" Olvidar o perdonar es mejor solución que la venganza"
Creyó estar así durante lo que parecía una eternidad, pero en realidad sólo eran minutos. Aquellas frases, esa confesión salida de su corazón, no había manera de que abandonaran sus pensamientos por un segundo..
"Algún día te darás cuenta de todo el daño que me estás haciendo..."
¿Era eso cierto¿Realmente la estaba hiriendo con todo esto? Quizás sus ganas de venganza estaban nublando demasiado su sentido común y no permitían dejarle ver lo que estaba realmente ocurriendo, o quizás era hora de plantearse si a lo mejor intentar olvidar, pasar por alto todo lo sucedido, sea mejor solución que hacer daño gravemente a alguien más en el intento.
Olvidar. Dejarlo todo atrás, incluyendo el recuerdo de esos momentos amargos y el mucho dolor que le causaron ella y sus palabras..aparte de hacerle creer por un breve momento que volvía a él, que había tomado una decisión..resultando que todo era simplemente para devolver aquel anillo. ¿Realmente no quería, tan siquiera, conservar un mínimo recuerdo de él¿Tanto había acabado odiándole¿Tan..poco había significado para ella después de todo el esfuerzo? Tenía demasiadas dudas en sus sentimientos y sólo el hecho de recordar todo aquello ya volvía a traer dolor y rabia.
Se levantó del sillón, aproximándose de nuevo hasta la ventana en la que, momentos atrás, se había apoyado esperándola. Sus ojos miraron directamente al cielo, haciéndolos parecer de un celeste intenso. Por un lado, ese sentimiento de venganza continuaba en su interior, pero...¿merecía una persona como Angie, prácticamente ajena a todo lo que había pasado, algo así? Quizás su plan, a fin de cuentas, fuera absurdo..a lo mejor lo que estaba haciendo era destrozar los sentimientos que, evidentemente, ella tenía hacia él..lo había palpado minutos atrás, ese beso, la pasión con la que ella buscaba casi febrilmente sus labios... pero¿qué hacer? No podía evitar el hecho de estar enamorado de otra persona que no era ella...¿y cómo decirlo¿cómo confesarle toda la verdad? No podía..
Lo que sí entendía era que esa pobre muchacha merecía, al menos, un mejor trato que el que le estaba dando.
Sentimientos sinceros, le había dicho que quería...pocos sentimientos había conocido en su vida, y la gran mayoría de ellos no eran positivos: Odio, rencor, pena, humillación...hasta que Christine entró en su vida... y aquel sentimiento que en un principio era simplemente de protección para una pobre niña que estaba perdida y recién había caído huérfana..con el paso del tiempo y al ver su transformación de niña a mujer, el conocerla cada vez más por cada momento que compartían, su inocencia, el sorprenderse con su talento que cada vez era mayor, su belleza, la fascinación que sentían por la música,ambos eran almas en busca de luz en ese momento..y quizás fue todo eso lo que hizo que se tornara en una especie de pasión obsesiva que hasta ahora duraba por más que no quisiera reconocerlo, toda ésta ira y deseos de venganza no estaban más que producidos por eso. Puede que dicha pasión, fuera para él, un sentimiento sinceros..pero ¿era así¿se podría clasificar como amor incondicional?
Suspiró, abandonando sus ojos de las vistas, y retomando sus pasos hacia el escritorio.
Un joven muchacho llamaba a la puerta de la residencia, algo agitado. A los pocos minutos Marie le abría la puerta
"¡Thomas! No esperábamos noticias tuyas hoy..."
Asintió- " Lo sé, pero...-enseñó su mano tímidamente- Creo que esto les interesa..."
Observó el sobre que tenía entre sus manos, una carta de Christine...parecía ser que ya había intentado contactar con alguna de las pocas personas que le quedaban.
"Muchas gracias- medió sonrió- has hecho un buen trabajo"
Extrajo algo de dinero, dejándolo en manos del muchacho en compensación por su labor.
Christine volvía de camino a la casa. Llevaba ya un buen trecho andado, y se sentía de algún modo más segura ahora que le habúa mandado la carta a Meg, las esperanzas comenzaban a volver poco a poco..pero aún la duda de quién era Édmond realmente la corroía por dentro pero estaba tan cansada...sólo quería dormir, poder tener aunque fuera una noche de sueño completo..pero eso parecía ahora muy lejano.
Comenzó a sentirse mareada, su piel que ya normalmente era de un pálido bastante notable ahora lo era mucho más y unos sudores fríos invadían su frente, se sentía casi desvanecer..miró hacia la derecha, apoyándose ligeramente en un muro.
Recordaba, cuando era una niña y su pobre padre llevaba ya semanas sufriendo yaciendo en la pequeña cama de su casa..rodeado por el médico y un par de enfermeras más. Le era ya prácticamente imposible dormir, comer, hasta le costaba hablar..son cosas que a una pequeña de casi 7 años no se le pueden olvidar.
Un día, entró..quería ver cómo estaba. Le podía verle así, tan mal, sin fuerzas...después de toda la vitalidad que siempre había derrochado le resultaba tan difícil verle así: Sin su violín, sin contar sus historias...simplemente, débil. Lo que le llamó la atención especialmente fue un pequeño botellín de color verde que estaba siempre al lado de su cama. Como siempre, curiosa, le preguntó a una de las que habían venido acompañadas por el doctor que acababa de entrar qué era aquello y si servía para que su padre sanara..
-"Mi querida niña...-dijo con una expresión extremadamente triste en los ojos- le ayuda simplemente a descansar y a que sus dolores sean menos- con una sonrisa amarga, apoyó una mano en su hombro, agachándose- eres muy inocente y estás creciendo muy deprisa"
Y entonces fue cuando el llanto le vino. No recuerda ni todo el tiempo que estuvo con su cabeza apoyada en el hombro de aquella mujer.
Quizás ahí estaría la solución a su problema. Consiguió levantarse, costosamente, y se dirgió hacia la farmacia que tenía a su derecha. Quizás..
