectáculo aterrador…

Bellatrix estaba ahí, podía olerla… Su risa demoníaca también era una alerta, claro.

Bella- Mi Señor… -.

Harry la contempló, conteniendo su furia.

- Sí… Veo que has vuelto -.

Bella - Si… -

Y de pronto todo era diferente. Como si se tratara de un cambio de escena en el teatro. Ya no estaba solo. Varios seres vestidos de negro le rodeaban, pero aún podía decir con exactitud dónde estaba Lestrange.

- Tráiganlo -. Unas figuras altas e ingrávidas arrastraban a un hombre, que en ese momento llevaba la cabeza gacha, dejando notar en la oscuridad su cabello entrecano. Una chaqueta de color tierra se hallaba manchada de sangre… Harry se aterró cuando vio a un Death Eater y lo reconoció como Severus, a pesar de llevar la máscara. Lucius también estaba allí, sonriente tras el blanco.

El secuestrado cayó al piso, amarrado con cadenas de plata, sus muñecas sangrando, expeliendo un olor nauseabundo, como la de la carne cuando es corroída por el ácido. Tenía las ropas rasgadas, seguramente por la persecución… Todo en él hablaba de una entrega difícil. Harry dio un par de pasos hacia el tipo, y todos los Death Eaters dieron en paso atrás al mismo tiempo. El ambiente se tensaba con rapidez.

- Por favor, observen este delicado espectáculo -. Con un movimiento de su varita, la persona capturada levantó la cabeza, otra vez consciente. - Buenas noches -. Harry intentó escapar, pero no podía. Aún seguía de pie, su voz aguda retumbando en su mente como un pito insistente, desgarrándole los oídos. - ¿Quién lo ha capturado? -.

- Han sido los salvajes, al sur… -. Informó Lucius en tono malicioso - Lo han atrapado luego de su transformación… Pero él ha opuesto resistencia -. Los dedos largos y blancos de Harry atraparon el mentón de su prisionero y le obligó a levantar la vista.

Se trataba de Remus.

Potter intentaba detener los actos de Voldemort, pero estaba atrapado dentro de la serpiente. Sabía perfectamente que aún le era imposible dominar a su gemelo oscuro.

Es mentira, es mentira… Intenta engañarme como con PadFoot

¿Puedes asegurarlo? Yo soy quien domina tu mente… Sólo yo sé qué es ilusión… Y esto no es una elaboración mía para que te la tragues…

Ya sabría…

Lupin lo contempló con sus bellos ojos miel completamente muertos. Era como si observara a través de él, el trozo de pared donde el butacón misterioso había sido relegado.

- Creo que ya has tenido bastante ¿no es así? -.

Tú le amas, lo sé. Es lo único que te queda

No, es mentira. Yo no le quiero

Estúpido

Si Snape estaba inquieto, no dejó que se notara.

Harry, sinceramente, deseaba creer que todo era un sueño, que Voldemort nuevamente le estaba manipulando, y que Remus se hallaba con bien...

Estás jugando… No volveré a caer Lupin seguía ahí, con el cabello cayéndole sobre las pupilas dilatadas, su mirada completamente perdida en algún punto tras él. Con rápidos chasquidos de su lengua percibió excitación a su derecha.

Pettigrew, el traidor, estaba allí, su mano de plata refulgiendo a la luz de algunas luces cuya dirección Harry fue incapaz de precisar.

¿Aún con aquella idea, Harry? Inquirió la voz del Dark Lord, regocijándose con cada palabra ¿De verdad quieres ponerme a prueba?

No te creo. Remus no está aquí Quien está frente a mí no existe. Además ¿De qué te sirve? Yo no le quiero, un lupino no puede ayudarme en nada con sus transformaciones Mintió descaradamente. La boca de Harry se contorsionó en una socarrona sonrisa.

Como gustes Las largas manos de Voldemort se deslizaron a través de la piel de Lupin, apartando la bufanda escarlata que llevaba al cuello, con una delicadeza casi reverencial… Y cuando se hartaron de acariciar la piel suave y apetitosa, las uñas abrieron carne. Algunos milímetros al comienzo… Sólo un poco. Lupin seguía con sus ojos ausentes.

En Hogwarts, el cuerpo real y tangible de Potter se estremeció poderosamente. Uther estaba dormido, pero de inmediato despertó al percibir la silenciosa llamada de Harry. De inmediato se precipitó fuera de su cuarto para hallarlo con algunas lágrimas saliendo de sus ojos cerrados, incorporado en el blando colchón, los brazos extendidos como si buscara a alguien en esa sala solitaria.

