46
Desde el Velo
(RIDDLE)
Si a Ron se le caía la cara de vergüenza, luego de traspasar la puerta de acceso al castillo, le hervía de rabia. Nada más mover las pesadas hojas, un cubo MUGGLE de agua con algunos "añadidos" le cayó encima...
Como si ya no estuviera bastante mojado, y sucio
No le quedó de otra más que subir directamente a la torre para quitarse la de cáscaras podridas y otras cosas imposibles de identificar. Raphael intentaba huir de las fans de cuarto año que querían darle el "Abrazo de gratitud" con Hermione agarrada de una mano y Harry ya quería bajarse de los hombros de Thomas y Neville, que gritaban con los demás, cosa que logró cuando Uther Green y Madame Pomfrey se los arrebataron a los Gryffindors para llevarlo a la enfermería e ir a por los demás.
Como resultado final, casi los dos equipos completos terminaron en la enfermería, víctimas de raspones, contusiones, cansancio, ganas de vomitar y un cuanto hay. Más parecían heridos de guerra que jugadores de Quidditch
Por eso no le hizo ni pizca de gracia a la enfermera cuando Madame Hooch fue a felicitarlos y a avisarles que la profesora Vane lo tenía casi todo grabado por si querían revisarlo.
MP- ¿Deporte¡Casi se matan estos niños! Yo no entiendo ¡Me van a matar de los nervios! -.
Los Slytherins lucían bastante tristes. No era que hubiesen perdido. Habían decepcionado a Draco. Por ello Damián L'Noir se paró de la camilla y dijo muy de malos modales que no necesitaba enfermera alguna, que se podía atender perfectamente solito, y que lo dejaran en paz.
Ya para la hora de la cena, casi todos habían salido de la enfermería... Excepto Harry, que había aguardado pacientemente a que curaran a los demás, para que Uther le ayudara con sus magulladuras, cardenales y chichones varios. No había dejado que madame Pomfrey lo atendiera, porque ya estaba bien harto de su perorata.
MP- Tu papá era igualito... Sino se quebraba algo durante un partido no estaba satisfecho... ¡Si incluso se ponía a hacer duelos personales contra los de Slytherin¡Inconscientes!... Los dos son cortados con el mismo molde... -. Se fue mascullando hasta su despacho. Uther sonrió tranquilizadoramente.
Uth- Ya no tengo nada qué decirte... Madame Pomfrey me quitó todos los argumentos -. Comentó en son de broma. Harry se rió, aunque le dolían las costillas. – A ver, quítate esa ropa mojada... tengo que ponerte las pomadas. En diez minutos te prometo que estarás como nuevo -. Con una esponjita, Uther le fue quitando todo el barro al Niño que vivió. Estaba helado y Potter no pudo evitar que se le erizara la piel al contacto con el ambiente y con la tibieza de la esponja en sí.
Uth- Fue un gran partido el de hoy -. Le dijo con ternura, mientras limpiaba su espalda – Es una lata que se haya largado a llover -.
H- Mhhh... -. Dejó escapar perezosamente el moreno. Se sentía muy cómodo. Echaba de menos que alguien le tratara con tanta delicadeza y atención.
Su semana había sido de perros, se peleó con Agatha y notó que amigos no tenía, sino seguidores... Se sentía un poco solito, y el Medimago no sólo le daba medicinas, o lo limpiaba de su "mini batalla"...
H- Gracias -.
Uth- De nada. Es mi trabajo -. Replicó, aguardando tras la cortina a que Harry se pusiera ropa interior seca antes de seguir.
H- No es por eso -. Siguió, corriendo la cortinilla, para que el joven le viera las piernas masacradas – Es por todo... Protegerme cuando tuve la visión no era parte de tu trabajo. Evitaste que dijera la... Profecía. Me protegiste con tu magia, por eso te doy las gracias -.
Uth- Era lo menos que podía hacer... -. Se quedó callado cuando Harry le acarició la cara. No tenía que decir nada.
Nada más que...
Uth- Te aprecio mucho -.
Harry sonrió en respuesta.
H- Lo sé... -.
El Gran Salón comenzó a llenarse rápidamente cuando Potter hizo acto de presencia. Él y Lupin habían salvado el día, pero eso los de su casa los aplaudieron cuando los vieron llegar. Respetuosamente, todos aguardaban a que Albus Dumbledore les hiciera la venia para sentarse, y así comenzar a comer. Tal vez era sólo un partido, no las finales, pero la algarabía era de fin de campeonato. El rival no pudo ser más complicado y todo se decidió en el último instante.
