Abrió los ojos, por un momento asustada al no conocer el cuarto en el que se había quedado dormida..pero en seguida cayó en la cuenta de que estaba en la casa de Édmond. Se incorporó en la cama y se puso una bata blanca que había puesta encima de la silla ya que se había deshecho del vestido para descansar más cómoda
A los pocos minutos,abrió la puerta despacio, echándole una pequeña mirada al reloj del salón: Las 9 ¿Tanto había dormido desde el día anterior? Miró a su alrededor pero no había nadie...supondría que había ido a atender algún asunto importante del trabajo..pero le encontró sentado en uno de los pequeños sillones con el periódico entre sus manos. Édmond alzó la vista, sonriendo levemente al verla.
" Buenos días, veo que le cundió bastante el descanso. No la culpo..-se levantó- Oh, quizás quiera un poco de café. Siéntese por favor, hay algo que me gustaría consultarle"
Christine asintió, tomando asiento cerca de donde él estaba. Temía por un momento de lo que quiera que fuera que él quería consultarla...por más que le comenzara a parecer una persona de confianza, no quería dar más información de la cuenta..se sentía desprotegida y ahora que no tenía a absolutamente nadie y el contactar con Meg o su madre sería un riesgo..
Édmond salía de la cocina con una taza de café y algo de comer.
"Lo necesitará-dijo, sentándose donde mismo estaba antes- Escuche..- pausó un momento mientras ella le daba un sorbo a su café- hay algo que quiero que quede claro para usted: Sé que la situación es complicada en éste momento, las revoluciones nunca son fáciles y siempre se acaba perdiendo a mucha gente..-esto hizo que una expresión triste apareciera en los ojos de Christine- Yo estoy dispuesto a ofrecerle un lugar seguro, comida toda la que necesite, puedo intentar recuperar todas sus pertenencias y..si lo desea puedo conseguirle una nueva identidad incluso, si lo ve necesario...-apoyó una mano en su hombro- Pero yo no soy nadie para forzar sus decisiones, por supuesto..si quiere marcharse es libre de hacerlo"
Se quedó pensativa por un momento, dejando la taza sobre la mesilla
" Es usted muy amable,Édmond..la verdad es que me encantaría poder tener algún otro lugar al que marcharme, pero mucho me temo que no lo tengo.. he perdido a..dos personas muy importantes –intentaba controlar el llorar-pero por otro lado, sería muy amable si me ayudara a recuperar todo lo que dejé en la residencia..no quiero volver allí"
"Siento oír que lo ha pasado tan mal...pero puedo ayudarla. Deje en mis manos el asunto de la residencia, puedo intentar hacer algo-sonrió, levantándose-Pero usted no se preocupe, mientras tanto puede dar un paseo, disfrutar un poco la calma"
Ella asintió-" Sí, eso haré-correspondió el gesto- Gracias.."
Con un gesto amable hacia ella se adentró hacia su estudio. Se terminó el brioche y decidió volver a su cuarto. Sus pasos fueron acercándose hasta la ventana que se hallaba al final del mismo y la abrió: Necesitaba sentir la brisa de aquel día que por primera vez en mucho tiempo se presentaba soleado, cerrar los ojos y pensar por un momento que todo estaba bien..Volvió a abrirlos. No podía rechazar la realidad de ésta forma.Sus ojos miraron hacia un punto indeterminado entre todo lo que se abría ante sus ojos.. ¿por qué¿por qué había tenido que dejarla?
"Erik.."
Pronunció su nombre en un susurro dulce y suave. Bajó su mirada, melancólica, al mismo tiempo que cerraba la ventana. Necesitaba dar un paseo y eso haría..al menos la distraería durante un rato.
Édmond miraba la pequeña bolsa con dinero entre sus manos. Ayer lo había recibido, por fin..pero estaba harto, harto de tener que seguir recibiendo la "limosna" de alguien cuando podría tenerlo todo...pero eso se solucionaría pronto. Desde luego, muy pronto.
Con una media sonrisa en sus labios, cerró con llave su estudio y se marchó: No le gustaba nada la idea de tenerla en la casa y que por alguna razón entrara allí...eso sería averiguarlo todo, y destrozar sus planes.
No podía explicar cómo se sentía en ese momento. Recordando lo sucedido anoche, el parque..No sabía por qué el impulso de besarle, de volverle a sentir cerca se había vuelto a apoderar de ella, ya en muchas ocasiones se había dicho a sí misma que tenía que alejarse de él..no podía ser...pero, ah, cada vez sentía que en el fondo eran dos almas tan parecidas: Ambos solitarios, rechazados..
Suspiró. No, por más que le quisiera..hasta el punto de temerle, por más que su mente flotara por cada una de las veces que se habían besado y queriendo revivir cada noche el recuerdo de la sensación de sus labios besando los de él..esto no podía ser. Pero¿qué hacer cuando un corazón está inevitable, terriblemente enamorado?
Abandonó sus pensamientos, entrando de nuevo en el despacho de Jacob para entregar lo que él la había pedido que dejara. Cuando iba a torcer la esquina hacia el mismo, sus ojos se pararon en alguien que iba hacia una residencia...Dios santo¿eran sus ojos o se parecía bastante a aquel hombre al que vió hace años? Desvió su mirada antes de que se diera cuenta, y continuó andando.