Yo sé que lo conoces En su estado de terror y confusión, el joven era incapaz de comprender esas palabras.

No te entiendo Le interrumpió. Entonces una rabia ardiente le golpeó por dentro, sus tripas contraídas, su cara serena.

La Profecía Susurró nuevamente, amenazante La conoces. Dímela y no te haré daño Harry entonces fijó sus ojos rojo en Lucius. No pudo evitar recordar las palabras que escuchó de esa boca desganada el año anterior y la misma temeridad que siguió sus pasos entonces le dominó ahora.

No conozco la Profecía Replicó, muy seguro de sus palabras. Uther seguía sus movimientos con inquietud, y suavemente comenzó a susurrarle en un idioma extraño, envolviéndole en su poderosa magia.

Uth- Harry, es un sueño… Harry, despierta… -.

Pero él no le escuchaba. De todos modos, sus brazos se dejaron caer pesadamente y pareció un tanto más calmado. Aún tenía los párpados cerrados. Green supo de inmediato que con su poder le concedía sólo algunos segundos de tranquilidad… Éste, en ningún aspecto era un sueño… Nadie más que Harry podía expulsar a su invasor.

¿Seguro? Dijo el Señor y sus zarpas se incrustaron completamente en la garganta de Remus, comenzando a arrebatarle la respiración. Potter podía sentir con una nitidez aterradora la carne rodeando sus propios dedos, la sangre infectada comenzando a fluir tímidamente, tan tibia y dulce… Sus poros se abrieron para recibirla toda… Y lo embargó esa mima emoción que le había tomado cuando Umbridge se retorcía en una de sus alucinaciones…

Placer…

De alguna manera tener a Remus a su merced le hacía feliz. Esos débiles gemidos de protesta eran música en su cuerpo, rebotando dentro del cráneo y sus costillas como si éstas se trataran de enormes tambores… El pánico y el horror pugnaban por el sitial de supremacía, siendo expulsadas una y otra vez.

Y le enojaba no obtener la atención del licántropo todavía.

Y Harry no sólo pudo sentir la locura en su propio cuerpo. Un brillo fanático se apoderaba de los ojillos de Pettigrew, como si su mayor deseo fuese, precisamente, tener a Lupin en sus manos y decidir su vida. Lucius en tanto, contemplaba todo con distancia, cerrando su mente delicadamente para sumergirse en sus propias fantasías. Bellatrix chillaba como un niño pequeño gozando un dulce, glotonamente… Lo que percibía Severus era con completo misterio.

Estoy siendo indeciblemente generoso contigo… Dejaré al lupino libre si cooperas… El adolescente estaba aterrado, complacido, confuso… Eran demasiadas emociones para él… Un balbuceo muy tenue convergía de lo más profundo de su propia alma, pero no podía escucharla. Sus manos continuaban atenazando el cuello delgado, que cedía sin oponer ninguna resistencia, todo el cuerpo recargado en ese punto, pues los grilletes lo llevaban al piso…

Harry- En serio, no lo sé -. Dijo con voz chillona, presa del pánico. Harry notaba cómo sus cuerdas vocales se desgarraban por el esfuerzo - No sé de esa profecía -. El Medimago le escuchó claramente y de inmediato todo cobró sentido. Madame Pomfrey aún no hacía acto de presencia.

Uth- No se lo digas… -. Fue lo único que atinó a replicar, sin saber a ciencia cierta si el joven entre sus brazos le escuchaba - Por lo que más quieras… -.

Voldemort entonces pareció tener otra idea. Su cuerpo se llenó de adrenalina.

- Traedlo -. Murmuró y algunas figuras se perdieron entre las sombras, muchas otras le arrebataban a Remus de las manos y sujetándolo, aguardaban nuevas órdenes - Desnudadle. Veremos algo encantador, no pierdan detalle -. Dijo irónicamente. Lupin no opuso resistencia cuando esas manos violentas le quitaron la bufanda encarnada y la lanzaron al piso, cuando le desataron el pelo, que cayó libre sobre sus hombros, tan largo como Harry jamás lo había visto. Sus pupilas entonces repararon en la banda de tela negra que aún se hallaba cosida en la manga del raído abrigo.

Todavía guardaba luto por Sirius.