En la mesa de profesores, Snape estaba furioso, a punto de pegarle a alguien. No podía creer que el triunfo se les haya escapado de las manos tan fácil... Draco tenía herido de muerte su orgullo y se había encerrado en su cuarto para no hablar con nadie. Sólo dejó que la niña Lioncurt estuviera a su lado.
Severus recordó que él también dejaba que sólo Laurent le acompañara cuando era derrotado por James Potter.
Albus hizo su venia y Snape ya iba a sentarse cuando...
Ag- ¡NO! -. La mujer lo agarró de un brazo.
Ahora sí te mato
Sev- ¿Qué estás haciendo? -.
Ag- Te salvo de las leyes de Newton... -. Retrucó como si eso fuera de todos los días –Y del ridículo. Mira -. En efecto, los chiquillos se habían sentado y...
Pataplum!
Todos cayeron al piso, al ceder las bancas... Y no sólo era en las mesas de las Cuatro Casas...
Flitwick fue el que lejos dio más risa. Quedó pataleando en el piso, como una de esas cucarachas que están de espaldas. Lo bueno fue que cayó sobre sus innumerables cojines para verse más alto. Severus se puso pálido cuado vio que los demás (incluido Dumbledore) fueron a dar al piso...
Todos, menos Agatha y él.
Ag- Y Ahora... -.
Minerva se puso de pie, y luego de ayudar a Dumbledore (que se sobaba la cola) gritó.
M- KADYARS! -.
Ag- Serán como 1000 puntos menos para tu Casa, Sevvie -.
Y satisfecha, dejó el Gran Salón. Estaba cansada y quería despachar la carta para July antes de irse a dormir.
Snape sólo quería matarla
Otra vez lo había salvado del bochorno, como en la época de colegio.
Am, Lynn, obviamente no estaba allí.
Harry decidió que lo mejor era largarse a su cuarto antes de que los demás chicos dejaran de buscar a Kadyars para acriminarse con ella convenientemente.
H- Kadyars! -.
Lynn- Sí sé que me llamo así, no lo repitas -. Le dijo de lo más amistosa.
H- ¿Qué quieres? -.
Lynn- Hay algo que no convenimos ayer -.
H- ¿Ayer? -.
L- Parece que te dieron duro en el partido, Potter. ¿Cuándo quieres que invoque a tu presencia? -. Lo pilló tan de sorpresa, que sólo atinó a decir:
H- Antes del martes -.
L- Entonces, mañana a las 12 en el vestíbulo -.
Y se fue, como si medio Hogwarts no estuviera clamando por su cabeza y puntos menos para Slytherin.
D- Fue mi culpa -. El joven Slytherin se caló la bufanda hasta las orejas – Dejé pasar ese punto -.
Drac- No. Tu trabajo fue impecable -. Replicó Malfoy. Estaban afuera, dejando que la lluvia los mojara otra vez, muy lejos del bullicio de la cena – No me has decepcionado -. El muchacho de ojos verdes sobrepasaba con MUCHO al aristócrata, pero se portaba como un niño – Ni siquiera lo digas L'Noir. Para mí eres tan valioso como siempre. Sigues aquí por mí, y esto no es nada comparado con lo que me traigo entre manos... Y quiero que me ayudes -.
D- Muy bien -. La espada de pirata corsario hizo un ligero chasquido metálico al chocar con su vaina contra la pierna del Slytherin.
Drac- Ven -. Y se perdieron por el sendero al Bosque Prohibido.
DOMINGO
(Por la noche)
Obviando la cara de seis Kilómetros de Snape, y a Agatha pululando cerca de Hermione (porque obviamente ella tendría la primera copia del vídeo para ver a placer en las vacaciones, y se lo iba a ganar al fans club del cuarto curso) el día había sido completa y absolutamente tranquilo. Harry se había quedado en la Sala Común, leyendo algunos libros y mirando la lluvia caer a través de los ventanales, abstraído. Pensando en lo que Draco le había dicho, y en el poema que recibió tanto tiempo atrás.
"Cuídate Potter... Este es sólo un juego. Fuera de él no eres más que un niñato bobo y temeroso"
Después de todo, era algo inevitable, como el agua mojando los vidrios frente a él.
Draco era un Malfoy, y maldita sea, lo demostraba a la menor provocación.
Como un zombi, sin pensar mucho en lo que estaba haciendo, a las 11:30 se puso la capa invisible y bajó al vestíbulo. Lynn lo aguardaba y no se dijeron nada, avanzando tomados de la mano hasta el Bosque Prohibido, sus pasos ligeros y silenciosos, protegidos por algo, según pudo notar el muchacho, como en trance. No estaba pensando en nada, su tristeza por Draco era casi invalidante...
