"Don't give me this feeling, I'll only believe it. Make it real…or take it all…away"

Se había quedado completamente dormida en el pequeño sillón. Édmond la miró por un momento: Se notaba que había pasado la noche en vela, planeando cómo salir de aquella residencia y buscando otro lugar seguro. Pero ahora que había averiguado quién era ella, y sobretodo, cuando recientemente había averiguando quién era él realmente. Maldita su madre que nunca se lo quiso decir hasta que fue,quizás,un poco tarde para asimilarlo pero lo suficientemente temprano como para dejar un gran sentimiento de venganza en él. Y con ella, su oportunidad había llegado tan fácilmente..

Vió cómo movió su cabeza ligeramente, abriendo los ojos. Al momento de haberse dado cuenta de lo que había ocurrido se incorporó, algo avergonzada.

"Oh, Édmond...disculpe, lo siento muchísimo. Debí de haberme quedado dormida después de haber comido algo de lo que usted tan amablemente me ofreció..parece que quisiera abusar de su confianza"- se terminó de quitar el pañuelo que al apoyar la cabeza estaba medio caído.

Éste rió- "Por favor, no se preocupe. Está en su propia casa, además estoy convencido de que ha necesitado muchas horas de pensar y bastante valor para salir de allí. No parece que la hayan tratado bien desde luego...cuánto lo siento- se acercó, apoyando una mano en su hombro ligeramente- ahora mismo no se puede estar tranquilo en Paris"

Vió la tristeza en sus oscuros ojos al terminar sus palabras. Era hermosa, sin duda podía entender por qué el Vizconde de la familia con más reputación de Francia había decidido tomarla como esposa.

"Vamos-la ayudó a levantarse- Ahora lo que debe hacer es descansar"

Le miró. Había algo en su pelo castaño, en sus ojos azules y en sus modos que le resultaba tan extrañamente familiar...pero, ah...estaba demasiado cansada y sin ganas de pensar en ello. Sólo sabía que era la única persona que estaba siendo realmente amable con ella desde hacía muchísimo tiempo.

Con esto, Édmond la dejó entrar en un cuarto pequeño el cual tenía para los invitados.

" Si tiene algún problema no dude en consultármelo, estaré en mi estudio que está aquí al lado- le señaló otra pequeña puerta que había cerca- Mañana será otro día, Mademoiselle"

Ella asintió adentrándose en el cuarto y cerrando la puerta tras de sí


Acababa de empezar la noche prácticamente y Angie entraba como de costumbre en la casa para entregarle algunas cosas a Erik y finalmente marcharse a descansar. Hizo lo que hacía todos los días, depósito todas las cosas sobre la mesa..iba a dirigirse a él para despedirse y...ahí estaba: Sentado, su mirada diferente que de costumbre, sus o jos ahora se veían casi de un verde intenso con el fuego que le iluminaba..

"Precisamente quería verte.."

Se volvió, extrañada por un instante. ¿Quería verla¿Ahora? Odiaba pero al mismo tiempo adoraba con todas las fuerzas el modo tan increíble que tenía de intimidarla, de dejarla absolutamente inmóvil, a su voluntad, con una sola palabra.Ya había estado pensando en ello, y ya sabía que él era la pura representación del peligro, del tipo de hombre al que ella jamás, nunca se acercaría pero...era absolutamente inevitablemente. Lo reconocía cada vez que se miraba al espejo y sonreía para sí: pensando en su voz, soñando con su tacto cada día...con volver a besar sus labios. Había caído...¿Peligroso o no? No le importaba.

Se volvió con una semi sonrisa en sus labios- " Estaba apunto de marcharme a casa..¿es que ocurre algo?"

Se levantó, yendo hacia ella. Le miró con cierto temor en la mirada, siempre resultaba tan imprevisible...