Sin esperar más, un Death Eater le arrebató los grilletes, con sangre coagulada en las orillas.

- Mostradme sus muñecas -. Ordenó Voldemort y Harry contempló el horror como jamás lo había visto, ni siquiera cuando Cedric Diggory cayó muerto a su lado, ni aún en sus pesadillas. Con gestos innecesariamente brutales una mujer se acercó, y levantó las manos de Remus, sosteniéndolas por los dedos, como si a ella también le diera asco.

En efecto, la piel de Remus resultó corroída por el metal… Y… La sangre lo cubría todo. Harry pudo contemplar con rabia y placer el efecto. La carne viva aparecía frente a él, expuesta torvamente a las luces. Era una masa sanguinolenta, llena de coágulos, de apariencia dura, como requemada; pero lo que más miedo le dio fue contemplar algo blanco que prontamente reconoció como el hueso… El hueso de las muñecas, de esos brazos que siempre quisieron protegerlo, que en clase se animaban con ademanes entusiastas al exhibir las muestras de su trabajo, que escribían para él cartas donde quedaba patente ese amor tan grande…. Que el día en que se conocieron enarboló la varita para librarlo de los Dementores….

El olor a carne descompuesta, a sangre coagulada le azotó la nariz a Harry y tuvo nauseas, pero Voldemort impidió doblarse en dos y vomitar libremente… Lo único que el muchacho deseaba en ese momento era abrir los ojos, despertar… Pero no podía…. Era la realidad. Aparecieron más Death Eaters, dos de ellos cargando una pechera de plata NA: ¿quién no ha visto Gladiador?. Claro!, son las pecheras que usaban los guerreros romanos El placer, el dolor, la rabia, el temor lo dominaban y ya no era capaz ni de pensar.

Es la última vez… Dímela Susurró Voldemort amablemente, pero su paciencia ya se había agotado.

Harry nuevamente levantó los brazos y los extendió… Con algo de miedo Uther vio que sus uñas estaban llenas de sangre. Su vista se desplazó inmediatamente a la cicatriz, que ahora era un rayo rezumando gotitas de púrpuras en la noche, que avanzaba rauda.

Uth- Harry… Esta es la realidad! Harry, abre los ojos…. No permitas que él te venza… No lo permitas -. Continuaba diciéndole en ese lenguaje extraño, aumentando la fuerza de su magia para rodearlo más concienzudamente. Y entonces el Niño Que Vivió abrió la boca, una voz ronca y espantosa surgiendo de ella, modulando con lentitud las palabras de Trelawney, tal y como las había escuchado del Pensadero.

H- El Único con Poder para vencer al Señor de las Tinieblas se acerca… -. ¿Podía ser posible? Uther desconocía por completo el contenido de la Profecía, pues sólo escuchó de ella por lo que se hablaba en las reuniones y por lo que Agatha le contó. Las palabras exactas eran un misterio, pues tanto Harry como Dumbledore se habían mostrado reticentes a divulgarla.

H- … Nacido de los que lo Han Desafiado Tres Veces, vendrá al mundo al concluir el Séptimo Mes… -. Harry sintió la impaciencia de Voldemort dentro de él e intentó apresurase…. Remus parecía regresar de su ausencia al percibir la plata cerca de él…

H- … Y el Señor de las Tinieblas le… -. Pero no pudo seguir hablando. Muy descortésmente el Medimago le había metido dos dedos en la boca, aplastando su lengua hacia abajo.

¿Qué más dice? ¡HABLA! Exclamó Voldemort, impaciente.

No puedo… Alguien me lo impide Pensó desesperadamente Harry, pero el Señor no le escuchaba.

No intentes pasarte de listo… Tú no me conoces Le amenazó, incapaz en ese momento de oír a Harry. Lucius entonces se arrodilló inexplicablemente y comenzó a reírse con una voz aguda, histérica, a veces notándose el esfuerzo que hacía por callarse.

Voldemort - ¡CIERRA LA BOCA MALFOY! -. Pero la risa parecía superar al Mortífago, simplemente no podía. Voldemort se enfurecía cada vez más - Malditos sean… Interfiere otra magia -. Masculló en voz baja - MÁTENLO!! NO ME SIRVE YA!!! -. Los Mortífagos parecían atontados tras las máscaras, pero Peter se acercó, completamente envalentonado y agarró la pechera con un esfuerzo sobrehumano…

¡Déjalo en paz! pero no había respuesta alguna. Era como si esa criatura ya no pudiera (o no quisiera) escucharlo más. Te estoy diciendo la Profecía!! Puedo hablar con mi mente todavía ¡No toques a Remus, maldito engendro!