L- Bien. Ya llegamos-. Habían caminado casi por una hora entera, a través de espesos árboles, cuyo sendero Potter jamás reconocería, ni a la luz del día. Todo estaba preparado, y sólo faltaba la sangre para iniciar el rito.
Kadyars le soltó la mano a Harry, preocupándose de poner un muy buen hechizo de protección. La operación sería de lo más delicada, y no podía permitirse que nadie interfiriera. Sombra se puso a la orden, y se fue a dar una vuelta para espantar a las criaturas intrusas. Ya cuando Harry estuvo en el círculo de luz tenue que le rodeaba, la chica se dio a su tarea. Con calma sacó de entre sus ropas una pequeña cuchilla, con la que se abrió una herida en la muñeca derecha. Harry la observaba, comprendiendo entonces lo que sucedía a su alrededor, como fascinado, hechizado.
Kadyars trazó en el suelo pequeños segmentos ensangrentados, formando los contornos de un sello mágico, la estrella de cinco puntas...
L- No tendrás mucho rato... Y mide tu fuerza, no desgastes el tiempo abrazándolo ¿te parece? -. Fue lo último que dijo antes de sumirse en su letanía de invocación.
ADONAI, ADONAI...
TAT SABITUR VARENYAM
BHARGO DEBASYA DHAMAHI
La tenue luz que rodeaba a la Slytherin comenzó a condensarse, a hacerse casi tangible... Gracias a las clases de Agatha, Potter supo, sin lugar a dudas, que aquella no era solamente la energía mágica de Lynn, sino también parte de su propia vida...
DHIYO YO NASH PRACHODAYAT
EU NEVOI TAN FORTA
Los cabellos negros sumíanse en una opalescencia exquisita, en tanto la voz se hacía cada vez más y más tenue... Para alguien que mirara sin mucha atención, la joven estaba desapareciendo lentamente, rodeada por pequeños destellos, como de luciérnagas alzando el vuelo sólo para cuidarla...
EU INVOCA TAN SCEPTRU
ACEST ES MEI CERERE
Y ante los ojos desorbitados de Harry, su rostro cincelado en pura incredulidad, él comenzó a materializarse
ACEST ES MEI SECUENTA
IN LESNIRE IN ACEST INVOCATIE
La motitas de luz se alejaban de Lynn y se condensaban frente a Harry, creando una forma tangible... Un cuerpo "Real"...
El cuerpo de Sirius Black.
Potter jamás supo cuánto tiempo se quedó allí, arrodillado y esperando, sin preocuparse de las piedras que se enterraba en las rodillas, o del frío que empezaba a hacer, del cielo amenazando con una lluvia tan tupida como la del partido de Quidditch... Lo único que sabía era que debería estar soñando, y no quería soñar... Tenía que ser verdad, pero su cuerpo no le respondía...
Completamente paralizado.
Después de lo que parecieron horas, Sirius Black fue visible plenamente. Llevaba la misma ropa que Lynn le había visto, y parecía tan desconcertado de estar allí, como el mismo Potter. De pie, y mirando a todos lados, sus ojos azules se toparon con los de su ahijado, y entonces abrió la boca... De ella salió una voz a sacudones, como si su dueño hubiese olvidado qué era hablar. Las palabras le salían un poco raras, pero se entendían.
S- ¿Qué... Significa... Esto? -. Sin acordarse de lo que muchacha le había advertido, Harry se le echó al cuello a su padrino, casi llorando. Si era un sueño, de lo más cómodo se quedaba en él encerrado por siempre. Su felicidad era abismal, demasiada...
H- Dime que es verdad... Que te estoy abrazando de verdad... -.
S- Sí... -. Replicó confundido – Pero no entiendo... -.
H- Pensé que jamás te volvería a ver, Sirius... Cuando atravesaste ese velo... -.
S- Yo también pensé lo mismo... Pero estoy vivo, lo sabía... Estoy vivo... ¿Y Moony? -. Inquirió de inmediato - ¿Dónde está, quiero verlo. No estaré por mucho tiempo acá -.