Tomó su hombro delicadamente, soltando una pequeña risa-" No ocurre nada...¿es que no puedo requerir un poco de tiempo para mí? – la atrajo un poco más hacia él, con esa confidencialidad existente entre ambos que de nuevo la hizo enrojecer- Acompáñame por favor, hay algo que quiero que veas..."

Ella asintió siguiendo sus pasos.

"Espera un minuto y...-susurró, casi en su oído-cierra los ojos"

El escuchar su voz en un susurro hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo. Obedeció, esperando impacientemente saber qué era lo que se traía entre manos, por qué no quería que viera lo que quiera que fuese que le iba a enseñar..

No más de dos minutos habían pasado cuando escuchó sus pasos de nuevo frente a ella.

Carraspeó ligeramente- "Puedes abrirlos si quieres.."

Ahí la tenía, frente a él,con los ojos cerrados y esperando ver la sorpresa que tenía entre manos. Le costaba reconocerlo pero en ese momento podría decir que se la veía adorable. .prefería que todo siguiera así por el momento.

Angie abrió sus ojos. Sus labios se abrieron enormemente en sorpresa al ver lo que Erik sostenía entre sus manos: Un simple, pero bonito vestido. No es que fuera de aquellos demasiado elegantes y prácticamente imposibles de poner, sino...a su estilo. De manga larga, abrigado,con un cordón al centro para ser abrochado y una simple pero bonita caída de la falda. No podía creerlo..

"Esto...es...Erik...-se paró, aún si poder terminar de asimilarlo-¿para mí?"-rió incrédula.

"Pruébatelo y entonces me dirás si es para ti o no..."

Se acercó lentamente..y lo cogió tímidamente volviéndolo a observar-" Gra...gracias. No me esperaba.."

"No hay que darlas, Angie.Pienso que te lo mereces al haber trabajado tanto y..espero que no te importe que te diga que me gustaría que lo estrenaras en un pequeño paseo conmigo"

Volvió a mirarle sorprendida-"¿A..ahora?"

Él asintió lentamente, esperando a que ella fuera a cambiarse. Angie sonrió enormemente al mismo tiempo que se metió en un cuartillo para ponerse el regalo, el que sería a partir de ahora el más preciado para ella..

Esperó unos minutos y la vió salir. Vaya, se decía para sí mismo, estaba diferente, muy diferente, a como solía estarlo de costumbre. Su pelo ahora no estaba recogido, sino simplemente suelto haciendo que le llegara hasta la espalda. Arqueó la ceja en gesto de sorpresa mientras ella esperaba su reacción.

"¿Es que no nos íbamos?"-dijo, expectante.

La noche iluminaba el parque de una manera prácticamente preciosa. En ese momento no había gente, también Erik sabía cuáles eran los lugares menos concurridos y en los que no podría ser demasiado visto. Anduvieron un buen trecho hasta que alcanzaron un lugar perfecto en el que se tenía una bonita vista de la ciudad alrededor...

"Estoy convencido de que nunca habías estado en un lugar como éste.."-dijo, mostrándole las vistas.

Ella miraba todo con perplejidad. Sí, se conocía París desde niña pero...no había caído en la cuenta de éste parque, ni de las vistas...todo se hacía especial cuando el hombre que llevaba días ocupando sus pensamientos estaba junto a ella.

No respondió. Simplemente le sonrió, y le abrazó acompañado por un beso puramente salido de sus impulsos. Profundo, y apasionado, tal y como su alma se sentía en ese momento. Ésta reacción no la esperaba, desde luego...pero correspondió al abrazo, estrechándola hacia él y correspondiendo al beso..intentando frenar la fuerza de la pequeña mujer que tenía entre sus brazos..pero le era imposible.

Se separó de él , sin más mediar, sonriendo..-"Gracias...por todo Erik"

La miró..sin saber cómo reaccionar aún...-"No..no hay de qué, Angie-sonrió-creo que será mejor que volvamos..comienza a hacerse tarde"

Ella asintio mientras durante el paseo le miraba y paseaban de vuelta con su cabeza ligeramente apoyada en su brazo.