Era inútil

Uther, en tanto, luchaba con un Harry aún en trance, que lo mordía fuertemente a la vez que se movía de un lado para otro, con el objetivo de librarse de sus brazos y seguir hablando…

… Señalará como a su Igual, pero Él tendrá un Poder que el Señor de las tinieblas NO CONOCE…

Remus seguía cada vez más y más inquieto, sobretodo ahora que Peter andaba cerca de él. Los otros Mortífagos reaccionaron finalmente y acabaron de arrebatarle el abrigo y la camisa que llevaba. El Lupino todavía no mostraba dominio de sus actos, no al menos de una forma conciente. Pettigrew gemía ante la visión de su deseo hecho realidad…

Uth- Vuelve Harry… ¡Él está jugando con tu mente! -. Ante el ruido de la lucha, madame Pomfrey se apersona y habla de aplicarle un ENERVATE

Uth- ¡NO!. Harry está con Él -. Madame Pomfrey comprendió de inmediato al ver la sangre en la frente de Potter - Si hace algo así, Potter podría quedarse para siempre encerrado en aquella alucinación…. ¡Vamos! Abre los ojos, aquí está la realidad -.

La desnudez de Remus evidenciaba las marcas de la batalla. Fue cuando Harry entendió que lo habían entregado otros de su misma raza. Por aquí y por allá había marcas de garras lupinas… Enormes.

Dios! ¡DÉJALO! TE ESTOY DICIENDO LA PROFECÍA!!!!! Exclamaba Harry… El murmullo que en todo ese tiempo se había mantenido ininteligible se comenzó a escuchar con más fuerza.

Escúchame… Mira… Hay magia se trataba de una voz extraña, como distorsionada por algún aparato electrónico… Y había otra voz, pero aún no podía identificarla, menos saber lo que decía. Los ojos mieles se posaron en los de Harry, con un súbito brillo de animación y el joven podía jurar de Remus le habló, moviendo a penas los labios.

Rem- Ayúdame… Harry -.

Y UNO DE LOS DOS DEBERÁ MORIR A MANOS DEL OTRO, PUES NINGUNO DE LOS DOS PODRÁ VIVIR MIENTRAS SIGA EL OTRO CON VIDA

No funcionó. Como si se tratara de una actuación de teatro, Colagusano tomó una parte del protector y le dio la otra a su compañero…

Más atrás, Lucius emitía sonoras carcajadas.

PELEA REMUS!! NO PERMITAS QUE TE HAGAN DAÑO DE NUEVO a lo mejor, Remus lo había escuchado, quizás estaba aguardando el momento más indicado, la cosa es que el hombre comenzó a moverse, sus pupilas contraídas por algo parecido al frenesí, y agarrando al Mortífago que tenía más cercano, lo azotó contra el cuelo. Los demás comenzaron a reducir al lupino, pero ni Snape ni Lestrange hicieron nada. Malfoy seguía riéndose sin siquiera tomar aire, aunque ahora su voz era más débil… El profesor se perdió entre las capas negras, luchando, siguiendo los pensamientos de Harry como si este le gritara con voz de verdad.

Detrás de ti… Vamos! Libérate y todo acabará! Se encontró pensando Potter, su miedo cediendo rápidamente ante la valentía de su mentor

Voldemort sólo contemplaba. Ninguna de sus emociones perturbaba las de su Gemelo. Las dos voces se alzaron un poco más, aunque Harry no podía entenderlo todo. Era como si Uno estuviera a su derecha y el otro a su izquierda, demasiado lejanos…

Observa… Mira bien… Mira le imploraba la que se escuchaba mejor.

Harry… Era lo único que se entendía del otro lado Realidad

Como se distrajo escuchando los dos murmullos, el chico no se percató de lo que ocurría frente a sus ojos,

Lupin estaba demasiado débil. No era ésta la primera batalla que sostenía durante el día, así que los seguidores de Voldemort lo redujeron rápidamente. Pettigrew y la mujer acomodaron el objeto de plata sobre su cuerpo, mientras los demás le retenían con cuerdas de pies y manos, las sogas incrustándose cruelmente en las marcas que dejaron los grilletes … No fuera a ponerse "Alegre". Remus lanzó un par de gritos antes de caer en el sopor… El dolor era tan grande que no le permitía ni resistirse. Nuevamente el olor surgió y ahora se acompañaba del horroroso y tenue ruido de la carne al quemarse, al freírse. El placer embriagaba a Harry, pero la estaba rechazando… Nuevamente las voces se alzaron.