H- Están haciendo esto por mí a escondidas... Nadie sabe que estoy aquí, de hecho, ni yo sé dónde estoy -. El joven no sabía ni qué decir. Estaba demasiado sorprendido para hilar comentarios normales. Black se notaba muy cansado, su piel era muy pálida, como la de un muerto, aunque rodeada de una leve iridiscencia, y sin embargo... Era tangible, no se trataba de un fantasma. Siguió abrazándolo, para evitar que se le fuera a escapar... La visión que había tenido con Remus regresó a su cabeza, todo era muy precipitado... – No sabes lo que te he necesitado... Padrino, lo siento, lo siento tanto, no quería que nada te sucediera, pero soy tan impulsivo... -.
S- YA... No es tu culpa, no tenías por qué saber... La culpa fue mía, por no advertirte de nada... -. Harry sabía que el tiempo era precioso, y respiró hondo para no llorar, porque se vería muy mal delante de su padrino.
H- ¿Dónde estás¿Qué sucedió luego de que atravesaste el velo? -.
S- Aún estoy allá. Es un lugar donde no posees un cuerpo, donde no puedes hablar... Pero no importa... Aguardo a que oportunidades de salir, como ésta, se den y me aprovecho... Aún puedo verlos, aún puedo decir que estoy con vida -.
H- ¿Cómo? -. La presencia luminosa se rió. Era cierto. Harry no manejaba ni media palabra sobre el velo.
S- Moony no está aquí, pero él seguramente podrá explicártelo con palabras más sencillas. Lo que digo, es que no poseo un cuerpo, y por eso no puedo regresar del velo: No puedo atravesarlo. Sin embargo, hay veces en que el velo se abre y una parte de mi puede salir, pero no por mucho tiempo, tengo que volver antes de quedarme fuera, en este mundo, y desaparecer -.
H- Pero ahora... -.
S- Bueno, es que ahora mismo andaba vagando por acá... Pero dime qué ha sucedido. Sé muy poco, en realidad, ni una sola cosa. Cuando estoy aquí, es como sino escuchara ni viera nada -. Nervioso, Harry obedeció. Hablaba rapidísimo, sabiendo que podría invocar a su padrino otra vez, que Nick le había dicho la verdad: Una persona viva no puede regresar de la muerte. Black estaba prisionero otra vez, pero su cárcel podría ser burlada. Habló de su recelo contra Dumbledore, del dolor de Remus, de los alumnos nuevos... En 20 minutos, le habló de todo fugazmente, deteniéndose lo bastante en los detalles para cuidar sus nervios.
H- No te preocupes. Te sacaremos de alguna manera. A Agatha se le ocurrirá algo, me va a ayudar -. Cuando mencionó a la profesora, Sirius le puso una cara capaz de darle susto a Voldemort sin ninguna dificultad.
S- No vuelvas a hablar con esa mujer -. Le dijo de pronto.
H- ¿Qué? -.
S- Te lo suplico: No dejes que esa mujer vuelva a hablarte, y no sigas ninguno de sus consejos, no recibas nada de sus manos... Ni siquiera la mires -.
H- Bueno... -. Asintió. De todas maneras, se acababa de acordar que estaba enojado con ella.
L- Basta... -. Susurró la joven. Esa era la señal. Sirius y Harry se despidieron, no sin que Potter notara que al animago le costaba mucho no mencionar a Vane, pues quería saber si Harry había recuperado el anillo o no. En algún momento, Black había comentado que podía escuchar de alguna manera lo que Harry le decía al espejo, y que por favor, siguiera hablándole... Que aunque él no le respondiera, estaba allí, que lo amaba tanto como a Remus, y que ya verían la forma de volver a verse... Aunque nunca volvieran a tocarse como esa noche. Lynn comenzó a invocar algunos conjuros, y muy pronto el padrino de Harry había desaparecido. El joven tomó en sus brazos a la Slytherin, al notar que la muchacha no tenía fuerzas ni para mantenerse en pie por su propia cuenta. Le estaba enormemente agradecido. ¿Cómo lo había hecho?... ¿Acaso estaría de acuerdo con Agatha¿No sería una trampa? Daba igual... Sirius sabía, y era más importante, a pesar de que su actitud para con Vane molestaba un tanto al moreno. ¿Sirius no había hablado a través de los sueños de la maestra? Si ella había logrado los primeros contactos entre Harry y él, si ella había llevado cada mensaje de Black desde su encierro ¿No debería estar agradecido?... También habían hablado de Margaret, y Sirius fue tajante al respecto: Cuando había estado en Azkabán no había perdido la memoria, y podría dar firmado ante notario que esa niña hija suya no era... A lo mejor una pariente...
