De nuevo, muchas gracias por las reviews : ) es muy agradable ver que mi historia está gustando. Con respecto a las dudas, Erik vive..pues donde buenamente ha podido apañarse, en un sitio algo retirado, pero aún en París.

Espero haber resuelto las dudas. Ahora...sin más preámbulos. El capítulo 3.

CAPÍTULO III

"Angel of music, I denied you...turning from true beauty"

Abrió los ojos. Todavía se hallaba con la cabeza apoyada sobre su escritorio. Había estado tanto tiempo trabajando que posiblemente el sueño se apoderó de él sin que se diera cuenta.

Sus ojos habían amanecido algo irritados y ligeramente llorosos, por los sueños que había tenido. Soñó con su infancia, soñó con el tiempo en el que fue freak de un circo, soñó ...que oía la voz de christine muy lejana, parecía lamentarse..¿llorar quizás? Y después, otra vez, como todas las condenadas noches había soñado con el día en el que ella le abandonó...¿Por qué? ¿Por qué le torturaba su subconsciente con ese recuerdo una y otra vez? ¿Es que no entendía que quería olvidarlo, que quería olvidarla para siempre? ¿No entendía que ese era el motivo por el que se levantaba con lágrimas en los ojos todos los días?

Pero, ese lamento lejano...parecía tan real...¡No! Se dijo así mismo. El recuerdo de lo que ella le había hecho a su corazón era lo que le mantenía frío...distante...y así había conseguido mantenerse durante tanto tiempo.

Los primeros días habían sido un auténtico infierno. Recordarla y no dejar de preguntarse el por qué había cogido sus sentimientos y los había...tirado al agua con su marcha..pero pronto comprendió que no podía seguir así, que si lo hacía, se volvería loco. Luego, mantuvo su mente ocupada en varios proyectos..la mayoría de ellos eran de arquitectura. Amaba tanto la arquitectura como el arte y la música. Esas tres cosas, nunca le defraudarían, nunca le harían daño, porque siempre estarían allí.

Se levantó, y sin más mediar, emprendió de nuevo el camino. Si se quedaba encerrado más tiempo en ese pequeño refugio los recuerdos volverían a él y ...no, por Dios, todo menos eso. Todo menos los recuerdos de ella. Tomó su capa, su sombrero, poniéndolo de modo que se viera lo menos de su lado derecho posible y salió de allí, bajando las escaleras y encontrándose con Maeghan,la pobre mujer que se encargaba del mantenimiento de toda la zona y de provisionar ayuda a todo el que la necesitara

Le había visto en varias ocasiones..pero..siempre tan misterioso y sólo enseñando el lado izquierdo de su cara..sin duda era la persona más particular que había vivido por esa zona en mucho tiempo..

" Buenos días, monsieur- dijo amablemente- un duro día más de trabajo para todos ¿no?"

Erik la miró, con algo de simpatía en sus ojos- " Todos los días son duros, Madame"

Y dicho esto con un gesto con la cabeza caballeroso hacia ella, se marchó, simplemente. Era curioso, jamás había visto a nadie con tal habilidad de desaparecer como si se tratara por arte de magia

Los rayos de la mañana asomaban por la ventana..aterrizando en los rizos de la joven. Posteriormente, el suave sonido de una puerta. Hacía no muchas horas que por fin había conseguido conciliar el sueño...

"Mademoiselle Daae..-dijo en un tono suave, casi en un susurro- es casi medio día..pensé que siendo tan tarde sería conveniente que la despertara.."

Abrió los ojos lentamente, los sentía irritados pero más descansados que ayer. Se incorporó- " Sí...sí, está bien- la sonrió- muchas gracias, Marie"

Ella la sonrió- " Tomese el tiempo que necesite..-se paró un minuto, mirándola con preocupación- ¿se encuentra bien?"

Se dio cuenta de que había estado llorando durante su ensoñación. Se tocó sus mejillas húmedas ligeramente.

"¡Oh! No se preocupe, estoy...estoy bien. Un mal descanso, eso es todo.."-sonrió intentando calmar su preocupación

" Sí, suele pasar..,la esperaré en el comedor cuando usted se encuentre mejor Mademoiselle"- Y con un gesto amable se retiró.

Se levantó. En un principio le costó. Ah, no había conseguido conciliar el sueño la noche anterior hasta bien entrada la noche..y siempre que conseguía conciliarlo una pesadilla la despertaba. Pesadillas que no eran más que los reflejos de sus temores reales.

Se encontraba en el ópera populaire , en el lugar donde siempre se reunía con él para sus lecciones. Le llamaba, desesperada, lloraba, le pedía perdón...le SUPLICABA que no la odiara, que había llorado enormemente por su ausencia..no recibió respuesta. Cuando ella estaba para volver, ya con pocas esperanzas, se lo encontró. Ahí estaba, frente a ella. Pero, Dios, cómo había cambiado. Sus ojos...no eran los mismos. No la estaban mirando de la misma manera que lo hacían antes...se encontraba frente a una persona absolutamente distinta. Su mirada fría, sin emoción, vacía,hacia ella. Pero, aún así,parecía calmado.

-"Erik..."- Intentaba sonreírle, se moría de ganas de abrazarle,suplicarle una vez más que la perdonara pero..él la interrumpió.

-" ¿Qué hace aquí Madame de Chagny- Por dios, el sonido de esas palabras habían caído como un sólido cubo de hielo- Está claro que éste no es precisamente el lugar en el que su marido desearía verla. Y, sinceramente, no puedo llegar a entender qué la ha traído hasta aquí..."

Le miró, sin siquiera terminar de creérselo. Pero por otra parte no le sorprendía ese comportamiento. Se lo merecía, sí, después de todo lo que le había hecho a su pobre y solitario corazón...

-" Por favor-lágrimas salían de sus ojos, diciendo éstas mismas palabras en un susurro- déjame dar una explicación...Raoul...él está.."

No le dio tiempo a terminar, Erik la había cogido fuertemente de ambos brazos. Su cara, ahora no inexpresiva sino con rabia contenida, la miraba. Su cara cerca de la de ella.

-"¡ No me importa-dijo, casi en un gruñido- Lo que le haya pasado al Vizconde de Chagny, lo mucho que hayas llorado por mi ausencia o lo mucho que quieras disculparte y volver. ¿De qué sirven las disculpas casi un año después? Dime,¡¿de qué sirven- dicho esto la sacudió, aún teniéndola sujeta de los dos brazos, haciendo que aún más sollozos salieran de ella. Él suspiró, dándose cuenta que no estaba más que tratando con la misma niña de siempre.Soltó sus brazos poco a poco- Marchate. Marchate y no vuelvas a buscarme. Me suplicas que no te odie...bueno, querida, me temo que es algo tarde para aclamar tal suplica "

Dicho esto se separó de ella. Aún temblando, le miró por última vez.. Él estaba de espaldas a ella, no quería ni mirarla a los ojos. Rompió de nuevo en llanto mientras se marchaba corriendo. Rechazada, rechazada por su ángel...

El sueño había sido tan extremadamente real que aún sus mejillas no habían terminado de secarse. Fue al baño,limpiándose la cara...sin dejar de pensar en ello. El impacto de sus palabras aún resonando en su mente.

Mientras, la vida continuaba por las calles de Paris y frente a una de las edificaciones más antiguas de la ciudad se hallaba un hombre. Finas ropas, Una capa bastante abrigada y un sombrero estratégicamente puesto para que no se viera el lado derecho de su cara. Le estaban esperando..y por suerte había llegado puntual.