Arriba!... Sobre la cabeza de ese hombre… La magia… LA MAGIA!!!

Harry, ése no es Remus… Se trata de un juego de Voldemort Con una nueva sacudida en el estómago (que le provocó nauseas por tercera vez) Potter notó que la segunda voz era la de su papá. La otra continuaba igual de distorsionada.

Cuando le pusieron a Remus la pechera Harry abrió sus ojos verdes, pero Uther supo que aún no estaba despierto. Temiendo que todo empeorara (y así era, puesto que el joven aún lo mordía y le tiraba patadas para alejarlo) envió por Dumbledore… Su paciente debía Soportar sólo un poco más.

Harry tuvo mareo nuevamente y los que apresaban a Lupin se alejaron de él, incapaces de soportar el olor un minuto más. Llevado por el peso, el licántropo cayó al piso, moviendo sus brazos apenas. Estaba más muerto que vivo.

El chico deseaba moverse, lo quería con todas sus fuerzas, pero un frío inmenso le invadió, paralizándolo.

¿Qué más quieres? ¿Qué siga con todos tus amigos? Los pensamientos de Voldemort llevaban ira y frustración. Tal vez no se esperaba que todo resultara así.

Te dije la maldita Profecía. ¡Tú me marcaste estúpidamente y ahora uno de los dos debe morir! pero el hombre no podía saber lo que decía. Malfoy volvía a elevar el tono de sus risas, sin embargo le daba el aire para ponerse de pie y comenzar a controlarse.

No es la realidad, no la creas Su papá le hablaba suavemente, sin embargo su voz tenía en sí misma un poder casi incontrolable. Harry quiso creerle… De todo corazón…. Quiso Creerle.

Uther Green sostenía un cuerpo tembloroso y mojado de lágrimas que ya no lo atacaba, ni mordía. El adolescente seguía inquieto, se retorcía… Pero el Medimago no permitió que hiciera según voluntad.

La voz de James poco a poco fue relajando a Harry… Era una pesadilla… El cuerpo inerte de Lupin, con sus cabellos desparramados por el piso y con un charco de sangre creciendo a su alrededor ya no le producía ninguna emoción… En tanto fijó sus ojos casi distraídamente sobre el punto que le había señalado la otra voz.

Despierta… Despierta… Escucha mi voz… Búscala… Seguía James.

Y entonces Harry notó que algo brillaba en el techo de esa casa.

Dumbledore venía llegando y Uther le hablaba a Harry en tanto le acunaba y le acariciaba la cabeza, hablándole en ese idioma extranjero, casi una letanía huyendo de sus labios, el chico de ojos verdes acurrucado en su pecho, llorando, con la mirada perdida, aún sin regresar del todo.

La sola magia de Dumbledore ante la puerta de la enfermería hizo reaccionar a Harry.

Todas las imágenes de ese sueño regresaron a su cabeza, mareándolo, pero nada le impidió desasirse del Medimago y correr hacia él, venciendo todo el odio que le tenía.

La mañana se hallaba bastante avanzada ya, pero era Domingo. Todos descansaban.

H- ¿Dónde está Remus? -. Exigió saber. El anciano pareció un poco desconcertado.

D- Está en una misión de la Orden -.

H- ¡¿Dónde?! -. Gritó más fuerte - ¡¿Dónde está?! -.

D- Se fue al sur. Ha habido… -. El director enmudeció al ver la expresión en el rostro de Potter… El muchacho se puso más pálido de lo que ya estaba y trastabilló, agarrándole la túnica a su superior, sin ningún respeto, y sin notar que tenía las manos ensangrentadas.

H - QUIERO A Lupin EN HOGWARTS!!! -. Gritó fuera de control - TRÁIGALO, MALDITA SEA! -. Dumbledore retrocedió, sorprendido. Harry entonces se miró recién las manos y por inercia invocó la imagen de los brazos marcados de Remus, el olor repulsivo de su carne aún "achicharrándose"…

- Harry, Harry! -. Lo último que el Niño que Vivió alcanzó a escuchar fue la voz cada vez más lejana de Hermione antes de arrodillarse, echar la cabeza adelante y hacer lo único que había deseado hacer durante toda la noche… Vomitar hasta caer inconsciente. Hermione, Uther y madame Pomfrey se encargaron de Potter mientras Dumbledore se fue, la túnica manchada de sangre.