Luego de conducir a Lynn a las mazmorras, seguidos ambos muy de cerca por la invisible presencia de Sombra, Potter se deslizó silenciosamente hasta su torre, sin dejar de sonreír a pesar de que le dolían los músculos de la cara. Si era un sueño, que no se acabara...
Así, eran las tres de la mañana cuando se metió debajo de las colchas abrigadoras, mientras finalmente se largaba a llover afuera.
El día lunes la clase de DAO había sido de lo más extraña. Agatha llegó antes de tiempo, como siempre, pero estaba muy mal. La pobre ni siquiera había podido cambiar el color de su cabello, por lo que los recibió a todos con su pelo Malfoy. Harry pudo notarlo con todos los demás cuando la miró a los ojos: Había somnolencia en su rostro, y un gran cansancio, como si hubiese estado una semana completa sin dormir. Lynn Kadyars suponía por qué ella estaba así, pero no hizo comentario alguno.
Y esperaba que Potter tampoco abriera la boca.
Con desilusión, los chicos tomaron asiento en sus pupitres, que habían regresado. Ese día las clases serían de lo más rutinarias.
Ag- Sólo... Sólo tomen cada uno un libro de los que tengo en el escritorio y hagan apuntes de las páginas 568 a la 593. Y por lo que más quieran, no metan ruido alguno. De lo contrario les quitaré 100 puntos por cada gracia -. Eso fue bastante. Los Slytherins no estaban para perder puntos, luego de su derrota por muy poco ante Gryffindor. Y los leones, por otra parte se comenzaban a preocupar. No eran esas actitudes propias de Agatha Vane. Hermione tuvo que reprimir toda su curiosidad, y meterse en el interesante mundo de las armas mágicas, o fetiches, como les decían los hombres lobo.
Vane sentía que cargaba a la espalda una pesada roca. Desde la noche anterior se sentía así de mal, y ni la poción de Thomas le había reanimado, ni mucho menos le había arrebatado la mirada perdida. Lo único que quería la mujer era echarse a dormir por 100 años, y no despertar hasta verse reestablecida. Pero no podía. Y la enemistad con Severus le hacía imposible pedir una poción más fuerte para tener los ojos abiertos. Ahora la habitación completa no era más que un borrón para ella. Los ruidos de las hojas al pasarse o de las plumas rasgando el pergamino le llegaban amortiguados, y daba gracias a Dios porque su clase se sintiera lo bastante preocupada como para no perturbarla...
Poco a poco, Vane fue sumiéndose en un sueño benevolente, y tibio... Se acomodó en el escritorio del profesor, para gran temor de Shannon, que no la perdía de vista por sobre su libro. ¿Qué podría haberle pasado? Si el día anterior se veía tan llena de energía como siempre...
Draco tampoco le quitaba los ojos de encima. Su Parshitel se sentía muy caliente, pero la tela que había entre el objeto y su piel impedía que ésta se quemase... Alguna magia extraña los rodeaba, y era devorada por el objeto; por eso estaba tan ardiente.
Ag- ¡Black! -. Exclamó de pronto, haciendo que todos los alumnos se sobresaltaran. Luego intentó dirigir su mirada hacia los bancos de los Gryffindor, y con una voz muy potente dijo.
- POTTER, AFUERA -. Harry le miró desconcertado por completo. – No lo repetiré, AFUERA -. Prefirió obedecer, y salió, con pasos muy claros, y un poco asustado. La mujer lo siguió, con su cabellera cayéndole pesadamente sobre la cara.
Ag- ¿Qué "cresta" has hecho a mis espaldas? -. Le preguntó.
H- ¿De qué me estás hablando? -.
Ag- ¿No has estado llamado a ninguna fuerza muerta, o si? -. Le preguntó - ¿O a algún Wraith¿No has llamado nada? -. La profesora intentaba fijar la vista en él, pero le era imposible. Parecía una borracha, tambaleándose ligeramente sobre sus piernas temblorosas. – Por favor, dímelo Potter -. Harry ni muerto admitiría que había llamado al espíritu de Sirius sin su ayuda.
H- ¿Por qué me preguntas algo así...? -. Le dijo disimulando inocencia, pero su cara no sirvió de nada, Agatha cerró los ojos y cayó desmayada, con un ruido sordo. De inmediato, unas manos blancas y grandes despegaron del suelo la cabeza de la maestra, tan insignificante en comparación a aquel que le sostenía en brazos. Harry ahogó un gemido cuando unos ojos verdes musgo lo observaron fijamente... Potter estuvo a punto de llamarlo por el único nombre que se le vino a la mente entonces...
Lucius.