A Vane y a Apolus no les costó nada de nada entrar en la morgue. Era un enorme y sombrío depósito. Cuando la encargada saludó de beso en la cara a la hechicera, su compañero enarcó una ceja.

Ag- Soy una mujer muy sociable -.

- Mi nombre es Eleni -. Saludó la chica, muy cortés. Se trataba de una joven de cabellos oscuros y largos, dulce sonrisa y bajita (Pero de todas maneras más alta que Agatha).

Ag- El morocho se llama Apolus. ¿Aún está en hielo nuestro querido amigo? -. La muchacha le dio un manotazo en el brazo.

Eleni- Más respeto!... Aún está en la cámara de refrigeración. Nadie ha venido por él -. Comentó en tanto recorrían los pasillos y la chica revisaba una lista. - ¿te llegaron los informes? -.

Ag- Por supuesto, pero ya me conoces… No soy de las que se quedan quietas -. Declaró la mujer, satisfecha. Eleni le contestó con una sonrisa. Entonces doblaron por un pasillo hacia la derecha y entraron en un cuarto.

En macabros estantes empotrados contra las cuatro paredes, hallábanse los cuerpos, en cajones como de archivos. Agatha se pasó las manos por los brazos, intimidada y sobrecogida. El sólo hecho de pensar en la muerte… le hacía temblar, pues ella la había separado de sus brazos. Eleni y Apolus parecían en casa.

E- Número 0272… Aquí -. Dijo, mientras le echaba mano a un cajón y lo corría con gestos rutinarios. - Lo puse en esta fila para que lo vieras bien… -. Comentó distraídamente - Bueno, creo que quieren estar solos -. Siguió, notando la mirada de Apolus - En 30 minutos regresaré -. Y se largó.

Ag - ¡Qué poco amable de tu parte! -.

Ap- con tus encantos podrás disculpar mi conducta. Eso no es lo que me preocupa… -.

Ag- pero… ¿Crees que vayas…? ¿Resulte? -. Miró a Apolus notando que había dicho una estupidez.

Ap- Si lo dices por el hecho de que lleva como una semana muerto, tal vez más tiempo -. Comenzó en tono paciente - Ya lo había considerado, naturalmente -. Caminó hacia el cuerpo y le tocó distraídamente el cabello, fijándose en el rostro del muerto con el interés de un taxidermista. - Creo que lo mejor es que salgas -. Añadió. Agatha le miró con interés.

Ag- ¿por qué? -.

Ap-. Pues… Practicaré Nigromancia, no creo que quieras que te vengan a buscar… -. Dijo malévolamente. Vane se puso más blanca que un papel.

Ag- Si… Lo mejor es que me vaya a fumar un cigarro afuera -. Y salió por patas.

(15 minutos después)

Apolus asoma la cabeza, y con un gesto le pide a su compañera que se acerque. Vane por supuesto ha sentido la magia Y ya iba en el quinto cigarrillo, con las manos temblando perceptiblemente. Tenía los pelos de punta.

El cajón de Grass estaba completamente cerrado.

Ag- ¿Qué averiguaste? -. Por toda respuesta Apolus le pidió a su compañera que se acercara un poco, con un gesto de su cabeza. La mujer le obedeció y de improviso el joven de ojos verdes le pone los dedos sobre las sienes, delicadamente.

Ap - Averígualo por ti misma -. Replicó.

Todos los misterios quedaron revelados… Por lo menos lo que concernían a lo relacionado con la muerte en sí. De alguna manera Apolus se había apoderado de todo lo que el muchacho pudo ver antes de morirse.

Theodore Grass, en efecto, había regresado de Diagon Alley con tizas y elementos de invocación a su cuarto. Allí había estado por un largo período de tiempo. Hasta la noche. Claro que había alguien más contemplando lo sucedido.

Theo- ¿Cómo?... No claro que no, yo quiero lo que pactamos. Me lo debes… Has eliminado a mi familia… -. La sesión acabó y el joven agarró un cajoncito de madera de un escondrijo tras una cómoda. La abrió, y sacó unas hojas de papel. Se trataba de papeles bancarios, con un apellido que se repetía constantemente…

RIDDLE

Con la caja en la mano, Grass se metió a la ducha. Y al salir…

Una figura se acercaba a él…

Se trataba de un Death Eater; llevaba la máscara.