Th- ¿Así que fue culpa tuya? -. Inquirió, muy enojado. Potter no pudo hacer nada más que dar un paso atrás, mientras Thomas McKellen tomaba en brazos a su prima desmayada – Ahora vas a acompañarme al despacho ¡Muévete! -.
En absoluto silencio, y con mucho cuidado, el rubio se desplazó hasta el cuarto de Agatha, con un azorado Harry Potter tras él... En cuanto la chiquilla se pusiera bien, iba a encargarse de darle un buen par de nalgadas al muy inconsciente. ¿Cómo podía hacerle daño a la única persona que lo mantenía informado? Cualquier otro maestro se hubiera callado los ataques a Remus, seguiría las "sugerencias" de Dumbledore al respecto.
Snape y Potter...
Par de boludos desagradecidos
Vane fue depositada con delicadeza en su cama, y entonces Thomas volvió a hablar, al igual que Harry.
H- Así que tú eres nuestro "profesor invisible de DAO" ¿No? -. Inquirió con ironía, repuesto del susto y nuevamente enfurecido.
Th- ¿Hay algo en este cuarto que te esté provocando esa risita "huevona"? -.Retrucó, acordándose muy bien de la palabrota favorita de Caín. – Porque fíjate que me encantaría que me la mostraras... Una risa me vendría bien luego de darme cuenta de que mi única pariente está a punto de volver al infierno del que se arrancó porque tú te pones a jugar al "espiritista" -. El moreno cerró la boca antes de hacer su nueva pregunta.
H- ¿Te puedes explicar...? -.
Th- ¿Necesitas una explicación? No lo creo. Lo único que voy a decirte es que has intentado arrancar la esencia residual de Black de la magia de Agatha, y la estás matando...-. La seriedad del hombre volvió a asustar a Harry - ¿Quieres que te lo dibuje con una crayola, grandísimo idiota? -. Luego se dirigió al escritorio, trazó unas palabras en un pergamino que selló con un anillo, y se lo extendió al Niño Que Vivió. – Vas a coger esto y se lo vas a dar a Snape. Y no te moverás de su lado hasta que acepte venir, ese otro hijo de la grandísima puta -. Masculló. - ¿Qué esperas¡Sal de aquí! -.
En menos de 15 minutos el joven Gryffindor irrumpía en las mazmorras y agotado, le daba el mensaje a Severus Snape, que ni siquiera tuvo tiempo de echarle un comentario sobre su interrupción.
El profesor se perturbó un poco cuando notó que la carta estaba sellada con el escudo antiguo de la familia Malfoy.
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Severus:
Si en algo te importa tu estúpida alma, vas a venir al despacho de DAO en menos de cinco minutos. Potter hizo un lindo conjuro para atraer muertitos, y por eso tu "Obra Maestra" está a punto de irse a la mierda...
No olvides que le debes tu vida a Agatha...
Thomas
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Nada de elegante, pero efectivo. Severus no podía dejar que algo le pasara a Vane, porque, Dios, estaba seguro de que Thomas y ese amante suyo lo harían saber. Se mordió un labio, a la par que tenía ganas de hacerle tragar veneno a Potter por su imprudencia.
Sev- Quiero esas pociones listas al final de la hora -. Les murmuró a los de tercero con una mirada que echaba chispas – Y si se mueven un sólo centímetro de sus pupitres, me encargaré de que se beban sus mejunjes completos -. Luego miró a Potter – Vamos -.
Thomas los recibió completamente destrozado, pues había hecho todo lo que estaba en sus manos para calmar la violenta fiebre que se apoderaba de su prima, sin mucho éxito.
Th- Gracias -. Le dijo a Severus, pero este lo ignoró.
Sev- Espero que no me hayas traído por una estupidez, McKellen -. Le dijo a su vez, acercándose a Vane, que se ponía murmurar sobre unas piezas de ajedrez.
Th- ¿Te parece una estupidez? -. Era obvio que no – Desde ayer se sentía muy cansada, pero de todos modos quiso presentarse a la clase -.
Sev- Imbécil. Déjame a solas con ella. Ni tú, ni el espantapájaros que tienes al lado podrán hacer mucho. Quiero que llames de inmediato a Amenothep... -. Fue todo lo que dijo. Thomas miró a Harry, amenazante.
Th- Te juro por Belial que si le pasa algo a Agatha no volverás a ver la luz del día. Ahora lárgate a la sala -.
Harry se fue, tratando de no echar un par de maldiciones
Her- ¿Qué pasó? -. El joven sólo dirigió un mirada a Lynn antes de sumirse en un obstinado mutismo, a pesar de que Margaret le interrogaba incansablemente sobré por qué la profesora había gritado su apellido.
Lynn supo que Potter estaba en serios problemas, porque a ella jamás le podrían probar que hizo alguna cosa mala la noche anterior.
Treinta minutos antes de que la clase terminara, Agatha Vane (si, con el pelo negro esta vez) entraba en la sala, imponiendo silencio a los desusados murmullos que la recibieron. Todos se preguntaban por qué la mujer miraba a Potter como si quisiera estrangularlo.
Cuando la clase terminó, Harry fue el único que se quedó.
H- Profesora... -. Agatha movió la cabeza. Además de "espiritista asesino" era tonto.
Ag(Th)- Has hablado con Agatha durante meses¿Y aún no puedes ver la diferencia entre ella y yo? -. El moreno abrió la boca para protestar, pero se lo pensó mejor y la cerró. – No. Claro que no... -.
H- ¿Cómo está? -.
Ag(Th) – Se ha salvado, pero no gracias a tí -.
H- No pensé que... -.
Ag(Th) -. Ese es tu gran problema. No piensas. -. Siguió, enfureciéndose cada vez más – No podías conformarte sólo con lo que Agatha y yo hacíamos para ti¿Verdad? NOOOO, el Niño de Oro debía buscar por sí mismo una explicación, una prueba... ¿No te bastó con lo que pasó la semana anterior? Él te habló, usó MI cuerpo para hablarte y tú tenías que seguir buscándolo... -.
H- No entiendo nada... -.
AG(Th) -. Es mejor así. Por una vez quédate quieto... Y no molestes a mi prima... Ahora, debo ver si él quiere venir... Ojalá... Potter... Lárgate. No te quiero ver la cara en lo que resta del día-.
Para desgracia de Thomas, se la tuvo que ver igual, apenas a la hora de la cena.
Cuando los alumnos iban a Pociones, Lynn se acercó a Harry y éste le dijo lo sucedido. Obviamente Kadyars vio confirmadas toodas sus dudas sobre la maestra.
L- ¿Y por qué te sientes culpable? Tú no sabías nada. No es tu problema si ella se sintió mal o no porque invocamos a Black. Supongo que no les has contado nada -.
H- No te preocupes. No diré nada -.
La cena...
Ag(th)- A mi habitación, en ESTE momento-. La mesa de Gryffindor completa se quedó en un mutismo total. Jamás habían escuchado que un maestro le hablara así a Potter, ni Snape, que en ese momento llegaba -¿A qué esperas Potter? Te quiero en mi CUARTO, AHORA -. Harry notó que Thomas estaba hablando de esa forma a posta, para que los Slytherins comenzaran a cuchichear a placer sobre él. Así, que, sabiendo que la Agatha original quería verlo, se puso de pie, miró a sus amigos como diciéndoles "tranquilos, ya la conocen" y se puso a andar con la profesora de DAO.
Ag(Th) – La has sacado demasiado barata... En su lugar, te entrego sin más dilaciones a Voldy-.
El muchacho entró en el despacho de la profesora, donde el hombre al que le habían presentado como "Apolus" estaba sentado leyendo algunos libros, que tenía desparramados por el escritorio.
A- Pasa... -. Le dijo tranquilamente, deteniendo con una sola mirada la vermouth de las pataletas de Thomas. Harry vio que las puertas del dormitorio de la chica estaban abiertas, y cuando traspasó el umbral, las cerró, con un gesto rotundo.
La mujer se veía fatal. Como si se hubiera muerto. No tenía color y su cabello estaba tan rubio como en la mañana. Ahora si podías decir que era mayorcita. Las líneas de expresión estaban marcadas (N/A: si, Rapha, Agatha es viejita), aunque alguien que supiera de dónde venía la sangre que corría por sus venas sin duda aseveraría que su parte Malfoy la salvaba de la ruindad facial eficientemente.
Ag- No te asustes. Esta es mi apariencia normal -. Murmuró sin levantar la vista (si, llevaba las gafas) de un legajo de papeles que tenía en el regazo – Siéntate en la cama, tengo que hablar contigo -.
H- Lo... -.
Ag- Nada de eso. Thomas ya te ha hecho sentir lo bastante culpable. Me doy por bien servida-. Sonrió malévolamente – Ése no se mide, es tan histérica a veces. Bueno, pero eso no importa ahora. ¿Qué fue lo que hiciste? Supongo que te resultó ¿o no? -.
H- Si-.