- Mira, no quiero hacerte daño… Dame la caja y quedaremos en paz -. Dijo con un voz profunda que a Agatha le pareció conocida.

Luego de eso el muchacho intentó escapar, pero era imposible. Si armaba escándalo podía quedar al descubierto. Vane podía sentir su miedo, su respiración agitada.

Theo- No… Mataron a mi familia… ¿Quién lo hizo? ¿Lucius Malfoy?... -. Dijo para ganar tiempo… Tenía que llegar hasta su varita… Así que comenzó a moverse hacia la cama, sobre la cual se hallaba el objeto.

- Tal vez… ¿de qué te servirá saberlo?... Sólo dame esa caja y no habrá líos… -. Siguió la figura, tranquilamente.

Grass ya estaba llegando a su varita. Y De inmediato la agarró y apuntó con ella a su agresor.

Theo- Ya basta… Sacrificaron a mi hermana, no permitiré que me hagan daño a mí -.

Lanzó un Expelliarmus, que chocó contra una barrera de protección.

El terror invadió a Grass en una oleada que bien podría haberlo hecho gritar desesperado.

Agatha ya se estaba mareando. El poder de Apolus era sobrecogedor.

- No hagas esto difícil… Mi estilo no es el de matar, pero si sigues así… -. Lo amenazó mostrando su varita - No tendré ningún escrúpulo .
Theo- Bastardo! -.

- Basta! -. Y la lanzó la Imperius, pero fue rechazado. El hechizo se desvaneció. Al parecer el Death Eater había previsto algo así, y puso un círculo para que se tragara los hechizos perdidos.

Vane recordó que conocía a un solo Mortífago capaz de hacer eso.

JACK LAWRENCE…

Ag- DIOS! -.

Grass se distrajo por un segundo y ya ese hombre había tomado la caja e intentaba arrebatársela. En el forcejo que siguió después, el objeto se cayó, desparramando su contenido; unas hojas y dos piezas de ajedrez. Pero en ese momento Theodore estaba más preocupado de salvar su vida…

Algo de por sí, bastante inútil.

Otra Imperius y todo acabó.

Grass quedó frente al Mortífago, como una marioneta dispuesta a recibir órdenes. La mujer veía con sus ojos y casi se desmayó cuando el hombre frente a ella se quitó la máscara.

Lo conocía demasiado bien, y todo calzó en su mente.

Lo que siguió después ciertamente se trató de lo accesorio. El Mortífago la ordenó tomarse el contenido de un minúsculo vial que sacó de entre sus ropas; el veneno de la Mamba. Agatha pudo sentir todo lo que Theodore percibió; el cosquilleo en las extremidades, la dificultad para respirar, cómo la visión se le nublaba lentamente… Cayó al piso y comenzó a arrastrarse.

- ¿Lo ves? Nadie puede oponerse a nosotros… -. Comenzó a decir - Lo siento por tu familia. Ellos no tenían la culpa de estar relacionados con una rata como tú. Lord Voldemort me mandó a decirte una cosa, aunque creo que innecesario que lo sepas… La muerte de los Zabini no han sido en vano… -. Theodore tocó la puerta, pero su dolor era muy intenso. El hombre le había quitado la Imperius y permitió que sintiera completamente el efecto del veneno…

Los estertores de la muerte le recordaron a Vane su propia experiencia, pro entes de que aquellas sensaciones la invadieran, Apolus cerró el contacto y con un gesto rápido enlazó su cintura con una mano, para sostenerla. Agatha se agarró de sus brazos con la poca fuerza que quedaba.

Ap- ¿Qué sucede? -.

Ag- DIOSDIOSDIOSDIOSDIOSDIOSDIOSDIOSDIOS… -.

Ap- ¿Qué pasa? -.

Ag- No puedo creerlo… -. Y le fijó los ojos extraños - Yo… Conozco al asesino de Grass… July… -. El joven no necesitó preguntar nada más. Lo entendió todo.

Como era normal, Vane se desmayó.

Dicen que este cap me quedó bueno, pero no lo sabré si no me dejas tu rev

Contesto, en serio, aunque me tarde

TRABAJAMOS PARA USTED

Asi que dele al botoncito, no sea malito

Aquí, abajito.