Ag- Muy bien. Soy muy distraída. Debí advertirte que no podían invocar ningún espíritu porque me haría daño... Pero es que pensé que no lo harías... No te conozco, después de todo -.
H- No entiendo lo que sucedió... -.
Ag- A ver... Cuando Sirius me poseyó, o se metió en mis sueños, que es más certero, conectó su magia con la mía... Al introducirse en mis sueños, su conexión conmigo fue más fuerte, y por ello sufrí cuando arrancaste esa magia de mí al invocarlo... No captaste ni la esencia de lo que dije ¿Verdad? Es como si tuvieras una planta en una maceta y decidieras arrancarla. Al extraerla, también sacas la tierra en la que estaba plantada, porque las raíces se quedan con un poco de ella... La tierra sufre esa pérdida... Como si arrancases a un bebé del vientre de su madre... -. Agregó pensativamente. Así se había sentido. Como si le hubieran arrancado a Sirius de las entrañas. – Lamento el comportamiento de Thomas, estaba asustado. Espero que olvides este tema, y en lo sucesivo me avises si deseas hablar con Black, para prepararme con algunas pociones, al menos -.
H- Pero ¿por qué te afecta? -.
Ag- Esa es parte de mi vida privada, y creo que mejor no te lo digo... Debes saber que mi conexión con aquello que no posee un cuerpo físico es profunda, y me afecta -.
H- ¿Y esos papeles? -.
Ag- Tómalos. No creo que captes nada, pero... -. Harry empezó a mirar, y de pronto se puso pálido.
H- ¿que significa esto? -.
Ag- Son papeles de propiedad, y algunos estudios... ¿Por qué lo preguntas? -.
Potter había leído el apellido "mágico"
RIDDLE
TOM MARVOLO RIDDLE
Por ponerlo en cristiano, vamos.
El chico se puso muy pálido, y no podía disimular su asombro. Leyó con avidez todos los papeles que Agatha tenía en las manos, quitándoselos de ser necesario, sin responder a ninguna pregunta.
Ag- ¡Oye¿Qué está pasando¿Tú sabes quién es él? -.
H- ¿Dónde hallaste estos papeles? -.
Ag- Ese nombre ha costado la vida de un mago, y necesito saber qué es lo que sabes tú sobre él -. Harry se quedó callado por un segundo.
H- No sólo la vida de un mago... -.
Dos minutos después...
Ag- ¡THOMAS¡APOLUS! -. El hechicero de cabellos blancos irrumpió, varita en alto, seguido de su novio.
Th- ¿Qué le has hecho, mal...? -.
Ag- Él no me ha hecho nada, deja la pataleta -. Le dijo la mujer con voz irritada – Harry me ha revelado un secreto que no quería saber... -.
Ap- ¿Se trata de lo que te comenté hace un rato? -. Vane movió la cabeza afirmativamente.
Ag- Era verdad... El Oscuro Señor es un Sangre Sucia...-. Fijó sus ojos en Potter, al igual que Thomas – No puedo creerlo, esto debe ser una mala broma tuya ¿Verdad Harry? -. Su voz se tornó aguda – No puede ser más que una broma -.
H- No lo es Agatha. Tom Marvolo Riddle es el verdadero nombre de Lord Voldemort -.
Entonces... Los datos que Apolus había conseguido, sin duda eran del escondrijo de Lord Voldemort... El lugar a donde Severus se marchaba cada vez que la Marca ardía en sus brazos... No era difícil deducir que él había matado a su familia, que lo que Potter relató sobre el Torneo de los Tres Magos y el asesinato de Diggory sucedió no muy lejos...
Agatha no podía creerlo. La estirpe de su Señor se creía pura, eso no estaba sometido a discusión alguna...
H- Y parece que solamente tú no lo sabías... -.
Ag- No... Nadie lo sabía... Nadie -.
H- Yo se los dije a los Mortífagos que nos atacaron en el Departamento de Misterios, y ellos actuaron como si no les importara... Lo sabían, Agatha, estoy seguro de ello -. La mujer temblaba un poquito, por la inestabilidad de su cuerpo. Apolus se acercó a ella y la recostó en la cama. Tanta emoción le estaba siendo enormemente perjudicial. Luego, miró a Potter, y le suministró a la mujer una poción.
Ap- No, ya no más para tí por este día -. Murmuró, en tono tajante – Tienes que dormir, descansar. Yo hablaré con Harry Potter sobre lo que sabe, y le diré lo que nosotros sabemos... Tranquila, duérmete. Thomas, quédate con ella, yo me encargaré del Niño Que Vivió -.
